Super Hornet en la cubierta de vuelo del ... - Army University Press

Imagen: Un avi?n tipo F/A-18E Super Hornet en la cubierta de vuelo del portaaviones USS Harry S. Truman. (Foto: Flickr/Departamento de Defensa de EUA)

?Necesita Estados

Unidos un enemigo?

Los estadounidenses necesitan algo por lo que luchar--antes de que encuentren a alguien contra quien luchar

Dominic Tierney

Del peri?dico The National Interest, publicado en l?nea en ingl?s 19 de octubre de 2016.

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E n el primer siglo a. C., el historiador romano Salustio escribi? que la rep?blica hab?a descendido en una discordia interna debido a la destrucci?n de su enemigo, Cartago, en la Tercera Guerra P?nica. El miedo del enemigo, o metus hostilis, produjo la cohesi?n interna. Sin un adversario, los romanos apuntaron sus navajas hacia dentro: ?cuando se libraron las mentes de las personas de este miedo [de Cartago], el libertinaje y arrogancia naturalmente surgieron?.

Algo similar puede estar ocurriendo hoy en d?a. Hay numerosas explicaciones para la discordia actual en Estados Unidos, que van desde la globalizaci?n hasta la fragmentaci?n de las comunidades estadounidenses. Sin embargo, existe un gran factor que se ignora en gran parte: la carencia de una amenaza extranjera. Las amenazas externas pueden unificar a poblaciones diversas. Los psic?logos han demostrado que las personas r?pidamente se forman en ?grupos internos? y ?grupos externos? (nosotros contra ellos), ya sean dos equipos deportivos compitiendo en un juego o dos naciones en una guerra. El deseo de la protecci?n mutua y, a veces, de venganza, puede reducir enemistad entre los miembros del grupo interno y crear una mentalidad ?uno para todos?.

Un adversario amenazante tambi?n puede reforzar un sentido de identidad nacional. Karl Deutsch, te?rico pol?tico de la Universidad de Harvard, describi? a la naci?n como ?un grupo de personas unidas por una perspectiva errada del pasado y un odio de sus vecinos?. Seg?n el polit?logo Clinton Rossiter, ?no hay nada como un enemigo, o simplemente un vecino considerado desagradablemente distinto en valores pol?ticos y atributos sociales, para acelerar una naci?n en el curso de autoidentificaci?n o ponerlo de nuevo en este rumbo cuando se desv?a [del mismo]?.

El rol de peligro extranjero en la cultivaci?n de un sentido de identidad nacional podr?a ser especialmente importante en Estados Unidos. La autoidentificaci?n de Estados Unidos no se basa en un patrimonio antiguo compartido, sino en un conjunto de ideales pol?ticos: el credo de derechos individuales y la democracia. Esta es una base fr?gil para la unidad en un pa?s del tama?o de un continente, poblado por masas api?adas de todo el mundo. La existencia del otro podr?a ser esencial para afirmar la identidad estadounidense y reforzar un sentido de singularidad pol?tica.

La historia estadounidense es un cuento que vacila de un lado para otro entre las ?pocas de amenaza y ?pocas de seguridad, basado en el grado de peligro externo. Durante las ?pocas de amenaza, el oponente es el pensamiento preocupante. Las pol?ticas externas e internas se consideran a trav?s de esta perspectiva de competici?n. Las ?pocas de amenaza acent?an el l?mite entre el grupo interno estadounidense y el grupo externo enemigo. Dentro del l?mite, existe un mayor sentido de identidad nacional. Los estadounidenses apoyan al Presidente y conf?an m?s en las instituciones nacionales. Aumenta la cohesi?n social y podr?an aliviarse las divisiones raciales, pol?ticas o econ?micas entre los que se esfuerzan conjuntamente por la causa. Para las minor?as dentro del l?mite interno, pueden existir nuevas oportunidades para el progreso social. Mientras tanto, las guerras que ocurren durante las ?pocas de amenaza son las cruzadas tit?nicas de la historia estadounidense, que normalmente reciben gran apoyo p?blico.

Sin embargo, tambi?n hay un lado m?s oscuro de las ?pocas de amenaza. La unidad de grupo interno podr?a convertirse en una conformidad sofocante. Ante una amenaza extranjera, el poder podr?a ser centralizado en la Casa Blanca, ya que los estadounidenses priorizan la seguridad sobre la libertad. Y pobres de aquellos que se encuentren en el lado equivocado de la batalla. Los estadounidenses ser?n intolerantes a la disensi?n de los conciudadanos que cuestionan la amenaza. Los derechos de los estadounidenses que se identifican con el adversario podr?an ser aplastados. Y, frecuentemente, se considera al oponente como una sola entidad mal?vola, con poca distinci?n hecha entre los combatientes y civiles. Si estalla la guerra, los activistas estadounidenses podr?an luchar con una furia terrible, considerando a los civiles enemigos como blancos en la b?squeda de la victoria total y retribuci?n contra malhechores.

