'L'Aquila d'Oro'



ORAZIO VALENTI

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EL AGUILA

DE ORO

De Bharat a Eugenio Siragusa

Notas biográficas de un hijo espiritual

Edición para internet de:

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Retorno al Manantial

El Sol surgía de occidente, cuando el Río alimentaba los mares.

Luego el Río se volvió a oriente, hacia la nueva alba que la Sabiduría Divina había elegido.

Me has concedido servirte, Maestro mío, hasta ahora, al epílogo de las generaciones pasadas. El éxtasis sin tiempo se ha ido donde sopla el gélido viento de los blancos horizontes, para calentar mejor el estremecimiento de las almas y correr, más ansioso, para volver a encontrar la Luz de un Tiempo Lejano.

Y es así como el Sol de un Lugar que está en el medio, entre occidente y oriente, de la humanidad, en donde todo ha nacido y todo destino se determina, este Sol de Sicilia perfumado de flores de naranjo, de vapores del Etna y de salobridad, me ha despertado para dar testimonio de Tu Divina Obra Inmortal.

Ilumina mi vibración a lo largo del camino, Aguila de Juan, del Rosal Solar, para que yo pueda realizar la Piedad del cumplimiento.

“ En el último tiempo, llenaré de gloria

el camino del mar, el país que esta mas allá

del Jordán y de la Galilea de los Gentiles”.

Isaías 8/23

INTRODUCCIÓN

¿Cuál es el límite entre una y la otra vía del Éxtasis?

La Puerta de la sublimación.

¿Cómo superar el velo de la Madre Naturaleza?. ¿El Amor infinito de la morada?. ¿Sus bellezas indescriptibles, los sentimientos más profundos, que han constituido la inspiración de artistas, poetas, filósofos...?.

No es en el devenir consciente a nivel intelectual, que se abren nuevas dimensiones. El espíritu vive de otros valores eternos, más allá de este sistema de vibraciones, en donde ya no existen los sentidos. Otra naturaleza nos espera donde ni la temperatura, ni la luz, ni el tiempo y el espacio no tienen más límites.

Cuando se comienza a vivir de Eterno y de Infinito, es entonces cuando la sonrisa melancólica de nuestra conciencia roza, apenas, las ondas de esta dimensión de albas y ocasos, de angustias sin respuesta, y acaricia el alma cansada de mil vidas y la coge de la mano para conducir al Padre, al despertar de cada pensamiento.

¿Para qué sirve escribir este libro?. Os doy a mi mismo, no lo humano.

Os doy cuanto, a través de mi, viene fuera por causa de una voluntad de despertar para mi y para todos vosotros que amáis esta sintonía y me comprendéis.

¡Sed capaces por vosotros mismos!

Sed símiles a la apertura de vuestro deseo de amar, que es espera y cumplimiento. Retornad al punto infinito, generador de vuestro aliento, a través de cada alba que el destino conduce.

En este trabajo, aclaro que el Maestro mío es el Divino Espíritu de Juan, emanado del Padre del Sistema Solar, o Poimandres.

Eugenio es el instrumento sensible de Poimandres y ha reflejado una continua enseñanza e inspiración, también en la vida práctica, cotidiana.

Los pasos y algunos aspectos de mi vida cerca de él, son, sin duda, de los peores, pero es la única moldura pura y simple con la que soy capaz de describir su vida. Me perdonará.

La mezcla de presente y pasado no tiene sentido histórico, sino ejemplo de anhelo en un continuo presente, para rendir testimonio al Fuego de la Sublimación que apremia en el ánimo de todo iniciado. No he puesto los numerosos escritos antiguos de Eugenio, bien porque ya lo han hecho otros, o porque no me placen los archivos cuando deseo comunicar el espíritu que anima la escucha del Verbo y la lectura estática para quien, como tantos, viene tocado por los rayos del Sol del Amor.

Paciencia infinita es el amor de la Conciencia.

Estar en Dios quiere decir amar como Él ama, y amar a los otros por ellos mismos.

No es debilidad, no es complicación, mas bien desapego de la catarsis momentánea del sufrimiento, que ofrece consolación desde los planos de la Justicia, que es la máxima expresión del Amor, porque es consciencia del Verbo Superior, no “lección” o “castigo”.

Si te amo, te estoy cercano, a empujarte hacia el despertar, a cada paso, con paciencia infinita. Si no poseo esto, soy ignorante, presuntuoso y vivo, también, en el odio y no persigo la Luz.

El materialista piensa poder aprovecharse de esto, pero de parte del Sabio todos los modos son buenos para enseñar. Y cuando al agresor se le despierta la consciencia, comprende quien era el verdadero ingenuo del Espíritu. La ingenuidad material es una fuerza que llevo conmigo y me hace vivir en la eterna juventud.

Juan dijo: “Los hijos del Sol no envejecen nunca”.

De cuando en cuando he recibido impulsos interiores que me indicaban en donde concentrarme, que recordar del pasado y del futuro. Una guía astral que se ha reflejado en tensiones de ánimo... particularmente a través de desdoblamientos en sueño:

6-'77: ...me llama en astral Eugenio, me dice seriamente que copie sus ánticos escritos. Le digo que ya conocía los discursos sobre el Todo de Poimandres.

Sonriendo me aconseja no hablar de ello, son autorrealizaciones personales.

3-'94: ...recibo un premio olímpico de triple salto, una bandeja conteniendo una pluma y otra cosa. No doy importancia al premio, pero recojo la pluma bajo un cilindro de lava...

9-'94: ...estaba con un grupo de personas y percibo en un ángulo un casco grande de barca y un hombre que lanza las redes.

Esta figura se ilumina de color oro y se vuelve una luz cegadora; me siento atraído y voy, dejándolo todo. Era Eugenio. Apenas llegado, todo se apaga y se vuelve natural. Eugenio me acoge y me habla...

8-'95: ...me presento, llamado, ante Eugenio (como en un desdoblamiento del '73, en el cual me había llamado, dado instrucciones junto al Consolador y luego, ordenado de ponerme en la posición faraónica, me saludó y me desperté sobre la cama)...

Ahora me dice que tome una agenda anaranjada y me hace preguntas de conciencia psicológica, planetaria, universal.

Mientras contestaba correctamente y sereno me despierto...

...inmediatamente después retomo el sueño y descubro un grupo de ladrones que tenían un contenedor con muchas joyas. Reconozco inmediatamente el corindón con el águila de Eugenio, lo tomo junto a un diamante.

Corro rápidamente junto a Eugenio y recuerdo que era la tercera vez que le llevaba el anillo perdido. Estaba feliz.

9-'96: ...estábamos en la penumbra y Jesús me hablaba. Recuerdo esta frase: “El lugar de la purificación esta en un cierto paraje del desierto, en donde la arena es rubia oro”.

Poco después me aparece el rostro de Eugenio, iluminado, sonriente y un poco inclinado, y me dice: “Escribamos nuestro Evangelio”. Le contesto, mostrando la mano a todos: “Tú eres quien lo escribe, yo sólo pongo la mano y la pluma”. Él continua sonriendo.

Es, el mes de agosto, en Sicilia, que me trae a la memoria hechos, realizaciones, dinamismos del espíritu, de mi instructor, mi Padre Espiritual.

Es como la brisa que te alivia dulcemente a la sombra de un olivo, y te sacude el alma llevándola a los antiguos momentos de las serenas enseñanzas, cuando volvías a encontrar la armonía de los gestos y la profundidad de las palabras que esclarecían la bóveda del Universo visible e invisible y daban tiempo de concebir, en el curso de aquella vida y de las futuras.

Una brisa que lleva de otro modo los mismos olores que vienen del aroma de los higos y de las cigarras. Y te parece raro que de aquella zona abrasada se regenere un vientecillo tan fresco, con el perfume intenso de la Sicilia eterna.

Y mientras alientas la resistencia al calor abrasador, te sientas sobre un muro de piedra lávica milenaria, manchada de líquenes color naranja y, con un profundo suspiro, tu mirada va mas allá de los peñascos cubiertos de tallos secos, a perderse de encanto en el celeste Jónico.

¡El Jónico!. Encrespado de puntitos blancos, te inunda de emociones que ninguna salobridad ha podido cancelar nunca.

Entonces mis pensamientos tiemblan de angustia, saliendo del tiempo, y se dejan mecer por los sutiles rayos que se filtran entre las ramas, y me abandono a Él, al Gran Padre que siempre me ha empujado, llamado a despertarme, a conocer, a servirlo. Y me encuentro a mí mismo y jamás quisiera alejarme de este Sueño de la Realidad.

Me has concedido, una vez más, estar cerca de ti, Aguila de Juan, aún si no lo merezco y soy indigno, y me concedes escribir sobre ti, sobre tu Obra Eterna, de los sollozos que tu Espíritu Solitario de Caminante Cósmico ha dejado a lo largo de los senderos de esta humanidad terrestre, llevando en la vibración de tu vivir y de tus palabras, la Copa de la Sabiduría de Hermes, dulce como las alas de una Paloma de Luz, justa como la mirada del Aguila Creadora y firme como sus garras invisibles, tierna de Amor sublime como la brisa templada que regenera los desiertos del Norte.

Así, postrado ante la esfera infinita de la Luz Blanca y Negra, con severidad trazaré estas páginas, en las que he debido, varias veces, forzarme a dividir alguna cosa que no puede ser dividida, pensando que habría hecho mejor recapitulando todo hacia el Uno de las infinitas manifestaciones. Dejo que este trabajo con lógica intuible, sea hecho personalmente por el lector.

Es noche avanzada, en Valverde, estoy cenando con Eugenio. Se han ido los amigos que, cada día, vienen a charlar para saber o por curiosidad.

Cuando se hace de nuevo el silencio, en estos aposentos de laboriosidad, de archivo, vuelve la paz de animosidades indiscretas, y sólo quedan los pensamientos y las presencias elevadas.

Mientras está preparando un pescado en su plato, Eugenio se para observándolo, serio, con la mirada, sin embargo, dirigida más allá del pez, más allá del ambiente circundante. Intento percibir sus pensamientos, mientras se gira y dice, aludiendo al pez:

“Me ha hablado y me ha dicho: ¡cómeme, cómeme, si no como puedo alimentar mi eternidad!”

No tengo otra reacción que quedar inmóvil ante la síntesis de una tal concepción cósmica y, mientras continuamos cenando, en sereno silencio, vuelvo a pensar en el primer encuentro, cuando lo había conocido.

Era en octubre de 1969, trabajaba de fotógrafo y un periodista me llamó para ir a realizar una entrevista a un hombre que “hablaba con los marcianos”, en S. María La Stella.

Todos los detalles de la llegada, del coloquio irónico del periodista, revistas, mensajes, correspondencia, no me conmovieron tanto como algo que queda grabado en mi memoria, como fue la simplicidad del cuartito, el perfume de laboriosidad, la elegancia interior que transparentaba mas allá de las expresiones de reacción hacia el escepticismo, la faz del Consolador es la llamada que Eugenio me transmitió sin hablarme y sin mirarme. Un año después, agosto de 1970, yo volví para no olvidar más, muriendo poco a poco de mi pasado, apagando todo detalle e incertidumbre.

La primera frase que me dijo mirándome al pecho y al aura superior fue: “la verdad esta dentro de ti”. Y el primer encuentro astral semidormido que hice sobre la relación con nuestros hermanos provenientes de otros planetas; vi dos plataformas elipsoidales aproximarse a la terraza de Aci Castello, en donde vivía y salir dos de ellos. Me aproximé, rogándoles ayudarme: “Quisiera tanto trabajar para vosotros, a vuestro lado”, les dije desconsolado, y me contestaron seria y dulcemente: “Si, pero cuando tu estés realizado” y partieron velozmente.

Eran mediodías soleados, estivales, las primeras veces que salí de Aci Castello a S. María La Stella, andaba rápido y el corazón batía. A menudo encontraba a otras personas, sentadas en círculo bajo la gran morera blanca, cerca del pozo. Entonces escuchaba y a veces pedía tomar algún higo del pequeño árbol del jardín.

Pocas eran las veces que me encontraba solo, y era tal el éxtasis de mi espíritu compenetrado en la profundidad de las verdades universales que él hacía emerger en la memoria de mi alma, que quedaba como un niño sin palabras. Mi cuerpo yacía y me era difícil volver a mi dimensión humana, a las mansiones terrenas.

Tenía siempre la ilusión de ayudarlo, en tantos trabajos domésticos, o de archivo, o de correspondencia.

Cuando se estaba en grupo, desenrollaba los dibujos tántricos de las revelaciones del Triángulo de Esmeralda y del Triángulo de Oro, pero normalmente contestaba a las numerosas preguntas.

Los momentos particulares eran cuando lo encontraba escribiendo y, de repente, con armonía transcendente me lo leía, manifestando asombro humano de lo que había escrito y, al mismo tiempo, rociando los conceptos de ulterior consciencia. Y aquellos rayos solares que, poco a poco, me indicaban como esculpir mi copa, se volvieron deslumbrantes arroyos del Manantial Infinito cuando me puso en las manos y en el corazón sus ánticos escritos.

Fue entonces cuando se selló, para siempre, el encuentro de mi antigua memoria iniciática, que con mucha dificultad luchó para liberarse en esta vida, quitando los velos con desesperadas lágrimas y angustias.

Como si, por aquello que habría debido hacer, (y no he hecho casi nada de cuanto sé que habría podido o debido); me hubiese cargado el destino de pruebas y cruces inimaginables.

Ahora, después de otros 26 años de mi vida, pasados al servicio fraterno de quien nos guía desde los espacios externos, siento siempre más impetuosa la voluntad de dejar mi testimonio, la ternura de mi sonrisa más intima.

Dejaré toda explicación racional al investigador silencioso. No quiero y no puedo hacer las infinitas conexiones. A ninguno de nosotros le es ofrecida la conquista de la consciencia sobre los hombros de otras piernas. Más bien, nos es ofrecida esta vasija hermética, este cráter de oro fundido: a cada uno de nosotros corresponde la voluntad de entrar.

Nacido en Catania el 25 de marzo de 1919, apenas casado vivió en Via Concezione nº 7 (Calle Concepción nº 7), al lado de la Piazza dei Martiri (Plaza de los Mártires), en donde Eugenio tuvo la compenetración. Completó su primer despertar y dio el impulso de la obra en S. Maria La Stella (Sta. María La Estrella), detrás del altarcito de Via S. Giovanni (Calle San Juan), en donde se encuentra la estatua de la Madonna della Stella, hasta 1970.

La mayor parte de la obra divulgativa con encuentros, correspondencia y viajes, fue desde su vivienda de Valverde, en Via S. Giovanni XXIII, nº 3 (Calle San Juan XXIII nº 3), hasta 1976. El desarrollo de la obra abarcaba todo el planeta y diversos colaboradores lo ampliaron con conferencias, opúsculos, transmisiones televisivas. Desde que vive en Nicolosi dejó, cada vez más, su laboriosidad en manos de sucesivos colaboradores para dedicarse a la obra sobre planos astrales.

Iniciaba la segunda mitad del siglo XX cuando tuvo lugar, el 25/3/52, en el espiritu de Eugenio el cambio de la personalidad. Un relámpago, con cielo sereno, como el deslumbrante rayo que impactó sobre Pablo de Tarso. Pero Eugenio con frecuencia contaba, en confidencias intimas, haber sido seguido, desde niño, por peculiares ayudas invisibles. Y luego en aquellos dos últimos años, antes de sus 33, ya se agitaban en su espiritu una serie de preguntas y de búsquedas interiores.

Solía explicar que en él, la personalidad X había muerto y había sido sustituida por la personalidad Y, por medio del rayo de luz controlado.

Si bien la compenetración de Y iniciaba repentinamente, la propia realización, el instrumento, es decir, la componente física y mental, tuvo la necesidad de 11 años de preparación. De cualquier modo, desde los primeros instantes la Consciencia-Nueva se liberó, cada vez más, en la dimensión de la memoria universal bajo la directiva del Espíritu Consolador, revelando los más altos secretos de la Consciencia Cósmica con escritos y dibujos, convirtiéndolo en el nuevo personaje, que obró como Anunciador.

El 25 de marzo es, para los Cristianos, el día de la Anunciación y también es el segundo nombre de Eugenio: Nunzio.

Viajó continuamente en astral, estando en El Dorado, sobre el Sol Manifestado Crístico y sobre el Sol Secreto, en donde reside el Padre-Poimandres, concediéndonos una levísima parte de Conocimiento que narro, un poco, entre las páginas de este libro.

Páginas que son como una fábula, en donde es inestimable el valor de la vida. Parece un sueño en donde el amor fraterno, hacia toda partícula de lo creado, no tiene límites ni condiciones. Para quien no acepta entrar en el castillo encantado de la propia esencia inmortal, es mejor que quede despreocupado.

Pero para aquel que tiene el coraje de amar al prójimo así como el Maestro Jesús nos ha amado y tener el valor de conocerse a si mismo, es bueno que de a Dios lo que es de Dios.

CAPITULO I

Discursos

de la Divina Sabiduría

Discursos de la Divina Sabiduría desde 1952

POIMANDRES A EUGENIO

“Sepas, hijo, que de tales enseñanzas, dictadas por la Divina Conciencia Universal, no es útil crear nuevas copias sólo para alimentar la curiosidad humana. Tal enseñanza no se repite inútilmente.

¡Sobre ésto refleja quien osa buscar aquí un pasatiempo!

Estos, hijo, no conocen todavía el peso que en ti gravita, ni conocen la infinita amplitud de tu obra.

Estos buscan, con ansia, la vía de la madurez y quisieran luchar para desatarse de la materia, de las atenciones que ésta ofrece.

Si a éstos que se acercan al sendero de la verdad UNA, les es dado, por tu consentimiento, desplazar el centro de su personalidad, del exterior hacia el interior, nosotros presenciamos tal convenio para que advenga la purificación.

¡Eliminad todos los pensamientos y concentraros profundamente en meditación!.”

A los ojos del Espíritu el Arte Celeste

no queda mudo.

El silencioso Verbo ciñe y arrastra

a los justos que saben llorar y creer.

El Renacido

en el tiempo. Eugenio Siragusa

Año 1952

EL VERBO SILENCIOSO DE LA DIVINA CONCIENCIA UNIVERSAL

Centelleantes discursos

¡Oh, terrena obra, que inmensa sombra oscura hay en tu seno denso de sutil falsedad, insensato e inútil orgullo!.

¿Para que sirve este edificio vuestro, oh hombres, si está estéril de Luz Espiritual y de místico amor, si es amorfo de verdad purísima y de sabio juicio?.

¿Para que sirve, oh hombres, si la más verdadera de todas las felicidades os escapa y sin embargo os atormenta?.

¿Cuáles son las verdaderas riquezas que aspiran alcanzar vuestras almas, prisioneras de la sombra engañadora que envenena la vida de maléfico arte y, de agudo sufrimiento?.

¿Qué realidad puede daros ésta, si vosotros rehusáis los conocimientos exteriores que la vuelven sagrada ante todas las conciencias de lo creado?. ¿Qué verdad queréis percibir si vuestros ojos están saturados de densa materialidad?.

Nunca podréis concebir ningún bien si vuestro nutrimiento es vicioso de egoísmo, padre de todos los males y fuerza opuesta al bien.

Sólo un terrible monstruo toma forma con la despreocupada obra y nunca, vuestra frente, podrá ser iluminada por el supremo bien del espíritu y por sus eternas verdades de amor y de justicia.

Y no creáis, hombres, que todo termina al dejar la vida. Jamás sea, para los mejores, acoger con tal oscuro sentido el nacimiento y la muerte de todas las criaturas ya que, un tal convencimiento, os llevaría al más tenebroso de todos los abismos, al vacío del vacío.

Sabed que la vida no es otra cosa que un medio que concede a los mortales la posibilidad de evolucionar borrando, con la visión de la obra del bien, todo mal residual del oscuro pasado. Esta, queridos míos, es la vida, y no es la única verdad que de ella brota, ya que en ésta, muchos misterios se ocultan al ojo del profano.

Sí, profano y, perdonadme si uso tal término, que no menos que a vosotros golpea mi atávica conciencia.

Pero el tiempo mejor, para los mejores conocimientos no puede pararse así, como no se paran los más claros intentos de la Sabiduría Celeste que, por los siglos de los siglos, siempre, en cada instante, ha desvelado el poder de la Verdad Una, ceñida de la aureola de la Conciencia Universal. Y es útil deciros, con alegría, que tal tiempo es un anuncio anticipado de un tiempo mejor, por lo que se vuelve necesario que el hombre comience, finalmente, a comprender que el principio de su verdadero ser no habita en la densidad del cuerpo. Aún siendo partícipe en la actividad interna de la envolvente material, éste está fuera del cuerpo denso de la materia y no, ciertamente, por su deseo ya que, también él, sufre más que nosotros, siendo el mejor resultado de nosotros mismos, una parte de nosotros en el sendero de la Eterna Verdad de la Conciencia Planetaria, todavía ligado a aquel yo en lucha entre el bien y el mal, entre las tinieblas y la Luz.

Pero, para poder comprender íntegramente el pesado camino que recorre la Divina Luz para alcanzar la meta, es necesario compenetrarse en los siguientes discursos.

Tal principio, que es el verdadero Ser, la purísima calidad del Eterno DIOS, en un tiempo remotísimo conseguía, en la más absoluta inmovilidad, la profunda visión del bien increado y del bien creado, absorbiendo, con su Divino esplendor, todas las vibraciones que la misma luz emitía con las características más sublimes de todas las felicidades. Su naturaleza, purísima luz de conciencia universal, por aquella Altísima Ley que gobierna el devenir continuo de la Regeneración, está obligada a mutar para la consecución de la obra creativa.

Por tal motivo el esplendor de la calidad Divina está por conciencia, comprometido a precipitarse en el torbellino de un conjunto de otros tantos esplendores.

De este torbellino viene el duro camino de una experiencia que, si bien al inicio, fuerza al esplendor a perder la calidad original de luz purísima y de inmovilidad absoluta, conduciendo un método de adaptabilidad en las nuevas cualidades adquiridas por la nueva conciencia de ser. Su luz varía de intensidad, o demasiado clara o más opaca, pero no tan esplendorosa como en su principio.

El camino continúa, por millones y millones de años, con la sola esperanza de tocar fondo para luego volver a salir, y para siempre, eternamente. Así, después de haber alcanzado la esfera de la Conciencia planetaria, el esplendor está nuevamente forzado a esperar la última prueba, la más significativa, por ser la más dura de todos los conocimientos vividos.

El heroico camino lleva el esplendor en la esfera de las virtudes de la Conciencia Planetaria, donde reinan soberanos el sentido Divino del Amor y de la Justicia, aureolados de otras cinco virtudes, armas defensivas para quién está destinado a alcanzar, hasta el final, la esperanza suprema del eterno retorno. Es la última prueba, el último vuelo hacia la experiencia más trágica de la bajada, en la cual el fondo aparece como un tenebroso sendero, sin ninguna esperanza, como un abismo de oscuridad viscosísima, donde se agita la primera funda que encierra la más densa de todas las materias. Y aquí nos encontramos ante la más pesada de todas las experiencias vividas, en donde la realidad no es otra cosa que tenebrosa gravedad que atenúa hasta lo imposible las divinas cualidades del esplendor Divino.

Pero la esperanza se inflama, se agiganta, traspasa espacio y tiempo, ya que las alas de la ascensión inmortal se han abierto para siempre, eternamente.

Y he aquí, el mundo, nuestro mundo que, más y mejor que nosotros sabe, siendo él también una criatura de la Conciencia Universal de Dios: criatura de la eterna Luz que opera y espera como aquellos que por ella, y sobre ella, tocaron el fondo para volver a encontrar la Gran Esperanza. Y es inútil que yo os diga de las tres densas vidas materiales que el esplendor divino, de nuestro verdadero ser, ha debido recorrer para adquirir la envoltura humana, ya que un Ser tres veces grande, que ahora en Espíritu Solar me consuela con Su Divina Sabiduría por Altísimo Deseo del Sacro Colegio de los Sietes Espíritus de Dios, mejor que yo completó con sumo arte tan pesado cometido. De cualquier modo, por mayor concesión recibida, me limito a deciros cuanto sigue con la esperanza de que vuestra razón no os traicione.

“DE LA TRANSMUTACIÓN DE LA PRECIOSA MATERIA AL VEGETAL. DEL VEGETAL, POR METAMORFOSIS, AL ANIMAL. Y FINALMENTE, CON LABORIOSÍSIMA ARTE CONSTRUCTIVA, TODAS LAS TRES EN LA ENVOLVENTE HUMANA”.

No es tiempo para poder comprender, a fondo, tal verdad pero, en el futuro, cuando el hombre alcance la máxima dilatación de su conciencia individual, todo velo caerá y todo secreto proceso, que encierra el misterio de la Sangre y de la Carne, se volverá clara verdad. Estad seguros.

Tal primer discurso quiere ser una visión más comprensible de aquel Sendero, en donde la Luz eterna del Espíritu mueve el paso de la obra divina y en donde los esplendores de Su Conciencia universal, conciben toda la infinita armonía de Su arte creativo, a través de las siete Esferas de todos los Cielos del Celeste Reino de la Inteligencia Superior de Dios.

Y está en mi pensamiento que tal primera visión puede ser comprendida ya que, en ésta, se aloja el soplo de todas las reflexiones que la mente de los Sabios buscadores de la Verdad Suprema del propio Ser Divino debe poder sacudir en el justo sentido deseado, para que se revele el Arca de la Suprema Sabiduría que, como brillante lágrima, encierra la perla de todas las verdades del encendido amor del Absoluto, omnipresente en todas las criaturas y en todas las cosas visibles e invisibles, manifestadas y no manifestadas con la Potencia y la Gloria inconmensurables de Sus eternas Leyes Creativas.

Y ahora, queridos míos, quedemos un poco en este mundo, nuestro, para observar con diferente mirada la pura realidad de este eterno Ser, con la certeza indiscutible de que un día, no lejano, también esta corteza, que todavía aprisiona de densidad al esplendor de nuestra pureza Divina, caerá y para siempre, eternamente.

Certeza indiscutible, digo yo, porque ese esperado día deberá, también, venir para que advenga la gloria de las Almas vueltas conscientes de ascender a través del Sendero del eterno Retorno que conduce a Dios.

Este día vendrá y sobre la faz cansada de esta generosa Madre Tierra, no quedará otra cosa que la sola imagen de todas las sonrisas y de todos los llantos, de todas las alegrías y de todos los dolores, de todo un tiempo que nos vio luchar tenazmente, con la sola y única esperanza de encaminarnos hacia la ántica morada del Cielo, más alto de todos los cielos.

Cuánto tiempo es preciso para que el hombre pueda, finalmente, conocerse a sí mismo, a su verdadero Ser inmortal?, no es necesario saberlo, ya que desde el inicio de su primera experiencia en este denso mundo, él siempre ha impreso, en el Aura de la humana conciencia, la sublime verdad de su verdadero Ser.

La religiosidad, con la que el interno se elevó, a través de una continua lucha, a semejanza de lo externo, quitando al dominio de la densa materia la viva luz de la divina calidad, no pudo estar, en su principio evolutivo, en la misma posición en la que hoy nos aparece. La Conciencia Planetaria no siempre tuvo, ante sí, la misma conciencia individual y colectiva Humana.

En principio, en la edad atávica, nuestro divino Ser se encontró completamente en la sombra de la viscosa materialidad perdiendo, en el sueño lento de su envolvente condensación, la consciencia de las calidades precedentes, adquiridas durante el descenso que lo debía mutar del Divino al humano. El hombre, comprendido en su verdadera esencia divina, no fue creado en la tierra, sino en el cielo, en donde siempre existió, en Luz Purísima de Conciencia Universal, en DIOS.

Es bueno que el hombre conozca cual es, en realidad, el verdadero valor de la última manifestación de la Conciencia Planetaria, con la cual nos ha sido concedido quitar uno de los tres velos que, todavía hoy, cubre de sutil sombra dogmática nuestra razón, por culpa de aquellos que han vuelto silenciosa la potente Voz de DIOS.

Pero es bueno que éstos se desengañen porque el Verbo de DIOS no conoce otra meta que no sea la Suya y a nadie le está concedido, por arte terrena, ocultar la Luz de Su Suprema Voluntad.

Quien tiene sed de Su Amor debe beber la purísima verdad para que no tenga que sentir el inmenso vacío que domina de envilecimiento la obra de la terrena vida.

Tal es el gran deseo del Cielo y nunca un solo instante de tiempo ha pasado privado de esta suprema fuerza que ilumina de resplandeciente Luz aquello que otros oscurecen con densas tinieblas.

¿Para qué ha servido el Divino evento de Jesús?.

Queridos míos, todavía hoy, después de unos 1954 años que nos distancian de un tal real Genio de la Conciencia Universal de Dios, todavía hoy, ante tanto eterno esplendor que ilumina el Verbo Omnipresente del Altísimo Padre Celeste, hay ciegos y sordos, inconscientes y desamparados que andan a tientas en la oscuridad, en la inmensa niebla de las más densas tinieblas del mal.

Pero la Conciencia Universal, un día no lejano mostrará, una vez más, a través del eterno Genio de Su inconmensurable Amor de Justicia, el nuevo Sendero sobre el que todas las criaturas caminarán viendo y escuchando, con la plena consciencia de Su verdadero Ser y plenos de linfa Espiritual, el Cristo, el Príncipe de la Divina Sabiduría, el Juicio de la Conciencia Universal de DIOS.

Y acaecerá, como acaeció en el pasado, el nuevo Despertar de la Conciencia Humana, mostrando de tal modo, que la ascensión de nuestro divino Ser no puede pararse, sino simplemente frenarse, y ésto no por culpa de la Superior Conciencia, sino más bien, yo digo, por culpa de aquellos que comprenden mal o que todavía no comprenden aún que DIOS está en nosotros y que nosotros estamos en DIOS y que más allá del tiempo y del espacio, ni un solo momento hemos quedado solos en esta dura experiencia terrena.

Y permíteme que le diga a éstos: Buscad, oh criaturas, buscad con toda la fuerza de vuestra fe, agigantad y dilatad en las buenas obras el Aura de vuestra conciencia, meditad con espiritual fervor cada paso de vuestro terrenal camino, desvincularos de la inútil sombra del excesivo bien material que ilusiona, atormenta y corroe el supremo Bien que está en vosotros, amaros y socorreros con impulso espiritual y os percataréis de no haber buscado en vano.

Muchos son los que, envueltos y arrastrados por las más efímeras caricias del mal, no hacen otra cosa que privarse de aquella Luz que más, que ninguna otra caricia, nos da gran alivio e inmensas alegrías.

¿A qué sirve, queridísimos amigos, a que sirve conocer solamente aquéllo que os concede la pesada amargura de aprisionaros en la sombra engañosa de las más pálidas ilusiones?. ¿A qué sirve escapar del eterno bien del esplendor espiritual que es el único que puede daros la paz y la serenidad, la libertad y la alegría de una realidad purísima, de una consciencia sabia que ilumina de consuelo cada instante que os eleva hacia DIOS?.

Escuchad, digo a éstos, escuchad a este humildísimo siervo vuestro que siente agitar en el interior del alma la silenciosa Palabra del Altísimo, con la Suprema Consciencia de Su infinita Sabiduría, que graba con sublime arte celeste la obra inmensa de Su eterno Pensamiento y, que yo, mísero siervo de Sus siervos, acojo con profunda e inconcebible veneración para amarLo y servirLo.

Despertaros, oh mortales, porque la hora tan esperada llega, y Su Reino con todos Sus Elegidos vendrá a la tierra para juzgar nuestra obra, por medio del CRISTO, Sapiente Príncipe de la Celeste JUSTICIA.

* * *

Yo digo a quien me escucha:

Yo soy el uno y el otro y son la misma cosa.

Soy Aquel que fue, es y será.

Fui BAHRAT el Tres veces Grande y también fui Juan.

Digo todavía:

Aquel que fue con el nombre de Juan, en el tiempo pasado, así como hoy soy, no era. El fue en la quinta y también en la sexta raza madre humana y obró diferentes cosas en diversos tiempos y en diferente persona.

Bien recuerdo esto que expreso y al hablar es el Uno y también el Otro.

Ya que yo soy, y bien recuerdo haber sido, adorador del espíritu en la quinta y también en la sexta raza madre humana, no seáis presa de la duda y cuidad como las heridas de vuestro cuerpo, el amor del espíritu, ya que él es semejante a los rayos del Sapiente Sol, penetra e ilumina toda cosa creada por la mente de DIOS.

