Chile



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MIRTA Y EL VIEJO SEÑOR

Dolores Soler-Espiauba

1

- ¿Dígame?

- Buenas tardes, llamo por el anuncio.

- ¿El anuncio…? Ah, sí. Yo soy el interesado, dígame, por favor…

- Mi nombre es Mirta Corbalán, y llamo por el anuncio del diario “El Universo”; me interesa.

- Ya, pero… Tiene usted una voz muy joven… Perdone la pregunta, ¿cuántos años tiene?

- Veinte, tengo veinte años.

- Hum … un poco joven. ¿Sabe cocinar?

- Claro que sé cocinar, soy la mayor de cinco hermanos y mi mamá es una buena educadora: sé cocinar, planchar, coser, limpiar, ordenar…. En una palabra sé llevar la casa.

- ¿Es usted española?

- Lo dice por el acento, ¿verdad? No, no soy española, soy chilena. Pero tengo los papeles todos en regla, no se preocupe. Hace casi un año que vivo en Madrid y … Bueno, no es fácil encontrar trabajo.

- ¿Dónde vive? ¿Puede darme su dirección y su teléfono?

- Ahorita[1] estoy viviendo en casa de una amiga chilena que trabaja en una agencia de viajes: calle San Fernando, 15, 4º derecha. Y el teléfono es el 3486504.

- Bien… Como sabe por el anuncio, necesito una persona para llevar la casa: limpiar, cocinar, hacer la compra, ocuparse de mi ropa y también hacerme un poco de compañía, pues desde que estoy viudo, me encuentro muy solo… Esto no lo dice el anuncio, pero es así. Tengo ochenta y un años y… bueno…. Me da miedo vivir solo.

- Lo entiendo perfectamente.

- ¿Conoce las condiciones? El sueldo está en el anuncio y el horario de trabajo, todos los días de ocho a cuatro; de cuatro a nueve estará libre para lo que quiera hacer, de nueve a diez cenamos y, después, puede disponer de su tiempo.

- Regio[2], tengo clase diaria de cinco a ocho, me viene muy bien ese horario.

- Tendrá un mes de vacaciones pagadas en verano.

- Bueno, el verano de aquí es el invierno de Chile, pero no importa.

- ¿Puede venir a verme mañana? Si llegamos a un acuerdo, puede empezar a trabajar el lunes.

- Con mucho gusto. ¿Le parece mañana por la tarde?

- Muy bien, a eso de las seis, porque yo siempre duermo la siesta después de comer.

- Perfecto. ¿Me puede dar su dirección?

- Menorca, 224, 6º izquierda. Le dice a la portera que viene a visitarme, porque es muy desconfiada.

- Sin falta. Hasta mañana entonces, adiós.

- Hasta mañana.

2

Tres días más tarde entró Mirta en casa del viejo señor con una gran valija[3] y muchas pequeñas bolsas que contenían sus tesoros: una pequeña radio, un casete con muchas cintas, un álbum de fotos, una caja llena de cartas y una guitarra.

El viejo señor estaba sentado frente al televisor, su gran amigo y compañero; se levantó para abrirle la puerta y saludarla y la miró con curiosidad. Desde la muerte de su mujer cuatro candidatas al puesto habían entrado por esa puerta y habían salido por ella pocas semanas después. Qué difícil era encontrar a la persona ideal para aquel trabajo: discreta, limpia, puntual, trabajadora, seria, buena cocinera…

- Buenas tardes, Mirta. ¿Qué tal está?

- Buenos días, señor… Bien, gracias.

- Te voy a enseñar tu cuarto. ¿Puedo llamarte de tú? Podrías ser mi nieta, ¿sabes? Tengo dos nietos, uno de veintitrés años y otro de dieciocho, tu edad.

- No faltaba más, señor.

- Me llamo Francisco.

- No faltaba más, señor Francisco.

Don Francisco la condujo por el largo pasillo de un piso antiguo, oscuro y bastante triste. Pasaron delante de la cocina, no muy moderna, del cuarto de baño principal, del dormitorio del señor, del despacho, del cuarto de huéspedes y por fin…

- Mira, éste es tu cuarto, no es muy grande pero tiene mucha luz. Es el más alegre de la casa..

Mirta pensó que su cuarto era el menos triste de la casa, y efectivamente, había un gran balcón que daba a la calle y el sol entró en aquel momento hasta la cama. Había un armario empotrado, una mesa para escribir o estudiar, una silla junto a la mesa, un pequeño sillón junto al balcón, una estantería para poner libros y otros objetos y una mesilla de noche.

- ¿Qué te parece? Hay un poco de ruido, porque en la calle hay mucho tráfico, pero…

- Me gusta, me gusta.

Don Francisco le enseñó un pequeño cuarto de baño junto a la habitación, era muy pequeño pero era cómodo tener una ducha para ella sola.

- Bueno, te dejo tranquila, arregla tus cosas y ven después a verme para hablar de la comida de hoy. ¿Vale?

- Vale.

Mirta pensó que los españoles decían constantemente “vale”; tendría que acostumbrarse. Hablaban también más deprisa que los chilenos y parecían mas secos, más duros. Pero después de un año, ya estaba acostumbrada y sabía que era solamente una impresión. Era el mismo idioma pero con una entonación diferente y a veces con algunas palabras y expresiones distintas.

Empezó a ordenar su ropa en el armario: los jerseys, los calcetines de lana y el abrigo necesarios para el invierno de Madrid, que empieza en noviembre… “Ahora en Valparaíso está empezando la primavera, todo allá es tan distinto y tan lindo…” Pero no quería ponerse triste. Colocó sus libros en la estantería, no tenía muchos, eran tan caros… Sacó de la maleta la ropa interior y los zapatos e hizo la cama con las sábanas y las cobijas[4] que estaban dobladas en una silla. Y después las fotos: una de su mamá con ella, el día de su último cumpleaños y una de Lautaro. Lautaro… Mejor no pensar ahora, no quería ponerse triste.

- ¿Don Francisco?

- Siéntate, Mirta, vamos a charlar un poco.

Mirta pensó que los españoles lo llamaban charlar a platicar, otra cosa que tenía que aprender.

- Yo como muy poco, ¿sabes? No tengo mucho apetito… Los viejos comemos poco. El médico dice que tengo que comer mucha verdura, pescado, fruta, caldos y zumos, cosas así, pero muy poca carne y nada de grasa, todo sin sal. Y el vino… tampoco, nada de vino.

- Es normal. Pero no se preocupe, yo tampoco bebo vino.

“Mentira – pensó Mirta – el vino chileno me encanta, es buenísimo y aquí casi no se conoce. Y más todavía el pisco sour[5]”.

- Y las comidas, bueno, la comida chilena no es tan diferente de la comida española. Comemos mucho pescado también, verduras… ¿Conoce las empanadas? Son ruiquísimas. Mi mamá es la gran especialista de la familia.

- Mi mujer también hacía empanadas, y muy ricas, pero háblame de tu madre, ¿vive sola?

- Está viuda también, desde hace cinco años. Trabaja mucho y duro, porque somos cinco hermanos y la vida no es fácil.

- ¿A qué se dedica?

- Es modista, cose muy bien y tiene una buena clientela en Valparaíso[6]. Pero trabaja demasiado… Por la noche sobre todo, hasta muy tarde, todos los días. Por eso vine yo acá. Porque en Europa se gana más plata, bueno, más dinero. Además, quería conocer España. Mis abuelitos maternos son españoles, vascos, y siempre cuentan cosas sobre la playa de Ondarreta en San Sebastián, sobre la cocina vasca y de la Semana Grande, por la Virgen de Agosto…

- Los chilenos tenéis mucho de españoles, ¿no?

- Mucho; pero también somos medio mapuches[7], la inmensa mayoría somos mestizos; indígenas casi no quedan, un tres por ciento nada más. Me parece que los mataron ustedes a todos – dice riéndose.

- No vamos a enfadar, Mirta… - dice don Francisco con el dedo índice en alto -. No vamos a enfadar.

- No, no vamos a enojar, don Francisco, porque usted no tiene la culpa. En todo caso, los culpables son mis antepasados, los españoles que llegaron allá hace muchos siglos, mis bisabuelos, no los suyos.

- Ah, eso ya es más razonable… Bueno, ¿y tú piensas quedarte aquí mucho tiempo?

- ¿En España? Pues no sé… Depende.

- ¿Te encuentras a gusto aquí, tienes amigos?

- Tengo algunos amigos… Sobre todo chilenos y también latinoamericanos: colombianos, argentinos, peruanos, nos vemos en discotecas de música latina y también en clase.

- ¿En clase?

- Sí, estoy aprendiendo informática e inglés. Hoy día el inglés es indispensable para cualquier trabajo; y también la computadora, digo, el ordenador.

- Claro, claro. Yo ya soy muy viejo para eso, pero hoy todo el mundo trabaja sentado delante de un ordenador, es terrible, hasta los niños.

- No es tan difícil, es un problema mental. Si uno piensa: no puedo, soy demasiado viejo, no lo consigue nunca.

- Bueno, yo… Mi gran tecnología personal es el mundo a distancia de la tele. Eso sí, lo conozco perfectamente, sobre todo cuando hay fútbol.

- ¿Le gusta mucho el fútbol?

- Muchísimo, sobre todo cuando juega el Real Madrid.

- Ah. Eso me recuerda a mis hermanos: Hernán y Lucho, locos por el fútbol esos cabros[8]; siempre pegados al televisor, sobre todo cuando juega el Colo-Colo : “Campeón, campeón, campeón hay un solo, se llama Colo-Colo, eterno campeón…” – tararea Mirta y se ríen los dos.

- Bueno, pues mira, te voy a dar dinero, tú miras lo que hace falta comprar para comer durante unos días y cuando se acabe el dinero y la comida, me lo dices. Hay un mercado muy cerca de aquí, dos bocacalles más abajo.

- ¿Quiere usted decir a dos cuadras[9]?

- Exacto. Allí hay de todo: carne, pescado, verdura, fruta… Pero ya sabes: yo carne y embutidos, muy poco, muy poco, ¿vale?

- Vale.

- Una vez a la semana puedes ir al supermercado y comprar las cosas básicas: azúcar, aceite, harina, arroz, lentejas, pastas… Y también los detergentes y los productos de limpieza, son más baratos que en las droguerías.

- Lo que usted diga, don Francisco. Voy a mirar lo que hay en los armarios de la cocina y en la nevera y lo que hace falta traer.

3

Aquella noche, la primera que pasaba en casa de don Francisco, lejos de su amiga Ana Paula, Mirta estaba un poco triste y lo único que podía consolarla en aquel momento era su guitarra. El viejo señor estaba hipnotizado delante de la tele, porque jugaba su equipo y de vez en cuando daba gritos de alegría o de rabia. Como además estaba un poco sordo, no había peligro de molestar con la música. Y Mirta se puso a tocar las canciones de su país, de su Valparaíso lejano.

Sin saber por qué, la canción de Víctor Jara “Te recuerdo, Amanda”, vino a sus labios. Era una canción triste, de amor, de guerrilla y de muerte… Lautaro la cantaba tan bien:

“Te recuerdo, Amanda, la calle mojada, la lluvia en el pelo, corriendo a la fábrica, donde trabajaba Manuel… La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo no importaba nada, ibas a encontrarte con él, con él…”

“Mejor no pensar en Lautaro, porque no voy a encontrarme con él para nada” – pensó de nuevo Mirta y dejó la guitarra, dejó la canción - . “Mejor voy a acostarme a dormir para olvidar la nostalgia.”

- Buenas noches, don Francisco. ¿Necesita alguna cosa, un tecito, un vasito de agua? Me voy a la cama.

- ¡Gol! ¡Goooooool! – gritó don Francisco como loco - . El Real Madrid ha marcado un gol y domina por dos a uno. ¡Ganaremos la copa, seremos campeones!

- Don Francisco, ¿me oye? ¿Necesita algo? Me voy a dormir…

- Nada, hija, nada, déjame escuchar, buenas noches, buenas noches.

Mirta se fue a la cama un poco triste ante la indiferencia del anciano. Cuando iba por el pasillo, camino de su cuarto, oyó otro grito:

- ¡No, no, no es posible, tramposos, tramposos!

Mirta pensó: “Seguro que el Barcelona ha marcado otro gol, ya no son campeones.”

Recordó a sus hermanos, Lucho y Hernán, cantando después de cada victoria de su equipo: ¿Quién es Chile? ¡Colo-Colo! ¿Y quién es Colo-Colo? ¡Chile!

- Están locos los hermanos con el fútbol.

Y se acostó, pensando, como Scarlett O’Hara: “Mañana será otro día.”

4

La portera era baja y gordita, tenía unos ojos pequeños y muy juntos y hablaba con acento andaluz:

- ¿Es usted la nueva sirvienta de don Francisco?

- Soy su señorita de compañía.

- Usted no es española, ¿verdad? – la miró con sus ojillos malignos.

- No, señora, soy chilena.

Mirta se fue muy digna. Pero todavía en el ascensor la oyó decir a una vecina que salía del ascensor:

- Cada día hay más sudacas[10] en Madrid.

No le gustaba la palabra “sudaca”. Abrió el buzón con el llavín que don Francisco le había dado y encontró una carta para ella con sellos de Chile. Olvidó a la horrible portera, olvidó que estaba en Madrid, olvidó que no debía pensar en Lautaro y se metió la carta en el bolsillo de la chaqueta para poder leerla en un momento de tranquilidad. Precisamente en la calle de Ibiza había bancos en el bulevar y Mirta se instaló en uno que estaba vacío.

“Querida Flaquita[11]: te escribo desde Santiago[12], estoy aquí desde el domingo. Todo es diferente de Valparaíso, pero me imagino que en Madrid más todavía. Acá hay tanto smog que casi no se puede respirar. Cinco millones de habitantes respirando porquería. Está prohibida la circulación de los carros[13] sin catalizador, pero los médicos y los ecologistas piden medidas más severas. Y… si te digo otra cosa, te mueres: siete temblores[14] en cuatro días. Qué miedo…Dicen que las casas son antisísmicas, pero yo no me lo creo mucho. Bueno, hablemos seriamente, Santiago es una ciudad genial, aunque naturalmente, como Valpo, nada. Ya visité el museo de Bellas Artes, el museo de Arte Colonial y también la Casa de Neruda, que es lo que más me gustó; está en el barrio de Bellavista , un barrio lindísimo[15], con casitas de colores, como el Valpo, y con muchos cafés, teatros y galerías, música diferente en cada esquina y mucha gente joven, cabros en todas partes; los jardines de la Casa de Neruda (en realidad son tres casitas colgadas en un cerro), son divinos y en el interior hay recuerdos de los viajes de don Pablo y de sus amigos artistas: Diego Rivera, Siquieros, O’Higgins, Walt Whitman…Cada libro, cada objeto están llenos de la presencia de nuestro poeta. También he descubierto una salsateca[16] supergenial. Espero poder ir contigo algún día. Pero, pero… He venido aquí para estudiar, como sabes, y para laburar[17] también. Trabajo tres noches por semana: viernes, sábado y domingo, en una hamburguesería. Es un laburo muy cansado y no me pagan demasiado bien (además el olor de las hamburguesas es nauseabundo y las odio), pero no hay otra cosa; así al menos podré pagarme las clases de piano en el conservatorio. Tengo unos profesores fabulosos y creo que voy a aprender mucho. Extraño[18] a mi mamá, a los hermanitos, pero pienso que es la mejor decisión de mi vida. ¿Y tú? Cuéntame de la tuya en España; qué valiente, irte tan lejos. ¿Son lindos los españoles, son todos como Antonio Banderas? ¿Aprendiste ya a decir “vosotros[19]” y “sois” y “vale” y no sé qué más? Harto[20] me voy a reír de ti a tu regreso. ¡Diviértete y goza! (Pero escríbeme pronto). Besos. Sandra.”

Sandra, la más linda de las tres hermanas, la única rubia, descendiente seguramente de algún abuelo alemán, de esos chilenos alemanes que abundan tanto el Sur del país y que viven en casitas de madera como en los Alpes y conservan las tradiciones germánicas… Sandra, con sus cabellos largos y rubios de princesa, vendiendo hamburguesas; Sandra con sus ojos azules y sus manos de pianista, la artista de los Corbalán, qué lejos de ella.

Pero Mirta volvió de repente a la realidad y miró el reloj: Dios mío, las once de la mañana y aún tenía que hacer la compra y preparar la comida para don Francisco y después recoger la cocina, porque en esta casa antigua no había lavavajillas, ni aspiradora, ni batidora ni ningún electrodoméstico moderno. Y después tenía que ir a clase y aprender los verbos irregulares ingleses e imitar el acento de Oxford y pasar dos horas delante de una computadora dando órdenes a un “ratón”…

“Es dura la vida”, - pensó Mirta. Se levantó, agarró[21] su carrito de la compra y se dirigió al mercado.

5

- ¿Le preparo la once, don Francisco?

- ¿Cómo dice, hija?

- Que le preparo la once antes de irme a clase: unos sandwichitos con queso y jamón, un tecito o un cafecito? En Chile es la merienda obligatoria nomás.

- Me parece una excelente idea, pero, ¿por qué la llamáis “la once”?

