La Camera di Commercio Italiana di Montevideo como ...

[Pages:19]La Camera di Commercio Italiana di Montevideo como expresion de un grupo empresarial concentrado [1883/1933] 1

Alcides Beretta Curi2 (UDELAR, Uruguay)

INTRODUCCION

1. En los ?ltimos a?os, al densificarse los v?nculos y relacionamientos entre los estudiosos, el

historiador ha recibido un concurso enriquecedor y saludable desde el campo de las ciencias sociales y de las humanidades. Ese relacionamiento ha sido m?s f?rtil cuando involucra a estudiosos de la regi?n y permite una mirada sobre espacios de la propia historia nacional en el espejo del correlato vecino. ? Abordar la formaci?n y constituci?n de nuevas fracciones burguesas en el Uruguay de la segunda mitad del XIX y las primeras d?cadas del XX, nos sit?a, seguramente, en los l?mites de procesos no demasiado distante de los verificados en una provincia argentina o en un estado del Brasil. Los trabajos individuales y los de algunos colectivos se han visto enriquecidos, en los ?ltimos a?os, por los aportes realizados por colegas de otras latitudes. En este sentido se viene gestando un esfuerzo de comprensi?n de la historia local en la mira m?s amplia de la regi?n, de la que emerge con m?s nitidez lo singular de nuestro objeto de estudio, su caracterizaci?n particular, sus rasgos identificatorios de pertenencia a una colectividad nacional. ? La presente ponencia se ha beneficiado de los planteos y trabajos de otros colegas que han incursionado sobre las organizaciones corporativas del empresariado. En tal sentido merecen destacarse, en la Argentina, las publicaciones resultantes del proyecto dirigido por Jorge Schvarzer "Organizaciones empresariales y politicas p?lblicas".3 Esta ponencia se ha beneficiado, tambi?n, de los aportes que, en el ?mbito de los estudios uruguayos, resultan del proyecto coordinado por Ra?l Jacob sobre seis gremiales.4 M?s recientemente, el estudio sobre la Associac?o dos Comerciantes de Caxias, de Vania Heredia y Maria Machado5 aproxima otro elementos de an?lisis a este trabajo. 2. La instalaci?n de la Camera di Commercio Italiana di Montevideo se instrument? en el contexto de las pol?ticas de expansi?n impulsadas por los estados europeos en el ?ltimo cuarto del XIX. La llamada

1 La ponencia se sustenta en un trabajo de investigaci?n que ser? publicado a fines de 2000. 2 Profesor Agregado en r?gimen de tiempo completo en el Centro de Estudios Interdisciplinario Latinoamericano [CEIL] de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educaci?n. Universidad de la Rep?blica. 3 Re?ne trabajos de Klaus Bodemer, Gerardo Caetano, Jorge Luis Lanzaro, Silvana Bruera, Diego E. Pi?eiro, C?sar Aguiar, Carlos H. Acu?a, Guillermo Campero y Renato R. Boschi.Coeditado, en 1992 por CIESU, FESUR y el Instituto de Ciencias Pol?ticas. 4 Leonel Ferrando "Uni?n Industrial Uruguaya" Montevideo. FHCE, 1992. Oribe Cures "C?mara de Comercio" Montevideo. FHCE, 1992. Miriela Lacuesta "C?mara Mercantil" Montevideo. FHCE, 1992. Nelly da Cunha "Federaci?n Rural" Montevideo. FHCE, 1992. Rossana Campod?nico "Asociaci?n Rural" Montevideo. FHCE, 1992. Isabel Ezcurra "Asociaci?n de Consignatarios de Ganado" Montevideo. FHCE, 1992.

5 Vania Heredia/Maria Abel Machado "Associa??o dos Comerciantes de Caxias: uma hist?ria de uni?o e desafios" Ponencia presentada a las Segundas Jornadas de Historia Econ?mica; Montevideo, Julio 21/23 de 1999.

?poca del imperialismo se sustent? en la conquista de territorios coloniales y la instalaci?n de protectorados en las ?reas "naturales" de expansi?n, instrumentos que se conjugaron con la creaci?n de instituciones espec?ficas -las c?maras comerciales- que posibilitaran la apertura de mercados y la consolidaci?n de posiciones. El tard?o proceso de la unificaci?n nacional situ? a Italia en un muy segundo plano en el "reparto del mundo", de tal modo, que le quedaban reservados como instrumentos privilegiados aquellos que configuraban las bases materiales de una agresiva expansi?n comercial.

