Intervención de Guillaume Long, la ...

Intervenci?n de Guillaume Long, Ministro de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana de

la Rep?blica del Ecuador, en la 46? Asamblea General de la Organizaci?n de Estados

Americanos (OEA) 13 - 15 de junio de 2016 Santo Domingo, Rep?blica Dominicana

Se?or Presidente de la Cuadrag?sima Sexta Asamblea General de la OEA, Se?ores Secretario General y Secretario General adjunto de la OEA, Se?oras y Se?ores Ministros de Relaciones Exteriores,

Antes de empezar, quiero agradecer, a nombre del Presidente Correa, del Gobierno y del pueblo del Ecuador, las muestras de solidaridad que recibimos de las hermanas naciones aqu? presentes, tras ser golpeados por el terremoto del 16 de abril que tan severamente afect? a nuestro territorio costero.

El tema de esta Asamblea General es el "Fortalecimiento Institucional para el desarrollo sostenible en las Am?ricas". Esa expresi?n m?gica, "desarrollo sostenible", que en realidad deber?a ser tautol?gica, pero no siempre lo ha sido, nos convoca una vez m?s, como lo suele hacer a menudo en los foros internacionales.

Me encantar?a hacerles un recuento del por qu? creo que el Gobierno de la Revoluci?n Ciudadana en Ecuador nos coloca en la senda del verdadero "desarrollo sostenible", que, en Ecuador, llamamos "Buen Vivir". Ya que no solo acarrea nociones materialistas del desarrollo, sino nociones m?s integrales y hol?sticas vinculadas a la plenitud y felicidad humana.

En estos ?ltimos diez a?os, todos los indicadores del desarrollo sostenible nos acompa?an. Hemos bajado la pobreza y la desigualdad, como nunca antes en nuestra historia, girando una oscura p?gina de inestabilidad pol?tica, econ?mica, de falta de soberan?a tanto westfaliana como weberiana, e incluso de falta de autoestima de las y los ecuatorianos: una condici?n que a menudo los materialistas

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tendemos a subestimar, pero vital para alcanzar ese desarrollo. Lo hemos hecho de forma absolutamente democr?tica, con 10 elecciones generales en un igual n?mero de a?os, con mucha m?stica y optimismo, y con un af?n institucionalista, para que nuestro nuevo contrato social y nuestro nuevo Estado puedan trascender en el tiempo.

Pero creo que no debemos aprovechar este foro para recapitular los aciertos de nuestro Gobierno, sino para animar un debate m?s amplio sobre ese desarrollo, tan anhelado por muchos de los pa?ses aqu? representados.

Lastimosamente, para alcanzar las metas de desarrollo, incluyendo aquellas del milenio, que el Ecuador ha cumplido con tanto ?xito, hay que romper muchas de las reglas que nos son impuestas, de forma a menudo injusta, desde las distintas esferas de la gobernanza internacional. Es por ello que el desarrollo, que conlleva sin duda aspectos t?cnicos, es ante todo un proceso pol?tico.

No es coincidencia que Am?rica Latina, la regi?n m?s desigual del mundo, tenga, por ejemplo, una tasa promedio de impuestos del 20% del PIB, cuando los pa?ses industriales llegan al 30%, 40% o 50% del PIB (38% de promedio para la UE).

Pero si se nos ocurre la idea de fortalecer la base impositiva para depender menos de las materias, nuestras ?lites, medios de comunicaci?n y poderes nos atacaran con todo. Desdibujando nuestros procesos pol?ticos a nivel internacional.

Vivimos en un mundo lleno de mitos que se posicionan como verdades. Quiz?s uno de los enga?os m?s masivos y exitosos desde la perspectiva de su generalizaci?n, es la falacia de la narrativa del desarrollo.