Mirta se rio:

- Bueno, no está muy claro, pero parece ser que cuando estaba en vigor la ley seca, era un eufemismo para hablar discretamente del consumo de alcohol: “aguardiente”… Si usted cuenta las letras de esta palabra, seguro que le salen once letras. ¿A qué sí?

- Pero qué listos sois los…

- Los sudacos, don Francisco, ya conozco la palabrita, tranquilo. Pero ¿sabe qué le digo? Que ustedes, los gallegos, también son muy listos.

6

El otoño madrileño es la mejor estación de la capital, de todos es sabido, y Mirta lo comprobaba de su balcón viendo el sol espléndido, el cielo azul, el aire seco… Aquel día no tenía que hacer la compra, había hartas cosas en la nevera para sobrevivir durante algunos días. Solamente el pan, el pan había que comprarlo todos los días. Ah, y el periódico de don Francisco, su querido ABC. Allá en Chile su abuelo leía siempre La Nación, pero su papá El Mercurio. Mirta se duchó y se arregló, se puso un bonito suéter y unos pantalones vaqueros, preparó el desayuno para don Francisco, que ya había salido del cuarto de baño, oliendo como siempre a colonia de lavanda inglesa. Y pensó: “Esta mañana me apetece dar un paseíto.”

- Buenos días, don Francisco.

El anciano estaba delante de la consola del salón, observando el retrato de su difunta esposa. Había varios por toda la casa: encima del televisor, al lado de su cama en la mesilla de noche, debajo de un cuadro de la Virgen Dolorosa, detrás de un jarrón con flores en el salón…

- Don Francisco, hoy está un día tan lindo. ¿Por qué no salimos a dar un paseo después del desayuno? Le hará bien, está siempre metido en casa.

- No, hija, muchas gracias, no tengo ganas de nada. Estoy tan solo y tan triste.

- ¿Cómo que está solo? ¿Y yo entonces, no cuento para nada? Mírese en el espejo, está pálido como un muerto, necesita tomar el aire.

- Mi vida no tiene sentido, sólo espero la muerte.

- Bueno, bueno, don Francisco, me va a poner triste a mí también. Tómese el desayuno y luego nos vamos al Retiro, debe estar lindísimo hoy con este tiempo. Le he preparado un zumo de maracuyá, una delicia, pura vitamina.

El viejo señor obedeció: tomó el zumo, bebió su café con dos tostadas de pan con mantequilla y mermelada y miró a Mirta sin saber qué hacer. Pero Mirta ya estaba preparada: en la mano izquierda el sombrero verde de don Francisco y en la derecha su bastón con puño de plata. Le abrió la puerta con una sonrisa y lo siguió hacia el ascensor.

Higinia, la portera, los miró con malos ojos:

- ¿Adónde va usted tan temprano, don Francisco? A ver si coge frío y tenemos un disgusto…

- No se preocupe, Higinia, hasta luego.

Ya en la calle compraron el ABC y caminaron despacio hacia el Retiro, un bello parque madrileño. Había poca gente, porque los niños estaban en el colegio y los adultos trabajando, pero sí se veían algunos jubilados que paseaban con las manos en las espalda, otros que paseaban a sus perros y algunas jóvenes mamás que jugaban con sus guaguas[22] y hablaban en los bancos con otras mamás.

Se sentaron en un chiringuito[23] que a aquella hora estaba casi vacío y pidieron dos cafés. A su alrededor había jardineros municipales que cuidaban y regaban las plantas y algún peatón que atravesaba el Retiro a pie para ir al centro de Madrid. Don Francisco abrió el periódico y se puso a leer. Siempre empezaba por las esquelas, para ver qué personas conocidas habían muerto aquella noche y cuando conocía a alguna, lo comentaba con toda la familia durante semanas. Después leía las crónicas de fútbol, los pronósticos para su club; y por último la política nacional y la internacional.

Después de tres cuartas de hora de silencio, Mirta tosió discretamente:

- Don Francisco…

- ¿Decías algo?

- Me estoy aburriendo terriblemente.

- Ay, perdona, hija; es que no estoy acostumbrado a hablar con las chicas que se ocupan de mí.

- Pues a mí me gusta mucho platicar y si no platico, me aburro.

- Bueno, pues vamos a platicar, como tú dices. ¿Hay parque como éste en tu tierra?

- Huy , qué cosas dice, y mucho más lindos también. Los árboles de allá, no se puede imaginar. Los más bellos: las araucarias y los jacarandas. Pero también eucaliptos, pinos, palmeras, abetos, raulíes, hualos, canelos, avellanos… y flores, hartas variedades de flores, pero la más chilena, la más nuestra es el copihue, roja como la sangre, simboliza el amor… ¿Usted sabe, don Francisco, que Chile tiene más de 4000 kilómetros de longitud? Imagínese la cantidad de especies vegetales y de paisajes, desde el desierto de Atacama, en el Norte, hasta la región de los lagos y la zona antártica en el Sur… Creo que es el país más variado del mundo, todos los turista lo dicen, lo más hermoso de Chile es la naturaleza y también la variedad. Tenemos desiertos y lagos y cordilleras cubiertas de nieve y playas divinas y ríos caudalosos… Hay una leyenda que dice lo siguiente: un día, Dios decide crear el mundo y crea países con montañas como Suiza, países con lagos como Finlandia, países con islas como Grecia, países con selvas como Brasil, países con desiertos como Marruecos… Y cuando termina su trabajo ve que le sobra un poquito de cada cosa. Entonces decidió crear Chile con todos esos poquitos. Lindo, ¿no?

- Bueno, bueno, me están entrando ganas de conocer ese país tan extraordinario, hija.

- Ay, qué bueno, don Francisco, eso sería regio.

- Pero soy demasiado viejo, Mirta, y a mí ya no me interesan los viajes.

- Si le interesa el fútbol, pueden interesarle otras cosas. Pronto va a apetecerle viajar a Chile.

- Hum… ya veremos. ¿Qué, volvemos a casa?

- No faltaba más, don Francisco. ¿Qué le apetece almorzar hoy?

- No sé, hija, lo que tú quieras…

- Tengo una palta en el frigo que va a estar muy rica de primer plato.

- ¿Palta, qué es eso?

- Ay, es verdad, ustedes la llaman aguacate, con el nombre azteca. En Chile la comemos como mantequilla, untada en pan, tan sabrosa… Después le voy a preparar unas empanadas con la receta de mi mamá, verá qué cosa rica, y una ensalada de lechuga y tomate para acompañar.

- Mi mujer también cocinaba muy bien, pero no hacía esos platos tan exóticos, nunca compró aguacates.

- Es normal, don Francisco; ella le cocinaba seguramente platos españoles: paella, cocido, fabada y otras cosas sabrosas, ¿cierto?

- Sabes una cosa, Mirta, de tanto hablar de comida, se me está abriendo el apetito, tengo un hambre…

- ¡Es el paseo, señor! ¿Tenía yo razón o no?

En el portal, Higinia los miró otra vez con sus ojos pequeños, juntos y malvados:

- ¡Vaya frío! ¿No? Qué idea irse a pasear con este día…

- ¡Qué va, Higinia! Hace una mañana espléndida, me siento en plena forma.

Mirta abrió el buzón y había una nueva carta con sellos de Chile; era la recompensa que esperaba.

- Adiós, señora Higinia, debería usted salir un poquito a tomar el aire, ¡ayuda a cambiar de ideas!

7

“Mi hijita linda:

Pienso en ti todo el tiempo, cuando acá es de día, tú estás durmiendo; cuando yo estoy durmiendo, allá es de día y tú trabajas; qué difícil pensar y vivir al mismo tiempo… Qué bueno que encontraste trabajo. ¿Es serio ese señor don Francisco? Ojo con los hombres, mi niña, que hasta viejos son todos iguales. El sueldo me parece bueno, claro que seguramente allá la vida está más cara, tú hablas de pesetas, yo pienso en pesos, pero ni tienes gastos suplementarios de alquiler, ni de luz, ni de agua… ¿Cómo te arreglas para cocinar, le gusta la comida chilena, ya le hiciste mis empanadas? ¿Le gustaron? Te mando la receta en una hojita aparte.

Acá la casa está vacía, sin Sandra y sin ti; Julia anda triste cuando vuelve de la escuela y los muchachos, ya sabes, siempre en la calle o viendo fútbol en la tele. Gasto menos, claro está, porque a Sandra no le mando ni un centavo, se consiguió un trabajo; también Lucho y Hernán sacan buenas notas últimamente… Hernán sólo piensa en entrar en el Colo-Colo juvenil, ¿te imaginas? Extrañamos tu guitarra y tus lindas canciones. Julita quiere una guitarra por Navidad, seguro que es para imitarte. Tengo que terminar, mi hijita, tengo mucha costura últimamente; eso es bueno, pero necesito anteojos[24] nuevos, cada vez veo peor. Ah, llamó Lautaro y me pidió tu teléfono… Está tan triste que se lo di. A lo mejor te llama. Escríbeme, guagüita querida; te quiero muchísimo y te envío muchos besos. Tu mamá.

Receta de las empanadas de pino

El pino, o sea, el picadillo de carne, lo tienes que hacer con carne molida, más o menos un cuarto de kilo, que fríes en cuatro cucharadas de manteca de cerdo con una cebolla grande picada fina y una cucharadita de ají de color. Cuando está frita la mezcla, añades sal, pimienta, orégano y comino, una tacita de pasas, diez aceitunas, un huevo duro picado y una cucharada de harina, se mezcla todo bien y se añade una taza de agua, se deja cocer unos cinco minutos y después se deja enfriar. Para la masa necesitas: tres tazas de harina, una cucharadita de levadura, un huevo, dos cucharadas de manteca derretida, dos cucharadas de aceite y una taza de agua con dos cucharaditas de sal. Ya sabes, lo mezclas todo bien y lo dejas reposar una hora. Después, cortas redondeles de masa con un vaso, pones en el centro una cucharada de pino, la doblas en forma de empanada y al horno una media hora. Ya me contarás el resultado.”

8

- ¡Mirta!

- ¿Qué ha pasado?

- ¿No te vas a clase? Vas a llegar tarde.

- Recibí una carta de mi mamá, por eso…

Don Francisco la miró: tenía los ojos de tanto llorar.

- Si alguna vez quieres llamar por teléfono a tu casa, puedes hacerlo desde aquí sin ningún problema.

- Gracias, señor, es muy gentil… Pero es complicado, las horas son diferentes y…

- Ya lo sé. Pero puedes llamar cuando yo estoy durmiendo, no me importa…

- Qué amable, don Francisco. Pero igual ellos me llaman cualquier día, tienen su teléfono.

En ese momento sonó el timbre, Mirta fue a abrir y apareció un chico moreno, alto, atlético sonriente.

- Ah, me parece que tú eres Mirta… Soy Borja, el nieto de… bueno, el nieto de mi abuelo.

- Encantada, Borja, pasa. Tu abuelo está en el salón. Lo siento, tengo que marcharme, tengo clase en media hora y la micra tarda muchísimo.

- ¿La micra?

- El microbús, bueno, ustedes dicen el autobús, pero es lo mismo. Hasta luego.

- Hasta luego, Mirta. Volveré otro día a otra hora, te lo prometo.

Mirta se fue y Borja entró en el salón.

- Caramba, abuelo, qué señorita de compañía de lujo tienes ¿De dónde la has sacado?

- De un anuncio en el ABC, hijo. Es muy educada y formal y cocina muy bien.

- ¡Y además es guapísima! ¡Qué pelo, qué ojos, qué sonrisa, qué cuerpo…!

- Me parece, Borja, que te voy a ver muy a menudo en casa. ¿A qué sí?

- Qué listo, abuelo. Bueno, hoy he venido a pasearte. ¿Damos un paseo?

- No, hijo, paseo todos los días con Mirta.

- Ajá, esta chica es perfecta. ¿Y crees que a mí también me podrá pasear?

- Lo veo difícil, está muy ocupada.

Sonó el teléfono.

- ¿Cómo dice, para Mirta? Sí, sí, aquí vive… ¿De parte de quién? ¿Cómo dice? ¿Lautaro? No, no, no está. ¿De dónde dice que llama? ¿De Chile? Pues acaba de irse a clase hace un momento… Yo le diré que ha llamado, sin falta.

Y colgó.

- Lautaro… Qué nombre, como el héroe de la Araucana, de Ercilla.[25]

- A una chica como ésta sólo pueden llamarla por teléfono los héroes mitológicos. Mañana, a lo mejor, Ulises o Sigfrido, quién sabe…

El abuelo se rio:

- Estoy preparado para todo. Ya te contaré. ¿Y qué hora puede ser en este momento en Chile?

- Pues seis hora más temprano que aquí, ¿no?

- Las diez y media de la mañana…. Muy enamorado tiene que estar Lautaro para llamar a esas horas.

- Hum…

9

“Querida Sandra:

Como me alegró tu carta, aquí estoy tan sola y tan lejos de todo que una carta es algo muy importante, sobre todo si es tuya. Qué bueno que te conseguiste un trabajo. Genial lo de las hamburguesas, los gringos[26] velan por nosotros, ¿qué haríamos sin ellos, verdad? Lo importante es el piano, flaquita, continúa con él, un día te veremos en las salas de conciertos de Europa, estoy segura, y yo estaré en la primera fila aplaudiendo a la hermana famosa.

Acá no estoy mal, los españoles no son mala gente, algunos son desagradables, como la portera de la casa donde trabajo, que me llama sudaca a mi espalda, ¿conocías el termino? Un sudaca puede ser tanto un colombiano como un cubano, un argentino o un mexicano (pero siempre la gente de poca plata). Lo determinante es ser hispanohablante pero con un acento raro. Ya me acostumbré y no me importa nada ser sudaca. Mi patrón es un viejito de ochenta años, un poco triste y melancólico, pero buena gente también. Como estamos solos los dos, esto nos une y me parece que está contento conmigo. Gasto muy poco dinero para poder viajar a Chile el verano que viene. Bueno, el invierno para ustedes, porque aquí las estaciones del año están cambiadas. Ahora entramos en el invierno y voy a necesitar el saco[27] y los calcetines y guantes de lana mientras ustedes están comprando trajes de baño y minifaldas.

Tengo que contarte algo que me preocupa: hace unos días me llamó por teléfono Lautaro, imagínete. Afortunadamente yo no estaba en casa, pero volverá a llamar, estoy segura. ¿Qué hago si me llama, flaca? ¿Qué le digo? Es muy duro estar aquí sola por causa de él… ¿Por qué no me deja tranquila?

Me preguntas por los cabros de aquí, pues no están nada, nadita mal, aunque no todos se parecen a Antonio Banderas. Don Francisco, mi patrón, tiene un nieto superlindo, por lo menos un metro noventa y unos ojazos grises… está “macizo[28]”, como dicen aquí. Te dejo, Sandra, tengo que planchar camisas, cosa que odio. Este señor es superlimpio y se muda de camisa todos los días. Resultado: siempre estoy planchando camisas. Pero prefiero las camisas a las hamburguesas, por lo menos no huelen.

Chaucito[29], hermana. Escríbeme seguidito. Un beso. Mirta”.

10

- ¡Mirta! ¡El teléfono para ti!

Dios mío, ¿otra vez Lautaro? Desenchufó la plancha y corrió al salón.

- ¡Aló!

- Soy Borja. ¿Te acuerdas de mí?

- ¡Borja! Claro que me acuerdo. El nieto de don Francisco, ¿cierto?

- Oye, Mirta, quería proponerte una cosa: dan una película italiana muy buena en los minicines Rubens, está inspirada en una novela de un chileno, Skármeta…

- "¡El cartero de Neruda!"

- La has visto, estaba seguro…

- Puedo verla mil veces, es maravillosa.

- ¿Entonces vamos? Paso a recogerte a la salida de clase. ¿Me dices dónde es?

- ¿Y la cena de tu abuelo?

- Pues le dejas algo preparado y ya está, no se va a morir de hambre.

- Ah, tengo una idea: le voy a preparar un completo.

- ¿Y eso qué es?

- Parecido a un perrito caliente[30] pero con miles de cosas dentro de pan: salchicha, palta, mahonesa, vegetales… ¡Completo!

- Le va a encantar.

- Seguro. Bueno, pues mi academia está en la Gran Vía, junto al metro de Callao. Salgo a las ocho y media.

- Pues allí estaré. ¡Hasta luego!

- Chau.

Don Francisco la miró sonriente.

- No tienes que preocuparte por mi cena, me preparas una once un poco consistente, con muchos sandwiches y creo que sobreviviré.

- Tengo algo mejor para usted esta noche. Ya verá, se lo dejo en la nevera.

- Pues que te diviertas.

La portera estaba regando las plantas del portal cuando salió Mirta. La miró con una mirada perversa y no contestó al “buenas noches”. Después murmuró entre dientes:

- Muy contenta va la sudaca; seguro que ya pescó novio. A eso vienen todas, a casarse.

11

El pub estaba lleno, pero encontraron una mesa vacía al fondo.

- ¿Qué van a beber? – preguntó el camarero.

- Para mí un café irlandés, hace un frío en este Madrid…

- Para mí un gin tonic, por favor.

-¿Te ha gustado "Il postino"[31] tanto como la primera vez?

