Melanio De Jesús León



Economía

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La Economía (del griego οίκος [oikos], "casa", y νομος [nomos], "regla", por lo tanto "dirección o administración de una casa") Por definición es la "ciencia de la elección". Es una ciencia social que estudia los procesos de producción, intercambio, distribución y consumo de bienes y servicios. Según otra de las definiciones más aceptadas, propia de las corrientes marginalistas o subjetivas, la ciencia económica analiza el comportamiento humano como una relación entre fines dados y medios escasos que tienen usos alternativos.

Esta definición, propuesta por Lionel Robbins en 1932, hace hincapié en tres aspectos que conviene comentar en detalle:

▪ Su objeto de estudio es la actividad humana y, por tanto, es una ciencia social. Las ciencias sociales se diferencian de las ciencias puras o naturales en que sus afirmaciones no pueden refutarse o convalidarse mediante un experimento en laboratorio y, por tanto, usan una diferente modalidad del método científico. Sin embargo, la economía posee un conjunto de técnicas propias de los economistas científicos. De hecho, John Maynard Keynes define la economía como "un método antes que una doctrina, un aparato mental, una técnica de pensamiento que ayuda a su poseedor a esbozar conclusiones correctas". Tales técnicas son la teoría económica, la historia económica y la economía cuantitativa, incluida la novedosa econofísica. También conviene referirse a los conceptos de teoría positiva y teoría normativa. No todas las afirmaciones económicas son irrefutables, sino que ciertos postulados pueden verificarse, esto es, puede decirse que "son" y, cuando eso ocurre, se habla de economía positiva (véase positivismo). Por el contrario, aquellas afirmaciones basadas en juicios de valor, que tratan de lo que "debe ser", son propias de la economía normativa y, como tales, no pueden probarse. La economía se mueve constantemente entre ambos polos.

▪ La ciencia económica está justificada por el deseo humano de satisfacer sus propios fines. Este aspecto de la definición propuesta por Robbins es discutible y probablemente es el que menos se ha desarrollado en toda la historia del análisis económico salvo, acaso, por la Escuela Austríaca y especialmente por Ludwig von Mises. En ocasiones, al definir la economía se ha sustituido el término fines por el de necesidades humanas, y se ha dicho de ellas que son ilimitadas. Hasta el momento la economía no se ha ocupado en exceso de determinar cómo se forman las necesidades humanas ni de si son ilimitadas o no, y para ello debería avanzar en el desarrollo de la antropología y la sociología económicas.

▪ La materia prima de trabajo de los economistas es el conjunto de recursos escasos que pueden satisfacer usos alternativos. Los recursos al alcance del hombre para satisfacer sus necesidades son escasos o, al menos, la economía sólo se ocupa de aquellos que lo son y, como tales, existe la necesidad de seleccionar entre ellos para satisfacer fines alternativos. Si un recurso no es escaso o tiene un único fin, no está justificado su tratamiento desde el punto de vista económico, a menos que pretenda asignársele otra utilidad. Al decidir si un recurso se asigna a la producción de un bien o servicio determinado, se está asumiendo el coste de no poder usar ese recurso para la producción de otros bienes y servicios. Este concepto de coste, más allá del puro concepto dinerario, es propio de los economistas y se conoce como coste de oportunidad. Para asignar los recursos debe existir un criterio que permita hacerlo de la manera más eficiente posible, y la economía trata de aportar criterios racionales para la asignación de los recursos a la producción de bienes y servicios.



|Tabla de contenidos |

|1 La economía como ciencia por Riddell Calderon |

|1.1 Definición objetiva o marxista |

|1.2 Definición subjetiva o marginalista |

|1.3 Definición Sistémica |

|1.4 Otras definiciones |

|2 Ramas de la Economía |

|3 Principales escuelas del pensamiento económico |

|4 Véase también |

|5 Enlaces externos |

La economía como ciencia por Riddell Calderon

Antes de definir la economía como ciencia es necesario mencionar que en la economía hay diferentes puntos de vista, según el enfoque que se adopte. Sin embargo, destacan dos: el enfoque objetivo y el enfoque subjetivo; por lo tanto, sobresalen la definición objetiva y la definición subjetiva.

Definición objetiva o marxista

La definición clásica de la corriente objetiva es de Friedrich Engels, quien señala: "La economía política es la ciencia que estudia las leyes que rigen la producción, la distribución, la circulación y el consumo de los bienes materiales que satisfacen necesidades humanas.". Karl Marx a su vez señala que la economía es "la ciencia que estudia las relaciones sociales de producción". También se le llama que es la ciencia de la recta administración.

Definición subjetiva o marginalista

La definición clásica de la orientación subjetivista es de Lionel Robbins, quien afirma: "La economía es la ciencia que se encarga del estudio de la satisfacción de las necesidades humanas mediante bienes que, siendo escasos, tienen usos alternativos entre los cuales hay que optar."