La mayor?a de los pa?ses que alcanzaron ese llamado "desarrollo", un cierto nivel de prosperidad o incluso alg?n tipo de predominio productivo-econ?mico en el sistema-mundo, lo hicieron fundamentalmente a trav?s de la diversificaci?n de su econom?a, cambiando su matriz productiva, y alej?ndose paulatinamente del esquema primario-exportador en el que la mayor?a de los pa?ses aqu? reunidos a?n nos hallamos entrampados.

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Una revisi?n somera de la historia del desarrollo sostenible (y no tan sostenible) nos demuestra que haciendo exactamente lo contrario de lo que se nos recomienda hacer hoy, los pa?ses que alcanzaron el "desarrollo", tanto en el siglo XIX como en el XX, aplicaron medidas agresivas de protecci?n a sus industrias nacientes. Lo hicieron a trav?s de un rol activo, regulador y planificador del Estado, con un irrespeto que hoy nos har?a sonrojar a la propiedad intelectual (por ejemplo), y siguiendo todos los tab?es y herej?as que hoy proh?be terminantemente la religi?n neoliberal.

Pero, he all? la iron?a: cuando esos mismos pa?ses alcanzaron su desarrollo; es decir, apenas lograron una posici?n de dominio en cuanto a la productividad y competitividad de sus nuevas industrias, se sumaron a la narrativa ahist?rica del desarrollo, para, como lo ha ilustrado famosamente Ha-Joon Chang, "retirar la escalera" de los pa?ses en v?a de desarrollo.

Esto no es un comentario de tinte ideol?gico. Cualquier an?lisis emp?rico les permitir? llegar a esta conclusi?n. Basta recordar el siglo XIX, cuando Inglaterra trataba de convencer a los EEUU de las bondades del libre comercio absoluto. Afortunadamente EEUU no cay? en la trampa. El proteccionismo hamiltoniano logr? hacer de esa una potencia industrial sin igual.

Pero a su vez, y una vez alcanzado el desarrollo, EEUU quiso convencer al mundo de las bondades del aperturismo extremo. Lo mismo podr?amos decir del exitoso acceso al desarrollo alcanzado por varios pa?ses asi?ticos en el siglo XX.

Que no se nos malinterprete. Ecuador no est? en contra del comercio. Sabemos que en ?l yace gran parte del avance de los pueblos. En realidad queremos comerciar m?s bienes, y no solamente circunscribirnos a exportar petr?leo, banano, pesca y algunas otras materias primas que de forma rentista, y gracias a las bondades de la naturaleza, hemos explotado. Y para que el comercio se multiplique debemos producir y exportar bienes manufacturados, de alta tecnolog?a, frutos de la econom?a del conocimiento, as? como materias primas que siempre ser?n necesarias. Pero no como la agenda neoliberal lo propone, relegarnos a la producci?n de bienes primarios para siempre.

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Algunos pa?ses de Am?rica Latina y del Caribe, entendimos la necesidad de emanciparnos del dogma neoliberal imperante; en Mar del Plata, por ejemplo, no pudo prosperar la agenda del ALCA. Pero hoy existe una nueva intentona de hacer del planeta una gran zona de libre comercio. Saboteada la iniciativa de la Ronda de Doha, el TTIP (transatl?ntico) y el TPP (transpac?fico) buscan sustituir el derecho internacional, por estos acuerdos mega-regionales. La apuesta es hacer que la gravitaci?n econ?mica de estos acuerdos sea tan fuerte que los pa?ses del Sur no tengan m?s remedio que unirse.

La negaci?n del rol del Estado, a m?s de tener efectos terribles sobre el desarrollo de los pa?ses, tambi?n es nefasta desde la perspectiva de la construcci?n de un pacto social y de institucionalidad.