- Más todavía. Además, en versión original es lindísima, qué lengua tan bella. ¿Por qué tenemos que aprender el inglés si existe un idioma como italiano? Es una película poética y tierna… Siempre lloro cuando la veo; hoy también.

- ¿Tienes la novela de Skármeta? Me gustaría leerla.

- La tengo, pero en Chile, con todos mis libros. Es uno de mis autores favoritos. Me encanta como escribe.

- ¿Qué otros escritores chilenos conoces? Yo, aparte de Neruda…

- Bueno, Neruda es el gran maestro, Neruda es algo colosal y único, pero también están José Donoso, que murió hace poco, y Jorge Edwards… Y si te gusta la aventura y la ecología, tienes que leer a Luis Sepúlveda, un gran contador de historias.

- ¿Y las mujeres? ¿No tenéis mujeres escritoras?

- Claro que las tenemos, y sublimes: Gabriela Mistral, premio Nobel en 1945, imagínate una mujer premio Nobel en esos tiempos… y claro, Isabel Allende, y más reciente aún, Marcela Serrano… Hay muchas mujeres que escriben en Chile, ¿sabes?

- No te enfades, querida india araucana, todavía no te he llamado sudaquita.

- Para eso está la portera de tu abuelo, vieja pendeja[32].

Borja la miró atentamente. Mirta era realmente bonita con sus rasgos un poco mestizos: piel cobriza, ojos negros y un poco asiáticos, labios bien marcados, nariz pequeña, pelo negro y muy brillante, liso. Era delgada y esbelta y debía medir cerca de un metro setenta. También le gustaba cómo se vestía: llevaba unos pantalones negros y ceñidos, un jersey rojo de lana fina y una chaqueta de tweed gris oscuro.

- ¿Echas de menos Valparaíso?

- Mucho. Extraño a mis amigos, a mi familia, a mi mamá sobre todo.

- ¿Y estás bien aquí?

- Estoy flor aquí, como decimos en Chile. Tu abuelo es un amor.

- Está desconocido, no lo reconozco, lo has cambiado por completo. Sale a pasear, come mejor… Oye, una pregunta, ¿es muy caro viajar a Chile? Tengo tantas ganar de ir… El verano próximo, a lo mejor.

- Es muy caro; está lejísimo, está en el poto[33] del mundo, sabes. Pero hay agencias que hacen precios especiales…

- Podemos ir juntos, ¿no? Es más divertido que viajar solo.

- Bueno, no sé, todavía no sé cuánto dinero podré juntar de acá al verano. Tengo que ahorrar.

- ¿Quieres beber algo más?

- No, por favor, se me va a subir a la cabeza tanto trago. Es como con el pisco sour en Chile, cuando hace calor. Una delicia, pero peligrosa.

- Explícame qué es eso del pisco sour.

- Es la bebida nacional, pero te lo explicaré con palabras de Antonio Skármeta: “Brebaje chileno de 40º, procedente de una uva y batido con limón, azúcar, hielo y clara de huevo, y cuyo efecto permite al beneficiario olvidarse sin más de nombre, apellido, edad y, en el caso de los casados, frecuentemente de su estado civil”.

Borja se rio.

- Eres maravillosa, Mirta.

- Sí, pero tengo que irme, es muy tarde.

- ¿Y qué importa?

- Sí importa. Tengo apuro[34].

- Bien, te acompaño a casa entonces.

Llamó al camarero:

-¿Qué le debo?

Pagó y después atravesaron Madrid, casi vacío a la una de la mañana hasta llegar a la calle Menorca.

- Gracias, Borja, por el cine y por todo. Fue muy lindo.

- Gracias a ti, que eres la mujer más maravillosa del mundo. Espera un momento. ¿Puedo hacerte una pregunta?

- …

- ¿Quién es Lautaro?

- Alguien de quien no quiero hablar en este momento. ¡Chau!

12

Terminó de planchar las siete camisas de la semana y empezó a colocar en la pared de su cuarto los dos pósters que Hernán le había enviado: uno el del volcán Osorno, en el Sur, con su cumbre nevada, el símbolo de Chile; y otro, el desierto de Atacama, en el Norte, árido y hermoso. El cuarto parecía ahora más acogedora, más suya. Sacó del armario un poncho de lana de vicuña y se cubrió con él, siempre tenía frío en Madrid. Agarró la guitarra y tocó viejas canciones de Quilapayún y de Inti Ilimani[35]. También canciones modernas que cantaban en los pubs de Valpo. Pero no estaba inspirada. Dejó la guitarra, fue al salón y vio a don Francisco delante de su eterno partido de fútbol: cada día uno diferente, pero a Mirta le parecía siempre el mismo. El anciano se veía contento.

- ¿Gana el Real Madrid, don Francisco?

- No está jugando el Real Madrid, Mirta. Juega el Betis contra el Depor.

- Ah.

“Veinte hombres corren detrás de un balón, como posesos y otros dos intentan detener el balón. ¡Qué juego más tonto!” – pensó Mirta.

- ¿Me ha llamado alguien, don Francisco?

- No, hija, ¿esperas alguna llamada?

- Oh, no nada especial. A propósito, este fin de semana voy a ir a casa de Ana Paula, hace mucho que no nos vemos.

- Buena idea, hija – contestó con los ojos fijos en el televisor.

Mirta se calló, triste una vez más.

Pasaron quince minutos, media hora. De pronto, el viejo señor miró a Mirta y apagó la televisión.

- Tú estás triste, ¿verdad?

- Sólo un poquito.

- Bueno, cuéntame. ¿Cómo puede una chica como tú no tener novio?

- Sí lo tengo, mi pololo[36] está en Valparaíso.

- Lautaro, claro.

- Lautaro.

- Ajá.

- Pero es un amor imposible, por eso estoy aquí.

- ¿Está casado?

- No, libre como el viento.

- ¿Entonces?

- Es una historia muy personal, don Francisco. No sé si debo…

- Pues claro que debes, hija. Hablar es bueno y yo soy ya tan viejo…

- Lautaro y yo nos conocimos en la Universidad, yo en primer año de periodismo y él de asistente de un profesor. Yo dejé los estudios para venir aquí. Es un muchacho fabuloso: serio, inteligente, romántico, apasionado, estudioso… Me enamoré de él y fue una historia muy linda durante ocho meses. Un día le dije que quería conocer a su familia y presentarle a la mía. Entonces me confesó la verdad: en su familia hay una terrible enfermedad genética que se convierte en parálisis después de la pubertad. No todos sufren la enfermedad, pero todos pueden transmitirla, ¿comprende? Su hermano está en un sillón de ruedas, uno de sus primos y una tía paterna, también. Lautaro me dijo entonces que había decidido no tener hijos jamás, pero que quería casarse conmigo. Lo demás, ya lo sabe. Para mí, si algún día me caso, tener niños es muy importante. Por eso estoy aquí, porque quiero olvidar a Lautaro.

- Hija, es terrible lo que me cuentas, pobrecita Mirta.

- Pobre Lautaro sobre todo, señor.

En ese momento sonó el timbre y entró Borja, altísimo, deportivo, elegante y sonriente, con una bolsa de libros en una mano y un ramo de flores en la otra.

- ¡Todos! ¡Los he comprado todos! Mira. Pablo Neruda “Canto general”; Antonio Skármeta “El cartero”; Isabel Allende “La casa de los espíritus”; Luis Sepúlveda “El viejo que leía novelas de amor” … ¡Tengo lectura para un año y todo gracias a ti, sudaquita! Te traigo estas flores para darte las gracias. Pero… ¿Por qué tenéis esas caras tan tristes? Esto parece un entierro.

- Nada, nada, no pasa nada, Borja. Anda, trae unas cervezas de la nevera y cuéntanos el motivo de tu visita…

- No, yo… bueno, pasaba por aquí y…

El abuelo se rio.

- Borja, creo que nunca has venido a mi casa tantas veces como esta última semana.

- Es cierto. Quería invitar a Mirta a una fiesta en casa de unos amigos el sábado.

- El día sábado no puedo, paso el fin de semana con una amiga chilena.

- Tu amiga también puede venir…

- No sé, Borja, muchas gracias, pero prefiero estar tranquila con ella y platicar de nuestras cosas.

Borja pensó: “De nuestras cosas. De Lautaro, claro.”

- Vale, te llamo el sábado por la mañana, tal vez cambies de idea. Hasta pronto, abuelo.

El viejo señor observaba la escena muy interesado. Había olvidado completamente su partido de fútbol.

- Espero verte pronto, hijo.

- Segurísimo, abuelo.

Borja se fue muy serio y Mirta dijo:

- Me voy a mi cuarto, don Francisco; quiero estudiar y escuchar música. Con permiso.

- Gracias por tu confianza, niña. Y si estás triste, ven a verme y habla; es bueno hablar.

13

La fiesta era en un chalé de La Moraleja, en las afueras de Madrid. Había mucha gente, buena música y mucho ambiente. Ana Paula la había convencido:

- Tienes que divertirte, tienes que salir y conocer gente. Estás todo el día pensando en lo mismo. Vas a terminar mal, flaca.

“Seguramente tiene razón”, - pensó Mirta.

Y el sábado a las diez de la noche pasó en su coche Borja, feliz, a recogerlas. Al verlas silbó admirativo: la morena y la rubia, Mirta de azul, Ana Paula de negro.

- Se morirán de envidia mis amigos. Llevo a las dos chicas más guapas de la fiesta.

Inmediatamente, Ana Paula fue acaparada por un amigo de Borja un poco lleno de carnes. Mirta le dijo bajito:

- ¿Qué tal el guatón[37]?

- Regio. Ya sabes que me muero por los gorditos.

A Mirta le encantaba bailar y el ritmo le hacía olvidar sus problemas. Cuando llegó la salsa, Ana Paula y ella fueron las reinas de la fiesta y todos los chicos quisieron bailar con ellas. Pero Mirta no estaba nada a gusto.

- No es el tipo de gente con la que yo salgo normalmente. Ninguna de estas minas[38] se gana la vida[39] cuidando a un anciano y planchando sus camisas. Seguro que si lo saben me mirarán de otra manera.

- No creo, Mirta, hoy día esos prejuicios ya no existen.

- ¿Estás seguro? Yo no soy la hija del embajador de Chile, soy una sudaca inmigrada y punto.

- Pero a mí me gustas mucho más que todas ellas juntas y más que la hija del embajador de Chile.

- Olvídate, Borja.

- ¿Por qué?

- Porque sí.

- Lautaro, claro… ¿Por que no eres franca de una vez?

- Pues bien, seré franca: he venido a España para olvidar a Lautaro, porque nuestra relación es imposible, pero ha sido muy muy fuerte y por ahora no puedo entrar en otra historia… de amor, claro. ¿Por qué no hablamos de otras cosas y lo pasamos bien?

A las cinco de la mañana, cansada, pero un poquito tomada[40] y muy contenta, entró en su cuarto sin hacer ruido para no despertar a don Francisco. Encima de la cama había una nota de éste: “Ha llamado tu madre, dice que es muy urgente, que debes llamarla inmediatamente, a cualquier hora. Puedes usar mi teléfono, por supuesto. Buenas noches, niña.”

Mirta miró el reloj: las once de la noche en Valparaíso. Tenía miedo. ¿Qué había pasado? Entró silenciosamente en el salón y marcó los prefijos y el número de su madre.

- Soy yo, mamita. ¿Qué pasó?

- Ay, mi hijita… Qué desgracia, no puedes imaginar. Lautaro… está en el hospital, un accidente. Los médicos dicen que vivirá, no te preocupes, pero el problema está en su cabeza, no puede soportar tu ausencia… En realidad no se sabe si fue un accidente o…

- ¿O un suicidio?

- Cierto.

- …

- ¿Mirta? ¿Estás bien?

- Sí, mamita. Estoy aquí, todo va bien. Creo que debo viajar a Chile inmediatamente. Pediré plata para el viaje a Ana Paula, ella puede prestármela. Dígale a Lautaro, por favor, que llego, que me espere.

- Ay, mi hija, yo no sé si es bueno…

- No pasa nada, mami, yo estoy reaccionando en todo esto como egoísta y Lautaro es mucho más débil que yo, me necesita.

A las ocho de la mañana, cuando don Francisco salió del cuarto de baño oliendo a lavanda inglesa, la valija de Mirta estaba preparada y ella estaba reservando su pasaje por teléfono.

- De verdad, señor, no sabe cuánto lo siento, pero es cuestión de vida o muerte, ¿comprende? Ana Paula podrá reemplazarme por unos días, mientras usted encuentre otra persona. ¿Me perdona por dejarle así, de esta manera tan mal criada? Usted es el patrón más bueno del mundo y …

Don Francisco no sabía qué pensar y sobre todo estaba muy triste de ver que Mirta se iba.

- Voy a llamar a Borja para que te acompañe al aeropuerto.

- Oh, no, por favor. Déle esta carta de mi parte, aquí le explico todo. Don Francisco, ¿me perdona?

- No tengo nada que perdonar, niña; pero sé que jamás encontraré a alguien como tú.

- ¿Me promete que dará paseítos por el Retiro?

- Te lo prometo.

- ¿Me promete que nunca olvidará tomar la once? ¿Me promete que se interesará por la vida?

- Te lo prometo, y ya basta. Vas a perder el avión, niña.

- ¿Puedo dejarle los pósteres de Chile como recuerdo?

- Claro, te prometo también que nadie los quitará de esa pared.

- ¿Puedo dejarle mis cintas de música también?

- Claro, así no pensaré tanto en el Real Madrid.

- Adiós, don Francisco, cuídese.

- Adiós, niña. Buena suerte.

14

Pasaron seis meses. Don Francisco había encontrado a una señora gallega muy seria y respetable que cocinaba correctamente y era muy limpia; pero no sabía tocar la guitarra, no cantaba canciones de Víctor Jara, no le hablaba de volcanes ni de lagos, ni de un país inmensamente largo; no le preparaba comidas exóticas y tecitos y tampoco le enseñaba nuevas (o viejas) palabras que existían en el español de América. Para no pensar en todo aquello, don Francisco se compró un perrito y un canario. El perrito lo llamó Pinochet y el canario Pavarotti. Salía todas las mañanas a pasear con el perrito por el Retiro y se sentaba en un boliche a recordar los nombres de árboles lejanos que le había enseñado Mirta. Compraba comida para el canario, lo escuchaba cantar, jugaba con el perrito, oía las cintas que le había dejado Mirta y algunas veces, los domingos sobre todo, miraba los partidos de fútbol cuando jugaba el Real Madrid. Cuando leía la información deportiva internacional siempre buscaba los resultados del Colo-Colo. Algunas veces recibía visitas de Borja, que salía a menudo con Ana Paula, seguramente para hablar con ella de Mirta. Borja había engordado mucho en últimos tiempos, pues para no caer en la depresión se dedicaba a comer dulces y chocolate a todas horas.

Y el tiempo iba pasando…

Un día de primavera sonó el teléfono en el gran piso antiguo de don Francisco y se oyó la voz de Mirta al otro extremo del cable:

- ¡Don Francisco! ¡Gran noticia: me caso! ¡Me caso con Lautaro dentro de un mes!

- ¡Qué alegría, niña! ¿Entonces todo va bien?

- Superbien; Lautaro y yo no podemos vivir el uno sin el otro; hemos hecho una terapia con in psicólogo y, ¿sabe qué hemos decidido? Pues adoptar tres o cuatro guagüitas… Hay tantos niños abandonados por el mundo, no importa si no son nosotros.

- Enhorabuena, Mirta, qué buenas noticias me das.

- Hay otra cosa, don Francisco: usted tiene que ser mi padrino de boda; tiene que venir a Valpo, así será todo lo que le conté. Es tan lindo en otoño… allá en Madrid están en primavera, ¿cierto? Don Francisco, dígame que sí… Ana Paula va a ser la madrina y también viajará a Chile.

- ¿Pero tú sabes los años que tengo yo, niña? ¿Cómo voy a hacer un viaje tan largo? Me da mucho miedo viajar, nunca llegué más allá de París.

- Don Francisco, acá estará como en su casa, toda mi familia le espera, siempre estoy hablando de usted y ya es casi como nuestro abuelito…

- Bueno, bueno, no me líes… Déjame pensar. Te llamo dentro de unos días, ¿vale?

- Vale, señor, chaucito.

15

La marcha nupcial de Verdi, interpretada al órgano por Sandra, suena triunfante en la vieja iglesia y Mirta, bellísima con un traje blanco confeccionado por su madre, se dirige al altar del brazo de don Francisco, que parece totalmente rejuvenecido. Hace una semana que llegó a Valparaíso y no paró un momento. La familia de Mirta le ha hecho visitar los viejos barrios de la ciudad con sus casitas colgadas de las colinas, han subido en viejos funiculares imposibles, se han detenido en típicos pubs para beber pisco y oír tocar la guitarra, lo han llevado al barrio chino y a la vieja aduana. En uno de los quince ascensores que suben al mirador Diego Portales, ha admirado una magnífica vista del puerto y ha visitado igualmente el Museo de Artesanía y el nuevo Parlamento. El encanto un poco misterioso de Valparaíso ha conquistado a don Francisco, feliz de su viaje a Chile, y la madre de Mirta, una joven señora encantadora le ha prometido acompañarlo a Isla Negra, 100 kilómetros más al sur, donde está la residencia de Pablo Neruda, llena de recuerdos de sus viajes y aislada frente al océano. Allí escribió la mayoría de sus poemas y es donde está enterrado el poeta.

