University of California, San Diego



Desigualdad, territorio y pertenencia étnico-racialMaria Nilza da SilvaResumenEl objetivo de este trabajo es presentar una parte de los resultados obtenidos en un estudio realizado sobre la población negra de la ciudad de Londrina. La investigación toma como referencia, a partir del territorio, el estudio de las condiciones de vulnerabilidad vividas. Para ello se utilizaron una metodología cuantitativa, basada en los datos del IBGE y una cualitativa, a partir de entrevistas en profundidad, realizadas a pobladores de las periferias de la ciudad. La segregación y situación de pobreza alcanza a gran parte de la población negra de la ciudad, lo cual reproduce la realidad vivida por muchos negros en Brasil. El trabajo analiza la influencia del sentimiento de pertenencia al grupo étnico-racial como probable elemento para la reproducción de las desigualdades.IntroducciónCuando pensé en la posibilidad de escribir este texto y proponer una comunicación, en 2011, la ciudad de Londrina, ubicada en la Región Norte del estado de Paraná, era tema de varias propagandas que la presentaban como una nueva ciudad, y según algunos, como una metrópolis. Pero en las mismas, ciertas informaciones fueron, y son ocultadas. Es el caso de desafíos, semejantes a los que se presentan en muchas ciudades brasile?as, como la segregación de una parte de su población, la enorme violencia, la pobreza, la ocupación de áreas irregulares, entre otros problemas. En el caso de la población negra de la ciudad, como en otras regiones del país, es víctima de discriminación y habita territorios estigmatizados, periféricos y con mayor probabilidad de sufrir violencia. Es esa realidad que por medio de este trabajo se quiere mostrar, pues la ciudad, a lo largo de su existencia, se esmeró para mostrar la imagen de una Londrina moderna e importante, como una metrópolis. En especial, se trató de hacerla visible como una ciudad blanca, sin la presencia de negros, indios y pobres. Como fue mencionado en un trabajo anterior, algunos sitios (Internet) de las prefecturas de varios municipios de Paraná, tratan de enaltecer la presencia de la población de origen europeo, como elemento valorativo del municipio. En ese sentido recordamos que forma parte del imaginario social la ideología del “blanqueamiento”, cuyo desconocimiento constituye uno de los mayores problemas para el reconocimiento de la identidad nacional. Muchos negros que, en su mayoría, no tuvieron la oportunidad de conocer el proprio origen, historia y cultura pueden manifestar dificultades en el reconocimiento de la propia identidad racial.Desde el período siguiente a la abolición, las políticas urbanas del país, juntamente con otras políticas públicas, en particular las referentes a la educación brasile?a, han intentado con éxito, salvo raras excepciones, esconder y excluir una parte significativa de la población brasile?a, cuyo índice alcanza el 51%. Y en Londrina el contingente de población negra es del 26%. La ciudad de LondrinaPara comprender algunos aspectos de la trayectoria del negro de Londrina es necesario conocer un poco de la historia de esta localidad, considerada promisora y ya un significativo ejemplo de lo que se popularizó en ser llamado, en términos de propaganda para el desarrollo, el “Sur maravilla del Brasil”. La ciudad de Londrina es una de las principales del Sur y la segunda del Estado de Paraná. Fundada en 1934, es referencia debido a su importancia social, económica, cultural y política. Su población se caracteriza por la heterogeneidad étnica, resultado de la presencia de inmigrantes, de sus descendientes y de los llamados “brasile?os”.? Pero la historia de la población negra es, todavía hoy, poco conocida y estudiada en la ciudad, en la que se destaca la presencia del “brasile?o” y del inmigrante. Al referirse al poblamiento de la ciudad, Nelson Tomazi (1997) llama la atención sobre la exclusión y la violencia sufrida por la población nativa de la región del norte de Paraná durante el proceso de colonización y explica que era excluido del plantel de las fuerzas representativas de la región aquél que no fuese propietario y no se encuadrase en los modelos de los que se volvieron íconos del desarrollo de una próspera y promisora ciudad: inmigrantes y sus descendientes “emprendedores”, due?os