La guerra de las frustraciones - Home - e-spacio

También se refiere Roncuzzi a la orden prohibiendo el grito de “Viva el Rey”. “Pues bien -dice el voluntario italiano-, por la calle, por los campos, en las trincheras, en las casas, en la batalla, en descanso, de noche, de día, en donde había amapolas rojas (requetés) el Viva el Rey resonaba siempre”. ................
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