14 de Marzo del 2004, Munich



Testimonio de Raquel desde Munich

1-Nostalgias de una comunidad

14 de Marzo del 2004, Munich

Hola Chus,

Ayer leía en tu libro algo así como que el Señor no te regala una experiencia de fé en el Espiritu sin una Comunidad. Me pregunto en estos momentos, con algo de tristeza en el alma, dónde está mi Comunidad.

Es indudable que mi conversión de corazón me vino a través de ti, primero por tu libro de Vivencias, y luego al conocerte personalmente. Mi experiencia de fe ha estado también muy ligada a mi madre, a mi hermano Javi, pero sobre todo a ti, y ahora también a vuestra Comunidad. Sé que no debo idealizarte a tí ni a vuestro grupo, que lo importante es estar allí donde el Espíritu tenga cabida. Pero, no sé. Acabo de venir de la Eucaristía que dan en Munich en la Misión Católica en lengua española. La iglesia estaba abarrotada. Supongo que mucha gente atraída de alguna forma por lo del atentado terrorista. Como he llegado unos minutos antes me he puesto a hojear los folletitos de turno que siempre hay a la entrada de las iglesias. En ninguno he visto ninguna referencia a la Renovación Carismática. Luego, durante la misa me he puesto a escrutar en las caras de los asistentes, pero ninguno me parecía tener “cara de carismático”, como tú dices.

Cuando llegué a Munich después de las navidades, me puse a buscar de forma bastante activa una Comunidad, como una auténtica necesidad. Por alguna razón, no he llegado a conectar del todo con el grupo este alemán de jovenes que he frecuentado. Y me agarré bastante a vuestro . Y además, ahora, después de compartir con vosotros las horas esas el martes, el listón de mis expectativas con respecto al tema Comunidad, está tan alto que sólo me puede llevar a la frustración. (Sobre todo teniendo en cuenta, que cualquier tipo de expectativas concretas en la vida están abocadas a la frustración).

En la iglesia me preguntaba qué coño pinto aquí en Munich. Porque no estoy allí con mi familia y con vosotros los frayescoba que ya también lo sois. Y consideraba la posibilidad de dejar el trabajo este tan cómodo y estupendamente pagado que tengo en Munich, y vender el piso que me acabo de comprar (a pesar de que todavía no tengo ni las llaves, me las dan mañana), y dejar al par de amiguetes que tengo, y mi bicicleta, y mis cuatro paridas, y largarme a Madrid. Pero luego pensaba, que sí, desde luego que sería capaz de abandonarlo todo, pero no tengo que demostrárselo a nadie, y además creo que Dios no quiere eso de mí. Él ha puesto una semilla en mi corazón a través de ti, de vosotros, pero esa semilla tiene que florecer donde yo esté. Y si estoy en Munich, pues que sea en Munich.

Todavía rabiosa pero ya con cierto grado de aceptación he ido bajando el listón de mis peticiones cuando todavía estaba en la iglesia. Al principio pedía “Padre, dame una Comunidad”. Ahora pido “Señor, pon en mi vida, aquí en Munich, una persona, aunque sólo sea una, con la que pueda hacer Comunidad. Por dos se empieza. Da igual que no tenga cara de carismático, ya se le pondrá con el tiempo”. Luego, iba bajando todavía más el listón. “Bueno, no me lo mandes si no es tu voluntad, pero ayudame de alguna forma a seguir haciendo con mi vida tu voluntad”. Y luego ya, como siempre que últimamente tengo algún tipo de conflicto, y se lo cuento a Papá, voy oyendo esa voz que viene del interior que me dice ”Tranquila, no pasa nada. Confía en mí. Tú no te preocupes. Dejalo todo en mis manos, abandonate y ya verás que maravillas hago con tu vida”. Y entonces, ya rebajando mi nivel de peticiones al ras del suelo: “Señor, haz que no me ponga nerviosa”.

Y es que para mí lo de vivir con fé se acaba traduciendo en no ponerme nerviosa.

Chus, muchas gracias por estar ahí y escucharme. No te preocupes si no puedes contestarme que mi Papá me está enseñando a saber esperar mi turno en todos los sentidos y no ponerme nerviosa. Te quiero muchíiiiiisimo de todas formas y te siento muy cercano aunque no me escribas.

Raquel.

17 de Marzo

Chus, buenas noticias!

Después de estar un par de días esperando y “atenta”, sin ponerme nerviosa, esta noche pasada me desperté porque me había venido una idea a la cabeza, una idea tan sorprendente y descabellada que creo que sólo me ha podido venir del Señor. Bueno, en realidad no es nada. Pero a la vez es mucho (es la manera de operar que tiene el Señor, verdad?). Es simplemente que me ha sido revelado el siguiente pasito a seguir. Mira qué sencillo! Yo estoy buscando persona/s (en plural o en singular) que estén en Munich y tengan la misma necesidad que yo de hablar de las cosas de Dios, y de alabar, de testimoniar, etc, y además, hacerlo en castellano y “ a la española”, quiero decir donde el Espíritu pueda reflejarse también a través de calidez humana y espontaneidad y … Sé que el tema linguistico/cultural no debería ser tan importante, pero lo cierto es que soy como soy, una simple humana, y mis intentos con grupos alemanes me han revelado que esas cuestiones también son importantes, al menos para mí y muy probablemente para otras personas también. De hecho, el primer sitio donde busqué fue en la Misión Católica Española en Munich, y como aparentemente no había nada me puse en contacto con grupos alemanes, donde como te digo no acabo de conectar.

Vuelta al punto de partida. En realidad, mi necesidad de comunidad no sólo sique ahí, sino que crece y crece. Y yo sin Comunidad me marchito, no tengo agua para florecer. Pero ahora empiezo a ver el tema de otra manera. Y es que ahora pienso que dónde hay necesidad del Espíritu Santo… hay cabida para un grupo Carismático. Claro, entonces lo que tengo que hacer es ir a la Misión Española y hablar con el párroco. Qué simple! Le cuento lo que me pasa, la transformación de corazón que he sufrido en los últimos meses, la influencia de tus y otros libros, lo de los grupos de mi madre en Alcorcón y el tuyo de Móstoles, y mi necesidad de encontrar personas con mis mismas necesidades en Munich, para seguir de cerca en la Renovación Carismática (porque yo ya estoy metida hasta el cuello). Y entonces quizás él me pueda aconsejar, ayudar de alguna manera, qué sé yo, quizás hasta pudiera poner su iglesia a disposición. ¿Por qué no? Si me ayuda a encontrar tan solo a una persona… Además, aquí en Munich hay un montón de españoles, y de sudamericanos.

Hoy estaba tan entusiasmada que he hablado con mi madre por teléfono y se lo he contado. Me ha animado muchísimo a que hablara con el párroco. Así que le he llamado por teléfono y me ha dado cita para mañana, a las 18:00. Pido al Señor me ilumine con todo lo que le tengo que decir, y que haga que este Párroco se apiade de mí. Pero me siento llena de confianza, porque sabes… voy a ir muy bien acompañada a esa entrevista. Y mi acompañante tiene una voluntad de hierro. ¡Qué te voy a contar yo a ti!

Chus, un beso muy fuerte, te requetequiero.

2-Comienza la comunidad

18 de Marzo

Chus,

EL ESPIRITU está también en Munich y … habla también español a través de:

SANDRA!!!!!!

¡No te lo vas a creer! He ido allí y le he contado todo al Párroco, que por cierto es absolutamente encantador. Y cuando le he dicho que por favor me ayudara a encontrar al menos a una persona con la misma necesidad que yo, va y me dice que hacía aproximadamente 20 minutos acababa de estar allí una chica que también venía buscando una Comunidad de Carismáticos!!! Hacía tan sólo 20 minutos, y me ha dado el teléfono, y se llama Sandra, y yo casi con lágrimas en los ojos, y me he venido pedaleando en la bici como una loca, y ya la he llamado, es de Colombia, tiene 25 años y seguro que es muy guapísima, y lleva 6 años en la Renovación, y he quedado para conocerla ahora mismo, en la Marienplatz!!!!!

Pero la alegría más grande es que el Señor me ha escuchado y me ha dado lo que le pedía. ¡Qué grande es el Señor!!!!!

Te presento a la nueva Comunidad de Carismáticos a plena disposición del Espíritu. La Comunidad se llama:

Sandra y Raquel.

Tengo ganas de gritar y alabar y…

Ayer, con la emoción se me olvidó decirte, que el mismo Párroco (se llama Alberto Martínez) se quedó absolutamente fliplado de lo que había ocurrido (bueno, yo creo, ten en cuenta que yo estaba allí casi con lágrimas en los ojos!). Entonces en un arrebato le pregunté si le gustaría que le dejara para leer tu libro de Vivencias de Gratuidad, que había traído en la mochila para enseñárselo. Y lleno de humildad me dijo que no tenía mucho tiempo pero que por favor se lo dejara porque si seguían viniendo más personas después de mí preguntando por un grupo de la Renovación, pues iba a tener que empezar a informarse de algo. Y luego me aconsejó ponerme en contacto con Sandra, y me dijo que contásemos con su apoyo y el de su Iglesia para lo que pudiéramos necesitar (!!!!!!!!!!!!!).

 

Mi regalo (Sandra), que fui a desenvolver inmediatamente, es mucho mejor de lo que me podía imaginar. Es de Colombia. Es ciertamente guapísima, como todos los carismáticos. Tiene 25 años y lleva... 6 años en la Renovación!. Acaba de llegar en febrero a Munich y echaba de menos muchísimo su Comunidad y sus "ovejas" ya que era ya "pastora" de un pequeño grupo de ovejitas. Ya ves, yo en busca de un Pastor, y esta Pastora que se acaba de encontrar con una oveja perdida (creo que Raquel en hebreo significa oveja). Un dato que a mi personalmente me encanta, Sandra conoció a su grupo "Génesis" en Bogotá dos semanas después de haber abandonado el ... convento de monjas, en el había conseguido "aguantar", según ella, nada más y nada menos que 15 días, después de pasar un hambre y frío horribles. Puah!

Desde luego mi intención es mantenerme lo más cerca posible de Sandra, pero por ahora no he querido sugerirle nada. Ella me ha dicho que le gustaría que fuéramos el martes al grupo de los jóvenes donde yo he ido. No quiero desanimarla. Quiero ir con ella. Y si el Señor quiere algo de ella, pues que se lo diga él. Porque Sandra tiene pinta de saber escuchar muy atentamente, mucho mejor que yo.

Ojalá pueda invitarte un día a que vengas tú y todo el que tú quieras traer, a que no des alegría, risas, retiro y todo lo que tú nos quieras dar.

Un besazo. Corto y cambio.

Raquel.

Chus,

estoy extenuada de todas las cosas que han sucedido hoy pero voy a hacer un esfuerzo en contártelo antes de irme a la cama porque creo que merece la pena. Han pasado muchas cosas hoy, pero me voy a centrar en mi encuentro con Sandra.

Te dije que hoy viernes había quedado con Sandra. Exactamente a las 5 y media de la tarde. Le había propuesto el venir a mi casa, y te soy sincera al decirte que no me había hecho ninguna idea de lo que iba a pasar o dejar de pasar. Ni idea. Tan solo había comprado un pastel de fresas para poder obsequiar con algo a Sandra. Habíamos simplemente quedado. Pues mira lo que ha ocurrido. La he ido a buscar a la salida del metro. Nada mas vernos, las dos con la sonrisa en la cara, conexión total, como me sucede contigo. Empezamos a charlar de camino a mi casa, también sobre chicos, claro, y todo con muchas risas. Ya en mi casa, me enseña unos CDs de música, algunos de su grupo Génesis, y ponemos uno. Impresionante, con bateria y todo! Y entre risas y demás le dejo caer, que según tenía entendido a las 7 de la tarde había una reunión de grupos carismáticos (alemanes) de Munich, con Eucaristía en la “Krypte St. Bonifaz“; que yo no había estado allí nunca (es una reunión que celebran el último viernes del mes), y le sugiero que si la brisa nos soplaba por ahí pues quizás podíamos pasarnos.

Ella, entusiasmada, me dice que sí, que – “Qué lindo, con alabanza y todo!”. Y entonces me dice – “Bueno, entonces no tenemos mucho tiempo, vamos a empezar a orar”. Yo, abierta a todo – “Bueno, pues vamos a orar”. Sandra saca sus libritos con los Evangelios y las lecturas del día, y me pide que lea la primera lectura. Y yo la leo. Después venía el Salmo, y como sé que los Salmos le encantan, pues le pido que lo lea ella. Y luego el Evangelio. Y cuando acabamos de leer, me pregunta que qué me ha inspirado lo que hemos leído. Y yo se lo digo, y luego hace ella lo mismo, e intercambiamos impresiones y demás. Después me dice que vamos a orar juntas y me coge las manos. Y empezamos a orar, pidiendo al Espíritu Santo que se manifestara y nos guiara. Y después me ha dicho – “Ven, arrodíllate que te voy a poner las manos”. Y me las ha puesto, y ha pedido por mí. Chus, te aseguro, todo tan natural! Como si hubiéramos estado haciendo esto juntas durante años. Yo sentía mucha alegría.

Entonces, aunque ya parecía que íbamos a llegar tarde al otro tinglao de la kripta, le he dicho que quería enseñarle algo. Entonces, he abierto el ordenata, nos hemos metido en la y le he enseñado el testimonio que pusiste sobre Sandra y Raquel. Y se lo empieza a leer, y “que bonito!- exclamaba- no me lo puedo creer!”, con chispas en los ojos. Y yo expectante a ver que decía sobre la última parte, cuando leyera aquello de que yo no quería sugerirle nada a Sandra y que prefería dejar que el Espíritu le dijera lo que quisiera. Y entonces, tengo la seguridad de que vino la revelación. Y la revelación no era que ella y yo teníamos que hacer un esfuerzo en formar una Comunidad. No, la revelación era que la Comunidad estaba ya formada. ¡Era un hecho! Porque después de la naturalidad y espontaneidad con la que se habían desarrollado nuestras oraciones y demás, era patente que el Espíritu ya tenía hueco entre nosotras. Esto que te cuento ahora no lo hemos llegado al principio a expresar con palabras; bueno, ni lo sé, pero el sentimiento creo que era claro para las dos. Y luego ya hemos empezado a hablar a borbotones, no sé quien antes y quien después, sobre la certeza que teníamos de que el Señor no nos había puesto en el mismo camino por casualidad. Y la revelación entonces iba un pasito más allá, era “Vosotras ya sois Comunidad; ahora ponedla al servicio del que la pueda necesitar”. Resultado, el domingo (si Dios quiere) nos encontramos en la misa de la Misión Católica, y si el párroco Alberto Martínez está disponible, le abordamos y le contamos lo que ocurre, y le pedimos que ponga algún folletito a la entrada de la iglesia en el que se lea “Renovación Carismática” y nuestros teléfonos de contacto. Por cierto que tengo mucha curiosidad por saber si el párroco Alberto se ha leído tu libro de Vivencias (¿te acuerdas que se lo deje aquel día?).

Bueno, con toda la emoción hemos comido deprisa, y casi de pie, un trozo del pastel de fresas. Y hemos salido a toda prisa, a la reunión ésta de carismáticos de la que te hablaba al principio, a la que ya llegábamos tarde. Todo el camino riéndonos. Creo que no me voy a extender en detalles con lo de la reunión ésta. Eso sí, sin querer faltar al respeto, te digo que a mí me ha resultado absolutamente soporífera. Un señor enorme con barba nos ha soltado un rollo de película que se remontaba a su infancia, y… bueno, había hasta un tío dormido, todo despanzurrado en su silla. Y yo pensando en la pobre Sandra, que para colmo no entiende todavía muy bien alemán. Bueno, el caso es que nosotras de sopor nada, al revés, borrachas de alegría. Y ahora creo saber el por qué. Era porque el haber venido a la reunión aquella era la confirmación de dónde estaba nuestra Comunidad: “Sois vosotras. Ya está; no busquéis más”

Chus, cómo nos ha guiado en todo! ¡Qué maravilla! No me lo puedo creer. Y de una manera tan sencilla y natural. Como dices tú, como una brisa suave.

Por cierto, mañana podría haber alguien en Bogotá conectados a . Que Dios bendiga a la !

28 de Marzo

Chus,

hoy es domingo. Parece ser que esta noche habían cambiado la hora y yo que vivo en el limbo no me había enterado. Como te decía, hoy ha sido la misa más corta de mi vida puesto que he llegado en el momento en que daban la bendición.

Además, no estaba el párroco Alberto Martínez.

Pero he estado un ratito con Sandra. Hemos decidido reunirnos los jueves a las 5 y media. Le he propuesto a Sandra empezar a pensar en qué poner en los folletitos. Y me ha contestado que más que pensar hay que dejarse inspirar. “Claro, es verdad”- le he contestado.

Un beso muy fuerte.

Raquel.

