Discurso del Dr



El sistema monetario panameño y sus efectos financieros y comerciales"

Intervención del Dr. Fernando Aramburú Porras, Presidente del Grupo Financiero Capital, Ex Ministro de Economía y Finanzas de Panamá, en el Seminario "La dolarización en Ecuador y sus efectos en el comercio subregional andino"

Lima, 25 de agosto de 2000

Muchas gracias a la CAN por la invitación, es realmente un honor para nosotros estar aquí nuevamente. Me voy a referir al caso panameño, y anticipo que de ninguna manera quiero señalar que la experiencia panameña en cuanto al sistema monetario es aplicable automáticamente a otros países. Simplemente consideramos que la experiencia que Panamá ha tenido, desde que implementó el dólar, puede ser importante para el debate que existe hoy en día sobre la dolarización. El hecho de que Panamá tiene ya casi 100 años de estar operando con el dólar como moneda, da un bagaje grande de experiencias concretas de cómo la economía panameña ha manejado el tema y de cómo se ha ajustado ante los varios shocks que ha tenido y también acerca de cómo la economía panameña se ha beneficiado o perjudicado del sistema dólar.

En primer lugar, vale la pena que veamos algunas características de la economía panameña para que podamos estar claros en las variables que puedan afectar una decisión en ese sentido. Panamá es un país pequeño, de aproximadamente 80 000 kilómetros cuadrados, similar al tamaño del departamento de Lima, ubicado estratégicamente en la cintura de América. Panamá históricamente es Sudamérica, porque perteneció a la Gran Colombia, geográficamente es Centroamérica, porque pertenece al istmo centroamericano y culturalmente es Caribe, o sea, que Panamá es un mosaico de culturas y de identificaciones. Por eso ustedes notarán que hay épocas donde Panamá se quiere integrar a la Comunidad Andina y hay épocas en que Panamá quiere integrarse a Centroamérica. En conclusión, no se ha integrado a ninguno de los dos grupos y se mantiene un poco independiente, quizás siguiendo una política parecida a la de Chile, de negociar tratados de libre comercio con los diferentes países.

Gran parte de la razón de que Panamá sea así, es por lo que acabo de explicar, por sus raíces históricas, geográficas y culturales. Tiene una población pequeña –que en el último censo dio 2,8 millones de habitantes-, con un crecimiento de la población del orden del 2%, con una economía que realmente ha tenido un crecimiento estable y, como veremos más adelante, con épocas de mayor crecimiento y de menor crecimiento, pero que en general se mueve entre el 2 y 5% de crecimiento, con un PIB de casi 10 billones de dólares, y un PIB per cápita de 3 400 dólares que es probablemente uno de los más altos de América Latina, con una tasa de desempleo relativamente alta, aunque ha venido bajando en los últimos años y una inflación que no es tema, ni se discute, ni está en el vocabulario de la gente. Hay subida de precios pero no es un tema que mortifique a nadie. El dólar es la moneda de curso legal desde hace más de 100 años, con un comercio exterior importante que ha variado de 3 000 a 3 200 millones de dólares en exportaciones de bienes y servicios, pero principalmente de servicios. Las importaciones varían entre los 3 000 a 3 500 millones de dólares, lo cual da una idea del grado de la apertura de la economía que es muy alta, del orden del 70%, cuando sumamos las dos variables. La peculiaridad de Panamá es precisamente ser una economía sumamente abierta y orientada hacia los servicios, sumamente dependiente del comercio internacional de la economía.

El 75% de la economía está en servicios y apenas el 25% en actividades primarias y secundarias. Es una economía que podía compararse, en ese sentido, con países más desarrollados, sin embargo no es cierto, no significa que por el hecho de estar en servicios seamos más desarrollados, es simplemente la estructura de la economía, lo cual es una peculiaridad importante que debemos tomar en cuenta, porque ante las variaciones de precios en los mercados internacionales, la economía panameña no se mueve tanto. La economía panameña depende de la generación de divisas y del valor agregado y depende, más bien, de la actividad económica de la región latinoamericana y mundial; no de los precios en general del combustible o de los precios de los minerales.