En Italia, las C?maras de Comercio reconocen antecedentes en diversas instituciones existentes ante de la unificaci?n, si bien su denominaci?n, fines y funciones fueron diferentes. Se trataba esencialmente de organizaciones libres que tutelaban los intereses de los comerciantes y que ten?an reconocidas por los Estados- funciones jurisdiccionales y de regulaci?n del mercado. Desde la d?cada de 1860 la complejidad de ese Estado y el desarrollo de diversos organismos administrativos prepararon el terreno para una reestructura de las organizaciones privadas con proyecci?n en la vida econ?mica. "La nascita delle prime Camere di Commercio coincise quindi con la crisi e con la progressiva eliminazione delle corporazione e delle strutture analogue".6 Finalizada la unificaci?n y proclamado el Reino de Italia, a comienzos de 1862 se abord? el reordenamiento de las C?maras de Comercio cuyo n?mero ascend?a a 26, revelando una gran heterogeneidad en cuanto a su composici?n, reglamentos, objetivos y asuntos en que entend?an. Tras el reordenamiento interno, desde el estado y desde las organizaciones camerales comenz? un inter?s convergente en torno a la promoci?n del comercio exterior y la expansi?n colonial que desemboc? en considerar la utilidad de organizaciones similares en otros pa?ses donde se contara con un n?mero importante de empresarios de origen italiano.

A comienzos de los '80, desde la prensa italiana de Montevideo, con el concurso de la representaci?n diplom?tica del Reino en el pa?s y figuras prominentes de la inmigraci?n, se fue creando un clima receptivo y de iniciativa sobre el tema. El 29 de setiembre de 1883, el Console Generale d'Italia, Avv. Pasquale Corte, convoc? una reuni?n informativa referente a las disposiciones del Reino sobre C?maras de Comercio, donde propuso un esquema de Estatuto, y se fij? para el primer domingo de octubre una reuni?n de todo el comercio italiano en el Consulado. Finalmente, el 10 de noviembre de 1883, "reunidos los electos y le?dos y aprobados los verbales de la Comisi?n de escrutinio, se proclam? constitu?da la C?mara de Comercio Italiana de Montevideo".7 Era la primera c?mara de comercio italiana creada en el exterior. El reto que ten?a por delante, impuls? a la CCIM a buscar siempre un particular apoyo del gobierno italiano.

PRIMERA PARTE: LA COMPOSICION SOCIAL DE LA CCIM Merece una consideraci?n especial la CCIM por el rol social cumplido en varios niveles. En

primer lugar fue una instituci?n nucleadora de elementos pertenecientes a distintas fracciones de la burgues?a y, consiguientemente, articuladora de intereses que durante muchos a?os se confrontaron con cierta aspereza percibi?ndoseles, aun d?cadas m?s tarde, como irreconciliables. No fue menor el de

6. Elisabetta Bidischini "Nota Storica" en Elisabeta Bidischini e Leonardo Musci "Guida agli archivi storici delle Camere di Commercio Italiane" Roma. Ministero per y Beni Culturali e Ambientali. Ufficio Centrale per y Beni Archivistici, 1996; p. XIV.

7.- CCIM "Resumen de la primera relaci?n de la Camera di Commercio Italiana di Montevideo", mecanografiado, s/f; p. 2.

crear un espacio de relaciones sociales que concurrieron al desarrollo de un tejido empresarial altamente integrado y concentrado, donde se propiciaron nuevos caminos para la reubicaci?n de capitales, asegurando la diversificaci?n de las apuestas. Por otra parte, cumpli? un importante papel como instituci?n que trascendi? el ejercicio de amalgama para deslizarse en una faceta creadora de la propia clase. En la medida que promocion? y sostuvo institucionalmente a empresarios de bajo perfil y dotados de peque?o capital, promovi? su ascenso social que, de otro modo, hubiera sido limitado o inviable. Redundaba as? en el fortalecimiento de la propia clase burguesa que se constitu?a.

1. UNA PECULIAR ARTICULACION DE REPRESENTACIONES SOCIALES

La masa societaria de la CCIM se reclutaba entre comerciantes e industriales italianos; y si bien los primeros se representaron mayoritariamente, los segundos fueron mejorando su presencia, destacando figuras relevantes por la importancia de sus establecimientos, pero tambi?n propietarios de talleres de sastre, relojer?a y joyer?a.