11 de abril (domingo de resurrección)

Chus,

La Semana Santa ha resultado encantadora. Han pasado algunos amiguetes por casa. También ha estado Johana, una amiga de Sandra del grupo Génesis que también está en Alemania, cerca de Frankfurt, y se ha quedado en mi casa. Ayer por la noche estuvimos cenando en Comunidad (CUATRO, otra amiga se nos unió). Y fue encantador! Nos hicimos fotos, (alguna haciendo el ganso) que quizás te pueda mandar.

Un beso muy fuerte. A ver si consigo mandarte esto porque el internet en casa no hace más que darme problemas.

12, 13 y 14 de abril del 2004

Hago un inciso para contaros que en esta cena Pascual estaba Johana con nosotras. Johana es una dulzura del grupo Génesis de Sandra, en Colombia. Esta pasando este año cerca de Frankfurt, en Giessen. No lo busquéis en el mapa porque lo mismo ni aparece. Johana dice que por no tener, no tiene ni iglesia. Bueno dice que una vez celebraron una misa a la que acudieron cinco personas. Así que la pobre está allí viviendo su fe como puede, sin Comunidad. Pues Johana este fin de semana ha estado con nosotras, y menuda alegría para ella, y… para nosotras!. Porque la diferencia de 33 a 34 quizás no es mucha, pero de 2 a 3… Y Johana es un cielo, claro, no podía ser de otra manera. Pero además, para colmo, este día se nos unió otra amiga de Sandra, Bibiana, que es también colombiana. Yo ya conocía algo a Bibiana pero, para mí, fue aquel día todo un descubrimiento. Por cierto que Bibiana no había oído hablar de carismáticos en su vida pero a raíz de conocer a Sandra, y después a mí pues se le esta poniendo la famosa “cara de carismática” (aunque ella todavía no lo sabe). Bibiana es un peazo persona espectacular. Y cuenta unas cosas que te partes de la risa.

Johana bendijo la mesa. La cena fue bastante simple; consistió en tortilla de patatas, ensalada de lechuga con cebolla y champiñones frescos, tapitas de chorizo, fuet, salchichón. Y de postre Johana nos sorprendió con un postre riquísimo: metió al horno una especie de gofres y cuando estaban calentitos les puso helado por encima, unas moras y un chorrito de chocolate. Mmmmm, estaba buenísimo. Nos supo todo a gloria. Y todo con buena descarga de risas. Por cierto que nos hicimos unas fotos (Johana, dónde están esas fotos?). En fin, que fue una cena pascual encantadora.

Al día siguiente nos reunimos también para desayunar, y después fuimos a misa a celebrar el gran día de la Resurrección. Cuando íbamos de camino yo iba alucinando. Me acordaba de los meses de enero y febrero cuando iba sola a misa y me ponía a escrutar las caras de los fieles en busca de mi Comunidad. Y ese día estaba yendo a la Gran Misa de Resurrección con tres, y qué tres!!! Por cierto que también nos hicimos una foto con el padre Alberto, al que abordamos por sorpresa después de la misa al bajar del altar. (Johana, ¿dónde está esa foto?).

Johana se ha vuelto al pueblecito este de Giessen pero estoy segura de que nos va a visitar a menudo. Yo la siento ya como parte de nuestra Comunidad. Por cierto, que como no vengáis pronto alguien de España a visitarnos yo voy acabar hablando colombiano. Los colombianos expresan su asombro diciendo- “¡Ay sí!”, y luego- “¡Ay no!”-, y luego otra vez -“¡Ay sí!, ¡ay no!” Al principio desconcierta un poco pero luego te acabas acostumbrando.

*******

Chus, te quiero muchísimo, y también a todos vosotros que os tragáis mis rollos y me ponéis esos mensajitos tan chulos en el tablero. Perdonad que a veces me equivoque con vuestros nombres yo en mis mensajes. Una vez puse Juan y quería decir Jose (el webmeister), o al revés. Otra vez puse “connicanaria” y quería decir “connigranada”, y a continuación en el mismo mensaje “Maribel” y resulta que era “Mari Carmen”. En fin, que lo bordé.

3-Al diablo no le gusta la comunidad

16 de abril del 2004

Chus,

esto no te lo había contado pero te lo digo ahora: he pasado dos días

horribles. Se me metió el diablo dentro del cuerpo (yo creo que

aprovechó que había dormido mal y estaba muy cansada) y me ha costado un

sufrimiento horrible hasta que se ha largao. Y ¿sabes cuál ha sido el

punto en que se ha cebado? Pues precisamente lo de mis cartas y

testimonios a tí y a la web. Me tenía literalmente machacada. Y me

encontraba absolutamente aislada, acobardada, insegura, acomplejada,...

"Fijate, Raquel, toda la gente que está leyendo esto que escribes. De

nuevo no has podido evitar ser protagonista. Es superior a tu fuerzas.

Ni Gloria al Señor ni puñetas. Eres tú y sólo tú la que buscas Gloria.

Si no llamas la atención te mueres. Y ya has conseguido sembrar la

envidia. Ya verás, en cuanto asomes la nariz por allí te van a odiar"

"Y además todas esas intimidades que le estás contando a Chus, que

vergüenza, no vas a poder volver a mirarle a la cara en tu vida".

Ayer lo pase muy mal. Pero en mi lucha interior, hacía esfuerzos por

acordarme de la película de La pasión. De todo lo que sufrió Él. Y me

decía, entrégale esta culpabilidad e inseguridades con las que tú sóla

no puedes, entrégaselas (como tú con tu calva). Acuérdate de la paliza

que le dieron, de todo lo que sufrió Él. No desprecies todo este

sufrimiento que el ofreció por ti. Y acuérdate de cómo oraba, y si se

sentía abandonado, oraba aún más, siempre más...

Bueno, hoy ya he dormido bien y me encuentro mucho mejor. Al final

siempre acaba venciendo el más fuerte, que es nuestro Señor. Le doy

gracias por haberme sacado del hoyo una vez más. ¡Qué grandeza y qué

poder! Acabo de hablar con mi mamá por teléfono y me ha dicho que

precisamente el martes estuviste hablando de la culpabilidad. Y me ha

dicho, cuéntale esto que te ha pasado a Chus, cuéntaselo.

Un beso muy fuerte.

18 de Abril del 2004

 

Chus,

no te preocupes por lo que te conté el otro día. Los malos ratos también

son parte de la educación. Me he pasado el finde muy tranquilo, comiendo

y durmiendo bien y me encuentro mucho mejor. Y es que hay veces que se

me olvida que mi única misión sólo consiste en comer bien y a mis horas,

dormir bien y mucho, jugar un poco con los sonajeros, interaccionar un

rato con otros bebes y, ala, a la cuna otra vez.

Estoy muy contenta de que vengan Angel y Julio. Qué pena que no puedas

tú venir todavía. Pero cuando vengas te voy a llevar a comer unas Würste

y una Sauerkraut que vas a flipar.  Un besaaaaazo. Te quiero un montón.

Raquel.

Que "chévere" la misa de ayer.

19 de Abril del 2004

 

Raquel, tu tentación me ha parecido tan simpática que no tengo más remedio que mandarla a la Web. Le puede ayudar a mucha gente. Por eso, aunque te sientas protagonista, no dejes de escribir, porque el Señor ta ha dado una forma de hablar llena de frescura y sencillez que nos viene bien a todos. Ya te dije que, después de casi treinta años en la Renovación, siento que es la única cosa de mi vida que no se me ha desgastado. La renovación sigue produciendo niños en el Espíritu, capaces de contagiar vida y limpieza.

Dices que te sentías aislada, insegura, acomplejada, acobardada. Exactamente: la labor del mal y a lo que tiende es a aislar y separar de la comunidad. No tengas miedo: tienes comunidad y, cuando se tiene comunidad y se cuentan las cosas, el demonio no tiene ningún poder. Ya lo charlaremos más cuando vengas.

 

Te quiero. Un beso. Chus

4-Primer retiro en Munich

Mayo 6 2004

Chus, mein Schatz,

que pena que no hayas podido interceptar a los dos misioneros a la

vuelta de Munich. Bueno, ya te contarán a tu vuelta. Yo por el momento

no te puedo contar mucho porque un virus maligno ha poseído a mi ordenata

en casa para impedir que narre las maravillas que ha hecho el Señor por

Munich en estos días. Chus, verdaderas maravillas. Yo no salgo de mi

asombro. Hacía tiempo que no saboreaba la vida de esta manera, ni me

encontraba tan feliz.

Voy a ver si traigo un exorcista a casa que expulse al virus maligno, y

en cuanto pueda te lo cuento. De paso asimilo yo todo, porque tengo la

impresión de haber vivido estos días con intensidad multiplicada x 100.

Pero que sepas que te hemos tenido presente en todo momento. Chus por

aquí, Chus por allá, y otra vez porque Chus esto y lo otro.

Un beso muy fuerte. Estoy deseando verte. (Ya dentro de poco).

Raquel.

Munich, 10 de mayo (creo)

Entre el maldito virus del ordenador (el mismo gusano del que habla Esther?) y lo que me ha costado bajar al mundo de los mortales después del super retirazo que tuvimos en Munich no he sido capaz de darle a las teclas hasta hoy.

Acabo de hablar con nuestro Chus por teléfono. Chus me anima constantemente a que siga escribiendo, dice que lo que escribo le puede servir a otras personas y que sobre todo a mí me viene muy bien. Que a mí me ayuda mucho es seguro. Por cierto, ¿sabéis una cosa? Yo sólo he visto a Chus dos veces en mi vida. Os parecerá extraño a juzgar por mis apasionadas expresiones de cariño hacia él en mis cartas. Pero es verdad. Sólo dos veces. La primera vez fue un día de las últimas navidades. Me decía hace un ratito Chus que fue exactamente el 28 de diciembre. Que se acuerda perfectamente porque él está todos los años por esas fechas fuera de Madrid. Pero este año pasado por alguna razón estaba en Madrid. Dice que en la vida no hay casualidades y que ahora ve claramente que el Señor le dejó este año en Móstoles para estar ahí cuando yo le llamé y que nos conociéramos. La segunda vez que he visto a Chus fue exactamente el 9 de marzo, de esta fecha me acuerdo yo. Pero de mis encuentros con Chus y de lo que ocurrió entre medias os hablaré en otra ocasión.

Chus, que cuente lo del retiro en Munich me pides? Pues mira lo que ocurrió.

Primer dia de retiro

Sábado 5 de mayo del 2004

Los dos misioneros que nos envió el Señor a la Comunidad de Munich, Julio y Ángel, llegaban el sábado por la mañana al aeropuerto de Munich. Yo estaba literalmente hecha un flan. “Pero si no los conozco de nada. Si sólo los he visto una vez en frayescoba”. El famoso día de los bocatas, aquel 9 de marzo. Bueno con Ángel había hablado aquel día y luego habíamos estado en contacto por e-mail, pero de Julio sólo recordaba que era un tío muy grande. Bueno, menos mal que estaba Sandra conmigo aquel día, si no me muero de un ataque de nervios. Así que después de limpiar y ordenar la casa deprisa y corriendo (“Que no piensen los misioneros que en la Comunidad de Munich mucho orar pero todo hecho una pocilga”-le decía yo a Sandra) pues nos dirigimos al aeropuerto. Sandra me iba leyendo las lecturas del día en el coche mientras yo conducía. Pero yo, como estaba tan nerviosa, pues por un oído me entraba y por el otro me salía. “Anda, Sandra, léela otra vez”. Pero nada, la volvía a leer con exactamente el mismo efecto para mis sordos oídos. Y Sandra: “Pero ¿por qué estás tan nerviosa? Tú piensa que vienen dos hermanos míos de Colombia” Y yo ni hermanitos, ni leches, seguía hecha un manojo de nervios. A pesar de todo, conseguimos llegar de alguna manera al aeropuerto, y después de esperar un ratito apareció un chico guapo empujando un carrito con maletas al que reconocí. “¡Ah!, éste es Ángel” Y detrás un tío grande que obviamente debía ser Julio. Bueno, nos presentamos y tal, y yo de entrada les suelto lo de mis nervios. Y Ángel: “No me extraña, a qué chica se le ocurre invitar a dos tipos como nosotros a venir a Munich y encima alojarnos en su casa. Por cierto que si quieres nos vamos a un Hotel”. Yo-“No hombre, ni hablar” . Bueno parece que después del primer contacto yo ya me fui relajando un poquito. Ya en el coche empezamos a ponernos al corriente los unos con los otros sobre nuestros perfiles de pecadores. Yo según iba oyendo lo que oía, pensaba: “Puf, que panda de míseros, este retiro promete!”.

Bueno el viaje desde el aeropuerto de Munich hasta mi casa, que normalmente no lleva más de 25 minutos, se alargó debido a mi despiste al volante. Me equivocaba todo el rato y sobre todo con aquella conversación de fondo. Casi acabamos en Stuttgart. Y Ángel: “Oye, ¿tú no llevabas viviendo aquí en Munich más de cuatro años?”. Yo pensaba: “Todavía no han visto nada. Van a flipar con mi despiste! Pobres”. Pero bueno, todo el viaje estuvo entretenido, venga rajar sobre desiertos, desiertos y más desiertos, todo el rato desiertos. Menos yo que estaba más bien en un laberinto de autopistas y carreteras sin poder reconocer nada que me sirviera de referencia. Bueno, después de aproximadamente una hora y media, conseguimos ¡por fin! llegar a casa.

Aquel día comimos “Bayerische Ente” (pato a la bábara) y Apfelstrudel (no hay traducción) en una cervecería de éstas que hay por aquí llenas de alemanotes bigotudos. Y nosotros en nuestra mesita todo el rato hablando del Señor. Y al final, Julio: “¡Ah! Qué bien, ahora una siestecita” Y Sandra: “No me lo puedo creer, acabáis de llegar a Munich y os queréis ir a echar la siesta. Luego es verdad todo lo que cuentan sobre las siestas de los españoles”. Y Julio, “Sí, sí, nosotros todo con mucha calma, no hay prisa”.

Después de la siestecita empezamos a rajar de nuevo. Otra vez los desiertos, y bueno, muchas otras cosas más. La Biblia pasaba de mano en mano, venga abrirse y cerrarse: “Porque ya lo dice San Juan en bla, bla,.. y cuando el profeta Isaías,… Y, ¿dónde pone en la Biblia que eso sea pecado?... Y cuando se cayó Saulo del caballo… Pero ¿de qué caballo? si en la Biblia no pone nada de ningún caballo! .. y la cadena que a ti te ata es bla, bla, bla… Tu en realidad no eres católica sino evangélica…” Bueno aquí no quedó pasaje de la Biblia, ni pecado, ni na de na sin tocar. Calculo que estaríamos unas cinco horas sin movernos del salón más que para ir al baño, rajando y rajando. Yo casi me tengo que tomar una aspirina. Bueno, al final conseguimos salir de casa. Fuimos al centro donde había unos conciertos, y nos tomamos unas cervecitas. Y luego fuimos a una “Weinstube” donde estaban Serenela (una amiga italiana) y otra amiga suya. Y Julio nos deleito con unas tonadillas de no sé que cantante italiano mientras nos comíamos unas salchichas.

Cuando salimos, nos fuimos dando una vueltecita por la zona peatonal, y les enseñé la Frauenkirche, siempre impresionante, pero de noche aún más. Y luego por “casualidad” nos topamos con una estatua de un jabalí, que resulta que era lo único de lo que se acordaba Julio de Munich (yo no había reparado en aquella estatua en mi vida). Pero Julio miraba y acariciaba al jabalí con verdadera devoción (preguntadle a él por qué) Y ya cogimos el metro y volvimos a casa. Besitos de buenas noches - “Que Dios os bendiga”.

Fin del primer día de retiro.

Segundo día de retiro

Domingo

Aquel día, después de desayunar, nos fuimos a oír misa en castellano a la Misión Católica. Yo cada vez más relajada y a gusto con mis misioneros. Me encontraba super feliz de ir tan bien acompañada a misa. Y allí nos encontramos con mi pastorcita Sandra. Después de misa decidimos que aquel día era prioritario el que encontráramos un rato para orar juntos. Pero decidimos que mejor aprovechar que hacía buen tiempo y que lo dejáramos para la tarde/noche. Así que nos fuimos al Englischer Garten (Jardín Inglés), que en la primavera se pone expléndido, y por allí anduvimos un rato. Hasta que llegamos a la Chinesiches Turm (Torre China), que es un “Biergarten”, al aire libre, donde se reúnen cientos de alemanes para beber cerveza y tomar salchichas mientras una banda de bábaros (de músicos me refiero) se marcan unas tonadillas. Cuando nos pusimos a la cola para coger comida (autoservicio), los misioneros se volvieron como locos, querían probarlo todo: “Rachel, coge esas salchichas… Y esas otras también. Y eso ¿qué es?, da igual, cógelo también… Coquito, ya no me caben más cosas en la bandeja, voy a por otra”. Menudo festival de platos. Y luego las jarrotas de cerveza, claro. Los misioneros estaban rebosantes de felicidad, y nosotras también claro. “Puah, si estuviera Chus aquí!” Este fue el momento estelar en que decidimos que una de esas jarras tenía que ser para Chus. Así que después de ventilárnoslas pues metimos una en el bolso y es la que ahora está en tu casa. Es bonita, ¿eh? Y además robada que tiene más valor.