La Zona Libre, que es un aspecto importante de la economía, genera aproximadamente un 8% del Producto Nacional Bruto. Estamos hablando de aproximadamente 800 millones de valor agregado, con un movimiento comercial del orden de los 10 000 millones de dólares. Es la zona libre más importante del área y ha subsistido a pesar de la globalización. Si bien ha tenido un decaimiento importante a raíz de la caída de los países que son clientes en la zona libre, como Colombia, Venezuela, Ecuador y de alguna forma Perú y Chile, la decaída de la zona libre es marginal en el sentido de que es el valor agregado el que realmente importa en este caso y no la magnitud. Por ejemplo, cayó de 10 billones a 8 billones, pero la economía no cayó 2 billones; la economía cayó 200 millones o 150 millones, o sea lo que es el valor agregado únicamente, lo cual si bien tiene un impacto, no es un impacto contundente como podría ser una baja en las exportaciones mineras o pesqueras.

Lo mismo ocurre con el Canal, que es otra fuente de ingresos importante; representa sólo el 7% del PIB. Contrario a lo que mucha gente pensaría, el Canal ha venido decreciendo en su participación en la economía panameña, dando paso a otros servicios, pero sigue siendo importante para la región y para los EE.UU. El Canal va a tener una expansión fundamental en los próximos años con la construcción de los terceros juegos de exclusas, que van a permitir un mayor acceso de barcos de mayor calado. Por lo tanto, consideramos que el Canal de Panamá continuará teniendo vigencia por lo menos en los próximos 30 ó 40 años.

La economía panameña ha tenido un comportamiento parecido al resto de Latinoamérica en el sentido de los crecimientos, quizás un poquito más estable en la medida que en el período 1971-1980, período de sustitución de importaciones, de crecimiento rápido, hubo un crecimiento del orden del 5% del PIB y de las exportaciones algo mayor. Estos períodos siguieron a un período recesivo, de bajo crecimiento, precios del petróleo altos y crisis políticas que disminuyeron el crecimiento de la economía, sobre todo a fines del 90, y posteriormente ha habido una recuperación en los últimos 3 ó 4 años con un promedio del orden del 4%. El porcentaje de inversión sobre el producto es alto. Panamá invierte el 30% de su Producto Nacional Bruto en inversiones.

Entrando en materia, el sistema monetario panameño tiene antecedentes históricos que es importante que tengamos en cuenta. Cuando se toma la decisión de tener el dólar, no es el dólar norteamericano el que se decretó en Panamá. Esa decisión viene de la época de construcción del ferrocarril transímico en Panamá a mitad del siglo pasado. El ferrocarril fue construido por una compañía norteamericana y los pagos se hacían en dólares. Durante la guerra de los Mil Días, por razón de la hiperinflación que vivió Colombia, exceptuó el uso del peso y permitieron que cualquier moneda circulara en Panamá, porque en ese momento se estaba construyendo el Canal de Panamá y había mucho empleado extranjero que no aceptaba el peso como medio de pago, exigía dólar. Inclusive el sol de plata peruano fue moneda de circulación en Panamá en esa época. O sea, hay una tradición en Panamá de muchos años, de utilizar lo que se conoce como hard currency, sobre todo por la composición de la economía y del comercio internacional.

Con la construcción del Canal ocurrió exactamente lo mismo con los franceses y luego con los EE.UU.: se pagaba en dólares. Oficialmente se decreta la moneda en 1904, pero ya con una serie de antecedentes parecidos a lo que está sucediendo en los países de la CAN, en que el dólar sin ser oficial es el 80% ó 90% del medio de cambio. Hoy me enteré que en la casa de mi familia aquí en Lima, se le paga a la empleada doméstica en dólares, cosa que era inusitada hace algunos años.

El hecho de que nos independizáramos en 1903 y un año después oficialmente decretamos el dólar, no permitió nunca la existencia de un Banco Central. Existe el Balboa, pero como moneda metálica fraccionaria para pequeñas transacciones. El dólar es el medio de pago utilizado y aceptado. No hay ningún tipo de control de cambio ni control de transferencia monetaria, es decir que los flujos financieros se mueven libremente hacia y desde el país y nunca ha habido una excepción.

Adicionalmente, existe un sistema bancario internacional, como una pieza fundamental del sistema, y esto es importante para explicar cómo se manejan los shocks en una economía dolarizada, sin que necesariamente se deprima la economía. Vemos que Panamá tiene depósitos del orden de 26 000, casi 27 000 mil millones de dólares, de los cuales la mitad son panameños. Los panameños tienen su plata en Panamá, no en Miami ni en Nueva York. Habría que cuantificar cuanta plata latinoamericana o sudamericana o de la Comunidad Andina no está en estos países, a pesar de que hay sistema dólar y se permite los depósitos aquí. Una explicación sería que todavía hay desconfianza en la gente.