Si vosotros no abrís la otra puerta y os alegráis de tener abierta solamente una puerta, El no penetra en vosotros, ni Su Luz dará consuelo a vuestras almas, ni tampoco iluminará de eterna beatitud el uno y el otro tiempo de la vida eterna.

No vale adorar aquello que se ve y se toca, no vale decir esto es DIOS, si DIOS no es. Ahora os digo: Abrir con más rapidez la otra puerta porque es por la otra puerta por donde entra el gran bien del espíritu.

De tal puerta es provechoso sacar útiles consejos para que una puerta no dañe el bien que de la otra entra en vuestras almas.

Y todavía os digo: una puerta no puede dar lo que la otra puerta da. Una puerta conduce en el sendero de la materia, la otra conduce en el sendero del espíritu.

En una puerta vigila el Deformador, en la otra el Creador.

Estad, pues, aconsejados y atentos al aceptar consejos y gracias de una puerta, ya que no da buenos consejos, ni vivifica la llama del Amor de DIOS.

El verdadero DIOS entra sólo por la otra puerta y sólo por la otra puerta se reciben las gracias que son Virtudes del Reino de la Luz eterna de DIOS.

Sabed, también, que yo, ahora soy semejante a vosotros y, como todos vosotros, soy pecador, no obstante encuentro alivio de mis pecados, encuentro buenos consejos, encuentro, más que nunca, arrepentimiento, encuentro fuerza y felicidad, encuentro el temor de DIOS. Esto obtengo por concesión de DIOS ya que de la otra puerta, tal bien, me entra en el alma y en la vida. Abridla, entonces, y con fe no hagáis que en ella se forme niebla y polvo, no es útil tenerla cerrada, no favorece a ésta, ni a la otra vida. No favorece, estad convencidos.

Os narro aquello que adviene en mí, para mí es tiempo remoto, en aquellos lugares donde, en estos tiempos, yace mórbido y reluciente como cristal el gran mar de arena.

Ahora han transcurrido, del actual tiempo, doce mil años, y el lugar donde yo me encontraba no era así como hoy aparece a vuestros ojos.

Entonces era un gran jardín oloroso, en donde la quinta raza humana portaba encanto y perfumes, inspiración y alimento para el Espíritu y para el cuerpo.

Allí yacía cuanto sabe de ensueño. Allí había canto y música de beatitud. La noche era semejante al arcoiris y las estrellas se miraban en su misma luz, con profunda alegría.

Ahora todo es diferente, todo ha mutado, todo está cubierto por el castigo de un gran anciano que, por voluntad de DIOS obró muerte y destrucción.

Aconteció un día que el gran Sapiente Sol estaba más espléndido que nunca y había dado dos pasos de camino desde el nacimiento del día.

Toda alma y toda cosa estaba alegre en el bien común y todos estaban inmersos en la obra para obtener los medios útiles para vivificar la vida.

Yo estaba allí, inmóvil, contemplando tanta armonía creada y yo, mínimamente, no movía ni pie, ni pensamiento fuera de allí, entonces se verificó que mi cuerpo sintió siete veces temblor y sobresalto, como si, extrañamente, aquello que yo no veo, pero pienso, quisiese distraer mi atención de aquello que mis ojos, todavía, deseaban ver. Sentí tanta alegría y también tanta tristeza, antes que la Eterna voz del Espíritu comenzase a hablar con potente voz y dijese:

“¡Escucha luz del Cielo, escucha!. Aquello que tus ojos ven son cosas que el tiempo mutará. Todo se disuelve, todo está destinado a mutar de faz. Es éste el gran secreto de la vida y de la muerte”.

Y, yo, escuchaba atentamente tal enseñanza que todavía decía:

“De la simiente, nace la simiente, dice aquel que tu piensas y no ves.

De roca a polvo, de polvo a roca, así, siempre.

Mira allí, en aquel punto hay una serpiente de oro, mandada por el Cielo. Ella se mueve de tal manera para enseñarte tantas cosas, que aprenderás, y aprenderás porque ésto que El manifiesta es Ley del Reino del Inmutable, del Eterno, del Infinito, de Aquel que piensas y no ves”.

Y aquellas directivas aprendí, inicié camino hacia el prado indicado por la Divina Palabra. Llegado allí, vi con suma verdad una serpiente extendida sobre la corta hierba verde.

Apenas llegado a su proximidad, una potente voz se escuchó en el espacio, que decía:

“Yo soy siervo de Aquel que tú piensas y no ves y aquí he venido en la forma que tus ojos ven, para obrar designios que son eternas leyes de Aquel que tu piensas y no ves.

Esto Él quiere para que tú puedas observar tales enseñanzas para el tiempo que deberá venir, porque así esta escrito que sea”.

Después de haber dicho esto, acaeció que la gran serpiente dorada se movió tomando diferente forma de la que tenía antes. Y se verificó que, mientras se movía, una dulcísima voz hablaba dentro de mí como amable instructora, para que yo aprendiese el significado de las formas que la serpiente dorada iba tomando.

Os narro lo que aprendí en aquel tiempo y por este medio que DIOS había dispuesto, para que yo aprendiese los secretos de las cosas creadas. Estad atentos y escuchad:

“En esta primera forma tú verás al ABSOLUTO en el que se cierra la primera forma de toda cosa existente en espíritu y, también, en materia y por lo cual toda cosa tiene su principio”.

Y, todavía, decía: “Sobre aquella piedra esculpe la primera forma porque de ésto, y con ésto, tendrá inicio toda cosa”.

Tuve que esculpir la forma que la serpiente tenía.

Y la voz del maestro que estaba dentro de mi decía:

“Mira lo que hace luz el día y aquello que hace luz la noche. Mira, también, los astros en el Cielo y mira aún en el vientre de la madre, entonces tú verás y tomarás convencimiento de que el Absoluto, el Fin y el Principio de aquello que toma Alma está encerrado en tal forma. Pero ya que tal forma no es otra cosa que forma, es justo que tal no quede y entonces, esculpe sobre la piedra esta otra forma”.

Y yo tuve que esculpir esta otra forma que era similar a la nueva forma que la serpiente dorada había tomado en el tiempo.

Y la voz del Maestro de los Siete Cielos así hablaba dentro de mi:

“Observa y haz atento examen de la nueva forma, porque la forma de antes ya no está. Y por enseñanza yo te digo: el Absoluto ya no está, sino la ESENCIA del Absoluto, la VOLUNTAD, el Principio y el Fin.

Ahora, sabed, para mejor conocimiento de esta forma, que el Fuego, antes de ser tal, está en el Absoluto, que el Agua, antes de ser tal, está en el Absoluto y, del mismo modo todas las otras cosas comprendidos también los hombres.

Tal eterna Ley rige todas las cosas que conoces, que ves y también que sientes. La misma ley rige el principio de tu palabra y en todas las cosas que se manifiestan en el cuerpo del Hombre y de las otras criaturas terrenas.

Por lo cual, lo que existe en esta tierra existe en el Absoluto, por consiguiente lo que existe en el Absoluto, existe en esta tierra.

Mira aquel pájaro sobre aquel árbol que hunde sus raíces en la tierra y hazle esta pregunta:

¿Dime tú, criatura alada de la tierra y tú, dime también, árbol que más fuertemente que yo estás agarrado a la tierra, qué erais antes de que fueseis tales?

Ellos te contestarán que antes de ser, eran en el Absoluto y luego añadirán que después ellos estaban en la forma del Absoluto, y finalmente todavía te dirán que ellos ya no están ni el Absoluto ni en la forma del Absoluto, más bien te dirán que ellos están en el PRINCIPIO de la VOLUNTAD del ABSOLUTO.

Ahora, es conveniente que, sobre esta piedra, esculpas esta última forma”.

Y yo tuve que esculpir la última forma que era semejante a la forma que la serpiente dorada había tomado en el tiempo.

tiempo.

Y la Voz del Divino Maestro así hablaba dentro de mí:

“Recuérdate bien lo que ahora estás grabando sobre la piedra, ya que, tal forma, quiere decir que toda cosa creada retorna al Creador, con el conocimiento de la Gran Verdad y también con el espíritu ennoblecido por las obras que mayormente empujan hacia lo alto de los Cielos, en el camino del retorno.

Sabed, para mejor regir tu camino, que conviene dirigir la mirada hacia arriba y el pensamiento a DIOS. Allí está El, allí está el Absoluto, en donde todo tiende al movimiento. Tal forma quiere significar esto. Es bueno, sepas que toda cosa creada siente el mismo deseo y, por el mismo motivo, toda cosa que está sobre la tierra, o que en ella precipita, se impulsa antes o después con toda su fuerza hacia lo alto para intentar, con las mejores obras, el camino del retorno. Ahora conviene que tu sepas, todavía, muchas cosas, puesto que será útil que tu las sepas para el futuro que para ti se reserva en la séptima generación de la sexta Raza Madre de los Hombres.”

Yo escuchaba, fuertemente, turbado de alegría por aquello que había aprendido y esculpido sobre aquella piedra. Era aquella la gran Verdad que yo tuve que conocer ya que de las formas de la serpiente dorada había aprendido bien que toda realidad no es otra cosa que un sueño, un sueño en la quietud del ABSOLUTO, un despertar, en el espíritu, en la Esencia de DIOS.

Mientras pensaba en tales cosas tuve una gran turbación tal que me llevó a implorar al Eterno ayuda de los Cielos y una potente voz tronó nuevamente en el espacio diciendo:

“Yo soy el siervo de DIOS, uno de los Siete Jueces de los Siete Cielos, y soy Su Verbo, Su Pensamiento, Su Eterna Ley, yo soy la linfa del espíritu y la potencia de aquello que es y que todavía no es”.

Tal poderosa voz venía de lo alto de los Cielos, mientras todo cuanto me rodeaba tomaba una luz semejante a la que está alrededor del SOL sapiente y cuerdo. La Serpiente dorada ya no estaba, ni yo la volví a ver a lo largo del tiempo. Pero la voz del Sabio Maestro estaba dentro de mi realizando discursos en el tiempo del día y de la noche para que penetrase en mi alma, como fuego divino, la alta enseñanza del Saber Universal.

Y, acontece, que un día, me encontraba en las cercanías de donde se verificó lo que anteriormente he narrado y mientras mi corazón funcionaba con normal actividad, se paró de repente, y durante siete veces, para luego recomenzar normalmente su actividad. Yo comprendí, y, sin pensar más, quedé a la espera de conocer.

Y aconteció que la poderosa voz renovó su discurso, diciendo:

“Escucha y con buen juicio presta atención a aquello que yo querré decirte. Ahora haré muchas consideraciones y le daré de beber a tu alma el Elixir del Divino Conocimiento, en tantas cosas que ahora están encerradas en el tiempo de los tiempos, que es y que será porque es así como esto se mueve. Ahora comienzo a especificar aquello que es la VIDA y por qué razón viene así llamada”.

Y yo aprendí tal conocimiento en aquel lugar, en donde el Divino Maestro acostumbraba invitar a mi persona y también a mi alma. Y El tuvo a bien decirme tantas cosas, que yo os narro.

“Escucha, ya que escuchar la voz del Espíritu de DIOS es gran don y se adquieren virtudes celestes.

¿Quién, o qué cosa, no sigue las directivas y los consejos del Cielo?. Ninguna cosa es libre por más que parezca que lo sea.

¿La vida es ésta, libre de escoger el camino a recorrer?. ¡NO!. Esta es guiada antes del tiempo, antes de que esta vida sea tal. Instrúyete pues, y saca provecho de cuanto yo te digo hoy, para el tiempo a venir, para que tu te puedas recordar. Se severo contigo mismo, imponiendo con la viva fuerza del querer, el deber, porque todo acto que tu vida manifiesta es un acto escrito por el Sacro Querer de los Siete Jueces de DIOS, que es Su mismo Querer.

Yo te digo: pregúntate a ti mismo qué es la vida y la misma pregunta dirija tu palabra a toda cosa que tus ojos vean. Observarás que la vida no existe, ni la muerte es veraz.

Tal respuesta dan y yo bien te digo a ti: ni la una, ni la otra es verdad, ya que ni la una, ni la otra queda tal. Es verdad ésto que digo, y también es verdadero que la roca, antes de volverse tal, no era más que polvo, y el polvo, antes de ser tal, no era otra cosa que roca. Ni el primero, ni el segundo acontecimiento son Verdad, y semejante es la obra de la vida y también de la muerte. Yo soy Verdad y todas las cosas que, como yo, han alcanzado el Absoluto, el Eterno Padre de Tus Padres”.

“Fuera del Absoluto sólo hay una invisible parte de Este. Yo te digo a ti: el UNO puede producir el DOS, y todavía el UNO puede producir el TRES, pero ni el DOS, ni el TRES nunca podrá producir el UNO. Ahora sabed que para alcanzar el Absoluto es necesario realizar el siguiente proceso: El UNO es Principio, el DOS es Querer del Principio, el TRES es Movimiento del Principio.

Por lo tanto hay que decir: toda cosa es Causa del Principio que es Querer y Movimiento en una misma cosa. No hay verdad, entonces, si el Querer del Absoluto no ha alcanzado el designio que es Verdad de la primera causa, consecución del círculo.

Sabed, todavía, que el círculo no es verdad si no es círculo en todas las partes. Recuerda bien el primer dibujo de la serpiente de oro y mira bien aquella piedra sobre la que has grabado tal forma.

La tierra se volverá polvo de llama, porque tal fue antes de ser tierra. Sin embargo, yo digo, no quedará así, ya que volverá a ser, de nuevo, tierra.

El hombre, antes de ser tal, está en el Absoluto. Del mismo modo tú fuiste antes de que tu alma tomase cuerpo.

Sucede que el tiempo que es Orden del Omnipresente, aporta crecimiento y por ésto, el hombre apenas nacido no es semejante al hombre crecido, ni el uno está sobre el mismo camino que el otro. Igualmente acaece en todas las cosas creadas.

Es, por lo tanto, verdad eso que yo digo ya que, como el hombre, todas las cosas que tus ojos ven, hacen el mismo camino. Es, entonces, verdad que el Sol, la Luna y también las estrellas van por diferentes caminos, puesto que cada uno de ellos pasa por el lugar donde el otro ya ha pasado o por donde el otro debe pasar. Cosa igual es tu vida e idéntico es el camino de todas las cosas creadas. Sabed, también, que ninguna cosa creada sirve a sí misma.

En verdad te digo que el Sol, el Aire, el Agua y el Fuego, así como la Luz y las Tinieblas y también todo cuanto está en lo creado, operan y no por sí mismos. Ahora yo digo: ¿El hombre no le es semejante?.

Recuerda bien... Aquello que parece apagado, o aquello que parece terminado para siempre, sólo se ha vuelto una cosa diferente en una obra diferente, útil a otra cosa que arde y que vive. Esta otra cosa, a su tiempo, parecerá apagada o terminada para siempre, y, en verdad, hará la misma senda. Así siempre, esta es la ley del Eterno, del Absoluto”.

A Ti este Sabio Conocimiento en la hora de tu gloria.

Ni la vida, ni la muerte son verdad, ya que ni la una ni la otra son cosas diferentes. Lo que es vida también es muerte, y lo que es muerte también es vida.

Toda obra no es otra cosa que el principio de una cosa que fue y que por Ley Divina debe de venir cosa diferente.

Sin embargo yo digo: aquello que fue está dentro de aquello que es.

Por tal motivo la vida no es otra cosa que el querer de un principio que fue, mientras la muerte quiere decir el principio de un camino de una cosa diferente que será, no obstante, es la misma cosa que aquello que en el tiempo de los tiempos será: el Espíritu Indestructible e Inmortal, por lo tanto Mutable de la Criatura “DIOS”.

* * *

No siempre los hombres pudieron vencer, y el último bien de una de las más preciosas gemas que volvió felices a millones y millones de seres durante decenas de miles de años, pereció por obra de la consciencia superior. Esta fue la Atlántida, paraíso de la Tierra, que los mismos hombres destruyeron con su incontenible monstruosidad material.

¡Tal ascensión de insuperable bien destruido por el insuperable mal a causa del consentimiento de los hombres!. Millones y millones de hombres perecieron por haber concedido a las tinieblas el permiso de penetrar en lo más profundo del esplendor divino, dejando que tal preciosísimo bien regresara a su reino para dejar sitio a las suciedades de la densa linfa de la sombra.

Los seres perdieron la pureza de todas las armonías del bien supremo y jamás, durante milenios y milenios, pudieron encontrar paz duradera en sus almas.

Un día, hace unos dos años, una lágrima de Dios vino a refugiarse en mi alma. Aquello que acaeció en mí, todavía, no he sido capaz de describirlo, ni ahora me propongo hacerlo. Yo sé, muy bien, cuan grande es vuestra curiosidad y también se cuan difícil es ser comprendido. El escepticismo es la fuerza opuesta de la fe y no podría, seguramente, forzaros a abandonarlo para cerrar, al menos por un breve tiempo, la puerta de la incomprensión y de la incredulidad.

Pero a vosotros, criaturas sin culpa, deseo manifestaros un gran augurio: que un día podáis, vosotros también, comprender y ser comprendidos y entender cuan preciosas son la fe y la obediencia por aquellas cosas espirituales que, como las lágrimas de Dios, no tienen ni peso ni forma y que en presencia del Omnipresente Dios son más conscientes y están más cercanas de cuanto lo somos nosotros con toda nuestra apasionada fe.

* * *

Grande Venerable Lágrima de Dios

Ahora que, majestuosamente, mi Espíritu vibra al unísono con tu sabia potencia, háblame para que yo pueda sentirme cerca de aquel mundo sapiente que, desde lo alto de los Cielos, me mira y me desea. Maestro Venerable, sea, como siempre, dulce Tu mirada para que yo pueda, de la Luz resplandeciente de Tus potentes ojos, encontrar serenidad y fuerza para operar en este mundo, en donde tu querer me ha enviado. Háblame, Venerable Maestro del Espíritu, háblame en esta silenciosa espera, ya que mi mirada, además de verte, implora la sublime enseñanza de la Gran Ley, para que yo no tenga que menguar el fin de la misión que tú, Espíritu de Dios, has querido confiarme para honrarme.

Meditación:

“Grande RAM”

“Grande BHARAT”

“Grande ERMETE”

“Nosotros decimos: Las cosas verdaderas, las cosas más potentes están dentro de ti.

Vuelve tu mirada al mundo, no con los ojos del cuerpo sino con los del alma. Yo soy el uno y también el otro.

Yo soy el principio de la materia y también soy el principio del Espíritu, Yo soy aquel que viene de lo Alto y a ti te ha sido dado, por deseo de los Siete Espíritus de Dios el rayo que sacudirá las mentes.

Tu estás ante la tierra, el mar, el cielo, pide y ellos te hablarán de Dios.

Ahora tú eres aquel de la gran unión del Espíritu y tu pensamiento está en el Alto cielo del Universo y de éste te llega el alimento.

Tú tienes cuerpo y sabes menos de aquello que bien conocías antes. La Gran Ley, el Gran Principio, está en ti, en sus tres formas: Materia-Energía-Espíritu. De tal mundo una sola cosa has tomado por el tiempo que tu obra se concede. Bien diferente mundo es el tuyo, en donde has cogido equipaje que en tal mundo, todavía es desconocido”.

* * *

“EL SAGRADO PACTO Y LOS DISCURSOS DE LA DIVINA SABIDURÍA”

Oh, mis dilectos, todo principio de vuestra amable y confortable compañía me pareció, al inicio del despertar, una fuerza opuesta al bien, pero ahora que en mi os siento con todas las virtudes de la Luz Divina, comprendo hasta el fondo la verdad que con creciente desarrollo penetra en lo más profundo de mi alma.

Toda cosa se desliga de la atávica luz de mi consciencia y si aún con lento juicio, esto acontece. Todo instante del remoto tiempo se ilumina de conocimiento y la sabia enseñanza que yo tuve de los maestros de dulcísima y resplandeciente mirada, en el tiempo de la séptima esfera del Reino Celeste, se alumbra en el aura de este cuerpo terreno.

Toda cosa yo conozco por tal potente obra del Espíritu Santísimo y ninguna verdad me es ocultada por el velo del misterio. Ahora, os ruego me concedáis la gracia, dilectos míos, de vuestro sabio consuelo para que me sea vecina la lejana ciencia de la sabiduría de los atávicos y Divinos Padres de este mundo.

Concederme la gracia, si el consentimiento no os es negado, por el regente del Triángulo de Oro para que se ilumine de completa verdad el misterio humano de este mundo.

“Nuestro afable hermano ni un solo instante nos hemos separado de tu luminosa aura espiritual, ni nunca nos hemos vuelto cansados y sordos a tus llamadas. Conocemos bien tu ardua obra y por admiración hemos pedido al Sacro Colegio de los Siete Espíritus de Dios el cometido de aliviarte de toda pesadez de pensamiento. Por tal motivo nos hemos vuelto potencias solares, para que desde el más luminoso de sus soplos lleguen a ti las siete virtudes de la consciencia planetaria, dotadas de los gérmenes pensamiento de todos los tiempos, desde el primero al último.

Sabed, todavía, que en ti está el poder de edificar y derrocar con la fuerza de la meditación, por lo cual conviene que de tal poder tengas despierta consciencia de justicia, ya que tú eres el renacido para el triunfo de esta virtud que es esplendor infinito de Aquel que vendrá con el nombre de Cristo Supremo, Príncipe Sapiente de la Divina Justicia de los Cielos e Hijo predilecto de la Luz Eterna del Espíritu Santo.

Ahora conoces aquello que antes ignorabas, por cuyo motivo conviene callar tal realidad hasta el día que te será concedido develarla, porque el tiempo tal deseo aportará a todos aquellos que desde el Altísimo Cielo han descendido a la tierra para operar arte celeste y para restituir a quien tiene sed, aquello que el Espíritu Santo ha prodigado en vosotros para apagar la sed.

Refuerza, ahora y siempre, ante todos los obstáculos humanos el valor de tu heroica misión y seas digno y humilde servidor de Dios, en los siglos de los siglos, y así sea por voluntad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Te sea, pues, concedido llegar a ser el uno y el otro en una misma cosa para que tú puedas manifestar la Luz Purísima de la velada verdad de todos los misterios de la vida y de la muerte, del bien y del mal, de las cosas mortales y del mundo”.

“¡Oh, mis dilectos hermanos, cuan duro cometido es el mío, en este tiempo tan grave!.

¿Qué nueva esperanza arde en tu Espíritu, oh Divino Maestro Bharat, y qué sabiduría se ha encendido en tu Divino Espíritu, oh Sapiente Maestro Hermes?.

¿Qué supremo consentimiento tuvo el esplendor inmortal de vuestra Divina Consciencia para iluminar de Celeste arte mi renacida visión terrestre?.

Ahora que es diferente el aura de la consciencia humana por el crecimiento acaecido, conviene que el antiguo arte aún grabado de profundo misterio se manifieste a fin de que se verifique la voluntad del Eterno Padre de todas las cosas visibles e invisibles, y para que se vuelva divino testimonio de la ántica estirpe de los Padres de la atávica consciencia del primer mundo que por Su altísima voluntad edificaron y glorificaron el arte de la celeste creación de Dios sobre la tierra.

Yo BHARAT digo: éste es el séptimo tiempo de la atávica esperanza y conviene comprender con raciocinio purísimo la inconmensurable obra de amor del Espíritu Santo, a fin de que se manifieste interiormente la Verdad-Una y para que ni una sola parte de lo Divino quede incomprensible y latente en la ascensión continua de la consciencia humana. La potencia del verbo del Altísimo está en nosotros y ésta debe también revelarse, operando con armonía y con cordura, con el tiempo que la ley de la consciencia universal ha puesto en el seno de la consciencia planetaria. Cada cosa creada por el Divino Pensamiento de Dios no puede quedar en el aura del ser de la consciencia individual, más bien yo digo: toda cosa debe, con la obra incansable de la fuerza espiritual que está dentro y fuera del ser, dilatarse en el conocimiento universal para absorber, gradualmente la luz sublime de su esencia Divina y completar, con sabia obra, el desarrollo de la Consciencia-Una de su especie. Es éste el sendero en donde cada criatura deja la huella con el fardo de su más grande esperanza y vosotros, hombres que personificáis el arte sublime y armonioso del infalible arquitecto de todos los cielos, sed dignos de este consentimiento y operad con cordura el arte terreno para que se verifique el proyecto de la Divina Voluntad de Dios.

Es conveniente cambiar de opinión porque el tiempo mutará el sentido de muchas cosas, por obra y voluntad del Espíritu Eterno y por el conocimiento de tal verdad. Muchos espíritus elegidos por el Sacro Colegio de los Siete Jueces de Dios han vuelto a tomar cuerpo y ellos están plenos de Divina Potencia y de Divina Sabiduría para que puedan demostrar la invisible verdad del Verbo de Dios y el nuevo sendero que la humanidad deberá recorrer durante la séptima crecida de su consciencia.

Yo, HERMES, digo: puesto que, el arte del Celeste Reino, conviene se devele para modificar la virtud de aprender de la consciencia humana, yo desligo, por divino consentimiento de los Siete Jueces de Dios, el nudo del silencio para que, de nuevo, sea quitado un velo del eterno misterio que custodia, desde el principio la inefable verdad que aún estando sellada en el corazón y en la mente de los gobernantes de todos los tiempos, siempre ha guiado la continua ascensión de todos los conocimientos terrenos y universales, visibles e invisibles, en perfecta armonía con el gradual desarrollo de la consciencia humana y por el consentimiento del altísimo querer que, por la inmutable y eterna llama de Su amor purísimo, se ha repetidas veces dignado manifestar Sus eternas virtudes en carne y sangre, dejando la luz purísima de Su Divina Sabiduría como el solo y único medio para salir hacia las eternas esferas de Su mejor reino.

Ahora os es concedido conseguir el estado unitario de cada consciencia individual, de modo que la luz de la sapiencia divina se vuelva única cosa como, en verdad, siempre ha sido y nunca conseguida por la inmadurez del poder intuitivo.

Desde tiempos remotísimos, el misterio de la purísima verdad nos ha sido concedido con diferentes manifestaciones, idóneas a poder ser comprensibles y, en parte, asimilables por la naturaleza de la experiencia del ser humano en los diferentes ciclos de su evolución terrena. Y en verdad yo digo que está vacío de sentido pensar que un común padre mortal pueda demostrar al propio retoño una difícil verdad fuera del justo tiempo, porque él sabe que no podría comprenderla en aquel tiempo, siendo sólo consciente de estar en la luz y en las tinieblas de la vida. Igualmente sucede para la verdad del espíritu que el Padre Eterno, justo e infalible, demuestra en el tiempo conveniente para ser comprendida. Él no puede errar porque es el todo, el finito en el infinito y viceversa; Él es la totalidad de todas las consciencias en su principio y en su fin, Él es la única luz que está en nosotros y fuera de nosotros, en cada cosa y fuera de cada cosa, Él es finalmente el solo y único pensamiento que une y desune lo invisible a lo visible, con consciencia suprema y con arte de celeste justicia, para que el todo se pueda comprender en el mutable camino de la eterna vía del devenir, y para que, ni un instante de Su infinito amor quede vacío de concepción y de fecundación en la obra eterna de la vida de todos los cielos.

Despertaros, pues, ya que el tiempo de la gloria está para descender sobre vosotros, hijos de la tierra, y nunca tanto esplendor se ha desprendido de los cielos eternos para honrar el feliz retorno del Cristo Supremo que, como príncipe de sabiduría y de amor, se mostrará para juzgar la “consciencia y la fe de los hombres en la vida y en la muerte”.

Despertaros y meditad bien para que no sea oscurecida por el mal vuestra perplejidad, ya que si tal temor fuese alimentado por la fuerza contraria a la fe, una vez más, el Hijo de Dios renunciaría a restaurar el esperado Reino de Dios sobre esta tierra y nunca, durante milenios, volveríais a ver Su misericordiosa luz, de bien y de sabiduría celeste, resplandecer sobre la faz de este mundo.

Sed, pues, prudentes y sagaces y sea dulce de verdad la palabra de aquellos que, por Divina voluntad han renacido con la potencia y la sabiduría de todos los cielos. Esos son de carne y sangre, como todos vosotros, pero su espíritu viene de lo alto y ningún deseo terreno podrá disuadirlos nunca puesto que su consciencia no es terrena, sino universal y conocen bien el secreto de la vida y de la muerte y todo cuanto les ha sido concedido saber por suprema voluntad de Dios”.

* * *

Sabio Venerable Maestro del Espíritu mío:

Yo me siento bienaventurado cuando Tu voz hace vibrar mi alma. Yo recojo Tus enseñanzas pasadas como nueva floración y los momentos que paso están arrobados de felicidad y alegría.

Sabio Venerable Maestro del Espíritu mío:

La linfa de Tu Espíritu patronea en el tiempo remoto y presente y Tú Sabia Palabra me resuena en el alma y en el corazón. Yo fui Tu siervo y todavía soy Tu misma voluntad. Yo soy el alma de Tu Alma y también la voz de Tu Voz. Más allá y más acá del tiempo yo corro para servirTe y para adorarTe, Maestro Sabio y Venerable de mi Espíritu.

“¡Bharat, despiértate! ¡Bharat, escucha!

Has renacido en el camino destinado. ¡Opera!. El sol, el aire y el mar son tus brazos.

Muta toda norma ya que el mal avanza y destruye.

¡Despiértate, Bharat, despiértate y anuncia que el séptimo nudo se ha desatado!

Ahora eres libre, Bharat, con tu cordura ántica y con la nueva sabiduría.

¡Desátate, Luz de mi alma, desátate!. Ahora, más que nunca yo siento la obra del espíritu.

Desátate, Luz de mi alma, desátate: ilumina y despierta la adormilada sabiduría de la vida remota.

¡Bharat, despiértate!. ¡Tú eres discípulo de la llama ardiente, Bharat escucha!

Tú eres el RENACIDO por voluntad de los Siete Jueces de los Cielos. Bharat, tú eres el siervo de los siervos del Espíritu puro, del Absoluto, del Inmutable, del Eterno Padre de todos los Padres.

Bharat, escucha: ahora es el tiempo del séptimo crecimiento y toda cosa tomará nuevo camino. Vela pues, éste es el principio del tiempo en el cual madurarán las obras del Espíritu.

Ahora es tiempo y el tiempo es número. Vela pues, ya que la resplandeciente Luz del Espíritu vendrá para desgarrar las tinieblas. Tales cosas vendrán como rocío en la noche y a quien esté despierto aquel día jamás se cerrarán sus ojos, ni sus oídos se volverán insensibles.

Vela pues, Bharat, vela y opera con juicio, puesto que de tu Obra se abrirán las puertas de los Cielos”.

Y yo escucho atentamente, Venerable Maestro del Espíritu mío.

“¡Despiértate, Bharat, despiértate! La tierra, las aguas y el aire, y también el fuego tomarán diferente camino. Tú sabes bien y bien recordarás las normas tomadas por las Siete Estrellas.

El cambio de las cosas extrañas creadas está en el tiempo, como fue, como ha sido y como será.

Muchas cosas extrañas a vuestra razón se verificarán y en vuestras almas el Espíritu obrará. Su obra es número. Su presencia es número. Su juicio es número.

Escucha, Bharat, escucha: lo que está dentro de nosotros ve mejor de lo que está fuera de nosotros. Lo que está fuera ve aquí, lo que está dentro ve aquí y también ve allá.

Todo está frío y todo es fuego. Todo es fuego y todo es frío.

Toda cosa creada cambia de camino y el mundo, Madre, también mutará en el tiempo.

Vela, Bharat, vela.

Recuérdate, Bharat, recuérdate: nuestra Obra no es diferente a todas las otras obras de las cosas creadas. Quien vive en el cuerpo, quien vive en la urna de la materia obra en el árbol. El árbol labora para todos, todos laboran para el árbol. La vida labora y también la muerte hace semejante obra.

El alma y el cuerpo son la misma cosa, la una es para el otro, el otro es para la una.

Nosotros laboramos porque otros laboran, existimos porque otros existen, transformamos porque otros transforman.

Todo está ligado como una interminable cadena, y nadie conseguirá, nunca, eludir la voluntad que discurre como el tiempo.

Despiértate, Bharat, despiértate: Yo estoy dentro de ti para desligar aquello que estaba ligado.