En el per?odo 1883/1897, sobre un elenco social promediado en 75 socios, 7 de ellos [aproximadamente el 9%] eran industriales, con pertenencia, en su casi totalidad, a la gremial de su sector, la Liga Industrial.8 Esta presencia se fortaleci? en los a?os siguientes: en 1898 eran 22 industriales en un total de 80 socios [27,5%]; 24 industriales en un total de 80, en 1901 [30%]. Con el comienzo de siglo se advierte un decrecimiento de esta representaci?n: 18 industriales sobre un total de 77 [23%], en 1906; 11 en 72 [15%] en 1912.

Los valores absolutos y relativos de esta relaci?n encuentran diversas explicaciones concurrentes. Reparar en las crecientes posibilidades que el mercado nacional ofreci? a la industria nacional y la pr?ctica imposibilidad, por el contrario, de acceder con productos manufacturados uruguayos al mercado italiano, puede arrojar luz sobre los comportamientos de afiliaci?n. Estar?amos asistiendo a una relativa p?rdida de inter?s en la CCIM por parte de la fracci?n industrial italiana, que ya no pod?a apreciar a la instituci?n como un instrumento ?til a sus objetivos e intereses. A su vez, el desplazamiento de algunos socios industriales hacia actividades de importaci?n, pudo incidir en desequilibrar esa relaci?n.

Sin embargo, una lectura con matices diferentes es posible, si atendemos la integraci?n de las Comissione Direttiva -sobre 15 titulares-, constatando que en ese ?mbito de decisiones mejoraba sensiblemente la presencia de los industriales. En 1883, al constituirse la CCIM, la integraban 4 industriales; se redujo en los a?os siguientes -entre 2 y 3 hasta 1894-; para alcanzar mayor representatividad entre 1894/1899, con 5 directivos industriales sobre 15. Fueron 4 directivos industriales entre 1900 y 1910; 7 durante 1910/23; 8 en el per?odo 1922/249; manteni?ndose entre 6 y 7 durante los ejercicios comprendidos entre 1924 y 1933. No debi? ser extra?o este incremento al reforzamiento de la pol?tica proteccionista por parte del Estado uruguayo y el consiguiente crecimiento y fortalecimiento de la burguesia industrial que mejor? su relacionamiento con otras fracciones de su clase y goz? de creciente

8. La Liga Industrial fue fundada en 1879, iniciando una etapa de decadencia hacia mediados de la d?cada de 1880, no registr?ndose datos sobre su actuaci?n m?s all? de 1888.

9. En el ejercicio 1922/23, en funci?n de largas permanencias de suplentes, la presencia de industriales en las directivas oscil? entre 7 y 8.

poder e influencia en el Estado uruguayo. Consiguientemente, pas? a estar mejor posicionada en los organismos de m?ltiple representaci?n de las fracciones burguesas, como fue el caso en consideraci?n.

2. "UNA RAPPRESENTANZA COMMERCIALE ITALIANA

COMPOSTA DI PERSONE CHE APPARTENGONO ALL'ALTO

COMMERCIO ED ALLA GRANDE INDUSTRIA E CHE PER

LA LORO POSIZIONE E CAPACITA HANNO MOLTO PRESTIGIO NELLA COLONIA"10

Desde su constituci?n, la Camera di Commercio Italiana di Montevideo se configur? como

un espacio de empresarios vinculados a la industria y al comercio, pero con fuerte implantaci?n en la

banca y tambi?n en el agro. Si figuras medianas y hasta peque?os empresarios estuvieron presentes, la

instituci?n fue representativa de intereses mayores y m?s complejos, tonalidad que se acentu? en el siglo

XX.

La composici?n de la masa societaria de la CCIM hacia 1890 -padr?n de electores publicado en la prensa para las elecciones de Enero de ese a?o11-, fecha muy pr?xima a la de su

fundaci?n, registraba una totalidad de 95 socios electores. La misma puede ser caracterizada como un

heterog?neo social en el que era posible identificar ciertos perfiles:

Importantes industriales: algunos de los principales molineros -Giuseppe Cavajani, Paolo Delucchi,

Luigi Podest?, Luigi Barbagelata [socio de Pablo Ma??]- y fabricantes de muebles: Angelo Giorello e

Fratelli, Buonaventura Caviglia.