Definición Sistémica

Desde otro punto de vista la economía puede ser observada como un ámbito de comunicación bien definido. Esto significa que la economía es el medio de comunicación en el cuál se forman los sistemas económicos. En esta perspectiva los sistemas económicos son sistemas sociales en los cuáles las comunicaciones que se reproducen son comunicaciones sobre compensaciones o pagos. Aquellas comunicaciones que tienen sentido económico, se reproducen en los sistemas económicos, aquellas que no tienen sentido, se rechazan.

Esta visión sociológica de la economía posibilita comprender la economía como un aspecto integral de la sociedad.

Otras definiciones

Naturalmente hay otras definiciones, pero solo señalaremos algunas: Michael Parkin: "Es el estudio de como la gente utiliza sus recursos limitados para tratar de satisfacer sus deseos ilimitados".

Ramas de la Economía

▪ Teoría económica

▪ Microeconomía, Macroeconomía

▪ Historia económica

▪ Economía en la Edad Media, Historia del pensamiento económico

▪ Economía cuantitativa

▪ Estadística, Econometría

▪ Economía aplicada

▪ Economía laboral, Economía del desarrollo, Economía social, Economía Internacional, Economía ambiental, Organización Industrial

▪ Economía y dirección de empresas

▪ Habilidades Directivas, Organización de Empresas

▪ Finanzas

▪ Finanzas Corporativas, Finanzas de mercado, Finanzas Públicas, Finanzas conductuales, Bolsa de valores, Banco

▪ Movimientos alternativos

▪ Econofísica, post-autismo



Principales escuelas del pensamiento económico

▪ Economía clásica

▪ Economía marxista

▪ Escuela austríaca

▪ Economía neoclásica

▪ Economía keynesiana

▪ Economía neokeynesiana

▪ Economía postkeynesiana

▪ Escuela monetarista

▪ Neoliberalismo

Microeconomía

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La microeconomía es la parte de la Economía que estudia el comportamiento económico de agentes individuales; es decir, estudia los fenómenos económicos desagregados de cada agente (consumidor, empresa, etcétera), considerando las decisiones que toma cada uno para cumplir ciertos objetivos propios.

La Microeconomía tiene muchas ramas de desarrollo. Algunas de las más importantes son: la teoría del consumidor, la de la demanda, la del productor, la del equilibrio general, y la de los mercados de activos financieros. No pueden considerarse enteramente separadas porque los resultados de unas influyen o son parte de la base de las otras. Por ejemplo, las empresas no sólo ofertan bienes y servicios, sino que también demandan bienes y servicios para poder producir los suyos. De ahí la necesidad de la simplificación (Céteris páribus, ver más adelante) y de que a veces no se esté muy seguro de donde comienza y donde termina una teoría). La Microeconomía se estudia con modelos matemáticos que se desarrollan a partir de los supuestos que se hacen sobre el comportamiento de los agentes económicos. Toda conclusión a la que se llegue usando esos modelos solo será válida si se cumplen los supuestos, cosa que no ocurre siempre, especialmente si se trata de supuestos muy fuertes, o restrictivos.

Una de las incorporaciones más importantes al estudio de la Microeconomía es la llamada "Teoría de juegos". Es una teoría matemática que estudia el comportamiento de varios agentes cuando las decisiones tomadas por cada uno influyen en qué medida cada uno logra los objetivos que desea. Se usa, por ejemplo, en la teoría de la producción industrial, para estudiar los casos de oligopolio y de competencia imperfecta.

|Tabla de contenidos |

|1 La teoría neoclásica del consumidor |

|1.1 Las preferencias del consumidor |

|1.2 La restricción presupuestaria |

|1.3 La función de utilidad |

|1.4 Los tipos de bienes |

|1.5 La curva de demanda |

|1.6 Representación matemática del problema del consumidor |

|2 La teoría del productor |

|2.1 La función de producción |

|2.2 El problema de maximización del beneficio |

|2.3 Las curvas de costes |

|2.4 Tipos de situaciones que se pueden dar en el mercado |

|2.4.1 Monopolio |

|2.4.2 Competencia perfecta |

|2.4.3 Oligopolio |

|2.4.4 Competencia monopolística |

|3 Lecturas Recomendadas |

|4 Véase también |

|5 Enlaces externos |

La teoría neoclásica del consumidor

Artículo principal: Teoría del consumidor

(Para simplificar, para el resto de este apartado, a menos que luego se diga lo contrario, a los servicios se los considerará como si fueran parte de los bienes, así mismo se restringirá la teoría del consumidor a la teoría neoclásica habitual) Una exposición somera de en qué consiste la teoría del consumidor, es la siguiente:

Las preferencias del consumidor

Los consumidores tienen preferencias sobre los bienes y servicios. Esto es, dadas dos colecciones de bienes, también llamadas cestas de bienes (en las que, de cada tipo de bien puede haber cero, uno u otra cantidad de bienes, incluso una cantidad no entera), un consumidor preferirá a una sobre la otra, si le dieran a escoger entre ambas. Por ejemplo, si le dieran a escoger entre una cesta de bienes y otra, que fuera igual a la anterior, pero se le hubiera añadido algún bien más que le gustara al consumidor, o si hubiera más cantidad de alguno de los bienes que lleva la primera, generalmente preferiría la segunda cesta.