de tierras y otros bienes inmuebles y muebles, o sea, los “elegidos” por sus potencialidades y capacidades de hacer. Como si un grupo que usufructuaba de beneficios y apoyo de todo tipo (tierras, dispensa de ciertas tasas, crédito bancario, etc.) pudiese, por sí sólo – mismo con todo ese soporte institucional -, ser empresario para hacer surgir algo sin mano de obra barata y trabajo precario. El cuadro socioeconómico de Londrina está directamente relacionado al capitalismo, que provocó la concentración de mano de obra en las regiones metropolitanas de las principales ciudades, como S?o Paulo, Rio de Janeiro, Belo Horizonte, Porto Alegre, Recife y Salvador, y recibió la migración e inmigración para dinamizar el proceso urbano-industrial, dejando de lado a la población negra. Las consecuencias de esa realidad se expresan a través de las desigualdades que, en la actualidad, aparecen en todos los indicadores sociales. Hoy, los negros representan el 26% del total de la población de la ciudad, constituyendo el contingente más vulnerable pues habita las franjas periféricas de la ciudad y está más sometida a la violencia policial. Y, como en otras regiones del país, sufre las consecuencias del racismo que se expresa a través de las desigualdades de oportunidades en todos los aspectos sociales.Londrina, una nueva metrópolis?La ciudad de Londrina es considerada una de las principales del Sur de Paraná y la segunda del estado. Ya supera los 500 mil habitantes, según el Censo del Instituto Brasileiro de Geografía y Estadística – IBGE- de 2010, que llega a 506.701 habitantes. Ya le cabe el concepto de ciudad mediana y pasó a ser considerada una de las 40 ciudades más importantes del país. En esa perspectiva, algunos medios de comunicación motivados especialmente por intereses mercadológicos y comerciales, empezaron a considerar y publicar temas sobre la ciudad, refiriéndose a la misma como metrópolis. Las informaciones tratan de mostrar una ciudad de gran potencial y, en especial, los beneficios de una metrópolis, aunque no siempre muestran los innúmeros problemas de una ciudad que no estaba preparada para un rápido crecimiento y, particularmente, las cuestiones relacionadas a la segregación urbana y a la de determinados grupos sociales. Como analizaremos, los grandes problemas sociales deben ser llevados muy en cuenta cuando, a la fuerza, se intenta transformar una ciudad del interior en metrópolis, y principalmente cuando intereses políticos y económicos están presentes, ni siempre en sintonía con los de la mayoría de la población local. Debe considerarse además que las metrópolis constituyen concentraciones urbanas repletas de problemas, óptica bajo la cual Londrina también podría ser considerada una metrópolis, por el desempleo, la violencia, la discriminación y el racismo.El Sur del país posee 12 regiones metropolitanas. Según el estudio realizado por el Observatorio de las Metrópolis, las regiones metropolitanas se multiplican sin contar con una política adecuada. Las RMs crecen en importancia demográfica y económica, los antiguos problemas, sin embargo, permanecen con tendencia a intensificarse, como ocurre con los problemas relacionados a la violencia, a la desigualdad y a la segregación de determinados grupos sociales. Las metrópolis están hoy impregnadas de problemas. Sobre el tema de la metrópolis en Londrina Fábio Cunha (2005) afirma:…la iniciativa de instituir la Región Metropolitana de Londrina se inscribe dentro de una representación social “Londrina Metrópolis” que se fue construyendo a lo largo del desarrollo de la ciudad y región. Esta representación es consecuencia de otras representaciones que existieron desde la fase pionera, en las décadas del 30 y 40 – incluso antes – cuando esta ciudad ya “nace” con el objetivo de ser el centro regional de actuación de la Compa?ía de Tierras del Norte de Paraná – CTNP. En el período inicial, las representaciones “Londrina Nuevo Eldorado” y “Londrina Nueva Canaán”, fueron siendo construidas y propagadas con el objetivo de divulgar en el Brasil y en el mundo las fértiles tierras del norte de Paraná. En un segundo momento, empezaron a ser vehiculadas por las propagandas de venta de los lotes de la Compa?