Redalyc.EL HOMBRE, UN SER INTEGRAL

[Pages:23]Foro de Educaci?n ISSN: 1698-7799 jlhhuerta@ FahrenHouse Espa?a

Sol?rzano H., Gabriel Alexander EL HOMBRE, UN SER INTEGRAL Foro de Educaci?n, vol. 6, n?m. 10, 2008, pp. 347-367

FahrenHouse Cabrerizos, Espa?a

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EL HOMBRE, UN SER INTEGRAL1

The Man, an integral being

Gabriel Alexander Sol?rzano H.2 E-mail: gabrisolor@

(Universidad Pontificia Bolivariana de Medell?n. Colombia)

RESUMEN: El art?culo pretende mostrar la dificultad que existe al momento de elaborar una precisa definici?n del hombre como ser integral, para ello se recurre a las nociones esenciales de la antropolog?a filos?fica, la nueva concepci?n del giro cristiano de la fenomenolog?a francesa, se mira grosso modo la visi?n personalista de Juan Pablo II sobre el hombre y la visi?n integradora de Panikkar del humanismo cosmote?ndrico, por ?ltimo se encuentra la visi?n del humanismo cristiano y el desarrollo solidario enfatizado en el Magisterio de la Iglesia Cat?lica como intento de respuesta a la crucial pregunta sobre el hombre y su mundo relacional.

Palabras clave: Filosof?a, Teolog?a moral, Fenomenolog?a, Humanismo, Personalismo, Cosmote?ndrico.

ABSTRACT: The article aims to show how difficult it exists at the moment to develop a precise definition of man as being integral to it resorts to the notions of the essential philosophical anthropology, the new concept of drawing Christian phenomenology French, we look roughly the personal vision of Pope John Paul II on men

1. Como alguna vez lo expresara Dostoievsky: la idea fundamental es la presentaci?n de un hombre verdaderamente perfecto y bello (...) lo bello es el ideal, que tanto aqu? como en el resto de la Europa civilizada ya no existe. ?Y agrega? s?lo hay en el mundo una figura positivamente bella: Cristo. RATZINGER, Joseph. Verdad, Valores, poder: piedras de toque de la sociedad pluralista. Tr. Jos? Lu?s del Barco. Madrid: Rialp, p. 10.

2. El presente art?culo se incardina en el proyecto de investigaci?n ?Humanismo integral y desarrollo solidario?, desarrollado en el Instituto de Doctrina Social de la Iglesia de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medell?n (Colombia).

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and integrative vision of humanism cosmote?ndrico Panikkar, finally is the vision of Christian humanism and solidarity emphasized the development in the Magisterium of the Catholic Church as an attempt to answer the crucial question about the man and his world relational.

Key words: Philosophy, Moral theology, Phenomenology, Humanism, Personalism, Cosmote?ndrico.

Fecha de recepci?n: 20-VIII-2008 Fecha de aceptaci?n: 25-IX-2008

Introducci?n

El punto de partida para establecer la integralidad de la persona humana puede vincularse desde distintas disciplinas del saber social y humano entre las que se encuentran la teolog?a, la filosof?a y la antropolog?a e incluso desde la frontera de tales saberes. La primera vinculaci?n puede darse desde el ?mbito de la filosof?a pr?ctica o del obrar humano, iniciada en la perspectiva del estagirita continuada por el aquinate, quienes relatan, desde ?pticas diferentes y complementarias, en el caso del Doctor Ang?lico, que la capacidad racional humana y la fe del hombre son muestra distintiva de su ser; una segunda vinculaci?n es presentada por la teolog?a, desde su ?mbito moral que pone especial ?nfasis en la explicaci?n racional de la fe manifiesta en las lecciones morales de reflexi?n teol?gica y del Magisterio de la de la Iglesia, en las que el hombre como hijo de Dios es redimido en y por la persona de Cristo y est? llamado a la plenitud de la vida divina como participe; la tercera vinculaci?n surge de la antropolog?a3 que en sus m?ltiples divisiones aporta unos referentes claros y espec?ficos para la definici?n de ser humano.