Lautaro entra en la iglesia detrás de ellos, del brazo de Ana Paula que va muy elegante con un vestido rojo y un sombrero negro. Sigue la madre de Mirta, todavía muy joven y atractiva, del brazo del padre de Lautaro y después, los abuelos vascos de Mirta, los hermanos de Mirta y los de Lautaro; los primos, los tíos, los cuñados, una vieja tía abuela y los amigos, muchos amigos. Hay otro invitado español que ha venido de Madrid… ¡Borja! Borja que salió del avión de la mano de Ana Paula, quien en el aeropuerto confesó a su amiga:

- Borja es mi pololo, flaca. ¿Recuerdas? Siempre me gustaron los guatones.

Después de las bendiciones hay un banquete muy animado en un restaurante de la parte alta de la ciudad. El menú es exquisito y don Francisco encuentra que los mariscos chilenos y las frutas exóticas son extraordinarios. También ha bebido vino chileno, uno de los mejores del mundo y así, cuando llega el momento de los brindis está entusiasmado.

- Brindo por la felicidad de Mirta, que es como una nieta querida para mí y de Lautaro, que ha sabido ganarse su amor. Brindo por mi nieto Borja, aquí presente, y por su novia, digo su polola chilena, Ana Paula, que será una nueva nieta para mí; brindo por todos ustedes, mis nuevos amigos, que me han recibido de una manera tan cálida y entrañable; y brindo por mí, porque he decidido quedarme a vivir en Valparaíso. Me encuentro aquí mucho mejor que en Madrid. Y brindo finalmente por el Colo-Colo, porque he decidido también hacerme socio de dicho club y no perder ninguno de sus partidos.

Don Francisco levanta la copa y todos los invitados le aplauden y ríen. En ese momento, la orquesta empieza a tocar un vals criollo y el viejo señor invita a bailar a la recién casada.

- ¡Qué bueno, don Francisco! ¿Es cierto que va a quedarse en Chile?

- Totalmente cierto. Nunca más podré soportar la tristeza de mi casa y de mi vida en Madrid. Pero … ¿crees que me dejarán traer a Pinochet y a Pavarotti?

- Estoy segura de que sí, pero a condición de que le cambie el nombre al perrito… Hay que buscar algo más positivo, más moderno.

- ¿Qué te parece Mercosur[41]?

- ¡Vale! Me gusta.

En este momento Lautaro viene a buscar a su joven esposa para invitarla a bailar y don Francisco se vuelve hacia la vieja tía abuela olvidada en un rincón:

- ¿Un bailecito nomás, señora?

PARA COMPROBAR LA COMPRENSIÓN

1

1) Completa con la información que falta:

Mirta Corbalán es ………………….., tiene ………………………………,

vive……………………., sabe…………………., busca …………………El viejo señor tiene … años, necesita ………… porque …………………………

Las condiciones de trabajo son: todos los días …………………………, en verano ………………………………….

2) Contesta a las preguntas:

¿Por qué llamó Mirta a un viejo señor?

¿Por qué Mirta habla con acento?

¿Tiene Mirta familia? ¿Qué sabemos de su familia?

¿Tiene Mirta amigos en Madrid?

¿Qué sabemos del viejo señor?

¿Qué horario de trabajo propone el señor a Mirta?

¿Le conviene el horario a Mirta? ¿Por qué?

¿Cuándo puede empezar a trabajar Mirta?

¿En qué quedan Mirta y el viejo señor?

3) Imagínate el anuncio escrito por el viejo señor al diario “El Universo” y escríbelo:_________________________________________________________________________________________________________________________________

_______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

2

Completa las frases:

Los tesoros de Mirta son …………………………………………………….

Una asistenta ideal debe ser …………………………………………………

El apartamento de don Francisco es …………………………………………

El cuarto de Mirta es ………………………………………………………...

Mirta puso en el armario ……………………………….., colocó en la estantería………………., sacó de la maleta ………………………….., hizo la cama con…………………………., miró dos fotos una ………………y la otra………………………

Don Francisco tenía que comer mucha ……………, poca ………………., nada de ……….., todo sin ……

La madre de Mirta es …………………………, tiene mucha clientela porque ………………….., trabaja demasiado porque ……………………

Los abuelos maternos de Mirta son ……………………………………….

Mirta tiene algunos amigos en Madrid sobre todo son ………………………

Mirta aprende …………………….. porque ………………………………..

En el mercado a dos bocacalles abajo hay de todo: ………………………….

En el supermercado mejor comprar las cosas básicas: ………………………

Don Francisco es fanático de ……….., sobre todo le gusta ……………………….

2) Contesta a las preguntas:

¿Le gustó a Mirta su cuarto? ¿Por qué?

¿Por qué razones vino Mirta a España?

¿Mintió una vez Mirta a don Francisco? ¿Cómo? ¿Qué le dijo?

¿Se diferencian los españoles de los chilenos en hablar según Mirta? ¿Cómo?

¿Cuál es la composición étnica de Chile?

3) Habla de:

Don Francisco (de sus gustos, problemas, de su familia)

La familia de Mirta (madre, hermanos, abuelos)

3, 4, 5

Da títulos a los capítulos 3,4,5 y anótalos:

Capítulo 3 “ …………………………………………………”

Capítulo 4 “ …………………………………………………”

Capítulo 5 “…………………………………………………..”

Describe el estado de ánimo de Mirta la primera noche pasada en casa de don Francisco y analízalo.

¿De qué se trata en la carta de Sandra? Termina:

En su carta Sandra describe …………………………………………….

Sandra cuenta …………………………………………………………….

La hermana menor se interesa por ……………………………………….

Escribe un informe sobre la capital de Chile (según la carta de Sandra)

Habla de Sandra

¿qué es?

¿cómo es?

¿qué carácter tiene?

¿dónde vive?

¿a qué se dedica y por qué?

¿qué te parece esta muchacha?

6) ¿Por qué al leer la carta de Sandra Mirta pensó que la vida es dura?

7) ¿Sabes explicar qué es “la once”?

6

¿Te has fijado en los detalles siguientes? Escríbelos. Si no, vuelve a leer el capítulo 6.

1. El agua de colonia que usaba don Francisco …………………………….

2. El periódico preferido del papá de Mirta …………………………………

3. El desayuno que tomó don Francisco aquella mañana……………………

4. Don Francisco solía leer el periódico desde …………………………., después leía …………por último……………………………………….

5. Para el almuerzo Mirta le ofreció ………………………………………….

6. Los platos típicos de la cocina española ………………………………….

Contesta a las preguntas:

1. ¿De qué hablaron don Francisco y Mirta en el parque el Retiro?

2. ¿Por qué don Francisco llamó Chile un país extraordinario?

3. ¿Qué trata la leyenda sobre el origen de Chile?

Haz una descripción oral “Una mañana de otoño en el Retiro”

Haz un informe sobre Chile a base de lo leído. Escríbelo y relata.

7, 8, 9

1) Habla de cada miembro de la familia de Mirta Corbalán

❑ Mirta

❑ Sandra

❑ Julia

❑ Lucho

❑ Hernán

2) Traduce por escrito al ruso la receta de las empanadas de pino. ¿Qué plato típico ruso te evoca (напоминает)?

3) Elige epítetos adecuados para definir a Mirta, Borja, don Francisco:

sonriente

moreno

listo

gentil

formal

de lujo

de ojos grises

superlindo

melancólico

guapísimo

atlético

triste

perfecto

educado

está macizo

alto

4) Completa:

1. Según Mirta los españoles son ……………… y los muchachos españoles …………………………………………

2. A Mirta le preocupa ………………………………………………………

3. Mirta odia …………………………………………………………………

4. Mirta prefiere ………………………………. a ………………………..

10, 11

Marca si es verdad o mentira. Si la frase es falsa, corrígela según el contenido.

1. Borja llamó a casa de su abuelo para preguntar por su salud e invitarlo a dar un paseo por el Retiro.

2. La academia donde estudia Mirta está en la Gran Vía junto al metro Callaos.

3. La portera estaba regando las plantas del portal cuando salió Mirta.

4. La portera saludó amablemente a Mirta.

5. Cuando Mirta ve la película “Il postino” siempre ríe mucho porque es una comedia.

6. Mirta es realmente bonita con sus rasgos un poco mestizos.

7. Borja tiene ganas de ir a Chile el verano próximo.

8. El pisco sour es el plato nacional de Chile.

Dramatizad la conversación telefónica entre Borja y Mirta.

Después de ver la película Borja y Mirta hablaron en el pub de:

1. ……………………………………………

2. ……………………………………………

3. ……………………………………………

4. …………………………………………….

5. ……………………………………………

12, 13

1) Escribe definiciones a los términos y nombres siguientes:

Osorno

Atacama

Real Madrid

poncho

fútbol

póster

guagua

pubertad

confianza

2) Cuenta la historia de amor de Mirta y Lautaro.

3) Haz una lista de literatura chilena anotando el nombre del escritor y su obra.

Autor Obra

1. _______________________________ ___________________________

2. _______________________________ ___________________________

3. _______________________________ ____________________________

4. _______________________________ ____________________________

¿Conoces algo de los autores mencionados, de su vida, obra, etc.? ¿Sabes ampliar la lista?

4) Describe la fiesta en un chalé de La Moraleja de parte de

❑ Borja

❑ Ana Paula

❑ Mirta



5) Contesta a las preguntas:

1. ¿Por qué al volver de la fiesta a las 5 de la mañana Mirta inmediatamente llamó a Chile?

2. ¿Qué le comunicó su madre a Mirta?

3. ¿Por qué a las ocho de la mañana Mirta ya estaba reservando por teléfono un pasaje?

4. ¿Qué le prometió don Francisco a Mirta despidiéndose de ella? (5 puntos)

14, 15

1) Titula el capítulo 14 “…………………………………”. Completa los espacios vacíos:

Don Francisco encontró a ………………………………… que sabía ………………….………………………pero no sabía ……………………… .

Don Francisco compró ………………………………………. y los llamó ………………………………Cada mañana don Francisco … ……………….. ….. y los domingos……………………………………….. .

Borja ………………………………………………………………………… .

Un día de primavera Mirta llamó a Madrid para ……………………………….

2) Enumera 5 – 8 lugares notables que merece la pena visitar en Valparaíso en una semana.

3) Describe la boda de Mirta y Lautaro utilizando las palabras y expresiones siguientes:

La marcha nupcial

Padrino (madrina) de boda

Dirigirse al altar

Traje confeccionado

Ir del brazo de ….

Bendición

Banquete animado

Brindar por

Tocar el vals

Recién casados

¿Has asistido a una boda en tu país? Habla de la ceremonia de casamiento y las tradiciones de la celebración de la boda en tu país.

TEST DE CONTROL (PRÁCTICA ORAL)

Completa el texto siguiente:

Don Francisco dice que no_______ interesan los viajes y que________ ha viajado más allá _________ París. Pero un día Mirta _______ llama por teléfono y los convida ________ su ________ Don Francisco_______ miedo de hacer un viaje tan ______________, pero acepta _________ invitación y al final decide ________ a vivir … Chile para siempre.

Una vez completado el texto, transfórmalo al plan pasado.

¿Qué has aprendido sobre Chile leyendo este libro? Haz una lista de tus nuevos conocimientos en:

Geografía…..………

Historia…………….

Literatura…………

Cine……………….

Tradiciones………..

Ciudades principales ………………

Comenta los nombres propios que contiene el libro:

Víctor Jara

Pablo Neruda

Valparaíso

La Araucana

Antonio Skármeta

Mercosur

Pinochet

Isla Negra

Osorno

Gabriela Mistral

Colo-Colo

Luis Sepúlveda

¿Recuerdas cómo se dice en Chile? Busca equivalentes a las palabras siguientes en el libro en las notas explicativas y compón un diccionario:

chaqueta, f - ……………………..

chica, muchacha -…………………………

chico, muchacho - …………………………..

coche, m - …………………………………

conversar, hablar - ……………………..

fantástico, adj.- …………………………..

gafas, pl.,f - …………………………….

gordo, adj. - …………………………….

maleta, f - ………………………………..

manta, f - …………………………………

manzana, f - ………………………………

mucho - ………………………………..

niño, m - ………………………………..

novio, m - ………………………………..

plata, f - ………………………………..

ser guapo - ……………………………….

terremoto, m - ………………………….

5) Da definiciones a las palabras y expresiones siguientes:

Bendición …………………………………………………

Brindar …………………………………………………..

Cartero ………………………………………………………….

Chiringuito …………………………………………………………………

Dominar por dos a uno …………………………………………………….

Eufemismo……………………………………………………………….

Gachupín ……………………………………………………………………

Gringo ………………………………………………………………...

Ley secа……………………………………………………………………..

Llevar la casa ……………………………………………………………..

Mapuche ……………………………………………………………………

Padrino de boda …………………………………………………………..

Pisco Sour …………………………………………………………………..

Sudaca ………………………………………………………………………

Viudo/a ……………………………………………………………………..

Inspiración ………………………………………………………………….

6) Contesta:

¿A qué se dedica Sandra, la hermana de Mirta?

¿Quién y por qué hizo el vestido de novia de Mirta?

¿Por qué engordó Borja?

¿Qué cambios experimentó don Francisco después de la llegada de Mirta?

¿Qué defectos tiene Higinia, la portera de don Francisco?

7) ¿Cuál de los personajes de la novela te inspira más simpatía (antipatía) y por qué?

Habla de uno de los personajes.

México

TAXI A COYOACÁN

Dolores Soler-Espiauba

1

El avión empezó a aterrizar y David vio desde su ventanilla la cumbre del volcán Popocatepetl, totalmente cubierta de nieve. Abajo, casas y casas, calles y más calles, parques, barrios elegantes, barrios populares, carreteras atascadas por el tráfico… Estaba llegando a la segunda ciudad poblada del mundo, una de las más altas también: México D.F.[42]

- Abróchense los cinturones, mantengan derechos sus asientos y no fumen, por favor…

Las azafatas comprobaban si todos los viajeros respetaban las indicaciones y David se preguntó cuánto tiempo hacía que estaban sobrevolando la ciudad, que parecía inmensa. “¿Cuántos kilómetros cuadrados puede tener?” Las casas, las carreteras y los parques, cada vez más grandes, cada vez más cerca, desfilaban bajo las alas del avión y de repente oyó el ruido de las ruedas en el asfalto de la pista. Por fin estaba en México.

Bajó del avión, se dirigió con los demás pasajeros al control de policía y enseñó el pasaporte; como español no necesitaba visa[43] de entrada y las formalidades no eran complicadas. Avanzó después hacia la recogida de equipajes y recuperó su maleta (recordó que a partir de este momento debía decir valija) y salió del aeropuerto Benito Juárez a la luz de un día soleado y espléndido. Pensó que en Europa los días eran ya más cortos, pues estaba terminando el mes de octubre y la luz ya no era tan fuerte ni tan viva como en esta parte del planeta. Hacía un tiempo seco y agradable y los árboles le parecían más verdes y más frondosos que en España, el color de las flores más intenso. Le sorprendió sobre todo la cantidad de gente que agitaba a su alrededor y pensó que estaba en una ciudad de dieciocho millones de habitantes. ¡Qué vértigo!

Vio una parada de autobuses (pensó que a partir de ahora debía decir colectivo) y subió a un bus blanco y azul, que le llevó al centro de Ciudad de México, donde estaba su hotel.

Todo le parecía diferente: los taxis, los coches (sabía que a partir de ahora debería decir carros), la vegetación, pero sobre todo la gente, muy diferente de la que vive en España. Su guía decía que de los 85 millones de habitantes que tiene el país, hay un 82% de mestizos, un 10% de indios y un 8% de blancos. El centro estaba cerca, sólo a 13 kilómetros, pero la circulación era intensa y tardaron casi 45 minutos en llegar. Pensó que debía ser difícil conducir en una ciudad tan enorme como ésta. Había todavía más contaminación que en Madrid, observó al bajar del colectivo, porque el aire tenía un olor particular. Había también mucho ruido, pues los coches (perdón, los carros) tocaban constantemente la bocina.

En la recepción, una señorita morena y guapísima le dijo:

- Vamos a chequear[44] su reserva.

Y David pensó que iba a tener que acostumbrarse a la omnipresencia del inglés en el español de México. La señorita añadió que en la habitación había una caja fuerte para los objetos de valor: pasaporte, cheques, tarjetas de crédito, dinero, alhajas, etc. Y le dio la llave.

El ascensor (que aquí se llama elevador, naturalmente) lo dejó en el sexto piso. La ventana de su cuarto daba a una calle céntrica, con edificios modernos y altos. Muy cerca del hotel, a solamente dos cuadras había un edificio importante con la bandera estadounidense en la fachada; comprendió que era la embajada de los Estados Unidos. Delante de la puerta empezaba una larga cola de gente que continuaba tres o cuatro cuadras más arriba. El chico que le había subido la maleta y le abrió las cortinas le explicó:

- Es para la visa, todos quieren marcharse al otro lado del Río Grande.