Pero no nos equivoquemos. Al negar el Estado, la hegemon?a neoliberal niega en realidad la expresi?n institucionalizada de la sociedad, es decir la acci?n colectiva de los seres humanos. Si el neoliberalismo niega la "sociedad", no obstante fetichiza y recurre constantemente a la muletilla de la "sociedad civil" (a menudo mal definida), lo que es parad?jico pero h?bil. Frente a un Estado que se nos desdibuja siempre como "ineficiente", a pol?ticos y servidores p?blicos siempre mostrados como "corruptos"; la "sociedad civil" de periodistas, empresarios, e incluso algunas ONGs, siempre presentados como incapaces de cometer actos ?ticamente cuestionables, se erige como la salvadora del momento.

Nosotros creemos en la "sociedad civil" y lo demostramos en los mecanismos de participaci?n ciudadana que hemos implementado, pero no como herramienta de deslegitimaci?n del estado.

Vemos esa misma actitud en las indagaciones de las cuentas offshore y los para?sos fiscales. Hab?a que salpicar primero a los pol?ticos y funcionarios p?blicos. En Ecuador no tuvieron ?xito en su apuesta por empa?ar a nuestro Gobierno. Pero al momento de develar los miles de millones de d?lares de capitales privados depositados en para?sos fiscales para evadir los impuestos de nuestros pa?ses, la cruzada ?tica lleg? a su fin. Y, sin embargo, estas pr?cticas son -hay que decirloverdaderos actos de traici?n a nuestras patrias (como as? de hecho fueron consideradas durante muchos a?os por varios pa?ses asi?ticos que s? alcanzaron el desarrollo).

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En el caso del Ecuador, es probable que montos que alcanzan cerca del 30% de nuestro PIB, la tercera parte de nuestra econom?a, est?n depositados en estos lugares, donde el capital no tiene rostro ni identidad. ?Cu?nto empleo, cuanta actividad econ?mica, podr?an generar estos capitales invertidos en nuestros pa?ses? Es por ello que vamos a llevar el tema a la Asamblea General de las NNUU. Todos tenemos la responsabilidad de encarar este fen?meno. Y no hablo solamente de nuestro hemisferio. Los para?sos fiscales abundan tambi?n en Europa y en otras latitudes.

La ideolog?a neoliberal tambi?n tiene repercusiones en su tratamiento de los Derechos Humanos. Es verdad que muchos de los grandes cr?menes de la historia humana han sido perpetrados por Estados. Pero no es menos cierto que en el mundo de hoy son, a menudo, las multinacionales las que violan los derechos humanos y depredan el medio ambiente. Ecuador ha propuesto, por lo tanto, un Instrumento jur?dicamente vinculante sobre Empresas Transnacionales y Derechos Humanos. Quiero agradecer a todos los pa?ses aqu? presentes que hasta la fecha se han sumado a ?sta iniciativa.

El ejercicio de penetraci?n ideol?gica neoliberal es, en realidad, fascinante. Construida sobre falacias hist?ricas, la narrativa neoliberal del desarrollo es en muy poderosa, y, sin duda, uno de los mayores obst?culos que enfrentamos para nuestro desarrollo.

Amigas, amigos,

El restablecimiento de las relaciones entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba, tras seis d?cadas de agresiones y hostilidad, merece nuestro respaldo. Esperamos que este proceso se d? con pleno respeto a la soberan?a de Cuba, que el territorio que ocupa ilegalmente la Base Naval de Guant?namo le sea devuelto; que la llamada Ley de Ajuste Cubano resulte derogada, as? como su revisi?n de 1995, m?s conocida como la Ley de "Pie seco, pie mojado", que hoy ya no solamente afecta a Cuba sino a varios pa?ses de nuestra regi?n. Tambi?n exigimos que el bloqueo econ?mico sea definitiva y completamente desmontado.

La negociaci?n del Gobierno de Colombia con los principales grupos armados de ese pa?s merece todo el reconocimiento a las partes implicadas que laboran arduamente por poner fin a d?cadas de enfrentamiento y un conflicto que ha desangrado a esa querida naci?n. Cuenten con Ecuador y sus buenos oficios para el di?logo y

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