ía de Tierras. Estas representaciones construyeron un discurso que se trató de promoverlo tanto en Brasil como en el exterior, cargando consigo la idea de que la región de Londrina era, en aquel momento, el “Nuevo Eldorado”, la “Nueva Canaán” (CUNHA, 2005).Rosa Moura cita a Milton Santos para definir la metrópolis: La noción de metrópolis, que en la visión de Santos “son los mayores objetos culturales jamás construidos por el hombre”, está en la base de la mayoría de las definiciones que califican a las principales aglomeraciones urbanas de un país – estando presente en todos los arreglos, o acomodos, urbano-regionales identificados en territorio brasile?o. Está asociado el proceso de urbanización, concretizándose por la extensión y densificación de las grandes ciudades (Moura, 2009, p. 55).No obstante, dejan a un lado los profundos problemas vividos por gran parte de la población, como los problemas raciales y de segregación experimentados por ciertos moradores. Parece ocurrir, en este momento, un agravamiento de los problemas sociales debido a la falta de planeamiento para una ciudad de más de 500 mil habitantes. Londrina: desigualdad y segregación La población de la ciudad convive cotidianamente con las dificultades de acceso a la salud, la falta de acceso a la educación de calidad, entre otras desventajas y carencias. Y, el caso de los negros, ellos son víctimas del racismo y, más frecuentemente, de la violencia policial. Sin embargo, y al mismo tiempo, algunos encuentran estrategias de sobrevivencia con capacidad de hacer peque?as “negociaciones” con el poder público, como, por ejemplo, a través de las manifestaciones populares, obligando a las autoridades a rever determinadas decisiones. Al analizar la problemática de la segregación, Henri Lefebvre (2008), afirma que la vida cotidiana es “decupada” y fragmentada así como el ser humano está fragmentado en su ser. Dice el autor:He aquí una vida cotidiana bien “decupada” en fragmentos: trabajo, transporte, vida privada, entretenimientos. La separación analítica los aisló como ingredientes y elementos químicos, como materias brutas (cuando en verdad resultan de una larga historia e implican una apropiación de la materialidad). Aún no acabó. He aquí el ser humano desmembrado, disociado. Aquí los sentidos, el olfato, el paladar, la visión, el tacto, la audición, unos atrofiados, otros hipertrofiados. He aquí ellos funcionando separadamente, la percepción, la inteligencia, la razón. Aquí la palabra y el discurso, lo escrito. Aquí la cotidianidad y la fiesta, esta última moribunda. Con toda certeza, y con la máxima urgencia, es imposible continuar en esa situación (LEFEBVRE, 2008, p. 101)Para Lefebvre, el derecho a la ciudad presupone la necesidad de que esa fragmentación sea superada para que el ser humano pueda vivir en plenitud. Al analizar el derecho a la ciudad y a lo urbano, considerado como “derecho a la libertad, a la individualización en la socialización, al habitat y al habitar”, el autor afirma que el ser humano debe tener sus necesidades satisfechas. En este sentido podemos afirmar que gran parte de la población no tiene sus necesidades satisfechas y, en el caso de los negros, ante la situación de pobreza, discriminación, racismo, segregación, fragmentación el ser individual tiene dificultad para satisfacer sus necesidades básicas:Las necesidades sociales tienen un fundamento antropológico; opuestas y complementarias, comprenden la necesidad de seguridad y de apertura, la de la organización del trabajo y la de juego, las necesidades de previsibilidad y de lo imprevisto, de unidad y de diferencia, de aislamiento y de encuentro, de trueques y de inversiones, de independencia (incluso de soledad) y de comunicación, de lo inmediato y de perspectiva a largo plazo. El ser humano tiene también la necesidad de acumular energías y la necesidad de gastarlas, y hasta de desperdiciarlas en el juego. Tiene necesidad de ver, de oír, de tocar, de degustar, y la necesidad de reunir esas percepciones en un “mundo”. A esas necesidades antropológicas socialmente elaboradas (o sea, ora separadas, ora reunidas, aquí comprimidas y allí hipertrofiadas) se suman necesidades específicas, que no satisfacen las exigencias comerciales y culturales que son más o menos parsimoniosamente llevadas en consideración por los urbanistas. Se trata de la necesidad de una actividad creativa, de obra (y no apenas de productos y de bienes