Se supone entonces, que para la mayoría de los consumidores habrá unas preferencias que podrían manifestar para cualquier conjunto de cestas que se les presentara. Cada consumidor tendría sus preferencias y no tendrían por qué coincidir con las de otro, aunque pueden. Sin embargo, se espera que para la mayoría de los consumidores esas preferencias sí que tengan unas propiedades comunes.

Algunas de esas propiedades serían:

Universalidad: Dado cualquier par de cestas imaginable en una economía, un consumidor siempre podría decir si prefiere una cesta a otra. Nótese que es posible también que no pueda considerar a una cesta realmente mejor que la otra, pero se espera que pueda decir que una cesta es al menos tan buena como la otra. Es decir, no se necesitará que la preferencia sea siempre estricta, sino que dadas cualquiera dos cestas, el consumidor pueda siempre decir, o bien que lo mismo le da la una que la otra, o que considera una de las dos mejor que la otra.

Transitividad: Generalmente, si un consumidor prefiere la cesta A a la cesta B, y la cesta B a la C, también debería preferir la cesta A a la C.

Monotonicidad: Si una cesta A tiene los mismos bienes que otra cesta B, y alguno más, o bien mayor cantidad de alguno de ellos, entonces A se prefiere o se considera al menos tan buena como B

Convexidad: Se espera, aunque este supuesto es un tanto fuerte, que dadas dos cestas A y B de bienes, se prefiera a ambas una cesta C que fuera una combinación convexa de ambas. Es decir, una cesta que se compusiera en un porcentaje de las cantidades de cada uno de los de bienes presentes en A y en el resto del porcentaje (hasta completar el 100%) de las cantidades de los bienes de B.

La restricción presupuestaria

Teniendo en cuenta que los bienes tienen precios, y considerando estos dados, está claro que un consumidor no puede conseguir trivialmente la cesta que prefiera de entre todas las posibles. Si tenemos en cuenta además de los precios de los bienes la renta disponible del consumidor, tenemos lo que se llama la restricción presupuestaria. Esta es la que nos indica qué cestas de bienes son las que el consumidor puede elegir y conseguir, teniendo en cuenta el dinero de que dispone y los precios del mercado. La misión del consumidor será entonces conseguir de entre todas esas cestas aquella que el prefiera a todas las demás (o alguna de las cestas que el considere que son al menos tan buenas como todas las demás). Encontrar esto es lo que se llama maximización del consumidor. Generalmente, es habitual que la cesta elegida del consumidor se encuentre en la frontera de la restricción presupuestaria, es decir, que sea una cesta cuyo valor (multiplicando los precios de los bienes por las cantidades de estos en la cesta) sea exactamente igual a la renta disponible del consumidor.

La función de utilidad

Una forma de representar las preferencias, cuando estas tienen las propiedades adecuadas, es mediante lo que se llama una función de utilidad. En este caso, las cestas de bienes se pueden representar también como vectores numéricos, en que cada componente del vector nos dice qué cantidad de cada bien hay en esa cesta. Introduciendo dos vectores de bienes en una misma función de utilidad y viendo qué números nos devuelve esta, es posible ver si una cesta es preferida a la otra o considerada como igual a la otra desde el punto de vista del consumidor. Entonces, el problema del consumidor podría considerarse como el problema matemático de maximizar una función matemática (a menudo de varias variables), que sería la función de utilidad, dentro del conjunto representado matemáticamente por todas las cestas de bienes (vectores) que cumplieran la restricción presupuestaria, esto es, que su valor (resultado de multiplicar el vector de bienes de la cesta por el vector de los precios correspondientes) fuera igual o menor que el valor de la renta disponible.

Nótese que la función de utilidad se considera una función monótona creciente de los bienes, pero que su valor es puramente ordinal, esto es, sirve para ordenar cestas, pero no para decir cuanto es mejor una cesta que otra, esto es, no es una función cardinal. De hecho, pueden usarse distintas funciones de utilidad para representar unas mismas preferencias, y al resolver el problema de maximización todas darían el mismo resultado.