Dentro de esos bancos hay un grupo de bancos u off-shores que son alrededor de 40. De los 96 bancos que hay, 60 funcionan localmente y el resto sólo opera de forma internacional, pero de estos 60 hay 10 que son de capital nacional, compitiendo de igual a igual con los bancos más grandes internacionales que están en Panamá. Y contrariamente al temor original de que los bancos internacionales iban a acabar con la banca local o comprar los bancos locales, lo que sucedió fue todo lo contrario: han crecido, se han fortalecido, han aumentado su competencia y recientemente se están expandiendo internacionalmente, comprando bancos en Centroamérica. En resumen, la industria bancaria en Panamá se ha fortalecido con la apertura que concluyó en 1970. Recuerdo que en ese momento los banqueros se oponían a cómo se hizo la apertura, que fue total y absoluta, sin ningún tipo de restricciones. Cualquier banco puede poner una oficina en Panamá sin ningún tipo de restricciones, salvo el capital que se le exige, que es un mínimo de 10 millones y que cumpla con las regulaciones locales. Se pueden realizar transacciones de cualquier tipo de moneda y no hay ningún tipo de restricciones. La banca internacional juega un papel muy importante en Panamá, porque hace un juego de intermediario entre la banca local y el mundo exterior. Cuando hay exceso de fondos en Panamá, por influjo de algún tipo, por mucha inversión, o por capitales que se proyectan en Panamá, la banca internacional recoloca estos fondos y los estabiliza a su vez, y cuando hay falta de fondos en Panamá, la banca internacional coloca fondos en Panamá, dependiendo del riesgo de los proyectos específicos, pero hay una total y completa comunicación. Asimismo, hay un mercado interbancario muy importante con tasas que se aproximan prácticamente medio punto quizás a la Libor o un punto más que a la Libor.

Recientemente la Superintendencia de Bancos fue reforzada con una Ley que es importante porque eliminó el encaje legal. Hay una regulación muy estricta basada en los principios de Basilea, que los bancos deben cumplir en cuanto a capitalización y restricción en los créditos, pero ya no existe el encaje legal. A pesar de esto los bancos mantienen, como prudencia de su manejo, una importante cantidad de efectivo en depósito en la banca internacional y otros. A pesar de la crisis de 1997-1998, tanto en Asia, Rusia y otros países, no ha habido un movimiento en los depósitos en Panamá; es decir no se produjo un "impacto del contagio " como se llama en Panamá, por la misma razón que hemos hablado: por la falta de riesgo de cambio, de transferencia y la tradición muy sólida de que no hay ni habrá una interferencia y no habrá una interferencia del Gobierno en cuanto a las operaciones mismas.

A partir de estas consideraciones generales, abordaremos el tema del debate. Cabe aclarar que sobre la dolarización hay diferentes opiniones, pero vamos a tratar de decir cuáles son las diferentes ventajas del sistema monetario bancario panameño y, en general, del sistema monetario de tipo dolarizado. Se podría generalizar, aunque en ciertos casos es debatible, que algunas de estas cosas no necesariamente están ligadas al tipo de moneda que se utilice, pero daremos algunos argumentos a favor y otros en contra.

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Indiscutiblemente el hecho de que Panamá es un país con moneda dólar, ha tenido un efecto sobre la inflación. Eso no está sujeto a debate, inclusive Panamá ha tenido una inflación inferior a la inflación de los EE.UU. en los últimos 30 años. En el siguiente cuadro se observan cifras desde 1983, pero esto sigue la misma tendencia que se observaba desde 1960.

El tipo de cambio real ha sido muy estable, solamente varía en uno o dos por ciento por año, y se constata que no ha habido una variación brusca. En parte se debe al tipo de economía que hay en Panamá, pero también una parte importante obedece a la existencia del dólar y de un sistema financiero que evita que los shocks afecten el tipo de cambio. Al no existir devaluaciones no hay modificaciones violentas en el tipo de cambio real. Sin embargo, sí vemos que hay una tendencia a manejarse en sintonía con la tasa de los EE.UU., que es el país con quien más comerciamos. Comparativamente con los países de América Latina, también por supuesto Panamá ha tenido una tasa de inflación mucho menor.