Para bajar el banquetón, seguimos disfrutando de la primavera andando por el parque, con sus patitos, florecitas, árboles centenarios, parejitas remando en barquitas, y nosotros haciendonos fotos de dos en dos, y ahora tú con Julio, y ahora los cuatro, y ahora Ángel conmigo, y ahora tú y Sandra y luego al revés. Y entonces nos llamó Bibiana para reunirse con nosotros. De Bibiana ya te hablé, es un verdadero encanto. Después de más risas y alguna cervecita más, nos fuimos para casa con ya la clara intención de ponernos a orar. Yo estaba encantada de que Bibiana se nos hubiera unido. Seguro que esto tampoco había sido por casualidad.

La oración fue una bendición. Estuvimos horas (3, 4, 5?) leyendo la Palabra, y comentando, y dando testimonios, y por fin, orando juntos. Al final, nos pusimos las manos a cada uno por turnos. Fue la primera vez que Bibiana vivía lo de la imposición de manos. Y tienes que ver que cara tan reluctante se le quedó, le brillaban los ojos de una manera… (Ángel, tienes que enseñar esta foto). Bueno yo creo que el efecto de esta oración se hizo notar bien pronto, en cada uno en la forma en que el Señor quiso. Y es que el Señor siempre hace lo que le da la gana.

Tercer día de retiro

Lunes

Al día siguiente yo me pillé vacaciones. Y es que ya estaba tan a gusto y feliz con mis misioneros que no podría haber renunciado al día con ellos. Sentía que les estaba cogiendo un cariño inmenso. Y es que Julio y Ángel, ... Que te voy a contar a ti! Y además me apetecía un montón llevarles a los Alpes. A Ángel le hacía mucha ilusión porque decía que tenía una foto con sus papás en los Alpes de muy pequeñito.

Después de desayunar, nos embarcamos en el coche. Por el camino íbamos leyendo las lecturas del día. El Señor presente en todo momento. Fuimos a un pueblo que se llama Mittenwald, que está pegado a la frontera con Austria. Desde allí se coge un funicular (¿se dice así?) que te eleva directamente al paraíso. Arriba estaba la cumbre nevada, pero como íbamos con buenas botas nos pusimos a subir con la intención de coronar la cima del mundo. Bueno, Julio después de dar un paso en falso y quedarse enterrado hasta la cintura en la nieve decidió dar media vuelta. “Chicos, yo os espero en el refugio tomando una cerveza, seguid vosotros”. El misionero Ángel y yo seguimos subiendo por la nieve con garra y tesón, hasta llegar arriba donde la vista de las montañas te quita el aliento. Allí nos quedamos un ratito hasta que – “Mejor bajamos o Julio se nos va a emborrachar”.

Emprendimos el descenso, ya con toda la ropa mojada de tanto hundirnos en la nieve hasta que llegamos al refugio donde nos esperaba Julio, más feliz que una perdiz, con su cervecita en la mano. Se estaba tan bien allí arribota, con aquella vista tan espectacular y tan alejados del mundo que decidimos quedarnos a comer. Julio y Ángel hablaban de no sé que tres cabañas, y de un profeta y de no descender jamás. Pero con todo el dolor de nuestro corazón tuvimos que bajar. Bueno, además, Angelito quería que fuéramos a ver los famosos castillos de Neuswanstein. Decía que había visto una foto en una maquina de tabaco y que parecían preciosos. Así que nos dirigimos para allá. Y creo que Ángel no quedó decepcionado. Y Julio también tuvo que acabar reconociendo que la ascensión merecía la pena. No, ¿Julio? Y es que es verdad que estos castillitos, construidos por Ludwig II, al que llaman el Rey loco, te transportan a un mundo de ensueño. Allí, en plenos Alpes, rodeados de lagos y de cascadas… en fin… si no venís a verlos personalmente pues a ver si Ángel por lo menos os enseña las fotos o os topáis con una de esas máquinas de tabaco.

El camino de vuelta (la “Romantische Strasse” se llama) fue precioso, con la puesta de sol y aquellos paisajes tan bonitos. Y con tan grata compañía. Yo saboreaba todo aquello como nunca. Ya llegando a Munich, nos empezábamos a relamer ante la idea de ir a cenar. ¡Qué hambre! Pero para no variar, resulta que ya entrando en la ciudad se me fue de nuevo el santo al cielo y de repente, Zas!, me di cuenta de que me había perdido otra vez. ¡No puede ser! ¡Otra vez! Julio y Ángel no daban crédito a mi despiste. Y yo tampoco. Hacía verdaderos esfuerzos por aguantarme la risa y poder concentrarme y enmendar mi error. Porque de verdad que lo mío es que es de chiste. Después de dar un par de vueltas (¿en círculo?) note que me ponían unas manos en la cabeza y oí dos voces invocando al Espíritu para que guiara el coche. Si, sí, ríete, yo también estaba muerta de la risa, pero creo que si no llega a ser por esto todavía estamos dando vueltas por Munich.

¡Ay, qué día tan encantador!

Cuarto día de retiro

Martes

Bueno, yo a estas alturas tenía a los misioneros tan agarrados al corazón que por supuesto no podría haberme separado de ellos. Así que me cogí otro día de vacaciones.

Este día decidimos coger las bicicletas e irnos a dar una vuelta por la orilla del Isar, que es el río de aquí de Munich. Ángel y yo pensábamos que a Julio el tema de la bici no le iba a molar mucho. Además decía que hacía treinta años que no montaba en bici. ¡Ah, que equivocados estábamos! Mira, después de perderme un par de veces y preguntar, conseguimos llegar al río. Yo pensaba que Julio querría pararse ya en algún Biergarten. Pero - “No , no, vamos a seguir otro rato”. Jolín con el rato. Impresionante. No os podéis imaginar como le daba Julio a los pedales, tan chulo él con su gorrita. El camino por el río es absolutamente precioso. La primavera en todo su esplendor. Pues calculo que estaríamos dos horas más con la bici antes de parar en el ya ansiado Biergarten. Nos tomamos unas costillas, cervezas (vas a pensar que somos unos borrachos, y con razón). Conocimos a un pintor de Sevilla, te llamamos a ti por teléfono y luego nos quedamos dormidos al sol panza arriba encima de los bancos. ¡Qué vidorra!

Luego volvimos con las bicis al centro, donde compramos unos regalitos, vimos los muñequitos del reloj de la Marienplatz, nos hicimos más fotos, y luego claro, volvimos a apagar nuestra sed (adivina con qué) en el Viktualienmarkt. Y cuando íbamos a coger las bicis para volver a casa, aparece un Ángel del cielo con un ramo de rosas rojas y me dice- “Toma, de parte de Julio y de mí”. Vamos, os podéis imaginar esto, yo allí con mi ramo casi al borde de la lágrima. Y para colmo, en ese momento empieza a tocar un cuarteto de músicos en la calle el Ave María, y otras piezas que nos dejaron allí clavados sin podernos mover de la emoción. Yo sentía el corazón tan abierto que parecía que flotaba en el aire. Y con aquella música que parecía que llegaba directamente del cielo. Este momento no se me a borrar nunca del corazón. A vosotros, chicos, tampoco, ¿verdad?

Miercoles

Julio y Ángel tenían el avión de vuelta hacia las 12 del mediodía. Yo ya los quería tanto que no hubiera podido renunciar a un par de horas con ellos por ahorrarme un día de vacaciones. ¡Ni hablar! Así que volví a llamar a la oficina para cogerme otro día de vacaciones y poder llevarlos al aeropuerto. En el fondo yo lo que quería era volver a perderme por las autopistas para que ellos perdieran el avión y se quedaran para siempre conmigo. Pero el Señor, que tiene una voluntad bien distinta a la mía, me llevó esta vez con mano firme hasta el aeropuerto. Y allí tras los controles, desaparecieron mis misioneros.

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5-Pentecostés en España

26 de mayo del 2004

Hace unos diez días os decía que sólo había visto a Chus dos veces en mi vida. Bueno pues después de la semana de vacaciones que he pasado en Madrid ya no cuento con los dedos las veces que le he visto. Me he empachado de él y de carismáticos hasta las cejas (bueno si es que empacharse de esto es posible). ¡Que maravilla! todo el día con Chus por ahí, y con mis misioneros, y con Clara, Isabel,... Como os podéis imaginar, mi vuelta a Munich, hace tres días, ha sido un verdadero shock. Menos mal que tenía el consuelo de mi Comunidad, Sandra y Bibiana, esta Comunidad que ha sido uno de los más hermosos regalos...

27 de mayo del 2004

Chus, otro regalazo que me hace el Señor!

Resulta que nada más volver de mi semana de vacaciones en Madrid, pues al volver a la ofi, inevitablemente la mirada se me iba al calendario que tengo colgado en la pared - “¿Cuándo podré cogerme de nuevo vacaciones?”. Y cual no será mi sorpresa cuando descubro que el lunes día 31 de mayo, o sea el próximo lunes, es feriado en Alemania. Salgo corriendo al pasillo y uno que pasaba por allí me lo confirma. Buah! Lunes feriado y yo sin enterarme -“¿Y qué pinto el finde + lunes por aquí?”. Sobre todo sabiendo que mi Sandrita no está este finde en Munich y que en Pozuelo, en el grupo de Caná se está organizando un tinglao espectacular con motivo de la gran fiesta de los carismáticos, nada más y nada menos que Pentecostés. “Y con la sed de Espíritu que tengo yo”. Así que vuelvo a la ofi, descuelgo el teléfono y marco el teléfono mágico donde suelo conseguir mis billetes de avión a precio de chollo. “Todo cogido -me responde la operaria de turno- está todo completo, jueves, viernes, sábado, domingo, no queda nada. Puede usted llamar de vez en cuando por si se libera algo... pero francamente, lo veo muy difícil, imposible”. (Ja!, “imposible”, esta ignorante no se ha enterado de que en el mundo del Señor TODO es posible). Bueno, el caso es que yo al principio estaba bastante cabreadilla, pero luego con el tiempo ya se me fue pasando y acabé por resignarme. ”Bueno, pues a quedarme tranquilita por aquí por Munich, si es lo que Dios quiere...”. Y el caso es que ya casi se me había olvidado el tema. Hasta ayer.

Pues ayer hablando con Ángel por teléfono- “¡Cómo os echo de menos, a ver cuando puedo escaparme otro finde e ir para allá. Y Ángel- “Sí, la verdad es que es una pena, porque el fin de semana bueno era éste!”. Pues, no sé por qué, no hago más que colgar, y me veo marcando otra vez el teléfono mágico. Esta vez un operario. Le digo- “Ya sé que está todo cogido, pero llamaba a ver si por casualidad se hubiera liberado alguna plaza para este sábado”. El operario - “Un momentito que mire... sí, el viernes todo ocupado... anda, pero parece que el sábado en el avión de las 8 de la mañana se ha liberado una plaza”. UNA PLAZA, Chus, LA MÍA! Pero, ¿cómo me hace estos regalos el Señor?! De verdad que no doy crédito. O sea, que este sábado (si Dios quiere) estoy en Pozuelo para vivir mi primer Pentecostés!!!

Por cierto que hoy he ido a ver al párroco Alberto de la Misión Católica. Entre otras cosas, le he contado cositas de nuestra Comunidad. Yo creo que él me escuchaba con verdadero interés. Y entonces, me dice - “ Por cierto que el domingo pasado, cuando yo no estaba, parece que vino otra chica preguntado por un grupo carismático”. Yo -“¿Qué?!, ¿De verdad?! ¿Quién?!”. Pero él- “No sé, no lo sé porque se lo preguntó a no sé quien y como yo no estaba pues no pude darle vuestros teléfonos”. Te imaginas, Chus, hay una chica en Munich buscándonos! Y la pobrecita todavía no sabe de nosotras. ¿Cómo será? ¿De dónde será? ¿Será guapa? (esto seguro que sí!). En fin, si el Señor así lo quiere, la pondrá en nuestro camino y será el cuarto miembro de nuestra Comunidad!!! Alabado sea el Señor!

1 de Junio del 2004

Chus,

acabo de volver de Madrid. ¡Qué pena que no haya podido interceptarte a tu vuelta de Canarias! Pero te voy a contar de todas formas mi vivencia de Pentecostés.

El sábado me tenía que levantar muy pronto para estar en el aeropuerto a las 7 de la mañana. Empecé perdiendo el metro, y eso me llevó a perder el siguiente. Y claro, ya llegaba tarde al aeropuerto. Tanto que, cuando llegué, ya habían cerrado la taquilla del checking. Pero yo tranquila porque iba con la convicción de que el Señor quería que cogiera el avión. Efectivamente, al llegar a la taquilla cerrada, la azafata, al verme llegar a mí y otro chico que también iba a Madrid, llama a los de la puerta de embarque por teléfono y les dice que esperen que llegan otros dos pasajeros. “Por favor, la próxima vez lleguen ustedes antes”. Al llegar a la puerta de embarque, me dice el azafato,- “Bueno, a usted le ponemos en Bussiness”. ¡Ah, qué bien! me ofrecieron un súper desayuno por la cara, puesto que yo tenía un billete de los normalitos, de los de sin comida. Yo, no sé si sería por el efecto del estupendo desayuno o porque iba viendo los Alpes desde el avión, o porque hacía días que me sentía muy guiada y a Jesús muy cerquita de mí, pues me sentía totalmente mimada y feliz. Después del desayuno cogí mi Magnificat y me puse a leer las oraciones y las lecturas del día y demás. Entre otras estaba la lectura del santo Evangelio según San Juan (21, 20-25):

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“En aquel tiempo, Pedro, volviéndose, vio que los seguía el discípulo a quien Jesús tanto amaba, el mismo que en la cena ... Al verlo, Pedro dice a Jesús: “Señor, y éste ¿qué? Jesús le contesta:-“Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tu sígueme.”

Entonces se empezó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría. Pero no le dijo Jesús que no moriría, sino: “Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?”.

Este es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito; y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero. Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que los libros no cabrían ni en todo el mundo”.

Palabra del Señor.

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Imagínate, yo que leo esto y con los aires de grandeza que tengo - “¡Ya está!, el Señor me lleva a Pozuelo en Pentecostés para que cuente lo que vivencie - “Yo te llevo allí, pero tienes que dar testimonio de lo que veas”. Yo me sentía reluctante - “Trato hecho”. Y me dije que tenía que mantenerme atenta para poder contar lo que sucediera en Pozuelo. Y allí, en aquel avión, a 2000 metros de altitud, empecé a imaginar una Efusión del Espíritu a gran escala, gente que le salía el Espíritu por las orejas y caía doblada al suelo, desmayada, como me han contado que pasa a veces, y... ¿qué sé yo?, ya sabes como es la imaginación. Pues bien, el Señor, que no deja nunca de sorprenderme, no dejó de hacerlo está vez tampoco porque lo que sucedió es... que no pasó nada. Bueno, no es que no pasara nada, es que no pasó nada de lo que yo esperaba.

Chus, esto confirma lo que me temía. Que estoy padeciendo el mal de la “visionitis”. Y además creo que ya lo tengo en estado avanzado. Dime la verdad: ¿tiene curación?

El caso es que yo, llegada desde mi diminuta Comunidad de Munich, pues al encontrarme con tantas personas congregadas allí, pues me sentía como abrumada. Y no se me subían los brazos para arriba como a los demás, y además como no me sabía las canciones ni tenía el librito ese con las chuletas, pues me tenía que conformar con tararear e intentar repetir los estribillos. En fin.

Si no, pues ¿qué más te puedo contar de mi estancia por allí?. Ah sí!, pues que de tanto oír hablar de los Estatutos esos, pues se me ha metido el miedo en el cuerpo. ¿Y si nuestra Comunidad en Munich empieza a crecer y se enteran y nos mandan los Estatutos? Chus, ¿tú crees que vendrán hasta aquí? ¿Y si no cumplimos los requisitos y nos disuelven la Comunidad? ¿Podré seguir viendo a Sandra y a Bibiana? ¿Me quitarán el ordenador para que no escriba más? Ah, quizás hasta me embarguen el piso!

Estaba tentada de pedirle al Señor porque nuestra Comunidad de Munich no creciera -“Señorcito, señorcito, que nos quedemos como estamos. Y la chica esa que nos está buscando mejor que no nos encuentre”. Pero no, fue sólo una tentación. Nuestra Comunidad en Munich crecerá si es voluntad del Señor. Pero por favor, vosotros no le chivéis a nadie que aquí tenemos un reducto.

6-De la castidad y de cómo dejé de fumar

3 de Junio del 2004

Ayayai, Chus,

que resulta que lo del sexto mandamiento no está ahí por capricho del Señor. La “revelación” me vino, como pasa a menudo, a través de Sandra. No sé porqué, empezamos a hablar de las relaciones prematrimoniales. A este tema (como a tantos otros especialmente espinosos) ya le habíamos dado un buen repaso cuando estuvieron los misioneros aquí, pero a mí me había quedado el tema bastante confuso. Argumentos para arriba y para abajo.