Saber ?Qu? es el hombre? ?Qui?n es? ?Cu?l es el sentido de su existencia? son, en gran parte, cuestiones cruciales cuando de resolver la complejidad

3. Las distintas concepciones del ser humano aportadas por al antropolog?a pueden describir al hombre desde perspectivas como la antropolog?a cultural, forense, social, filos?fica y f?sica o biol?gica, entre ellas, las cuatro primeras se estudian desde disciplinas como la historia, la sociolog?a y la filosof?a, en cambio la ?ltima, es materia de estudio de las ciencias naturales, caracter?stica esta de la antropolog?a, que rebasa la distinci?n cl?sica entre ciencias humanas y sociales y las ciencias positivas. Para este ac?pite s?lo se tratar?, m?s adelante, los aportes de la antropolog?a filos?fica y algunos elementos de la Antropolog?a cultural.

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del comportamiento y la esencia de lo humanos se trata. Derivada de ?sta dificultad de definir lo humano se presenta el problema del sentido y raz?n del humanismo puesto que siendo un tema tan amplio puede entenderse desde diversos sentidos y formas, seg?n las ?pocas y las disciplinas que se encargan de estudiarlo.

De all? que, la primera forma de humanismo se debe a los romanos quienes al adoptar la cultura de los griegos encontraron los elementos necesarios en la pr?ctica de las virtudes, la filosof?a y las artes como fundamentos de la humanitas, la cual comprend?a que la tarea del hombre consist?a en ser culto y digno por excelencia. Siguiendo esta l?nea de desarrollo de la humanitas, los Padres de la Iglesia, San Agust?n y posteriormente Santo Tom?s asumieron el legado de la filosof?a griega de Plat?n y Arist?teles respectivamente, para fundamentar que la raz?n, devoci?n y dignidad del hombre son los principios rectores del humanismo cristiano, anticip?ndose, en gran parte, al giro antropoc?ntrico del Renacimiento, que conservando radicales diferencias frente al medioevo y a su forma de entender la realidad humana en su car?cter trascendente, enfatizan en el hombre su car?cter inmanente, aunque apoyados en el humanismo de los griegos, los renacentistas valoran la importancia del hombre m?s que la virtud, contrariando el legado de la tradici?n cl?sica griega, que se apoyaba en la virtud que s?lo pose?an unos cuantos hombres, los libres y sabios. Esta mirada retrospectiva al humanismo cl?sico, medieval y renacentista sumado a los humanismos contempor?neos muestra la dificultad de entender la esencia de lo humano en las distintas ?pocas de la humanidad.

En tal sentido al referirnos al humanismo integral podemos estar haciendo alusi?n a todos estos humanismos en la que se encuentra la visi?n aportada por el cristianismo anterior y posterior al humanismo de la Reforma protestante, en la que contin?a vigente la dignidad de la persona humana y sus valores como mensaje del humanismo de Dios.

As? en el humanismo integral se deber? descubrir los elementos sobrehumanos que participan de la esencia misma del hombre sean estos ?el Ser? de Heidegger, la Trascendencia de Jaspers, Dios en el lenguaje te?sta o Jesucristo, encarnaci?n de Dios, seg?n la fe cristiana. ?El an?lisis del hombre remite ?como expresa Aranguren? a un fundamento y una culminaci?n que est? m?s all? de ?l. ?En el hombre hay m?s que el hombre?4.