David le dio una propina y se quedó solo. Como era periodista, conocía muy bien las aventuras de los espaldas mojadas[45] a pesar de la existencia de la migra[46] y se preguntó si era una suerte o una desgracia el tener una frontera común con los Estados Unidos; pero sabía también que los Estados Unidos eran la quinta potencia hispánica del mundo, detrás de México, España, Argentina y Colombia y, que actualmente, junto con México y Canadá formaban una comunidad de intereses económico - políticos que se llamaba NAFTA[47], o TLC[48] en castellano…

Abrió la maleta y empezó a ordenar su ropa en el armario… Pero antes de nada, lo primero y principal: una ducha. Había pasado una mala noche en el avión y la diferencia de horario significaba que aquí eran las once de la mañana, pero para él eran las tres de la madrugada. Tenía sueño y estaba cansado, por eso tomar una buena ducha era lo mejor que podía hacer en aquel momento.

Después de ducharse, se afeitó, se lavó los dientes, se peinó, se refrescó con agua de colonia y se vistió con ropa informal: unos pantalones vaqueros y una camisa blanca de algodón. Sacó también de la maleta unas zapatillas de deporte, cómodas para andar, pues pensaba caminar muchísimo por esta inmensa ciudad.

Terminó de ordenar su ropa y sus cosas y sacó por fin lo más preciado, lo más importante para él, la única razón de este viaje: un libro de arte. En la portada tenía el retrato de una mujer morena, con el pelo recogido en lo alto de la cabeza, unos grandes ojos oscuros y unas cejas muy pobladas y casi juntas, que parecía mirarlo fijamente: Frida Kahlo.

2

Nunca había visitado una ciudad a las tres y media de la mañana, pero pensó que no era el momento de dormir; debía aprovechar las dos semanas de vacaciones que le había concedido su periódico y pensó que era mejor vivir el ritmo del horario mexicano. Otro colectivo le condujo al Zócalo, una plaza que es el corazón de D.F.

La catedral y el Palacio Nacional construido por Hernán Cortés sobre las ruinas del palacio de Moctezuma son una belleza, además es la sede del Gobierno federal. A lo largo de una impresionante escalera que lleva al primer piso, los famosos murales de Diego Rivera describen la Historia de México. Diego Rivera… “El compañero de Frida”, - pensó – “el gran depredador de mujeres, pero uno de los más grandes pintores mexicanos también”. David no sabía si debía odiarlo o admirarlo… Subió despacio la escalera, contemplando las escenas que representaban siglos de la historia del país. Pensó en Cortés, tan criticado por la historia, pero intentó imaginar, en el contexto de la época, a un pobre campesino de Extremadura que había embarcado sin saber dónde llegaría, ni cómo, ni cuándo, para descubrir uno de los mayores imperios del mundo…En aquellos tiempos no había ordenadores (perdón, computadoras aquí), ni Internet, ni E-mail… qué gente más valiente. Una de las cosas que más le gustaban de Hernán Cortés eran sus amores con la mexicana Malinche[49]. “Tengo que comprarme sin falta libros sobre esta historia…” A lo mejor le interesaba tanto porque él mismo también estaba enamorado de una mexicana.

Las horas iban pasando y David sintió hambre; le daba igual si para él era la hora del desayuno, del almuerzo o de la cena (¿tal vez de la merienda?) y decidió entrar en una taquería[50] de la avenida 5 de Mayo. Se dio cuenta de que las calles iban de Norte a Sur y las avenidas de Este a Oeste, como en Nueva York.

Conocía un poco la cocina mexicana, porque en España estaban de moda los restaurantes mexicanos y tex-mex[51]. El restaurante era una cantina bastante popular y la chica (o sea, la chamaca) que se acercó a servirlo era tan guapa como la recepcionista del hotel: lo más bonito eran sus ojos negros, su pelo liso y negrísimo y sus dientes muy blancos.

- ¿Qué desea comer, señor?

A David le pareció que los latinoamericanos eran más corteses y respetuosos que los españoles y contestó:

- No sé… alguna especialidad de la casa.

- Pues tenemos para empezar un guacamole muy sabroso y ensaladas variadas… Luego, tacos y enchiladas nomás.

- ¿Me puede explicar cómo son los tacos? Nunca los he probado.

- Ahorita le digo… los tacos son tortillas[52] de maíz con un relleno de picadillo, o sea: carne, pimientos, chiles, jitomates… o también, rellenos de frijoles.

- Estupendo. Pues voy a tomar unos tacos con picadillo y de primero un guacamole.

- Los fines de semana tenemos mole poblano, la especialidad de la casa nomás, porque la patrona es de Puebla.

- ¿Y qué es eso?

- Bueno, eso es puritita cocina mexicana… Una salsa hecha con chiles, ajo, jitomates, canela, clavo, pimienta, pasas, almendras y… ¡chocolate!

- Eso no me pierdo, el sábado vuelvo seguro.

- Ándele[53] pues, lo esperamos. ¿Y qué va a tomar?

- ¿Cómo que qué voy a tomar? Ya se lo he dicho.

La chica se rio.

- Nosotros decimos tomar a lo que ustedes llaman beber.

- Ah, bueno, pues una cerveza bien fresca, tengo mucha sed.

- Le va a gustar la cerveza mexicana, seguro. Vuelvo tantito.

La cerveza llegó enseguida: fue buena y estaba fresca. Mientras esperaba la comida, David sacó de su cartera una serie de fotografías, siempre de la misma mujer y la miró una por una: Frida con el pelo largo, Frida con el pelo corto, Frida con falda larga, Frida con pantalón, Frida con Diego Rivera, Frida con Trotski, Frida pintando, Frida sonriendo. David suspiró y la guardó. En aquel momento llegó el camarero (mesero como se dice aquí) con el guacamole. Lo probó. Era tan bueno como el d su madre y más todavía porque los sabores eran más fuertes, más auténticos. Intentó identificarlos:

Aguacate, por supuesto, con zumo de limón, ajo, tomate maduro y cilantro… Todo ello con deliciosas tostaditas de maíz crujientes. Hum… no estaba mal la cocina mexicana. Pidió otra cerveza cuando llegaron los tacos y para terminar, un café de olla, fuerte y diferente del horrible café americano del avión.

- La cuenta, por favor.

Si quería aprovechar la tarde tenía que darse prisa. Y en el momento de pagar volvió la bella chamaquita del principio.

- Vuelva el fin de semana para el mole, lo esperamos. Si quiere, le reservo una mesa, porque viene retemucha[54] gente.

¿Qué podría hacer aquella tarde? Tal vez ir al museo de antropología, uno de los más bellos del mundo, rodeado de un magnífico parque, pero estaba demasiado cansado para ir a un museo… Decidió por fin visitar parte de la ciudad, siguiendo el paseo de la Reforma, una ancha y larga avenida que llevaba al parque de Chapultepec. Varias plazas interrumpen la avenida, dedicadas tanto a Cristóbal Colón como a Cuauhtemoc, último imperador azteca. Sigue la Zona Rosa, donde se encuentran las boutiques, los restaurantes y los hoteles de lujo. El parque de Chapultepec es una maravilla de pinos, cipreses, eucaliptos y ahuehuetes[55] centenarios. David nunca había visto una vegetación tan rica ni tan exuberante. Pero de repente se sintió terriblemente cansado, no podía más: había pasado una noche, su noche europea, completamente en blanco[56] y tenía que dormir, tenía que recuperarse antes del gran encuentro; necesitaba estar en forma al día siguiente. Como no conocía bien los autobuses (perdón, los colectivos), alzó la mano y paró un taxi. Hay varios tipos de taxis; los más baratos son los peseros que por sólo unos pesos cargan a cuatro o cinco viajeros con destinos diferentes y que son verdes o azules. David quiso viajar solo y no tener que hablar con nadie: estaba demasiado cansado. El taxi que se paró ante él con un vochito, un viejo Volkswagen (escarabajos los llamaban en España). Subió al taxi y dio la dirección del hotel. La primera sorpresa fue que no existía el asiento delantero de la derecha: lo habían quitado para facilitar la entrada de los clientes. A David le pareció peligroso en caso de frenazo. Pero el conductor conducía (perdón, manejaba[57]) con una increíble maestría y pasaba sin problemas a través de los bocinazos, de los insultos de otros conductores, de los atascos y de la contaminación.

David estuvo de nuevo en su habitación, cayó en la cama como un tronco y se durmió inmediatamente. Pero antes de dormirse colocó cuidadosamente en la mesilla de noche las fotos de Frida.

3

Se despertó en plena forma: no sabía cuántas horas había dormido, pero le daba igual. Después de ducharse y arreglarse, bajó al comedor del hotel, donde estaba preparado un magnífico bufé para los clientes. Lo que más impresionó a David era la enorme cantidad de frutas tropicales que casi no conocía y que le apetecían muchísimo: mangos, papayas, piñas, tunas, guayabas y también melones, naranjas, plátanos, fresas y melocotones, igual que en Europa, aunque estos últimos aquí se llaman duraznos. ¡Qué lío!

Salió a la calle después de su gran cura de vitaminas, lanzando una lánguida mirada a la señorita de la recepción que le sonreía. Salió del hotel, contento y optimista, y justo en la puerta, donde había varios taxis estacionados, el conductor de uno de ellos le gritó:

- ¡Eh, patroncito[58], le llevo a cualquier sitio por el mejor precio!

Y le abrió la puerta de su vochito Volkswagen sin esperar la respuesta.

- ¿Puede llevarme a Coyoacán, al museo de Frida Kahlo?

- Pues claro, ahorita mismo, usted manda, patroncito.

Y arrancó con un terrorífico ruido de motor antediluviano[59].

Atravesaron grandes avenidas, plazas y arterias principales y poco a poco se alejaron del centro. David intentó seguir en su plano, pero no comprendió muy bien el itinerario del taxista y prefirió mirar la ciudad. Miró el taxímetro, que no marcaba ninguna cantidad:

- ¿Cuánto me va a costar, por favor?

- No se preocupe, patroncito, ande y goce de la ciudad y del día tan padre[60] que tenemos hoy.

David no entendió bien lo de padre, pero se calló, un poco preocupado, porque la zona que atravesaban aquel momento estaba bastante desierta y parecía alejarse cada vez más de la ciudad.

El taxi se paró de repente en una esquina y subió a él un hombre con cazadora de cuero y tejanos.

- Qué casualidad – dijo el taxista -, es mi cuate[61] que vive acá cerquita… ¿Con su licencia, podemos acercarlo tantito a su trabajo?

Cada vez más extrañado, David le dejó sitio a su lado. El hombre saludó y el taxi continuó dos cuadras más y se paró en otra esquina, donde había un edificio moderno. Su amigo abrió la puerta, bajó y le dijo a David:

- Órale[62], patrón, baje.

- ¿Cómo, ya estamos en Coyoacán?

El otro se rio, tenía unos dientes amarillos y feos.

- No exactamente. Estamos en el primer cajero automático.

- ¿Cómo dice? No comprendo…

Los dos hombres se rieron con una risa muy fea:

- ¿Olvidó la tarjeta VISA en España, nomás? Qué contrariedad.

Y al mismo tiempo, le sacó la cartera del bolsillo del pantalón y extrajo de ella sus dos tarjetas, la VISA y la de su banco de Madrid.

- ¿Pero que hace, qué significa esto…?

- Pues esto es un atraco, mano[63]… ¿Nunca ha visto la televisión?

David sintió un sudor frío por todo el cuerpo y oyó los latidos de su corazón. El otro le empujó hacia el cajero y le obligó a marcar el código secreto. Después marcó él un número con varios ceros y recogió el dinero. David observó que tenía una navaja en la mano y sintió su punta en la espalda.

- Y ahora otra vez al carro, nomás, tour especial de la casa para gachupines[64].

Y continuaron el viaje.

- ¿Vamos a Coyoacán? – preguntó David con voz temblorosa.

Los dos hombres se rieron otra vez.

- No me sea impaciente, patroncito, vamos al segundo cajero.

- ¡Pero, por favor, déjenme bajar! ¿No les parece bastante?

La navaja apareció otra vez en la mano del hombre que se sentó a su lado:

- No, pues… no nos parece bastante. Baje, por favor.

David miró a su alrededor. No había nadie en la estrecha (angosta, se autocorrigió, a pesar del miedo) calle que estaba desierta. “¿Dónde están los 18 millones de habitantes de esta ciudad?” – pensó desesperado.

- Ahora la otra tarjetita, nomás, ándele.

Y David marcó el código secreto de su segunda tarjeta. El hombre tomó el dinero y, siempre con la navaja en la mano, lo acompañó al taxi. Un poco más adelante, se pararon en un descampado. El taxista bajó y abrió el capó del auto. David pensó que tenía una avería en el motor. “Sólo faltaba esto”, - pensó. De repente recordó que el escarabajo tenía el motor en la parte trasera. “¿Para qué abrió el maletero entonces?” David no podía creérselo, pero del maletero salió un chiquillo (bueno, un chamaquito) delgado y rubio, de unos diez u once años. El hombre le dio todo el dinero que le había robado a David y le dijo:

- ¡Ándele, papasito[65], al sitio de siempre!

El niño tomó la plata y miró muy serio a David con sus ojos muy grandes y muy oscuros. Después empezó a correr y desapareció a lo lejos.

- Hemos llegado al término, patroncito.

- ¿Coyoacán?

Otra vez la horrible risa.

- Qué manía con Coyoacán. ¿Se le perdió algo allá?… En D.F. todos los barrios son rechulos[66]. ¡Goce nomás! Y… ¡felices vacaciones, patroncito!

Y el vochito amarillo se marchó con su terrible ruido de motor viejo.

4

A la mañana siguiente, cuando salió del hotel, todavía le dolía la cabeza, a pesar de la nueva cura de vitaminas del desayuno. La linda empleada de la recepción lo llamó:

- Perdone, olvidé decirle ayer que hay que tener cuidado con los taxis, hay últimamente una mafia que…

- Oh, gracias, muy amable.

David prefirió no dar explicaciones. Ayer había perdido toda la tarde en la comisaría, denunciando el atraco a la policía, había pasado toda la noche sin poder dormir y no quería hablar más de este asunto.

Había sabido qué número de autobús iba a Coyoacán y lo esperaba pacientemente en la parada junto a una bonita plaza llena de jacarandás, con un quiosco de música en el centro y con bancos de hierro muy artísticos pintados de blanco.

- La vida es bella – murmuró, sin querer pensar en su cuenta corriente y en cómo podría pagar el hotel.

Media hora más tarde estuvo en la puerta de una bonita casa colonial, una casa azul. Y en la mismísima puerta de la casa, sentado en el suelo vio … al niño rubio del taxi, que se levantó y le dijo:

- Venga conmigo allá detrás… No deben vernos juntos.

- ¿Pero qué estás haciendo aquí…?

- Ayer nomás, dijo usted en el carro a mi papá que iba a la casa de Frida Kalho y yo estaba seguro de que hoy también…

- ¿Pero qué quieres de mí? No tengo más dinero, ¿sabes? Me lo habéis quitado todo. Además, la policía sabe que…

El niño se puso un dedo en los labios:

- Chiiist.

Y sacó un sobre del bolsillo.

- Aquí está todita la plata.

David lo abrió y vio que, efectivamente, todos los billetes, sus billetes, estaban allí.

- ¿Qué significa esto?

- No quiero “trabajar” más con ellos, con mi papá y su cuate.

- ¿Y qué vas a hacer?

- Eso es cosa mía. Acá hay muchos chamacos como yo que viven solos, en la calle, y no pasa nada. No tengo mamá y mi papá es un delincuente y siempre está tomado, además ni siquiera es mi papá, es mentira… El único problema es encontrar trabajo. Usted puede ser mi primer cliente… ¿No necesita un guía?

David se rio. La vida fue de nuevo maravillosa. El dinero no hace la felicidad, pero…

- Acepto. Empezamos por el museo de Frida Kahlo, después Teotihuacán y la plaza de Tres Culturas, y …

- Y mañana es el Día de Difuntos, o sea, visita al cementerio…

- Perfecto.

Pero no fue verdad, nada era perfecto en la vida. El museo estaba cerrado por reparaciones. Se lo dijo una señora muy distinguida y un poco seca que les abrió la puerta.

- ¿Usted está segura de que no se puede visitar? – preguntó David totalmente desilusionado.

- ¿Cómo no voy a estar segura? Soy la conservadora del museo – contestó la señora bastante enfadada.

- Perdone, señora, pero he venido de España únicamente para visitar esta casa, hace años que sueño con ella… Soy periodista y voy a escribir un reportaje para mi periódico. Además…

Estaba a punto de decir “Además estoy enamorado de Frida Kahlo…”, pero lo interrumpió una voz joven:

- Déjalo pasar, mamá, ahorita están comiendo los obreros y no molestará a nadie… Yo puedo hacerle una visita rápida nomás… En media horita terminamos.

La conservadora miró a su hija, miró a David, miró a…

- ¿Y este niño?

