II Encuentro de Ministros y Responsables de la Política ...



II Encuentro de Ministros y Responsables de la Política Cultural de América Latina y el Caribe

DISCURSO DE APERTURA DEL II ENCUENTRO DE MINISTROS DE CULTURA DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE A CARGO DEL EXCELENTÍSIMO SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPUBLICA ARGENTINA, DR. CARLOS SAUL MENEM.

"VAMOS JUNTOS, MANO A MANO, PUEBLO A PUEBLO, A CAMBIAR LA HISTORIA"

"Señoras y Señores, hermanas y hermanos de Argentina y de Latinoamérica".

Se me ha honrado con esta distinción para poner en marcha este Congreso de la Cultura Latinoamericana, de la Cultura del Caribe, en definitiva de estas culturas que se reducen a una sola cultura en la posibilidad de hacer una realidad la propuesta de integración latinoamericana.

La cultura es el único patrimonio real de los pueblos. Es nuestra memoria colectiva, nuestra esencia y nuestra tenencia. Si existe algún futuro para nuestros pueblos, ya está escrito por la cultura.

Se ha dicho con verdad que todo es historia, pero yo digo más: en la vida de los pueblos, todo es cultura. Y todo debe ser cultura para todos.

La política misma es, ante todo, un hecho cultural que al estar de la definición aristotélica es una ciencia y un arte que tiende al bienestar común. Cuando en ese terreno proverbial de la amistad Argentina, nuestros hermanos dicen su coloquial: "A ver si nos entendemos", invocan el punto de partida mismo de toda cultura: entenderse, entenderse entre todos.

Desde esa singular y plural comunidad sangrada de las esperanzas, los sentimientos, las ideas que, si bien no se matan, a veces se hieren a muerte y cuya defensa atañe a todos nosotros. Invirtiendo un inolvidable verso de nuestro Jorge Luis Borges, debemos tener la alta conciencia de que no nos unen el espanto sino el amor.

Amor ante todo, a la cultura, que es la mejor manera colectiva de amarse a sí mismo como al prójimo.

La cultura de un país integra, en efecto, sus "señas particulares visibles".

Hermanos de Latinoamérica y el Caribe, hermanos de la Patria grande: conmueve todas mis fibras abrir este Encuentro con ustedes porque, aparte del importante temario que se ahondará, reviste a mi juicio, un significado entrañable. Que es precisamente un "a ver si nos entendemos" pronunciado entre todos nosotros y entre todos los pueblos que integran esta inmensa geografía territorial de América Latina y del Caribe.

Son muchos los puntos de unión: el idioma, la amistad, en gran parte la religión, este proyecto cultural, social y político de integración Latinoamericana.

Compartimos tantos rasgos comunes en esas "señas particulares visibles", que hacen a la identidad histórica, que estoy seguro de que entendernos no implica una mera formulación de deseos. Es ya un hecho, precisamente, un hecho cultural. El propio Encuentro de ahora lo prueba.

Entendernos ha dejado de ser una preocupación intelectual para convertirse en una ocupación, una tarea, un oficio de vivir hermano y latinoamericano. Un modo de encarar inteligentemente esta espléndida "Residencia en la tierra", como diría Pablo Neruda.

El mundo es ancho pero no es ajeno y estamos en él, todos tenemos derecho a la cultura. Garantizado el acceso y la participación de la comunidad en la producción y libre circulación de los bienes culturales. Por eso, acorde con el llamado que hicimos al inicio de nuestro gobierno, hoy cabría agregar: "Unidad Latinoamericana: Levántate y Anda". Para ello, nuestro proyecto nacional parte de la unidad como condición imprescindible de la revolución productiva, que nos proyectará a la integración Latinoamericana.