materiales consumibles), necesidades de información, de simbolismos, de imaginario, de actividades lúdicas. A través de esas necesidades específicas vive y sobrevive un deseo fundamental, del cual el juego, la sexualidad, los actos corporales tales como el deporte, la actividad creadora, el arte y el conocimiento son manifestaciones particulares y, que superan más o menos la división parcelar de los trabajos. En fin, la necesidad de la ciudad y de la vida urbana sólo se expresa libremente en las perspectivas que intentan aquí aislarse y abrir horizontes. (LEFEBVRE, 2008, p. 105)El problema de la segregación racial continúa presente en nuestro cotidiano. Ante la persistencia de la situación en diferentes contextos sociales vale la pena revisitar algunos autores clásicos que tratan das relaciones raciales y de la segregación espacial. El mapa de la ciudad de Londrina y de la distribución de la población negra muestra la concentración de los negros en las regiones más pobres y periféricas tanto en la zona Sur como en la zona Norte. Distribución de la población negra en la ciudad de Londrina – Censo 2010Los estudios sobre las ciudades, en general, han sido realizados abordando sus características a partir del desarrollo del siglo XIX, cuando ocurre un acelerado proceso de urbanización. Sin embargo, Londrina escapa a esa caracterización. Por el hecho de ser joven, la ciudad podría presentar una característica más inclusiva, de mayor aceptación con respecto a los negros, casi todos migrantes, pero éstos siguen siendo eternos extranjeros en su propio territorio. Extranjeros en un sentido más complejo, ya que una de las características de los extranjeros de Paraná fue la creación de determinadas comunidades donde se mantiene cierta endogamia, para garantizar la propia sobrevivencia socioeconómica y cultural, tanto en las regiones rurales cuanto en las áreas metropolitanas, como ocurrió en el caso de los ucranianos, poloneses y alemanes en Curitiba. Según el Instituto Brasileiro de Geografía y Estadística -IBGE- en 2001 la población negra de la ciudad estaba constituida por el 21,74% y en 2010 pasó para un 26,06%. El contingente de población de color pardo es de 110.305 personas y 21.791 de color negro, lo cual totaliza un 26% de la población de 506.701 habitantes. No ha sido posible trabajar con los datos comparativos de los censos de 2001 y 2010. Como en todas las regiones del país, la situación socioeconómica de la población negra de la ciudad presenta desventajas cuando se la compara con los otros grupos. La investigación llevada a cabo en Londrina, muestra una población pobre, que habita en su mayoría la periferia de la ciudad, donde hay problemas de infraestructura y falta de acceso a los servicios que constituyen derechos básicos. Ello se ha acentuado a pesar de una política cuyo objetivo es mejorar la situación de las personas más pobres y vulnerables, principalmente por la falta de casa. El programa “Minha Casa Minha Vida” (Mi Casa Mi Vida), está presente en algunas áreas, pero carece de cualquier tipo de infraestructura, como es el caso del barrio Jardín Vista Bela. Lo que las personas esperaban como la realización de un sue?o, para algunos se ha transformado en una pesadilla. Es que se pensó en las casas pero no hubo preocupación alguna en preparar el barrio para recibir a las personas. Faltan escuelas, supermercados, farmacias, salas de primeros auxilios, transporte adecuado, etc. O sea, es como si los pobres no tuvieran necesidad de infraestructura, como muestran muchos artículos de periódicos; por ejemplo, el diario refiriéndose al proyecto de construcción de una escuela modular, en carácter provisorio. Así lo registra Bet?nia Rodrigues en parte de la noticia: Se encuentra en la Secretaría Municipal de Gestión Pública de la Prefectura de Londrina, un proyecto de la Secretaría de Educación que prevé la instalación de una escuela modular y prefabricada en el Residencial Vista Bela, ubicado en la zona norte de la ciudad. La medida visa atender, como emergencia, cerca de 500 estudiantes de la Ense?anza Fundamental (Primaria) y 300 ni?os menores de seis a?os que, al mudarse para el barrio, enfrentan la falta de estructura escolar en las proximidades (...).El Residencial Vista Bela fue entregado en 2011 y a pesar de contar con más de dos mil familias, durante