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En mayo de 1965, en el entrevero militante y festivo de una enorme manifestación por mayor presupuesto universitario, por poco pierdo un ojo (soy el estudiante que casi se cae en la boca del subte al inicio de mi novela “El País de la Justicia”) y me enamoré hasta el caracú por vez primera. ... que la City Opera of New York había ... ................
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