- Es un amigo mío, bueno, un cuate, nomás…

La chica se rio y David la miró por primera vez; no pudo creer lo que veía: los mismos ojos, el mismo cuello largo, el mismo peinado y sobre todo… las mismas cejas. Estaba vestida con una falda marrón, larga y ancha, hasta los pies, una blusa amarilla con bordados indios y llevaba flores en el pelo recogido en un moño.

- Pero, pero no es posible, usted…

- Ya, ya lo sé, todo el mundo me lo dice: soy idéntica a Frida Kahlo… Y no me llames de usted, puedes tutearme.

- ¿Eres de su familia, verdad?

- ¡Ni modo[67]! – dijo la chica riéndose - . Sólo la conozco por sus cuadros, pero me divierte imitar su manera de peinarse, sus vestidos… para parecerme más a ella, no me depilo las cejas. Me llamo Fernanda, ¿y tú?

- David, y de apellido Benalcázar…

- Yo… yo soy El güero – añadió el niño.

- ¿Y qué quiere decir güero?

- En México significa rubio – aclaró Fernanda.

- Me gusta más que Telesforo, que es mi nombre de pila.

- Se comprende – dijeron a coro David y Fernanda y se rieron.

Fernanda los paseó a través de las estancias de la casa-museo donde habían vivido Frida Kalho y Diego Rivera; David creía estar soñando: primero, el jardín pequeño, rodeado de altas tapias y aislado del mundo, con una vegetación tropical: magnolias, ahuehuetes, lianas y también con muchos pájaros; un jardín melancólico donde Frida había vivido su enfermedad, inmóvil en la cama, triste y abandonada, pintando.

Una gran fotografía presenta a Frida y a Diego Rivera, su marido.

- El elefante y la paloma – comentó Fernanda - . Así los llamaban.

Efectivamente, Diego pesaba por lo menos tres veces más que Frida, que era muy menuda. Diego era casi un gigante, alto y grueso y parecía tener el doble de su edad.

- Sin embargo, eran una pareja mítica. A pesar de las traiciones, del divorcio, de las separaciones… Frida murió a los 47 años y Diego tres años después, ya ves.

- Mira…

Y Fernanda mostró un cuadro con Frida en una cama de Hospital y un bebé muerto a su lado: su único hijo. La mayoría de los cuadros son autorretratos de Frida. Hay uno terrible: Frida desnuda con la columna vertebral[68] rota y los ojos llenos de lágrimas.

- Tuvo un gravísimo accidente en un colectivo entre el Zócalo y Coyoacán. No murió por milagro, pero su cuerpo… Durante muchos años pintó en la cama. Su madre instaló un espejo en el techo y así podía pintar sus autorretratos. Mira este otro…

Frida una vez más y en su frente la cara de Diego pintada como incrustada.

- Diego era su obsesión, lo adoraba, no podía vivir sin él…

- ¿Y él?

- Bueno, él la quería, la necesitaba, la admiraba… Pero era un seductor, un depredador, un devorador de mujeres. Imagínate: Angelina Beloff, la pintora rusa; Tina Modotti, la fotógrafa italiana; María Félix, la actriz mexicana…

- En muchos cuadros hay lágrimas en los ojos de Frida.

- Sufrió mucho, pero era muy valiente; fue una gran revolucionaria, como Rivera. Los dos pintaron muchos cuadros de inspiración comunista.

- ¿Y por qué se vestía así? No era típico de los años treinta.

- Eso era su lado indígena. Se vestía como las indias de Tehuantepec, con faldas largas y rebozos.

- ¿Cómo dices?

- El rebozo es como un chal, es típico de México. También llevaba siempre joyas lindísimas: pendientes, collares, pulseras… Todo de artesanía india.

-¡Qué hermosa! – David observaba detenidamente sus tristes ojos negros, su boca grande y sensual, su frente ancha, sus orejas adornadas con pendientes, sus pómulos altos, su barbilla voluntariosa y sobre todo sus espesas cejas negras, únicas.

Miró de reojo a Fernanda. “¡Cómo se le parece, es increíble!”

Volvió Telesforo, que había estado jugando con un perro en el jardín y los miró fijamente:

- ¡Gran descubrimiento! Los nombres de ustedes, Fernanda y David, empiezan por F y por D, exactamente como los de Frida y Diego.

- Casualidades que tiene la vida nomás – dijo Fernanda un poco cortada[69] - . Órale, vamos ya pasó la media hora y mi mamá va a enojar.

Al llegar a la puerta, preguntó:

- ¿Y ahorita qué van a hacer?

- Vamos a Teotihuacán nomás – contestó muy serio Telesforo -, yo soy el guía oficial.

- ¿Les llamo un taxi?

- ¿Un taxi? ¡Qué horror!

- Un taxi no – explicó el niño -, está muy peligroso el tema y podemos tener un carreterazo[70], mejor un colectivo para turistas, yo sé dónde agarrarlo, luego le deja junto a su hotel, patrón.

- ¿En qué hotel estás? – preguntó ella.

- En el Jalisco Inn… Bueno, Fernanda, mil gracias por todo y a tu madre… perdón, a tu mamá[71], también.

- De nada, a pasarlo bien. Chau, David. Chau, güerito.

- Le gustó a la chamaca – le dijo a David el güero al salir.

- Venga ya.

- Yo de esas cosas entiendo, ¿por qué le preguntó si no, el nombre del hotel?

- Pues por la educación y punto.

Telesforo prefirió callarse, pero se rio bajito.

5

David no estaba en forma durante la visita a Teotihuacán[72] situado al Norte de la capital. No sabía si era culpa de la mala noche o los 50 kilómetros de carretera, pero no podía concentrarse. Pensaba todo el tiempo en la casa de Frida, en los retratos de Frida y sobre todo en la reencarnación de Frida: Fernanda.

Telesforo lo acompañaba por la Avenida de los Muertos y le explicaba las pirámides de la Luna y el Sol, el templo de Quetzalcoatl, la Serpiente de Plumas de los toltecas, le hablaba de Tlaloc, del dios de la lluvia y le contaba que Teotihuacán significaba Residencia de los dioses… “Sabe muchas cosas este güerito”, - pensó David. Pasaron delante del palacio Quetzal-mariposa, del palacio del Jaguar, subieron los altísimos escalones de las pirámides… pero David no estaba donde debía estar, no sabía lo que le pasaba y le dijo al niño:

- Estoy muy cansado, vámonos.

- Ándele, pues.

En el camino de regreso, en un restaurante muy popular, comieron unas tortillas de maíz, fruta y bebieron mucha agua, tenían los dos una sed terrible, debían de ser las emociones.

Se despidieron en la puerta del hotel.

- Mañana a las nueve, listo para Los Difuntos.

David pensó que el difunto sería él si continuaban a este ritmo, pero prometió estar listo a las nueve.

6

Su segunda noche en México fue todavía peor que la primera: le dolía el estómago, tenía náuseas… Seguramente era el agua, pensó, o tal vez la comida tan picante, no estaba acostumbrado.

Las fotografías de Frida le recordaban ahora a Fernanda y tenía pesadillas con Diego Rivera - depredador y caníbal, devorando mujeres en lo alto de una pirámide azteca.

A las nueve en punto de la mañana, con un terrible dolor de cabeza, estaba en la puerta del hotel, pero el fiel güerito no estaba en ningún sitio. Esperaba y esperaba… y decidió volver a su cuarto y acostarse otra vez, un poco desilusionado. Al pasar por la recepción, la linda señorita de ojos negros le dijo:

- Al chamaquito amigo suyo, se lo llevó la policía hace una hora.

- Dios mío, ¿dónde está la comisaría, por favor?

Afortunadamente, estaba a una cuadra y David corrió a ayudar a su cuatecito.

Y allí encontró al pobre Telesforo entre dos policías con cara de pocos amigos[73]

- Por favor, este niño me devolvió ayer el dinero robado por su padre, es inocente y además es muy valiente, tienen que dejarlo en libertad.

A la policía mexicana no le gustaba mucho recibir órdenes de un gachupín, pero el gachupín en este caso tenía razón y Telesforo y David salieron triunfantes de la Comisaría, después de haber dado pistas para localizar a los atracadores.

- ¡Y ahorita nomás, al cementerio!

- Ni modo, mi querido cuate, si no quieres enterrarme a mí. Me voy al hotel a descansar y tú te vienes conmigo también.

- ¿Podemos comprar nomás unas calaveritas de azúcar y un pancito de muerto para celebrar a los muertitos?

- Vale.

Las panaderías y las confiterías estaban llenas de dulces especiales para este día y decoradas con esqueletos (calacas dicen acá). Familias completas se dirigían a los cementerios con flores y con cestos llenos de la comida que le había gustado a los muertos. Se oía una canción:

“Viene la noche cantando

por entre las nopaleras.

En qué quedamos, pelona,

me llevas o no me llevas…”

- A las dos de la tarde comienza la llorada en el cementerio , - comentaba Telesforo -. Es muy lindo; también se hacen alteras y se prenden velas y cirios, se quema incienso, y se llora y se platica con el difunto. Tocan las campanas y…

- ¿Pero de dónde viene este culto mexicano de la muerte lo sabes tú?

- Cosas de los aztecas.

Al pasar de nuevo por la recepción, David anunció a la recepcionista:

- El niño va a dormir esta noche en mi cuarto.

Y el niño la saludó con la boca y las manos llenas de calaveritas de azúcar y de chocolate.

Al llegar a su cuarto (perdón, a su recámara) David le dio una ducha, le prestó una camiseta limpia como pijama y lo instaló en la cama vacía.

- Que duermas bien, güerito.

- Igualmente. Buenas noches, patroncito.

Y David abrió un libro, porque nunca podía dormirse sin leer un poco antes. En el aeropuerto había comprado “Pedro Páramo” del mexicano Juan Rulfo.

- ¿De qué trata este libro, patroncito?

- Pues de muertos nomás, güerito.

7

Al día siguiente David estaba como nuevo y los dos devoraron con apetito el delicioso desayuno-bufé del hotel: zumos naturales, fruta, jamón, queso, café y pan con mermelada y mantequilla. Telesforo estaba como en el cine, pues nunca había visto un ambiente tan lujoso ni una comida tan rica y abundante. Visitaron después el Museo Antropológico y pasearon por el centro y por los parques. A la hora del almuerzo comieron enchiladas al aire libre y descansaron después un rato en el hotel.

Cuando se despertaron de la siesta, el niño le dijo a David:

- Tengo una idea para esta noche.

- ¿Qué idea?

- La chamaquita.

- ¿Qué chamaquita?

- La que se parece a la pintora.

- Fernanda… ¿Y qué idea tienes?

- La plaza de Garibaldi.

- La plaza de Garibaldi… ¿Ah, la de las canciones?

- Correcto. La llevamos allá, le compra unas canciones y se le enamora todita nomás.

- Mira, Telesforo, no te metas donde no te llaman, ¿vale?

- Vale, patroncito, disculpe nomás; pero usted no puede irse de D.F. sin visitar la plaza de Garibaldi, es, por la noche, la cosa más linda de la capital.

- Muy bien, pues vamos esta noche, no tengo nada mejor que hacer.

- ¿Solos?

Y en aquel momento sonó el teléfono.

- ¿Bueno? (David intentó adaptarse, aunque en España se dice, ¿diga?)

- Una llamada para usted, señor.

- ¿David? Soy Fernanda…

- ¡Fernanda, qué sorpresa…!

- ¿Sabes? Tengo un libro sobre Frida y Diego para ti, te va a interesar para tu trabajo… ¿Cuándo puedo dártelo?

David miró disimuladamente a Telesforo que estaba mirando el techo, silbando.

- Bueno… Estoy pensando que… Mira, si no tienes otra cosa que hacer esta noche… Tengo muchas ganas de conocer la plaza de Garibaldi, me gusta mucho la música popular mexicana, ¿sabes? En España conocemos todos vuestros corridos y rancheras[74].

- Qué casualidad, a Frida le encantaban. ¿Sabes cuál era su corrido preferido?

- Déjame pensar…

- Seguro que lo conoces, ¿quieres una pista?

- Vale.

- Trata de la revolución.

- Como casi todos.

- Se llama como el diminutivo de un nombre de mujer…

- ¡Adelita!

- Exacto. ¿Vamos a Garibaldi a escuchar Adelita?

- ¡Cómo no! Estaré allí en una hora.

- Muy bien, allí estaremos.

- ¿Cómo estaremos?

- Sí, claro, el güerito y yo…

- Pero bueno, ¿ese güerito es algo tuyo?

- La verdad, no… pero está medio abandonado y tiene problemas, - miró a Telesforo que seguía silbando con entusiasmo, - luego hablamos, ¿vale?

Una hora más tarde Telesforo conducía a David por entre los mariachis, grupos de hombres vestidos con el traje típico de Jalisco: chaquetilla y pantalón negros con bordados de plata y el gran sombrero típico mexicano; tocaban tres instrumentos: la guitarra, la trompeta y el violín. Los mariachis son típicos del estado de Jalisco y sobre todo de su capital, Guadalajara, y se les contrataba para cantar en las bodas (mariage en francés, de aquí la deformación mariachi), pero también para cantar bajo los balcones de las muchachas.

Había un ambiente extraordinario en la plaza de Garibaldi, cada pocos metros había un grupo de músicos tocando y cantando para una pareja o para un grupo de amigos, o de turistas. El que había pagado la canción bailaba con su chica al ritmo de su mariachi.

- ¿Llevamos plata? – preguntó Telesforo.

- No te preocupes, ya sé que hay que comprar las canciones. Y hasta podremos comer unos tacos después.

En este momento vio a Fernanda y era como ver a Frida Kahlo, más joven, avanzando por la plaza hacia él. Todo giraba a su alrededor: las trompetas, los violines, los sombreros de los músicos, la larga falda de Fernanda...

- ¿Te encuentras bien?

- Estás preciosa.

Llevaba una falda negra de seda, una blusa azul cobalto, y un rebozo de colores vivos. Como la última vez, llevaba collares, pendientes y pulseras de artesanía india y el pelo peinado con una trenza en lo alto de la cabeza. Muchos hombres, músicos y turistas la miraban. David pensó que era la mujer más atractiva que había conocido en su vida.

- Ven, quiero regalarte una canción.

Entonces intervino Telesforo:

- Yo conozco a los mejores músicos de la plaza, son aquéllos.

Y señaló a un mariachi que estaba esperando a sus clientes en un rincón.

- Acá el señor que es español quiere ofrecer una canción a la señorita…

- ¿Y qué se le ofrece, nomás?

- ¿Conocen Adelita?

Los cuatro músicos sonrieron:

- ¡Cómo no!

Y la música estalló mientras David y Fernanda bailaron el famoso corrido de la revolución mexicana y de la musa de la tropa: Adelita:

“…que si Adelita quisiera ser mi novia,

que si Adelita fuera mi mujer,

le compraría un vestido de seda

para llevarla a bailar al cuartel.”

Había una luna redonda y enorme, como nunca había visto en Europa David… Fernanda olía a las flores que llevaba en el pelo y los dos giraban al ritmo de la música, rodeados por las miradas de la gente.

- Te voy a confesar una cosa: he venido a México porque estaba enamorado de Frida Kahlo.

Fernando lo miró muy seria:

¿Y sigues enamorado de ella?

De ella… no lo sé, pero enamorado sí.

No me pareces muy constante tú…

Huy, no me conoces bien.

“…que si Adelita se fuera con otro

la seguiría por tierra y por mar,

si por mar en un buque de guerra,

si por tierra en un tren militar.”

- ¿Has oído? Yo soy exactamente como el novio de Adelita, cuando quiero a una mujer… pues eso, la sigo por tierra y por mar. ¿Compramos otra canción? A ver qué se le ocurre al güerito.

- ¡Güero! ¿Dónde estás?

Pero Telesforo no estaba por ninguna parte. Entonces uno de los músicos, el de la guitarra le dijo:

- Al chamaquito se lo llevaron dos hombres mientras ustedes bailaban… No parecían buena gente…

- Dios mío, son los de la mafia de los taxis, seguro. Pobre güerito, hay que liberarlo de esa gente. ¿Qué podemos hacer?

- Lo primero hablar con mi mamá, ella conoce bien al comisario de la policía de Coyoacán y puede ayudarnos.

Pagaron la canción, subieron al carro de Fernanda y durante el camino pensaron en un plan de acción; pero antes Fernanda, que era una chica muy moderna, sacó su teléfono móvil, habló con su madre y de contó la desaparición del niño y los datos de que disponía.

Cuando llegaron al museo de Frida Kahlo, donde vivía la conservadora y su familia, David tenía la impresión de estar en su casa. La madre de Fernanda mucho más amable y sonriente que el día anterior habló por teléfono con su amigo el comisario y preparó café para los dos jóvenes. La policía ya estaba tras la pista de esa banda de atracadores, pues por las declaraciones de David y de Telesforo ya conocían los nombres, el domicilio y las actividades de la banda. Pensaban que sería difícil encontrarlos, pero David tenía mucho miedo por su pequeño amigo.

- ¿Es difícil adoptar a un niño mexicano? - preguntó de repente.

La madre de Fernanda lo miró asombrada.

- Difícil… depende. En primer lugar, hay que estar casado.

David miró a Fernanda:

- Eso no es tan complicado.