Las tasas de interés en Panamá – y esto es importante porque son recientes- tienen dos peculiaridades. Analizando el Boletín de indicadores que publica la CAN (por cierto muy bueno) observaba que las tasas de interés activas y pasivas de los países andinos son mucho más altas que en Panamá y posiblemente sea porque el riesgo país es mayor en la región andina. Pero hay otro elemento importante que me llamó la atención,y es que los spreads son más altos, o sea la diferencia entre la tasa activa y pasiva es mucho mayor, casi 10, 9 u 8 puntos. El costo de fondo en Panamá ahora mismo está en 6,5%, 7%, inclusive subiendo, y las tasas se mantienen en 11, 10,5, 9,5. Con respecto a las hipotecas, en Panamá, usted puede conseguir créditos a 30 años para una vivienda por el 90%, y eso no es de ahora, es de hace más de 20 años. Esto tiene un impacto importante en el crecimiento, sobre todo de la clase media y pobre porque hay acceso al crédit y los bancos prestan para viviendas. Nosotros tenemos un programa de incentivo fiscal en que damos 4 puntos de diferencia; obviamente hay un subsidio pero es temporal y se han introducido cantidades importantes de recursos en vivienda entre 25 y 50 mil balboas -a pesar que tenemos dólar todavía nosotros hablamos de balboas- y la tasa de préstamo de consumo sí tiene un spread obviamente más alto que refleja el riesgo inherente.

Este es otro tema que también es debatible porque Panamá tuvo déficits muy altos en la época de los 70, a pesar del dólar. Hay que aclarar que para que usted pueda financiar un déficit tiene que tener el financiamiento; es decir que no puede recurrir a emisión inorgánica o a otro tipo de endeudamiento con el Banco Central. Tiene que tener el financiamiento en dólares y eso ya requiere cierta disciplina. En los 70 los bancos estaban muy liberales en los préstamos y Panamá se endeudó, tuvo déficits de 7 - 8% del PIB y lo financió y llegó a tener un nivel de deuda muy alto, pero a poco lo fue superando, porque en los 80 resultaba muy fácil obtener la plata .Sin embargo, a partir de las correcciones que ha habido, sobre todo después de la crisis, Panamá ha mantenido déficits bastante más bajos, del orden de 1 - 2%. En 1998 se ha vuelto a 1% y actualmente el Gobierno no puede mantener déficits mayores que los que puede financiar en el mercado internacional, sobre todo porque el mercado local tiene sus limitaciones en cuanto a los montos. Hoy en día, con los mercados como están, flotar bonos en el mercado implica cierto control por parte de casas calificadoras, de los bancos que invierten, y ciertas exigencias desde el punto de vista del manejo fiscal.

Esto es importante, porque no hay un riesgo de cambio, de transferencia. No existe en Panamá esa posibilidad y tampoco la hubo históricamente. Inclusive en la crisis más violenta que hemos tenido, durante fue la guerra con los EE.UU.,en la época de Noriega, cuando se congelaron los depósitos del Banco Nacional en Nueva York y se prohibió a las empresas norteamericanas pagar impuestos al Gobierno, lo que podía ser equivalente a un shock, violento, porque se perdieron entre 5, 6, 7% o más del PIB en recursos fuertes, inclusive entonces nadie levantó su voz para cambiar el sistema dólar. Se discutieron otras teorías y se hablaba de otros temas, pero se buscaron fórmulas y al final se salió. Si bien hubo una recesión y crisis generalizada en el país, nunca se discutió el tema dólar; es más, no creo que exista en Panamá hoy en día, ni siquiera el más radical, que piense en el tema moneda. Es un tema que realmente no se discute en Panamá.

Indiscutiblemente el riesgo país tiene mucho que ver con la capacidad de pagar de la nación ; es verdad, que también tiene que ver con la estabilidad de la economía, con la inflación, y con el riesgo de cambio. Pero creo que el hecho no tiene que ver tanto con el tipo de moneda, con el riesgo de cambio, sino con el riesgo de pago. Observen el caso de Mëxico: tiene un riesgo país mejor que el de Panamá. Es el único país realmente, porque los demás no tienen curva. Uruguay, El Salvador no hacen emisiones en el mercado y no sabemos cómo los percibe el mercado internacional. Es algo curioso que exista esta diferencia tan grande: si observan los spreads sobre la tasa del tesoro, Panamá anda por los 400 puntos y el resto de los países que tenemos aquí, Argentina, Brasil, Colombia y Venezuela, andan por los 700 y 800 puntos. Panamá es un país con una deuda alta, del orden del 60% de su Producto Nacional Bruto, y tiene una rigidez fiscal muy fuerte. Desde el punto de vista de riesgo de pago, Panamá no es más o menos riesgo que Argentina o Colombia o México, pero sí me llamó la atención que Moody’s en su calificación última hace referencia específica al tipo de cambio. Dice que la calificación de Panamá es BA1, pero para el país es BAA1, es mayor, y la razón que ponen es la siguiente: "la calificación al gobierno de Panamá no restringe el hecho de que el sector privado tiene una calificación más alta que el gobierno, por su larga historia de estar dolarizado completamente y su completa ausencia de controles de cambio".