Por el contrario, durante las ?pocas de seguridad, Estados Unidos pierde su enfoque preocupante y el pueblo dirige su atenci?n a los asuntos internos. Los l?mites entre el grupo interno y grupo externo comienzan a desvanecerse. Los estadounidenses est?n menos seguros de su identidad nacional. La cohesi?n social podr?a ser reemplazada por una atm?sfera problem?tica. Las personas llegan a ser m?s desconfiadas de las instituciones nacionales, incluyendo la presidencia. Durante estas ?pocas, el blanco de las intervenciones militares son amenazas amorfas o emergencias humanitarias, y

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AMENAZAS EXTERNAS

John Jay, autor de Federalist N?mero 2.

estas intervenciones frecuentemente implican el desarrollo nacional y tienden a ser impopulares.

Pero las ?pocas de seguridad tambi?n exhiben un lado positivo. En primer lugar, los estadounidenses est?n relativamente protegidos de peligro. Adem?s, disoluci?n del l?mite entre el grupo interno y el grupo externo podr?a producir m?s tolerancia de voces radicales o esc?pticas. Entretanto, es menos probable que se luchen las operaciones militares como cruzadas ardientes y hay m?s autocr?tica de las acciones de EUA, por ejemplo, admitir la comisi?n de posibles cr?menes de guerra.

Sin duda alguna, estas descripciones representan generalizaciones amplias y las tendencias no son absolutas. En cada per?odo, muchas personas no siguen la actitud prevista. No obstante, las ?pocas captan algunas caracter?sticas distintivas de Estados Unidos mientras fluct?an las amenazas extranjeras. Un breve estudio de la historia estadounidense demuestra que, si bien las ?pocas de amenaza y seguridad no se repiten, s?

riman--con consecuencias importantes en lucha entre Hillary Clinton y Donald Trump.

A fines del siglo XVIII, las colonias estadounidenses estaban divididas por una amplia gama de asuntos sociales y econ?micos y eran protectoras de sus identidades individuales y soberan?a. Pero la amenaza brit?nica caus? que estas colonias distintas se unieran. Como John Jay escribi? en Federalist Nro. 2, ?Las aprensiones bien fundamentadas de peligro causaban que el pueblo estadounidense formara el memorable Congreso de 1774?. La Declaraci?n de Independencia en 1776 recont? los ?repetidos agravios y usurpaciones? de Gran Breta?a, ?todos teniendo como objetivo directo el establecimiento de una Tiran?a absoluta?. Las colonias formaron una alianza imperfecta, peleando entre s? sobre contribuciones de dinero y efectivos. Sin embargo, el nivel de cohesi?n logrado era aproximadamente proporcional al peligro percibido. ??nete o muere?, era el eslogan de la ?poca revolucionaria. O, como Benjamin Franklin lo describi?, ?de hecho, debemos mantenernos unidos o, indudablemente, seremos ejecutados separadamente en la horca?.

Despu?s de que se logr? la independencia, las amenazas extranjeras motivaron el impulso para establecer una autoridad central fuerte, que culmin? en la elaboraci?n de la Constituci?n de EUA en 1787. Espa?a cerr? el r?o Misisipi a la navegaci?n estadounidense y Gran Breta?a mantuvo puestos armados a lo largo de los Grandes Lagos en violaci?n del tratado de paz de 1783. Los piratas amenazaron a buques mercantes estadounidenses y los nativos estadounidenses atacaron a los colonos en el noroeste. En Federalist Nro. 4, Jay escribi? que las colonias independientes no podr?an establecer ej?rcitos ni flotas, mientras que una ?Uni?n? si podr?a ?emplear los recursos y poder del conjunto para [...] la defensa?. La ?poca de amenaza tambi?n produjo medidas represivas sobre las libertades civiles de percibidos enemigos internos. En 1798, el miedo de Francia llev? a las Leyes de Extranjer?a y Sedici?n (Alien and Sedition Acts), que permitieron la deportaci?n de no ciudadanos procedentes de naciones hostiles y prohibieron la publicaci?n de ataques maliciosos contra el Presidente o el Congreso.

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verter?an su poblaci?n en el rescate

de Nueva York?.