Pues sí, me contaba Sandra que en su grupo de Génesis, en Bogotá, se habla bastante de este tema porque la mayoría en el grupo son jóvenes y el riesgo de quebrantar el sexto mandamiento es como te puedes suponer elevadísimo. Sobre todo teniendo en cuenta que en Bogotá no hay estaciones, es primavera durante todo el año. Y los argumentos que suelen emplear los servidores son más o menos los siguientes: Que cuando tienes una relación carnal con una persona, creas un lazo muy fuerte, como una especie de dependencia emocional que se antepone a cualquier otra cosa y el Espíritu pasa a un segundo plano y no puede ni guiar la vida de uno ni crecer en esa relación. Y en esas condiciones la relación no se funda sobre roca, sino que se ve reducida a una relación humana sin más, a una relación no bendecida por el Señor. Vamos, que la relación debe crecer primero en el Espíritu y luego a su debido tiempo ser bendecida por el Sacramento del matrimonio.

“Raquel, ¿qué te pasa? te has quedado blanca!”-me dice Sandra. Yo- “Pues sí, es que acabo de ver claramente que los servidores de Génesis tenéis razón”.

4 de Junio de 2004

¡Ah, qué maravilla! Acabo de estar con mi Comunidad orando, y cenando y haciendo el ganso. Es increíble como se me abre el corazón después de orar en Comunidad. Y,¡qué risa! Y es que la risa (aunque no lo ponga en ningún sitio lo digo yo) es uno de los grandes frutos del Espíritu.

Acabo de hablar contigo por teléfono. Estabais en el Independencia con Ángel, Julio, Clara, Esther, etc. pasándolo bien, como de costumbre. Me dices que no deje de escribir, ¿cómo podría, Chus?, si es más fuerte que yo.

Un beso muy fuerte a todos. Uno muy especial para Leticia y su encantadora Comunidad en Lerma ¡Que Dios os bendiga a todos!

Desde la Comunidad de Munich.

19 de Junio del 2004, Munich

Hace exactamente dos semanas, un sábado como hoy, me encontraba yo en casa, aquí en Munich. Era un día más bien feíllo, para que lo vamos a negar, y yo estaba algo aburrida. La tarde/noche anterior había estado genial, con mi Comunidad, como siempre orando y pasándolo bien. Pero en esos momentos pensaba que qué pena que no pudiera estar en Madrid con vosotros, en aquella comida de la Gratuidad que estabais celebrando. Pero bueno, al mal tiempo buena cara – “Si estoy aquí, pues me aguanto y, no sé, algo tendré que hacer”. Y entonces decidí salir a correr un rato, porque eso siempre me eleva el ánimo. Así que me puse la ropa de turno y las zapatillas y salí a correr.

Por aquí cerca de casa hay un parque hermosísimo, de grande y de bonito. Sí, a pesar del cielo tan gris, el parque estaba precioso. Empiezo a correr, y pronto el ritmo de la respiración me trae a la cabeza la frustración que me produce el no poder dejar de fumar. Sí, me frustra. Porque mira que lo he intentado veces, y siempre impepinablemente vuelvo, ya sean días, semanas o meses después. Siempre acabo volviendo. ¡Qué lástima! Y siempre me acuerdo de unas palabras que le oí a mi madre hace mucho tiempo, “No hagáis nunca nada que vaya en contra de la vida”. Y estas palabras me crean un sentimiento de culpabilidad horrible. “Mira, que regalazo te hizo Dios dándote la vida y, ¿Cómo se lo pagas tú? Destrozando tus pulmones!. Que vergüenza!”. Aj, Chus, que sentimiento de culpabilidad tan horrible! Y pensaba - “Tengo que conseguir dejarlo como sea”. Y volvía a intentarlo, quizás con una nueva estrategia. Algunos ejemplos de las estrategias seguidas:

Estrategia n° 1.-Escoger cuidadosamente en el calendario el día para dejarlo, por ejemplo el 1 de enero del 200X. Bien, llega el 1 de enero, y pospones la fecha. O duras uno o dos días sin fumar, hasta que te encuentras en algún bareto y algún amiguete te ofrece un cigarrito. “Bueno, por uno no pasa nada...”

Estrategia n° 2.- Dejarlo poquito a poco, para no tener tanto mono y no crearle un trauma a tus pobres pulmones. Nada, imposible, estrategia absolutamente tortuosa. Y no lo acabas de dejar nunca. Al revés. Lo acabas cogiendo con más ganas. Y te frustras más todavía.

Estrategia n° 3.-Hartarte un día a fumar. Por ejemplo, sales una noche con los amiguetes de juerga y entre cervezas y cubatas, fumas todo lo que puedas, un cigarro tras otro, sin parar. Con la esperanza de cogerle tanto asco que no puedas acercarte a un cigarrillo el resto de tu vida. Nada, el asco te dura un día o dos, hasta que superada la sobredosis, vuelves otra vez. Buahhhhhh.

Estrategia n° 4.-Acompañar el dejar de fumar con otras cosas que te produzcan la sensación de hacer vida sana: hacer mucho deporte, comer verdurita... Tampoco, después de una semana de vida sana acabas hasta...

Y luego intentaba combinaciones de las anteriores. Por ejemplo, la n° 1 con la n°4; o la n° 3 con la n°1 (Bueno, las n° 3 y 4° por razones obvias eran incompatibles). Todo en vano.

Y el caso es que hace poco me decía – “¿Cómo es posible que ahora que tengo al Señor de mi parte no pueda dejarlo? Debería de poder”. Y entonces volví a la carga con nuevas estrategias:

Estrategia n°5.-“Señor, dame fuerzas para dejar de fumar. Dame la fuerza de voluntad necesaria para dejarlo”. Pero ante mi sorpresa, después de un par de días, ...volvía otra vez. (Este fracaso es todavía más horrible, porque te da la sensación de que el Señor, o no está contigo o no quiere ayudarte)

Estrategia n° 6 (ésta ya, rayando la desesperación).-Pensar en todo lo que sufrió nuestro Señor Jesús en su Pasión por nosotros, y ofrecerle este “insignificante” sacrificio a ÉL. Pero nada, esto TAMPOCO FUNCIONABA!!. Y claro, todavía más frustración. “Pero ¿cómo es posible que Él sufriera tan horriblemente por mí, y que yo por Él no sea capaz ni de dejar de fumar?. Es vergonzoso! Pero, ¿CÓMO PUEDO SER TAN INÙTIL?!!!!

Y en ese momento, trotando cual gacelilla por mi parque, vi la luz. “Raquelita, claro que no puedes! ¿ahora te das cuenta? Por supuesto que eres una inútil. Peor, eres absolutamente impotente y miserable. No es que necesites Su ayuda, es que lo tiene que hacer Él todo. Además, que narices de ofrecerle a Él sacrificios ni niño muerto. Pero si tú eres una absoluta mísera que no tiene nada que ofrecerle a Él”.

Claro, es verdad, pero ...no perdamos la calma. Yo sé que Él si puede. Él ya me ha mostrado en varias ocasiones su inmenso poder. Él puede hacer todo lo que quiera, también que yo deje de fumar. Entonces, ¿por qué no se lo pido?. Seguro que Él tampoco quiere que yo fume porque si no, no estaría revelándome todo esto ahora. Pues sí, y se alegra un montón de que yo también quiera, y sobre todo de que me dé cuenta de mi impotencia (por fin!) y de que delegue en ÉL. Claro, pero si lo que Él quiere es que yo se lo entregue a Él!!!!!

“Padre, escucha a esta pobre hija tuya. Por favor, quítame de fumar. Tu sabes que yo no quiero fumar, no me gusta, y no quiero. Quítamelo, por favor, que yo no puedo. Que no soy más que una pobre miserable. Porfa, porfa, porfa,... Yo SE que tu puedes. Lo SE. Por favor, haz esto por mí. Te lo pido por favor, y sé que lo vas a hacer”

Yo seguía corriendo por mi parquecito, con mi respiración rítmica, aspirando, (dos pasitos), expirando (dos pasitos), aspirando, expirando,... y así hasta que llegué a casa.

Chus esto fue hace dos semanas. Desde entonces... no he vuelto a fumar!. Me lo ha quitado!!! Y ¿sabes que es lo más sorprenderte de todo?. Que no me ha costado ningún esfuerzo. Porque yo no he tenido que hacer nada, nada de nada. Lo ha hecho todo Él! Fíjate que después de un par días sin fumar me decía - “No puede ser, esto es demasiado fácil. Seguro que me tiene que venir alguna tentación fuerte”. Y yo, intentando anticiparme, me preparaba, “Bueno, si me entran ganas de fumar pues me rezo antes un Padre Nuestro o algo por el estilo, para que se me pase”. Pues ni eso, Chus. En dos semanas no he tenido que rezar ningún Padre Nuestro, bueno sí los he rezado,... pero porque me ha dado la real gana, no porque haya sufrido ninguna tentación. Nada! No te voy a negar que los primeros días tenía el monazo, y algo de ansiedad, eso no me lo quitó (claro, ese es mi terreno). Pero es que ni se me ocurría ni se me ocurre pensar en coger un cigarro, porque sé que ese es SU terreno y ahí yo no me meto. Bueno, la verdad es que no sé ni explicarlo, ...pero los hechos son los hechos.

Y lo mejor de todo, mejor todavía que saborear este nuevo regalo, es como siempre, el saber que está ahí, siempre conmigo, y que Él lo puede todo y que me quiere tanto (vete tú a saber por qué), y que está deseando seguir regalándome cosas. A mí y a todos. Que esta deseando darnos y que nos dejemos regalar! Y como dices tú, todo gratis, siempre gratis! Eso sí, se asegura de que nos demos cuenta de que es un regalo que procede de Él, y no de ninguna otra fuente o esfuerzo personal. Para que gritemos “Gloria al Señor!” y “Gracias!” con todas nuestras fuerzas. Chus, ¿por qué es tan bueno el Señor con nosotros?

Acabo de leer en un libro tuyo (El Crecimiento de la vida en el Espíritu, página 83-84): “Ahora la gracia es total, por lo tanto, la impotencia del hombre es total. Un abismo grita a otro abismo. La gratuidad total del don de Dios exige la pobreza total en el corazón del hombre. Por eso la labor de despojo y de derribo del Espíritu va a ser profundísima, pues estamos llenos de autosuficiencias y autonomías”

Es verdad, yo corroboro que todo lo que dice Chus es VERDAD!!! Y grito:

GLORIA AL SEñOR!!!! GRACIAS!!!

7-Un bicho raro

En aquel tiempo, exclamó Jesús: “Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. ...” (Mt 11, 25-27)

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Yo trabajo en la Oficina Europea de Patentes de Munich (EPO, es la abreviatura en inglés). El trabajo que tengo consiste en examinar los inventos que las empresas o inventores particulares quieren patentar en Europa. Una patente es un derecho que se la da al inventor por el cual puede impedir que otros se aprovechen y comercialicen su invento sin su permiso. Vamos, que como compensación por la contribución científica y tecnológica que el inventor hace a la sociedad, pues se le concede ese derecho exclusivo a explotar su invento y forrarse de pasta él sólo si ese es su deseo. Nosotros, los examinadores de patentes (ese es el título que dan a esta profesión), examinamos los inventos en el campo en el que se supone que cada uno es experto (existen tres grandes ramas: Mecánica, Electrónica y Química). Y decidimos si lo que el inventor quiere patentar cumple los requisitos, esencialmente que sea algo nuevo (vamos que no venga un tío en el siglo XXI con que ha inventado la rueda, por poner un ejemplo tonto).

Yo soy Bioquímica, y me contrataron hace ya cinco años para examinar en la sección de Farmacia, donde llegan solicitudes para patentar medicamentos para tratar todo tipo de enfermedades, pero también métodos para adelgazar, o tratar la calvicie, o prótesis, cosméticos, tratamiento de disfunciones sexuales (Viagras), etc. Bueno al caso es que la gente que ejerce este trabajo de examinadores de patentes somos Ingenieros, o Licenciados en Físicas o Químicas o Farmacia, etc. Además tenemos que aprender a manejar documentación en las bases de datos con el ordenador, para poder acceder a cualquier documento que haya sido publicado en cualquier parte del mundo. Y también tenemos que argumentar utilizando las leyes de la Convención, es decir, mencionando Artículos y Reglas, como los abogados. Y además todo esto, en tres lenguas diferentes, en inglés, alemán y francés, que son las tres lenguas oficiales en la EPO. Bueno, todo esto para deciros, que como os podéis imaginar, la gente que trabaja allí es gente listííísima, tiene unos Curriculum Vitae completísimos, son políglotas, y están forrados de títulos hasta las orejas. Y yo, chicos, pues igual que ellos.

Y yo, Raquel, te digo: “Gracias Señor, que entre los 5000 sabios e inteligentes en esta Oficina Europea de Patentes de Munich has venido a revelarte precisamente a la examinadora de la oficina 6417: a mí!”.

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El otro día, estaba comiendo con una amiga que trabaja también en la Oficina de Patentes. Me suelo reír bastante con ella. Yo ya le había comentado algo sobre mi conversión después de las Navidades y sobre carismáticos y demás. Esta chica, como todos en la EPO habla varias lenguas, y es Doctora y además lee un montón de libros, está super bien informada de la actualidad, vamos, que es muy culta. Pues esta amiga aquel día, no sé porqué, entró a saco con el tema de la iglesia y la religión. En su opinión toda la iglesia es pura mafia y corrupción. Ella ha leído muchos libros en los que se demuestra que bla, bla, bla,... Y que lo que está escrito en la Biblia no es más que una copia de... Y según ella la mayoría de los creyentes lo son por IGNORANCIA (dijo la mayoría pero estaba pensando TODOS; No lo dijo porque estaba yo delante, claro). “Por que, vamos, no me digas tú, ¿quién se puede creer todos esos rollos que se ha inventado la iglesia, eso de que la Virgen tuvo a Jesús siendo virgen, y eso de la transfiguración del pan, y que Jesús resucitó a los tres días?... Porque, Raquel, ¿tú no te crees eso de que Jesús resucitó de entre los muertos, verdad?”. Yo llevaba ya unos minutos callada y sentía como un dolorcillo ...- “Sí, yo lo creo”. Y ella.- “¿Qué??!!! Bueno, ¿pero no te creerás eso de que te comes el cuerpo de Cristo?. “Sí, lo creo”. “Pero, ¿no te creerás el rollo ese de la virgen?” (¡Que manía, la gente, con la pobre Virgen!). Y yo -“Bueno, no me parece tan relevante pero sí, también lo creo”. Ella, cada vez con los ojos más abiertos...

Enfín, chicos, ya lo habéis oído, que somos todos unos ignorantes, y tú Chus también, con todos tus libros, y títulos y carreras, ¿qué te has creído? Aquí no se libra nadie!

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Hoy había quedado para comer con una amiga (otra, aunque como esto siga así veo que se me agota el repertorio). Esta amiga también trabaja en la Oficina Europea de Patentes, es también Doctora, habla también muchos idiomas, y además ahora se está sacando otra carrera. Y está muy enteradita de la actualidad, lee mucho y todo eso. Esta casada y su marido es muy majo. Problemas económicos no creo que tengan. Y tienen niños. Vamos, una chica que pertenece a ese 1 % de la población mundial que lo tiene absolutamente todo en la vida (bueno, no, porque lo más - lo único - importante, que es Jesucristo, no lo tiene).

Hacía bastante tiempo que no la veía y por supuesto me ha machacado con la cantinela de que si ¿dónde te metes? Qué no se te ve el pelo! Le pregunté el otro día a Fulanita por tì pero parece que nadie sabe nada. El caso es que como en su día tuve confianza con ella y parece que me tiene cariño y demás, pues ya casi desde el principio me he abierto a ella y le he contado que en mi vida ha habido muchos cambios últimamente y demás. Y luego he mencionado algo sobre la Renovación Carismática ... Error!!!!!!! En seguida ya ha salido la palabra maldita de su boca. S-E-C-T-A. Cinco letras como cinco dardos. En fín,... yo en ese momento ya me arrepentí enormemente de haber sacado la conversación, y de haber venido a comer con ella... y bueno ya estaba a la defensiva y deseando que pasara el tiempo lo más deprisa posible para largarme. Hasta entonces tuve que aguantar lo suyo-“Lo que teníais que hacer es rezar porque se muriera el Papa este que tenéis y porque pusieran a uno mejor”- Creí oír en algún momento. Y el caso es que ella es muy maja.

Tendré que empezar a aceptarlo: Soy un bicho raro en la EPO.

8-Sobre quién soy y de dónde vengo

Yo nací en Madrid hace 33 años, y viví mi infancia y juventud en Alcorcón, en el seno de una familia de clase media, compuesta de un padre, una madre, dos hermanos barones y yo que soy chica y por edad estoy en el medio. Pero yo siempre tuve “grandes miras”. Salí de España muy joven, y hasta que he aterrizado en Munich, pues mi vida ha tenido bastante tralla.