su ejecución no fue programada la construcción de escuelas y Centro de Educación Infantil –CEI- (guarderías) para atender esa nueva demanda. Ante ese problema, los alumnos precisan recorrer algunos quilómetros para llegar a las escuelas y guarderías más cercanas. Mientras tanto, la secretaría municipal de educación está ofreciendo transporte para llevarlos a las escuelas donde ellos todavía están matriculados.Cuando se reflexiona sobre esa realidad presentada como modelo para seguir, cabe hacerse la siguiente pregunta: Será que en un barrio de clase media/alta como por ejemplo el barrio Gleba Palhano, sería construida una escuela modular (prefabricada), en carácter provisorio? Por qué realidades tan dispares para una ciudad que se dice modelo para el Brasil? Esto es poco cuestionado. Parece algo normal la existencia de diferentes categorías de ciudadanos. Cuando nos deparamos con la realidad de la población negra, la situación queda más grave todavía. Un cotidiano segregado y violentoAlgunos estudios han mostrado que la violencia en Brasil, que antes se concentraba en regiones de aglomerados urbanos, en los últimos a?os se ha dislocado para las ciudades del interior. Londrina, aunque sea considerada una gran ciudad por sus habitantes, es una ciudad de interior, provinciana, de porte mediano. El Mapa de la Violencia, realizado por Julio Jacobo WAISELFISZ muestra el problema de las muertes por homicidio que aumentaron un 83% entre los a?os 2000 y 2010. En 2000, el número fue 112 y en 2010 creció para 206, con picos en los a?os 2003 y 2004 que llegan a 262 y 261 respectivamente. Respecto al estudio publicado en 2004, el autor recuerda:“Desmembrando (la serie analizada 1993/2002) en dos períodos, en el primero, de 1993 a 1999, los índices de crecimiento de los homicidios en las capitales y municipios de las regiones metropolitanas, superan el doble de los índices de crecimiento del interior de los estados. Pero en el segundo período – 1999 a 2002 – aumentan drásticamente los índices anuales de crecimiento de los homicidios en el interior un 8% aa, mientras que los índices bajan considerablemente en las capitales y regiones metropolitanas. Esto estaría indicando una fuerte tendencia del traslado de la violencia homicida al interior.” Más recientemente, en el último Mapa de la Violencia, divulgado en febrero de este a?o, se?alábamos la existencia de dos “procesos concomitantes de desconcentración. Por un lado, (...) un fenómeno de interiorización de la violencia homicida. Si hasta 1996 el crecimiento de los homicidios se concentraba en las capitales y en los grandes conglomerados metropolitanos, entre 1996 y 2003 ese crecimiento prácticamente se detiene y el dinamismo se transfiere a los municipios del interior de los estados. A partir de 2003, los índices medios nacionales de las capitales y regiones metropolitanas comienzan a disminuir, mientras las del interior siguen creciendo, pero con un ritmo más lento (....). Esos mismos factores parecen impulsar un segundo tipo de desconcentración, ahora entre los estados” (WAISELFISZ , 2012, p 41-42)Para comprender mejor la trayectoria de la población negra de la ciudad, presentamos algunos testimonios que ilustran la situación de los negros que viven en las regiones periféricas de la ciudad. Es oportuno destacar que esa realidad no difiere de la experiencia vivida por la mayoría de la población negra de otras regiones del país. Nuestra mayor preocupación es mostrar esa realidad, aunque presente características semejantes a otras experiencias, teniendo en vista el principal objetivo de los estudios desarrollados sobre los negros en Londrina y hacer visible la trayectoria de parte de la población de Londrina que está ausente de la historia oficial de la ciudad. En busca de la superación de las dificultades y del incentivo al reconocimiento de la propia identidad, se cree que la visibilidad de la historia, de la cultura y de la experiencia de esa población pueda contribuir para el proceso de reducción de las desigualdades y, sobre todo, haga posible la creación de estrategias a fin de combatir el racismo y las desigualdades raciales.El origen de los londrinensesUno de los aspectos que nos llamó la atención es que la mayoría de los entrevistados son migrantes. De 57 entrevistados, solamente once nacieron en Londrina, otros 34 migraron para la ciudad en busca de mejores condiciones de vida, especialmente motivados por la propaganda de la Compa?