Con el asalto en el Fuerte

Sumter, Estados Unidos entr?

en una ?poca de grave peligro.

Por definici?n, la Guerra Civil

era una amenaza interna. Pero la

Confederaci?n, de hecho, tam-

bi?n era un Estado extranjero que

form? ej?rcitos, circul? su propia

moneda y escribi? una constitu-

ci?n. La gran lucha a veces ensan-

ch? las divisiones en el Norte, por

ejemplo, los fracasos militares y la

presi?n por la emancipaci?n lleva-

ron al auge de los ?Copperheads?

Un enfrentamiento naval de la Guerra Civil de EUA entre los buques de Guerra blindados Monitor y Merrimac, 9 de marzo de 1862, en Hampton Roads, cerca de Norfolk, Virgina, EUA.

o dem?cratas de paz que instaron un acuerdo negociado. Pero en un sentido m?s amplio, la amenaza

presentada por la Confederaci?n

Durante las primeras d?cadas del siglo XIX, la

llev? a que gran parte de la opini?n

?poca de amenaza cedi? el paso a una ?poca de seguri- p?blica en el Norte se unificara a favor de una cruzada

dad. Estados Unidos logr? una posici?n de inmunidad que aplastar?a a la Confederaci?n y destruir?a su sis-

estrat?gica, protegido por grandes oc?anos, y fortaleci- tema de esclavitud por completo. Por primera vez en

do por una poblaci?n y econom?a r?pidamente crecien- la historia de EUA, la bandera estadounidense decor?

tes. Como observ? Abraham Lincoln en su discurso de iglesias, fachadas de tienda y casas. ?Los conservado-

Liceo de 1838,

res m?s fr?os se levantaron hacia el frente?, dijo John

Todos los ej?rcitos de Europa, Asia y ?frica

Hay, el secretario de Lincoln, ?y los radicales m?s

combinados, con todo el tesoro del mundo

desenfrenados se mantuvieron al ritmo de la nueva

(salvo el nuestro) en su fondo b?lico; con un

m?sica?.

Bonaparte como comandante, no podr?an

Para muchos en el Norte, la lucha com?n ayud? a

por la fuerza, beber del r?o Ohio, ni dejar una

superar las divisiones raciales y otras. El compromiso

huella en las monta?as Blue Ridge aunque lo

extraordinario de los negros a la causa (10 por ciento

intentaran por mil a?os.

del Ej?rcito de la Uni?n era afroamericano) caus? que

Pero fue precisamente esta falta de un enemigo que muchos en el Norte reevaluaran sus opiniones sobre

puso al descubierto la divisi?n seccional y prepar? el

la raza y los negros progresaron mucho a trav?s de la

terreno para la Guerra Civil. En el mismo discurso,

emancipaci?n y derecho a votar. Sin embargo, aque-

Lincoln predijo, ?Si la destrucci?n ser? nuestro destino, llas en el otro lado del l?mite provocaron la ira de los

nosotros mismos tenemos que ser su autor y termina- cruzados--especialmente los soldados y civiles de la

dor?. Sin un peligro extranjero para ocupar sus pensa- Confederaci?n. Con el paso del tiempo, la campa?a de

mientos, los estadounidenses se centraron en las brechas la Uni?n se parec?a m?s a una guerra total, debido a la

internas, especialmente en la esclavitud. En v?speras

destrucci?n de pueblos, molinos y reservas de alimen-

de la Guerra Civil, el Secretario de Estado de EUA aun tos en muchas partes del Sur por parte de las fuerzas

sugiri? declarar la guerra contra Francia y Espa?a para de la Uni?n.

crear deliberadamente un enemigo unificador para

En t?rminos generales, la Confederaci?n uni? a

evitar la desuni?n. Si Estados Unidos fuera atacado por los combatientes de la Uni?n y produjo un senti-

un poder extranjero, ?las colinas de Carolina del Sur

do m?s agudo de identidad colectiva. En su primer

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AMENAZAS EXTERNAS

discurso inaugural en 1861, Lincoln us? la palabra ?Uni?n? veinte veces y nunca dijo ?naci?n?. Dos a?os m?s tarde, en su Discurso de Gettysburg, uso ?naci?n? cinco veces y nunca dijo ?uni?n?. El poeta e historiador Carl Sandburg observ? que antes de la Guerra Civil, las personas dec?an que Estados Unidos son, pero despu?s, dijeron que Estados Unidos es.