Como os digo, salí de España muy joven. Tenía 22 años cuando me dieron una beca ERASMUS para ir a estudiar un año de la carrera fuera. De siempre, desde el cole, había tenido buenas notas y acabé estudiando Bioquímica en la Universidad Complutense. Bueno, estudié Químicas pero podía haber estudiado algo de letras o cualquier otra cosa, porque todo me interesaba y todo se me daba más o menos bien. Además, me encantaba viajar y aprender idiomas. Esto sumado a que era una adolescente, con todos los complejos y dificultades propios de la adolescencia y alguno más. Por eso, en cuanto vi la oportunidad me marché. Me fui con la beca ERASMUS a Lieja (Liège), una ciudad en la parte francófona de Bélgica. Allí me fue genial, no sólo me sirvió para mejorar mi francés, sino que además viajé mucho por Europa, me lo pasé muy bien, conocí a un montón de gente y encima al final, no sé como conseguí en los dos últimos meses estudiar un montón y llevarme unas notas extraordinarias, que embellecieron notablemente mi expediente académico.

Después de aquel año yo no quería volver a mi aburrido barrio de Alcorcón, ni hablar. Me quería largar otra vez. Y lo hice con otra beca ERASMUS por tres meses, está vez para ir a Dublín (Irlanda). Cuando llegué allí me llevé un chasco tremendo, porque resulta que en la Universidad de acogida, el Trinity College, no tenían rama de Bioquímica, que era lo que a mí me gustaba. Tenía que estudiar Química Orgánica. Para algunos quizás no hay diferencia que justifique el disgusto que yo me llevé. Pero para mí, sí. La Bioquímica estudia la materia viva, la VIDA; y la Química Orgánica, no. Que no, que no, y que no. Así que me pasé dos días llorando sin parar hasta que decidí que me quedaría a pesar de todo allí los tres meses que me daban de beca. Lo aprovecharía para mejorar (o aprender?) inglés. En mi resignación, yo soñaba con volver a Bélgica. Y es que el año anterior me habían dejado hacer unas prácticas en el laboratorio de Enzimología del profesor Jean-Marie Frère. Ayudaba a un estudiante que investigaba y hacía su Doctorado allí. Buah! Nunca se me olvidará, con cualquier cosita que me enseñaban en el laboratorio se me caía literalmente la baba. Con todas aquella técnicas de Ingeniería Genética; manejando el ADN y las proteínas como les daba la gana. Sí, que envidia. Y cuando pensaba en ello, allí en Dublín... Sí, yo soñaba con poder investigar en un laboratorio.

Y entonces, mirad lo que sucedió. En Dublín, yo vivía con una amiga, Carmen, también de Madrid. Teníamos unas habitaciones alquiladas en casa de una señora que no me acuerdo como se llamaba, pero si recuerdo que era super simpática y que tenía asma. Todos los días íbamos andando Carmen y yo a la Universidad, y era un camino largo en el que teníamos tiempo de hablar de todo. Como las dos estábamos a punto de acabar la carrera y nuestro futuro se presentaba oscuro e incierto, pues nos dio por jugar todas las semanas a una especie de lotería primitiva. Bueno pues esto todas las semanas. Pero claro, la lotería no nos tocaba nunca. El caso es que un día de camino al Trinity me pregunta Carmen - “Si te dieran a elegir entre que te tocara la lotería, todos los millones que quisieras, y que te ofrecieran una beca para investigar y hacer un doctorado en el laboratorio de Jean-Marie Frère, en Bélgica, ¿qué elegirías?”- Y yo sin dudar un segundo dije - “la beca, claro!”.

A finales de Diciembre volví a Madrid para pasar las Navidades en familia, como está mandao. Yo le había mandado un FAX al profesor éste Jean-Marie Frére explicándole mi situación y preguntándole si no tendría un rinconcito para mí en su laboratorio. Pero ni se me había ocurrido pensar que se molestaría en responderme, él era una eminencia y siempre super ocupado. Y cual no será mi sorpresa cuando el 22 de Diciembre me llama la coordinadora de asuntos Internacionales de la Facultad de Químicas, Rafaela Pagani, y me dice que han recibido un FAX de Bélgica para mí. Que parece ser que un tal Prof. Jean-Marie Frère me ofrece una beca de la Unión Europea para hacer un doctorado en su laboratorio.

Cinco-mil-cuatro-cieeeentos ochenta y dos!!!

Dos-cientos-cincuenta millooooones de peseeeeetas!!!!

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Bueno pues así fue cómo después de concluir lo que quedaba por hacer en Dublín, me largué a Bélgica, dispuesta a pasar un par de añitos haciendo lo que en aquellos momentos era mi deseo más profundo: investigar con enzimas.

Mi Doctorado duró 4 años y medio. Fue ciertamente muy interesante a todos los niveles. Pero no fue ni mucho menos el paraíso con el que yo había soñado. Como mi doctorado formaba parte de un proyecto de colaboración europeo, pues me hacían viajar constantemente a congresos, cursos, y a pasar temporadas más o menos largas en otros países, trabajando en otros laboratorios que formaban parte del proyecto de le EU, en Copenhage (Dinamarca), en el sincrotrón de Hamburgo (Alemania), en Grenoble (Francia), en Saarbrücken (Alemania),... vamos que yo y mis hermosas enzimas recorrimos miles de kilómetros en tren por toda Europa. Esto que puede sonar a sueño profesional acabo convirtiéndose en una verdadera tortura. Mi vida no tenía ningún tipo de estabilidad, ni emocional ni nada de nada. Estaba desequilibrada. Tenía un desquicie profundo. Además investigar haciendo un doctorado te crea mucha presión, porque tienes que obtener resultados, y los tienes que publicar, y rápido, porque se te va a acabar la beca... en fin, todo un estrés. Así que mi válvula de escape (cuando estaba en Lieja) era un grupo de amiguetes, que estaban en situaciones parecidas a la mía, y con los que salía de borrachera. El “Drink Team”, nos llamábamos. Y nos pillábamos unos bolingazos de impresión.

La gran enseñanza de mi doctorado fue la importancia de la organización. Esto lo aprendí a base de tortas. Yo tenía un espíritu muy creativo, y era ciertamente muy inteligente, y tenía mucha imaginación a la hora de diseñar experimentos, y a la hora de interpretar resultados..., ni te cuento. Pero también era MUY desorganizada. Se me olvidaba apuntar los resultados que obtenía, o los apuntaba en hojas sueltas, sin fecha, que luego se me perdían. O peor, me los apuntaba en la mano, y al día siguiente después de la ducha... Y me tocaba repetir los experimentos una y otra vez. En fin, un desastre.

Mi desorganización alcanzó unos niveles enfermizos en la ciudad de Saarbrücken. Saarbrücken es una ciudad de Alemania que está en una región pegando con Francia. Me mandaron allí, en principio para unos tres meses, para hacer unos experimentos con aquel grupo que en teoría eran expertos en Espectroscopia. Yo antes de llegar allí me imaginaba aquel laboratorio alemán como algo fuera de serie en investigación, con todo tipo de maquinaria y Tecnología punta hasta para tirar de la cadena.. Ja, ja, Tecnología punta.... bueno, la que me esperaba allí! Aquel laboratorio, que contaba aproximadamente con una plantilla de 8 investigadores, era un auténtico desastre. Todos los laboratorios sucios, con unas moscas de esas verdes brillantes asquerosas volando por todas partes. Crecían hasta unas especies de hongos del techo, unos hongos que un Biólogo experto de la Facultad de al lado venía a analizar todos los meses con el permiso de nuestro jefe. El experto aseguraba que se trataba de una especie de hongos absolutamente desconocida, nueva en la Tierra. Pues yo, que ya de por si tenía una tendencia absoluta a la desorganización pues no tardé en dejarme arrastrar por aquel ambiente de caos, desorganización y guarrería. Los experimentos que había venido a hacer no salían, nadie me ayudaba y yo, pues demoraba mi estancia en Alemania. Y como con el tema de la investigación me iba tan mal, pues me volcaba aprendiendo alemán.

Además, al poco conocí a un alemán de ojos azules y grandes, y de aire tímido, del que me enamorisqué y con el que me iba a tomar cervezas y jugar al futbolín. Pues así acabó pasando hasta un año. Y mi doctorado cada vez peor y peor. Y yo casi que ni me daba cuenta. Los que si se daban cuenta eran mi director de tesis, Jean-Marie Frère y todo el equipo de Bélgica -“¿Pero que hace esta chica allí? ¿A qué se dedica? ¿Dónde están los resultados?”. Hasta que después de un año mandaron a una chica, que además era amiga mía, como refuerzo a este laboratorio. María, se llamaba. Y María al llegar y darse cuenta de lo que ocurría me pegó la gran bronca de mi vida. Me dijo unas cosas horribles, una crítica absolutamente brutal. Pero tengo que reconocer que si no es por aquella bronca, yo me habría quedado a ver crecer los hongos y las moscas de aquel repugnante laboratorio.

Tardé una semana en recuperarme del estado en que me quedé después de la susodicha bronca. Pero debe ser que mi Ángel (aunque yo todavía no sabía de su existencia) me animó y me animó, y poco y poco me fue sacando de aquel abismo que parecía insalvable. Poquito a poquito fui cambiando mis hábitos, y aprendiendo a ser crítica y a cuestionarme todo lo que había hecho hasta entonces... y sudé la gota gorda. Pero con mucha paciencia, conseguí publicar los resultados, y un día, por fin, defender la tesis en la Universidad de Lieja. Además, atención, no me preguntéis como sucedió pero me acabaron dando el mayor grado: “Plus grande distinction avec les félicitations du jury”. Todo un milagro. Que os lo diga mi padre que vino a verme y estuvo allí de testigo.

El Doctorado que hice se tituló (atención!):

“The role of the Zinc ions in Bacillus cereus and Bacteroides fragilis metallo-beta-lactamases”

cuya traducción al castellano sería algo así como: “El papel de los iones Zinc en las métalo- beta-lactamasas de Bacillus cereus y Bacteroides fragilis”. Seguro que a la mayoría os suena a chino igual. Os explico, Bacillus cereus y Bacteroides fragilis no son más que unas bacterias pequeñísimas que pueden infectar el cuerpo humano. La primera, Bacillus cereus, es más o menos inofensiva pero la segunda, la que se apellida fragilis, de frágil no tiene un pelo y causa enfermedades serias por los intestinos, los órganos sexuales,... vamos que no mata pero es todo un bicho (en medicina, dicen un patógeno). Pues estas bacterias, que están compuestas de tan sólo una célula, son capaces de producir una enzima que se llama beta-lactamasa. Que ¿qué es eso de una enzima? ¿y una beta-lactamasa? A ver, una enzima no es más que una proteína que no tiene una función estructural en el organismo sino más bien funcional. Una enzima está especializada en llevar a cabo una reacción química concreta dentro del organismo, que sin la enzima no tendría lugar. Y las enzimas estás que me ocupaban, las beta-lactamasas, lo que hacen es coger los antibióticos de la familia de las penicilinas y partirlos en mil pedazos. Y claro, para las bacterias estas beta-lactamasas son un arma potentísima, ya que cuando ellas infectan un organismo, pongamos por ejemplo a tu vecino, y el médico, para curarle de la infección le receta “penicilinas”, pues las bacterias éstas se ríen en su jeta. Sacan su beta-lactamasa y hacen trizas los antibióticos. Y se quedan vivitas y coleando, mientras tu vecino se queda hecho polvo en su cama.

Pues mi trabajo de doctorado consistía en estudiar estas beta-lactamasas, en concreto las producidas por estos dos bichejos Bacillus Cereus y Bacteroides fragilis. Tenía que aislar y estudiar el arma del enemigo, su mecanismo de acción, para que otros investigadores después pudieran diseñar otros antibióticos “resistentes”, es decir que no fueran destrozados por estas beta-lactamasas y por tanto pudieran matar eficazmente a las bacterias. Por cierto que lo más gracioso de toda esta historia, es que una vez que los científicos diseñan nuevos antibióticos, las bacterias reaccionan de forma sistemática por todo el mundo produciendo nuevas beta-lactamasas que se cargan a esos nuevos antibióticos. Es una especie de guerra continua que tenemos los humanos con las bacterias. Y yo he de confesaros que en esta guerra, mi coranzoncito estará siempre con las bacterias, por supuesto. Y es que después de haber estudiado a estas simpáticas enzimas, su belleza y su perfección, no podría ser de otra manera. Además chicos, a mi me parece muy gracioso que investigadores en todo el mundo se tengan que quebrar la cabeza para diseñar nuevas penicilinas (primera, segunda, tercera generación, como los móviles), y que las bacterias, que no tienen ni cerebro ni nada, tan sólo UNA célula, sean capaces de reaccionar con armas tan perfectas y defenderse asi del ser humano. ¡Qué maravilla! ¡Qué perfección! Yo entonces no lo veía pero ahora no me cabe duda la mano de quien está detrás de todo esto.

Después de acabar mi doctorado, estaba tan quemada con la investigación y tan destrozada de los nervios que decidí que no quería volver a ver una pipeta en mi vida. Y para llenar el inmenso vacío que habían dejado las enzimas en mi vida pues tuve que buscarme otra cosilla. Me metí en un equipo de fútbol en Alemania y estuve jugando al fútbol de extremo derecha un año entero, el Jägersburg se llamaba mi equipo. Y así estuve dando patadas al balón hasta que me hicieron la entrevista para entrar a trabajar en la EPO, y me tuve que mudar a Munich.

9-Sobre la humillación

”Sobre todas las gracias y dones del Espíritu Santo que Dios concede a sus elegidos, está el de vencerse así mismo y voluntariamente, y por amor de Cristo, padecer penas, injurias, oprobios y desprecios, porque de todos los otros dones de Dios no nos podemos gloriar, porque no son nuestros, sino de Dios, y por eso dice el Apóstol: “¿Qué tienes tú que no lo hayas recibido de Dios? Y si lo has recibido de El, ¿por qué te glorías como si fuese tuyo?” Pero en la cruz de la tribulación y aflicción si podemos gloriarnos, porque esto es nuestro, y por eso dice el Apóstol: “Yo no quiero gloriarme sino en la Cruz de nuestro Señor Jesucristo”, a quien sea honra y gloria por los siglos de los siglos. Amen.”

(“De la paciencia, en que se halla perfecta alegría”, Florecillas de San Francisco)

Pues resulta que después del viaje a Taizé con Chus y los otros a principios de Julio, al volverme a Munich, me traje el libro este de Las Florecillas, que son fábulas sobre la vida de San Francisco. El libro es absolutamente precioso. Algunas de las historias también muy, muy graciosas. Otras enternecedoras. Y todas muy reveladoras. El tema de la humildad y la humillación es constante en todo el libro. El caso es que había una historia de la que ya habíamos hablado durante el viaje a Taizé que luego encontré en el libro, y que acaba como recito arriba.

Pues el caso es que yo leía esto una, y otra vez y otra. Y no conseguía entenderlo. Sentía que había un misterio detrás de estas palabras que no podía entender. El tema de la humillación me atrae mucho. ¿Por qué todos los Santos encuentran tanto placer y alegría en la humillación? ¿Es que son masoquistas o qué? ¿Qué misterio hay en los mártires? ¿Y por qué cuanto más zurraban a los Apóstoles más contentos se ponían?

Además últimamente, el Señor me estaba revelando hasta qué punto mi comportamiento está condicionado por el miedo a que me humillen. En casi todos los conflictos que había tenido últimamente me daba cuenta de esto. Y es que vivo (vivimos?) esclavizada por miedo a que me humillen. Y además este comportamiento está tan arraigado en mí, que voy a la defensiva por la vida de forma automática. Y yo me decía -¿te imaginas que el Señor te quitara el miedo a que te humillen? ¡Qué sensación de libertad más maravillosa tiene que ser ésa! Pues bien, le pedí al Señor que me revelara esas palabras de la fábula de las florecillas. Más o menos le pedí que me diera una experiencia de humillación. El Señor que oyó mi petición - “Te vas a enterar”.