ía de Tierras, propiedad de ingleses, principal responsable de la colonización de la región en las décadas del 30 y 40 del siglo XX.A continuación vemos el relato de Maiara sobre su origen y el de sus padres, que, como la mayoría de los padres de los demás entrevistados, son originarios de los estados de Bahía, Minas Gerais y S?o Paulo:Mis padres son de otro Estado, de Bahía. Ellos vinieron de Bahía para acá. Nacieron allá, quedaron hasta la edad de casarse, después que se casaron quedaron un poco allá hasta tener los dos primeros hijos. Entonces vinieron en busca de una vida mejor. Fueron para el Estado de S?o Paulo, quedaron poco tiempo también, después se instalaron en Paraná (....). En Paraná pasaron por Loanda primero hasta llegar a Londrina (...) En Londrina, estoy hace casi cuarenta a?os, porque llegué aquí entre los 8 y 10 a?os de edad (Maiara, 48 a?os, Due?a de Casa).Cuando se analizan los datos socioeconómicos relacionados a la población negra de Londrina revelan, como en otras regiones, una realidad de desigualdad cuando se comparan con los de otros grupos de color/raza. Muchos empezaron a trabajar cuando eran ni?os; tuvieron pocas oportunidades para estudiar debido a la necesidad de trabajar y a las experiencias de discriminación sufridas en el ambiente escolar. La mayoría no tuvo oportunidad de adquirir una calificación profesional, lo que llevó a ejercer actualmente oficios que no exigen un proceso de aprendizaje, como es el caso de empleada doméstica, portera, cocinera, cerrajero, cargador, auxiliar de servicios generales, carpintero, alba?il, entre otros. Cuando las profesiones ejercidas exigían calificación, esta se realizaba concomitante con el trabajo. Sobre el barrio, Ana afirma que el hecho de no vivir en el barrio Jardim Uni?o da Vitória también fue muy complicado, pues, además de enfrentar el preconcepto y el racismo debido al color de su piel, existen todavía prejuicios relacionados al barrio donde se vive. Ella declaró lo siguiente:...porque al principio era muy difícil, bueno, aquí realmente de hecho al principio fue difícil porque yo tuve el preconcepto del color cuando yo conseguí el primer empleo, por el lugar que yo vivía, que yo taba viviendo, ahí yo tuve mucho preconcepto (Ana, 51, Empleada, Jardim Uni?o da Vitória).Ana también menciona lo que hablan del barrio......las personas que no viven aquí, la mayoría no habla muy bien, pero los que viven aquí, de edad entre diez, quince a?os, ya se acostumbraron, no hablan más mal... a veces dicen que es un barrio peligroso. Yo no tengo miedo de vivir aquí, yo no tengo más miedo, porque creo que yo no tengo enemigo, yo hice muchos amigos, tanto es que yo estoy hace 21 a?os viviendo en las misma calle y es tranquilo, allí es tranquilo... Lo que no me gusta aqui es que debería tener una plaza. Alguna cosa así, un lugar pra que La gente vaya a la noche, tranquilo y hoy no hay, no sé si es el miedo. Lo que más me gusta de aquí es el colegio, mis hijos estudiaron, estudian, yo trabajo en el colegio (Ana, 51, Empleada, Jardim Uni?o da Vitória).El problema de la violencia es el más preocupante. En prácticamente todos los testimonios, los entrevistados manifiestan una enorme preocupación con la violencia que asola la ciudad. En esa perspectiva, el Mapa de la Violencia publicado en 2007, muestra que la población negra continúa siendo el blanco preferencial de los crímenes con homicidios: El índice de homicidios de la población negra es muy superior al de la población blanca. Si en ésta última, el índice en 2004 fue de 18,3 homicidios en 100.000 blancos, en la población negra fue de 31,7 en 100.000 negros. Ello significa que la población negra tuvo un 73,1% más de víctimas de homicidio que la blanca. Sólo tres Unidades Federadas – Acre, Tocantins y Paraná – registraron, en 2004, mayor proporción de víctimas blancas. En las restantes 24 Unidades Federadas, prevalece la victimización de negros. En algunos casos, como el de Paraíba o de Alagoas, la situación es muy seria, superando el 700% de victimización negra. Ello significa que, proporcionalmente al tama?o de los grupos, esos Estados exhiben arriba de ocho víctimas negras por cada víctima blanca (WAISELFISZ, 