4. GROUSSET, Rene. Et al. Hacia un nuevo humanismo. Tr. Eduardo Caballero Calder?n. Madrid: Guadarrama. 1957; p. 29.

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Humanismo integral

La integralidad de la persona remite, en un primer momento, al humanismo de la ?poca cl?sica griega en la pr?ctica de su ideal religioso derivado de sus pr?cticas m?ticas manifestadas en el orfismo y en la tradici?n medieval del Evangelio como fuente que ilumina la dignidad humana. En un segundo momento esta interpretaci?n de la integridad de la persona humana puede ser contemplada hoy desde la fenomenolog?a en el denominado giro cristiano, en los aportes de la concepci?n teandrica que integra la relaci?n del hombre como persona, sin desligarse del cosmos y de Dios, en el que se concibe la realidad personal m?s all? de la concepci?n del yo-objeto, as? la finalidad del ser humano desde estas concepciones, se caracterizan por la b?squeda de lo que nos hace esencialmente humanos sin desligarse de la uni?n con Cristo y en la identificaci?n con ?l y su voluntad desde la pr?ctica conciente, libre y amorosa.

En tal sentido, para nosotros occidentales herederos de las tradiciones judeocristiana y grecolatina, estas ?pticas, derivadas del humanismo de los griegos y medievales e incluso del humanismo moderno, son fundamentales pero necesitan revisarse para explicar el sentido integral del ser humano, debido a que la noci?n de integralidad humana ha sido pensada b?sicamente desde las nociones aristot?lico-tomistas, por lo que se hace necesario adecuar este pensamiento a las nociones de la vida contempor?nea, ?poca en la que las discusiones se centran en los an?lisis de la postmodernidad, la posontolog?a, la desconstrucci?n del cristianismo5, El fen?meno saturado6, la sociedad l?quida, el multiculturalismo, el postcapitalismo, la antropolog?a filos?fica y el cosmotenadrismo7, entre otras.

5. Para Jean-Luc Nancy la pregunta sobre nuestro puesto en el cristianismo resulta desde el an?lisis fenomenol?gico a?n muy obscura debido a que tradicionalmente sabemos que somos cristianos pero a?n no hemos delimitado cual es nuestra funci?n dentro de tal esfera de la vida y consecuentemente aparece como una verdad de perogrullo la pregunta ??en qu? y hasta qu? punto nos mantenemos en el cristianismo; c?mo estamos exactamente, en toda nuestra tradici?n sostenidos por ?ste?? NANCY, Jean-Luc. Desconstrucci?n del Cristianismo. Tr. Alejandro Madrid. .ar (visitada en Nov 2 de 2006).

6. Fen?meno saturado. Se plantea en el contexto de la siguiente cuesti?n: ?es posible encontrar una justificaci?n fenomenol?gica, es decir, avalada en las cosas mismas, para una filosof?a de la religi?n? Esto significa, al fin y al cabo, preguntarse por la credibilidad filos?fica de la Revelaci?n. Marion no piensa en el hecho religioso en abstracto, sino en el cristianismo.

Vistado en nov 3 de 2006

7. PANIKKAR, Raimond. La nueva inocencia. Tr. Marita Viscarro Aubeso. Navarra: evd. 1993. p. 53. y en la introducci?n p. 21 nos dice al respecto ?Lo que cuenta es la realidad

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Este hecho evidencia la dificultad para referenciar de manera hol?stica el humanismo en la contemporaneidad, que como dice Maritain refiri?ndose al humanismo teoc?ntrico es ?inseparable de la civilizaci?n o de la cultura?8, tal humanismo integral sigue teniendo como fundamento la concepci?n cristiana de la persona humana desde sus valores espirituales y morales, aspecto que en las sociedades plurales constituye uno de los tantos elementos que integran el todo social.

Consecuente con la idea del humanismo unido a la cultura, el cambio de ?poca que representa la contemporaneidad frente a la modernidad y a la tradici?n medieval, exige que los fundamentos cristianos empiecen a ser retomados con matices diferenciadores de los asumidos en esta ?pocas, ?s?, en opini?n de algunos, un humanismo aut?ntico no podr?a ser, por definici?n, sino antirreligioso, nosotros pensamos todo lo contrario...?9 asumiendo el cristianismo como una de las mayores fuentes de la tradici?n cultural de occidente que, a la par con la tradici?n grecolatina, constituyen al hombre occidental.

