Comentario de la pirámide de población española en el año …



Comentario de la pirámide de población española en el año 2000. (pág. 321)

La pirámide es un gráfico de barras que permite conocer la estructura de la población de un lugar, y en un año en conreto, por sexo y edad, así como los hechos históricos que han tenido repercusiones demográficas a través de los entrantes y salientes de su perfil. En esta gráfica que pertenece a la población española del año 2000, se observa que su forma es de bulbo o urna, con una base estrecha que nos indica que se trata de una población regresiva, que lleva unos 25 años controlando deliberadamente su natalidad. Se puede decir tambiém que es una población envnejecida.

1. Estructura por sexo

Se observa que, como es habitual, nacen más varones que mujeres (la barra de los 0-4 años es más larga del lado de los varones). Como la mortalidad masculina es mayor, llega un momento (40-44 años) en que los efectivos de los dos sexos se igualan. A partir de entonces el número de mujeres es mayor, de modo que en los últimos años hay un claro predominio de las ancianas. Las causas de la sobremortalidad masculina son la mayor fortaleza biológica de las mujeres y el hecho de que los hombres han tenido tradicionalmente un estilo de vida con más exposición a factores de riesgo (mayor participación en guerras, trabajos más duros y con riesgo de accidentes), mientras que las mujeres han visto reducir considerablemente la mortalidad en el parto y posparto (nacimientos en clínicas, progresos de la medicina), tienen hábitos alimentarios más ordenados, y menor incidencia de hábitos nocivos en exceso como el alcohol y el tabaco.

2. Estructura por edad

Dado que no disponemos de datos numéricos, no pueden calcularse porcentajes para cada grupo de población (joven, adulta, anciana). No obstante, la forma en urna de la pirámide, con la base metida claramente hacia adentro desde hace 20 años (indicando natalidad baja y en descenso), permite afirmar que se trata de una población con bajos efectivos de jóvenes. Las últimas barras muestran un volumen importante de población anciana, lo que permite afirmar que se trata de una población envejecida.

Las causas del envejecimiento de la población han sido el descenso de la natalidad y la disminución de la mortalidad, acompañada del aumento de la esperanza de vida que actualmente se sitúa en 83 años para los hombres y 87 para las mujeres.

– El descenso de la natalidad se ha debido a las siguientes causas:

• La situación económica que siguió a la crisis de 1975 supuso un grave aumento del paro, que hizo reducir los nacimientos a las parejas existentes y retrasar la edad del matrimonio. Posteriormente, incidió la precarización de los contratos laborales, el alto precio de compra y alquiler de viviendas (que impide a los jóvenes emanciparse, obligándoles a prolongar su período de formación y permanencia con los padres) y la crisis económica de principios de la década de 1990.

• El cambio de mentalidad en la sociedad a partir de la transición a la democracia: disminución de la influencia religiosa, despenalización y uso de anticonceptivos, despenalización del aborto en ciertos supuestos, incorporación de la mujer al trabajo fuera del hogar, preponderancia de las relaciones de pareja y surgimiento de nuevas formas familiares menos prolíficas.

• El aumento del nivel de vida: progreso del nivel cultural (se valora la formación y el bienestar del niño y se prefiere tener menos hijos y mejor atendidos), aumento de la protección social (los hijos ya no son vistos como seguro de vejez de los padres) y aspiración a mejoras materiales (la adquisición de bienes de consumo y el disfrute del tiempo libre compiten con los gastos y la dedicación que requieren los hijos, lo que incide en la reducción de su número).

– El descenso de la mortalidad y el aumento de la esperanza de vida se han debido a los progresos médicos y sanitarios, las mejoras en la higiene y en la dieta y la elevación del nivel educativo y cultural.

Las consecuencias del envejecimiento afectan al futuro de las pensiones, a la salud y a la integración social:

– La financiación de las pensiones no depende de las cotizaciones efectuadas por los jubilados durante su época de actividad, sino de las que realizan los activos de cada momento. El incremento del número de ancianos y la reducción de los activos implicará modificaciones importantes en el sistema de pensiones.

– En relación con la salud, los ancianos consumen un elevado número de estancias hospitalarias, recetas y visitas médicas. Ello exige recursos crecientes y su distribución en relación con la localización geográfica de los ancianos, prestando atención a los municipios rurales, donde el envejecimiento es fuerte y los equipos sanitarios escasos.

– Socialmente, el envejecimiento plantea problemas de residencia, pues cada vez son más los ancianos que no desean o no pueden ser acogidos por la familia y buscan instalarse en residencias privadas o públicas, que actualmente son insuficientes. Por otro lado, hay que tener en cuenta la necesidad de planear para ellos actividades que les permitan distraerse y sentirse útiles.