Fuertes firmas de plaza en la actividad importadora: Antonio Chiarino, de `Chiarino y Cia.'; Giovanni Carbone, de `Oneto, Vignale y Cia.'12; `Cassarino, Fratelli', Martino Mojana; `Vincenzo

Cambroni y Cia.'; `Queirolo e Guelfo'; `Frugoni Fratelli'.

Empresarios con participaci?n en actividades mercantiles e industriales: Anselmo Milano, con f?brica de licores e integrando en la d?cada de los 90 la sociedad `Chiarino y Cia.' 13, Giovanni Bonomi, Giusu?

Bonomi e Figli.

Empresarios vinculados a navieras con derivaci?n a actividades mercantiles: Antonio

Piaggio, agente de la Societ? di Navigazione Generale Italiana y de Compagnie d'Assicurazione La Italia y La Italia Reaseguradora14; miembro de la `Sociedad Uruguaya de Carb?n y Sal'.15

Figuras destacadas de la actividad financiera. En relaci?n al primer Banco Italiano, fueron

accionistas del mismo y miembros de la CCIM, Antonio Piaggio, Antonio Chiarino,

Domenico

Ravenna, Luigi Barbagelata, Risso y Schiaffino. Tambi?n estuvieron presentes algunos empresarios que fueron socios, posteriormente, de la CCIM como Claudio Starico, Domenico Lanza y Santiago Gianelli.16

Antonio Piaggio figuraba, a fines de los a?os 80, como Vice-Presidente del Banco Italo-Oriental. En

10.- ACCIM Carpeta rotulada "Corrispondenza tra la Camera di Montevideo ...": nota de la mercio ed Arti, Provincia di Livorno, 26/5/1884. 11.- `L'Italia'; Montevideo, 5 Gennaio 1890. 12.- Ra?l Jacob "Las otras dinast?as, 1915/1945" Montevideo. Ed. Proyecci?n, 1991; p. 127. 13.- Ra?l Jacob, ob. cit.; p. 108. 14.- Aviso publicitario aparecido en `Bollettino Ufficiale della Camera di Commercio Italiana in Montevideo', Anno V, N. 63. Montevideo, 31 Dicembre 1889. 15.- * R. Jacob, ob. cit.; p. 158.

16.- "Lista nominal de los accionistas del Banco Italiano. Segundo Semestre" Montevideo. Imprenta Tipogr?fica ? Vapor, 1868.

relaci?n al posterior Banco Italiano dell'Uruguay, integraron su staff directivo y fueron, simult?neamente socios y/o directivos de la CCIM, Luigi Gaminara, Alessandro Talice -de la firma `Fratelli Talice'-; Buonaventu ra Caviglia, Martino Trabucati, `Beretta, Fratelli y Cia.'; Vicente Costa -importador e inversionista en el agro-; Edoardo Rolando -de Rolando y Cia.-, Luigi Podest?, Paolo Delucchi, Angelo Pastori y Ambrogio Fravega.

Empresarios en actividades diversas con posterior diversificaci?n hacia el comercio: Domenico Basso, horticultor.

Empresarios menores: poco numerosos en la instituci?n, pero su presencia no fue insignificante. En la determinaci?n de su pertenencia gremial, para unos estuvieron presentes los efectivos v?nculos de amistad y/o subalternidad con hombres prominentes de la colectividad empresarial italiana, integrantes de las directivas gremiales. Trat?se, otras veces, de habilitados o antiguos habilitados -tanto en la industria como en el comercio-, ahora independientes. No fueron ajenos, muchas veces, fuertes sentimientos ?tnicos que les impuls? a integrarse a una entidad que los representaba en esa dimensi?n de la italianidad y la de su exitosa, aunque modesta, carrera empresarial. Terceros vislumbraron posibilidades acertadas de hacer negocios, y se hicieron presentes en un ?mbito que los rescataba, en cierto modo, como figuras marginales del empresariado inmigrante.