A este hecho cultural se suma que el secularismo derivado de la ?poca moderna produjo una divisi?n de la racionalidad entre los partidarios del desarrollo cient?fico t?cnico y del triunfo de la raz?n sobre cualquier otro aspecto de la vida humana, soportado en el humanismo antropoc?ntrico que desde su origen renacentista propugna por la descristianizaci?n por una ?libertad sin gracia? en la que seg?n Maritain el individuo racionaliza en pos de la sola libertad y lo expresa refiri?ndose al hombre renacentista: ?A ?l s?lo le compete ya crear su propio destino, a ?l s?lo le corresponde intervenir como un dios, mediante un saber dominador que absorbe en s? mismo y que supera toda necesidad, en la conducta de su propia vida y en el funcionamiento de la gran m?quina del universo, abandonada a merced del determinismo geom?trico?10. Esta caracterizaci?n de inicios de la ?poca moderna produjo para la existencia humana unas agudas crisis conocida posteriormente, en el siglo XIX, como la crisis de los fundamentos tanto de las denominadas ciencias emp?rico demostrativas como de las ciencias del esp?ritu que amparadas en el m?todo cient?fico pretendieron equiparar el saber humano, y al hombre mismo, con el saber positivo de la ciencia.

entera, la materia tanto como el esp?ritu, el bien tanto como el mal, la ciencia tanto como el misticismo, el alma tanto como el como el cuerpo. No se trata de reconquistar la inocencia primordial que tuvimos que perder para llegar a ser lo que somos, sino de ganar otra nueva?.

18. MARITAIN, Jacques. Humanismo Integral: problemas temporales y espirituales de una nueva cristiandad. Tr. Alfredo Mendiz?bal. Buenos Aires: Ediciones Carlos Lohl?. 1966; p. 11.

19. Ibid., p. 13. 10. Ibid., p. 75.

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Consecuente con esta situaci?n epistemol?gica en la que el hombre y la naturaleza pueden ser sometidas al an?lisis matem?tico y la que la matematizaci?n de la vida, el materialismo materialista y el materialismo dial?ctico hist?rico superpusieron la materia como objeto de la conciencia frente al idealismo y al dato revelado, posici?n seg?n la cual, la raz?n reemplaza a Dios y prolifera la explicaci?n del saber cient?fico, aunque tal proyecto ideal de la modernidad de progreso cient?fico t?cnico agudice la crisis interna del hombre.

El racionalismo moderno se constitu?a en el nuevo referente para la construcci?n de la persona, una imagen del mundo y de la vida desligada de cualquier noci?n teol?gica cristiana, en la que priman la autonom?a personal y los derechos adem?s de la lucha contra el legado religioso y la Iglesia institucionalizada. Posici?n antropoc?ntrica del humanismo renacentista que tiene en los denominados Maestros de la sospecha su m?s aguda cr?tica que a su vez se constituye en el soporte ideol?gico necesario para desestimar cualquier valor de verdad del progresista mundo moderno y consecuentemente del dato Revelado.

Seg?n esta caracterizaci?n, se busca contraponer el ideal racionalista mediante hallazgos en la naturaleza, la conciencia y la vida social evidenciados por los descubrimientos de Darwin que estableci? el nexo biol?gico y evolutivo entre el ser humano y el mono, fen?meno que ayuda a reconfigurar el dato religioso11 como del anhelo moderno de presentar al hombre como centro de la matematizaci?n del mundo y de la creaci?n. Para Marx, la alienaci?n humana surge entre otras cosas por la inequitativa distribuci?n y relaci?n entre quien posee los medios de producci?n y quien no, la sujeci?n a un Dios y a un credo.

Por su parte Freud con su descubrimiento de las pulsiones humanas desde el psicoan?lisis, encuentra que en las motivaciones m?s profundas el hombre se rige por las energ?as lib?dinales.