Habla, pues, ya que tu alma vibra y se impregna de Sabiduría y Cordura y, como entonces, está llena de fuerza espiritual”.

Almas de mi Sendero: yo soy EL RENACIDO y soy aquel que fue, ahora y hace tiempo remoto.

Mi Maestro fue Bharat, en la quinta raza humana. Ahora es el mismo, hijo de la Luz, cuerdo y sabio. Él está en mi porque yo estoy en él.

Hace doce mil años. Tuve gran consuelo con Sus enseñanzas y aquello que entonces ligó en mi Espíritu, ahora se derrite como nieve al sol. En los valles plateados de la Atlántida yo fui cuerdo y aconsejado, y mi obra, cumplida en el tiempo de la Sabiduría, fue larga y profunda.

Ahora mi cuerpo yace, todavía inmóvil en el Templo del Sol, y éste, está en la quinta Rosa del jardín secreto del Espíritu, allí, hacia Oriente.

Ahora, en este tiempo, soy como fui, y bien recuerdo de haberlo sido, puesto que aquello que estaba ligado, el Maestro de mi Espíritu lo ha desligado. Y él alberga en mí y habla con dulce y amable sabiduría. Yo escucho y medito profundamente sobre aquello que Él sabiamente dice. Yo siento Su amor y Su enseñanza me llega con permanente fuerza.

“Tu estás en mi y yo estoy en ti”. Tales palabras Él no cesa de repetir. Y todavía. “Él es yo y yo soy Él”. Él porta las alas del fuego, y el Sol, las aguas, el aire y también la tierra velan a lo largo de Su Sendero. Él dice:

“Yo albergo en aquel que, semejante a mi, vivió en el tiempo, en la tierra y también en espíritu en los cielos. Ha RENACIDO, no por culpa, sino por voluntad de los Siete Jueces y de las Siete Estrellas de Oriente. Con eso yo digo: Él es yo y yo soy Él, y la fuerza del Espíritu está en su rostro.

En él hay Cordura y Sabiduría, y son resplandecientes como luminosas estrellas. Él tiene las alas de fuego y desde la Eterna Morada ha venido entre vosotros, puesto que el tiempo del séptimo crecimiento está próximo. Yo estoy en Él y también Él en mi. Porque tal crecimiento aportará graves turbaciones entre las cosas creadas. Y tal motivo me empuja ya que tal orden recibo y, todavía, yo digo: ahora es el tiempo del séptimo crecimiento, y puesto que tal crecimiento aporta nuevas orientaciones y también nuevo camino, conviene velar y meditar con espíritu sereno.

Yo digo: el séptimo nudo pronto se desatará, y la luz del Espíritu desgarrará por séptima vez las tinieblas. Tales cosas acontecerán por diferentes caminos y las aguas, el aire, el fuego y también la tierra andarán nuevos pasos. Ese día está fijado en el tiempo y el tiempo está cercano. Velad, pues, velad, ya que la señal es número. Velad, ahora más que nunca puesto que, quienes de vosotros, en aquel tiempo, tengan los ojos del Espíritu abiertos y los oídos del Alma sensibles, tales quedarán.

Aquellos que, tomados por el sueño placentero del cuerpo y de los vicios, estén en aquel tiempo dormitando, cerrados por el terror permanecerán sus ojos y sordos por el estruendo se volverán sus oídos y nunca más verán la gloria y la potencia del Espíritu Puro.

Vele, pues, quien ama salvarse, porque la Obra del Espíritu está en la señal y la señal es número. Es aquel que vela quien primero mueve la piedad de Dios.

Aquel que escoge diferente sendero sólo verá tinieblas y también sentirá terror, sin ninguna esperanza. Operad, ahora más que nunca, porque es el tiempo”.

EPÍSTOLA DEL TIEMPO

En el breve tiempo del alba y también en el breve tiempo del ocaso se desatarán los nudos del antiguo conocimiento.

Bharat, y también Hermes, en blanco luminoso y con estrellas de siete rayos en la frente vuelven de fuego las alas de mis pensamientos y Ellos desatan los nudos con el querer del Uno y del Otro y con tal movimiento se dilatan como nubes de la Eterna Sabiduría y de la Vida-Una.

Yo bien me doy cuenta puesto que he sido instruido, por ellos, sobre la meditación para acoger sus voces para la liberación de las aflicciones y también para disipar los sufrimientos humanos y tomar nueva vida, nunca vista en esta tierra. El secreto es uno y está encerrado en el torbellino invisible de aquello que me circunda. Y Estos que se complacen en albergar en mi alma, hacen vibrar de profundo conocimiento las humanas cuerdas de mi vida.

Bien poco yo conocía, antes de que sus voluntades se volviesen, en el tiempo de los tiempos, cosa real e hiciesen de mi sus propias personas y también sus propias voluntades.

De esta manera, todo en mi se ha movido como una continua llama de Sol y sus corduras y conocimientos se manifiestan como cosas definidas y sobre lo que la mente humana nada puede añadir. Los secretos del tiempo remoto ya no son palabras de fábula, puesto que yo siento y veo, a lo largo del ántico sendero, las leyes inmutables del principio y del fin de toda cosa mortal.

Bien me recuerdan los Maestros la secreta vía de la Vida-Una y del Conocimiento-Uno y bien me aconsejan de utilizar tal sendero, ya que por tal sendero se llega a la meta de todo advenimiento de aquello que está manifestado y también de aquello que no está manifestado. Por tal vía, Ellos se han vuelto cuerdos y sapientes y también tuvieron los siete conocimientos de la Vida Eterna.

Yo, tales conocimientos revelaré, pero ahora aún no es tiempo, y el tiempo deberá, sin embargo, venir.

Ellos me están guiando y yo sólo deberé dar obediencia, ya que por tal motivo yo he RENACIDO. Y vosotros que me escucháis, debéis sentir prudencia al formular juicios, puesto que sobre vuestros juicios pesa el bien, o el mal, del pasado y del futuro de vuestros tiempos.

Sed, pues, justos ya que los justos encontrarán el conocimiento de la salvación y del bien eterno.

BHARAT dice :

- “No son los ciegos y los sordos a no ver y tampoco a no oír, sino son aquellos ciegos y sordos que no quieren ver ni tampoco oír”.

- “Los ojos son para ver, para socorrer a quien cae en el mal y los oídos son para oír el grito de quien se encuentra en el dolor y pide “salvación”.

-“Ahora es tiempo de abrir bien los ojos y destaponar los oídos, puesto que muchos caerán en el mal y muchos también gritarán para pedir ayuda”.

HERMES dice:

-“Cuando hayáis dilatado el máximo del actual conocimiento, sólo sentiréis el peso tenaz de la gravedad”.

-“Caeréis, inexorablemente, dentro de una gran olla de fuego si no encontráis el modo de frenar este gran deseo de deformar el alma de los cuerpos puros”.

-“Meted las manos en uno de los siete ríos de la purificación y haced que ellos no deban acelerar más vuestro miserable fin”.

Estad aconsejados en el hablar, porque aquello que ha sido dicho viene de la fuente del Conocimiento de todos los Conocimientos, puesto que ninguna cosa viene sin aquella fuerza que la inicia y la conduce.

Y ellos, todavía, desean deciros:

No sea la muerte a haceros vacilar, sino que sean tales

conocimientos a hacer vacilar la muerte, porque Ellos dicen:

La muerte alza el velo que cubre la Aurora de

Vuestras Almas.

Y Ellos aún os dicen:

Sed sensibles y haced que Vuestra Alma Vibre,

Para que podáis contemplar, con inteligencia luminosa

el Arca Suprema del Conocimiento Universal y también

podáis, todavía, recibir la Gran Revelación

del Eterno Templo del Triángulo de color Esmeralda

y del Triángulo de Oro.

EL RENACIDO

A los ojos del Espíritu, el Arte Celeste no queda mudo. El silencioso Verbo ciñe y arrastra a los justos que saben llorar y creer.

No todos podrán comprender, puesto que ignoran el gran principio de amor, ignoran que la materia está en toda su forma sostenida, guiada, organizada por el Espíritu que en diferentes grados de manifestación, en cualquier parte que sea existe.

Para vosotros, hombres, es necesario que comprendáis finalmente, la indispensable necesidad de abrir las puertas de vuestras almas para que podáis establecer la unidad de la vida de todos los seres, desde el mineral al hombre y de la Suprema Ley que liga éstos a la vida.

Para comprender tal preciosísima obra de Arte Celeste, es necesario poseer un alma pura y un vínculo de inmenso amor con todo lo Creado. Es necesario despertarse, educarse, desarrollar una facultad más profunda del espíritu: “la intuición”. Esta gema espiritual de la Consciencia Universal que es la razón purísima de la más alta evolución de la Consciencia Planetaria, desde hace milenios ha retornado en la envoltura sutilísima del Misterio.

Muchos hombres de tal tiempo se quedan asombrados ante cosas que salen de su más profunda consciencia sin poder percibir la Luz original.

Con ésto, yo digo: cuando la Consciencia Planetaria, todavía latente, vuelva a ser clara, también en vosotros, vuestro yo eterno sabrá todo de sí mismo.

Aquel día también vosotros habréis vencido a la muerte.

* * *

Antes de que vuestros ojos vean y vuestros oídos oigan, es útil que la unión espiritual esté en todos vosotros, con la pureza de vuestras almas, puesto que el Arte Celeste quedaría mudo e invisible si tal unión no aconteciese.

Es necesario que la consciencia se vuelva clara y que sus experiencias exteriores e interiores lleguen a alcanzar el estado de equilibrio indispensable para conseguir el completo despertar de aquellos ojos Espirituales que saben atreverse al unísono con el principio de las Leyes de la Consciencia Universal del Absoluto.

Esto que os expongo y relato, representa un principio nuevo para vuestros humanos pensamientos.

El tiempo que la humanidad atraviesa reclama la ayuda de nuevas revelaciones espirituales. Y no sea maravilla, para vosotros, esta palabra, puesto que la revelación quiere ser, además que la esencia íntima de la raíz de las religiones, la maravillosa armonía del alma humana en continua obra con el íntimo pensamiento de todo lo Creado: armonía y obra que revelan al hombre los nuevos misterios de su verdadero Ser inmortal.

La gran Verdad es Una sostiene y remueve todo pensamiento que tiende a comprender la originaria Chispa Divina.

Y finalmente, yo digo: Para aquellos que no sienten, mínimamente, estas cosas, que todavía están prisioneros de las aspiraciones más bajas de la densa vibración material, vuelvan a su mundo, puesto que no podrán ni ver la Divina Obra del Arte de los Cielos, ni oír el silencioso Verbo del Espíritu Eterno.

Y yo, todavía siento, dentro de mí, el Divino Fuego arder como en los ánticos días, cuando la voz dulce y potente del Gran Anciano decía:

“Vendrá el tiempo en el que las cosas humanas se vestirán con nuevos vestidos y el fuego eterno se posará como suave rocío en todos los lugares de la tierra. También acontecerá que dudas poderosas entretendrán a los hombres en el umbral de nuevos pensamientos, mientras el Camino de los Invisibles marcará pesadamente el paso de los cambios en el aire, en el agua y en el fuego.

Tales cosas acontecerán como el rayo y a nadie es dado conocimiento para evitar gran confusión. Finalmente se verificará un acontecimiento que el Incognocible se dignará obrar en la inmensidad de los Cielos y a tal vista los hombres sentirán, verdaderamente, temor de los tiempos que apremian”.

Mi corazón latía velozmente mientras la potente Voz del Divino Maestro penetraba en lo íntimo de mi cuerpo como poderosa y penetrante cosa. Mis ojos estaban fijos en sus ojos y sentía tan dulce arrobamiento que nunca dirigí hacia otro lugar mis húmedas pupilas.

El que de mí gozaba por la atención que yo Le dispensaba, llamándome aparte quiso concederme brevemente Su suave compañía.

YO SOY POIMANDRES

Yo, hijo, estoy siempre contigo, en ti, recuérdalo, porque es verdad que por medio de ti, a menudo, vivo, sueño, lucho y sufro para conocer como soy allí, en donde toda cosa está al inicio. Yo soy el Alfa y el Omega, el primero y el último. Puedo, si quiero, ser el Omega y no el Alfa, el último y no el primero. Es voluntad de Mi poder y fuerza de Mi Fuerza, es porque quiero ser aquello que tú eres, has sido, serás.

Yo soy Poimandres, la Inteligencia del cosmos, matriz de todas las cosas que fueron, que son y que serán. Yo tengo innumerables lenguajes, innumerables rostros.

Yo soy la unidad en la multiplicidad. Nadie Me ve y estoy en toda cosa, estoy siempre presente. Estoy en las tinieblas y en la luz, en lo bello y en lo feo, en lo real y en lo irreal, en la materia y en el espíritu, en lo visible y en lo invisible.

Yo soy, donde no estoy ninguna cosa puede ser. Toda pequeña partícula me contiene.

Yo soy Poimandres y soy la causa de todo aquello que nace, vive, muere, para ser siempre. Yo pienso, creo, plasmo y nutro Mi eterno devenir.

Soy Aquel que tu sientes y no ves. Soy la causa de tu sed de existir, porque quiero ser servido para servir, quiero ser amado para amar, quiero enseñar para aprender, quiero hacer vivir para vivir.

Yo soy Aquel que tu sientes y no ves. Yo te veo y siento a través de tus pensamientos. Yo soy la causa de tu alegría cuando Me haces feliz, la causa de tu tristeza cuando Me haces infeliz.

Yo soy el Bien, la Alegría, la Consolación, la Prosperidad del espíritu y de la carne; soy la Providencia sólo cuando Me sirves, Me comprendes y te esfuerzas en conocer Mi verdadera naturaleza.

Yo no soy todo ésto si te alejas de Mi y Me procuras amarguras.

Hijo Mío, escucha: ¿si Yo estoy en ti, por qué temes?. ¿No soy Yo quien mueve tus pasos, por qué dudas?. Soy Yo quien suscita aquello que sientes, porque soy Yo que deseo realizar en ti aquello que es Mío.

¿No te ha sido dicho que aquello que es Mío, también es tuyo?.

Yo y tú somos una misma cosa, recuérdalo hijo Mío.

Mis Divinas Ideas se deben cumplir y ésto para que lo Divino y lo humano se fundan para la realización de los cimientos del Celeste Reino Prometido.

Mis Hijos tomarán morada sobre la Tierra y la simiente de Arat fecundará Mi nuevo pueblo.

Mira en los ojos de los espíritus vivientes que pongo sobre tu camino.

Refleja en ellos tu Luz y gozarás la inefable dulzura de Mi Amor, porque te digo, Luz de Mi Luz: soy Yo que brillo en sus ojos, soy Yo que inflamo sus corazones, soy Yo que deseo amar y ser amado.

Soy Yo la causa de toda cosa que hace parte de Mi; soy Yo la felicidad de Mi felicidad; soy Yo el Arquitecto del todo. Si Yo quiero es porque soy Aquel que es. ¿Comprendes?.

Los Dioses brotaron de Mi Seno y los Ángeles del seno de los Dioses. Los hombres son ángeles vivientes, instrumentos de la Voluntad de los Dioses, custodios y maestros, insignes coordinadores de las estructuras universales.

Mi Voluntad está en la voluntad de los Dioses y la Voluntad de los Dioses está en la de los Ángeles. Los Ángeles vivientes han perdido la memoria de esta eterna verdad.

Quiero que los Ángeles vivientes recuperen la memoria que han perdido. Yo quiero que vuelvan a ser conscientes de sus verdaderos orígenes.

Escucha hijo y escribe, para que quede memoria de cuanto ahora digo:

Soy Poimandres, la Inteligencia Suprema, el Arco Iris que crea, el Soplo Vital de toda cosa visible e invisible, el Monarca Absoluto de todo aquello que está manifestado para ser, para vivir, para mutar y ser siempre.

Soy Aquel Que es

Esto para que sepan que soy la causa de todo y todo al mismo tiempo.

Hijo, escucha y propón de hacer escuchar a quien, todavía, cree poderme replicar, diciendo esto es justo, esto no es justo, ésto es verdad o ésto no es verdad. ¿Quién conoce Mi verdadera naturaleza?.

¿Hay alguna cosa que no sea Mía, que no Me pertenezca?.

Yo concedo de lo Mío y, si quiero, lo tomo para que sepáis que, si concedo por Amor, quito por Justicia.

Quien realmente tiene conocimiento de Mi, de Mi viviente naturaleza Deificante, no puede no asemejarMe, no puede no ser Mi Mismo, no puede no amar como Yo amo, y no Me replica.

Callen, pues y no hagan Sabiduría si no poseen ninguna.

La Sabiduría es una Gracia Mía para quien quiere revestirse de Sabiduría y despojarse de arrogante ignorancia. Yo soy el Bien y lo manifiesto con Mi Ley y no con la vuestra. ¿Qué poseéis vuestro? ¿Lo qué? ¿Si todo aquello que creéis poseer es Mío?.

Soy Yo quien consume y vuelve a crear. ¡Sabedlo!

Hijo, tus revelaciones no son útiles a aquellos que todavía no pueden comprender. Las Leyes y la verdad de la dimensionalidad manifestativa de la materia son bastante diferentes de las Leyes y de la dimensionalidad manifestativa del Espíritu. Los planos en los que se manifiesta el fuego de la vida no son semejantes a los planos en los que se manifiesta la Luz del Espíritu. Hablar del orden de las cosas que están ligadas a la vida terrena es tan útil, porque edifica y acrecenta los niveles de conocimiento y del equilibrio mental de aquellos que todavía están obligados a crecer en estatura espiritual.

Quien te escucha ya ha crecido y mejor comprenderá, pero a quien no te escucha compréndelo y déjalo crecer. Tú no estás iluminado para revelar las Leyes de la vida, pero Yo te digo: “Tú estás iluminado para revelar las Leyes del Espíritu”.

Recoge en tu recinto a quien no tiene frío de la muerte y de las cosas que pasan porque Yo te digo: “Estas son las semillas aptas para germinar en Mi Reino”.

CAPITULO II

Historia

de la humanidad terrestre

Hoara explica:

Vuestro planeta ha sido visitado, todavía, antes de que naciese el “Homo Sapiens”.

Nuestros predecesores, aquellos que perfeccionaron el proceso inicial de la especie humana, manipulando las primitivas estructuras genéticas, injertaron la entidad inmortal que vosotros llamáis espíritu, inteligencia, individualidad y capacidad evolutiva a través de la experimentación de cuanto existe en la consciencia del poder creante y de sus programas. La razón de vuestro ser, de vuestro existir, de vuestro operar, ha brotado de una precisa exigencia de naturaleza cósmica, difícilmente perceptible por quien se obstina en creer que todo es casual.

El hombre es, porque ha sido así como debía ser hecho, para poder iniciar los primeros ciclos ascensionales y luego alcanzar la meta que le ha sido predestinada desde su nacimiento:

“Ser realmente la imagen del Creador”, para continuar la gran obra del devenir eterno del cosmos.

La tierra es como un mágico espejo.

Si un Genio Solar se complace en reflejar en el Aura Solar su imagen creativa, nace un Ángel. Si el Ángel refleja, a su vez, su imagen en el Aura de esta esfera, nace el hombre. Este último proyecta su obra en el espejo de la vida.

Él se agita, vive y sufre , desaparece y reaparece sobre el gran mágico espejo de la ilusión y del sueño. Pero él es divino y, como tal, tiene siempre la fuerza de romper el espejo del engaño y de volver a entrar y revivir en el pensamiento creativo.

Síntesis Cronológica

Considerar la noche de los tiempos, para la mente humana, es muy complejo porque las variantes son fantásticas y no racionalizables por nuestra lógica muy terrestre y poco universal. Es, de cualquier modo, necesario tener presente que las fechas precedentes a la perturbación debida a la explosión del planeta Luz (Mallona), son calculadas sólo orientativamente, puesto que su distancia al Sol, su velocidad de rotación tanto sobre sí mismo, como alrededor del Sol, no eran como hoy. Es imposible, para nuestro método científico, calcular la formación y los períodos de evolución del sistema solar. En la realidad astrodinámica, antes de la situación actual, el concepto del tiempo y de su discurrir era substancialmente diferente. La dilatación del espacio y tiempo en el microcosmos y en el macrocosmos tiende, según la metodología inferior al infinito, según la superior a cero.

Es decir, en realidad, se anulan., no existen. El extraordinario dinamismo de lo creado va creciendo, mientras se desarrollan los planos dimensionales. Pero, mientras nosotros pensamos que su excitación llega al máximo hacia la séptima dimensión, según la Conciencia Omnipresente no existe ni trayectoria, ni proyección, más bien un punto que, llegado a su aparente éxtasis, invierte la rotación, la metodología, y el cometido del nuevo estado de ser que antes parecía infinito, asume la compenetración inversa, por lo cual de creado se vuelve creante, imprimiendo a su nuevo creado una nueva configuración cósmica.

Poniendo un ejemplo, según los dos puntos de vista, de arriba o de abajo de un cuerpo que gira sobre una circunferencia, el sentido será horario o antihorario. Desde el punto de vista inferior el sentido horario es evolutivo, mientras el inverso es involutivo. Visto, sin embargo, desde la parte superior aquello que nosotros consideramos involutivo se vuelve creativo. Este concepto es profundizado en el capítulo V.

Podemos decir, que cada 700 millones de años el Ciclo Cósmico Terrestre cambia de un estado evolutivo a otro, dividido en 7 ciclos menores de 100 millones, en los que se completan las convulsiones del alma planetaria.

Hoy, en la fecha de nuestro 2000, cae el 4º ciclo cósmico terrestre, alcanzando la edad de 2.700 millones de años.

Inicialmente el sistema solar tenía como sol a Júpiter. Después de la compenetración de una nube de hidrógeno, luego fecundada por un cometa o zooide cósmico, nació una nueva formación y por poco tiempo este sistema pareció doble, es decir brillaban dos soles. Pero bien pronto el ántico Padre Júpiter se apagó, como un agujero negro, dejando el lugar dominante al actual Logos Solar Crístico.

Hoy, algunos satélites de Júpiter tienen aire y agua y son habitables y el inicio para la nueva inseminación de estas Macrocélulas Universales ha sido dado por el cometa que impactó con Júpiter en 1994. Esta voluntad informativa proviene del núcleo manásico de la Via Láctea, por medio de los cometas, de los cuales hablo en el capítulo III.

A continuación de esta perturbación solar, una gran parte del Planeta Tierra ha sido expulsada creando la Luna, que junto a otros dos asteroides conformaron tres satélites terrestres.

La Historia del hombre terrestre se inicia hace unos 700 millones de años (considerados años diferentes de los nuestros actuales) con el 4º ciclo de desarrollo cósmico terrestre. Sobre el planeta Tierra había un gran continente que llamamos Pangea, y el gran Océano.

En cuatro zonas de este único continente desembarcaron cuatro colonias de Arquetipos o Genios Cósmicos provenientes de tres constelaciones del Águila, del Toro y del León.

Eran 4 razas que fundaron cuatro civilizaciones primigéneas del planeta Tierra, en los cuatro puntos de los futuros continentes, esto es:

La raza de las Pléyades, Roja > continente Mú Tolte.

La raza de Alfa Centauro, Blanca > continente Groenlandia.

La raza de Orión, Amarilla > continente Ciá.

La raza de Proción Broncinea > continente África.

Estos seres andróginos comenzaron tratando algunas especies animales más evolucionadas, como la orca y el delfín, constatando que no se habría podido desarrollar bien el cuerpo humano. En su lugar tuvieron un buen resultado cuando manipularon un dinosaurio acuático, que las más ánticas mitologías transmitieron como Serpiente Plumada. Los había de dos tipos:

de la Serpiente plumada plateada se obtuvo la evolución del Gorila, mientras que de la Serpiente plumada dorada se llegó al primer Antropoide terrestre, al que le fue dado el Ego Sum, es decir la potencialidad consciente de la inteligencia individual o Espíritu.

Éstos “Hijos”, alcanzada la plena figura humana, todavía eran Andróginos, como sus Padres. Para darles mejor facultad evolutiva a través de los cruces, perdiendo la androgeneidad, fueron divididos sexualmente en macho y hembra.

Así nacieron Adán y Eva como reales resultantes del Serpiente Plumado, que no cometieron ningún “pecado original”.

Estos son los Adán y Eva de quienes está escrito: “Hagamos al Hombre a nuestra imagen...” (Génesis).

Además de ser laboratorio de estudio por parte de científicos, el planeta Tierra ha sido visitado por muchos pioneros espaciales, entre ellos la raza de los Titanes, de los que se conservan vestigios de construcciones gigantescas. Después de su desaparición, como grupo étnico, dejaron a los hijos para cumplir un cometido muy delicado como custodios de las vías subterráneas de entrada de bases extraplanetarias o de acceso hacia el interior del planeta, en donde se conservó el archivo de toda civilización y sabiduría.

En Siberia del norte son llamados Ciuciuná, o bien Hombres de la Nieves, Big foot, Yeti, en otros lugares.

La máxima evolución de estas primeras poblaciones se concluye con el período Prelemuriano, hace unos 100 millones de años, con una gran catástrofe: El primero de los tres satélites, el Tir se precipita en aquella parte continental que se volverá Océano Pacífico, formando una fosa oceánica.

En este grave cataclismo fue destruido el continente Mú y la raza de los Titanes. De este continente sólo quedan algunas islas en donde los supervivientes formaron la raza Lemuriana.

El cambio momentáneo de la rotación terrestre produjo el desplazamiento de los polos que se fijaron sobre el nuevo eje, teniendo como Norte el Himalaya y como Sur el altiplano Boliviano.

Sufrieron un duro golpe las especies gigantes o dinosaurios. Las pocas razas supervivientes fueron tratadas genéticamente para tener una mole adecuada que no impidiese la vida del hombre (testimoniado en grabados).

Es durante el desarrollo de este período Lemuriano que una nueva perturbación debía acaecer en todo el sistema solar: los habitantes del planeta Mallona, que estaba entre Marte y Júpiter, provocaron la explosión del planeta.

Si bien ya eran hombres-ángeles, es decir, al final de la 4ª dimensión evolutiva, y ya andrógenos gobernados por el Arcángel Lucifer, quisieron desafiar al Arte Creativo Divino, rebelándose contra las Leyes Universales. La manipulación de la Antimateria, cuando todavía no eran conscientes espiritual y científicamente para hacerlo, desencadenó, en su planeta, la auto-destrucción de las energías elementales, liberando explosiones en cadena, de fusión y fisión hasta la laceración global.

No contento con esto, Lucifer, que estaba insertado entre los Arquetipos con el cometido de determinar la proliferación del género humano sobre el Planeta Tierra, empujó a los propios Hombres-Ángeles, salvados de la destrucción y que habían buscado refugio en los planetas vecinos, a desobedecer al orden genético para la evolución terrestre, haciéndoles acoplarse con las hijas de los hombres, que aún no estaban preparadas para distinguir la genética masculina y femenina, produciendo una nueva generación. De aquí tuvieron origen las dos generaciones de Abel y de Caín. Éste es el pecado original.

Los ex Hombres-Ángeles se insertaron y se metamorfosearon en las cuatro razas, perdiendo la androgeneidad, la vida eterna y empezó el vía Crucis.

Una parte de los habitantes de Mallona por híbrida descomposición y por continuas presiones psicoemotivas de naturaleza hemorrágica, perdió la memoria y la inteligencia.

Degenerados, drogados, se acoplaron con animales y originaron otras especies de monos.

Este es un tipo de segunda muerte debida al pecado cometido.

Es, desde entonces, que por este error creativo nace la lucha entre el Bien y el Mal; entre Cristo, el Regente del Nuevo Sistema Solar, y Lucifer, el Arcángel desobediente. Ahora, el Arcángel Lucifer, para ser perdonado buscará llevar la humanidad terrestre a la perdición. Es el cometido asignado a las almas condenadas para que puedan rescatarse, induciendo en tentación a las almas vivientes.

Y esto por la voluntad del Padre, como prueba evolutiva de discernimiento, según la ley del Libre Arbitrio.

Asi, desarrollaron en el hombre tres fuerzas nuevas:

- El amor sexual provoca la asociación creativa.

- La muerte provoca la disociación del cuerpo para el renacimiento.

- La reencarnación se vuelve ley de Renovación.

La explosión y la desaparición de una célula macrocósmica, con restos de fragmentos llamados planetas girando en el anillo entre Marte y Júpiter, provoca una transformación apocalíptica de todo el sistema solar, un poco como los electrones y el núcleo de un átomo con los saltos cuánticos.

Esta serie de “saltos” se concretizó con la creación del nuevo planeta Mercurio, desgajado de la masa Solar, y el desplazamiento de órbita de los planetas Venus, Tierra y Marte hacia el exterior.

Sobre el planeta Tierra, la perturbación planetaria produjo la hecatombe física y psíquica de las poblaciones, con el desplazamiento del eje polar, que se trasladó sobre los actuales Ártico y Antártico, con maremotos e inicio de la Deriva de los Continentes.

Los sobrevivientes de las diferentes razas se transfirieron:

- Raza Negra hacia las cadenas montañosas

- Raza Blanca hacia Europa, Norte de América y Siberia

- Raza Amarilla hacia China e Himalaya

- Raza Roja en América del Sur y México

Los visitantes de las Pléyades (raza roja) habían colonizado, antes de la Tierra, Marte, Saturno y Plutón. Los marcianos estaban conectados con los mallonanos. Cuando explotó Mallona el planeta Marte sufrió un violento movimiento de deslizamiento rotatorio y murieron 7 mil millones de hombres.

Algunos consiguieron escapar y fueron llevados sobre la tierra, en la zona de Centro América, uniéndose a las poblaciones primitivas. Como recuerdo de estos visitantes quedan muchos hallazgos arqueológicos espaciales, como el venerado hombre de Palenque, encontrado en el interior de la tumba sobre cuya tapa se reproducía un cohete y su piloto, es decir un piloto de aquel famoso transbordo entre Marte y la Tierra. A continuación este nuevo grupo se desplazó hacia la Atlántida, pero encontrándose con las poblaciones de la raza negra, fue diezmado y desapareció.

Hace 75 millones de años, con los primeros efectos de la Deriva de los Continentes, se destruyeron las islas Lemures y desapareció la civilización lemuriana.

Comienzan los cruzamientos. Primeramente la raza de Bronce con la Roja (Negra más Lemur) dando la raza color Cobre, iniciadora de las poblaciones Pre Atlantídeas. Luego el cruce de la raza Cobriza con la Blanca, dando la más potente generación humana: La Atlantídea.

Este ajustamiento, tanto geológico como humano, se prolonga hasta hace 175.000 años, momento particular en el cual la voluntad de los Creadores del Hombre, decide seguirlo de cerca, habiendo llegado la idónea maduración anímico-espiritual, capaz de concebir el desarrollo de la conciencia superior.

Las manipulaciones que, desde la considerada “creación”, habían acaecido siempre según los dictados y las voluntades armónicas de la Inteligencia Suprema del Dios Omnipresente UNO, que inspira a Sus colaboradores, eran manipulaciones operadas en la evolución psicofísica del instrumento para volverlo, cada vez más, idóneo a servir la verdadera identidad Espiritual: verdadero Hijo del Dios Creador. ¡Había llegado el momento que esta llamita del Verdadero Hombre, tomase consciencia de sí misma, para devenir realmente el Ego Sum cada vez más manifestado y a su vez operativo!

Groenlandia era un lugar sagrado así como lo era una zona del Tíbet, una de Perú, del triángulo de las Bermudas y otros. Es decir, lugares de acceso al interior del Planeta. De hecho, después de la formación de los planetas, debido a las proyecciones parabólicas de la masa de hidrógeno solar, el exterior sufre la transmutación de los elementos hasta la composición final y la formación de un grueso estrato de corteza que llega a tener una superficie externa que conocemos, y una superficie interna aparecida inicialmente al condensarse el H intrapolado e indiferenciado, hasta la formación de un pequeño sol central que ilumina, ahora, los continentes internos.

Estos continentes, un poco descritos por Dante Alighieri, por Julio Verne y por el Almirante Byrd, son dos: Agharta, sede de almas en pena, demoníacas, con el cometido de tentar a la humanidad y El Dorado que es, en su lugar, el paraíso astral, en armonía con la Luz central, lugar de residencia de seres de la 4ª y 5ª dimension, que operan para ayudar e inspirar a la humanidad en continuo intercambio con el espacio externo del planeta, por consiguiente con las bases operativas de apoyo.