Un par de días más tarde yo había quedado con una amiga para pasar el fin de semana andando por la montaña. Se trata de una amiga (otra distinta, ésta no trabaja en la EPO) de carácter y personalidad bastante fuerte. La tengo bastante cariño también y hasta ahora he tenido con ella un grado de confianza bastante alto. Y claro, fue la situación que el Señor escogió para darme mi anhelada experiencia de humillación. Claro, al tener confianza con ella, yo no iba armada (me refiero que no iba a la defensiva). Pues bien, ya el viernes, de camino hacia la montaña en el coche, el Señor empezó a concederme lo que le había pedido, la experiencia de humillación que había de durar un fin de semana entero. Fue como si me hubieran estado aporreando con un martillo en la cabeza cada minuto sí y otro también. Y eso durante dos días seguidos. Bueno con algunas treguas, sí. El primer martillazo fue tan brutal e inesperado que me quedé absolutamente aturdida por un rato. En algún momento reuní fuerzas para orar dos o tres minutos. Recuperé el aliento y entonces seguí recibiendo los martillazos. Pero lo curioso de todo es que me daba cuenta de que yo, por alguna razón que no entendía, no los devolvía. Bueno, el último día la cosa se agravó hasta tal punto que de vez en cuando se me escapaba a mí alguno también. Pero el caso, es que el contenerme no me costaba esfuerzo y a la larga me producía alegría el no entrar en el juego de toma y daca. Y me alegraba el que ella pensara que yo soy medio tonta, y yo no esforzarme en desmentir su opinión. ¡Cuánta energía se ahorra! ¡Qué libertad!. Y además ¿qué más da que ella me tome por imbécil? Si probablemente sea verdad.

Hombre, he de reconocer que yo no veía el momento de que se acabará aquel fin de semana y que, ya de vuelta en Munich, no me entran muchas ganas de volver a ver a esta amiguita. Pero lo cierto es que tampoco la guardo rencor. Y sobretodo le agradezco al Señor esta experiencia tan maravillosa y reveladora que me ha regalado.

“-¡Oh, hermanos míos! ¿Quien sería en esta vida tan noble que no llevase gustoso una espuerta de estiércol por toda la Tierra si en pago se le diese un saco lleno de oro? Y después añadía:

-Ahora bien: ¿por qué no hemos de pasar alguna vergüenza para poder ganar la bienaventuranza?”

(“Cómo Fr. Junípero fue arrebatado al celebrarse la misa”, Las Florecillas)

10-Sobre el deseo que me concedió la Virgen de Lourdes

Resulta que había quedado con mi amiga AA, a la que por unas razones y por otras no veía desde hacía mucho tiempo. Estaba morenita y muy guapa. Para mí era una verdadera bendición el quedar con ella. Sobretodo después de mi “experiencia de humillación” del fin de semana.

Pues después de aparcar las bicis, nos compramos unos helados y nos vamos paseando mientras nos ponemos al día de nuestras cosillas. Y después cogimos las bicis para ir a una terraza que conocía ella. AA iba delante y yo la iba siguiendo tarareando aquello de “... y como caen con su fuerza las cascadas, así manará, así manará, mi boca en alabanzas...” (qué tierna que me estoy volviendo!). La terraza que conocía AA estaba cerrada así que nos sentamos en otra terraza que estaba cerca, “El patio” se llamaba. Era un sitio nuevo, un bar latino, y resulta que yo conocía al dueño. Así que estábamos allí muy bien tratadas. Nos bebimos unas cervecitas, con unas tapitas, y luego el amiguete este nos hizo unos cócteles espectaculares: “Con mucho cariño pero sin tequila”- le pedimos. Y nos trajo unas copazas muy bien decoradas, con un brebaje del color de la kriptonita, que parece ser que contenía entre otros ingredientes vodka, melón, y ciertamente muchísimo cariño (a juzgar por lo que sucedió después).

Y entonces con el efectillo de los cócteles acabo saliendo El Tema, me refiero a nuestro adorado salvador Jesucristo. No sé como empezó todo, el caso es que empecé a hablarle de las maravillas que estaba haciendo en mi vida, de la fé, de la esperanza, del reino de los cielos, de lo absurda que sería mi vida sin Jesús, y también le hablé de lo que la quería yo a ella y sobretodo de lo que el Señor la quería a ella, y de cómo estaba Él deseando entrar en su vida, y de las maravillas que haría con ella si ella le entregaba todas sus angustias y preocupaciones a Él. Bueno, yo con una borrachera de cóctel y Espíritu que no te cuento... de repente noté que AA me miraba de una forma... estaba tan absolutamente receptiva a lo que le contaba, le brillaban los ojos un montón. Todo lo que yo le contaba le estaba entrando “a saco”.

Entonces le dije: ”AA, pídele al Señor que entre en tu vida, y ya verás las maravillas que hace. El Señor sólo quiere corazones abiertos, que le reciban y que acepten con gratitud lo que Él quiera regalarles. Tú no estás sola. Pídele que te dé un signo, un signo para que tú veas que Él está ahí, el signo que Él quiera, y ya verás como te lo da. Pongo mi mano, mi corazón y todo mi ser en el fuego. Tu pídeselo y Él te lo dará”. Bueno, yo entre la borrachera que llevaba y el cariño que me inspira mi amiga, hablaba con una vehemencia y una fé, que hubiera podido levantar una farola en el aire si me lo hubiera propuesto. Y mi amiga AA –“Se lo voy pedir. ¿Tú crees que tardará en darme ese signo?”. Yo- “No lo sé, tú estate atenta”.

Yo luego estaba tan emocionada que de camino a casa con la bici iba casi llorando. También pensaba - “Señor, dale el signo, por favor, no me dejes mal”.

Aquella semana, después de lo de AA, el Señor me dejó predicarle dos veces más, a dos amigas mías, B y C, las dos muy queridas y muy necesitadas. No se lo digáis a nadie, pero en realidad este fue el deseo que yo le había pedido a la Virgen en Lourdes, cuando estando con la Flaca y Angel, fuimos a la cueva de las apariciones – “Te pido que me dejes predicar de vez en cuando a Jesucristo” - le pedí yo.

Y en aquella semana me había regalado predicarle TRES VECES! Y además a las amigas a las que más quiero aquí en Munich.

11-Un Retiro con mi madre en Munich

17-27 de Septiembre

Es increíble la cantidad de años que tienen que pasar para que las hijas acabemos rindiéndonos ante la evidencia: las madres siempre tienen razón!! Por ejemplo, el tema del carrito de la compra. Fíjate tú la de veces que me ha dicho mi madre - “Pero ¿cómo no te compras un carrito en Munich para ir al supermercado?, ¡con lo bien que se llevan las cosas!, mira que vas a acabar con la espalda como yo!”. Pero nada, yo, como hacen aquí los alemanes, como una bruta venga cargar todo en mochilas, bolsas, en la cesta de la bici (una vez iba tan cargada en la bici que iba dando eses, totalmente desequilibrada y casi me empotro contra una farola).

El caso es que como venía mi mamá a visitarme a Munich, ya por pura caridad (“Raquel, si no compras un carrito yo no voy a poder ir al supermercado!, por favor, hazlo por mí”), antes de ir al aeropuerto me pase por unos grandes almacenes a ver si veía algún carrito. Sí que había, algunos super caros, de 100 EUR!! Con unos peazo ruedas dignos de los todo terrenos esos que van por la jungla. Pero a mí me llamaron la atención unos que estaban en oferta, por 19 EUR, algo más pequeños, y muy modernos, con colores muy brillantes y llamativos; los había rojos, naranjas y azules. Después de dudar mucho, opte por el azul que era el más discretito. Pero ¡qué chulo!!. Pagué, lo metí en el maletero, y ya con el botín en el coche me dirigí al aeropuerto para ir a buscar a mi madre. Bueno, antes pasé por una gasolinera para echar gasofa y lavar el coche que estaba hecho una auténtica porquería.

La ciudad era un puro caos de circulación puesto que justo ese día, el 17 de Septiembre, se inauguraba la fiesta de la cerveza, que aquí llaman “Oktoberfest” por alguna razón que nadie entiende puesto que la lógica apunta más hacía un “Septemberfest”. En fin...

Cuando llegué resulta que el avión tenía dos horas de retraso. Así que como hacía un día buenísimo me salí a la terraza de la cafetería, me compré un bocata, saqué el Magnificat y así me entretuve todo ese rato... Hasta que ya por fín parece que el avión aterrizó y los pasajeros estaban esperando sus maletas. En una de estas que se abren las puertas corredizas distingo a lo lejos a mi mamá y empiezo a hacer aspavientos con los brazos. Nada, se cerraron las puertas antes de que me viera. Segundos después se vuelven a abrir, y esta vez mi madre sí que me vio y empezó a reírse y a hacer aspavientos con lo brazos también. Así hasta que ya por fin salió empujando un carrito con el equipaje. ¡Qué alegría! Nos abrazamos, nos besamos, nos achuchamos y empezamos a hablar y reírnos sin parar y sin dejar a la otra hablar, interrumpiéndonos todo el rato.

Cuando llegamos al coche (absolutamente reluciente, irreconocible), abro el maletero y le enseño a mi mami el recién adquirido tesoro, TA-CHAAAN, el carrito azul. Lo saco y lo empujo para adelante y para atrás “¡Buah, mira que chulo!”. Mi madre super contenta “іQué bien!, menos mal que por fin me haces caso. Aunque, seguro que si Chus no se llega a haber comprado un carrito a mí no me haces caso”. (En el fondo tiene razón, yo me he comprado un carrito porque Chus también tiene uno).

Esta vez no me perdí a la vuelta del aeropuerto (sucede una de cada cinco veces aprox.) y enseguida llegamos a casa. ¡Qué ilusión enseñarle a mi mami mi casa!. Y es que mi madre todavía no había estado aquí este año, así que todavía no conocía mi casa. Mi madre: “Pero, ¡qué bonita, y qué moderno todo!... Pero si no sé ni cómo se abre el grifo”.

Después de un rato de darle al palique y comer algo, pues nos echamos un ratito la siesta. Y después ya nos fuimos a dar una vueltecita y a estrenar el carrito con nuestra primera visita al supermercado. Le enseñé a mi mami el parquecito que tengo al lado de casa, que le encantó. Y luego, como mi casa está como a cinco minutos de la Theresienwiese, que es la zona donde se celebra la fiesta de la cerveza, pues pasamos por allí. Pero como ibamos con el carrito pues seguimos hasta el supermercado y no entramos en el follón. Y ya en el supermercado pues las escenas típicas con mi madre, que si “¿por qué no te compras pescaditos?”, que si “deberías comer más kiwis...” y todo eso. Pero todo con mucha alegría. Ya en la caja registradora, metimos todo en el carrito (qué chulo!)... y fijate tú que casualidad que justo detrás había una señora que llevaba el mismo carrito de la compra, igualito, pero en naranja. O sea que encima estábamos creando moda! Por supuesto no pude reprimirme y le hice un cumplido a la señora por su gran gusto. Me devolvió una sonrisa y ya nos marchamos empujando el carrito más chulas que un ocho.

Ya en casa, le enseñe a mi madre todos mis juguetes, con especial atención al ordenador, claro. Porque así le pude enseñar cositas de Internet, la página de , por supuesto, y fotos y demás chulerías. Y luego ya nos pusimos a lo importante. Y es que mi madre traía el buen propósito de aprovechar que estaba aquí para oír las charlas de Chus de las Cartas a los Romanos, de las que tanto le había hablado yo. Y nos pusimos a escuchar la primera. Mi madre, como siempre, cogió un cuaderno y un boli y cogió apuntes todo el rato. Y es que mi madre siempre coge apuntes de todo. Todavía me acuerdo de una vez que estábamos en el museo de Thyssen y se le acercó con la libretita de notas y el boli en la mano a un guarda jurado que andaba por allí y le preguntó que qué era aquello del arte “fobista”. Se le puso una cara de haba al guardia jurado que casi se la cae el Walky Talky al suelo.

Pues sí, a mi madre le encanta tomar notas de todo. Y hacer listas,... Así que tomó también notas de la charla de Chus. La primera ya le encantó. Y después de la charla pues estuvimos hablando de todo lo habido y por haber, y con el Señor en la boca por aquí y por allá. Cenamos y nos fuimos a la cama.

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Los domingos en Munich se puede oír misa en castellano en la Misión Católica Española, que además no queda muy lejos de mi casa. De la Misión Católica y del párroco Alberto ya he hablado en algunos de mis Testimonios del principio. A través de él conocí a Sandra y luego a Bibiana... y así fue como empezó a formarse la Comunidad de Munich (que sigue sin tener nombre). Yo, hacía dos semanas que había hablado con el párroco por teléfono para decirle lo mucho que nos gustaría el poder reunirnos en algún sitio en la parroquia y poner el grupo a disposición de las personas de habla española que pudieran necesitarlo. El caso es que el párroco enseguida se mostró de acuerdo y me dijo que en el folletito de la iglesia, que debía salir ahora en Septiembre ya iba a incluír un anuncio del grupo de la Renovación Carismática. Y un día me había enseñado una salita que nos podría dejar para los lunes. Y así había quedado la cosa.

Como se había hecho tarde, cogimos el coche para ir a la iglesia. Aquel día no le tocaba decir la misa al párroco Alberto. Decepción para mi madre - “¿A ver cuando le puedo conocer de una vez?”

Cuando llegamos nos preguntaron si alguna quería leer. Y como yo sé que a mi mamá le gusta mucho leer y yo me pongo todavía nerviosa, pues la animé para que leyera ella. Menos mal que en el último momento había cogido las gafas de leer.

El caso es que al final de la misa, estando yo toda concentrada en mis oraciones, me da un codazo mi madre – “Escucha, Raquel, que el cura va a anunciar algo”. Efectivamente, el cura - “...y a la salida podéis recoger los folletitos actualizados con todas las actividades que van a tener lugar en la iglesia este año, y bla, bla, bla...”. Mi madre – “Corre, ve a coger un folletito. A ver si han puesto lo de vuestro grupo”. Me voy corriendo (bueno a buen paso, porque tampoco era cuestión de echar a correr por el medio de la iglesia), y cojo el folletito, lo abro y... allí estaba, al final de la lista: “Grupo de la Renovación Carismática: lunes de ...”. Se lo llevo corriendo a mi madre - “Mamá, ¡aquí está!”.

En la iglesia, saludé al cura y a algún otro conocido y ya salimos, todo emocionadas por lo de los folletitos. También conocimos a una mujer, Nancy, que dijo tener interés en lo del grupo y que seguramente vendría al día siguiente.

¡Dios mío, es verdad: al día siguiente! Claro, los folletitos ya estaban ahí con lo que teníamos que empezar a reunirnos el lunes, o sea al día siguiente. “Mañana, ¡ya!” ¡Qué nervios!. Cuando llegamos al coche resulta que me habían puesto una multa de 15 EUR por aparcar encima de la acera (lo hago siempre que no encuentro aparcamiento). Ya dentro del coche, con toda la excitación –“ ¿Qué importa la multa, mamá?! Hoy es un DÍ-A HIS-TÓ-RI-CO para la Renovación Carismática!”. Y en ese momento, saliendo con el coche marcha atrás por la acera... KKKRACCCC!!! Resulta que me había llevado una señal de tráfico por delante (bueno, más bien por detrás), un ceda el paso que no había visto por el retrovisor. Del golpe mi madre pegó un bote en el asiento de al lado. Yo echo el coche otra vez hacía delante y paro el motor. Ya me imaginaba el lado del coche todo abollado, y que sé yo... Salgo del coche y miro la señal. Estaba totalmente torcida, aproximadamente con un ángulo de 55 grados con respecto a la vertical. Miro el coche, ya esperándome lo peor. Y... no veo nada. Me fijo mejor y …nada, ni un rasguño, ni delante, ni detrás ni por ninguna parte. No me lo podía creer. ¿Cómo es posible, si la señal está doblada? En fín, … entre la multa y lo de la señal, lo mejor era largarse de allí lo antes posible...

Aquel día nos fuimos a celebrarlo a la fiesta de la cerveza, que como os decía, está a una pedrá de mi casa. Al principio, empezamos de buenecitas. Nos dimos una inocente vueltecita para ver todos los puestos de la feria, y las atracciones. Nos subimos a la gran noria, desde donde teníamos una panorámica estupenda. Y luego ya, al grano, nos metimos en una de las carpas de la cerveza. Os doy algún dato, en una carpa de éstas caben aproximadamente 3000 personas, incluyendo orquesta, camareras… Por suerte encontramos una mesa donde todavía podían ubicarse dos personas. Así que allí nos sentamos y pedimos dos pollos (que os lo más típico para comer en la Oktoberfest) y una jarra de cerveza para las dos (de litro, claro, aquí no se andan con moñerías). Mientras nos comíamos el pollo y nos íbamos entonando con la cervecita, pues hacíamos migas con el resto de personas en la mesa. Y por todas partes los babarazos éstos, con sus bigotes, sus Lederhose (pantalones de cuero de tirantes) y las mujeres con sus trajes típicos también, los corpiños estos tan rellenos… sus trencitas, y todo eso. Y poco a poco la muchedumbre iba entrando en calor. Los más entonados empezaban a subirse de pie sobre los bancos y a alzar los brazos en alto con las jarras y a brindar. Aquí se brinda todo el rato -“Ein Prosicht, ein Prosicht, der Gemütlichkeit… Ein Prosicht, ein Prosicht der Gemütlichkeit! Prost, Prost”. Todos a grito pelao, venga estrellar unas jarras contra otras. Y nosotras, que como digo, empezamos de modositas, pues pedimos otra jarra (es que esta cerveza no veas como entra) y cada vez más animadas, hasta que acabamos como el resto de la muchedumbre, encima del banco dando brincos al ritmo de la banda. Y, qué risa con el resto de la gente de la mesa, unos eran australianos, otro tío croata,... Y allí todos nos entendíamos como podíamos... Y Prost, Prost!! Y nos pedimos otra cerveza...