Otra cosa que es importante tener en cuenta en el estudio de la teoría del consumidor es lo que se llaman las "curvas de indiferencia". Una curva de indiferencia representaría a todas las cestas que para una función de utilidad dada tienen el mismo valor. La pendiente de estas curvas se llama relación marginal de sustitución, y nos informa de cuanto es capaz de intercambiar un consumidor de un bien por otro de manera que su utilidad se mantenga igual.

Los tipos de bienes

Se puede estudiar cómo cambian las soluciones al problema del consumidor cuando cambian los parámetros de la función de utilidad o bien cambian los precios o la renta disponible del consumidor. Por ejemplo, si cambia el precio de uno de los bienes, el cambio en la pendiente de la restricción presupuestaria llevará a cambiar de cesta de bienes escogida, en la que el bien cuyo precio ha cambiado, también cambiará en cantidad (y posiblemente las de otros de los bienes también cambien). Según el efecto que se produzca, se puede clasificar a los bienes. Así, normalmente los bienes disminuyen en cantidad demandada cuando aumenta su precio, aunque existen excepciones a esto, en las que aumentan (llamados bienes giffen). Lo que hace que un bien cambie es la suma de dos efectos, el efecto renta y el efecto sustitución.

El efecto renta es el derivado del hecho de que al aumentar un precio, en cierto modo es como si se perdiera renta, mientras que el efecto sustitución está relacionado con como el consumidor puede tender a sustituir el consumo de un bien por el de otro. Si aumenta el precio del bien, el efecto renta tenderá a hacer que disminuya su consumo, pero el efecto substitución puede afectarle de dos maneras. Normalmente tenderá a hacer que también disminuya, porque el consumidor también vaya a consumir otro tipo de bienes que su precio no haya cambiado, pero en otras ocasiones podría ser que hiciera que aumentara. En este último caso tendríamos lo que se llama un bien inferior (uno cuyo efecto sustitución tiende a aumentar el consumo cuando el precio sube). Si, en cambio, el efecto de sustitución fuera del mismo signo que el efecto renta, estaríamos ante un bien normal. Pero es la suma de los dos efectos lo que produciría el efecto total. En el caso de los bienes normales, el efecto renta hará que su consumo disminuya al aumentar el precio, y también ocurrirá así con los bienes inferiores, excepto cuando, en el caso de algunos de estos últimos, el efecto sustitución llegara a ser más fuerte que el del efecto renta, y por tanto tendríamos un bien giffen. Cuando aumenta la renta y los precios permanecen constantes, los bienes normales tienden a aumentar en consumo mientras que disminuye el de los bienes inferiores.

Nótese que hemos mencionado que cuando sube el precio bajará el consumo de un bien, el análisis es completamente simétrico cuando baje el precio, es decir, aumentará el consumo con las particularidades ya dichas en los párrafos anteriores. Se ha de saber también que el consumo, por supuesto, también variará con la renta disponible, aumentando o disminuyendo conforme lo haga esta, hasta qué se alcance para los bienes lo que se llama punto de saciedad, que sería el máximo posible para la función de utilidad, un punto más allá del cual al consumidor ya no le interesaría tener más de ninguno de los bienes.

Otra forma en que se relacionan los bienes unos con otros es como complementarios o como sustitutivos. Los complementarios tienden a compartir el mismo destino cuando sube o baja el precio de uno de ellos, mientras que es al contrario en el caso de los sustitutivos.

También es posible considerar algunos bienes como males, cuyo consumo produce desutilidad o utilidad negativa. Los males serían aquellos de los cuales al consumidor, al contrario que los otros, estaría interesado en tener lo menos posible. Por ejemplo, en ciertos análisis microeconómicos se puede presentar el salario como un bien y el trabajo como un mal y tener que estudiar la decisión de optimizar el tiempo teniendo en cuenta la restricción, es decir, más horas de trabajo (mal) producen más salario (bien) y el límite, restricción prespuestaria, es el tiempo disponible por un trabajador hipotético. que bombo

La curva de demanda

La teoría de la demanda puede derivarse de la del consumidor, entonces, agregando las demandas individuales de un bien y viendo cuanto sería el total demandado para cada precio por cada consumidor. Esto nos llevaría a la curva de demanda del bien, que generalmente se representa como una curva descendente, debido a que en el eje de abcisas se representa el precio, y en el de ordenadas la cantidad de bien demandada. Significa que cuanto menor es el precio, mayor es la cantidad demandada.

Representación matemática del problema del consumidor

La microeconomía se estudia de forma matemática, usando modelos que eviten la ambigüedad del lenguaje hablado. La mayor parte de los desarrollos y estudios de la teoría del consumidor tienen como base el siguiente problema que se representa así:

Max U(x1,x2,...,xn)

s.a. p1x1+p2x2+...+pnxn ................
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