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Esa es la razón que da Moody’s, lo que significa en realidad que sí existe un factor en cuanto al riesgo de cambio, porque el riesgo de cambio afecta la capacidad del gobierno de hacer frente a sus obligaciones. En Panamá lo que hay que mirar no es el riesgo de cambio, hay que ver la capacidad del gobierno de cobrar impuestos. Los impuestos se cobran en dólares porque la economía está dolarizada. Hay que mirar la capacidad de la economía para crecer; pero cuando se está en una empresa ya no se ve eso, porque la empresa va a cobrar sus dólares y va a pagar en dólares o sea lo que se ve la empresa, su salubridad financiera transparentemente y se elimina el riesgo de cambio. En Panamá hay 3 o 4 bancos panameños que tienen bonos con grado de inversión en el mercado, lo cual en mi opinión es una cosa que tiene clara ventaja .

Con eso no quiero decir que sea un modelo aplicable, pero creo que vale la pena hacer la aclaración siguiente. Estaba analizando el crecimiento de Panamá contra el crecimiento de algunos países del área, no es que Panamá tenga un crecimiento más alto, definitivamente, inclusive creo que lo tiene más bajo que algunos, pero sí tiene más estabilidad. No crece tanto pero tampoco decrece tanto, es una economía más estable. Podemos ver por ejemplo a México que indiscutiblemente tenía el agregado mejor en los últimos años, o los casos de Venezuela, Brasil y Argentina, que también han tenido grandes variaciones. También la volatilidad de Panamá ha sido menor, ya hemos hablado de eso, en todos los campos.

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Voy a referirme al mecanismo de ajuste automático en la balanza de pagos; esto es un tema importante porque no es tan fácil. En Panamá no hay crisis de balanza de pagos, no existe, y es un tema del que se conversa muy poco. Los flujos de la banca internacional los manejan hacia fuera. Cuando faltan flujos, la banca internacional y la banca local inyectan al sistema las reservas internacionales, que son 12 000 millones. Inyectan sus propios depósitos para mantener el nivel de vida o el nivel de actividad económica y la economía se ajusta y regresa, no hay necesidad de una deflación, no ha habido, con excepción del choque que les dije cuando EE.UU. congeló los depósitos de los bancos panameños y prohibió el pago de los impuestos al Canal. Fue una cosa que espero no se repita y allí sí hubo una deflación, tal como la describiríamos en un ajuste típico. En 1964 hubo una crisis también de exportaciones, se perdieron muchas divisas, hubo algún tipo de retiro de los bancos, pero se corrigió rápidamente e inclusive ese año el Bank of América abrió una sucursal en Panamá.

Cuando hoy el precio del petróleo se ha duplicado hay 200 ó 300 millones de dólares más en gasto de petróleo y hay 200 millones de dólares menos en gasto de los militares de la base militar, por lo cual hay un resentimiento en la economía, pero sólo hemos bajado del 4 al 2,5 ó 3%. Hay un ajuste pero el sistema financiero sirve de colchón, claro que no para siempre porque si el choque persiste me imagino que habrá un decrecimiento de la economía en los niveles de ingreso y demás. Esto nos da una macroeconomía de mercado, el mercado se ajusta solo, no hay necesidad de que alguien esté metiendo la mano, decidiendo cuáles son las tasas de interés, cuáles son los tipos de cambio. Porque qué pasa cuando cambiamos el tipo de cambio: nos hemos olvidado que en la crisis no solamente cambiamos los precios relativos de los bienes comerciales y no comerciales, sino que también cambiamos los precios de los activos y cambiamos muchas variables y otras que no necesariamente tienen que cambiar. Afectamos el patrimonio a la gente, le quitamos la vida diaria de las personas y su credibilidad en el sistema. Por eso pienso por qué países como Perú, México y Chile, que han sido los más exitosos en el manejo fiscal, han manejado un tipo de cambio flexible pero estable, o sea que han ido devaluándose, pero de manera estable, y eso lo que en cierta forma ha estabilizado a los países.