De alguna manera conseguimos en algún momento salir de to el jaleo y nos fuimos dando una vuelta por el parque para despejarnos un poco. Hasta que ya llegamos a casa, y después de un ratito y de tomarnos algún Gelocatil, dice mi madre - “Bueno, pues cuando quieras podemos poner la charla de Chus”. Yo - “Quéeee?!, ahora una charla de Chus?!!”. Pues sí, mi madre había venido decidida a oír una charla al día, y aquel día no iba a ser menos. Así que puse la charla, y mientras mi madre dale que te pego al bolígrafo, yo me tumbé en el sofá y allí me quedé durmiendo la mona.

**********

Yo el lunes tenía que levantarme pronto para ir a trabajar, pero a la hora de comer me vine con la bici para estar otro rato con mi madre, que estaba tumbada tomando el sol en el parque de al lado de casa. Estuvimos ya hablando de lo de la tarde. Porque aquella tarde, a las seis y media, se suponía que teníamos nuestra primera reunión del grupo carismático en la salita de la iglesia. Yo estaba algo desanimada porque ya sabía que ni Bibiana ni Sandra podían venir. Pero bueno, pensaba que afortunadamente estaba mi mamá allí. Y que lo mínimo, seríamos dos, y que donde están DOS o tres reunidos... A pesar de que sabíamos que todo lo guiaría el Espíritu, pues no podíamos evitar el sentir algo de nervios. Decidimos que podíamos llevarnos allí mi ordenador portátil, con los altavoces y así ponernos canciones y quizas oír alguna charla de Chus. También nos llevaríamos un cancionero, y un folletito que explicaba lo que era la Renovación carismática. Y no sé que más. En fín, algo de nervios había.

Yo luego me fui a la oficina y parece que mi madre cuando se quedó sola también tuvo que sufrir alguna tentación del demonio - “Anda que vaya preparación para la primera reunión del grupo, ayer emborrachándoos y brincando como unas locas en la fiesta de la cerveza”. A mí por la tarde se me pasó la ansiedad y me empezó a invadir una profunda alegría. “Pero que suerte, poder contar con el apoyo de la iglesia; Y además, cuanto menos preparemos, mejor, así tendremos la cabeza (y el corazón ) más abiertos al que venga (si es que viene alguien). Además, aquí el único imprescindible es el Espíritu Santo, y Él va a venir.

Así que, en cuanto dieron las cinco, apagué el ordenador, chapé la ofi y volé con la bici a reunirme con mi madre que me estaba esperando en casa. Entonces surgió el dilema: ¿cómo vamos hasta allí? Es que la iglesia está algo lejos para ir a pie cargadas con el ordenador, los altavoces, y todos los trastos que llevábamos; por otra parte, si vamos en coche, seguro que no vamos a encontrar aparcamiento (durante el Oktoberfest lo del aparcamiento está imposible), y nos van a poner otra multa y después de lo de la señal de ayer... Y de repente, CHAN, idea! -“Mamá, ¿por qué no nos llevamos el carrito?- Mi madre – “El carrito... ¿qué carrito?”- Yo – “Pues el azul, el de la compra. Mira, metemos el ordenador y el resto de los trastos dentro y nos vamos andando tan panchas hasta allí”. Pues dicho y hecho. Además, la anatomía del carrito resultó perfecta para albergar todo el tinglao. Así que con nuestro super carrito azul, salimos de casa y nos fuimos andando por la Ridlerstrasse (así se llama la calle donde está la iglesia) tirando del carrito. Y yo por el camino iba muerta de la risa. Y mi madre - “Señor, apiádate de nosotras”.

Y ya llegamos allí. Y la hermana Vicenta nos dio un manojo de llaves, y hacia la salita que fuimos. De todo el manojo resultó que ninguna de las llaves abría la puerta de nuestra salita, y nos tuvo que abrir un conserje que pululaba por allí. La salita es preciosa. Tiene mesas, y sillas, y el suelo con moqueta, y amplias ventanas y un crucifijo en la pared presidiendo. Bueno, a mí la salita me parece muy, muy acogedora. Empezamos a sacar los trastos del carrito y yo a enchufar todo el equipo (Que vergüenza, tanto despliegue tecnológico y lo mismo no aparecía nadie...).

Y me dice mi madre - “Raquel, ¿por qué no haces un letrero grande que ponga Renovación Carismática y lo pones en la puerta, por si viene alguien que vea dónde es?”. Pues eso hice, y ya fuera no sabía como sujetarlo en la puerta, porque no tenía celo, y estuve tentada de abandonar el tema (“total, si no va a venir nadie”) pero de alguna manera conseguí sujetar el cartel pillado con el cerrojo y ahí se quedó, medio torcido.

Y empecé a poner alguna cancioncita con el ordenador hasta que... más o menos a las siete se asoma una cabecita. Hola! Era Nancy! La mujer que habíamos conocido el día anterior en la misa. ¡Qué bien, había venido! Somos tres, qué bien! Así que, como no esperábamos que viniera nadie más, pues después de presentarnos un poquito empezamos con la oración, que nos fue guiando más o menos mi mamá, que por si no lo sabéis ya lleva muchos años en un grupo de Carismáticos de Alcorcón, y tiene más idea que yo de cómo estructurar un poquito el tema para que no se mezclen demasiado las “Gracias” con el “Perdónanos” y con el “Te pedimos que...”.

Habíamos dejado la puerta abierta - “No cierres Raquel, que así se oyen nuestros cantos desde fuera y a lo mejor entra alguien atraído por la alabanza. Yo pensaba –“con lo que desentonamos ella y yo (cantamos fatal!) si alguien nos oye desde fuera es más probable que huya despavorido”. Pero le hice caso y dejé la puerta abierta. Y empezamos a poner cancioncitas con el ordenador y nosotras a cantar con ellas. Después de dar gracias y demás aparece una señora por la puerta, y pregunta en alemán - “¿Quién es el “líder” de este grupo?”- Yo no me consideraba líder de nada pero como ni mi madre ni Nancy (que es de Bolivia) hablan alemán pues respondí -“Ich bin´s” (yo). Nada, no era nada importante, aquella mujer no venía con intereses espirituales sino para arreglar un formalismo. Arreglado el cual, se marchó y nosotras seguimos a lo nuestro, leyendo un salmo que había preparado mi madre.

Hasta que, al poco, aparece otra señora por allí, y entra y con paso decidido empieza a andar hacía nosotras y coge y se sienta al lado de Nancy. Yo, algo aturdida - “Hallo! Was suchen Sie hier” (¿Qué quiere usted? - sí, reconozco que fui algo brusca)- “Esto es un Grupo de la Renovación Carismática”. Y la señora con mucha serenidad – “Ja, ich weiss es. Ich habe den Zettel draussen gesehen und ich habe gefühlt wie der Heiliger Geisst mich hier gebracht hat“. (!!!!!!!!!!!) Chicos, aquella señora estaba diciendo que había visto el cartel de “Renovación Carismática en la puerta” y que había sentido que el Espíritu Santo le implusaba a entrar (!!!). “Mein Name ist Ursula”. Se llamaba Ursula. Y nosotras tres - “Graaacias Señor, que nos has traído a Ursula, Gracias, Glooooooria al Señor!! Y seguimos orando y empieza Ursula a orar, ella en alemán porque no sabía español. Y dijo algo así. “Gracias, Espíritu Santo que me has traído a este grupo. Porque Señor, tu Espíritu no conoce fronteras, y para él no existen las barreras del idioma. Tu Espíritu es creativo y nos llena de amor, ....” Yo la verdad es que no daba crédito... traducía como podía para que mi madre y Nancy entendieran lo que decía.

Más tarde nos acabó contando que ella había venido a la Misa de las 7 que dan como todos los días en la iglesia en alemán, y que a la salida es cuando había visto el cartel. Ursula trabaja en un sitio que se llama Lebenszentrum (Centro de la vida), donde se dedican a informar e intentar convencer a chicas que llegan a un hospital que hay al lado con la intención de abortar de que no lo hagan. Y les proporcionan ayuda de todo tipo, incluso económica, y consejo para que sigan adelante con el embarazo. Ursula me decía – “Tu madre tiene el don de la oración, ¿hasta cuando se queda?. ¿Quizás pude a venir algún día a orar con nosotros?”. Y contó que la manera en la que operaban era que se ponían dos en la puerta del hospital, de 7 de la mañana a 3 de la tarde. Y mientras la una (o uno) oraba todo el rato, la otra se encargaba de abordar a las chicas que llegaban. Y claro, la persona que oraba, podía orar en español, en lenguas o en el idioma que quisiera puesto que Dios lo entiende todo. Vamos, que yo ya veía que esta Ursula me secuestraba a mi mamá los días que le quedaban en Munich y la llevaba allí a la puerta del hospital, y me la tenía orando desde las 7 de la mañana hasta las 3 de la tarde sin parar. Menos mal que mientras Ursula me explicaba todo esto en alemán, mi madre no entendía nada. Así que mi madre le sonreía todo el rato a Ursula y me decía - “Raquel, dile que voy a orar mucho por ella, díselo”.

En fin, y después de esto, cantamos una canción a María, y seguimos orando y haciendo peticiones en alto. Y acabamos de pie rezando un padre nuestro (Ursula nos recito el padre nuestro en latín) y al final un apretón de manos - “Paz y amor”. Y nos dimos unos besos y después de intercambiarnos los teléfonos nos despedimos.

Ya de vuelta para casa, mi madre y yo, empujando el carrito no hacíamos más que comentar todo. Y reírnos. Y es que, a mí sobretodo, lo de la aparición de esta Ursula me había impactado.

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Como yo tenía que trabajar aquellos días de la semana decidimos que lo mejor era que le dejara el ordenador preparado a mi madre para que con un simple click del ratón pudiera oír las charlas de Chus. Yo al fin y al cabo ya me las había oído y podría oírlas siempre que quisiera. Y si no, pues ya teníamos nuestra rutinillas, nuestros paseítos al supermercado con el carrito (¡qué útil estaba resultando!, quién me lo iba a decir?).

El miércoles por la tarde, como tenía que ir a bailar y ensayar con el grupo de baile español, y es muy divertido verlo y oír al profe, que se llama Use y es de Badajoz, hablándoles a las alemanas: “Carajo, was machst du? Schliess deine Füsse, du siehst wie der Coloso de Rhodas aus!” (Pero, ¿qué haces? carajo! Junta los pies, que pareces el Coloso de Rhodas!) – les dice a las pobres a veces. El caso es que se vino mi madre conmigo para verlo. Y creo que le gustó mucho conocer al famoso Use, y ver como manejan las alemanas (bueno y yo) el abanico, y las castañuelas, y el mantón y todo.

Pero lo más bonito de aquel día llegó después. Y es que después del baile nos encontramos a una amiga mía, a B, y nos fuimos a beber una cerveza con ella. B está pasando por una crisis, por una época de búsqueda; pero como busca por tantos sitios (que si yoga, que si cursillos de Bioenergética -Dios mío, ¿qué será esto?-, que si psicólogos) y además todos equivocados, pues no encuentra nada. Ella todavía no lo sabe con certeza. Pero yo sí. Lo que necesita es a Dios. Pero hacerle ver esto a una persona es muy difícil por no decir imposible. En realidad esto sólo lo puede hacer el Espíritu Santo. A pesar de todo, alguna vez se ha dejado predicar (por ejemplo, aquella famosa semana de las tres predicaciones, ella fue una) y me consta que no ha caído en saco roto. Pero el caso es que a mí me cuesta muchísimo el conectar con su corazón porque según me empieza hablar de los kilos que ha perdido, de lo que pesaba a las 9 de la mañana, y a las 9 y media, y del pantaloncito que se ha comprado, y de qué se yo, a mí me entra una impotencia tal... que me entran ganas de pegarle una bofetada y de chillarle PERO NO TE DAS CUENTA SO IMBECIL DE QUE TÚ LO QUE NECESITAS ES A JESUCRISTO!!!. Pero, enseguida me doy cuenta de que esa no es manera de evangelizar y de alguna forma consigo retenerme.

El caso es que aquel día, con la cervecita y mi madre por allí, a la que también le gusta hablar de regímenes, y de pastillas “Vientre-Plano”, y de fibras y todas estas cosas, pues se creó un clima distendido .... yo allí calladita, hasta que por fín la conversación dio un giro... y entre mi madre y yo conseguimos llegarle un poquito al corazón. Esta amiga tiene un vacío en su vida profundísimo y sufre mucho y en cuanto alguien le dice 4 palabritas de amor...

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El jueves, al día siguiente, al poco de llegar a la ofi me llevé un disgusto tremendo. Resulta que me llama un buen amigo de la ofi por teléfono - “Raquel, te quería contar una cosa, pero prométeme que no vas a hacer nada. Yo - “Pues no sé, depende, pero ¿qué pasa?. El –“Se trata de Fulanita”. (Fulanita es una examiga, con la que rompí el contacto hace ya tiempo por pura defensa personal). “Pues que parece que - continuó este amigo - hace un par de semanas Fulanita fue a la oficina de Menganito y haciendo como que estaba preocupada por ti, le preguntó si él sabía algo de que tú estás metida en una secta religiosa”. Y Menganito le dijo que no sabía nada, pero Fulanito le acabó sonsacando lo de bla, bla, bla,....

Yo - “Pero que hija de la gran PPPPPPPPPPPP...” Lo siento, lo tuve que soltar. En fin... que después de colgar el teléfono estuve tentada de escribirle un e-mail a la desgraciada ésta, para decirle que me había enterado de que sentía interés por la religión e invitarla a venir a nuestro grupo. Pero me contuve. Me puse a orar un rato (la suerte que tenemos en este trabajo es que las oficinas son individuales y uno puede orar cuando le de la gana tras un simple portazo). Y después de orar ya me encontraba un poco mejor. Y decidí que lo mejor era hacer lo que este amigo había dicho, nada.

No obstante el disgustillo no se me pasó. Además, el diablo asistido muy de cerca por la imaginación ya empezaba a trabajar a toda pastilla - “Ya verás, seguro que Fulanita ya ha corrido el rumor por toda la EPO de que estás en una secta, y todo el mundo te va a empezar a señalar con el dedo cuando te vean! Además ya todos se han dado cuenta de que estás cambiando, que ya no eres la misma, y de que ya no vas a sus fiestas... de que te estás volviendo idiota, tanto “Dios mio, Señor mio”... Si ya ni siquiera fumas, te estás volviendo medio tonta”.

En fin, que ante la horrorosa perspectiva presentada por la imaginación, a la hora de la comida corrí con el rabo entre las piernas y las orejas hacia abajo a casa y le lloré todo a mi mamá. Pero luego ya oramos otro poco, y ya más calmadita, después de comer, me largué a la oficina. Al llegar casi me sorprendió que no hubiera una multitud esperándome a la entrada del edificio señalándome con el dedo - “¡Mirad, ahí llega la de la secta!”

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El día anterior me había llamado Ursula a la oficina para decirme que le gustaría invitarnos a mi madre y a mí a venir y conocer el Lebenszentrum. A las 15:00 tenían oración y luego podía enseñarnos un video y qué sé yo. Así que aquel día me escapé un poco antes de la ofi, fui a buscar a mi madre y nos dirigimos al Lebenszentrum, que por cierto no está lejos del edificio donde yo trabajo.

Pues llegamos a las 15:00, y estuvimos orando en la capillita que tienen allí, el Rosario de la Misericordia. En alemán, ¡toma ya! Y después Ursula nos invitó a un té y nos estuvo hablando del trabajo que hacían allí, y del lugar éste que hay en Yugoslavia, Medjugorje, donde todos los 25 de cada mes se aparece la Virgen desde Junio del 1981. Y nos contó que el viajar allí había cambiado la vida de todos los que trabajaban en aquel centro, la suya también. Y nos habló de su vocación, y de la virgen de Guadalupe y de un montón de cosas. “Yo no me compro tele, porque me parece que las historias más creativas y apasionantes son las que realiza el Señor!” – nos dijo. Yo también le pregunté que qué tipo de ayuda necesitaban. Parece que de todo tipo, económica, de gente que quisiera ir a orar, o a trabajar algún rato durante la semana (parece que hacía tan sólo un mes la secretaría les había abandonado para irse a la Renovación Carismática). “Glups, espero que no esté pensando en cazarme a mí” - Pensé. “Yo trabajo todos los días desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde”- dije.

Aquel día, que por cierto era el Santo de mi madre, Mercedes (libertadora de los presos) estuvimos cenando las dos en un restaurante muy chulo. De entrada pedimos un Carpaccio –“Raquel, no me habías dicho que esto era carne cruda! Baj, me da un poco de asco” - . No lo entiendo, a mí me encanta. Y luego pedimos una bandeja de pescados variados, acompañados de verduras y patatas. Y para terminar un super postre para chuparse los dedos.