Fernando se puso colorada y la señora lo miró más asombrada todavía:

- Me parece que los matrimonios muy jóvenes no pueden adoptar niños, tienen que probar la madurez de su decisión y…

Sonó el teléfono y la conservadora habló un buen rato con el comisario. Por fin colgó.

- Su amiguito no está en peligro, de momento no puedo decirle más, pero lueguito tendrá noticias. Es mejor que se vaya al hotel y descanse hasta mañana. ¿Le llamo in taxi?

- ¡No, mami, por Dios, nada de taxis! Yo lo acompaño y vuelvo tantito.

La buena señora no se quedó muy tranquila, pero Fernanda parecía ser una chica que sabía lo que quería.

Ya en el coche David dijo:

- Ya has oído a tu madre, perdón, a tu mamá. Si queremos ayudar al Güerito no tenemos más remedio que casarnos y madurar rápidamente.

- Una de las cosas que siempre repite mi mamá es que la mayoría de los hombres no madura jamás, - contestó Fernanda riéndose -. Pero es la primera propuesta de matrimonio que me hacen y voy a tener que pensarla seriamente, gachupín. Además, me muero de ganas de conocer Madrid.

8

Una semana más tarde, en el aeropuerto Benito Juárez, David estaba facturando (perdón, chequeando) sus valijas. Fernanda le había traído una biblioteca completa de Frida y Diego, y el exceso de peso que marcaba la balanza era inquietante. Afortunadamente, la maravillosa señorita de inmensos ojos negros de Mexicana Airlines no protestó y dejó marcharse el equipaje por la cinta mecánica. Más problemático parecía el regalo de Telesforo: una inmensa corona de flores de papel de colores montadas en un aro metálico.

- Es típico del Día de los Muertos, puro mexicano, patrón…

Y David no sabía qué hacer con ella en la mano. Con la otra mano sí sabía qué hacer, abrazaba fuertemente a Fernanda por los hombros, mientras ella lloraba y lloraba desconsolada.

Pero David era un hombre de recursos y entre el güerito y él lo habían previsto todo. Apareció de repente detrás de ellos el mariachi amigo de Telesforo y los cuatro músicos empezaron a tocar La llorona, una conocidísima canción mexicana:

“…Ay de mi llorona, llorona llévame al río (…)

porque me muero de frío.”

El ritmo de la sandunga era romántico y melodioso y la pobre Fernanda lloraba cada vez más, como la llorona de la canción.

- No te preocupes por el güerito, que ya sabes que mi mamá se va a ocupar de él. Ella dice que los niños pobres no deben salir del país de donde nacieron y que es mejor exportar petróleo que chamaquitos abandonados, ya sabes cómo es ella.

- Güerito, te prometo que te mando una bicicleta y libros para aprender a leer y…

- Mejor invíteme de padrino a su casamiento, patrón.

Los tres se rieron y el altavoz anunció la salida del vuelo de Iberia: “Los pasajeros del vuelo 3448 de Iberia con destino a Madrid deben presentarse inmediatamente en la puerta 25.”

David y Fernanda se besaban apasionadamente, mientras Telesforo silbaba mirando al techo de plástico del aeropuerto y el mariachi atacaba la última estrofa de Adelita:

“…Y si acaso yo muero en la guerra,

y en la sierra mi cuerpo ha de quedar,

Adelita, por Dios te lo pido

Que con tus ojos me vengas llorar.”

PARA COMPROBAR LA COMPRENSIÓN

1

1) Busca en el texto y apunta 8 palabras relacionadas con el tema “Aeropuerto/avión”. describe utilizando dichas palabras los sentimientos que experimentaba el protagonista acercándose a la capital de México.

❑ _____________

❑ _____________

❑ _____________

❑ _____________

❑ _____________

❑ _____________

❑ _____________

❑ _____________

2) Comenta las cifras que aparecen en este capítulo:

❑ 18 millones ………………………………………………

❑ 85 millones ………………………………………………

❑ 82% ………………………………………………………

❑ 10% ………………………………………………………

❑ 8% ……………………………………………………….

❑ 13 kilómetros ……………………………………………

❑ 45 minutos ………………………………………………

❑ 11.00 h. …………………………………………………….

3) Busca y anota 6 diferencias de España que observó David la primera hora de su estancia en D.F.

❑ …………………………………………………..

❑ ………………………………………………….

❑ …………………………………………………..

❑ ………………………………………………….

❑ …………………………………………………..

❑ ………………………………………………….

4) ¿Qué normalmente hace un viajero al instalarse en el hotel después de volar una noche en el avión? Busca y anota 8 verbos relacionados con la pregunta:

……………..

……………..

……………..

……………..

……………..

……………..

……………..

……………..

5) Contesta a las preguntas:

¿Por qué David no necesitaba visado de entrada?

¿Qué tiempo hacía cuando David salió del aeropuerto?

¿En qué estación del año (mes) estaban?

¿Es mucha la diferencia de horario entre México y España?

¿Está lejos el aeropuerto internacional Benito Juárez del centro de la ciudad?

¿Por qué a David le pareció que en México D.F. había más contaminación que en Madrid?

¿Qué se veía desde la ventana de su cuarto del hotel?

¿Por qué delante de la embajada de los EE.UU. había una larga cola de gente?

¿Qué sabes decir del protagonista al leer el primer capítulo?

6) Explica (sin consultar el texto) qué significan los nombres propios y las abreviaturas que aparecen en este capítulo:

Popocatepetl

NAFTA

D.F.

TLC

Benito Juárez

Río Grande

7) ¿Cómo definirías las palabras y expresiones siguientes?

❑ ropa informal

❑ espaldas mojadas

❑ contaminación

❑ azafata

❑ caja fuerte

❑ dar de propina

❑ migra

2

1) Titula el 2º capítulo “_____________________________________”

2) A continuación se da una lista de lugares notables de D.F. Coméntalos en breve a base de lo que acabas de leer:

Zócalo

La Catedral

Paseo de la Reforma

Chapultepec

Cristóbal Colón

Cuauhtémoc

La Zona Rosa

5 de Mayo

3) Imagínate que eres guía. Habla detalladamente del Palacio Nacional. No olvides mencionar los nombres de Moctezuma, Malinche, Hernán Cortés, Diego Rivera. Si sabes añadir más información, mejor.

4) Continúa:

“Hernán Cortés es una personalidad histórica muy _________________ porque _______________________________

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

5) Hablemos de la cocina mexicana. ¿Conocía la cocina mexicana David? ¿Por qué? ¿Le gustaba? ¿Y a ti te gusta? Termina las frases:

1. David decidió comer en una ………………………

2. Encargó de primer plato …………………, de segundo ……………………….

3. Para beber pidió ………………………..

4. De postre para terminar ………………………… .

¿Recuerdas 5 ingredientes que tiene el guacamole?

……………………

……………………

……………………

……………………

…………………….

6) Eres camarero de un restaurantes mexicano en Moscú. Explica a los clientes rusos qué son:

❑ mole poblano

❑ taco

❑ enchilada

7) ¿Verdad o mentira?

1. A David le concedieron dos semanas de vacaciones.

2. Pinos, cipreses, eucaliptos, abetos y ahuehuetes son árboles coníferos.

3. En la Ciudad de México las calles van de Norte a Sur y las avenidas de Este a Oeste como en Madrid.

4. Mole poblana es una salsa.

5. David prometió a la camarera volver el fin de semana para probar la especialidad de la casa.

6. David de repente se sintió muy cansado porque había comido demasiado.

7. El taxi pesero es el que pesa mucho.

8. En el taxi que se paró ante la señal de David no había asiento delantero. Lo habían quitado por razones de seguridad de chófer.

9. El taxista conducía con una increíble maestría a pesar de los atascos, contaminación, bocinazos y insultos de otros conductores.

10. David tendría una cita muy importante al día siguiente, el miércoles.

3

Busca y anota 10 nombres de frutas tropicales y da sus equivalentes en ruso.

❑ _________________________

❑ _________________________

❑ _________________________

❑ _________________________

❑ _________________________

❑ _________________________

❑ _________________________

❑ _________________________

❑ _________________________

¿Te imaginas el Volkwagen “escarabajo” o “vochito”? ¿Cómo se llamaba en tu país? Descríbelo utilizando el léxico:

❑ motor antediluviano

❑ asiento delantero

❑ facilitar la salida

❑ capó del auto

❑ maletero

❑ parte trasera

❑ arrancar

Contesta:

1. ¿Por qué al salir del hotel David se sentía contento y optimista?

2. ¿Por qué David se sentía preocupado y extrañado en el taxi?

3. ¿Por qué de repente se paró el taxi en la esquina?

4. ¿Para qué el taxista abrió el maletero?

5. ¿Cuántas y qué tarjetas tenía David?

6. ¿Cuántos ladrones tomaron parte en el atraco?

7. ¿Cómo le obligaron a David a marcar el código secreto de sus tarjetas?

8. ¿Qué necesita hacer un turista después de ser atracado? ¿Qué harías tú?

Preparad la lectura de la escena del atraco dramatizando los papeles.

Presenta una declaración (6 – 8 frases) a la policía denunciando a los criminales, escrita por David

Describe la historia ocurrida con David, como si él mismo se la relatara a sus compañeros.

¿Cómo se dice en España?

durazno

patrón

día padre

órale

mano

angosta

chamaco/a

rechulo

4

Contesta a las preguntas:

1. ¿De qué le advirtió a David la recepcionista?

2. ¿Por qué David tuvo que pasar toda la noche en la comisaría?

3. ¿Por qué David no quería pensar en su cuenta corriente?

4. ¿Quién y para qué le esperaba a David a la puerta del museo?

5. ¿En qué quedaron David y el niño rubio?

6. ¿Por qué David tuvo que explicar a la conservadora del museo las razones de su visita?

7. ¿Por qué a pesar de las reparaciones le dejaron a David visitar el museo?

8. ¿Por qué al mirar a Fernanda David quedó muy sorprendido?

9. ¿Qué gran descubrimiento hizo Telesforo?

10. ¿Por qué EL Güerito decidió que a Fernanda le había gustado David?

Ahora después de la excursión por la casa-museo de Frida Kahlo sabes contestar:

1. ¿Dónde se encuentra el museo y cómo ir allá desde el centro de D.F.?

2. ¿Cómo es el museo de Frida Kahlo?

3. ¿Qué fue Frida Kahlo?

4. ¿Qué aspecto tenía Frida y cómo solía vestirse?

5. ¿Qué datos de la biografía de la pintora has conocido?

6. ¿Estaba casada Frida? ¿Fue un matrimonio feliz?

7. ¿Qué sabes de su mayor obsesión?

8. ¿Vivió una vida trágica? ¿Por qué?

9. ¿A qué ideas políticos se atenía Frida?

10. ¿Qué sabes decir de la obra de la pintora?

Eres periodista. El jefe de la redacción te encargó un reportaje sobre la vida y la obra de Frida Kahlo.

5, 6

Escribe una publicidad invitando a los turistas a visitar Teotihucán.

Algunos creen que estar enamorado es como estar enfermo. Confirma dicha opinión analizando la conducta de David después de conocer a Fernanda.

¿Estás de acuerdo que David es una persona bondadosa y generosa? Pruébalo.

¿Qué te parece el culto de los muertos en México? ¿Cuándo y cómo se celebra el Día de Los Difuntos? ¿Hay alguna tradición parecida en tu país?

7

Completa el plan del cuarto día de la estancia de David en México D.F. y comenta cada punto del plan:

1. Desayuno __________________________________________

2. Museo Antropólogo y ________________________________

3. _____________________________________ al aire libre

4. __________________________________ un rato en el hotel

5. Llamada telefónica _________________________________

6. La plaza de Garibaldi _________________________________

7. El museo ________________________________________

2) Marca si es verdad o mentira. Si la frase es falsa, corrígela según el contenido:

El bufé de un hotel es un mueble muy cómodo.

Telesforo estaba como en un cine porque nunca había visto un ambiente tan lujoso.

Fernanda llamó a David al hotel para invitarle a la plaza de Garibaldi.

El corrido preferido de Frida es “Adelita”, el famoso corrido de la revolución mexicana y de la musa de la tropa.

Los mariachis tocan tres instrumentos: la guitarra, el violín y el acordeón.

En la plaza de Garibaldi se compra las canciones.

En la plaza mucho hombres, músicos y turistas la miraban a Fernanda.

Bailando con Fernanda David le confesó que había venido a México por razones de trabajo.

David no compró otra canción porque le faltaba dinero.

David y Fernanda se dirigieron al museo para tomar café con la conservadora del museo.

Para adoptar niños hay que estar casados, ser maduros para probar la madurez de su decisión.

Fernanda aceptó la propuesta de matrimonio que le hizo David.

3) Da definiciones a las palabras y expresiones siguientes:

desayuno-bufé

enchilada

dormir la siesta

mariachis

adoptar niños

propuesta de matrimonio

8

1) Titula el capítulo 8 “_______________________________________________”

2) Contesta:

1. ¿Cómo se llama la compañía aérea de México?

2. ¿Por qué David tuvo exceso de peso?

3. ¿Cuánto pagó el exceso de peso facturando el equipaje?

4. ¿Por qué la autora de llamó a David hombre de recursos?

5. ¿Qué le prometió David a Telesforo?

6. ¿Cómo se decidió el destino de Telesforo?

7. ¿Qué anunció el altavoz de aeropuerto?

8. ¿Qué costumbre tenía Telesforo para disimular sus emociones?

3) Presenta la escena de despedida de parte de:

David

Fernanda

Telesforo

TEST DE CONTROL (PRÁCTICA ORAL)

Vuelve a leer el primer y el último capítulo. Anota todo el léxico relacionado con el tema “Viajes en avión” y habla de lo positivo/negativo de este medio de trasporte.

Completa las frases siguientes:

1. Hernán Cortés, a pesar de las críticas de algunos historiadores, fue hombre valiente, porque_________

2. David todas las noches miraba las fotos de Frida Kahlo porque ______________________________

3. Frida Kahlo sufrió mucho durante su vida porque __________________________________________

4. Telesforo dijo que su padre ___________________________________________________________

5. Los frescos de Diego Rivera están ______________________________________________________

6. En la plaza Garibaldi ________________________________________________________________

7. Los atracadores obligaron a David a ir al cajero automático para ______________________________

8. A Frida y Diego Rivera los llamaban el elefante y la paloma porque___________________________

9. David llevó al güerito a su hotel porque__________________________________________________

10. Telesforo esperaba a David a la puerta del museo para ______________________________________

Marca si son verdaderas o falsas las siguientes frases, si son falsas corrígelas:

1. El español de México tiene muchas palabras inglesas.

2. La composición étnica de México comprende el 82% de blancos, el 10% de indios y el 8% de mestizos.

3. Un espalda mojada es alguien que se ducha 4 veces al día.

4. La NAFTA es una asociación ecologista.

5. Fernanda se parece mucho a Frida Kahlo porque es su descendiente.

6. Frida Kahlo se quedó paralítica después de un accidente y murió a los 47 años.

7. Los mariachis son franceses que se les contrataba para cantar en las bodas y bajo los balcones de las muchachas.

8. Los taxis peseros son los más baratos en D.F.

9. Telesforo le esperaba a la puerta del museo para devolver el dinero robado.

10. La diferencia del horario entre Madrid y México es de 8 horas.

11. El gachupín es el gaucho pequeño.

Resume después de leer esta historia todo lo que has conocido de México (historia, capital, cocina, arte, lengua, tradiciones, etc.).

Recuerda y anota 5 lugares de interés de D.F. que merecen la pena ser visitados y explica el por qué.

_________________________________________

_________________________________________

_________________________________________

_________________________________________

_________________________________________

¿Recuerdas como se dice en el español hablado en España y el hablado en México? Compón un diccionario:

| España | México |

| | |

|____________________ |visa, f |

|ascensor, m |___________________ |

|maleta, f |____________________ |

|melocotón, m |____________________ |

|___________________ |colectivo, m |

|___________________ |computadora, f |

|____________________ |angosto, adj. |

|camarero, m |__________________ |

|facturar |___________________ |

|compañero, colega |___________________ |

|___________________ |rechulo, adj. |

|conducir el coche |____________________ |

|_____________________ |güero, adj. |

|______________________ |recámara, f |

|chico, muchacho |____________________ |

|______________________ |____________________ |

| |órale |

Relata la historia de parte de uno de sus personajes.

Inventa la continuación de la historia leída.