2007, pág. 24-16)Sigue la declaración de Inez, pobladora del Jardim Santa Rita:Un poco violento, ahora hay más calma. Cuando yo vine para acá yo fui robada 3 veces, fuera las muertes. Yo vivo en la última calle del Santa Rita 5, en frente al patio ferroviario. Cuando yo vine para acá, yo presencié 3 cuerpos así... seguido, en la misma semana. Aquí abajo, bien cerca de mi casa! ...yo vivía en el Jardim do Sol antiguamente, yo viví 20 a?os, vivía en la punta de la avenida del Sol. Cuando vivíamos allá, aquella “favela Bratak”, que ahora se llama N. S. da Paz, cuando nosotros vivíamos allí, taba iniciando (la “favela”). Pra nosotros era muy violento allá dentro de la “favela”, no en el barrio donde vivíamos.En el barrio donde vivíamos, aquí no, ya era violento en todo, en relación a todo el mundo, porque sólo ser robado, ya es una violencia muy grande... (Inez, 43 a?os, Agente Educacional, Jardim Santa Rita). Para Inez, existía el conflicto entre los pobladores de diferentes barrios, probablemente, por estar implicados con el tráfico de drogas. Ella continúa el relato sobre el barrio Santa Rita:Mira, nosotros quedamos sabiendo de boca, de boca no, nosotros veíamos mismo, era conflicto entre barrios. Fue una época muy difícil para nosotros, porque yo tenía un hijo adolescente en ese tiempo, él era peque?o y siempre le gustaron las fiestas, él es muy inquieto, él quería ir de un lado para otro y uno siempre tenía que estar llevándolo, buscando, sabiendo dónde era, con quién que él estaba, con quién iba a andar, es bien complicado. Entonces fue una época muy difícil, como si fuese... y la mayoría de las personas ...la mayoría era de negros que uno conocía que murieron, y la guerra mayor es de negros también, tanto que cuando robaron mi casa, ese fue un hecho bien pesado que ocurrió. La segunda vez que robaron mi casa ellos destruyeron todo, todo. La pared de mi sala aquí quedó forrada de huevo, en el piso escrito así, que yo iba a morir, ellos quisieron realmente asustarnos! Cómo fue que eso se calmó? Fueron personas que conocíamos de otro barrio que se entendieron con algunos que habían hecho eso con mi casa. Pra mí fue muy triste eso, porque no fue así un acierto de muerte, sino que fue un arreglo de dejar a la persona con yeso, quebrando una cosa u otra. Yo vine a saber de hecho mucho después, entonces por eso que yo hablo así, soy una persona que trato bien a todo el mundo y yo no tengo conflicto con una cosa u otra, pero ellos eran así, si conociese una persona que fuese de otro barrio y era persona de bien, como era nuestra familia, ellos se vengaron! Eso pra mí no es una cosa buena no, tanto que después vinieron a hablar pra mí y yo quedé muy preocupada con eso, de ver a las personas en aquella situación, de aquel modo, a pesar que fue así, fue una cosa horrorosa que hicieron en mi casa, pasaban amenazando con arma, cosa que yo nunca había hecho, ni yo sabía el por qué eles habían hecho aquello. Entonces, tiempo atrás vinieron ahí a contarme, porque mi marido trabajaba de vigilante y ellos creían que tenía arma dentro de casa, entonces ellos quedaron asustándonos, realmente haciéndose los graciosos, pra poder hacer quedar pésima a las personas. Pero eso fue un hecho muy desagradable (Inez, 43 anos, Agente Educacional, Jardim Santa Rita). La violencia hace parte del cotidiano de las periferias brasile?as. Pero en Londrina, aparentemente tranquila, una ciudad de interior, el sufrimiento es intenso. Acompa?emos lo que expresó Felícia:Y entonces yo podría decir: Ah no, cuando yo vine pra acá, aquí había transporte, había ómnibus; no, había pras personas, pero pra nosotros no había, porque así, cuando yo tenía dinero yo iba en ómnibus, pero uno no tenía todos los días. Uno iba de aquí de Santa Rita hasta el Champagnat, o el Vicente Rijo para estudiar. Después cuando fui pra facultad mismo trabajando, tenía que ir a pie de allá de mi trabajo hasta la UEL pra poder estudiar, y yo hacía eso. No sé, creo que era eso. Yo veo que aquí uno tuvo... la cuestión de la violencia era mucho mayor, porque allá no había violencia, pienso que la única violencia que había allá en aquella época, hoy, el área rural cambió también, está todo ahí infectado de violencia. Allá uno no tenía violencia, pero aquí si hay violencia, entonces lo que comenzó a marcar aquí –y en las escuelas, allá