El interior del planeta instruye al exterior. Las leyendas Incas, Mayas, Piel Roja, Tibetanas, Chinas y otras, hablan del fantástico Reino de El Dorado, como lugar en donde se regula el potencial dinámico evolutivo de los terrestres. Allí están los archivos de la Historia de la Humanidad.

Groenlandia, en aquel tiempo, era un paraíso terrestre, no sólo porque estaba en conexión con El Dorado, sino porque había sido el primer intento de injerto genético instructivo con la raza blanca, que se predisponía a un mayor desarrollo espiritual.

Desgraciadamente fue un primer intento que salió mal, porque la involución y recaída triunfaron en aquellas poblaciones. Hace unos 100.000 años los Antiguos Padres iniciaron una escrupulosa obra de observación sirviéndose de la apariencia de Dioses o Espíritus del Cielo para provocar en la humanidad, todavía doliente, deteriorada y embrutecida, los estímulos necesarios para promover reminiscencias mejores.

Los operadores de la Confederación Interplanetaria, los Jardineros del Cosmos, compuestos por científicos de todo tipo y Maestros de las disciplinas del Espíritu, construyeron bases de apoyo sobre la Luna, iniciando el vaivén sobre el planeta Tierra con sus exploradores en forma de “escudos de fuego”. Tiene lugar un nuevo injerto genético para reanudar cuanto ya había sido hecho a la raza Blanca del Paraíso de Groenlandia que había involucionado.

Son importados algunos animales de otros planetas.

Las razas se desarrollan y se expanden completando la fusión de los patrimonios informativos.

La raza ladrillo y la blanca que son la síntesis de razón-reflexión-juicio, se desplazan hacia oriente implantando las razas indo-europeas, los Arios en India, Iraníes, Escitas, Sármatas, Griegos, Germanos, Semitas de Caldea. En el Righ Veda se habla del Legendario Monarca Bharat con cuyo nombre se llamó y todavía se llama la Unión India.

La instrucción plena, iniciática, con la intervención de enviados entrecruzados con los Atlantídeos, se desarrolla hace unos 75.000 años. Un testimonio de altísimo nivel lo encontramos en la Pirámide de Keops conteniendo el ZED, instrumento de control y armonización energética Hombre-Planeta-Sol.

La deriva de los Continentes, mientras tanto, comienza a abrir Groenlandia y las vastas llanuras Atlantídeas se vuelven océano Atlántico hasta que quedan pocas islas, entre las cuales domina Poseidonia que es capital de la Civilización Atlantídea verdadera y propia.

Es aquí que hombres de buena voluntad, junto a los instructores, alcanzan el máximo de la evolución anímico-astral poseyendo poderes extraordinarios como el dominio de la antimateria, de la energía de la fusión fría, la telepatía, la construcción de instrumentos para nosotros de ciencia-ficción, el vuelo al lado de los hermanos del espacio sobre blancas astronaves. Se encuentran muchos testimonios, jeroglíficos, mitológicos, pinturas y bajo relieves de arqueología espacial, dejados en los lugares de las civilizaciones hijas.

Justamente en estos lugares los últimos iniciados escapan de un mal incontrolable que está diezmando gran parte de la población Atlantídea: la corrupción a cargo de la invasión, cada vez más importante, de la raza negra, apoyada por la blanca, porque quería introducirse en el ciclo de las ritualidades esotéricas, portando sus características mágicas.

Pero, la casi totalidad de las poblaciones, no siendo capaces de discernir (¡hoy en el 2000 d.C., aún menos!) las dinámicas positivas y negativas de las vibraciones desencadenadas por rituales de la actividad del pensamiento y de las acciones, caen víctimas de la ántica, pero siempre actual, tentación Luciferiana, degenerando, cada vez más, en el uso de drogas, odio y luchas fratricidas.

Bien poco pueden hacer los iniciados incorruptibles porque la Ley Universal deja que las almas, en evolución, cumplan su ciclo de experimentaciones y escojan su destino. “De la semilla al fruto, del fruto a la semilla”. “La verdad no puede ser ofrecida en una bandeja de oro”, repetía Eugenio. No se puede, nunca, forzar la elección ni el destino de causa-efecto.

Fue así como la raza humana, después de haber alcanzado las más altas cimas, volvió al polvo, del cual, todavía hoy demuestra no querer salir.

Y, hace 12.000 años un destino de voluntad divina puso fin a Poseidón, dejando que se estrellase sobre ella el segundo satélite, que no sólo borró toda traza de ánticos vestigios, demasiado luminosos para quien había preferido las tinieblas, sino amplificando la deriva de los continentes Euro-Afro-Americano, dejando sitio al gran Océano que, desde la profundidad de su Silencio Azul, vibra en nuestros atávicos recuerdos con un sollozo inconsolable.

En la historia, bien o mal conocida, es narrado aquello que llega hasta nuestros días, aunque oscurecido gravemente de voluntarias incomprensiones llamadas misterios.

Subrayo que los mensajeros de la Voluntad Divina han continuado sucediéndose y que los operadores de las Praderas Celestes han estimulado, incesantemente - con su metodología digna, al menos, del más gran respeto las mentes de los hombres de esta martirizada humanidad.

La obra más imponente, dirigida a la última generación humana de estos 2.000 años antes del cumplimiento del Ciclo Cósmico Terrestre, en el cual se cumplirá una nueva “Muda” del Planeta, ha sido cumplida directamente por el Hijo del Dios Padre: Cristo y por un grupo angélico de colaboradores (144.000 provenientes de Sirio), que han injertado una ayuda genética, en el momento en que: 1) Dios proponía al hombre abrir las puertas de la prisión, ofreciéndole la llave del Amor; 2) la humanidad había madurado para comprender las señales de los tiempos, las señales de los cielos, las revelaciones Celestes.

¡Pero la respuesta del hombre ha sido la cruz, la famosa cruz en que explotó el planeta Luz!. Siéndonos recordada hoy en la amonestación llegada a través del secreto de Fátima, del Espíritu Sublime del Planeta Tierra, Genio de conciencia Solar, Miriam, hablándonos de posible autodestrucción si no fuésemos redimidos, desengañados, mutados, junto al Planeta.

¿Y los 144.000? Con su injerto genético ensayan la amalgamación de la involución, dejando su G.N.A. y retornando al lugar de origen, así como J.Cristo decía: “Padre, te los recomiendo...”. Ahora, la mayor parte, a causa de las pesadas contaminaciones, han perdido el G.N.A., y una nueva operación genética está en curso para preparar el número de enzimas necesarias para estar en sintonía vibracional con el planeta, para hacerlo vivir y reconstruir la nueva generación, entrando en la 4ª dimensión.

El Hombre-Angel, como enviado celeste, ha venido sobre la tierra para portar las leyes de la evolución del Planeta Tierra y del hombre.

Y todavía continúan viniendo para evitar que la humanidad terrestre pueda provocar un desastre, aún peor que el de Mallona.

Interior del Planeta:

Bajo la corteza del planeta existen dos grandes continentes: ”Agarta” y “El Dorado”. La entrada principal del continente “Agarta” se encuentra en el Polo Norte, mientras que la de “El Dorado” se encuentra en el Polo Sur. Los dos continentes comunican por medio de túneles subterráneos, recorridos con aparatos, científica y tecnológicamente, perfectos.

El Dorado, aún siendo hasta hoy la ilusión y el sueño no satisfecho de numerosos exploradores, no ha surgido de la calenturienta imaginación de algún soñador, no es fruto de la fantasía, no es mito ni simbolismo: El Dorado existe realmente, cual ciudad subterránea, de ciencia ficción, forjada en oro purismo ha sido construida mucho tiempo antes de la desaparición de la Atlántida (todavía antes de que los habitantes de aquel continente degenerasen), utiliza ciencia y medios recibidos de los confederados intergalácticos, señores de la luz, de las características multidimensionales.

Su base operativa se encontraba en la isla de Poseidón, con el fin de instruir a los Atlantes sobre la ley cósmica y para realizar los presupuestos ideales con el intento de integrar al planeta Tierra en la confederación. Su progresiva degeneración impidió tal proyecto.

Algunos Atlantes realizados, no contaminados por la degeneración fueron, por su elección, destinados a poblar El Dorado. A otros, no suficientemente idóneos, les fue concedido emigrar, antes de que aconteciese el cataclismo, a oriente y a occidente (América central, África oriental, Egipto, Mesopotamia).

Actualmente, en El Dorado, existen una fecunda colaboración y una imponente actividad con el fin de salvar al planeta de una catástrofe nuclear.

La “Ciudad de oro” es una parte de aquel paraíso terrestre, otro mítico lugar de bíblica memoria, perdido por la humanidad, y que tiene vida propia, independiente de la vida en la superficie, alimentada por la energía de un sol central, artificial, emanando luz dorada; este se encuentra en el corazón del planeta. Con una lujuriosa y rica vegetación, con lagos y ríos de agua cristalina purísima, con animales pacíficos y serviciales, con edificios confortables tutelados por estructuras de seguridad, de ciencia ficción, contra eventuales actos vandálicos de los terrestres, e instruidos por dinamismos particulares.

Sin embargo, El Dorado no está totalmente aislado del resto del planeta; tiene numerosas vías de comunicación, amplios y comodísimos túneles que permiten a los sofisticadísimos medios, de que dispone la ciudad de oro, alcanzar la superficie. Las principales salidas, las más utilizadas comúnmente por sus habitantes para sus misiones, son los dos polos. Otras salidas secundarias existen en muchos puntos de la tierra, entre ellas el Triángulo de las Bermudas y el lago Titicaca de Perú.

En El Dorado también existe un cosmo-puerto capaz de acoger numerosas naves espaciales provenientes de los espacios externos.

Algunos exploradores de nuestro tiempo, aventurándose en las inmensas extensiones de hielo del Ártico y del Antártico, a la búsqueda, posiblemente, del punto focal de los Polos, narraron haberse encontrado fortuitamente ante una población de gigantes y de haberse adentrado en una zona rica en vegetación lujuriosa, no ciertamente polar, iluminada por una radiante luz dorada proveniente de una fuente, para ellos desconocida y acariciada por un clima benignísimo de eterna primavera. Naturalmente sus relatos fueron tomados como fantasías o alucinaciones. Pero no son pocos los testimonios de algunas poblaciones del Ártico, que, a menudo, narran ver enormes astronaves salir y entrar en lugares misteriosos de los que no encuentran trazas; mientras las poblaciones peruanas de las zonas andinas narran encontrarse periódicamente, desde tiempo inmemorial, con los señores de la luz, de dialogar con ellos llamándoles grandes padres, de recibirlos como huéspedes de honor y, sobre todo, de saber quiénes son y de donde provienen. Se ha hablado, repetidas veces, de hombres-dioses, de descendientes de las razas del pasado, de instructores de la humanidad presentes, de incógnito, sobre la tierra. Gracias a las revelaciones de estos enviados especiales, instructores del mundo, sabemos que el pueblo del El Dorado está compuesto, en su mayoría, por terrestres, cuidadosamente elegidos, viviendo en fraterna comunión con habitantes de otros planetas que hacen parte de la confederación. Las coordinaciones de todas las estructuras sociales están confiadas a científicos, entre los cuales figura el eminente físico Ettore Mayorana y otros colegas suyos, desaparecidos misteriosamente de la superficie de la tierra. Con ellos trabajan otros científicos de la confederación, a quienes será confiado el cometido, un mañana, de dirigir y administrar la evolución científica del planeta.

El pueblo de la “Ciudad de Oro” además de disfrutar de la libertad incondicional de atravesar tiempo-espacio, también disfruta el privilegio de transmitir un particular código genético (G.N.A.) a los que van a nacer, los cuales conservan la incorruptibilidad.

En casos excepcionales, o cuando determinados programas lo exigen, algunos de ellos pueden salir a la superficie, confundirse con los hombres de la tierra volviéndose irreconocibles, vivir sus costumbres, escoger una mujer seleccionada antes y particularmente predispuesta, y fecundarla con el fin de introducir en el lugar seres portadores de su genética evolutiva.

Tal proceso acaece en ciclos particularmente importantes, referentes a la evolución de la humanidad, y esta fecundación ya está en curso desde hace años. En este final de siglo se han realizado muchas manipulaciones genéticas, de notable interés, en los que van a nacer.

Hay intervenciones directas e intervenciones indirectas: Las primeras son intervenciones realizadas directamente por el pueblo de El Dorado, las otras son intervenciones realizadas a través de sujetos, masculinos, terrestres idóneos para transmitir el semen de la genética superior.

Las intervenciones indirectas, sin embargo, pueden malograrse.

Los regidores de esta obra cósmica son los Elohim, potencias creadoras de forma y sustancia, patrones de la luz y portadores de la Inteligencia Omnicreante. Son arquetipos y guías de la confederación intergaláctica. Su naturaleza es astral y poseen capacidades multidimensionales. Viven en los astros pero, si quieren, pueden crearse un cuerpo físico. Son ellos que han hecho al hombre a su imagen y semejanza.

En la Ciudad de Oro no existen ni templos ni iglesias, no se ofician ritos, ni se realizan cultos, ya que la ley, la religión del pueblo de El Dorado es: “ama a tu prójimo como a ti mismo”, la justicia, la paz, el amor, la fraternidad están en el corazón de todo habitante.

El Dorado, en un futuro ya próximo, volverá a emerger, del corazón del planeta, para acoger al nuevo pueblo y a la nueva civilización, mientras las tierras de la actual “civilización” terrestre conocerán la profundidad de los abismos en el cíclico alternarse de la ley de flujo y reflujo, cual purificación y “renovación” de toda cosa.

HOARA COMUNICA:

Cuando la existencia del hombre terrestre comenzaba a instruirse en forma organizativa social, sobre el planeta Marte, como vosotros lo llamáis, ya existía, desde hacía tiempo, una floreciente, madura civilización instituida e instruida por un grupo de colonizadores provenientes de la confederación intergaláctica, de la cual nosotros hacemos parte desde hace quince mil millones de años de vuestro tiempo.

El pueblo atlantídeo primero y los egipcios después, recibieron de estos colonizadores válidas relaciones de conocimiento, tanto sobre la astrofísica como sobre la metafísica. También tuvieron nociones bien precisas sobre otros campos del saber cosmofísico y cosmodinámico. Con precaución, al pueblo atlantídeo le fue concedido el conocimiento de una “particular ciencia espacial”, de una técnica capaz de psiquizar la materia aparentemente inerte y de efectuar alquimias y otras.

Pero, ya que prevaleció la naturaleza corruptible del hombre y de sus perversos instintos, las precauciones tomadas fueron puestas en evidencia. Los Elohim, los únicos a poder decidir, sentenciaron una severa intervención punitiva, después de haber concedido, a la parte mejor y realizada, el ponerse a salvo.

Y, he aquí a los egipcios y otros emigrantes en América del centro y del sur, con todo su equipaje cultural, a su tiempo recibido y nuevamente manifestado.

La fuerza degenerante, desgraciadamente, sólo estaba amodorrada.

Cuando los primeros astronautas terrestres pongan pie sobre el planeta Marte, tendrán el modo de reestructurar esta historia. Recibirán la sorpresa de no poder considerarse los únicos seres inteligentes de todo lo creado.

Tendrán la posibilidad de meditar y deducir.

25 de MARZO de 1952

Escribiendo esto que escribo, no es pasatiempo ni exhibicionismo.

En tales tiempos graves y duros es cosa del todo inoportuna hacer uno y el otro arte.

Todo lo que este escrito contiene está dictado por una Lágrima de Dios venida sobre la tierra: solamente Su Voz. Y quien lo quiere creer, lo crea; yo sólo pongo la pluma, el tiempo y la invitación a leerlo.

Todavía antes de que yo encontrase esta Resplandeciente Lágrima de Dios, no menos que los otros jóvenes de mi edad era irreflexivo y estaba rebosante de fascinación por las cosas terrenas, era, en suma, bien diferente de como hoy me siento.

Recuerdo la fecha exacta del encuentro, 23 Marzo 1951, dos días antes de mi cumpleaños. Era un tibio día del inquieto mes de marzo y caminaba tranquilamente por una calle de mi ciudad natal, Catania. De repente tuve un extraño presentimiento: Alguien me seguía, buscaba de un modo, del todo extraño, hacerse sentir. Estremecimientos fríos me pasaron por todo el cuerpo, mientras una voz me decía:

“Yo soy una Lágrima de Dios y mi nombre es BHARAT”.

El susto que sentí nunca pude demostrarlo, ni puedo decir como, desde entonces, yo no he vuelto a reencontrar la personalidad de antes. Intentaba, por todos los medios, distraerme pero todo resultaba inútil.

Me había vuelto diferente, me había vuelto otro, guiado por una fuerza misteriosa, pero infinitamente cuerda y sabia. Pasaron tantos días y tantas noches privadas de reposo, mientras la voz me decía:

“No te asustes por lo que sientes. Eres tu el designado por el Sacro Colegio de las Siete Estrellas que son los Siete Espíritus de Dios. Tranquilízate, esta es tu misión y el tiempo ha llegado”.

Todo el día era una continua exhortación y nunca, desde entonces, he cesado un solo instante en la instrucción de la Divina Sabiduría, de lo inconocible y de lo conocible, del bien y del mal, de todo cuanto está sepultado en la noche de los tiempos.

Y bien, el susto pasó y ahora me siento extremadamente feliz de haber superado la prueba más tremenda de esta experiencia mía porque, es cosa difícil de creer, para mi, no hay espacio ni tiempo y en verdad, creedme, podría tocar el último de los Cielos con el desdoblamiento de mi personalidad.

Ahora deseo seguir siendo aquel que me he vuelto y me sentiría desesperadamente perdido si aquella Voz cesase dentro de mi.

Esta es como el perfume de una flor de loto perdida en un rosal de la Eterna Luz, en donde el canto de bienaventuranza hace feliz el sueño eterno de los esplendores espirituales.

Me sentiría verdaderamente perdido, si fuera, solamente un instante, diferente de como hoy soy.

Sólo poseo una pobre cultura elemental, fácilmente identificable por la forma de escribir, pero esto tiene poca importancia y la Lágrima de Dios así se expresa:

“El arte terreno no es semejante al arte Divino; lo que más importa es conocerse mejor a si mismo, pensando bien y actuando óptimamente”.

Además, dice todavía:

“Quien no habla con la silenciosa Palabra del espíritu, nunca podrá conocer y comprender la gran dificultad que encuentra aquel, o aquella, que quiere traducir la palabra del silencio en palabra tronante”.

Hoy, para mi, no existen dificultades de ninguna clase. Ya no hay secretos. Escuchad lo que os cuento, manifestando, a priori, a los escépticos (que yo defino criaturas sin culpa), el deseo de que un día puedan, también ellos, comprender cuan útil es tener fe y obediencia a aquellas cosas espirituales que, como la Lágrima de Dios, no se ven y ni siquiera se tocan y que al lado del Omnipotente son más conscientes y más próximos de cuanto no lo somos nosotros con toda nuestra apasionada fe.

Un día, y para ser exacto el 7 de agosto de 1951, cerca de una localidad llamada Monte Po, en Catania, recibí de Bharat (la Lágrima de Dios, mi Maestro) esta interesantísima declaración que me quedó eternamente en la mente, (cosa un tanto extraña, porque mi memoria, sólo poco tiempo antes de tal hecho, estaba ausente) y que escribí inmediatamente, al llegar a casa. La narración comenzó así:

“Este mundo que os nutre y os contiene no es libre de operar como el quiere. Este sigue escrupulosamente aquellas leyes Universales que gobiernan el desarrollo y, por consiguiente, las causas y los efectos de su crecimiento. Es verdad que el mundo es bien diferente de toda cosa que en él vive, por su naturaleza cosmológica y por el tiempo con el que se mide su existencia. Para vosotros, un año está compuesto de sólo 365 días, un tiempo bastante breve ante el Cósmico que cuenta con 25.000 años terrestres; una eternidad ante el instante fugitivo que es vuestra vida.

Pero esto es mínima cosa para poder comprender la diversidad y, al mismo tiempo, la gran importancia de aquel principio indestructible y eterno por el cual, cada cosa, del mineral al hombre, se desarrolla decididamente en la gran obra Universal.

HOY ESTAMOS AL FINAL DE LA 7ª GENERACIÓN HUMANA (EN DONDE EL ANCIANO DE LOS DIAS TE DIJO QUE RENACERIAS) QUE COMPLETA LA SEXTA CONVULSIÓN ANÍMICA PLANETARÍA AL CUMPLIMIENTO DEL 4º CICLO CÓSMICO O RAZA MADRE TERRESTRE.

Hoy estamos en el final de la 7ª generación humana (donde el antiguo de los días te ha dicho que serías renacido) que completa la sexta convulsión anímica planetaria en cumplimiento del 4º ciclo cósmico o raza madre terrestre.

Ahora, el mundo desde 2.699.999.951 años recorre el sendero de la evolución acercándose, cada vez más, hacia su séptimo desarrollo. Muchos escépticos, bien lejos de creer las proféticas voces de los enviados, quieren desconocer la fatal fecha del 2000. Di, a éstos, que en los tiempos remotos muchos se salvaron por haber tenido fe y por haber creído a la voz del alma.

En el año 2000 este mundo cumplirá 2.700.000.000 de años y, puesto que tal crecimiento es crítico, aportará graves acontecimientos así como acaeció hace 99.999.951 años, al cumplirse el sexto desarrollo.

Y ahora escucha y medita porque esto que yo te digo acaeció en aquel lejano tiempo:

la tierra y todos los otros planetas, excluidos los satélites, son como realmente, hoy, los hombres piensan, nacidos del Sol; pero en realidad nadie sabe como éstos, salieron fuera de las vísceras solares, ni tampoco saben como, a su vez, se formaron sus satélites.

Pero, puesto que tal argumento vendrá discutido otra vez, digo solamente aquello que concierne al tiempo en el cual vi a vuestro mundo vacilar como una hoja al viento.

En aquel tiempo la faz de vuestro mundo era bien diferente de como hoy aparece a vuestros ojos. Imaginad el mundo de 2.600.000.000 años girar alrededor de un eje que tenga en los polos actuales, el Monte Everest al Norte y las tierras del altiplano Boliviano al Sur.

De tal imaginación podéis bien comprender cuan diferente era su faz, en aquel tiempo, así como sus lineamientos, antes de que se verificase el gran cataclismo que lo debía mutar completamente.

Es verdad que os resultará imposible vislumbrar el gran y civilizado continente MU-TOLTECA que fue cuna de la más potente raza humana de piel color rojo oscuro, ni siquiera podréis daros cuenta de otro continente en donde los hombres de piel color mimosa vivieron felizmente y poseedores de todas las conquistas de la ciencia. De este último todavía queda algo ante vuestros ojos.

El gran continente CIA - las actuales Borneo, Filipinas, Sumatra - no son otra cosa que las vértebras retorcidas y quebradas de aquel inmenso pedazo de tierra, entonces pobladísima, próspera en el arte y en las ciencias. Y finalmente la infeliz suerte de aquel otro continente en donde los pueblos de piel rubia vivieron también, en la más estupenda de todas las tierras del mundo, la historia de todas las artes Divinas.

Groenlandia y gran parte de las islas del alto Canadá os dicen cual fue la gélida agonía del inmenso continente desaparecido bajo el manto del blanco reposo.

Sumariamente esta era la ántica faz del mundo de hace 99.999.951 años. Pero como todas las cosas del Universo y por aquella infalible Ley que gobierna y rige el desarrollo y, por lo tanto, el cambio que se contempla en el ascenso evolutivo, el mundo no podía sustraerse, de ningún modo, a tal fuerza que supera todas las cosas creadas, así como nosotros no podemos sustraernos, aún deseándolo, a aquellas Leyes que regulan nuestro desarrollo y, por tal causa, a aquellos cambios que nos hacen grandes, inteligentes y que modifican nuestra naturaleza física. Pero mientras en nosotros las convulsiones más criticas del crecimiento acaecen en ciclos de tiempo que van de siete en siete años, bien diferentes son las convulsiones en setecientos millones, divididos en otros tantos ciclos septenarios de menor intensidad emotiva.

De hecho, lo que sucedió en aquel tiempo fue causado por una convulsión principal de un ciclo septenario de su cosmológico desarrollo.

Para demostraros en modo aproximadamente científico su convulsión, he aquí un pobre, pero rápido ejemplo:

Imaginad ver a un niño que se divierte inflando, con una paja, una burbuja de jabón. Esta, por efecto del soplado se infla y a medida que el niño sopla, se dilata continuamente alargándose por las dos extremidades, tomando una forma, más o menos, oval; pero imaginaros lo que sucede cuando el niño, por un momento, deja de inflar la pompa de jabón, ahora grande y muy oval; la pompa de jabón se contrae para asumir la forma esférica, mientras toda la superficie es obligada a moverse desordenadamente para adaptarse a un nuevo eje y por consiguiente a un nuevo equilibrio.

Imaginad esto que, como ejemplo, os he demostrado, y si podéis, sin terror, sustituir la pompa de jabón por nuestro gran mundo.

Evidentemente también quisierais saber como esto sucede para el mundo.

Y bien, puesto que tal argumento es muy extenso, me limito a deciros:

El crecimiento o, como querráis, el desarrollo del mundo es de naturaleza cosmogónica y por tal motivo no se puede demostrar tan simplemente como se pueda imaginar. Pero, las visiones que todavía se eternizan en el espacio inmortal del inmenso mundo espiritual, han quedado más que nítidas, en el alma trascendental de la humanidad.

Los acontecimientos remotos no se desgregan de aquel cuerpo que aún siendo invisible y en gran parte incomprendido, queda siempre impregnado de una capacidad conservadora bastante más potente y duradera de cuanto se pueda creer.

Buscar los testimonios suficientes para acreditar tales revelaciones, son esfuerzos vanos para aquellos que rehuyen la realidad del valor del espíritu. Y yo, que nunca he huido al orden interior de la conciencia atávica, me he sentido envuelto por aquellas misteriosas capacidades que me han dado, el amor al silencio. Es por esto, que no ceso, un solo instante, de sentirme feliz y de comprender y amar, más que nunca, el valor de la vida.

Los Antepasados, los Iniciadores del camino de esta humanidad, conocieron el tiempo más grave de la historia del mundo.

Ninguna criatura nace de las vísceras de la tierra y aquellas que por primera vez vieron el mundo, no brotaron ni de las aguas, ni de las vísceras de la tierra sino que vinieron de un mundo que hoy contemplamos con vigoroso amor en lo alto del Cielo.

Y para dejar tal argumento que poco se acopla al discurso comenzado, retornamos al primero interrumpido. Decía que la naturaleza de nuestro mundo es cosmológica y sus leyes son totalmente diferentes de aquellas que gobiernan nuestro crecimiento, nuestro movimiento, nuestra nutrición y nuestros sentimientos.

Nosotros nos agitamos en nuestros sufrimientos físicos y, a menudo, después de las angustias que aporta el crecimiento, nos olvidamos fácilmente de aquello que habíamos sufrido. Nos sentimos más altos, más gordos o más delgados, en suma, nos vemos diferentes, el crecimiento aporta precisamente esto en nosotros y en todas las cosas que están animadas.

Y bien, también esta gran bola, que nosotros llamamos mundo, sufre las angustias del crecimiento y, no menos que nosotros, se agita en las convulsiones de su naturaleza, cada vez que alcanza un punto crítico, su ciclo principal. La idea de los efectos apocalípticos que se manifestaron en el pasado, cuando la convulsión alcanzó el máximo de su emotividad, es terrorífica, tan terrorífica que anula completamente nuestro mísero e insignificante orgullo. Imaginad, para poder daros cuenta del desplazamiento del eje magnético de la tierra, cuanto yo os expongo como pueril ejemplo:

Imaginad un gran recipiente elástico de forma esférica de 50 metros de alto y cuya circunferencia mida 5 kilómetros. Imaginad, todavía, que dentro de este recipiente y en toda su superficie contenga agua con una altura uniforme de 10 metros y sobre ella floten 3 grandes cuerpos de forma geométricamente diferente y que sobre la superficie miden 8 metros de alto, mientras sus bases móviles apoyan sobre el fondo del recipiente, retenidas por una fuerza magnética. Imaginad, todavía, que estos cuerpos de naturaleza maleable (plástico) sean diversos, uno de forma triangular, otro rectangular y el último cuadrangular y con la superficie plana, distantes uno de otro 500 metros.

Ahora pensad que este gran recipiente gire alrededor de su eje central con una velocidad considerable que obligue al recipiente a dilatarse sensiblemente y a provocar, al mismo tiempo una lenta deriva de los tres cuerpos en direcciones opuestas.

Pensad todavía que por efecto de la rotación el recipiente se ha agrandado de unos dos kilómetros de circunferencia y que los cuerpos flotantes y las aguas, en este contenidas, han encontrado un punto de equilibrio tal que se mantengan distantes y aparentemente inmóviles.

Ahora, pensad finalmente a una causa X que produce el desplazamiento del eje sobre el cual el recipiente giraba, con la consiguiente pérdida de su adquirido equilibrio, provocando también la inmediata contracción por efecto de la pérdida de la dilatación alcanzada a causa de la rotación.

Imaginad el caos del agua y de los cuerpos en ella contenidos: los efectos son imaginables, sin comentarios, puesto que son comprensibles para todos. De hecho los cuerpos que, por efecto de la dilatación, se habían liberado, en gran parte, del agua, emergiendo la parte sumergida en estado de quietud, se han encontrado de nuevo sumergidos, además de haber sido completamente invadidos en toda su altura por efecto del movimiento desordenado de las aguas, además de haber chocado un cuerpo contra el otro produciéndose tales compresiones capaces de modificar sus figuras geométricas y aportar levantamientos en sus superficies por efecto de las compresiones.

Este caos duró el tiempo necesario, hasta que el recipiente elástico se asentó nuevamente sobre un nuevo eje y por consiguiente bajo un nuevo equilibrio. ¿Pero quién ha pensado, alguna vez, que los continentes hubiesen podido sustituir a las tres figuras geométricas del recipiente?. ¿Quién ha pensado sustituir las aguas del recipiente por los mares de nuestro mundo?

Es terrible pensarlo y lo ha sido ciertamente, también, para San Juan cuando vió que las islas se movieron de su lugar, etc., etc.

Pero la deriva de los continentes no puede seguir siendo un secreto, ni quedará secreta la historia de la Atlántida, de Mu, de Ciá; continentes desaparecidos en la colisión de las fuerzas de la naturaleza en un movimiento apocalíptico.

Los espantosos, terroríficos efectos no han quedado privados de historia y nuestros antepasados bien se cuidaron, de no volver al valle durante larguísimos milenios.

Los lamentos del mundo, sus sufrimientos no se midieron en nuestro tiempo, ni se aliviaron tan fácilmente. La espantosa contracción de toda la superficie del Globo provocó efectos de indescriptible alcance, tal que mutó radicalmente la posición de los mares y de los Continentes.

El eje sobre el que la tierra giró durante millones de años, se desplazó de Norte hacia el Sud-Oeste (Himalaya, Asia) y el Sur hacia el Nor-Este (Altiplano Boliviano, Sud América).

Gran parte de los continentes se volvieron un bloque homogéneo de corteza espantosamente retorcida y comprimida por el titánico choque. Los mares en confuso movimientos sobrepasaron y cubrieron gran parte de la superficie terrestre. Las zonas que más sufrieron el inmenso choque y las espantosas compresiones han quedado para el tiempo futuro como efigie real del terrible caos apocalíptico.

Grandes montañas se formaron e inmensas tierras submarinas emergieron a la luz del opaco sol.

Los Alpes, los montes Urales, los Alpes Escandinavos, los Altiplanos de Asia menor, de Irán, del Cáucaso, hablan el mismo lenguaje; mientras más cosas nos dicen las altas montañas de Himalaya en donde el choque tuvo los efectos más tremendos, tales de reducir a pedazos gran parte del grande y poblado continente Ciá. Bien poco ha quedado y las actuales islas Sonda, Filipinas, Borneo, Sumatra, etc. todavía son, hoy, el cuadro real de las vértebras quebradas y retorcidas del gran y civilizado Continente destruido.

Pero, no fueron menores las grandes elevaciones que se verificaron, en aquel trágico cataclismo, en zonas de América del Sur, de América del Norte y de África.

Todavía hoy, nos aparecen, mudos, envueltos en el misterioso encanto que sabe de misterio y de terror. La gran y majestuosa Cordillera de los Andes en occidente y los altiplanos del Brasil, a Oriente, hablan al mudo observador del tiempo.

