I.E.S. ATAÚLFO ARGENTA | Consuelo Toledo Cañamero



PREAMBULO DEL ACTA FUNDACIONAL DE LA ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE TRABAJADORES.

NATURALEZA DEL TEXTO

Se trata del preámbulo de un manifiesto por lo que el texto es informativo, de contenido político, y fuente primaria puesto que es el Preámbulo del Acta fundacional de la AIT, escrito en 1864, contemporáneo por tanto a los acontecimientos que vamos a tratar en el comentario.

ANÁLISIS DEL TEXTO

El texto corresponde a la segunda mitad del siglo XIX y fue escrito en Londres. Supuso la fundación de la primera Asociación Internacional de Trabajadores. Para poder comprender por qué los trabajadores de todo el mundo decidieron unirse, en primer lugar es necesario analizar las circunstancias en las que estos se encontraban en estos momentos:

Con la Primera Revolución Industrial, surgió una nueva sociedad de carácter urbano en la que la alta burguesía fue el grupo social más poderoso gracias a las actividades industriales, puesto que eran los propietarios de las empresas, con un estilo de vida opulento y ostentoso. Junto a la burguesía apareció una “clase media” asociada a la burguesía media o baja que vivía bien de sus pequeños negocios, propiedades o de su actividad profesional, o como en el caso de la baja burguesía, de su trabajo en pequeños negocios o de las actividades agrarias.

Junto a ellos la Revolución Industrial originó otro grupo social, el de los trabajadores de las fábricas o Proletariado, formado por antiguos campesinos, empleados del sistema de trabajo a domicilio y antiguos artesanos vinculados a los gremios. Esta clase obrera surgió con la introducción de las máquinas en las fábricas, ya que eran mano de obra barata que no necesitaba formación. Al mismo tiempo, puesto que el objetivo de las empresas era obtener el máximo beneficio en ningún momento hubo una preocupación por parte de los propietarios en cuanto a las condiciones de trabajo del proletariado, lo que dio lugar a largas jornadas laborales, sanciones, bajos salarios, castigos corporales, inexistencia de pensiones, explotación infantil…

Estas condiciones de trabajo del proletariado originaron el movimiento obrero y las ideologías obreras: Socialismo utópico, Socialismo marxista y Anarquismo. El culmen de la lucha obrera fue la aparición en 1864 de la AIT, cuyo objetivo era integrar a las asociaciones obreras de todos los países para plantear estrategias comunes de lucha.

El autor de este texto fue Carl Marx, padre del socialismo científico o marxismo, junto con Friedrich Engels cuyo objetivo era analizar las contradicciones del sistema capitalista y cómo esas contradicciones llevarían a la destrucción de este sistema. Para ambos autores la lucha de clases era fundamental para conseguir el cambio social. Sus teorías sobre la lucha obrera quedaron reflejadas en su obra “El Capital” (1865) y el marxismo se convirtió en la base ideológica de los movimientos obreros revolucionarios de la segunda mitad del siglo XIX y de todo el siglo XX, considerándose una de las ideologías más influyentes de la historia contemporánea.

El texto va dirigido a todos los obreros del mundo y en el se justifica la necesidad de que exista una unión de trabajadores a nivel internacional.

Idea principal:

-La construcción de una nueva sociedad es un problema mundial y sólo puede conseguirse mediante la acción conjunta del proletariado de todos los países.

Ideas secundarias:

-Para conseguir esa nueva sociedad los trabajadores tendrán que ponerse manos a la obra.

-En esa nueva sociedad no deben de existir los privilegios y el objetivo es la emancipación económica de los trabajadores.

En la Primera Internacional convivieron en un principio sindicalistas y socialistas de diversas tendencias pero las discrepancias entre Marx y Engels por sus distintos programas de actuación, originaron pronto un enfrentamiento que provocó la salida de Bakunin de la AIT tras el fracaso de la Comuna de París en 1871, que la Primera Internacional había apoyado. Estos acontecimientos dividieron a los integrantes de la Primera Internacional que acabó siendo disuelta en 1874.

CONCLUSIÓN.

A pesar de su definitiva disolución, no se puede decir que la Primera Internacional fracasara puesto que supuso la toma de conciencia de los trabajadores de que ante problemas iguales debían de estar unidos para conseguir los cambios necesarios en sus condiciones laborales. Es más, a pesar del fracaso de la Comuna de París, esta sirvió igualmente para que las masas obreras fueran conscientes de la importancia de estar unidas y por su parte, la burguesía cogió miedo a la posibilidad de que los obreros se unieran, por lo que intentaron a partir de ese momento mejorar las condiciones del proletariado. Así mismo a pesar de la escisión de la Primera Internacional, habrá otro intento de unión internacional, la II AIT en 1889.

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