Y como siempre, mi madre y yo venga hablar de todo. Mi madre y yo nunca hemos hablado tanto como ahora que podemos compartir todas estas vivencias... Y por teléfono nos echamos unas charlas de mínimo media hora, casi a diario (aquí en Alemania existen unas tarifas super baratas para llamar al extranjero: 4,4 céntimos/minuto). Mira que yo hace un par de años era más seca que un palo y lo de hablar por teléfono me parecía una pérdida de tiempo. Mi manera de contestar al teléfono era: “Hola, ¿qué quieres? ¿Para qué me llamas?” Ahora dice mi madre que tengo el carácter algo más suave.

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El domingo estuvimos de nuevo en misa en la Misión Católica Española. En cuanto Nancy nos vio se acercó a nuestro banco y se sentó a nuestro lado. Este día se celebraba el comienzo de los cursos de catequesis para jóvenes. La misa fue muy bonita y los niños repartieron por toda la iglesia unos borradores. El padre Alberto nos explicó lo bonito que era el poder equivocarse, y saber que nuestro Padre nos ha regalado una goma de borrar a la que podemos recurrir siempre que nos equivoquemos. Es verdad, ¡qué gran regalo del Padre, el perdón!. Yo llevo la goma de borrar ésta que nos dieron en el bolsillo del abrigo. Y cuando meto la mano en el bolsillo y la noto ahí, la agarro fuerte. Y es que me da una seguridad tremenda el saber que me puedo equivocar todas las veces que sea, que Él siempre me va a perdonar. Me desinhibe, me desatasca, me libera,... “El alma más feliz es el que confía en mi misericordia...”.

Después de misa, cogimos el metro y nos fuimos al centro, a pasear por la zona peatonal. Y mi madre me estuvo enseñando muchas iglesias que había por el centro. No, no me he equivocado: mi madre me enseño a mí y no al revés. Y es que mi madre ya ha estado aquí en Munich otras dos veces antes, y cuando vino con mi hermano Javi, hace ya un par de años, pues visitaron todas las iglesias habidas y por haber mientras yo iba a trabajar. (Además como yo por aquellos entonces todavía no estaba convertida, pues no me gustaban tanto las iglesias). El descubrimiento fue una capillita que había en el sótano de la Frauenkirche, la catedral. Había un tríptico de estilo moderno, de un pintor alemán de principios de siglo, que nos encantó.

Y después nos fuimos a casa y nos echamos una siestecita. Porque luego por la noche habíamos quedado en ir a cenar con mi amiga AA. A mí me hacía muchísima ilusión que A y mi mamá se conocieran. Fuimos a un restaurante indio que conocía AA y ... ¡qué bien nos lo pasamos!, ¡Qué risa!! Mi madre, cuando se enteró de que AA es fisioterapeuta y de que da masajes, pues enseguida le pidió que le tocara la espalda para ver como la tenía. Así que le cambié el sitio y AA se puso a darle allí discretamente en el restaurante un masajito a mi madre mientras llegaba la comida.

Luego cuando nos trajeron los entremeses, que eran verduritas o pescaditos rebozados, me explicaba AA en alemán que el rebozado estaba hecho con harina de garbanzo. Y mi madre, después de yo traducírselo - “Pero, seguro que esta frito a la plancha, ¿a qué sí?”. Y AA me explica entonces, que no, que está frito con manteca de leche. Cuando le traduzco esto a mi madre, suelta de repente los cubiertos en el plato y me mira despavorida. Yo –“¿Qué te pasa mamá?, parece que hubieras visto un fantasma”. Y luego nos trajeron el plato principal, pato o cordero o pollo, alguno más picante que otro, pero todos deliciosos.

En fin, qué cena tan encantadora con mi madre y AA. Y es que AA... es tan alegre, tan maja, tan sencilla, tan agradable!! Y además yo ya sé que el Señor ha entrado en su vida, está actuando, lo sé.

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El lunes fue todo una sorpresa, desde que empezó el día hasta que acabó. Yo me había ido por la mañana a trabajar (bueno más bien a hacer bulto), cuando a las diez y media o por ahí, abro un e-mail:

“Raquelita, me encuentro muy mal”

Era de mi amiga C. C es una amiga que también trabaja en la EPO. Es una persona muy especial. A mí me gusta mucho porque nunca hace preguntas indiscretas ni me invade de ninguna forma. La conocí hace unos tres años en un momento en el que los dos estábamos pasando por una crisis. Las dos huíamos de la gente y de las preguntas. Y nos consolábamos mutuamente; bajábamos a comer a la cantina tarde, cuando había menos gente y así no tener que sonreír si no nos apetecía. Luego estuvimos durante una época más distanciadas pero últimamente nuestros caminos parece que se vuelven a cruzar. (Por cierto, C es la tercera amiga a la que pude predicar aquella famosa semana).

A mí cualquier excusita me vale para abandonar mis tareas laborales. Así que en seguida salí de mi oficina, y me dirigí a buen paso hacía la oficina de C. Y... era realmente cierto, la pobre estaba en un estado de desesperación absoluto. Yo en ese momento vi clarito, clarito, que no había recurrido a mí por casualidad. Y C me empezó a contar todo lo que le pasaba. Una historia muy similar a la que me ocurrió a mí justo antes de mi conversión (que por cierto todavía no os he contado, seguramente caerá en la próxima entrega). Y no me costó mucho el ayudarle. Tan sólo tuve que repetirle lo que me había dicho mi madre a mí aquel día, aquel 24 de diciembre del 2003. Y después le dije – “C, prepárate, estás a punto de conocer al gran amor de tu vida”.

Y como estaba muy mal, le dije que nos podíamos ir a mi casa, que estaba mi madre, que nos podría preparar algo de comida. Y que por mi madre no se tenía que preocupar, que podía llorar todo lo que quisiera delante de ella. Así que nos vinimos para casa. Y mi madre la consolaba. Y ella nos hablaba un poquito hasta que ya estalló en lágrimas absolutamente desesperada. Y mi madre y yo en ese momento la agarramos y nos pusimos a orar. Y ella seguía llorando y llorando sin parar.

Y después, como estaba el ordenador encendido, para animarla un poquito le dije - “¡Mira, tenemos una página web! (ya ves tú que alegría, pero es que no sabía que hacer para animarla). Y me metí en el , y no sé como, pero acabé pinchando en una charla de Chus, y ella se quedó allí sentada en el sofá como hipnotizada oyéndola.

Y luego nos fuimos a la oficina, cada una a la suya. Y parece que ella siguió recibiendo algún palo más. Realmente iba a haber un antes y un después en su vida. Pero luego se vino con nosotras y el carrito al grupo (era lunes) y estuvo orando con nosotras de una forma ... Y con mi madre y Nancy estuvimos dando gracias por su vida y leyendo aquel salmo 30(1), Y mi amiga C ¡Qué corazón tan sencillo y dócil!, ¡que absoluta pobreza de corazón!. Y mi madre también dio gracias por los días que había pasado en Munich, y ...casi nos ponemos a llorar. De verdad que todo lo que ocurrió aquel día fue ... no se puede describir.

*******************

El martes por la mañana de nuevo a la oficina. Por la mañana estaba triste pensando que por la tarde se iba mi mamá. Y me decía – “No lo voy a poder soportar. Me voy a morir de pena. Señor, haz que no nos pongamos tristes, danos un espíritu agradecido y alegre”. Yo me cogí la tarde libre, y comí con ella y después de una siestecita nos fuimos al aeropuerto. En el aeropuerto, como teníamos algo de tiempo, estuvimos leyendo las lecturas del día con el Magnificat. Y dijo mi madre: “Señor, haz a Raquel astuta como una serpiente y sencilla como una paloma”. Y después ya nos despedimos. No lloramos nada.

12-Sobre el “qué dirán”

El miércoles me quitaron el aparato de la boca. ¡Que maravilla! Tocarse la superficie de los dientes con la lengua. Tan suavitos. Y tan rectitos. Me he pasado toda la mañana en la oficina con el espejo en la mano, todo el rato mirándolos. Ese día me llamo un amigo para ver si quería bajar a comer a la cantina con él – “Que bien, todavía me llama alguien para comer! Y además, mi primera comida sin aparato”. Según bajaba a la cantina vi que estaba Fulanita en la puerta esperando a alguien. Yo, a pesar de que sentía el corazón a 300 latidos por minuto, pasé por su lado, dije “hola” y le dediqué una sonrisa (sin aparato se sonríe con mucha mayor facilidad). Ella desvió la mirada y ... ni mú.

**********************

Lunes por la mañana, aparece un “amigo” por mi oficina. Yo creo que había oído “campanas” y venía de espía. Veréis:

El - Hola, pasaba por aquí y me he dicho, voy a saludar a Raquel

Yo - Ah, hola, ¿qué tal?

El - Pero, ¡qué guapa estás! (Además era verdad, me había venido a trabajar como un pincel, había dormido genial y para colmo ya no tenía el dichoso aparato)

Yo- Tú también, qué corbata tan bonita ¿quieres sentarte?

Se sienta, y veo que con la vista empieza a recorrer mi oficina (¿en busca de indicios? ¿patas de pollo?, ¿cabezas de ajo colgando de la pared? ¿fotos con alfileres pinchados?) Al no encontrar nada sospechoso me empieza a observar a mí.

El - El colgante que llevas al cuello también te hace juego con tu traje. ¿Es la T de Taizé, verdad? (Ah!, luego él ya sabía que había estado en Taizé, parece que últimamente se habla de mí)

Yo - No es una T, es una cruz. ¿Por qué lo sabes? ¿has estado tú en Taizé?

El - No, yo no, pero tengo unos amigos que estuvieron allí haciendo un retiro (evidentemente me estaba tirando el cebo para que sintiera confianza y me soltara).

Yo - ¡Ah, qué bien! Pues yo también he estado este verano, con unos amigos de Madrid.

El – Y, ejem, aquí tienes también ... ejem, un grupo?

Yo - Un grupo, ...cómo? No entiendo, ¿Qué quieres decir?

El - ... Un grupo, ejem... como el de Taizé.

Yo - Pues no, el grupo con el que fui a Taizé, es ese grupo y es único y no hay otro igual.

El- ¡Ah!

********************

Aquel día por la tarde tenía el grupo.

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|Javier Paul Soto |

|05-10-2004 12:52 |

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|To |

|rpaulsoto@ |

|cc |

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|Subject |

|el señor es grande |

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|hola hermana. que tal el grupo ayer . cuentame  un beso. |

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| |

|Hola Javi, |

|el grupo ayer, genial! |

|Iba por el camino, como siempre pidiendo al Señor que se apiadara de mí |

|(era la primera vez que acudía sin mamá), y no sabía si iba a venir |

|alguien o qué. El caso es que pedí las llaves de la salita en la parroquia |

|y la señora, Florencia, se llama, viéndome algo desmoralizada, me dijo-"Tú |

|no te preocupes, si sois tres, pues sois tres, y si sólo dos, pues sólo |

|dos. Tú no te desmoralices.!!" Y ya me fui más animada. Y abrí la sala, |

|encendí una velita y me puse la musiquita de un CD de Betania, y al poco |

|apareció Nancy (mamá la conoce, super sencilla, un cielo) y luego... |

|Bibiana !!!. Y entonces empezamos a orar las tres y cuando estábamos |

|invocando al Espíritu... van y aparecen otros TRES por la puerta. Eran |

|Ursula con otros dos alemanes que hablaban un poquito español. Salió una |

|oración preciosa. Estuvimos leyendo y hablando de cosas de San Francisco, y |

|cantando y alabando, medio en español medio en alemán, y haciendo |

|peticiones. Y las canciones salían solas, no hacía falta poner el |

|cassette...Fue todo precioso. |

| |

|Un beso muy fuerte. |

| |

|Ra. |

| |

|PD.-Chus te hago un forward, que me gusta tenerte informado. Un besazo |

|enorme. |

[pic]

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El otro día me decía Chus por teléfono – “Dentro de treinta años, no te importará ya nada lo que opine la gente”. Dios mío, ¡treinta años! Por favor, Señor, no me hagas esperar treinta años. Yo quiero librarme de esto ya, Señor. ¡Yo quiero que todo me dé igual!!

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El martes, después de dos meses de silencio absoluto, me ha llamado la amiguita ésta que me estuvo humillando durante aquel famoso fin de semana. De repente, tenía mucha prisa porque quedásemos ya que me tenía que contar algo respecto a un nuevo trabajo. A mí, en el momento, me pilló desprevenida y me lió para quedar aquel mismo día para tomar un café.

Yo, de camino a casa, iba cada vez más cabreada. En realidad no me apetecía en absoluto quedar con ella. Después de las últimas veces que nos habíamos visto, yo ya había tenido bastante con la chufla “Que si el Espíritu por aquí y por allá, ña-ña-ñí, ña-ña-ñá” Por no hablar de aquel monstruoso fin de semana. Además tengo la impresión de que ella está contando cosas de mí que yo le había contado en confianza. La verdad es que al final con todo lo que están hablando sobre mí, van a acabar dando bastante publicidad a la Renovación Carismática. ¡Que bien! Pero lo cierto es que yo ya no voy a estar a gusto con esta amiguita. Pero ya habíamos quedado por teléfono en encontrarnos a las siete (para un café! encima para un café, si a mí lo que me gusta es la cerveza!). No puedo deshacer ahora la cita. ¿No puedo? ¿Por qué no puedo? Aj, Señor, ¡qué impotencia! ¿Qué hago?

Así que llegué a casa y estuve tentada de llamar a mi madre o a Ángel para pedir consejo. Pero me dije, no, el mejor consejo te lo va a dar Él, y además siempre te premia cuando acudes a Él. Así que me encerré en mi cuarto. Cuando me quise dar cuenta tenía el teléfono en la mano y estaba marcando el número de teléfono de la amiguita. “Lo siento, pero es que yo las últimas veces que he estado contigo, en especial aquel fin de semana, pues lo pasé muy mal. Y yo ya no estoy a gusto contigo. No sé, he perdido confianza, y para estar a disgusto con una persona y tensa y a la defensiva y esquivando preguntas pues prefiero no ir. La verdad es que te tengo mucho cariño y me alegro mucho de que hayas encontrado un trabajo y de que te vaya bien”.

Y me quedé en casa, tan a gusto, escribiendo estos testimonios que es lo que en realidad me apetecía hacer. Y entre tanto me alegraba cada vez más y más ... “Si siguiera todavía agradando a los hombres, no sería siervo de Cristo” - les dijo San Pablo en alguna carta a los Gálatas.

13-Un viaje en moto

Hace un par de años tenía un amiguete que de vez en cuando me invitaba a dar una vuelta en su moto. El chico éste me inspiraba mucha seguridad y confianza conduciendo, y por eso yo, no solo no pasaba miedo, sino que me resultaba super emocionante y disfrutaba un montón. El tío tenía un peazo moto de carreras de impresión. Y cogía los 210 Km/h por la autopista y luego se salía por carreteras de montaña y pillaba las curvas con una perfección ... Con este chico yo aprendí a ser copiloto de moto. Ser copiloto consiste en ir en la moto en el asiento de atrás, haciendo compañía al piloto, que es el que lo hace todo, e ir disfrutando del viaje y de los paisajes... Pero sin distraer ni estorbar al piloto en su labor, que tiene que ir pendiente de todo y muy concentrado. Y para hacer la conducción fácil al piloto, tienes que agarrarte a él y a la moto muy fuerte, de forma que todo sea uno. Y estar tranquila pero también atenta a lo que pasa en la carretera para anticiparte a lo que va a hacer el piloto, si va a acelerar, si va a adelantar, si va a frenar. Y si coge una curva pues te tienes que inclinar con el cuerpo hacía el lado. Pero ni demasiado, ni demasiado poco, sólo lo justo, todo como el piloto. Y por supuesto hay que evitar movimientos bruscos. Hay que sencillamente hacerse parte del conjunto, y ... dejarse llevar. Y si por ejemplo tienes ganas de ir a los servicios o cualquier otra necesidad, pues se lo pides en algún momento para que él lo considere y pare cuando pueda.

El otro día hablaba con mi abuela por teléfono y discutíamos. Mi abuela y yo siempre hemos discutido y siempre discutiremos. Antes de estar yo convertida discutíamos un montón de religión, y ahora... más todavía. Pero da igual, nos lo pasamos muy bien discutiendo y nos queremos muchísimo igual. Pues me decía ella el otro día lo importante que es colaborar con la obra de Dios. Y yo pensaba - “Colaborar yo con Dios, yo?!!!, Pero como voy a colaborar yo, que soy un manojo de miserias, una absoluta inútil ...con Dios TODOPODEROSO. Y entonces, no sé porqué, me acordé de los viajes que me daba el chico aquel en su moto. “Mira, Madrina - así llamo yo a mi abuela - ¿sabes qué? Que yo con estorbarle lo menos posible, me conformo”.

Cuando colgué pensé – “¡Qué bueno, es verdad! La Gratuidad que Chus predica es como ir de paquete en la moto!”

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