Cuando se disipan las amenazas, reaparecen y se ampl?an las divisiones internas. En la ?poca Posguerra Civil disminuy? el peligro externo y se fragment? la unidad dentro de la coalici?n victoriosa. Durante la Reconstrucci?n del Sur, las tropas de EUA desempe?aron funciones de mantenimiento de paz en la antigua Confederaci?n, estableciendo nuevos gobiernos, supervisando elecciones y protegiendo los derechos de los exesclavos. Dentro de pocos a?os, gran parte de la opini?n en el Norte consider? la Reconstrucci?n como un embrollo sin fin. En 1871, en el peri?dico New York Times se dijo que ?solo la menci?n de [la Reconstrucci?n] casi produce n?useas?. Se desintegr? la coalici?n para la protecci?n de los derechos de los negros, se abandon? la misi?n de desarrollo nacional en el Sur y resurgi? la hegemon?a racial de los blancos.

El per?odo de seguridad y fraccionamiento continu? hasta los finales del siglo XIX. El historiador Richard Hofstadter describi? una ?crisis ps?quica? en la d?cada de 1890, provocada por la depresi?n de 1893, el fin de la ?poca de colonizaci?n en el oeste del continente, el auge del movimiento populista y la elecci?n divisiva de 1896, as? como ?una agresividad inquieta, un deseo de estar seguro de que el poder y vitalidad de la naci?n no iba en disminuci?n?. Esta crisis levant? el ?nimo de los estadounidenses para luchar la Guerra entre Espa?a y los Estados Unidos en 1989 y recuperar el esp?ritu unificador de 1865.

La ?poca de seguridad se acab? repentinamente cuando Estados Unidos entr? en la Primera Guerra Mundial en 1917. Una combinaci?n de miedo, enojo, idealismo y un mecanismo gubernamental de propaganda sofisticado produjo un efecto unificador profundo. En el peri?dico The Nation, se describi? un ?renacimiento del patriotismo estadounidense?, con banderas ondeadas en todas partes del pa?s. Muchos expacifistas fueron abrumados por el romanticismo de la campa?a y apoyaron la guerra que acabar?a con todas las guerras.

Para las personas que resistieron la cruzada gloriosa, el precio fue muy alto. Despu?s de que el senador Robert La Follette votara en contra de la guerra, se ahorc? una efigie suya y sus detractores sugirieron que se uniera al parlamento alem?n (Reichstag).

A simple vista, la d?cada de 1920 parece ser una excepci?n, cuando disminuyeron las amenazas extranjeras, pero los estadounidenses todav?a segu?an unificados, buscando lo que Warren Harding denomin? la ?normalidad?. Sin embargo, la realidad fue mucho m?s inquietante. David J. Goldberg intitul? su historia de los a?os 1920 Discontented America (Am?rica descontenta). La gran cruzada de 1917-18 acab? en una victoria militar pero no en el triunfo idealista que Woodrow Wilson hab?a prometido, y r?pidamente lleg? la desilusi?n. Los estadounidenses dirigieron su atenci?n hacia dentro y los a?os de entreguerras fueron caracterizados por el antagonismo abierto entre el sector comercial y los trabajadores, el grupo Ku Klux Klan e inmigrantes, internacionalistas y aislacionistas, liberales y conservadores, as? como los Mojados y Secos que lucharon en contra de la Prohibici?n.

Durante los a?os 1940, el p?ndulo de amenaza oscil? de nuevo y Estados Unidos entr? un per?odo de grave peligro en la Segunda Guerra Mundial y los comienzos de la Guerra Fr?a. La seguridad estadounidense fue amenazada por los grandes poderes de Alemania, Jap?n y la Uni?n Sovi?tica, as? como por nuevas tecnolog?as, incluyendo los bombarderos de largo alcance, misiles y armas nucleares, que directamente amenazaron al territorio nacional. Como era de esperar, las d?cadas de 1940 y 1950 fueron un per?odo de unidad social relativa. A pesar de cientos de miles de bajas, el apoyo popular para la Segunda Guerra Mundial segu?a siendo fuerte en toda la guerra. Los estadounidenses estaban dispuestos a quitar las restricciones sobre las fuerzas armadas para ganar y demostraron poca preocupaci?n con civiles enemigos siendo el blanco a trav?s de bombardeos en masa de las ciudades alemanas y japonesas.

La atm?sfera de unidad continu? durante el ?consenso de la Guerra Fr?a? de los a?os 1950, cuando hab?a amplio acuerdo entre los republicanos y dem?cratas que el pa?s estaba en medio de una lucha global contra un adversario comunista dedicado a la conquista mundial. La Guerra de Corea (1950-53) result? ser impopular cuando se estanc? en una costosa paralizaci?n, pero no hab?a un movimiento antiguerra de gran

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