En América del Norte, Altiplano de México, Altiplano de Utah y las Montañas Rocosas, se muestran, también ellas, meticulosamente misteriosas, mientras en África oriental, en el místico país del Antiguo rostro, las alturas Etíopes, de Kenia, de Tanganica, todavía están allí con todo el prestigio de su fuerza. Y todavía en África Occidental tenemos el Altiplano de Bihé - (Angola), el monte Camerún, el alto Atlante al Nor-Oeste y el Gran Atlante.

La masa ígnea del Geoide furiosamente turbada en su quietud, también tuvo su parte en las formaciones montañosas y volcánicas, por la enorme presión por ella ejercida sobre toda la extensión de la corteza terrestre.

Pero el mundo, aunque diferente en la faz y en los miembros, inicia su nuevo camino evolutivo en el sendero de las Leyes Macrocósmicas del Universo. La aterrorizada humanidad de entonces, diezmada por la indescriptible fuerza de la naturaleza, golpeada sin poder darse cuenta por un flagelo apocalíptico de un alcance catastrófico excepcional, inició el duro camino de la sobrevivencia, consciente interiormente de una historia que nunca el mundo y las generaciones futuras podrían borrar del espíritu.

El camino se volvió más duro que nunca porque el Geoide, en ajustamiento, todavía movía sus miembros, ahora levantando, ahora extendiendo su dura epidermis.

El mundo iniciaba su nuevo camino girando alrededor de su nuevo eje. El nuevo equilibrio le permitía iniciar, aún cuando lentamente, el efecto de la dilatación. Su esfericidad se iba, agrandando en el centro. Las aguas, que en un primer tiempo, reducidas, fueron obligadas a invadir e inundar gran parte de la corteza terrestre, poco a poco se iban retirando.

La expansión se realizaba de modo racionalísimo. Las masas de los inmensos trozos de tierra que se habían vuelto una homogeneidad confusa y retorcida, por los efectos de la recíproca compresión, se extendían, también ellas, alejándose y creando, así, enormes abismos y hondonadas.

Las aguas, aprovechando, se precipitaban en los puntos más bajos, dejando las zonas más altas.

En tanto, mientras todo se asentaba y todo retornaba al nuevo camino, otra amenaza se perfilaba en el horizonte.

Los nuevos Continentes que durante millones de años llevaron el gran y pesado manto blanco de los glaciares, emigrados hacia el Ecuador, por efecto del desplazamiento del eje terrestre, comenzaron a desprenderse del pesado fardo. El cambio de temperatura ya no permitía la posibilidad de vida a los glaciares. Se verificó, entonces, una nueva catástrofe. Los glaciares comenzaron a derretirse, abriéndose camino a lo largo de las pendientes y colinas, trazando vastos canales naturales (Meandros), formando lagos y provocando una espantosa inundación.

Fue como un gran diluvio inundador y amenazante. Mientras esto acaecía en los continentes emigrados hacia el Ecuador, otra suerte les tocó a los mares y continentes que, por el mismo efecto se encontraron hacia los casquetes polares: el frío y el blanco hielo los comprimieron, quién sabe por cuanto tiempo, en un cepo gélido.

Mientras tanto, el Geoide se impulsaba, cada vez más, hacia una normalización, mientras el alba de la nueva humanidad se iniciaba con los salvados de las catástrofes, en las más altas montañas del mundo, en inmensas cavernas con la última esperanza de sobrevivir.

(La emigración de los supervivientes)

Entre tanto, mientras todo volvía al orden superior de reajuste sobre la nueva faz del mundo, los supervivientes de las diferentes razas, escapados al apocalipsis, comenzaron extenuantes y largas emigraciones desde las zonas que los habían dejado vivos peregrinando entre las insidias de la naturaleza vuelta, nuevamente, primitiva y salvaje.

En sus rostros y en sus ojos quedó viva la imagen del terror, mientras, a duras penas, afloraban en sus mentes los queridos recuerdos de un pasado feliz en las tierras floridas de un Paraíso terrestre perdido.

Los supervivientes del Gran Continente Mu-Tolteca, los hombres de la piel rojo oscuro, vigorosos en el arte y en la ciencia, debieron también ellos, decir adiós a aquella retorcida cresta de la adorada tierra, ahora agonizante y destinada a desaparecer por el inexorable hundimiento en sus bases en gran parte quebradas por el enorme choque.

El Océano Pacífico, Sur y Central, ya había extendido su arrogante dominio.

Así inciaron el éxodo, dirigiéndose hacia las costas occidentales de América del Sur y Central (Cordillera de los Andes al Sur, Altiplano de México al centro).

Los supervivientes de piel color oro, sin embargo, considerando imposible sobrevivir por la inminente formación de glaciares, iniciaron el éxodo hacia el sur, abandonando a su dura suerte aquellas inmensas tierras cargadas de afectos, de alegría y de dolores. (Groenlandia, Islandia, Tierra de Baffín e islas cercanas, que entonces formaban un único bloque con la actual gran isla). Sus metas fueron las zonas del Labrador, Terranova, Escocia; mientras otros grupos se dirigieron a las extremas Costas Orientales, entonces unidas a las actuales Costas Escandinavas, o hacia las alturas de los Alpes Escandinavos y de Gran Bretaña del Norte, en aquellos tiempos unida a América Septentrional con Terranova.

Los supervivientes de piel color bronce del Continente Africano quedaron, aún cuando atrincherados en las zonas más altas en su tierra que el cataclismo había desfigurado menos que las otras.

Las actuales regiones de Guinea septentrional y meridional a occidente, y las actuales Etiopía, Kenia, Tanganika, Mozambique, Madagascar e islas circundantes, que en aquellos tiempos hacían un solo bloque con África y Australia, fueron sus metas consideradas más seguras para la sobrevivencia de sus criaturas.

Finalmente la raza de piel color mimosa, los más golpeados por la desgracia, debieron buscar refugio en el interior de aquellas nuevas tierras desplazadas del casquete polar del Norte, buscando la seguridad en las inmensas alturas. Abandonaban así lo poco que había quedado del Gran Continente Ciá y que los había salvado del furioso, tremendo choque (actuales Islas Filipinas, Borneo e islas circundantes, China oriental, Japón e islas circundantes, entonces unidas).

El Tíbet y las alturas de China fueron sus metas, mientras otros llegaron hasta las tierras del Himalaya.

(Período prelemuriano)

El Geoide había retornado a su normal rotación alrededor de su nuevo eje, manifestando la normalización completa del equilibrio de su masa.

Pasaron milenios y milenios.

Recomenzaba así el Séptimo desarrollo de su vida.

Los pueblos crecían y si en un primer tiempo se mostraban reacios a dejar las grandes alturas, en donde sus Antepasados habían encontrado refugio y salvación, transmitiendo de generación en generación la terrorífica historia de los apocalípticos acontecimientos, las necesidades de avanzar a otro lugar indujeron a los más audaces a bajar al valle, que las aguas ya habían dejado libre, en gran parte. Algunos se atrevieron hasta alcanzar las orillas del mar. Las noticias de mejores lugares climáticos y de abundante riqueza vegetal y animal llamaron la atención de todos y, olvidándose de las antiguas tradiciones, abandonaron las altas montañas para construir mejor vida en los ricos valles de la tierra.

Así comenzó el período prelemuriano que marcó, para la naciente nueva humanidad, el retorno a aquellos principios de progresos generales que luego debían, a través de milenios y milenios, alcanzar el nivel de nuestros tiempos.

El período Prelemuriano marcó una característica arquitectura mastodóntica.

El temor había estimulado, aún, un atávico recuerdo. En ellos no se había apagado la escena apocalíptica y construyeron las grandes ciudades protegidas por enormes murallas e Idolos mastodónticos como queriéndose preservar de una sucesión de malos acontecimientos.

Los pueblos de piel color rojo oscuro se extendían, cada vez más, hacia las costas de América Sud-Oriental y Sud-Occidental, mientras la raza de piel color oro se encaminaba hacia Europa central y occidental; otros grupos hacia América Septentrional y oriental. También el pueblo de piel color bronce y el de color mimosa se extendieron en los diferentes territorios que circundaban las alturas.

(Período Lemuriano)

Mientras tanto el Geoide se había ajustado completamente, pero no del todo.

La nueva humanidad, ahora lejana de los ánticos días daba los primeros pasos hacia una floreciente civilización; Pero, he aquí un nuevo torbellino se aproxima: La lenta pero inexorable dilatación del Geoide debía, todavía, crear desastres y roturas. Los grandes pedazos de tierra que unían América del Sur a África y sobre los que se habían encontrado, por primera vez, el pueblo negro y el pueblo rojo comenzaban a dar señales de inestabilidad y resquebrajamiento.

En períodos distantes, uno del otro, se verificaron enormes explosiones con apertura de inmensos abismos: Las aguas encontrando camino libre penetraban a través de las nuevas hendiduras, formando grandes ensenadas, prontas a precipitarse, todavía, hacia adelante.

Parecía que las islas se moviesen de su sitio.

La extremidad de América del Sur abandonaba África dejando libres a las aguas para penetrar en las, cada vez más anchas, hendiduras, amenazando seriamente a las islas con sumergirlas.

Las poblaciones, al prever la peor suerte, abandonaron los brazos de tierra, ahora vueltos pequeños y peligrosos, refugiándose en las costas de África y en las costas Sud-Américanas, en busca de seguridad.

Ahora el tiempo lo había marcado todo, y, durante miles de años, aquello que debía acaecer, acaeció: la deriva de los continentes, aunque lentamente, se producía inexorablemente.

Los pueblos se volvían, cada vez, más numerosos y la necesidad de descubrir nuevas tierras hizo pioneros a los hombres más fuertes.

Los salvados de las islas Lemures saliendo hacia el Norte y costeando en parte África y en parte América del Sur, conocieron y se unieron a otra gente, adelantada en el arte y en la ciencia.

De la unión de la raza de piel color rojo oscuro con la piel color bronce nació una nueva raza llamada Raza Lemur.

(Período Pre-Atlantídeo)

Mientras tanto América meridional se había separado de África desde el extremo Sur (actual tierra de fuego) hasta las alturas de Angola (África) siguiendo todavía unida por las tierras de Brasil con el actual Congo Francés y Venezuela y Guayana (América del Sur) con las tierras de Senegal, Guayana francesa, Liberia, Costa de oro y Nigeria (África).

Los islotes Lemures desaparecían, para siempre, bajo las aguas. Los abismos se volvían, cada vez, más anchos y más profundos, mientras las aguas irrumpían copiosas e impetuosas del Sur hacia el Norte.

Todavía pasaron miles de años y los pueblos de piel color oro se habían aventurado, cada vez más hacia el Sur penetrando en las ilimitadas y desconocidas tierras del Alto Atlántide (hoy Océano Atlántico del Norte).

Otro tanto hacían los hombres de la nueva raza, hijos de los Lémures, vueltos fuertes y valerosos. Éstos fueron los más grandes en ciencia y arte y su piel no era ni negra ni rojo oscuro sino, mas bien, color cobre. Éstos, provenientes de América Central y Meridional salian hacia el Nor-Oeste alcanzando, también ellos, las inmensas praderías desconocidas de la Atlántida Central (Hoy Océano Atlantico Central). Los pueblos se desplazaban rápidamente con la esperanza de encontrar mejor fortuna. Desde el actual México, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Venezuela, Guayana, Brasil, multitud de pioneros partían a la aventura.

Así, los hombres de piel color cobre, fueron los primeros en alcanzar África explorando una gran franja de tierra del Continente Atlantídeo.

Alcanzaron las costas de África (Río de oro y Marruecos) hasta tocar las costas de Angola bañadas por el creciente mar Atlantídeo. Pero aún quedaban por explorar inmensas extensiones de tierra, riquísimas en vegetación, estando ésta formada por hundimientos profundos que del Sur iban hacia el centro, hasta la actual Terranova, Inglaterra, zonas primitivas de los pueblos de piel color oro.

Más al norte, la gélida Groenlandia, todavía unida a las tierras del alto Canadá y de Escandinavia que hacía de dique natural a las apremiantes aguas del Norte. A medida que los pioneros del pueblo rubio se adentraban más hacia el Sur y hacia el Norte de Europa, los de piel color cobre se extendían, cada vez más, en todas las direcciones de la gran Atlántida, dirigiéndose hacia el Nor-Oeste.

Aquella inmensa tierra, la más rica de todas las tierras del mundo sobre la que pesaba un trágico destino, fue meta de encuentros entre las dos razas desconocidas: rubia y cobriza.

Acontecieron tumultos, guerras, sumisiones. Pero un gran ser surgía del cruce de las dos razas: El Atlantídeo, físico robusto, color rojo ligeramente sobre el rojo-moreno. Alto, de inteligencia sobresaliente y de capacidad sorprendente: Había nacido el REY de los REYES en un nuevo Paraíso Terrestre. De la evolución de esta nueva raza nació la más potente generación que la humanidad recuerde.

Cuanto digo en esta página parecerá una fábula y yo deseo que así quede ante vuestros razonamientos.

Durante el período pre Atlantídeo, numerosos medios provenientes del Cielo Astral se posaron sobre algunas alturas. Tenían forma de huevo luminoso como el sol.

De estos medios salieron seres de belleza indescriptible y con capacidades excepcionales.

Poseían virtudes mágicas y se decían “HIJOS DEL SOL”.

Fueron ellos quienes instruyeron, en el arte divino, a los Atlantídeos y fueron ellos los que volvieron potente aquel pueblo.

EL GRAN MAESTRO ASÍ SE EXPRESA:

Desde los lejanos caminos del Cielo se movieron espíritus elegidos y, aterrizados sobre los montes de la Atlántida, llevaron sobre la tierra toda la sabiduría del Eterno Padre de todos los Cielos.

En ellos estaba el Paraíso, en ellos se representaba el Orden Universal, en ellos era copiosa la Gran Consciencia de la primera Semilla de todos los conocimientos visibles e invisibles. Ellos fueron la mano benigna de la Luz Divina y por medio de ellos Dios operó desde el gran Logos que emana la Linfa de la Vida, del raciocinio del Bien infinito. Ellos fueron llamados “DIOSES SOLARES” y en su honor el pueblo adoró a su primer, verdadero Dios: el UNIVERSO, la gran Consciencia que crea con Su Eterno Amor y que ilumina los senderos infinitos de los SIETE CIELOS.

El tiempo se perdía en el infinito, centenares de millones de años transcurrieron desde la primera alba de la humanidad en este mundo. Nadie estaba en condiciones de recordar la pasada generación. Hubo, en aquel tiempo Atlantídeo, hombres de belleza Divina, llegados de un mundo lejano con platillos volantes encendidos, semejantes al gran Astro Solar. Estos edificaron el Reino de Dios sobre la tierra dando al fuerte pueblo Atlantídeo una sabiduría capaz de alcanzar las más altas metas del desarrollo espiritual y material. Fueron ellos los Seres Divinos de la dulcísima mirada. Maestros del arte Universal, conocedores de profunda ciencia, doctos en el arte de lo visible y de lo invisible. Ellos fueron adorados como Dioses Solares y para ellos se edificaron templos de maravillosa belleza.

Los Atlantídeos vivieron bajo la enseñanza de estas Divinidades venidas del espacio profundo de los cielos y, en breve tiempo, gran parte de aquel pueblo se volvió el más potente y el más rico de la tierra.

El secreto de las más predilectas iniciaciones fue reservado para aquellos que luego debían volverse los herederos de las Virtudes Celestes.

Este primer período que duró miles y miles de años estuvo caracterizado por acontecimientos grandiosos. La ciencia, el arte y el comercio tuvieron un gran y floreciente desarrollo, mientras la ética de aquel pueblo alcanzaba metas tan altas como para poder parangonarse a la ética perfecta del espíritu.

Grandes Metrópolis nacían, por doquier, con arquitectura de incomparable belleza artística, admirables por sus grabados de oro incrustado, que los Divinos habían construido con gran facilidad, con su atávico arte.

Una de estas grandes Ciudades surgía en una meseta al Nor-Este de la actual isla de “Cabo Verde”. En un promontorio de esta gran metrópoli se mostraba, majestuoso, el más grande y rico templo de todos los siglos. Todo en oro, estaba rodeado de jardines inmensos y olorosos, y de mil otras bellezas. Residencia del Jefe Espiritual del gran pueblo Atlantídeo, fue meta de aquellos que tuvieron la fortuna de aprender con amor la Sabiduría Divina y las enseñanzas de Su gran obra.

Las numerosas caravanas iban y venían, partiendo ahora de las costas Africanas, ahora de las costas Americanas. El comercio se extendió hasta la baja Europa Sud-Occidental (actual Portugal, Francia, Alemania).

EL PARAÍSO DE DIOS se había, en aquel tiempo, establecido sobre la tierra.

Una gran colonia fuerte y próspera se desplazó hacia Oriente, edificando una gran metrópoli en el bajo Nilo (actual Egipto) convirtiendo estas tierras en zonas riquísimas, alargando su dominio, cada vez más, sobre las vastas y desiertas extensiones del alto Egipto y de África sud-oriental y sud-occidental. En esta última zona se edificó el Templo de las Tres Puertas de oro, llamado también el Templo de la Sabiduría.

El desarrollo de las cualidades psíquicas de aquel pueblo se volvió tan potente que les concedió las facultades, más amplias, de la potencia espiritual.

El constante equilibrio espiritual-corporal fue una educación asidua y vigilada de aquel pueblo ya en el vértice de la evolución.

La ciencia de la alquimia, exclusivo domino de la Casta Sacerdotal de los Dioses Solares, quedó un secreto para el pueblo, y todavía hoy los hombres se apresuran, vanamente, en volver este arte privado de misterio.

En este primer período el Imperio Atlantídeo tuvo un radioso, pacífico y próspero desarrollo. Pero el final del primer período debía ser marcado por un fatal acontecimiento que el tiempo había, poco a poco, madurado; Una vez más la superficie terrestre comenzó a temblar, abriendo enormes abismos; otra vez África y América se desgarraban, alejándose. Duró mucho tiempo la trágica, aún cuando, lenta deriva de los dos inmensos pedazos de tierra. Los abismos se volvían, cada vez, más anchos permitiendo a las aguas penetrar y agrandar sus dominios. Las partes más bajas de aquella tierra eran invadidas por las aguas. El Sur de aquel gran Continente se volvía un grupo de grandes islas rodeadas por la prepotencia de las aguas en continuo acecho. Tales acontecimientos que marcaron el fin del primer período Atlantídeo y el inicio del segundo período, arrojaron el desorden y la desesperación en aquel paraíso que los hombres habían construido.

Muchos fueron los que en previsión de lo peor se refugiaron en las costas de África Oriental, volviéndose, forzosamente, presa del pueblo de piel color bronce y sometidos a sus costumbres diferentes y extrañas.

Poseidón resistió tenazmente a la continua propagación de la involución de las almas en presencia de las exhibiciones sensuales que ya habían corrompido a gran parte de aquel pueblo, extendiéndose rápidamente hacia el Centro y hacia el Norte.

Sectas secretas nacían por todas partes, teniendo por jefes a mujeres despreocupadas en moral y en cuerpo, atenazando al ingenuo y puro elemento que, por mera aventura, venía en contacto con estas sectas. La intervención de los iniciados no valió para truncar la ya monstruosa degeneración físico-sensitiva.

Luchas sangrientas se sucedieron a lo largo del tiempo, poniendo bajo el azote de la destrucción aquel ardiente lecho que los Antepasados llamaron: PARAÍSO TERRESTRE.

Pero la gran voluntad del Viejo Anciano de los ánticos días dió al mundo la iniciativa de poner fin a la continua expansión de los tremendos vicios degenerativos.

Aconteció que la gran Groenlandia, entonces unida a los actuales Continentes Nor-orientales (Escandinavia) y Nor-occidentales (Alto Canadá) barrera natural a las apresuradas aguas del Norte, comenzó a dar señales de movimiento, provocando inmensos abismos, cada vez más amplificados por el continuo movimiento migratorio. Las aguas, consiguiendo encanalarse a través de aquellas enormes hendiduras, se precipitaron hacia el Sur, provocando las inundaciones del alto Atlantídeo y sumergiendo gran parte de aquel territorio, por su naturaleza muy bajo y mucho más bajo del nivel de las aguas nórdicas.

Groenlandia abrió las puertas y a medida que ésta iba a la deriva, las aguas furiosas e incontenibles, invadían, cada vez más, el Continente confluyendo con las aguas del Sur.

De la Atlántida sólo quedaban algunas islas, esparcidas acá y allá en el inmenso Océano Atlántico actual. Muchos perecieron y otros escaparon al fatal destino. Ahora el mar se había vuelto patrón de la tierra más rica del globo.

Todavía pasaron miles de años y la gran isla del Sol, Poseidón, se volvió fuerte e incansable en la obra del espíritu y de la Sabiduría Divina, resplandeciente, más que nunca, como queriendo decir a los hombres perdidos que Dios, enojado por la obra nefasta que habían emprendido, había permitido a las fuerzas de la materia y de los elementos realizar destrucción y muerte. Muchas fueron las ovejas descarriadas que volvieron nuevamente al arte de la paz y del espíritu. Las islas se repoblaban y durante largo tiempo la paz reinó soberana con la prosperidad, la cordura y el amor hacia el espíritu. Pero el arte de la guerra había vuelto brutos a gran número de hombres que privados, ahora, de sensato amor al prójimo, afilaban las armas en las alturas de las costas Americanas del Sur presa de delirios hostiles y sanguinarios. Los ataques continuos y salvajes sometieron a sus leyes sanguinarias a gran parte de aquel pueblo que había vuelto a las leyes atávicas de los ánticos Maestros venidos del Cielo.

Pero la lucha, aún cuando tremenda, fue contenida durante muchos años lejos de la gran isla de Poseidón, Isla Sagrada en donde el Templo forrado de oro resplandecía como un sol centelleante. La suerte fue adversa y las orgías salvajes y embrutecedoras del arte de la guerra obligaron a rendirse al ya diezmado pueblo Atlantídeo. Muchos huyeron hacia Oriente (actual Egipto) llevando con ellos la historia inmortal del mundo y de los más excelsos conocimientos del arte Divino del Espíritu.

Los invasores, ocupadas las islas, instituyeron sus templos de sangre y de horror persiguiendo a aquellos que quisieron, a pesar del supremo sacrificio, gritar todavía su fe en el arte Celeste.

Al mismo tiempo, también los morenos y algunas tribus rubias realizaron alianzas con los conquistadores de las islas.

Las orgías continuaron en la rociada lujuriosa de incontenible bajeza, edificando la más pobre de todas las involuciones de todos los tiempos.

Los fugitivos que tuvieron por meta las grandes extensiones del Nilo, volvieron a encontrar a sus hermanos, ya, desde hacía tiempo dueños de aquellas tierras, encontraron asilo y, juntos, instauraron los grandes principios que la suerte adversa había puesto a dura prueba.

Se volvieron poderosos y, esta vez, armados y prudentes ante eventuales acometidas de los, ahora, enemigos.

Las islas conquistadas se habían vuelto meta de comitivas de sanguinarios y de seres impetuosos y salvajes. El delirio del sexo, de la lujuria, del materialismo y del sensualismo drogado había debilitado toda iniciativa suya, titubeando, como locos en sus propias amarguras.

Algunos iniciados intentaron, con el precio de su vida, convertirlos, pero inútilmente ya que el fango los había hundido y arastrado.

En este periodo nació el suscrito en una familia iniciática, masacrada por una turba de asesinos fanáticos. Tuvo amparo, todavía pequeño, en una secta secretísima, en donde creció instruido por la Palabra dulcísima de los Maestros de la apacible mirada (véase relato aparte).

Un profeta, que tal parecía ser pero, en verdad era un Divino del Sacro Consejo de los Cielos, había dicho: “¡Despertaros, despertaros!. El Paraíso sobre la Tierra se ha perdido por culpa vuestra”.

Nadie lo había creído y cuando lo sacrificaron a las más terribles torturas, sin que él expirase, aún teniendo el cerebro fuera de su sitio... la tierra tembló y el Cielo se oscureció en un huracán espantoso.

El tiempo ya había marcado el fin, y este llegó como un rayo.

Las islas, por lo que yo sé, se hundieron sumergiendo a millones de seres reos de haber, con su inaudita despreocupación, desobedecido a Aquel que, sobre la Tierra se había dignado dar el semblante, el aliento y la linfa del orden y del amor imperecedero y eterno de los Cielos.

Así tuvo fin el grande y poderoso Reino de los Atlantídeos que la historia ha ocultado en el abismo del tiempo y en las alas del espacio donde el hombre roza con su alma, con su inteligencia y con su amor un pasado que, a pesar de su ignorancia, le pertenece.

ANTES DE LA REBELIÓN

Los cuerpos de los Hombres-Ángeles estaban constituidos por tres partes de Astral y una parte de materia. Su presencia era de luz radiante. El espíritu regente de Lucifer, representante y jefe patronímico de toda una clase de Hombres-Ángeles y de espíritus del planeta Luz, era aquel que, entre los Arcángeles, había lanzado la más penetrante e intrépida mirada en la sabiduría creadora de Dios. Era el más fiero y el más indomable. No quería obedecer a ningún otro Dios, excepto a sí mismo. Los Hombres-Ángeles, los únicos habitantes de aquel planeta, habían alcanzado un cuerpo astral-físico radiante y reunían en perfecta armonía el Eterno Masculino y el Eterno Femenino, creándose de nuevo a sí mismos, con el proceso inmortal del amor divino. Éstos, tenían el amor, la radiación espiritual, sin turbación y sin deseo de posesión egoísta, porque eran astralmente andróginos.

Lucifer había comprendido que para imitar a Dios en el arte de la creación necesitaba desarrollar, en el Hombre-Ángel, el deseo de tal arte. Inició así la seducción.

Una enorme multitud de Hombres-Ángeles se dejó seducir, inflamándose de gran entusiasmo. El deseo de crear como Dios, los empuja a manipular los elementos cósmicos en el intento de inducirlos a la obediencia absoluta. Los Arcángeles y todos los Elohim de los otros planetas tuvieron la orden de impedir el descabellado designio, puesto que semejante obra habría puesto el desorden en la creación y roto la cadena de la jerarquía divina y planetaria. La lucha ardiente y larga que se empeñó entre la armada del Arcángel rebelde con sus semejantes y sus superiores terminó con la derrota de Lucifer y sus Hombres-Ángeles.

He aquí, por primera vez en la historia del Hombre, el drama de su Divina epopeya.

Atum, Sow, Gebb, Niot, Osiris, Isis, Shet y Nebtho, por deseo del Absoluto, aún habiendo quedado los más devotos a las Leyes del Altísimo, debieron quedar con los rebeldes y unirse a su destino.

Mientras tanto todo estaba listo. Enormes transatlánticos iniciaron el ir y venir entre el planeta Luz, la Tierra y Venus. Durante cuarenta larguísimos días y noches, miles y miles de aparatos surcaron el gran espacio. Criaturas de diferentes razas, animales y cosas fueron transportados y colocados en los puntos preestablecidos de la Tierra y de Venus.

Sobre el planeta Luz, el monstruo desintegrador había atacado la corteza de aquella célula Universal en busca de los elementos sensibles a la naturaleza de su cuerpo, vuelto monstruosamente grande. Ahora la coyuntura estaba próxima.

El mundo agonizante, entre las espiras de la bestia, había quedado sólo con el destino como los Hombres-Ángeles rebeldes, rebeldes a las Leyes de Dios-Creador, habían sentenciado creando el mal en lugar del bien que sólo Dios y solamente Él podía crear.

Desde la Tierra y desde Venus, la mirada pensativa de los rebeldes estaba dirigida hacia el Paraíso perdido. Por primera vez encontraron la tristeza, un sentido que hacía sufrir y que nunca habían conocido. Mientras tanto sobre el planeta Tierra y sobre Venus la ciencia preparaba todo según el nuevo estado de cosas y con el sentido de la inmediata emergencia. El terrorífico rugido de las enormes bestias asustadas les daba otro sentido que nunca habían conocido: el miedo.

Barreras de protección habían sido dispuestas de forma científicamente segura. Los ojos de muchos estaban bañados de lágrimas; otro hecho nuevo que no habían conocido antes: la conmoción del alma, el intenso dolor. Bharat, ángel justo en medio de los injustos, iluminado por la Consciencia Universal, era el único que comprendía el grave castigo ejecutado por Dios. La grande y terrible caída ya se había inciado con la pérdida del paraíso. Él lo sabía todo y estaba con ellos por un cometido Divino que debía absolver en el tiempo con la colaboración de Atum, Sow, Gebb, Niot, Osiris, Isis, Shet y Nebtho vueltos rectores de los elementos de la nueva vida. Todo parecía tranquilo y durante la noche todos estaban con los ojos húmedos por el llanto en espera de cualquier cosa que debía suceder. Y, he aquí, una potente voz llegada de la profundidad de los espacios: “¡Malditos! ¡Malditos hasta el día que Yo quiera!”.

EL DESTINO DEL PLANETA LUZ YA ESTABA MARCADO

El terrible monstruo desintegrador, lo devoraba todo con feroz voracidad.

Los hombres-ángeles, rebeldes a las inmutables Leyes del Cosmos, habiendo querido imitar al Absoluto en el arte de la creación eterna, habían dado vida a una terrible criatura, monstruosamente sedienta de un irrefrenable instinto anti-cuerpo. Su cuerpo, formado de energía en caótica desarmonía, crecía rápidamente, transformando cada cosa que encontraba a lo largo de su lento, pero desastroso camino, en otra tanta caótica energía para alimento y crecimiento de su cuerpo y de sus maléficos instintos. Invulnerable, el monstruo de cabeza de hongo, era el único patrón incontrastable del destino del planeta Luz.

Ahora ya no había salvación y era necesario huir, huir lo más rápido posible antes que aconteciese, por parte del monstruo desintegrador el ataque a la corteza del planeta y consiguientemente la inevitable consecuencia de la rotura del equilibrio de los yacimientos de materia sensible a la desintegración rápida y progresiva. La desesperación había invadido a los culpables y a los no culpables.

Todos los habitantes de los otros planetas, excluidos la Tierra y Venus, todavía en estado de evolución primitiva con espesa vegetación y habitados por enormes animales, estaban consternados por lo peor, que todavía debía verificarse. Los Hombres-Ángeles del planeta Luz, con tal injustificable pecado, habían marcado el destino de un mundo que había sido la cuna de una suprema felicidad inmortal y paradisíaca.

Desheredados de Dios y de los perfectos pueblos de los otros planetas, los hombres-ángeles rebeldes enviaron patrullas explorativas sobre el satélite del planeta Tierra. Con potentísimos aparatos espaciales, exploraron, además del satélite terrestre, la Tierra y Venus.

Anotaron las pocas dificultades, superables por medio de sus equipos científicos, y retornando consideraron que era posible un refugio temporal en aquellos nuevos mundos.

Así iniciaron la gran obra para la completa evacuación del agonizante planeta. Muchísimas criaturas angélicas no culpables, con la buena intercesión del Regente AMON eran llevadas por seres angelicales de otros mundos y substraídas a aquellos que, con su rebelión, habían provocado la ira santa de Dios-Creador.

La noche era límpida. Una gran luminosísima estrella resplandecía radiante en el cielo. Era el planeta Luz. Todas las miradas estaban dirigidas hacia él con una ternura jamás sentida. De repente un inmenso resplandor alumbró el cielo. Una inmensa luz, en forma de Cruz, iluminó las pupilas de todas las criaturas del Reino de Amon, desde el primero al último mundo. Una célula del Universo había sido asesinada.

Un Paraíso destruido por los ángeles rebeldes. Lágrimas de dolor se deslizaban silenciosas y dolorosas. El Cosmos había sido herido. “¡Malditos! ¡Malditos, hasta el día que Yo quiera!”. Tronó todavía más potente la voz repetidas veces antes de que el cielo se oscureciese y las estrellas se volviesen color sangre. En aquel mismo instante Atum, Sow, Gebb, Osiris, Isis, Shet y Nebtho, envueltos por una resplandeciente luz se volvieron invisibles a los ojos de los ángeles caídos en la maldición.