“Pasaron seis meses. En junio…

VOCABULARIO

A

abeto, m – ель, ёлка

abrochar – застегнуть, пристегнуть

aburrirse – скучать

acaparar – присвоить, прикарманить

aceite, m – растительное масло

acogedor, adj. – радушный, гостеприимный

adoptar - усыновить

aduana, f – таможня, толкучка (многолюдное место)

afueras, f – окрестности

ahuehuete, m – разновидность хвойного дерева

aguardiente, m – водка

ají, m– перец (острый)

ala, f– крыло

algodón , m- хлопок

alhaja, f - драгоценность, ценная вещь

almendra, f - миндальный орех

altar, m

alterar – 1. изменяться 2.портиться (о здоровье, настроении) 3. нарушать

alzar – ставить, приподнимать, увеличивать

ambiente, m – атмосфера, остановка, среда

andaluz, adj. – андалузский

antepasados, pl - предки

árido, adj. –сухой, засушливый

armario empotrado – шкаф (стенной)

aro, m – обруч, обод

arrancar – вырывать (с корнем)

arroz , m– рис

artesanía, f

aspiradora, f – пылесос

atasco, m – (зд.) автомобильная пробка на дороге

aterrizar – совершить посадку, приземляться

atraco, m (арго) – налёт, грабёж

atractivo, adj. – привлекательный, обоятельный

ausencia, f – отсутствие

avellana, f – лесной орех , фундук

B

balanza, f – весы

banco, m – 1. скамейка 2. банк

bandera, f – флаг, знамя

barbilla, f - подбородок

bastón, m – трость

batidora, f – миксер

bendición, f – 1. восхваление, прославление 2. благословение

beneficiario, m – концессионер

bisabuelo/a – прадедушка (прабабушка)

bocina, f – зд. автомобильный сигнал

boliche, m – 1.кегельный шар, кегельбан

2. (арго) игорный дом

bolsillo, m – карман

bordar - вышивать

brebaje, m – пойло, бурда

brindis, m – тост

bufé, bufet, m – «шведский» стол

buque, m – корабль, судно

buzón, m – почтовый ящик

C

cable, m – канат, трос, провод

caja, f – 1. коробка, ящик 2. касса

caja fuerte – сейф

cajero automático – банкомат

calavera, f – 1. череп 2. М. задние фары

calcetín, m – носок

callar – молчать

campana, f - колокол

canelo, m – чилийское магнолиевое дерево

cantina, f – закусочная, столовая

cargar – грузить, нагружать

carne molida – рубленное мясо, фарш

cartera, f – бумажник, портфель

cartero, m – почтальон

catalizador, m - катализатор

caudaloso, adj. – многоводный, полноводный

cementerio, m – кладбище

ceñir – опоясывать, окружать, облегать (об одежде)

cerdo, m – свинья

cerro, m – холм

cilantro, m – (бот.) кориандр

cinta, f – лента, тесьма

cinturón, m – пояс, ремень

cirio, m – крупноцветный кактус

clavo, m – (зд.) гвоздика (специи)

cobrizo, adj. – медный (цвет)

cocer – варить

cola, f – очередь

colgar – вешать

comino, m – (бот.) тмин

comprobar – 1.проверять, 2. доказывать

confesar –признаваться, исповедоваться

conífero, adj. – хвойный

contrariedad, f – противоречие

conseguir – достигать, добиваться

consola, f –подзеркальный столик

contaminación, f – загрязнение

corona, f – венок, корона

crujir – хрустеть, скрипеть

cuartel, m – (зд.) казарма

cuello, m – воротник, шея

D

denunciar – заявлять, давать показания

depredador, m (de mujeres)

derretir – растапливать (лёд, масло)

descampado, m – открытая местность

descendiente, m – потомок

desconfiar – не доверять

desenchufar – эл. выключать

desfilar – проходить рядами

detergente, m – моющее средство, стиральный порошок

devorar – пожирать, поглощать

difunto, m – покойник, мертвец

digno, adj. – заслуживающий уважения, достойный

discreto, adj. – тактичный, благоразумный

disimular – скрывать (свои чувства)

distinguido, adj. – знаменитый, изысканный

divino, adj. – божественный, прекрасный

divorcio, m – развод, расторжение брака

droguería, f – аптека

durazno, m – Ам. персик

duro, adj. – суровый, трудный

E

elefante, m – слон

embajador, m – посол

embutidos, pl – колбасные изделия

empanada, f – пирог, кулебяка

enchilada, f – блинчик из кукурузной муки с мясом, сыром и перцем

enfadar – сердиться, раздражаться

enterrar – хоронить

entierro, m – погребение, похороны

escarabajo, m – зоол. жук

espalda, f - спина

esquela, f – короткое письмо, записка

estallar – взрываться, вспыхивать

eufemismo, m – лит. эвфемизм

exceso (de peso) – зд. перевес багажа

излишек, избыток

exuberante, adj. – обильный, пышный

evocar – воскрешать в памяти, напоминать

F

fabuloso, adj. – 1. сказочный, 2. ложный

facturar – сдавать в багаж

freír – жарить

frenazo, m – резкое торможение

frente, f – лоб

frijol, m – фасоль

frondoso, adj. – густой (о лесе, саде и т.п.)

G

gentil, adj. – привлекательный, грациозный, изящный

girar – вращаться, вертеться, поворачивать

guacamole, m – Ам. салат из авокадо

guante, m – перчатка

guerrilla, f – партизанская война

H

harina, f - мука

horno, m - печь

hualo, m – Арг., Ч. черепаха

I

incienso, m – ладан, фомиам

indígena, m/f – абориген, местный житель

inocente, adj. – наивный, безобидный

inquietante, adj. – внушающий тревогу, беспокойство

inspirar – вдохновлять

insulto, m – оскорбление, обида

interrumpir – прерывать

itinerario, m – маршрут

J

jacaranda, m – бот. разновидность тропического дерева

jarrón, m – декоративная ваза

jersey, m – свитер

jitomate, m – Мек. томат

joya, f – драгоценность, сокровище

L

lago, m – озеро

lánguido, adj. – зд. быстрый, мимолётный

latido, m – 1.стук (сердца) 2. лай собаки 3. резкая боль

lavavajillas, m – посудомоечная машина

lechuga, f – салат-латук

lentejas, pl – чечевица

levadura, f - дрожжи

ley, f – закон

liar – завязывать, упаковывать

licencia, f – разрешение

lío, m – разг. путаница, неразбериха

llorada, f – печальная песня (жителей саванн)

M

madurar – взрослеть, созревать

maligno, adj. – коварный, злонамереный

malvado, adj. – порочный, злобный

manteca, f – жир

masa, f – тесто

melocotón, m – персик

melón, m – дыня

mestizo, m – метис

mojado, adj. – мокрый

mudarse – 1.переезжать, 2.изменяться

mural, m – настенная живопись

N

nado, а ~ m, adv. – вплавь

náusea, f – тошнота

nauseabundo, adj. – тошнотворный, омерзительный

nopal, m – вид кактуса, дающий съедобные плоды

nopalera, f – заросли нопаля

nupcial, adj. – свадебный

O

obedecer – подчиняться, слушаться

obsesión, f – одержимость, навязчивая идея, мания

odiar – ненавидеть

ojo, m – глаз, ¡ojo! – Осторожно! Внимание!

оler – 1. пахнуть, 2. нюхать

olor, m – запах

olla, f – горшок, котелок

omnipresente, adj. – вездесущий

orégano, m – бот. майоран, душица

P

padrino (de boda) – посажённый отец

palmera, f – пальма

paloma, f – голубка

palta, f – Ю.Ам. авокадо

pasa, f – изюм

pasta, f – Ам. кондитерские изделия из теста

peatón, m - пешеход

pelona, adj. – лысая, плешивая

pendejo, adj. – разг. трусливый, малодушный

pendiente, m – серьга

perverso, adj. – развратный, порочный

pesadilla, f – ночной кошмар, ужас

picadillo, m – фарш (мясной)

pila, f – зд. чаша, купель(крестильная)

piña, f – ананас

pino, m – сосна

pista, f – след, подсказка, улика

plátano, m – банан

pómulo, m – скула

porquería, f – свинство, дрянь, гадость

portada, f – 1.титульный лист книги, 2. первая полоса (газеты)

poseso, m – одержимый, бесноватый

póster, m – афиша, плакат, постер

poto, m – Ч. большой глиняный горшок

prejuicio, m – предрассудок, предубеждение

prender – прикреплять, Ам. зажигать (лампу и т.п.)

prohibir - запрещать

pubertad, f – мед. период полового созревания

Q

quemar – сжигать

quitar – снимать, убирать

R

rasgo, m – черта, особенность

raulíe

recién, adv. (употр. перед причастием) недавно, только что

recien casados – молодожёны

recién nacido – новорожденный

recompensa, f – компенсация, вознаграждение

recuperar – восстанавливать (здоровье)

redondel, m – круг, кружок

reemplazar – заменять, замещать

regar – поливать, орошать

remedio, m – способ, средство, метод, выход

reojo; mirar de reojo – 1.смотреть украдкой/искоса 2.смотреть враждебно/неприязненно

reparación, f - ремонт

reposar – отдыхать, дремать

río, m – река

S

salchicha, f - сосиска

sandunga, f – Ч. празднество, шумное веселье

seco, adj. - сухой

sede, f – местонахождение, резиденция, штаб-квартира

seductor, m – соблазнитель, обольститель

sensual, adj. – чувственный, сладострастный

sirvienta, f – служанка, прислуга

sobrar – быть чрезмерным, избыточным

sobre, m – конверт

socio, m – член (общества, клуба)

soportar – терпеть, выносить

sublime, adj. – величественный, великодушный, бдагородный

sudor, m – пот

suicidio, m – самоубийство

T

taco, m – М. кукурузная лепёшка, лёгкая закуска

taquería, f – М. закусочная

tapia, f –1. глинобитная стена, 2.арго укрыватель краденого

tararear – напевать, мурлыкать

tarjeta, f – 1. открытка (почтовая), 2.

карточка (кредитная)

tejanos, pl. – М. брюки-техасы

temblar – дрожать

templo, m – храм, святилище

terremoto, m – землетрясение

tesoro, m – сокровище

tierno, adj. – нежный, мягкий, ласковый

tolteca, f/m – тольтек (индейцы в Мексике)

toser – кашлять

tostada, f – гренок

trago, m – глоток

traición, f – предательство, измена

tramposo, adj. – жульнический, мошеннический

trenza, f – коса (из волос)

trompeta, f – муз. труба, горн

tronco, m – ствол (дерева), бревно

tropa, f – войско

tuna, f – бот. фиговое дерево, смоковница

U

untar – смазывать

urgente, adj. – срочный, неотложный

V

valiente, adj. – храбрый, смелый

vela, f – зд. свеча

velar – зд. внимательно следить, заботиться

vértigo, m – 1.головокружение, 2. лихорадочная деятельность

vicuña, f – викунья (разновидность ламы)

vigor, m – сила, энергия, эффективность

Virgen Dolorosa – рел. Скорбящая Богоматерь

vochito, m – зоол. разновидность насекомого

Z

zumo, m – сок

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[1] Ahorita – el español de América emplea todavía con más frecuencia que el de España los diminutivos (de carácter afectivo). Ej.: lueguito, flaquita, tecito, seguidito, etc.

[2] regio = fantástico, maravilloso (en España)

[3]valija, f – término muy extendido en Hispanoamérica. En España se usa “maleta”

[4]cobija, f = manta, colcha (одеяло)

[5] pisco sour – cóctel típico chileno. Aguardiente de uva, originalmente elaborada en el pueblo de Pisco (Perú)

[6] Valparaíso – ciudad muy importante de Chile

[7] mapuches – indios araucanos que componen la mayoría étnica más importante de Chile (el 3% de la población)

[8] cabro = chico, muchacho

[9] cuadra, f = manzana (квартал)

[10] sudaca - término despectivo, pero que también pude ser utilizado de forma cariñosa y que designa en principio a emigrantes de países a emigrantes de países del Cono Sur y, por extensión, a todos los latinoamericanos

[11] Flaquita – muy utilizado en Chile, de manera afectuosa, para designar a chicas jóvenes

[12] Santiago – la capital de Chile

[13] carro, m= coche

[14] temblor, m = terremoto (землетрясение)

[15] lindo – adjetivo de uso extendido en Hispanoamérica que se aplica indiferentemente a personas y a cosas. En España, en cambio, se usa “bonito” para cosas y “guapo” para personas

[16] salsateca - discoteca donde se baila sobre todo la salsa

[17] laburar = trabajar. Se usa en la lengua coloquial (разговорный) de Chile, Argentina y Uruguay.

[18] extrañar = echar de menos, añorar (скучать)

[19] vosotros – El pronombre de 2ª persona del plural “vosotros”, las formas verbales, adjetivos y pronombres correspondientes han desaparecido en toda América Latina, Islas Canarias y ciertas zonas de Andalucía. Lo sustituye “ustedes”

[20] harto, -a - muy empleado en Chile como adverbio de cantidad y como adjetivo. En España se usa “mucho, -a”

[21] agarrar = coger El verbo “coger” es tabú en muchos países de América. Sus equivalentes son: “tomar”, “agarrar”, “afirmarse”, etc.

[22] guagua, m,f – niño, chico en Chile. En Cuba y en Las Islas Canarias significa “autobús”

[23] chiringuito, m – bar-terraza de carácter popular montado al aire libre

[24] anteojos = gafas (очки)

[25] La Araucana – poema épico de Chile, que canta las guerras de los indios araucos contra los conquistadores españoles. Su autor es Alonso Ercilla.

[26]gringo –termino despectivo empleado para designar a los estadounidenses en América Latina. A veces, por extensión, a todo extranjero rubio.

[27] saco, m = chaqueta, f

[28] estar macizo/a – expresión coloquial española usada por los jóvenes, que significa “ser guapo/a”. Otras expresiones similares son: “estar como un tren”, “estar bueno”, etc.

[29] Chaucito - deformación y diminutivo de la fórmula italiana Ciao

[30] perrito caliente – traducción literaria del inglés hot dog

[31] Il postino – película italiana (1996) cuyo director es el británico Michael Radford, inspirada en la obra de Antonio Skármeta “El cartero de Neruda”

[32] pendeja – en Hispanoamérica significa “astuto”, “necio”, “poco fiable”

[33] estar en el poto del mundo = estar muy lejos

[34] tener apuro – en Hispanoamérica significa “tener prisa”. En España – preocuparse, tener angustia

[35] Quilapayún e Unti Ilimani - grupos musicales compuestos únicamente de hombres, que se hicieron famosos en el mundo en los años 70 como símbolo de la resistencia a la dictadura de Pinochet

[36] pololo/a – expresión chilena que significa “novio/a”

[37] guatón = gordito

[38] mina = chica, muchacha

[39] ganarse la vida – зарабатывать на жизнь

[40] estar tomado/a = estar un poco borracho/a en el sentido figurativo

[41] Mercosur – asociación de países del Cono Sur (Argentina, Brasil, Paraguay y Chile como próximo miembro), basada en tratados que favorecen la liberalización de intercambios comerciales.

[42] D.F. – iniciales con las que los mexicanos denominan a la capital de México: Distrito Federal

[43] visa, f = visado, m (en España)

[44] chequear – ( to check) = 1. comprobar, verificar (en España) 2. facturar

[45]espaldas mojadas – traducción del inglés Wet back, emigrantes clandestinos (зд. нелегальные эмигранты) que atraviesan a nado el Río Grande

[46] la migra – nombre que dan los mexicanos a la policía de control de inmigración en la frontera con los EE.UU. (Estados Unidos)

[47] NAFTA - North American Federation of Trade Associations

[48] TLC – Tratado de Libre Comercio

[49] Malinche – mítica mujer mexicana que fue la intérprete y amante de Hernán Cortés y que traicionó” a su raza por amor

[50] taquería, f – establecimiento donde se cocinan tacos, plato típico mexicano

[51] tex-mex - adjetivo que se aplica a ña música, cocina, etc. de influencia tejano-mexicana

[52] tortilla – M. лепёшка, хлеб; = омлет (En España)

[53] ándele – expresión típica mexicana. En España se usa “venga”, “vamos”

[54] retemucha Rete- - prefijo aumentativo o enfático típico de México. Se usa como aumentativo de la palabra acompañada

[55] ahuehute, m – árbol conífero de origen mexicano aprovechado por su madera elástica y cultivado como árbol de jardín

[56] pasar la noche en blanco – no dormir

[57] manejar = conducir (en España)

[58] patroncito – expresión coloquial mexicana. En España se usa “jefe”

[59] antediluviano – literalmente significa “anterior al diluvio de Noé”, figurativamente este adjetivo se usa como “muy antiguo” o “pasado de moda”

[60] padre – se utiliza como adjetivo en la lengua coloquial mexicana, significa “buenísimo”

[61] cuate = compañero, colega

[62] órale – expresión típica mexicana que significa “ahora” y también “venga”

[63] mano – término muy extendido en México. Contracción de “hermano”. Figurativamente significa “colega”, “amigo”

[64] gachupín – nombre despectivo que dan los mexicanos a los españoles instalados en México

[65] papasito – expresión coloquial mexicana que se usa para dirigirse al padre, pero también a los niños, de forma cariñosa

[66] rechulo = bonito, lindo, hermoso

[67] ni modo = de ningún modo

[68] columna vertebral – позвоночник

[69] cortado/a - intimidado/a (coloquial)

[70] carreterazo , m – en México se usa como “accidente de carretera”

[71] Los hispanohablantes adultos de Latinoamérica prefieren decir cuando hablan de sus padres “mi papá” y “mi mamá” (o familiarmente “mi mami” , “mi papi”), mientras que los españoles prefieren los términos “padre”, “madre”. En México además la palabra “madre” puede llevar valores muy peyorativos y hasta obscenos

[72] Teotihuacán – lugar arqueológico de la época azteca, único en el mundo, a 50 kilómetros de la capital de México

[73] Tener cara de pocos amigos – presentar un aspecto hostil, poco amistoso

[74] corrido, ranchera – canciones típicas mexicanas

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