3. Hechos históricos que han tenido repercusiones demográficas

Los entrantes y salientes de la pirámide permiten conocer los hechos que han tenido repercusiones demográficas en los últimos cien años. Empezando por la cima de la pirámide, pueden detectarse los siguientes:

– En las últimas barras de la pirámide se observa una clara disminución de los efectivos de hombres respecto a los de mujeres, que se debe a la sobre mortalidad masculina y a la mayor esperanza de vida de las mujeres, pero también a que se encuentran en esta fase los muertos de la Guerra Civil: los varones que nacieron entre 1909 y 1923 estaban en edad de combatir cuando estalló la guerra civil (tenían entre 20 y 30 años en 1936) y fueron al frente. E los nacidos entre 1914 y 1918 (80-84 años) se aprecia una reducción notable de efectivos por la epidemia de gripe de 1918, que produjo descenso de natalidad y una elevada mortalidad que afectó principalmente a colectivos jóvenes con lo que supuso también provocar una generación perdida en las siguientes décadas ya que había menos población en edad fértil.

– Entre 1939 y 1958 (59-40 años) se aprecia la repercusión de la Guerra Civil y la posguerra:

• 1939-1943: entrante correspondiente al descenso de natalidad durante la Guerra Civil y a los exiliados políticos, agravado porque los adultos en edad de procrear eran también escasos (generación hueca, consecuencia del descenso de natalidad durante las guerras de finales del XIX y de la epidemia de gripe de 1918).

• 1944-1958: mediocre fecundidad durante la posguerra, en la que no se produjo el baby boom posbélico a pesar de la política natalista franquista, debido a las malas condiciones que atravesaba el país tras la Guerra Civil: bloqueo internacional al régimen de Franco, autarquía económica, desabastecimiento y carestía.

– Entre 1959 y 1978 (39-20 años) hay un saliente de cuatro escalones con distinta intensidad:

• 1959-68 el saliente corresponde al boom de la natalidad (para algunos el boom posbélico retrasado) debido a:

- El abandono paulatino de la política autárquica que culminó con el Plan de Estabilización de 1959.

- El desarrollo económico de los años sesenta: mecanización del campo, auge de la industria y desarrollo del turismo.

- La disminución de la mortalidad infantil y maternal posparto por la mejora de la medicina y la generalización de los nacimientos en clínicas. El boom pudo haber sido todavía mayor de no haber sido por una importante corriente migratoria a Europa, que, recuperada tras la Segunda Guerra Mundial, ofrecía abundantes puestos de trabajo, que atraían principalmente a la población joven y a la adulta joven (la que está en edad de procrear).

• 1969-1978: los efectivos se estabilizan porque es la época de auge de la emigración del campo a la ciudad, que obligaba a reducir el tamaño de la familia. Además, corresponde ahora procrear a las generaciones menos numerosas nacidas durante la guerra y la posguerra (una menor cantidad de personas tiene un menor número global de hijos).

– Entre 1979 y 1998 (19-0 años) hay un entrante de cuatro escalones debido a la reducción de la natalidad causada por los factores ya comentados: la crisis de 1975 y la situación económica que le siguió; el retorno de los emigrados; el cambio de mentalidad, y el aumento del nivel de vida y cultural que propicia nuevos comportamientos demográficos propios de una población que ha realizado su transición demográfica y se encuentra en el modelo demográfico moderno (bajas tasas de natalidad y mortalidad y bajo crecimiento natural). Todas estas causas habrían dado lugar a un descenso de la población todavía mayor de no haber sido por el efecto compensador de la inmigración.

– Consecuencias: A pesar de la ligera y reciente recuperación de la natalidad, los expertos pronostican la continuación del descenso de los nacimientos, dado que no se han alterado las causas que lo motivaron, esta realidad pondrá en riesgo el sistema de pensiones al reducirse los efectivos de la población activa. Del mismo modo se darán otras consecuencias sociales y sanitarias.

Se calcula que en la decada de los 40 la tasa de dependencia, esto es población que no produce pero que demanda servicios y contribuciones, será la mitad de la población. Por otro lado faltará gente para sustituir a la población jubilada, se calcula para el 2040 que la tasa de sustitución demográfica será del 60%, Por esto se calcula que Euskadi necesitará anualmente la llegada de 7000 inmigrantes.

El gasto sanitario aumentará, ya que la gente de más edad demanda mayor número de cuidados. Habrá que hacer importantes inversiones en residencias, y atención a ancianos dependientes.

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