Sí, como dije en el mensaje a la Asamblea Legislativa el 8 de Julio, ser soberano es no aislarse, repito ahora: nosotros vinimos a decirle que no a todas las falsas soberanías. No, a la soberanía del hambre. Del hambre del cuerpo y del alma. No, a la soberanía de la aldea. Sí, en cambio, a abrirse soberanamente a los hermanos de nuestra patria. Sí, en cambio, a abrirse soberanamente a los hermanos de nuestra patria grande. Consolidando y ampliando los acuerdos logrados en todos los campos. Para que nuestros principios doctrinarios se materialicen en realizaciones concretas, que lleven, especialmente en la vida cultural, en el ámbito de vida digno a todos los Latinoamericanos. Y así pasarnos la cultura de mano en mano, como los obreros los ladrillos al pie de una obra en construcción. Esa obra en construcción es el hogar de nuestra patria. Esa obra en construcción es la patria grande de Latinoamérica. Esa obra en construcción es el mundo, nuestra casa. La piedra fundamental de ese hogar, la bandera de esa patria y el pasaporte a ese mundo es la cultura.

Por eso señores ministros, embajadores, hermanas y hermanos en la cultura, si alguna vez se ha dicho "La imaginación al poder" yo digo también: Poder a la imaginación.

Y celebro como el que más tenerlos aquí reunidos, convocados alrededor de estas grandes asignaturas pendientes: La libre circulación de bienes y servicios culturales en Latinoamérica y el Caribe, y la futura Red Latinoamericana de Comunicación Social.

Y tan "asignaturas pendientes" son estas cuestiones que ustedes vienen a tratar, que ya en 1947 las supo ver el General Perón, cuando señaló: "lo que nos toca hacer es incrementar la cultura, pulirla y elevarla".

Hemos de pasar de la etapa primera de asimiladores de cultura a la de creedores de cultura. Hemos de sentar las bases de un porvenir esplendoroso...

Nuestro horizonte cultural ha de perderse en la lejanía, como el infinito marca la Única salida posible de nuestras Pampas. Nuestros anhelos de superación han de ser arraigados y potentes como creo que sienten cuantos me rodean.

Pero no debe ser una fugaz llamada ni una esporádica ilusión de resortes que muevan nuestros esfuerzos: ha de ser la consagración de todas nuestras voluntades.

En cuanto a la diversidad representativa de todas las expresiones creadoras, en cuanto a esa pluralidad que es la base de una cultura en libertad, no dirigida ni sectaria, lo subrayó Perón, también: "Queremos una Argentina grande por la generosidad de sus sentimientos, grande por la potencialidad de los bienes con que Dios la ha prodigado, grande por el espíritu esforzado y por el temple criollo de sus hijos. Y grande, en fin, por su contribución al progreso de la cultura universal".

Yo lo reafirmo con la amplia convicción y en defensa de la causa de la vida.

No deseamos una cultura oficial ni dirigida, no deseamos un molde uniforme al que se sujetan los universitarios, no queremos hombres adocenados y obsecuentes a una voz de mando.

Hermanas y hermanos de la Cultura: La Cultura no puede ser estatista ni estatal, pero el estado tiene que señalarlo desde la promoción cultural: La ignorancia, el no-acceso a la cultura por parte de todos, la desunión entre los países que hablamos del mismo modo, que pensamos igual, que soñamos unánimemente, es el vasallaje real, y el terrorismo y la suma del poder de las tinieblas, en un mundo que ha cambiado de signo para que, entre todos, cambiemos la historia.

Por eso mi invitación final es una y sola una: Vamos juntos, mano a mano. Hermano a hermano, pueblo a pueblo, patria a patria, nación a nación, himno a himno, bandera a bandera, canto a canto.

Vamos juntos, bien juntos, a cambiar la historia. Y, en definitiva, tengamos para nosotros lo que dijo Juan Pablo II: "La cultura también es fundamentalmente una obra de amor".

Mucha suerte, gracias por venir y Dios los bendiga.

................
................

In order to avoid copyright disputes, this page is only a partial summary.

Google Online Preview   Download