La Tumba del Apóstol Santiago E

[Pages:3]INFORMES OFICIALES

La Tumba del Ap?stol Santiago

por D. Manuel Vidal Rodr?guez.--Santiago, 1924; 229 p?ginas, con 100 fotograbados.

EL informe de esta obra, pedido por la Superioriridad a los efectos del art?culo primero del Real decreto de i.? de junio de 1900, puede emitirse, a juicio del ponente, en los t?rminos que a continuaci?n se expresan:

Reunir cuidadosamente en un volumen de f?cil e instructiva lectura las tradiciones, datos y noticias referentes a la traslaci?n a Espa?a de los restos del Ap?stol Santiago, de su sepultura y su magn?fica Catedral, poniendo de relieve lo que ellas y el culto secular significan en la Historia: tal ha sido el designio del autor, quien, mirando a la realidad, ha tenido en cuenta la relaci?n que todo ello guarda con la naturaleza del pa?s, con los restos arqueol?gicos y con lo que el arte ha perpetuado.

Al estudiar el itinerario posible seguido por los disc?pulos de Santiago en la traslaci?n de sus venerados restos, desde que desembarcaron en la R?a de Arosa, se?ala y reproduce los sitios, restos de v?as romanas y de puentes; la ciudad romana de Iria Flavia (reducida a Padr?n); el Castro de Lupario, con sus murallas c?lticas, y donde la legendaria reina Lupa prest? sus bueyes para la expresada conducci?n; el Pico Sacro; tratando de todo ello con sana cr?tica y utilizando lo que sobre alguno de esos particulares escribieron el padre

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Fita y otros autores. Tema capital, puede decirse, del libro es lo referente al sepulcro del Ap?stol, de cuya invenci?n, reconocida por Teodomiro, obispo de Iria, y por el rey Alfonso II el Casto, se originaron el culto mantenido a trav?s de los siglos, con las peregrinaciones, que tanta importancia tienen en la Historia, y la primitiva Catedral. Habla de ella y de la definitiva, que es gloria del arte y en la que inmortaliz? su nombre el maestro Mateo. Se ocupa luego del mausoleo del Ap?stol, cuyos cimientos y pavimento de mosaico descubri? el benem?rito historiador de la iglesia compostelana, clon Antonio L?pez Ferreiro.

Cinco cap?tulos dedica el autor a las famosas peregrinaciones a Compostela, realizadas desde el siglo ix, no solamente por los monarcas de los reinos cristianos espa?oles medievales, sino por otros pr?ncipes, prelados, magnates y gentes de varia condici?n de toda Europa, de Asia y de ?frica. Es esta parte acaso la m?s interesante del libro. Se?ala primeramente las distintas rutas seguidas por los peregrinos, los que ven?an por tierra, pasando por uno u otro punto los Pirineos, hasta ganar el camino llamado franc?s, que desde Puente de la Reina, por Estella, Burgos y Le?n, les conduc?a a Compostela, y los que arribaban por mar desembarcando en alg?n puerto del Cant?brico o en el de Noya. Nombra despu?s los egregios personajes que se contaron entre los peregrinos, con especial menci?n de Guido de Bordona, obispo de Vienne, luego Pont?fice, Calixto II, que nos ha dejado la m?s cumplida noticia de la variada muchedumbre de peregrinos "de todos climas del mundo", de "todas lenguas, tribus y naciones".

Despu?s de una curiosa recopilaci?n de la literatura jacobea se?ala los dos aspectos iconogr?ficos con ciue se ha representado a Santiago: como peregrino en la imagen venerada de su santuario, y que ha ciado tugar a las figuras e industria de la azabacher?a, y la

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BOLET?N DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA

de Santiago caballero en la batalla de Clavijo, cual le representa un t?mpano de la misma Catedral.

Cumplido homenaje al insigne historiador de ella, L?pez Ferreiro, es la bibliograf?a de sus numerosos trabajos, a la que sigue la general y copiosa referente al Ap?stol y a Compostela.

Como el mismo autor expresa en el pr?logo, se trata de un libro de vulgarizaci?n, escrito para la gran masa de p?blico, al que no son asequibles obras costosas y trabajos parciales y dispersos, citados en la bibliograf?a. Y a fe que realiza cumplidamente el prop?sito, demostrando singular acierto y ponderaci?n al tratar los distintos temas que se le ofrecen para ilustrar sobre ellos al lector acerca de lo que Santiago de Compostela significa en la Historia. Por ello y el se?alado servicio que a la cultura ha prestado el se?or Vidal con su libro, justo es reconocer al mismo el m?rito relevante que la ley pide a las obras que por su utilidad deban figurar en las Bibliotecas del Estado.

La Academia, con superior criterio, resolver?.

JOS? RAM?N M?LIDA.

Aprobado en sesi?n de 11 de noviembre.

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