AGRADECIMIENTOS

 AGRADECIMIENTOS

Lolita G?tica agradece inmensamente a todas aquellas personas que han apoyado y colaborado en este proyecto. Ya que gracias al empe?o y dedicaci?n que pusieron fue posible culminar el prop?sito trazado.

Hacemos extensivo este agradecimiento a quienes se interesan por saber lo que estamos haciendo en el blog ya que con ello nos animan a continuar trabajando, esperamos que este material llene sus expectativas y sobre todo que les guste.

?NDICE

SINOPSIS

5

AYER. UNA HORA DESPUES DEL INSTITUTO

9

CASETE 1: CARA A

10

CASETE 1: CARA B

35

CASETE 2: CARA A

51

CASETE 2: CARA B

65

CASETE 3: CARA A

86

CASETE 3: CARA B

110

CASETE 4: CARA A

136

CASETE 4: CARA B

159

CASETE 5: CARA A

177

CASETE 5: CARA B

202

CASETE 6: CARA A

213

CASETE 6: CARA B

233

CASETE 7: CARA A

246

CASETE 7: CARA B

259

AL DIA SIGUIENTE. DESPUES DE HABER

260

ENVIADO LAS CINTAS

SINOPSIS

No se puede detener el presente, ni tampoco rebobinar el pasado. El ?nico modo de llegar a conocer el secreto... es darle al PLAY.

Clay Jensen es un adolescente como cualquier otro que encuentra, al llegar un d?a a casa, una misteriosa caja sin remitente dirigida a su nombre. El contenido no es otro que una serie de cintas de grabaci?n, siete en total, que parece haberle enviado Hannah, una compa?era de clase que no hace ni dos semanas que se ha suicidado. A pesar del desconcierto que supone volver a o?r la voz de Hannah, Clay descubrir? que son trece las razones por las cuales ha decidido quitarse la vida, trece caras de casete y que, por ello, son trece las personas que deben escucharlas. ?l es una de ellas. --Es un juego muy sencillo: primero las escuchas, luego las pasas-- dice Hannah en la primera cara. ?Qu? razones son esas y qu? tiene que ver ?l con ellas? A lo largo del d?a, Clay se ir? obsesionando con las grabaciones y hasta recorrer? la ciudad con un mapa que ella misma le ha proporcionado. Pero he aqu? un viaje distinto del esperado, un viaje donde el punto de llegada es precisamente el mismo que el de partida y en el que solo hacen falta unos nuevos ojos para verlo todo como por vez primera. Hannah ir? desgranando poco a poco su vida en un intento de poner de manifiesto las consecuencias, grandes o peque?as, de las cosas que hacemos y dejamos de hacer, y que cambian el mundo a veces sin darnos cuenta.

--?Se?or? --me repite ella-- ?Cu?nto le gustar?a que tardase en llegar?

Froto dos dedos, con fuerza, sobre la ceja izquierda. El latido se ha vuelto intenso.

--No importa-- digo.

La empleada coge el paquete. La misma caja de zapatos que estaba en mi porche hace menos de veinticuatro horas, envuelta de nuevo en una bolsa de papel marr?n, sellada con cinta de embalar transparente, exactamente igual que la hab?a recibido yo. Pero ahora est? dirigida a un nombre nuevo. El siguiente en la lista de Hannah Baker. --La docena del panadero1 --murmur?. Despu?s me siento asqueado por tan siquiera haberme dado cuenta de eso.

--?Perd?n?

Niego con la cabeza.

--?Cu?nto es?

Deja la caja sobre una alfombrilla de goma y marca una serie de n?meros en el teclado.

Dejo mi caf? de gasolinera sobre el mostrador y miro para la pantalla. Saco unos cuantos billetes de la cartera, busco unas monedas en el bolsillo y dejo el dinero sobre el mostrador.

--Creo que el caf? a?n no le ha hecho efecto --dice ella--. Le falta un d?lar.

Le tiendo el d?lar que faltaba y despu?s me froto los ojos para quitarme el sue?o. El caf? esta tibio cuando le doy un sorbo, lo que hace que sea m?s dif?cil trag?rmelo. Pero necesito despertarme de alguna forma.

1 "La docena del panadero" es una expresi?n anglosajona que equivale a una docena mas uno. El autor hace un juego de palabras entre el apellido de la chica y la palabra panadero (en ingl?s, baker). (N. de la T)

O quiz? no. Quiz? sea mejor pasar el d?a medio dormido. Quiz? sea la ?nica forma de ir pasando el d?a de hoy.

--Deber?a llegar a esta direcci?n ma?ana-- despu?s deja caer la caja dentro de un carrito detr?s de ella. Deber?a haber esperado a salir del instituto. Deber?a haberle concedido a Jenny un ?ltimo d?a de paz.

A pesar de que no se lo merezca.

Cuando llegue a casa ma?ana, o al d?a siguiente, se encontrar? un paquete en la puerta. O si su madre, o su padre, o cualquier otra persona llega primero, quiz? se lo encontrar? sobre la cama. y se emocionar?. Yo estaba emocionado. ?un paquete sin remite? ?Lo habr?n olvidado, o ser? hecho a prop?sito? ?ser? quiz?, de un admirador secreto?

--?Quiere el tique? --me pregunta la dependienta.

Meneo la cabeza.

Una peque?a impresora saca uno de todas formas. Miro como arranca el papel contra el pl?stico en forma de sierra y lo tira a una papelera.

solo hay una oficina de correos en el pueblo. Me pregunto si esta misma empleada habr? ayudado a las otras personas, de la lista, a los que recibieron este paquete antes que yo. ?Habr?n conservado el tique ir modo de enfermizo recuerdo? ?Lo habr?n guardo en el caj?n de la ropa interior? ?Lo habr?n clavado en un tabl?n de corcho?

Casi le pido que me devuelva el tique. Casi digo:

--Lo siento, ?podr?a d?rmelo? --de recuerdo.

Pero si quisiera tener un recuerdo, podr?a haber hecho copias de las cintas o guardado el mapa. Pero no quer?a volver a escuchar nunca m?s esas cintas, a pesar de que su voz no abandonar? nunca m? cabeza. Y las casas, las calles y el instituto siempre estar?n ah? para record?rmelo.

Ahora est? fuera de mi control. El paquete est? de camino. Salgo de la oficina de correos sin el tique.

En alg?n lugar profundo bajo mi ceja izquierda, la cabeza todav?a me late. Cada trago que tomo tiene un gusto amargo, y cuanto m?s me acerco al instituto, m?s cerca estoy de desplomarme.

Quiero desplomarme. Quiero caer all? mismo sobre la acera y arrastrarme hacia la hiedra. Porque justo detr?s de la hiedra la acera hace una curva, siguiendo la parte exterior del aparcamiento del instituto. Pasa a trav?s del jard?n delantero y se mete dentro del edificio principal. Lleva hasta las puertas principales y se mete por un pasillo, que continua serpenteando entre hileras de taquillas y clases a ambos lados, para acabar entrando

por la puerta siempre abierta para la primera clase.

En la parte delantera del aula, de cara a los alumnos, estar? la mesa del se?or Porter. ?l ser? el ?ltimo en recibir un paquete sin remite. Y, en medio de la sala, a un pupitre a la izquierda del de ?l, estar? el pupitre de Hannah Baker.

Vac?o.

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