Una mirada a la masa societaria unas d?cadas m?s tarde -entre la IGM y los comienzos de los a?os 30s-, advierte el reforzamiento de tendencias y perfiles de representaci?n social caracterizados para una ?poca m?s temprana. Tanto el punto de partida fuera la industria como el comercio de importaci?n, es apreciable en los nuevos socios que se incorporaron, una recomposici?n de roles y la presencia del fuerte v?nculo generado por las actividades financieras, tr?tese de Aristeo Levrero y Egidio Introzzi; empresarios menores como Ambroggio Gatti y Claudio Restano; o un profesional que, por su rol de funcionario de la instituci?n, se incorpor? a la actividad empresarial, como fue el caso del Avv. Alberto Scarzella.17

SEGUNDA PARTE: LA FORMACION DE UNA CLASE EMPRESARIA DIVERSIFICADA A PARTIR DE LA CCIM

La Camera de Commercio Italiana di Montevideo se presenta como un ?mbito donde los empresarios que la integraron recompusieron y rearticularon roles en un ejercicio por minimizar riesgos, potencializar negocios, construir propuestas nuevas y acrecer beneficios. Este proceso se verific? a diversos niveles.

1. LA REARTICULACION DE INTERESES CONFRONTADOS La Camera de Commercio Italiana di Montevideo al integrar a comerciantes importadores y

a industriales, concurri? a crear un espacio armonizador de intereses. La reorientaci?n de la politica estatal uruguaya hacia un r?gimen proteccionista m?s definido desde 1888, agudiz? las contradicciones entre las distintas fracciones burguesas, particularmente entre industriales e importadores. En la medida que la inmigraci?n italiana nutri? estas dos fracciones, la CCIM constituy? un espacio conciliatorio, en una experiencia relativamente restringida al empresariado de ese origen. Sin embargo, sus efectos debieron

17.- "Libro del Centenario del Uruguay" Montevideo. Agencia Capurro y Cia., 1925; p. 427.

proyectarse m?s lejos dado el importante peso relativo que los italianos tuvieron, en la interna empresarial, en diversos sectores de la econom?a.

La participaci?n en la densa trama de informaci?n constitu?da por el conjunto de C?maras de Comercio Italianas -del Reino y en el exterior- permiti? a la CCIM operar con habilidad. En la amplia oferta de productos industriales de los proveedores italianos indujo la reorientaci?n de sus socios en los negocios de importaci?n, abandonando renglones tradicionales que colisionaban con la incipiente industria uruguaya e incorporaran rubros nuevos no producidos localmente. A su vez, propici? que parte del sector importador que la integraba se convietiera en proveedor de maquinaria y materias primas para la industria uruguaya. De este modo, concurr?a a redefinir el "espacio interior" para las actividades industriales, espacio en el que pesaban significativamente los italianos radicados en el pais, algunas de cuyas figuras prominentes integraban su staff dirigente o su padr?n de afiliados. De este modo, la CCIM pes? en devaluar las asperezas de unos enfrentamientos que, de otro modo, expandir?an su tensi?n al interior de las clases dominantes.

No debi? ser ajeno a este contacto m?s intenso y perdurable entre comerciantes e industriales italianos nucleados en la CCIM el mas suave tr?nsito del pa?s hacia pol?ticas que valorizando el mercado interno, atendieron el desarrollo industrial sin "concesiones lesivas". Estas formas conciliatorias, tan apreciadas en el Uruguay, debieron forjarse, en buena medida, en el sesionar de la Commissione Direttiva, si atendemos al peso singular que la inmigraci?n italiana tuvo en las actividades empresariales urbanas.

Es apreciable, por tanto, que no hubo una divisi?n neta de actividades sin vasos comunicantes. La consideraci?n de varios casos puede ser ilustrativo.

Algunos socios de la CCIM fueron importadores que aprovisionaron a la industria, con la que tuvieron estrechos intereses comunes. Giuseppe Fiocchi [Mil?n, 1876]. Lleg? a Montevideo en 1898, trabajando como empleado durante cinco a?os. En 1903, asociado con Pedro Talice inici? una casa de Comisiones, Representaci?n e Importaci?n, con sucursal en Buenos Aires. La firma actuaba como representante de la "Societ? Anonima Meccanica Lombarda" de Monza18, especializada en maquinaria para la industria alimenticia, siendo la principal proveedora para el reequipamiento de la industria harinera, fideler?as y f?bricas de pastas frescas.19 La r?pida expansi?n de los negocios en ambas orillas del Plata permiti? a Fiocchi ingresar como proveedor en el mercado riograndense.20