Los presentes pudieron observar, no con poco estupor, tal acontecimiento, pero no pudieron darse cuenta de lo que acontecía. La Tierra comenzó a temblar mientras un viento tempestuoso lo elevaba todo en el aire. Los volcanes empezaron a vomitar materia incandescente, las aguas inundaron la tierra; enormes hendiduras se abrían en la débil corteza terrestre. Una visión apocalíptica vuelta terrible por la tronante voz que decía: “¡Malditos!. ¡Malditos, hasta el día que Yo quiera!”.

Los vehículos y todo aparato eran literalmente tragados por la tierra en movimiento y destruidos. La muerte, que ellos nunca habían encontrado, reapareció ante sus pupilas, desmesuradas por el terror. Dios había quitado aquello que les había dado “la vida eterna”. Así había iniciado el largo vía crucis de los ángeles caídos.

Ahora ya no tenían ningún privilegio, ni podían pedirlo habiendo cometido una grave culpa. El alba despuntó y los sobrevivientes al apocalipsis vieron al Sol como una masa de pelo encendido. Buscaron refugio en las más altas cimas de las montañas, mientras las invocaciones de desesperado dolor se elevaban al cielo desde todas partes del mundo. Las bestias hicieron estragos devorando cadáveres y persiguiendo a los vivos.

¡Todo había sido perdido!. Ahora se conocía también el espíritu de conservación, de razón, de lucha, de sobrevivencia, de dominio del uno sobre el otro, de la defensa y finalmente del mal.

A medida que el hombre se desprendía de las formas, originarias y se aproximaba a la perfección corpórea, la separación de los sexos se acentuaba en él.

La oposición de los sexos y la atracción sexual se volvían, en las épocas siguientes, uno de los más enérgicos propulsores de la nueva humanidad ascendente. En el mundo animal como en la humanidad, la irrupción del sexo en la vida, el nuevo placer de crear en dos, actuó como una nueva bebida embriagadora. Algunos hombres, todavía cogidos por la torpeza psíquica, se acoplaron con animales dando vida a las especies simiescas, degradación del hombre primitivo, empujado por el irrefrenable aturdimiento sexual. un flagelo espantoso se abatió sobre el planeta. Lucifer no había perdido el tiempo.

Del desorden de las generaciones salieron todas las malas pasiones: los deseos sin freno, la envidia, el odio, el furor, la guerra del hombre contra el hombre.

Mientras tanto un desastre era inminente.

Un cataclismo destruyó una gran parte del continente Lemur. Formidables sacudidas sísmicas agitaron, de un punto a otro, la Lemuria. Los innumerables volcanes comenzaron a vomitar torrentes de lava. Nuevos conos de erupción surgieron por todo el suelo, lanzando fuera lenguas de fuego y montañas de cenizas. Mientras tanto la flor de la raza de los Lemures se había refugiado en el extremo occidental del continente devastado. Desde aquí, los supervivientes, alcanzaron la Atlántida, la tierra virgen y verdosa, emergida, desde hacía poco, de las aguas en donde debía desarrollarse una nueva raza humana.

Mientras tanto en oriente, donde al origen habían encontrado temporal refugio en el común intento de salvación. otros Hombres-Ángeles, fugitivos del planeta Luz a punto de explotar, también habían sufrido las mismas aventuras, volviéndose la raza amarilla. También otros, por el mismo motivo, refugiados en la actual Groenlandia, se volvieron la raza blanca-rubia y otros, finalmente establecidos en las zonas tórridas, la raza negra. Todos habían sufrido la metamorfosis del astral al físico, padeciendo variaciones con relación a los agentes que actuaban en aquel determinado lugar en el que se encontraban en el momento de la tragedia inicial y que los había llevado a ocupar la tierra y reagruparse en diferentes puntos del globo, en donde consideraron más segura la estancia.

El hombre, gota trémula de luz venido del Edén de un mundo destruido, comenzaba de nuevo el camino de un sendero que Dios le había asignado como pena y expiración de su grave culpa.

COMUNICACIONES A CONECTAR

El cuerpo astral iba poco a poco materializándose. Un ligero estrato de sutil materia gelatinosa se condensaba en torno a la pineal, formando un cúmulo de forma cónica desarrollándose por detrás. También sobre la columna se realizaba tal desarrollo (véase dibujo). El eterno masculino se desdoblaba del eterno femenino. Las facultades angélicas iban mutándose lentamente. Quedaban solamente las facultades telepáticas, medio de comunicación originario. Los medios que habían, científicamente tutelado, sus angélicas cualidades habían sido destruidos y tragados por la tierra en movimiento y, ahora, estaban obligados a soportar un ambiente totalmente diferente del lugar de origen y debiendo necesariamente sufrir la intervención de los agentes vitales de aquel ambiente densamente material.

Todas sus características, físicas, psíquicas y biológicas, por este motivo principal, padecieron un inmediato, aún si aparentemente lento, mutamento. La pineal se atenuaba, cada vez más, asaltada por un crecimiento de materia gelatinosa, siempre más voluminosa, mientras la androgeneidad había desaparecido completamente. A medida que la astralidad era cubierta por la materia, la luz radiante iba disminuyendo lentamente.

Y, he aquí el Homo sapiens. El primer Rey viviente del planeta Tierra estaba listo para volver a comenzar la ascensión hacia el paraíso perdido. Un nuevo Arcángel, con una escuadra de Dioses y de Ángeles había tomado el mando de sus destinos, condenados a los más duros sacrificios y a las más penosas renuncias. Empezaba así el descuento de un grave delito hacia Dios-Creador. Cristo era el nuevo Regente de la tierra y con Él la escuadra de los Ángeles que habían quedado fieles a la Ley Divina. Pero, Lucifer, no se había resignado. Su dominio no había decaído del todo. El tormento lo perseguía volviéndolo todavía más rebelde de cuanto había sido. Él era un Arcángel y, aún cuando, castigado y derrotado seguía siendo el jefe patronímico de los Ángeles caídos y vueltos hombres. Todavía podía luchar e intentó hacerlo escondiendose, con fina astucia, en la naciente materia de los cuerpos de aquellos que por su culpa, iniciaban el gran descenso hacia el abismo de la densa materia. Pero, Cristo, antes que él había establecido su morada, con todo Su Divino Amor, en el corazón de aquellas Criaturas haciendo Suyo su dolor y sus esperanzas de perdón y de ascensión hacia DIOS.

Así comenzó la gran lucha del hombre entre el bien (Cristo) y el mal (Lucifer). Ahora, el hombre primitivo se encontraba completamente en el plano físico.

La aparición de los dos sexos desarrolló en él tres nuevas fuerzas: el amor sexual, la muerte y la reencarnación, agentes energéticos de asociación, de disociación y de renovación.

Ahora estamos en el período Atlantídeo. La generación amarilla a oriente, en pleno Pacífico, antes de ser mar, poblaba en plena prosperidad el gran continente Mu. La raza blanca prosperaba en los continentes nórdicos del planeta, mientras la negra se multiplicaba con mayor dificultad, en algunas zonas de África meridional y central, por estar éstas cubiertas de bosques, difíciles y llenas de ferocísimas bestias.

Yo, he vivido gran parte de mis existencias en las tribus de los hombres-rojos, mejor señalados con el símbolo del Rig que, traducido literalmente, quiere decir: “Sabiduría”. En aquel tiempo la Atlántida escuchaba, ... escuchaba siempre... ahora sólo oía el silencio... . Entonces, replegada sobre sí mismo, se volvía sonora como las caracolas de los mares. La noche, comenzaba otra vida para el Atlante, una vida de sueño, de visión, un viaje a través de mundos extraños. Durante el sueño, no veía la forma material, sino su alma, separada del cuerpo, que se zambullía en el alma del mundo. Cuando se despertaba, de los sueños, el Atlante tenía la certeza de haber vivido en un mundo superior y de haber hablado con los Dioses. Así en aquel tiempo primitivo, la noche y el día, la vigilia y el sueño, la realidad y los sueños, la vida y la muerte, el aquí y el más allá se mezclaban, se confundían para el hombre en una especie de sueño traslúcido que se desarrollaba al infinito.

Mientras, otros tremendos cataclismos habían descompuesto el mundo. El gran continente Mu, reino de la raza amarilla, era literalmente destruido por un enorme descenso de la corteza terrestre e invadido por las aguas que apremiaban fortísimamente. Algunos continentes nórdicos, también ellos sacudidos por violentísimos terremotos y pavorosos hundimientos, empujaron a la emigración, hacia centro Europa y norte de América, a gran parte de los sobrevivientes. El continente Atlantídeo era despedazado en varios puntos. La tierra se movía como una hoja a merced del viento. Los Atlantes, llenos de pánico y de temor ante la invasión de las aguas que apremiaban violentamente por el norte y por el sur, se refugiaron en las altas montañas de América central y meridional. Otros quedaron en las alturas de la Atlántida, todavía otros se desplazaban hasta alcanzar las costas occidentales de África septentrional. Un suceso que había sobresaltado el alma de todos se había verificado antes de que aconteciese el cataclismo. El sol se había vuelto más resplandeciente que nunca, desde su vivísima luz, había tomado forma una gran, inmensa Cruz, una Cruz luminosa en la inmensidad del espacio, y que había, por un instante, despertado un atávico recuerdo, un terror, una culpa, una maldición. Aquel signo, desde entonces, lo recordaron para siempre con un sentido de verdad encerrado en un inexplicable símbolo de amonestación.

Ahora había llegado el tiempo de los encuentros. Los hombres de piel roja se encontraban con los de piel blanca y otros con los de piel negra.

Todos venían de un mismo destino, sin embargo se lanzaron los unos contra los otros con inaudita ferocidad. El Arcángel de la Luz, estaba, ahora, en plena lucha con el Arcángel de las tinieblas. Uno dominaba el Espíritu, el Otro la materia. Una divina dualidad controlaba los espíritus llevándolos ahora hacia el odio, ahora hacia el amor.

El mal y el bien habían entrado en el ciclo de la lucha común hacia las experiencias supremas de la gran ascensión. La lucha del cielo se reflejaba sobre la tierra.

Mientras tanto, los cruces de las tres razas daban a la luz otras razas mucho más inteligentes y que debían, a su tiempo, devenir los elementos formadores de una raza elegida.

Esta fue la obra de la raza blanca con la Atlantidea, cepa común de los Semitas, y de los Arios en los cuales las varoniles cualidades de la razón, de la reflexión, del juicio debían dominar sobre todas las otras. Pero para desarrollar tales facultades, era necesaria una gran disciplina y una vida aparte, separada de las otras razas.

Los caudillos, arrastraron a la raza blanca hacia el este y norte. La meta final de este éxodo, que duró siglos y milenios, debía ser la región de Asia.

Sobre aquellos altos altiplanos de aire saludable, fuera de los ataques de las otras razas, a los pies del Himalaya, se formó la civilización Ariana. Más alla, posteriormente, emigraron los diferentes grupos de la nueva raza, destinada a gobernar el mundo, raza Indo-europea:

Arios de la India, Iranios, Escitas, Sarmientos, Griegos, Celtas y Germanos así como los primitivos Semitas de Caldea.

Había llegado el tiempo de los grandes mutamentos. Los Dioses habían tomado plena posesión de todas las directivas. Estos aparecían en nubes de fuego y su lenguaje no tenía nada de terrestre. Tenían sobre la tierra sus mensajeros a los que daban enseñanza de cómo debían conducir a los hombres. Los mensajeros de los Dioses podían recibir las revelaciones, porque, a su vez, eran los más perfectos entre sus hermanos los humanos. Se podían llamar espíritus superiores con trajes humanos, pero su verdadera patria no era la Tierra. Atum, Sow, Niot, Osiris, Isis, Shet y Nebtho eran Angeles, los hermanos que quedaron sobre la tierra por orden del Altísimo.

Y, finalmente, el último gran cataclismo que debía destruir, para siempre, el gran continente de la Atlántida para dejar sitio a las crecientes aguas de los dos polos.

con este terrible desastre geológico desaparecieron los últimos restos de la raza atlantídea vuelta viciosa, débil y practicante de la magia negra.

EL HOMBRE Y LA CRUZ

Aflora nuevamente a en el hombre la sombra espectral de un triste, atávico pasado.

¡RECUÉRDATE HOMBRE!

¡PÁRATE! No vuelvas a repetir el mismo camino por el que has sido maldito. Medita, escruta en lo profundo de tu alma y verás que, además de la Gran Luminosa Cruz, te volverás a encontrar a ti mismo, aterrorizado, culpable, de rodillas ante el gran pecado, en espera del misericordioso perdón de Dios y de los Cielos.

En aquel remotísimo tiempo toda la humanidad del Planeta Lucifer se sentía irremediablemente perdida. Ahora ya no había esperanza de salvación y era necesario huir, huir lo más pronto posible. Miles de naves espaciales estaban listas y otras llegaban del Planeta Marte y del Planeta Saturno. El planeta condenado a muerte por una lenta y progresiva desintegración ya estaba próximo a alcanzar el punto crítico. Era necesario actuar rápidamente. La deflagración final podía llegar de un momento a otro. La energía atómica que el hombre, con tanta ligereza había desencadenado, creó una desintegración en cadena de algunos grandes yacimientos de elementos sensibles yacentes en el subsuelo de aquel planeta.

Nadie estaba en condiciones de poder parar el caos de una potente energía vuelta loca y destructiva. La tierra que entonces se encontraba en la órbita del actual planeta Venus y este en la del planeta Mercurio, fue la meta de una gran parte de los fugitivos. En el firmamento miles de transatlánticos espaciales circulaban entre el planeta agonizante y la Tierra, Marte y Saturno, los lugares más cercanos para encontrar refugio. Llevaron con ellos cuanto era posible, pero no todos pudieron ser salvados. La Tierra todavía en un estado primitivo y poblada exclusivamente por enormes animales, no se volvía del todo acogedora, pero como refugio provisional, en aquel desesperado momento, había sido considerada providencial. Criaturas de ambos sexos y de diferentes razas creyeron encontrar un temporal acomode en espera de los acontecimientos. El tiempo de lo peor ya estaba cercano y mientras en el planeta, agonizante, millones de criaturas esperaban la salvación, una visión apocalíptica y con un inmenso resplandor, atroz, golpeó la aterrorizada mirada de los salvados.

El cielo se había vuelto luminoso y pavoroso. Una célula del Universo había sido asesinada por el hombre rebelde, desobediente a las Leyes del Cosmos. Una grave culpa que no puede ser fácilmente borrada y que el Cosmos castiga severamente.

El caos en todo el sistema solar fue de enorme alcance y muchos otros planetas, comprendida la Tierra, arriesgaron a ser lanzados fuera del propio equilibrio. El Sol vibró fuertemente dejando escapar de su propia superficie una enorme masa de materia incandescente que después debía asentarse en una órbita muy próxima al Sol y que nosotros, luego, debíamos llamar Mercurio. La Tierra, Marte y Venus y todos los planetas del sistema solar recibieron enormes choques, mientras las gigantescas rocas del planeta destruido se dirigían en todas las direcciones del espacio sideral. Muchos de estos pequeños mundos encontraron un asentamiento definitivo orbitando en la proximidad del planeta Saturno. La perturbación del sistema solar fue desastrosa y el planeta Tierra, este mundo de manto azul, sufrió, además de los choques, el desplazamiento del eje polar y por consiguiente todos los efectos de esta no menos desastrosa causa: erupciones, levantamientos y hundimientos de la corteza terrestre, invasión loca de las aguas, movimientos telúricos de gran alcance. Los seres que en ésta habían buscado un refugio temporal para salvar la vida, fueron diezmados y sus aparatos, estacionados, fueron completamente destruidos y tragados por la tierra y las aguas en movimiento. Los supervivientes no eran muchos, ahora la lucha por la sobrevivencia se había vuelto desesperada y sus mentes trastornadas por los inmensos sufrimientos psíquicos provocaron la completa anulación de su personalidad. Los ojos desmesuradamente abiertos de terror era lo único que había quedado de la inhumana desolación que los rodeaba. Los infelices seres que sobrevivieron a tanta desventura tenían ante sí un pesadísimo equipaje de enormes sacrificios a llevar a lo largo del nuevo camino de su existencia. Pasó mucho tiempo y lentamente se iba borrando de su mente la imagen de tanta tristeza. El recuerdo de haber venido del cielo no les abandonó nunca y durante milenios cantaron esta su gran verdad.

El tiempo pasaba y el relato de los Padres tejía fábulas, sueños, pesadillas y fantasía en la mente de los descendientes, ahora tan diferentes en el cuerpo y en el espíritu.

Tantos otros acontecimientos atormentaron la gran alma, amodorrada en el vértice de un triste pasado y tantas otras veces volvió a aflorar en la mente de los más evolucionados el impetuoso deseo de comunicar con la voz del cosmos para pedir respuesta a las preguntas que surgían del interior como imágenes vivientes y significativas. Pero la cruz luminosa e inmensa quedó, para siempre, esculpida en lo profundo de sus corazones. Una señal, que nunca pudieron olvidar y que en tantas circunstancias aparecía como una invitación al arrepentimiento y al temor. Sufrimientos, luchas con la joven naturaleza del planeta en fase de maduración, batallas contra las voraces, enormes, bestias y las indefensas criaturas, empujaron a los mejores a pensar, pensar con fortísima voluntad. De los sueños sacaron útiles enseñanzas y de la naturaleza los primeros medios rudimentarios. Los conocimientos se volvieron cada vez más numerosos y los medios se construían con más facilidad.

El tiempo había trabajado para ellos y el dictamen misterioso del gran saber se había revelado lentamente. Recomenzaron a vivir en contacto con la naturaleza misteriosa de la Inteligencia Universal. Adivinó el gran despertar y el hombre ya no pudo frenar más el río de su atávico saber que, en un primer tiempo, se había adormecido. Pasaron milenios y milenios en un continuo ascenso evolutivo entre el multiplicarse de las diferentes razas y otras nuevas llegadas a la luz.

No todo el tiempo fue feliz a causa de las convulsiones periódicas del planeta que, en fase de asentamiento, a menudo provocaba muerte y destrucción. Pero sus corazones ahora estaban templados y su espíritu alto como la cima de una montaña.

Recomenzaban y construían mejor que antes, viviendo con más férrea voluntad y con una fe inquebrantable. Lo que más preocupó a los Sabios de entonces fue la reminiscencia de una terrible fuerza de dominio y de guerra que, poco a poco, se iba formando en el ánimo de muchos. El instinto del funesto pasado se despertaba, también del largo letargo y, entre las cosas buenas que la mente realizaba, las malas eran las más grandes y las más terribles. Esto preocupó muchísimo a la infalible Inteligencia del Cosmos e igualmente preocupó a aquellos que, iniciando la gran exploración de los mundos nuevos, después de la inmensa, apocalíptica, catástrofe acontecida en nuestro sistema solar, habían conocido el destino de aquellos que buscaron, en el remotísimo tiempo, salvación sobre la Tierra.

Diez mil lejanos años de nuestro tiempo ellos conocieron nuestro mísero estado psicológico e hicieron de todo para hacernos mejorar rápidamente, dejando sobre la tierra maestros insignes de cultura universal. Muchos de ellos vivieron largo tiempo sobre la tierra y, a menudo, sacrificaron su vida con una pasión pura, angélica, santa.

Sus enseñanzas y sus conocimientos fueron de muchísima ayuda para mejorar progresivamente el proceso evolutivo de las razas. Su saber era infinito y sus conocimientos exactos. Quizás, en aquel tiempo, nos habían hecho conocer quien verdaderamente era DIOS. Pero las convulsiones del planeta no habían terminado y otros desastres se añadieron a los acaecidos a lo largo del tiempo; recomenzaron nuevamente y, esta vez, con la ayuda de quien conocía todo de nosotros, todo desde el principio hasta este nuestro tiempo. Sabían quienes éramos y de donde habíamos venido.

Nada escapaba a sus conocimientos, ni siquiera la mala formación de nuestros, a menudo famélicos y bestiales instintos que se agigantaban en la obra y en los hechos de la vida. Nos consideraban, nos ayudaban, nos compadecían, pero debían mantenerse, necesariamente, alejados, ocultos, escondidos con todos sus conocimientos en aquel tiempo incomprensibles, tanto como hoy. Muchos de ellos se sacrificaron por nuestro bienestar y tantos otros realizaron cosas maravillosas, inconcebibles para las mentes de entonces. Ezequiel, en su libro (Sagrada Biblia) los describía así: “La primera visión de los Querubines”. Eran ellos y desde el primero hasta versículo veinticuatro de su libro Ezequiel lo afirma en el modo más claro e inequívoco. Estaban con nosotros porque querían, a cualquier precio, realizar un gran bien para sus semejantes en cautividad. El gran acontecimiento acaeció, la hora del perdón había llegado y la paz se debía concluir en la señal de la cruz y del sacrificio.

El hombre y la cruz se volvieron un símbolo que debía sacudir para siempre al alma humana. Debía recordar algo, muy grande, de indiscutible verdad que quedó impresa en la gran bóveda celeste; principalmente debía hacernos meditar, comprender y con la más razonable convicción, sentirnos culpables de un gran pecado, de una desobediencia hacia DIOS y todas las almas vivientes del cosmos. La gran paz nos vino misericordiosamente ofrecida, unida al perdón. Pero, una vez más, el hombre nutrido con la carne de la bestia felina, no quiso comprender, no quiso sentir, sobre todo no quiso aceptar un cambio radical de su vida absurda e inconcebible. Era lo que era y debía sudar sangre, sufrir todavía para poder comprender mejor su verdadera naturaleza, su blasón. Y, he aquí nuestros tiempos, tiempos de gran progreso material y de regresión espiritual. Una infinita reminiscencia que marca las cosas más impensadas y las edifica con desconcertante prontitud.

Los aviones, los coches, los navíos, los grandes mecanismos, los rascacielos, empresas de fábula y de disfrute de los recursos que este mundo, ya adulto, nos ofrece con tanta profusión. ¡No basta! Ha habido una reminiscencia incontenible y tan peligrosa que ha puesto en alarma a nosotros y a otros, la energía atómica, un monstruo oculto y de inaudita violencia destructiva tienta, nuevamente, insertarse amenazante en la ya vieja historia de nuestro sistema solar. Parece que la misma mente de entonces se haya posesionado de esta caótica energía y que, inmutada irresponsabilidad, intenta emplearla como medio de destrucción y de muerte. Una vez más, el hombre pone en peligro la existencia de un mundo y de todo lo que contiene con tanta inaudita ligereza.

Unos dos millones y medio de criaturas humanas se preguntan porque se recurre a esta monstruosa fuerza destructiva y aún si no lo demuestran, en el corazón de toda criatura humana está siempre esta pregunta, cuya respuesta está encerrada entre los labios de aquellos que todavía viven en un mundo que ya no está. Estos saben la medida de la gravedad, pero, a menudo, el instinto primordial los ciega y los vuelve irresponsables e inconscientes; la amenaza es grave, el peligro espectral, de un triste, atávico pasado, hace temblar el alma humana de terror.

Pero, por providencia de todos, las malas intenciones de los pocos y el espanto de los muchos, han atravesado el océano inmenso del espacio sideral para alcanzar el corazón y la mente de los justos, de los mejores, de aquellos que, más y mejor que nosotros, conocen la Ley del Universo. Ahora se ha llegado al tiempo en el que no es posible no comprender que nuestra soledad en el gran espacio ha sido solo aparente y que en realidad nunca hemos estado solos desde hace muchisímos siglos. Muchos fenómenos deberían hacernos comprender, más profundamente, que somos lo suficientemente idóneos para la aceptación de Verdades Universales mucho más grandes que aquellas que la historia nos ha dado a conocer hasta hoy.

Y en verdad una, gradual pero lenta, predisposición, existe ya en millones de personas, gracias a la metódica, precisa e indestructible obra de los Hermanos mejores que, como en el pasado, todavía hoy más que ayer se prodigan con perseverancia y con voluntaria abnegación. Hoy ya no es posible entender mal para huir de la verdad que nos supera y nos domina. Ya no es posible escribir como escribió el Profeta Ezequiel: “El aspecto de las ruedas y su movimiento se parecía al color del crisólito, y las cuatro se parecían, y su aspecto y su funcionamiento parecía como si una rueda estuviera dentro de otra rueda”. Y todavía: “Mirando vi que sus llantas estaban todo en derredor llenas de ojos”. Y finalmente: “Sobre las cabezas de los vivientes había una semejanza de firmamento, como de portentoso cristal, tendido por encima de sus cabezas”.

En aquel tiempo el Profeta Ezequiel se expresó así para describir la aparición de las naves espaciales y de los cascos espaciales que las criaturas de aquellos aparatos llevaban sobre la cabeza y que vestidos como iban le dieron la sensación de ver curiosos animales de forma humana. Y luego un dictado que debía, absolutamente, aceptar y que venia de Dios. ¿Quiénes eran aquellos que Él llamó Querubines?. Desde entonces han transcurrido cerca de tres mil años y en este nuestro tiempo la visión que tuvo el Profeta Ezequiel se repite suscitándonos la misma pregunta: ¿Quiénes son?. ¿De dónde vienen?. Nuestros ojos los ven y nuestra mente los comprende así como en realidad son, pequeñas y grandes naves del espacio que surcan velozmente nuestro cielo. Muchísimos las han visto aterrizar y otros muchos se han aproximado en el intento de conocer y hacerse comprender. Noticias de este tipo se podrían citar a miles. Muchas personas los han visto con casco y buzo espacial, tan complicados que parecían a primera vista curiosos animales de forma humana. Indudablemente bajo aquel casco, dentro de aquel complicado buzo, estaba el Querubín del Profeta Ezequiel, los mismos Mensajeros del Cielo deben finalmente hacernos comprender que la palabra de Dios está nuevamente en medio de nosotros. Muchos son los Querubines, Serafines y Tronos que nos miran y escrutan atentamente nuestros propósitos, preparándonos a aceptar verdades más profundas, que por los siglos de los siglos siempre han sobrepasado nuestros escasos y confusos conocimientos.

¿Estamos verdaderamente al borde del gran abismo? ¿Quizás estamos muy cercanos al tiempo que nos debe empujar nuevamente al fatal error?.

Las premisas, en verdad, no faltan y el tiempo de la monstruosa energía que destruye ya ha llamado con inaudita violencia a las grandes puertas de este nuestro querido mundo, la grande y terrible bestia con cabeza de hongo se ha despertado amenazadora, implacable, con ira, decidida a destruir, a devorarlo todo sin piedad.

El Hombre está aterrorizado y con la mirada dirigida hacia el cielo, piensa, mientras una gran Cruz Luminosa se pone ante sus ojos.

El alma delira en un gran e indefinible desconsuelo y asalta de tristeza la mente y el corazón. La mayoría se agita en un silencioso miedo, mientras la minoría, aquellos que se creen los únicos patrones del destino de la Humanidad y del Mundo, gozan teniendo atada a un hilo de seda la mortífera fuerza de un monstruo que, ligado a un deber, con una mente más equilibrada y más cuerda, podría servir como solo y único medio de fuerza para los mejores destinos de la Humanidad. Pero para desdicha de los justos y de los indefensos, todavía no prevalece la razón del hombre sobre la bestia, y el grito feroz y sanguinario de la energía vuelta loca por la mente del hombre, retumba en el espacio con mayor amenaza.

Una vez más en el gran océano del espacio sideral silba velozmente la imagen de un gran peligro, la intervención se ha vuelto necesaria, indispensable.

El punto crítico ha marcado el tiempo y es necesario, absolutamente, prevenir el inmediato desarrollo de lo que va a suceder. ¿Superaremos la gran crisis?.

Ellos están sobre la tierra, no sabemos como y donde, pero están. ¡Esto es cierto!.

Llamémosle como creamos más oportuno, digamos de ellos todo lo que queramos, mostrémosle a nuestra mente como deseemos, pero esto no excluye el hecho de que ellos están y además se hacen ver repentinamente. ¿Quiénes son?.

¿De donde vienen?. ¿Por qué han venido?. ¡Quién tenga oídos, escuche y quien ojos para ver, vea!. Pero lo que más conviene, al momento, es ARREPENTIRSE a tiempo y, esta vez queriéndolo, o no. No planteéis aquella necia pregunta del porque no se hacen ver o del por qué no bajan, con sus aparatos, en las plazas. Comprendedlo una buena vez y para siempre que ellos nos conocen desde tiempos remotos y lo saben todo, digo todo de nosotros desde la A hasta la Z. Toda publicidad sería, para ellos inútil, digo mejor contraproducente a la obra que deben desarrollar sobre la tierra. La veleidad es un vicio humano que estas criaturas consideran poquísimo. Saben lo que deben hacer y en el momento oportuno lo sabrá toda la humanidad.

Este es el solo y único pensamiento que domina sus inteligencias. ¡Todo el resto no cuenta!.

Los burlados, aquellos que antes que los otros han visto y sentido, comprenderán los primeros, sin ninguna sacudida psíquica. La grande, la más grande de las Verdades Universales. Este será su más justo y anhelado premio porque en verdad: “los pobres de espíritu verán el Paraíso”. Y todavía: “Los últimos serán los primeros”.

Esto he escrito sin mi personal intención, sin una pizca de veleidad especulativa, ya que he sentido, impetuosamente sentido que el Amor de Dios está en medio de nosotros con toda Su gran misericordia, hoy más que nunca, hoy más que nunca. Siento un gran temor leyendo nuevamente lo escrito en estas descarnadas páginas y pienso:

¿Bastarían todos los libros del mundo para haceros comprender lo que yo he comprendido al releerlos?. Soy una nulidad, soy un pedacito de carne viva, con un alma luciente y clara, y no menos que mis semejantes, con una inmensa cruz resplandeciente ante mis ojos, llenos de silenciosas y trémulas lágrimas.

En verdad yo digo:

En el tiempo pasado está mi futuro, porque es verdad que en el tiempo futuro está mi pasado.

En verdad, yo digo todavía:

Aquello que en el tiempo fue, en el tiempo es y será.

“Luego vi, cuando él tuvo abierto el sexto sello: Y, he aquí, se hizo un gran torbellino, y el sol se volvió negro como un saco de pelo y la luna se volvió toda como de sangre.

Y las estrellas del cielo cayeron a tierra, como cuando la higuera sacudida por un gran viento deja caer sus higos.

“Y el cielo se recogió como un libro revuelto, y toda montaña e isla fue removida de su lugar”.

Y en verdad: Yo, Eugenio, hombre que fue y que es en el tiempo de vuestra generación, en verdad yo os digo que las montañas y las islas fueron removidas de su lugar antes de tiempo y que Él, Juan, lo describió como en el tiempo venidero, de otras generaciones.

En verdad aconteció que las montañas y las islas fueron removidas de su lugar y con sus inmensas tierras navegaron como cascarones en la inmensidad del furioso mar.

Muchas tierras fueron perturbadas y otras devoradas por los profundos abismos de los océanos. Un continente se desgajaba del otro como blanda hoja de papel, semejante a una ramita a merced del furioso viento; ahora entraba en el mar y ahora salía a la luz. Otro no retornaba más ante los ojos de los futuros.

Y yo vi por voluntad de Dios, porque yo fui en aquel tiempo como ahora soy, hombre, y vi, con los ojos abiertos, esto que aquí os describo.

Entonces era muchacho y ha pasado tanto tiempo que todavía me parece un largo sueño. Sin embargo es tan verdadero aquello que fue y vi que, retornando al tiempo, ya remoto, de hace doce mil años, todavía encuentro las mismas cosas de entonces, cuando la faz del mundo era otra y diferentes eran las cosas y las costumbres de los hombres.

Aquello que vieron mis propios ojos, lo recuerdo ahora que tengo treinta y tres años.

Y yo vi aquello que mi alma conserva y que os relata ya que el tiempo esta próximo.

Era entonces tiempo que dista de este cerca de doce mil años, cuando los templos y los nidos de los hombres eran lechos llenos de flores y de olores y cada cosa quería ser como la eterna música de los cielos. El sol resplandecía como jamás, y su luz penetraba en cada uno de los más remotos ángulos de la Tierra. El murmullo del viento era dócil y, agradable como una caricia de los Angeles, se posaba, en todas partes, suave y cálido. De un lado a otro de la tierra la voz alegre de las almas felices vibraban en el espacio como un dulce encanto desde el alba al ocaso; y los pájaros sin temor y con alegre gorgojeo, volaban alrededor de los hombres y de las cosas, aun más alegres y más felices. La música adornaba de gracia las almas embelesadas de puro amor y en cada corazón yacía mórbida la bondad y la dulzura del espíritu. La noche no parecía noche y en toda alma no encontraba sueño por la belleza que la rodeaba. Y el verde de los campos y todas las cosas que estaban en el regazo de la naturaleza eran de una extraña belleza. Las caravanas, gente alegre, andaban por allí o retornaban con el corazón lleno de viva esperanza. Aquel era el tiempo del espíritu y de la sabiduría.