11. Esta expresi?n debe entenderse siguiendo los aportes del sacerdote y bi?logo jesuita Teilhard de Chard?n para quien la evoluci?n del mundo y el esp?ritu expresa su fe y confianza teleol?gica: ?La cosmog?nesis conduce mediante la biog?nesis a una noog?nesis; la noog?nesis en cambio halla su perfecci?n en una cristog?nesis?. Al contrario que la de Nietzsche, la fidelidad a la tierra que Teilhard ense?a es una fidelidad a la evoluci?n profunda que se opera en el cosmos, tal y como ?l la entiende, de un modo optimista: la ascensi?n hacia el esp?ritu, la perfecci?n progresiva del mismo mediante el amor y la armon?a, un desarrollo colectivo hacia el centro suprapersonal en cuya direcci?n converge toda la evoluci?n. Como consecuencia de la enormidad del Mundo, el Hombre moderno no puede ya reconocer a Dios sino como prolongaci?n de cierto progreso o maduraci?n universal (v. L'Incroyance moderne, 1933, p. 1-2). Tomado de visitado 28 mayo de 2007.

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Este panorama decimon?nico muestra la profunda divisi?n de la condici?n humana en la que el uso de la raz?n somete al hombre a un exagerado dualismo o continuando el paradigma disyuntivo del pensamiento.

Si el nuevo humanismo contempor?neo12 pretende establecerse en la cultura global, deber? tener en cuenta la resignificaci?n de las m?ltiples l?neas directrices de la Tradici?n, para evitar caer en las quimeras y las utop?as irrealizables de la modernidad. El Humanismo que exige el giro hacia el cristianismo y a una religi?n humanizadora que aleje la concepci?n metaf?sica de Dios y acerque al Dios de la vida, en el que se refleja la humanidad y la experiencia religiosa en sus dimensiones inmanente y trascendente.

?Tampoco le ha sido f?cil a la religi?n ?ni lo ser? nunca? establecer una relaci?n correcta con Dios (...) En s? misma, la presencia viva de Dios en la vida humana es ciertamente pura e incontaminada; pero la toma de conciencia por nuestra parte ?en eso consiste, en definitiva, la religi?n? pasa a trav?s de nuestras capacidades. Y ?stas no s?lo son siempre ilimitadas, sino que, adem?s, tienden a medirlo todo con esquemas y categor?as humanas, demasiado humanas?13.

En tal sentido el retorno a los documentos eclesiales -que ser?n tratados m?s adelante-, a la luz de los novedosos planteamientos contempor?neos, especifican la forma como la Doctrina social de la Iglesia ha tratado de vislumbrar la comprensi?n del Dios de la Vida.

Es necesaria para la comprensi?n de los documentos eclesiales apreciar los rasgos fundamentales de la antropolog?a desde sus criterios de definici?n del hombre y por ende de lo humano.

Elementos de un humanismo filos?fico-antropol?gico

Los intentos de definici?n del hombre y en general lo humano se presenta en la doctrina antropol?gica desde varias perspectivas que versan seg?n

12. Juan Pablo II, se refiere as? a lo que vivimos actualmente ?La nuestra es una ?poca en que m?s se ha escrito y hablado sobre el hombre, la ?poca de los humanismos y del antropocentrismo. Sin embargo, parad?jicamente, es tambi?n la ?poca de las m?s hondas angustias del hombre respecto de su identidad y destino, del rebajamiento del hombre a niveles antes insospechados, ?poca de valores humanos conculcados como jam?s lo fueron antes? JUAN PABLO II, Discurso inaugural I, 9 Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Puebla. La evangelizaci?n en el presente y en el futuro de Am?rica Latina. Madrid: BAC, 1979, p.15.

13. TORRES Q. Andr?s. Recuperar la creaci?n, por una religi?n humanizadora. Santander: Sal Terrae. 1997, p. 55.

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