no había drogas, aquí había cuando yo llegué, yo ya encontré, había droga dentro de la escuela, había violencia, había peleas, mis compa?eros murieron también asesinados por la policía, mi madre salía pra trabajar, mi padre salía pra trabajar, allá mi padre y mi madre trabajaban en el campo, pero era cerquita de nosotros, aquí mi madre trabajaba como doméstica, a veces la patrona pedía pra que se quedase allá, ella dormía, ahí nosotros teníamos que dormir solos aquí, porque mi padre también iba al trabajo de él, el patrón le pedía que hiciera horas extra y él para ganar el dinero para sustentarnos, él quedaba trabajando, había veces que quedábamos hasta 2 días sin ver a mi padre y a mi madre y sin contacto, porque no teníamos teléfono, no había nada de eso. Yo tenía que tomar cuidado, porque los compa?eros nuestros, ellos hacían peque?os robos, revolvían las cosas, entonces estábamos siempre allí y algunos fueron asesinados, algunos morían. Yo tenía un miedo muy grande de que les pasara algo a mis hermanos, sabe cómo, entonces, con esa edad yo ya tenía que estar cuidando a mis hermanos, cuando mi madre no venía yo siempre tuve mucho miedo al oscuro, a la lluvia, a todo eso, entonces tuve que aprender a no tener más ese miedo, porque yo tenía que cuidar a mis hermanos. Mi madre tuvo 8 gestaciones, de las 8 tuvo 7, porque uno murió nuevito, murió recién nacido, pero cuando vinimos pra acá uno de esos ni?os que siempre iba a mi casa a jugar con nosotros, la madre de él bebía, tenía un montón de cosas, y él acabó quedando allá en casa y entonces mi madre acabó adoptándolo. Mi madre ya tenía 7, vino uno más y quedó con 8, 6 varones y yo y mi hermana. Y yo quedaba responsable por todos esos ni?os, mi hermano menor tenía 1 a?o, yo pienso así, el gran problema era ése y la falta de libertad. Allá en el campo teníamos toda la libertad, podía ir dónde quisiese ir, el único peligro era un animal, una víbora, ahora aquí no. Aquí siempre estuvimos rodeados de muchas “favelas”, el tráfico siempre ocurrió, las drogas siempre estaban ahí, las personas ofrecían drogas y decían: Mira, prueba, es piola/bueno! Yo siempre decía que no, no quiero (Felícia, 55 a?os, Educadora, Jardim Santa Rita).Cuando preguntamos sobre las características y la relación de los entrevistados y parientes con el barrio, las respuestas permanecieron alrededor de un mismo eje: la violencia y la inseguridad vivida en el barrio. Los entrevistados que vivían en el Jardim Uni?o da Vitória, cuando se les preguntaba sobre el tiempo de que llevaban para ir del barrio a sus respectivos trabajos, ubicados cerca del centro urbano londrinense, todos dijeron que demoraban alrededor de 40 minutos, en un recorrido que tiene aproximadamente 16 km, utilizando el transporte público. El tiempo de traslado para la ciudad de Londrina es largo y demorado.La falta de infraestructura marca el día a día de los habitantes de varios barrios periféricos, causándoles varios contratiempos, no permitiéndoles gozar de una buena calidad de vida, al contrario, ofreciéndoles precarias condiciones de sobrevivencia. Cuando fueron interrogados sobre los espacios de diversión y entretenimiento en el barrio, respondieron que no los hay, pero que está en construcción una academia al aire libre para atender a población local. Para encontrar diversión y entretenimiento los pobladores siempre tienen que trasladarse a otros barrios, sea por la falta de infraestructura, sea también por la violencia.La violencia vivida cotidianamente por los habitantes de los barrios citados, es reportada diariamente en la prensa y en la televisión, estigmatizando los barrios y, sobre todo, a los propios moradores. Estigmatizados, y tenidos como personas violentas, no consiguen trabajo o llegan a perderlos, lo que contribuye para empeorar a calidad de vida.Vale recordar que la situación de la población negra de Londrina es también el reflejo de la realidad de otras ciudades brasile?as. Falta un estudio más profundo de la ciudad con el recorte color/raza, visto que en Paraná, así como en varias ciudades del sur del país, hay una tentativa de “esconder” a la población negra, no solamente en la historia de los orígenes de las ciudades, como también en la actualidad.BIBLIOGRAF?AObservatorio de las Metrópolis. 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