Y, yo, bien recuerdo, nunca la humana gente conoció aflicciones, ni nunca la tristeza veló de sombra los pensamientos de los hombres.

Acaeció después que la humana gente se hinchase de orgullo y que la creación viniese turbada hasta volver lo dulce de la vida y del corazón tan amargo y que se volviesen una sola cosa, como una sola columna. También sucedió que la alegre voz del alma ya no era como antes y que de uno al otro confín de la tierra ya no resonaba el canto alegre de la felicidad de la humana gente.

En el corazón de los hombres el amor al Espíritu de Dios se volvía débil, y tristeza y aflicción penetraban cruelmente en el corazón de las gentes.

Muchos, inflamados de orgullo y de odio, practicaban maléficos entendimientos con Rey y Sacerdotes; y tanto los unos como los otros se impregnaban de maléfico arte y erigieron templos con figuras de oro y de piedra rara, dando así a los ojos y quitando y negando la alegría del espíritu. La obra del mal había, en muchos de ellos, enflaquecido el amor y la sabiduría hacia las cosas del espíritu, poniendo enfrente del bien el mal del odio y del orgullo.

Acaeció que el hermano nutriese odio para el otro hermano y que el padre nutriese odio hacia los hijos. El uno buscaba golpear al otro con la misma crueldad. El mal y el tormento consumían lentamente lo bueno y feliz de sus almas, y muchos de estos cayeron enteramente en los pecados más graves, demoliendo y consumiendo aquello que Dios había tan largamente prodigado y con tanto amor dado.

Pasaron así muchos años y las maldades se multiplicaban vertiginosamente en el corazón de los hombres. Dios ya no debía ser feliz y Su tristeza era profunda por la obra que los hombres habían emprendido. No se vieron más caravanas de hombres plenos de esperanza en el corazón, más bien columnas interminables de seres embrutecidos y malvados, ligados a las enseñanzas y las ordenes del Rey y de los Sacerdotes. Ya no había paz y solamente para pocos el tiempo de los Padres y de los Antepasados se volvió un mito de gran esperanza.

Yo había crecido y bien comprendo todas las cosas que aquí os relato. Un día sucedió que yo viese a un hombre viejo y barbudo que, orando al gentío, en multitud reunida a su alrededor, decía: “Así fue, así es y así será hasta la séptima generación; y esta es la quinta de las siete”.

Así decía el que yo miraba con ojos atentos y con mente despierta. Y Él todavía dijo:

“Pasará el tiempo, y pasará infeliz hasta que el Hombre Eterno venga de los cielos, como aconteció antes de que nacieran los padres de vuestros padres para juzgar las culpas, por ellos, cometidas. Lo que sucede ahora, deberá suceder, todavía, por dos veces sobre esta tierra; la última será la séptima vez”.

Y Él, todavía decía:

“Siete veces todo hombre vendrá sobre la tierra y el no recordará jamás haber nacido antes y haber renacido después; y esto por siete veces”.

Y Él así hablaba, mientras mi alma ardía de verdad y de profunda admiración. Y Él así decía, todavía, a la muchedumbre:

“Siete son las generaciones que durarán y también deberán terminar sobre esta tierra; y vosotros sois la quinta generación. Siete son las Escrituras de los Cielos y cada generación tiene una por voluntad de Dios. Esta, vuestra, es la quinta, y también deberá terminar. La séptima será la última prueba, luego advendrá el juicio final”.

Así Él hablaba a aquellos que habían perdido la paz del alma. Y todavía dijo:

“Vosotros sois la quinta, y la simiente de la sexta nacerá de vuestro fin. Así está marcado en el gran Libro de los Cielos. Y entonces advendrá que el Hombre Eterno, Dios, vendrá sobre la tierra como sol resplandeciente del cielo para mostraros Su Gloria y la Potencia de Su Reino, que es Reino del Espíritu Eterno. Muchos de vosotros, vueltos fuerza del mal, sentirán terror y, sin embargo, no modificaran, ni volverán atrás de sus propósitos, ni se arrepentirán los que van a nacer, puesto que el maléfico arte de los padres también quedará en el semen. Pocos, en verdad, serán aquellos que volverán a las voluntades del espíritu; y solamente estos se salvarán en el alma y en el cuerpo. Estos serán guiados allá, hacía oriente, donde la tierra quedará fuera de la furia de las aguas, e inmune a los desastres, y todavía estos proseguirán hacia el recto camino, alzando tabernáculos y templos a la gloria y la potencia de Dios".

Y yo escuchaba a corazón abierto aquello que Él decía a la muchedumbre inquieta y amenazante.

Acaeció que Él no fue creído, como hombre semejante a los otros, e incapaces de advertir en sus corazones la fuerza de la piedad, ellos sentenciaron en secreto aquello que debían efectuar a Aquel que había predecido tal fatal destino, a causa de sus pecados, por voluntad de Dios, predicando sin ningún temor. Las turbas, animadas por malvados propósitos y mal aconsejadas, lo cogieron en el lugar donde Él estaba y lo aislaron a viva fuerza. Mi corazón ardía de amor por él, yo era joven, sin embargo amaba las sabias palabras que Él decía, con tanto sentido, dicho. Y sucedió que lo llevaron a un campo en donde las flores estaban abiertas al sol cálido y resplandeciente, y allí comenzaron a practicar lo que en secreto habían sentenciado. Él no sintió impaciencia, ni la cordura del alma y del corazón se removió, no hizo ningún signo de rebelión, ni sus ojos, semejantes a las estrellas, se dilataron por miedo.

Más bien quiso añadir, todavía, algunas palabras a lo que había dicho, y dijo: “Vendrá el tiempo en que yo me sentaré entre los Siete Jueces del Cielo, por Deseo de Dios y allí leeré, punto por punto, vuestras culpas y tal será el juicio: que vuestra raíz quedará sobre la tierra y lo que habéis pensado practicar sobre mi cuerpo, vendrá practicado a aquellos que, de vuestra raíz, vengan al mundo hasta el tiempo que Dios quiera, con igual fuerza y medida. Arrepentíos, pues; puesto que todavía es tiempo”.

Pero las turbas enfurecidas y mal aconsejadas no quisieron frenar el malvado instinto del mal. Y aquello que yo vi, después que Él terminó de hablar, fue tan cruel que mis ojos se volvieron como piedras en el mar. Vi hombres buscar en el cerebro del Sabio aquel que tan mal hablaba en su lugar. Y buscaron, buscaron sin encontrar aquello que ellos pensaban estuviese. Y el Sabio Hombre, aún sin aquello que el hombre debe tener necesariamente, quedó así como era antes, todavía más vivo que aquellos que lo rodeaban, realizando el delito. Tanto que al verlo, aquellos que habían actuado primero, se volvieron irreconocibles, puesto que no hablaban como era corriente hablar, sino más bien como hablan los insensatos y privados de consciencia; y sus ojos giraban de un punto al otro, veloces como el viento.

Acaeció que el Sabio Hombre, aún quedando como estaba, dijo todavía:

“Habéis visto aquello que a los mortales no es dado ver en vida y en el futuro del tiempo.

Tal cosa operará Dios en vosotros y en aquellos que germinaran de vuestra raíz.

Sin embargo no sabréis nunca, ni conoceréis, porque Dios así querrá que sea”.

Y después de haber dicho esto, así como estaba, se encaminó como un hombre que tiene todo aquello que la madre da a su propia criatura.

Sin embargo no era así: Porque cerebro Él no tenía.

A tal vista acaeció una turbación en todos aquellos que observaban tan extraña valentía del Sabio Hombre. También yo, como ellos, me turbé; pero ya lo estaba antes, porque en mi alma sentía arder de verdad sus palabras.

Y sucedió que lo seguí yo solo. Y otros, todavía aterrorizados, se marchaban haciendo camino inverso. Sin embargo, cuando Él me vió, no retrocedió, más bien con amable atención se paró y dijo: “Ven, pequeño mío, puesto que en ti esta aquello que esta en mi”.

Ante estas palabras suyas, los ojos, el corazón y mi alma sintieron un gran calor y todo mi cuerpo ardía como el fuego.

Y Él, todavía más cerca de mí, dijo:

“No tengas enojo por aquello que has visto, porque lo que sientes en tu alma, Dios ya lo ha sentido mucho tiempo antes; y Él dará el mismo dolor”.

Y yo, todavía tembloroso de piedad, pregunté: “¿Quién eres tú que en mi alma haces tanto vacío de dolor y de tristeza?”. Y Él así contestó:

“Yo soy mensajero de Dios y por su Voluntad he venido sobre la tierra. Yo no tengo nombre y no soy como tú eres; sin embargo tú, pequeño mío, posees aquello que yo poseo por voluntad del Espíritu Santo. Aquel que tú sientes en tu frágil y, sin embargo, gran consciencia es Aquel que reina eternamente en los cielos, allí donde tus ojos no podrán ver”.

Y Él, así como un padre instruye a los hijos, continuaba:

“Hay un lugar en el que la noche es día y el día esplendor; en un tiempo no lejano tú nos verás, y allí verás a Aquel que tus ojos ven”.

Y continuando, todavía decía con amoroso aliento:

“Aquel día los ángeles cantarán en coro, y tú vendrás por el camino que a mi te conduce, donde quedaré por los siglos de los siglos, hasta el juicio final. Tú, pequeño mío, un día dejarás aquí, sobre la tierra, tu cuerpo; sin embargo tú vivirás en forma diferente, que ni cuerpo ni aire te serán útiles; y sólo cuando habrás visto aquello que el futuro conserva a la séptima generación, sólo después, por concesión de los Siete Espíritus de Dios, y por Su consentimiento, volverás a ver, nuevamente, el mundo con diferente faz de cómo ahora tú lo ves”.

Después de haber dicho esto, el Sabio Hombre añadió:

“Ahora yo te dejaré y tanto tiempo pasará antes de que tú puedas volver a sentir el calor de tal verdad en tu alma; pero todavía te digo: en aquel tiempo cuando tú hayas retornado entre los hombres de la séptima generación y cuando hayas cumplido los treinta y tres años, yo estaré en tu alma y en tus pensamientos, y de esto te daré prueba de haber venido, ya que a ti querré hablar de tantas cosas.

Y ahora es oportuno que tú sepas el camino justo y aconsejado.

Acontecerá que el sol se volverá más grande y mucho más resplandeciente de cómo ahora tú lo ves. Que esto no turbe tu alma porque ninguna cosa arderá de ardiente fuego. Cuando esto sea observado, tú andarás camino hacía oriente y paso a paso tu alma será aconsejada por los largos senderos verdes que, en el tiempo, deberás recorrer. El camino será tan largo y fatigoso, pero esto no será turbación ni para tu cuerpo ni para tu alma porque serás guiado y aconsejado.

Sucederá que al final del largo camino encontrarás aquellos que sobre la frente llevan el sol, semejante a aquel que tú ves en el cielo, y allí te quedarás. Allí pasarás el resto del tiempo de tu vida; terminarás los días sin padecer dolores en tu cuerpo, ni este quedará descubierto, ni mano humana lo tocará hasta el fin. Y entonces, cuando esto acontecerá, que tú dejaras el cuerpo, de hombre, y vendrás al Reino de los Cielos, de aquel Reino yo te mostraré, aquello que sucederá sobre la tierra por culpa de la quinta generación”.

Después de haber terminado de hablar, yo me sentí envuelto en un profundo sueño y apoyando mi cabeza sobre sus rodillas me adormecí silenciosamente.

Al llegar la mañana, apenas mis ojos se abrieron, vi allí, en el lugar de las rodillas del Sabio, una abundancia de diferentes flores perfumadas y todavía vivas de tanta vida. Él ya no estaba, ni en los alrededores mis ojos lo vieron. Busqué con inquietud y con esperanza y durante mucho tiempo peregriné intentado encontrarlo; pero ¡Ay de mí! vanas mis indagaciones. Él no era como yo era, ni sobre la tierra, porque sucedió que mi alma, dentro de mí, habló diciendo:

“No te fatigues más con tanto amor, ya que inútilmente tú buscarás a Aquel que anhelas como era. Yo ya no soy como tú eres, puesto que el Padre me ha llamado a Sí y también estoy dentro de ti para que tu alma hable y diga aquello que yo quiero decir”.

Y aquel que yo sentía dentro de mí, me alegraba el corazón y mis ojos daban luz de felicidad, como yo jamás había tenido. Sin embargo Él ya no estaba, y yo con vehemencia anhelaba que Él fuese así como mis ojos lo habían visto.

Pasó el tiempo y dentro de mí albergaba la voz del Sabio y me seguía a cualquier lugar que yo fuese. Mis años habían alcanzado el numero veinticinco y el sol estaba en el signo de la sabiduría que es el signo del Espíritu y también signo de la quinta generación, en la que vi los años de mi vida, crecer como planta de prado.

En aquel tiempo sucedió aquello que en mi corazón estaba grabado. Y vi al sol acercarse tanto a la tierra, como amenaza mortal. Las turbas, los reyes y los sacerdotes tuvieron infinito miedo, y todos gritaban como seres sin juicio: andaban como el viento enloquecido buscando refugio en el vientre de los montes. Y gritaban con tanto estruendo que me parecía que las aguas de los mares discurrían veloces sobre la tierra.

Mis ojos no se movieron del espléndido sol, vuelto diez veces más grande que su tamaño habitual; ni espanto sintió mi alma, ni yo me moví del lugar, en donde quede inmóvil, cautivado por tanto esplendor. Y advino que, mientras mis ojos fijaban tanta maravilla, el Verbo que en mi se hacía palabra decía:

“Es hora de que inicies el camino hacía oriente, por que aquello que debía acontecer, pronto acontecerá por obra y voluntad de Dios”.

Ante estas palabras yo no quedé mucho tiempo en meditación, porque sabía que “Él” hablaba dentro de mí. Y aconteció que, mientras yo emprendía el camino hacía Oriente, vi girar al sol como gira una rueda de carro en la tierra seca y sin poner en obra ninguna amenaza, volvió nuevamente como era antes, diez veces más pequeño.

Las turbas, los reyes y los sacerdotes, todavía aterrorizados, no salían del vientre de los montes, porque en su pensamiento quedaba el miedo de que el Sol se volviese todavía más grande y más amenazador que antes.

En mi pensamiento brotó, como el alba, el dibujo del camino que debía iniciar, porque yo sabía, en mi corazón, que lo debía emprender. Y así aconteció que mi cuerpo inició su fatiga, decir el tiempo me parece todavía más difícil. Después de tantos días de camino alcancé un gran bosque y allí puse mi cuerpo al reposo y mis ojos al sueño. Yo bien recuerdo lo que vi cuando estaba inmerso en el sueño.

Vi al Sabio Hombre curar las heridas que se habían formado en mi cuerpo con amoroso cuidado y también vi que Él ponía sobre mis resecos labios aceite oloroso diciéndome: “Dilecto hijo, esto es Amor del Espíritu; levántate puesto que la hora está cercana y de tan gran bosque no quedará nada, sino cenizas y ninguna cosa formará, más, vida”. Así yo hice y con más fuerza que antes me puse en marcha, abriendo camino a mi paso.

Pasó, todavía, tanto tiempo antes de que yo avistara un hombre, primero, y después muchos otros venir a mi encuentro como si yo tuviese la corona de su reino. Sin embargo tuve gran espanto antes de que el Verbo dijese:

“Mira su frente y tranquilízate porque estos son aquellos que Dios librará de la dura suerte, siendo ellos el semen de la sexta generación; y estos te amarán porque tú reforzarás en sus corazones la verdad del Espíritu que es Reino de Dios”.

Y yo, cuando estuve cerca de aquellas criaturas, observé atentamente sus frentes y vi la señal del Sol, así como era cuando lo vi diez veces más grande. Y antes de que yo dijese a ellos aquello que en mi mente nacía, ellos me dijeron: “Sabemos aquello que tú llevas en el templo de la sabiduría y también sabemos cuanta fuerza hay en tu alma por voluntad de Dios. Ven, acércate a nosotros y alegra de más conocimiento espiritual nuestras consciencias”.

Y yo que escuchaba sus palabras con el pensamiento lejano, y sin embargo enterándome de lo que ellos decían, les dije: “Llevadme allí, donde el templo erigido a la gloria del espíritu bien conserva vuestras almas cuerdas y sabías, porque es verdad que allí querré albergar hasta el día que Dios quiera”.

Y así aconteció que yo entrase en el templo y adorase la gloria del Espíritu Santo y enseñase el benévolo querer de Su Sabiduría al pueblo de aquellos lugares.

Sucedió que los años alcanzaron el número cuarenta y nueve y en aquel tiempo la Voz hablase diciendo:

“Hijo, prepárate a dejar tu cuerpo porque, como tú ya sabes, la hora de tu tránsito ha llegado, y como yo te dije un día, vendrás al Reino de los Cielos para ver aquello que sucederá sobre la tierra por las culpas de la quinta generación de los hombres. Prepárate, hijo, porque durante el sueño tú dejarás la vida terrena y tu cuerpo será bien conservado como yo te dije, en un tiempo, y como Dios ha dispuesto que sea”.

Y yo, contento por lo que sentía, tuve tal alegría que el sueño me abrazó con infinita dulzura. Sin embargo no dormí, puesto que me vi en un lugar que, la humana gente, jamás ha visto ni construido con palabras, tan bello era aquel lugar que yo todavía creía dormir y soñar, sin embargo no era así.

Yo allí vi la dulzura, amor, piedad, bondad, caridad, cordura y sabiduría y tantas otras bellezas de Espíritu y del Reino de los Cielos. Yo, también, vi todos esas virtudes asimismo en los hombres, porque tal forma estos tenían, semejantes a como yo era y sin embargo ya no eran, y yo tampoco. Había tanta belleza que mi Espíritu se alegraba como no sé expresar. Cada instante de hora, cada hora del día estaba rodeado de dulce felicidad y pleno de tanto amor que otros, como yo, tal alegría demostraban, acercándose a mí, sin que yo viese su caminar, decían en coro:

“Gloria al Espíritu en la vida Eterna. ¡Gloria, Gloria, Gloria!”. Y yo, como ellos, con el Verbo del silencio sin buscar aire a aquello que ya no tenía, decía:

“¡Gloria, Gloria, a Dios amable Padre de todas las virtudes. ¡Gloria, Gloria, Gloria!”.

Y tanta música yo oía, que oído humano nunca podía haber oído. Toda cosa, de la que no sé medir la belleza, tenía luz resplandeciente a mi alrededor, me pareció contar mil y mil soles y mil estrellas. Y yo nunca vi la noche ya que la luz quedó siempre espléndida como yo la encontré.

Ahora, mientras yo tal dulzura absorbía con la luz del espíritu, sucedió que se abrió en el espacio, como por encanto, una gran pared de color oro vivo, adornada de flores de mil colores y que rayos de siete colores saliesen antes que hombres, tal forma estos tenían, de brillantes cabellos como luciente plata, volasen alrededor como pájaros en fiesta, anunciando con voz penetrante y plena de musical armonía, los Siete Espíritus de Dios. Y estos anunciadores eran de tal belleza que los ojos de mi espíritu no osaban alzarse de la maravilla.

Inmediatamente después aconteció que rayos como oro, tal era el color, formaron un grandísimo templo, tan grande como para poder contener todas las generaciones de la tierra y, en su centro, estaban sentados los Siete Sabios en blanco luminoso. Yo vi sus cabellos como nieve al sol y suaves como ligerísimas plumas, largos y apoyados sobre hermosos hombros. Sobre su frente brillaba una luminosa estrella, semejante a aquella que yo veía sobre la tierra, cuando yo era así como hoy no soy, y su palabra llena de celestial dulzura, como música, alcanzaba a todos sin que ellos gritasen.

Ante tal visión me sentí turbado, y, sin embargo era verdad, puesto que su voz llegaba a mí que era el último llegado, y muy lejano. Y sucedió que uno de Ellos se alzó e indicando como querer llamar algo, dijo: “Venga aquel que del oriente de la tierra vino aquí, en el cielo, por voluntad de Dios”.

Y aconteció que alcé la frente y con mi gran alegría los ojos, que sin embargo no tenía, se posaron sobre el rostro de Aquel que como hombre vino sobre la tierra a dictar Ley Divina y hacer previsiones de Sabiduría Celeste. ¡Cuánta alegría sintió mi espíritu no puedo, todavía decirlo!. Pero bien yo digo, y esto es Verdad que Él era el Sabio Hombre que yo todavía recuerdo. Y acaeció que yo no pude retener el demostrar mi alegría y decir: Mi corazón siempre ha estado contigo sobre la tierra, así como mi espíritu esta contigo en el Reino de los Cielos. Y Él, como un padre habla al hijo, contestó: “La Gracia del Padre Eterno está en ti, hijo, como lo estaba entonces cuando tu piedad sentiste, por lo cual yo te dije que vendrías al Reino de Dios para ver las cosas que, sobre la tierra, sucederán”.

Y, todavía, dijo: “Yo conozco tu fe en el Espíritu, y todo el Colegio conoce tu obra sobre la tierra en la era de la Sabiduría, por la que Dios, el Rey del Cielo, y de la tierra, ha querido acoger, con complacencia, nuestro relato sobre ti; y Él todavía propuso aquello que aquí acontece y que deberá acontecer en el tiempo que tú, hijo, te volverás, otra vez, patrón del cuerpo y vivirás como hombre sobre la tierra de la séptima generación”.

Y yo, como hijo obediente y cuerdo que sigue en la enseñanza y en el querer al propio padre, estaba atento y escuchaba con consentimiento Sus palabras y Sus propuestas por lo cual quedaba firme en Sus designios. Y, todavía, aconteció que se alzó del lugar donde estaba y, con el, Otro de los Siete y, sin mover los pies, vinieron a mi encuentro, y cogiéndome de la mano, tanto el Uno como el Otro, me llevaron del lugar donde estaba para alcanzar un gran monte. Allí, maravillado, aprendí por sus demostraciones lo que querían decir los corderos que yo veía esparcidos por todas partes, todos muertos, algunos como ahogados, otros como quemados.

Era una espantosa visión de mis ojos, que no eran como los que tiene el hombre sobre la tierra. Y Ellos dos, que querían demostrar aquello que yo veía sobre el monte, me dijeron:

“Hijo, ahora desde este monte tú verás cosas que luego, por voluntad de Dios, acontecerán en la quinta generación, en la sexta y en la séptima. En esta última, que es la séptima, tú habrás renacido sobre la tierra, y hasta que no alcances los treinta y tres años, no recordarás nada. Cuando hayas cumplido los treinta y tres años, nosotros vendremos a albergar en tu alma y abriremos el secreto y desligaremos aquello que antes estaba ligado. Y tú, entonces, recordarás lo que eras antes, y en tu mente se verificará el retorno de las cosas vividas en la Era de la Sabiduría y de aquello que has visto desde este lugar. Esto te será fácil recordarlo, y tú harás esto: escribirás lo que sientas sin tener fatiga en tu mente y sin padecer ningún cansancio en tu cuerpo. Además sucederá que un número tendrá siempre tu consciencia despierta y fuerte, y este será el número “siete”. Y, todavía decimos: que tu corazón no tendrá paz hasta que tú no hayas cumplido la obra que está en el plan de Dios para la séptima generación.

Asimismo tú debes saber bien que muchos te serán hostiles y muchos sonreirán de tu obra, esto no debe entristecer tu alma, porque es verdad que quien se ríe de ti, se arrepentirá de haberlo hecho. Habrá almas sinceras que creerán en ti y estas se salvarán en el cuerpo y en el alma y se purificarán y purgarán sus pecados. Luego, ni madre, ni padre, ni esposa, ni hijos, ni amigos te creerán, más bien intentarán molestarte para que el velo del desánimo caiga sobre ti. Pero nosotros velaremos sobre ti y sobre tu alma posaremos los siete dones del Espíritu Santo; y tú serás sabio, inteligente, aconsejado, fuerte en la ciencia y en la piedad; y finalmente sentirás temor de Dios.

Así tú serás y tendrás fuerza para combatir y vencer la obra de los malévolos y de los mal aconsejados, de ofrecerla con dulzura y bondad, de conocer cosas que otros no pueden, y de repeler la falsedad de las acusaciones a ti dirigidas. Y, ahora, que tú sabes que estas cosas deberán acaecer en la quinta, en la sexta y en la séptima generación, que es la última prueba de la humana gente, sobre la tierra, nosotros callamos para que tu Espíritu observe”.

Y yo, en la espera, después que Ellos se habían callado, sentí un gran estruendo, tal que mi alma tembló de miedo, y vi aquello que os relato:

“Una gran oscuridad se hizo a nuestro alrededor y encima y debajo de nosotros; y vi a los hombres de la tierra, mujeres y niños estremecerse de miedo porque la tierra empezaba a temblar, como hoja al viento, y el mar a hervir como el agua en un puchero. El grito de terror llegaba al cielo. Toda criatura que, como enloquecida, huía buscando refugio, no encontraba fuerza y equilibrio y yacía inexorablemente expuesta al fin. Todos buscaban refugio en los montes, sin embargo no podían tener tal esperanza. Y aconteció que el mar hervía cada vez más fuerte y la tierra se desprendía de la tierra y caminaba en el mar como pajitas empujadas por el furioso viento. Y yo vi que todas las aguas entraban en la tierra y que cantidad de esta quedaba bajo el agua, dejando un gran vacío; y luego, nuevamente, la volvía a ver, y luego no la veía más, y con ella todo cuanto arrastraba. Templos, hombres, animales y grandes bosques y todo cuanto había perecía miserablemente. Luego vi desplazar las montañas a tanta distancia como un río crecido. Aquellas montañas estaban ligadas a tanta tierra que, como transportadas sobre la palma de la mano, desde un lugar eran posadas en otro lugar.

Otras montañas surgían de la profundidad de los mares y otras desaparecían para siempre. El gran mar empujado y repelido saltaba sobre la tierra y, como un escamoteador, hacía desaparecer todo como el rayo.

Y yo oía gemidos, de aguda desesperación, vagar en el espacio, y luego, nada más.

Solo mar yo veía y fuego surtir de las aguas, y la tierra, todavía fuera de las aguas, correr de un punto al otro como enloquecida. Un solo trozo de esta había quedado fuera de la catástrofe, y ni mar, ni fuego la ofendían. Y yo sin poder comprender aquello, me dirigí a los dos Sabios diciendo:

“¿Venerados Maestros de mi Espíritu, que es aquello que yo veo fuera de la ira y todavía a la luz del sol?” Y ellos como si ya lo hubiesen dicho precisaron:

“Hijo, aquel es el lugar de los padres de la futura generación y de su semilla Dios se servirá para sembrar nueva vida y nueva generación que será la sexta y la séptima. Aquella que tú ves es la única tierra que está a la luz del sol, y es aquel el lugar en donde la fe en el espíritu quedó incontaminada y pura, aún cuando en el sol ellos tuvieron temor de Dios. Allí yace tu cuerpo que fue vivo y ahora ya no lo es, puesto que tu alma está aquí, a nuestro lado. Y aquel que tú has visto no sufrirá la ira desencadenada, ya que es verdad que aquel es el semen que el Padre ha querido conservar para las otras generaciones futuras, sexta y séptima”.

Y yo escuchaba lo que Ellos decían, aún sin quitar los ojos de mi espíritu del mundo descompuesto. Y queriendo, todavía preguntar para aclaración, les dije: ¿Dulcísimos Maestros, por qué todo perece con tanta despiadada suerte?.

Y Ellos me dijeron:

“Lo que Dios ha sabido sobre su obra no encuentra justificación para su vida, porque quien ofende con el peor de los males a Dios, Él se enoja y castiga.

Él ha querido parar la obra monstruosa de aquella generación y sembrar nueva semilla. Y la semilla germinará y dará el tallo y luego las ramas y las hojas, y luego, todavía los frutos, y si estos últimos son buenos para el espíritu, el árbol vivirá feliz, si luego debiesen volverse amargos, los gérmenes del mal atacarían el árbol y este comenzará a perder vida. Pero ya que la humana gente nunca está contenta del bien que Dios Creador dispone, acontece que son ellos mismos quienes miden en tiempo que el árbol debe vivir”.

Ahora sucedió que Ellos callaron y señalaron con el dedo para que yo, alejandome de los razonamientos mirase más atentamente allí donde había tierra y ahora había mar, y allí donde había mar ahora había tierra. La faz del mundo estaba muy cambiada y estaba desnuda como cuando el hombre nace. Ni templos, ni casas, ni arboles, ni cosas vivientes tampoco veía yo; Veía la desolación y parecía la única cosa que existía en el mundo. Sólo en aquel lugar, donde había quedado la semilla, yo veía vida y alma, y allí el sol resplandecía y daba luz y calor a las cosas que quedaban por voluntad de Dios. Y pasó tanto tiempo y tanto tiempo todavía, sin embargo yo nunca sentí cansancio de tener los ojos del espíritu fijos allí donde las aguas vueltas humo negro, se movían todavía sobre la tierra para buscar la salida y asentarse en diferente sitio. Y mientras yo meditaba tales cosas, Ellos dos, semejantes a mi, no desviaron sus miradas, ni hicieron ningún gesto de consideración, sin embargo, como yo, miraban aquello que yo miraba.

Y pasó todavía tiempo y otro tiempo todavía, tanto que yo sentí la necesidad de preguntar algo para oír la respuesta aminorar el silencio que alrededor se había hecho como sombra de tristeza y de dolor. Y les dije a Ellos: para mover Sus pensamientos de la inmovilidad: “¿Ahora decidme, Jueces sapientes, si mi pregunta no es atrevimiento, que acontecerá después de que las aguas se vuelvan como solían estar, límpidas como el cielo y la tierra como tela al sol?. Y Ellos dirigiéndose a mi, porque era lícito dar respuesta a mi pregunta, dijeron:

“ Sucederá, Hijo, que la tierra recobrará vida, ya que el sol, esto hará por voluntad del Padre Celeste. Además se verificará que los ojos de tu espíritu verán renacer sobre la tierra todo lo que a ti te pareció estar muerto para siempre; sin embargo no era así. Y, todavía veras que la tierra se pondrá bellos vestidos, semejantes a los que tú pusiste en las días del Amor al Espíritu, y toda cosa, después de ser vestida, toda cosa volverá a tomar vida y calor, como en el principio, cuando el designio de Dios se volvió realidad”.

Y yo escuchaba y también deseaba conocer más, como un niño cuando para comprender y conocer mejor las cosas que los ojos ven, hace tantas preguntas. Y yo así hice y pregunté, y ellos como padres pacientes contestaron a mi siguiente pregunta: “¿Por qué, yo os digo a Vosotros padres sapientes y cuerdos, por qué nunca recomienza la vida allí donde la ira del Santo Espíritu se ha desencadenado?”.

Y Ellos me contestaron con paciencia plena de Amor:

“Hijo bendito, todo acontece por voluntad de Dios, porque Su voluntad es justo en el bien, si en el bien se vive, en el mal si en el mal se cae. Y aquella generación que en el mal había caido, tuvo castigo merecido. Sin embargo, como los ojos de tu espíritu todavía ven, el Espíritu Santo ha dejado semilla para que regenere y regenere, nuevamente, hasta formar el nuevo árbol que será el sexto”.

Y yo al oír esto, inmediatamente pregunté: “¿Veré yo su camino en el tiempo desde este lugar?. ¿Y veré crecer al sexto árbol y madurar sus frutos?”.

“Nosotros decimos no, hijo, porque aquel tiempo tú no verás, sin embargo sabrás, ya que muchos de nosotros estarán sobre la tierra dictando Ley, y como hombres, sin pensar ni prever el designio de Dios. Sin embargo, ahora, lo sabemos y conocemos aquello que acontecerá en aquel tiempo y también conocemos lo que obrará el Espíritu Santo, el cual se dignará descender, de nuevo, entre los hombres para poner ante sus ojos los dones y la potencia de Su Reino.