Desde la actividad industrial, algunos incorporaron, tambi?n, la actividad importadora, actuando como representantes de firmas italianas. Agustino Gamberoni -radicado desde muy joven en Montevideo- reuni? un capital y viaj? a Burdeos para especializarse en vinos y licores. Posteriormente explor? el mercado industrial italiano de m?quinas, retornando a Montevideo en 1866. En una primera etapa inici? la empresa "Los 33", una prestigiosa firma de licores de esta plaza. Por otra parte, el viaje a Europa le hab?a preparado para otra actividad en la que ten?a menor experiencia: el comercio importador. H?bil observador de las ofertas peninsulares y de las nuevas demandas de una industria de desarrollo reciente en el Uruguay, negoci? entonces la representaci?n de la casa "Fratelli Branca"

18. Horacio Ara?jo Villagr?n "Diccionario biogr?fico de los italianos en el Uruguay" Montevideo, 1920. 19. La prensa especializada -El Industrial Uruguayo, La Industria, Revista de Industria y Comercio- da cuenta de las firmas de plaza que fueron abastecidas por Fiocchi. 20. "Cinquantenario della Colonizzazione italiana nel Rio Grande del Sud (1875/1925)" Porto Alegre. Stabilimento Grafico della Liberia del Globo, 1925.

de Mil?n. Convirti?se as?, en introductor de maquinaria para la industria alimenticia, preferenciando aquellas que requer?an instalaciones peque?as y m?s simples como embutidos y conservas.

El registro de socios de la CCIM es ilustrativo de los casos de quienes se iniciaron en la actividad mercantil como importadores y mayoristas para transitar luego hacia la actividad industrial -o viceversa-, bien abandonando la anterior o coexistiendo en los dos rubros.

Sexto Bonomi Lamaison [Montevideo, 1863/1927] a la muerte de su padre -el conocido empresario Giosu? Bonomi-, asumi? muy joven responsabilidades empresariales. Ingres? como socio de la CCIM en calidad de titular de una firma importadora de vinos italianos. A?os m?s tarde instalaba una bodega -con su hermano Quinto- que se convertir?a a principios de este siglo en sociedad an?nima, con participacion de otros conocidos bodegueros e inversionistas.

Luiggi Ghelfi [Pontremoli -Massa Carrara-, 1859] se instal? en Montevideo en 1880. Diez a?os despu?s se estableci? con negocio como importador de madera. No pas? mucho tiempo y deriv? hacia la fabricaci?n de muebles, manteni?ndose como importador de art?culos anexos, como los espejos italianos y otros enseres.

Enrique Menini [Pontremoli, 1885/Montevideo, 1922] Ingres? al pa?s siendo un ni?o y comenz? a trabajar antes de la adolescencia. Realiz? su aprendizaje en las f?bricas de licores de Rodriguez & Penad?s, y en la de Broglia y Cia. Al abrir firma en plaza, lo hizo como comerciante, antes de instalar su f?brica de bebidas "La Ideal" y asociarse a principios de este siglo con otros importantes industriales del ramo.

Bartolomeo Faridone [Bogliasco -G?nova-, 1876] se instal? en Montevideo como representante de la firma Sacomano-Palao, abri? luego el molino "3 estrellas" y posteriormente se hizo cargo de la firma comercial Peirano Hnos y Cia.

Emilio Coelli [Stradella -Pav?a-, 1872] instal? ferreter?a e importaci?n de art?culos italianos, previo a una fundici?n y f?brica de objetos art?sticos de bronce.

Alberto Montaldo [Cairo Montenotte, 1833/Montevideo, 1896] En Uruguay desde 1846. Trabaj? en una f?brica de f?sforos donde se inici? en el metier que le permiti? instalar, a?os m?s tarde, un establecimiento en ese mismo rubro. Posteriormente incursion? en el comercio de importaci?n con la sociedad Montaldo-Dauber, constitu?da en 1861. Seis a?os m?s tarde, se asociaba en otro emprendimiento comercial, ahora en Salto, con Sanguinetti y Freccero, permaneciendo en todas estas actividades simult?neamente.

Los ejemplos son claramente ilustrativos. Por cierto, no fueron los ?nicos registrados en un espectro m?s amplio que lo trasciende.