No se si usaría el tipo de cambio como método de ajuste, por supuesto en una economía con moneda propia, pero en el caso del dólar parece que perdiera revelancia, siempre y cuando se cumplan estas condiciones. Otra cosa interesante es que (ésta es una conclusión que no es mía, sino de un colega economista panameño muy respetado y me ha tomado mucho tiempo discutirla con él para que realmente me convenza pero me convenció al final) la cantidad de dinero es endógena. O sea la cantidad de dinero en la economía está determinada por la demanda de dinero y punto, no está determinada por nadie, por ningún banco, ni el Gobierno tiene alguna injerencia de la cantidad de dinero, lo cual es bueno en cierta forma, porque nos aísla un poco de que los problemas políticos afecten la situación económica.

Por supuesto que hay desventajas y existen varios libros y artículos al respecto. No voy a entrar en detalles. Indiscutiblemente hay una pérdida de señoriaje, pero cuánto cuánto cuesta mantener 8 000 ó 10 000 millones de dólares de reservas en un banco. ¿Cuánto le cuesta al país al 5% en vez de estar haciendo otras cosas? ¿Cánto depósito no tiene el país, porque tenemos riesgo de cambio? ¿Cuánta gente no tiene depositada su plata en el Perú, Colombia o Ecuador, porque piensa bueno, sí, estabilidad hasta cuándo? Hay un costo que en Panamá hemos estimado en 40 millones de dólares al año, pero se compensa ampliamente.

Se ha hablado de las desventajas de la falta o cesión de la política monetaria. Pero como dije anteriormente, la cantidad de dinero es endógena en el caso de un sistema dolarizado. Por lo tanto, nosotros pensamos que no se ha perdido nada y además, de hecho, creemos que la política monetaria norteamericana afecta las tasas de interés reales, independientemente de qué moneda tenga un país. Esto si es un problema y hay que tener cuidado porque es un problema real. Panamá es una economía que no es muy competitiva en Centroamérica, porque está basada en los servicios y esto juega otro rol en la mano de obra. En agricultura e industria tenemos problemas de competitividad debido al tipo de cambio fijo y en especial si es totalmente dolarizado.

La deuda es otro tema que algunos críticos recientemente han traído al tapete pero yo no lo comparto. Se alega que el hecho de que no exista una moneda local hace que toda la deuda sea realmente externa y sea mayor. Yo no comparto esta tesis, creo que está más en función del manejo fiscal. Pero es algo que hay que analizar con cuidado porque sí es verdad que todo el financiamiento del Gobierno tiene que ser vía dólar y es en realidad sinónimo de deuda externa; pero realmente en Panamá no se distingue entre deuda interna y externa, es lo mismo, es en dólares.

Otra crítica tiene que ver con la pérdida de soberanía. Nosotros no sentimos que hemos perdido nada de soberanía. Hablamos del balboa igual que del dólar y el prestamista en última instancia no se necesita para nuestra economía. Es más, nosotros acabamos de recuperar nuestra soberanía de verdad, física y geográfica, con la recuperación del Canal. El prestamista en última instancia no se ha necesitado en Panamá: hay un acuerdo entre los bancos que se apoyan entre ellos, hay líneas de crédito y ha funcionado perfectamente en los últimos años, inclusive en las últimas crisis vividas.

Para concluir, simplemente no queremos decir en ningún momento que el modelo panameño es el modelo perfecto, creemos que es una experiencia importante para tomar en cuenta. Ha servido para Panamá y los panameños no cambiarían su dólar por nada del mundo. En cierta manera ha defendido al humilde, al pobre y al asalariado. Aunque no creo mucho en el salario mínimo, porque hace poco competitiva a algunas industrias y esto es la causa del desempleo, el de Panamá es el más alto de Latinoamérica: 235 dólares.

Repito, el modelo de dolarización panameño no es la panacea pero sí crea estabilidad, sí permite una mayor planificación a largo plazo, sí garantiza financiamiento a largo plazo y uno está insertado en el mercado internacional. Tiene muchas ventajas, pero no es la panacea ni la solución a todos nuestros problemas.

Muchas gracias.

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