2. UNA BUSCADA ARTICULACION DE INTERESES CON OTRAS FRACCIONES DEL EMPRESARIADO

A comienzos de los a?os 20s, la CCIM inici? una modalidad de reforzamiento de los lazos intrasocietales, al mismo tiempo que procuraba estrechar v?nculos con empresarios ajenos a la instituci?n. Esa estrategia hacia afuera, si bien persegu?a, indudablemente, el ingreso de nuevos afiliados, no estuvo exenta de un objetivo m?s alto y trascendente que concurr?a a mejorar el

relacionamiento con otras fracciones burguesas a trav?s de individuos con diferente curriculum empresarial y gremial.

En ese sentido tan amplio debe entenderse la propuesta del Presidente de la CCIM, Emilio Coelli, en 1921, en relaci?n a "che i soci della Camera, col fine di scambiare idee, su temi d'indole commerciale e finanziaria, si riuniscano a colazione, l'ultimo sabato d'ogni mese. Sarebbero invitate alla colazione spiccate personalit? entro e fuori della nostra collettivit?".21

Se resolvi? que la primera "colazione" tendr?a lugar en el Hotel Severi a las 12.30 p.m. el ?ltimo s?bado del mes, y ser?a invitado a la misma el R. Ministro d'Italia. La "seconda colazione" se fij? para el 25 de Junio de 1921, siendo particularmente invitados el Ministro Italiano en Montevideo y el Dr. Luis Caviglia, Ministro de Industria.22 La "terza colazione" fue suspendida por el Presidente Coelli "a causa dell'epidemia di `grippe' che infesta la citt?".23

El 15 de Octubre de 1924 la CCIM remit?a invitaciones a Pesquera y Cia., Piqu?, Larrieux y Cia; Sextino Mannocci; y Z?s Hermanos, al almuerzo que organizaba entre sus asociados -en el Savoia Hotel, el 18 del corriente a las 12.30 hs "con el fin de estrechar vinculaciones y promover un provechoso cambio de ideas en materia comercial".24

Otras notables figuras del mundo empresario y pol?tico fueron sucesivamente objeto de invitaciones y homenajes durante la d?cada de 1920 en una estrategia que, al parecer, report? f?rtiles relacionamientos.

3. LA NECESARIA ARTICULACION DE INTERESES CON ULTRAMAR La C?mara debi? actuar, a su vez, como una articuladora de intereses entre los que

pretendia representar oficialmente, de ultramar, y los muy concretos de comerciantes e industriales radicados en el Uruguay.

El Archivo de la C?mara conserva nutridos informes a los productores y exportadores peninsulares desestimando, en algunos casos, la pertinencia de sus propuestas e indicando la diversidad de razones que fundamentaban su advertencia: existencia de una producci?n nacional de importancia, un arancel de importaci?n elevado o bien, las dificultades de acceder con ciertos rubros a un mercado con fuerte presencia y control por parte de comerciantes de otras potencias rivales.

En oportunidades, la correspondencia alienta la propuesta por tratarse de productos no elaborados localmente, como se informaba, en Noviembre 13 de 1922, a Gino Colli, de Milano, que "non essistono fabbriche n? di gioccatoli n? di oggetti artistici", suministrando al consultante una lista de firmas de esta plaza que pod?an interesarse en representarlo. O la remitida, d?as m?s tarde, a Bruni Santo, de Brescia, notific?ndole que se hab?a dado publicidad en el "Bollettino" de la C?mara "All'offerte

21.- ACCIM. Libreta rotulada "Verbali Sedute Consiglio Camera di Commercio Italiana, 25 Settembre 1925" [Corresponde al per?odo 26 Giugno 1920/25 Settembre 1925]: Seduta del 13 Maggio 1921; p. 17.

22.- ACCIM. Libreta rotulada "Verbali Sedute Consiglio Camera di Commercio Italiana, 25 Settembre 1925" [Corresponde al per?odo 26 Giugno 1920/25 Settembre 1925]: Seduta del 20 Giugno 1921; p. 20.

23.- ACCIM. Libreta rotulada "Verbali Sedute Consiglio Camera di Commercio Italiana, 25 Settembre 1925" [Corresponde al per?odo 26 Giugno 1920/25 Settembre 1925]: Seduta dell'8 Agosto 1921; p. 22.

24.- ACCIM "Libro Copiador, 4: 20 Marzo 1924 al Aprile 1925": Notas fechadas el 15/10/1924: folios 286, 287, 288 y 289 respectivamente.

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