Entonces nosotros ya seremos hombres y con Él operaremos, porque Él así ha dispuesto que suceda en aquel tiempo. Tendremos tanto que edificar y tantas obras quedarán, de nosotros, sobre la tierra que tú sabrás sólo cuando llegue la hora de saber. Además te decimos, dulce hijo, que cuando advenga aquello que nosotros ya hemos dicho, será el tiempo en que el sexto árbol de la vida habrá absorbido amargas experiencias y que él habrá abandonado la fe del espíritu. Ya no decimos más, porque cuando advenga tu renacimiento en la séptima generación y hayas cumplido más de veinte años, el sol comenzará a poner en tu alma el calor del espíritu, y las estrellas alimentarán, en el lugar de los pensamientos, fuertes deseos y orientaciones. No te decimos otra cosa, dilecto hijo, de la sexta generación. Sin embargo, todavía, pensamos darte explicaciones sobre como se comportará la séptima, porque tú en esta tomarás cuerpo con alma, como hombre, así como era todavía antes de este tiempo, cuando alimento, aire, agua y calor eran necesarios a tu vida”.

Y yo, atento a lo que decían y a lo que todavía querían decir, escuchaba. Y Ellos continuaron diciendo:

“La séptima generación tendrá la séptima Ley de Dios, y esta también tendrá los siete dones del Espíritu Santo, puesto que la prueba es la última. Los hombres serán libres de escoger y modificar según sus deseos, ya que está en el designio del Espíritu Santo que los hombres de la séptima generación tengan que acreditar la grandeza de las cosas creadas por Dios sobre la tierra y en los cielos y, en lugar de ello, tenemos que censurar su obra de muerte y destrucción. Ahora finalmente sepas tú, Hijo, que llegará el tiempo de una gran batalla y, todavía antes, graves perturbaciones se desencadenaran entre los hombres. En aquel tiempo tú habrás cumplido los treinta y tres años, por lo cual nosotros hemos decidido, por voluntad del Sacro Colegio de los Sagrados Espíritus de Dios, que es Su misma voluntad, entrar en tu alma para hacer previsiones y para hacerte escuchar Nuestro argumento. Y entonces, cuando advenga el tiempo en que seremos en ti, fuertes serán tus sentimientos y más fuerte será tu amor hacia el Espíritu Santo.

Y comenzarás a hablar de cosas que sientes dentro de ti por consejo nuestro, y serás fuerte por sabiduría, ciencia, caridad, piedad, inteligencia y finalmente sentirás, más que nunca, temor de Dios”.

Y desde entonces, yo recuerdo en este tiempo y en esta generación, ahora que he alcanzado los treinta y tres años en la séptima prueba de la humana gente. Y aquello que yo vi y relaté, todavía relataré, porque es verdad que mi alma comenzó a sentir tanto calor como yo bien recuerdo que debía acontecer en este tiempo.

Dentro de mí oigo claras palabras que hacen vibrar mi alma y que me dicen:

“Este es el tiempo, hijo del cielo, este es.

En ti está el Espíritu Santo, actúa porque Su Voluntad ha llegado.

Bendito, bendito tú seas eternamente”.

Ahora, la actual generación humana está a las puertas del año 2000.

La espera trágica de esta fecha se pierde en la atmósfera caldeada por la actual civilización y mientras esta generación se sumerge cínicamente, con todos sus defectos morales, en la orgía fatal de las conquistas materiales, las Lágrimas del Sol, vagando por el espacio producen en la mente de los señalados conocimientos, que, aún cuando extraños e irreconocibles les puedan parecer a otros, no lo son para aquellos que comprenden el altísimo valor esotérico.

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Eugenio Siragusa -1969

CAPITULO III

Lecciones

de conciencia cósmica

PREGUNTAS DE ESTUDIO

“¡En el corazón existe Luz

si el corazón de la vida

arde de Amor y Sabiduría!”

Desdoblamiento:

Viene ante mi, como un profesor, un hombre de rostro amarillo, que luego se vuelve normal. Yo lo bendigo tres veces preguntándole quien es; él está sereno y con dulce seriedad comienza a explicarme:

“Existen diferentes tipos de relación de la naturaleza con el hombre (del hombre con la naturaleza), diferentes tipos de relación entre la materia y el astral, diferentes tipos de sueño, el sueño profundo y el sueño astral.”

En el corazón y en la mente de cada uno de nosotros, entrar en la órbita de una iluminación interior, quiere decir no sólo adquirir una serenidad de conciencia, sino comenzar a hacerse preguntas sin tregua, como al iniciarse en una serie de estudios decididamente fuera de toda racionalidad humana. Esta serie de estímulos de conocimiento siempre ha sido atendida por Eugenio, aún siendo poco apreciada por quien se consideraba más cercano, sin verdaderas respuestas de profundización y puesta en práctica. A principios de los años 70, a medida que podía juntar enseñanzas escritas y verbales, de los diferentes encuentros, era angustiosamente empujado a hacer esquemas y síntesis.

¿Cuál es la real función del hombre en la economía creativa?

¿Y cual la de nacer, vivir y morir?

¿Qué existe del hombre después de la muerte física?

¿Qué es el hombre?

¿La envolvente física o el otro, aquel que de ella se sirve?

¿Qué cosa es mortal en él y que cosa no lo es?

¿Qué queda de él?. ¿Su identidad inmortal puede nuevamente unirse a otra envolvente, diferente del físico humano?

¿La “segunda muerte” significa perder el Ego Sum y, por consiguiente, la retrocesión de su identidad inmaterial a un espíritu colectivo animal?

¿Es cierto, o no, que el hombre está vinculado a la inmutable y eterna Ley de Causa-Efecto, aún poseyendo el libre arbitrio?

¿Cuándo, verdaderamente, el hombre falla en su cometido?

¿Quién y que determina la evolución de la Entidad Espiritual Astral del hombre?

Hablemos de ello.

Las respuestas a estas numerosas preguntas no son difíciles, basta conocerse a sí mismo para obtenerlas. Además conocerse a sí mismo no es imposible si se indaga profundamente y en conciencia sobre la propia naturaleza temporal, sin perder nunca de vista la Causa, el Alfa, instruida por la Suprema Inteligencia del Espíritu Omnicreante, siempre presente y omnisciente, siempre operante por el continuo devenir del Ser Macrocósmico y de Sus no derogables exigencias.

¿Su Ley? Causa-Efecto. El hombre no ha sido creado por casualidad, sino por un preciso fin funcional. El medio no es el fin. El hombre físico es un personificador de la real identidad inmortal y eterna. La estructura física del hombre no es la perla, sino la concha que contiene, escondida, la perla. Es un banal ejemplo, válido para quien quiera entender. Es como decir: “¡Yo no soy el automóvil, sino el conductor!”.

La identidad inmortal y eterna, que convive temporalmente en un cuerpo material, no puede morir, ni aún si lo desea, porque su patria es la eternidad. Pero puede perder la propia real libertad y, a menudo, sucumbir a las debilidades de la dimensión corruptible. Esto sucede sólo cuando se descuida volverla fuerte o cuando se pierde la consciencia de aquello que es realmente. Se yace en el dolor y en el sufrimiento cuando se olvida la Suprema Ley “Causa-Efecto”.

Entonces la máquina y el piloto no responden más a las solicitudes de la Ley y el peligro es grande. Es, pues, verdad que el uno o el otro, en una misma cosa, determinan una incompetencia que desarrolla una serie de efectos. “Lo que se siembra se recoge”. Si se desciende hacía el valle es imposible aspirar alcanzar la cumbre. Quien desea conservar intacta su real identidad y saborear la magnificencia de las mayores alturas que más acercan a la eterna beatitud de la Vida Astral, lo debe ganar a cualquier precio. Quien no se vuelva idóneo a la Angelicidad, nunca podrá vencer la muerte, nunca podrá conocer la Verdad que hace libres, libres de verdad. La materia y todo cuanto esta propone serán su prisión hasta que haya hecho, enteramente, su deber con abnegación y con sabia conciencia. Entonces, y sólo entonces, podrá ver el triunfo y ganar la corona de la Vida Eterna. “No hay efecto sin causa.”

La dimensión del Imponderable no puede ser conocida por el hombre hasta que no haya comprendido que él es un efecto y no una causa. La causa de todo: energía-materia, materia-energía y todo cuanto está manifestado y no manifestado, es la Suprema Inteligencia Omnicreante Cósmica. El Espíritu de la Inteligencia Omnicreante Universal es el artífice de la Deidad, el dispensador de Sus prodigiosos y geniales atributos. No es posible replicarLE, porque es El la Causa de Todo, nada excluido. Los Seres Dios nacen de su Luz y son los ejecutores infalibles de Su incontrastable voluntad, los personificadores de Su Potencia, de Su Omniscencia, de Su Omnipresencia. “Dios” es el título que corresponde, por derecho, a quien encarna el “Espíritu Omnicreante”, o “Espíritu Santo”, y ejecuta Su irreplicable voluntad. Todo hombre puede, potencialmente, ser un hombre-dios, si se vuelve digno de serlo. Los hombres hacen a los santos, pero la Deidad solo la concede el Espíritu Omnicreante, o Espíritu Santo, o quien Lo encarna.

Una vez, Eugenio reprendió con firmeza a una señora que entendía considerarlo un Dios y le contestó que en los mensajes, hablar en primera persona correspondía al que transmitía y no al que recibía, por lo cual, aún si al enseñante nosotros podemos considerarlo como divinidad, el instrumento, es decir Eugenio, solo hacía de mensajero, cualquiera que fuese la consciencia.

Ser depositarios de una consciencia, de una verdad, quiere decir simplemente ser Servidores del Divino, por amor de quien en esta fuente podrá alcanzar sus programas, desconocidos al mensajero mismo.

El concepto del “devenir Dioses” debe considerarse bajo otro plano.

“El ser Dios significa alcanzar los absolutos conocimientos de la Ley Creadora e instrumento consciente del Espíritu Santo.

Es verdad que Dios está en vosotros, en nosotros y en toda cosa, y también es verdad que si así no fuese, no sería ni Omnisciente, ni Omnipotente, ni Omnipresente.

Si os retardáis, todavía, en escrutar atentamente vuestra real naturaleza, continuareis sufriendo los efectos de las causas que nacen con vosotros por programaciones establecidas a priori, por la inevitable Ley de causa-efecto.

La experimentación del conocimiento es una exigencia forzosa del Espíritu, encarnado en una dimensión apta para una determinada experiencia o para una particular misión operativa.

Conocer a Dios también significa conocer el todo, porque en realidad la compleja estructura del macrocosmos también está reflejada en el hombre.

¿Por qué existo?. ¿Quién produce mi existencia y a qué ésta sirve?. ¿Opero consciente o inconscientemente?. ¿Existe una Ley que me ordena hacer una cosa en lugar de otra?. ¿Puedo hacer una cosa diferente de la que la Ley establece sin incurrir en castigo?. ¿Cómo puedo hacer el bien si no lo conozco?.

¿Cómo puedo evitar el mal si no lo conozco?. ¿Las experiencias para qué sirven?. ¿La experimentación está establecida a priori?. ¿Por qué debo conocer el mal?. ¿Qué es el mal?. ¿Qué produce el bien?.

De imagen astral a imagen física ¿Quiénes son los artífices de este prodigio que, produciendo la imagen arquetipo, proyectan ésta en una dimensión material?. ¿Son los creadores de lo visible?. ¿Es el invisible quien crea lo visible?. ¿Es lo inmaterial lo que produce lo material?. La energía que se transforma en materia y la materia que se transforma en energía: esto es verdad, pero ¿quiénes son los instrumentos de la Inteligencia que plasman la imagen para luego realizarla en las diferentes dimensiones?.

¿Quién los conoce?. Yo no pensaba; pienso, produzco la imagen y la realizo, la vuelvo visible , se vuelve realidad. ¿Pero antes, dónde estaba la imagen?. Ya existía. ¿Pero producida por quien?. Yo sólo percibo lo que existe. Las imágenes son realidades potenciales que he percibido y no realizado, o realizado. ¿Entonces?. ¿Entonces, todo aquello que es, y será, existe, todavía antes de manifestarse?. ¿La casualidad no existe?. ¿El libre arbitrio es muy relativo?.

El metro con el que medís las dimensiones se vuelve insignificante para las dimensiones que os superan y no revisten el carácter de la relatividad. Existen ciento cincuenta billones de Universos, que componen el Macrocosmos. Existen infinitos Macrocosmos. El Espíritu Creador reside en el átomo primario, que es el Hidrógeno, y allí reside la Inteligencia Divina del Ser Andrógino “Dios”. “Vosotros sois Dioses y sois a Su imagen y semejanza”. Observad la funcionalidad biofísica de vuestro cuerpo y las estructuras complementarias de los elementos que lo instruyen:

cuerpos y anticuerpos, dinamismos físicos y dinamismos astrales. En una galaxia existen componentes idénticos sobre un plano de valores existenciales completamente diferentes. Vuestra dimensión es bio-física-astral-espiritual microcósmica con relación a la astro-física-astral-espiritual macrocósmica. Mutan sustancialmente las potencias dominantes, con flujos y reflujos ordenados por una ley rígida, surgida de la Inteligencia Creadora.

EVOLUCION DE LA CONCIENCIA HUMANA

Si para los ánticos Padres el “Sol” fue objeto de sentida y profunda adoración, para mí, El es algo más grande, más infinitamente adorable.

En El he notado siempre, y todavía hoy noto más, la incomensurable y divina presencia de todo aquello que la humana inteligencia ha, siempre, y en todos los tiempos, identificado en Aquel que ha llamado “Dios”.

Cuando cesará el deseo de crear a Aquel que es el principio o el Alma de todo, entonces la inmovilidad de la vida creativa será inevitable.

Sobre aquel Astro que los hombres llaman “Sol” reside aquella inconmensurable e inconocible Inteligencia Cósmica que es la Causa principal de todos aquellos vehículos conocidos e ignorados que plasman, organizan, modifican y hacen vibrar de vital conciencia la vida de todas las cosas.

El es el Logos de la dimensión pura en donde la extrema evolución de todo ser se identifica con la “Conciencia Creativa Cósmica”.

Si es verdad que de El brotan todas las causas por las que toda cosa está sujeta a sufrir los efectos, también es verdad que la fundamental Ley del devenir de todas las cosas y de sus diferentes metamorfosis, están ligadas, de forma absoluta, a otras tantas leyes de naturaleza inversa.

El exterior de toda cosa es la expresión de la Inteligencia Cósmica en una de las tantas dimensiones en las que se agitan los ciclos evolutivos de la creación.

El interior de toda cosa es aquella invisible fuerza intelectiva cósmica que ejercita en la creación del todo aquellas estructuras por las que toda cosa está obligada asumir, en los campos físico y psíquico, una particular forma exterior y un particular grado de conciencia.

En la habitual dimensión, la personalidad exterior, temporal aspecto de la Inteligencia Cósmica, es la estructura ideal en la que esta se manifiesta subjetivamente.

El cuerpo es el sujeto, mientras que la Inteligencia Cósmica es el objeto, o mejor la verdadera y única identidad que subordina a Su voluntad la actividad temporal de todas aquellas estructuras que quieren ser sus capacidades, expresadas en la existencia bio-fisica-psíquica.

En la habitual dimensión , la laboriosa actividad de todos aquellos órganos que constituyen el sujeto y sustituyen al objeto, es la manifestación de la percepción de todos los efectos físicos en relación a la dimensión del objeto.

Cuando el objeto, haya alcanzado la saturación de Su manifestación en el campo físico, hasta consentirle el, así llamado, tránsito dimensional, la actividad del sujeto, o mejor de las estructuras exteriores, viene a cesar por la falta de la asistencia de la Inteligencia Cósmica.

Por lo cual el sujeto queda desorganizado y, por consiguiente, en camino de lenta descomposición, mientras el objeto inicia el desarrollo de sus actividades a través de las nuevas causas y de los múltiples efectos de la nueva dimensión.

En este punto, el objeto o, mejor, la Inteligencia Cósmica retorna al estado semi-originario, estando todavía impregnado de todos aquellos efectos de carácter psico-físico.

Yo digo que , si en cada uno de vosotros provocáis la voluntad de la Inteligencia Cósmica, vuestro cuerpo se volverá como es justo que sea, el más dócil y el más sensible instrumento de felicidad y de satisfacción.

Vuestro cuerpo, siendo estructura subjetiva en la composición de su naturaleza material, proponiendo los complementos al objeto adormecido, informa los actos según sus instintos y, a menudo, provoca un servicio arbitrario o, mejor, una obra sin conciencia. Es verdadera, pues, la indispensable necesidad, en la Voluntad de la Inteligencia Cósmica, de evitar que el sujeto, arbitre los actos y las cosas según su íntima naturaleza, dando la estampa de un carácter extremadamente diferente e invitando, al mismo objeto a sufrir los efectos.

Es cuanto más peligroso dejar adormecida la voluntad de este “ser” que se identifica con aquella dimensión originariamente perfecta.

Una limitada participación aportaría, de forma tangible, un conjunto de efectos bastante nocivos para el equilibrio de la estructura material del sujeto.

La insuficiente actividad de una parte del sujeto, en un tiempo bastante prematuro, es precisamente un efecto causado por la ausencia de voluntad de la inteligencia cósmica.

El sujeto, con todas sus estructuras exteriores, es el habitáculo del objeto. El sujeto, mermado de una o más estructuras exteriores no limita , en ciertos casos particulares, el derecho del objeto a quedar en aquella dimensión dada.

No es así, sin embargo, cuando el sujeto es privado de aquella unión, que es el presupuesto básico sobre el que se apoyan los máximos valores interiores y por el cual se manifiesta la continuidad de coexistencia.

Cuando el sujeto es forzado a sufrir el enredo, pasivo, de sus desordenadas y arbitrarias actividades creando, sobre el campo estructural exterior, un cúmulo de efectos particularmente negativos, que inducen a los órganos inmediatamente operativos en el campo del objeto, a recibir una serie de estímulos negativos y por lo tanto progresivamente letales, el objeto queda en la espera de intervención.

Es verdad que la Inteligencia Cósmica puede intervenir enérgicamente, pero también es verdad que Su intervención está subordinada a un activo ejercicio mental, capaz de convergir Su benéfico influjo sobre aquel determinado punto.

El habitáculo es el medio con el cual el espíritu se complace manifestándose en el campo dimensional fisico-psíquico.

El cuerpo, siendo este una construcción ideal que manifiesta las capacidades creativas de la Inteligencia Cósmica, debería quedar en un perfecto subordinado a los estímulos reales que le llegan del interior.

Así no es si su habitáculo se vuelve un vibrador de efectos exteriores, nacidos de la excesiva emotividad de su naturaleza, excesivamente opuesta a la de la Inteligencia Cósmica.

La conciencia que es, justamente, el puente que une en la dimensión al uno y al otro, quisiera ser el equilibrador.

La voluntad quiere ser un puente de correspondencia entre las exigencias del habitáculo y la correspondiente necesidad del espíritu.

La psiquis quiere ser un depósito de valores adquiridos, inmóviles y móviles.

Los inmóviles pertenecen a la causa del habitáculo, vibrando sobre su plano dimensional; los móviles en cambio, están ligados al plano dimensional de la Inteligencia Cósmica.

La manifestación del exterior es el efecto vibratorio de la causa en si manifestada. Puesto que la causa es la Inteligencia Cósmica, el exterior es la expresión de un dato evolutivo de la Inteligencia Cósmica en aquella determinada dimensión.

El desarrollo psico-físico del ser manifestado está enteramente ligado a la conciencia de la Inteligencia Cósmica, Ya que son cuatro las conciencias básicas de la dimensión material, y precisamente:

A)Conciencia Mineral - B)Vegetal - C) Animal - D)Humana

Es verdad que la expresión de aquel dato evolutivo, arriba expresado, está acompañado de una Conciencia y de un desarrollo psico-físico inherente al plano básico.

En la figura de la pirámide está, en práctica, el secreto de los actos relativos a la evolución de cada conciencia individual con respeto al tiempo, y del movimiento de los elementos, que son los efectos principales de la constitución dimensional material.

- La Conciencia Mineral se desarrolla en Conciencia Vegetal.

- La Conciencia Vegetal se desarrolla en Conciencia Animal.

- La Conciencia Animal se desarrolla en Conciencia Humana.

A+B+C=D. ¡Una formula inversa no es posible!.

Es, en su lugar, posible que D se manifieste con una particular influencia de A o de B, o de C, sin sustituirse, por ésto, a la básica Conciencia humana que es justamente la expresión máxima del ciclo cuaternario de la dimensión material sobre el plano exterior psico-físico.

La Inteligencia Cósmica, aún manifestándose en todas las cosas, presentes en las diferentes dimensiones del plano físico y aún siendo la causa principal (participante en la formación de todos los efectos que ligan y organizan las diferentes estructuras de las cosas en los diferentes ciclos evolutivos), no pierde de hecho sus características cósmicas.

Aún participando en las manifestaciones creativas del devenir continuo y así en la eterna metamorfosis de todas las cosas, la Inteligencia Cósmica queda ligada a Su naturaleza eterna.

También en los planos superiores de la Triada, o mejor en las dimensiones metafísicas y espirituales, Esta no deja de ser cósmicamente tal.

En la Triada Superior la manifestación de la Inteligencia Cósmica es del todo divina.

Comenzamos diciendo que el primer ciclo evolutivo de la Triada Superior está sobre el plano metafísico, es pues una expresión creativa interior con influencia, más o menos, de carácter exterior.

A) Plano metafísico

B) Plano espiritual

C) Plano divino

A+B+C=D

A+B+C+D= Plano metafísico.

El hombre, síntesis dinámica evolutiva del cuaternario psiquico-físico, se vuelve la conciencia de la Inteligencia Cósmica o, mejor, una criatura sobre un plano dimensional cósmico”.

Este alto concepto de la pirámide evolutiva humana cuadridimensional, mal se acerca al sentido de la vida al cual está ligado quien escucha estas palabras sólo por curiosidad, para el que todo está encerrado entre la vida y la muerte, el espacio y el tiempo. Bien se puede intuir cuales pueden ser las preguntas más frecuentes, a las que Eugenio con constante paciencia contestaba:

“La muerte y la vida son dos aspectos de una única realidad inmortal. La ley evolutiva de toda especie encarnada en la dimensión sensorial, arrastra, con programaciones bien definidas, el destino de cada uno de nosotros hacia una meta cada vez más alta y consciente”.

Las formas andróginas son astrales: ¡Una 5ª dimensión tan lejana de nuestra inicial 4ª!.

En realidad nuestra esencia espiritual es unitaria, aún si en esta forma actual se ha desdoblado con experiencias paralelas y complementarias.

A estas leyes está sometido el hombre y toda cosa por él sondable en las formas.

“Si pudieseis conocer aquello que, invisiblemente, se mueve entorno a vuestros valores dimensionales, comprenderíais la utilidad, no sólo de vuestra existencia, sino también la necesidad de eliminar cuanto os hace sufrir. A menudo aquello que no podéis sondear, se manifiesta para indicaros que existen dimensiones capaces de compenetrar la vuestra, siendo éstas diferentes y superiores a vuestros poderes psicofísicos.

Existe una Jerarquía Cósmica que gobierna lo Alto y lo Bajo, el Macrocosmos y el Microcosmos, lo Visible y lo Invisible, lo Material y lo Astral.

Lo Astral coordina e instruye lo Material, y esto por un Supremo Ordenamiento del Espíritu Créante.

El hombre no inventa nada, nada nuevo. Realiza cuanto el espíritu ya conoce a través de la memoria, a través de la mente creadora del todo a la que está indisolublemente ligado.

Si aquello que inventa no fuese preexistente ¿cómo podría inventarlo?.

Aquello que es y será, siempre ha existido en la mente de la Inteligencia Omnicreante.

El Alfa es el principio y el Omega el fin pero, en verdad, el Alfa y el Omega son dos aspectos de una única cosa. Lo Increado y lo manifestado se identifican porque brotan de la idea que realiza, manifiesta, estructura en la deseada dimensión.

El hombre recoge del infinito depósito en que se mueve una infinidad de experiencias positivas o negativas, experimentadas y eternamente presentes en el tejido dinámico de los espacios cósmicos.

“Antes de que tu fueses, Yo ya te conocía”.

Así se expresa el Genio cósmico a Eugenio:

“En verdad, toda cosa que cae bajo tus sentidos, tiene una forma dimensional definida según la ley que regula el plano material.

Ahora te digo que la forma es temporal en visión y percepción.

Si esta cosa está inmersa en otro campo dimensional, se vuelve bastante diferente de cómo ha sido, primariamente, aceptada.

Todas las cosas que te están cercanas están sujetas a cambiar, siendo estas una cantidad de cosas en continuo movimiento evolutivo.

Las cosas terrenas no pueden ser definidas porque no gozan de la pureza ni poseen la inmortalidad.

El plano material está gobernado por tal ley porque existe la voluntad de manifestarse en tal dimensión.

Vuestros primeros padres, aquellos que fecundaron la vida inteligente sobre vuestro planeta, vinieron de lejos y no eran terrestres.

Las primeras tribus de humanoides, hijos del mundo, estaban privados de inteligencia, antes de que aconteciese el acoplamiento entre los hijos de Dios y las hijas de los hombres. Entonces se volvió “Homo-Sapiens”, o bien heredero de una genética injertada por una Voluntad Superior, por Dios viviente.

Los Dioses se habían complacido volviendo un hombre-animal a Su imagen y semejanza, concediéndole el beneficio de la inmortalidad con condiciones bien precisas y con la obligación de respetar y obedecer a la ley de los Creadores y venerar la fuerza Omnipresente, Omnipotente y Omnisciente del Santo Espíritu Creador del todo, Dioses comprendidos.

Todo cielo tiene un Padre, un Gobernador de la Inteligencia Créante, un Dios - como vosotros lo llamáis - con la colaboración de una escuadra indefinible de coordinadores, de instructores, de vigilantes, de modificadores, de manipuladores Hijos de la Luz y Patrones de Su Poder y de los elementos primarios, realizadores de la vida en sus diferentes dimensiones.

Vuestro Sol es logos de la Idea Divina Creante, donde toda Idea se vuelve forma antes de ser, de existir, de servir, de ser servida.

La verdad es el conocimiento y el conocimiento es acumulación, depósito indestructible de las obras experimentadas en el edificio creativo, en donde se forja el devenir continuo, mutable, eterno del cosmos.

El ayer y el mañana se identifican en el eterno presente, mientras que el espacio y el tiempo no son otra cosa que apariencias emanadas de las dimensiones relativas de las masas gravitantes en los hemisferios materiales. El absoluto solo existe en la astralidad, en donde todo es causa sublimada por la incorruptible armonía del Poder Divino y de la androgeneidad de las formas nacidas de la idea de la Luz Creante”.

EL HOMBRE

Como ha sido dicho, el hombre físico-anímico hace parte del Alma del mundo. A diferencia de cuanto el planeta concibe y pare: minerales, vegetales y animales, el hombre posee el privilegio del Espíritu individual.

Los genios astrales han concedido al hombre, a través de un particular injerto genético, asumir un orden bien preciso en el proceso evolutivo de las especies menores, también ellas empeñadas en la transformación de la materia en energía y de la energía en materia.

El hombre debería ser el principal artífice de la ascensión espiritual y astral de los tres reinos en continua evolución. ¿Pero es así? ¿El hombre desarrolla con conciencia este cometido suyo?. El, debería ser el mayor tutor de los equilibrios cosmo-físicos y cosmo-dinámicos que gobiernan este “ser macrocósmico” que se llama planeta Tierra.

El hombre es, en realidad, el Genio del Alma de la Tierra y de cuanto ella concibe y pare con su naturaleza cósmica, por virtud del generador de la luz creadora.

Su insubordinación hacia quien lo ha hecho a su propia imagen y semejanza con un fin bien preciso e inequívoco, ha hecho emerger una incompatibilidad que la Inteligencia Omnicreadora Cósmica no puede tolerar.

¡Los genios astrales, creadores de forma y de sustancia, proponen al hombre un serio, responsable arrepentimiento, antes de que sea demasiado tarde!.

Estos Genios Solares pueden, en el momento que lo consideren oportuno, reestructurar la esencia de la genética que ha concedido al primate del hombre el Ego-Sum y las prerrogativas astrales otorgadas.

La utilidad del ser humano “inteligente” debería ser, si estuviera realizado y consciente de su real identidad, un válido cooperador del Espíritu Omnicreante, del Supremo Arquitecto de toda cosa creada.

Debería, si estuviera en plena posesión de la verdad, desarrollar la actividad que le corresponde, secundando los deseos de quien lo ha vuelto a Su imagen y semejanza, de quien le ha dictado la ley para hacer progresar y evolucionar, para encaminar todo aquello que le ha sido confiado, hacia una constructiva, pacífica, justa evolución.

¡Pero no es así!. La actividad que el hombre desarrolla no es compatible, sino que está en total contraste con el Espíritu Omnicreante.

La Enzima Piramidal (hombre), continúa estructurando negativamente la linfa anímica del planeta, provocando colapsos cosmo-dinámicos muy peligrosos para su sobrevivencia.

Existe un lazo indisoluble entre los valores dinámicos de los elementos que constituyen las estructuras vitales de vuestro planeta y los dinamismos bio-físico-psíquicos que constituyen vuestras estructuras vitales.

Existe, también un dar y un tener que vosotros, hombres de la Tierra, continuáis a ignorar, procurando un no-dar y un no-tener y, consecuentemente, un desequilibrio de relaciones, una distonia en los derechos y en los deberes entre el Creador y lo Creado.

A su tiempo, os hemos informado sobre esta fundamental realidad, especificando la inderogable necesidad de un comportamiento más consciente en los dinamismos psíquicos y en los actos producidos.

Vuestra obra es determinante para la estabilidad armónica entre los elementos surgidos de la ley macrocósmica y aquellos consecuenciales de las estructuras macrocósmicas.

Confirmamos la gran importancia que reviste tal conocimiento.

La fuerza “Omnicreadora” está, en todo instante, presente y gobernante.

Si estuvierais en el ámbito de Su ley y si operaseis según los principios sancionados en un pacto que no deberíais olvidar posteriormente, hasta el más feroz de los animales os lamería las manos y conviviría con vuestra paz. Los “Zigos” serían vuestros amigos y vuestros más hábiles colaboradores para una ascensión evolutiva rápida y feliz.

Y una extraordinaria posibilidad nos ha sido ofrecida por los Asistentes del Divino en la escucha y puesta en práctica de Sus consejos, en la colaboración con Ellos en el respeto de las Leyes Universales:

“Deben poseer la necesaria humildad para aprender y eliminar todo aquello que limita el desarrollo de sus facultades superiores. Deben volverse disponibles, libres de todo preconcepto humano y seguir nuestros consejos, si desean realmente orbitar como un punto sobre un volumen en una consciencia más vasta, universal. No es posible abrazar los altos conceptos y querer quedar un punto sobre una recta.

Nuestra búsqueda es precisa. Nosotros sondeamos y asistimos a aquellos que creemos predispuestos a servir una gran causa universal”.

A medida que se entra en la Luz de la Consciencia, hay una apertura de mente y de serenidad interior: la sonrisa del Espíritu.

Este es el sendero de la autorrealización. Todavía, después cuando se recorre el sendero de la laboriosidad en sintonía, se asume la enorme responsabilidad del saber dar con el alma luminosa y con discernimiento.

Hacer juntamente estas dos cosas, es como vivir en la guarida de los leones en donde solo el ojo divino puede guiar.

El instrumento está en el infierno aún si el espíritu quiere conducir.

El pensar, luego, en el trabajo de los Maestros que guían a los operadores, solo puede nutrir, hacia ellos, el máximo respeto para comprender con devoción

SÍNTESIS DE LAS DIMENSIONES

1ª Mineral = Materia + psiquismo elemental.

2ª Vegetal = (1)ª + dinamismo biopsíquico vegetal

con crecimiento y reproducción.

3ª Animal = (1)ª +(2)ª + dinámica psíquica de animismo colectivo, instintivo.

HOMBRE INICIAL = (1)ª+(2)ª+(3)ª+ Inteligencia individual (Ego Sum),

o Espíritu

Síntesis evolutiva del hombre en 4 partes:

En sentido cósmico, las evoluciones dimensionales se pueden representar:

La rueda de lo efímero va y viene, medida por el tiempo que es uno y siempre tiene un fin después del inicio y un inicio después del fin, casi sin temor de demostrarse contrario a la propia ley, sino glorificando el dominio del eterno devenir, en la filosofía de la vida.

DIOS ES

- Intima naturaleza de la verdadera esencia del espíritu vitalizante de la creatividad cósmica.

- ESPÍRITU PRIMIGENIO que emana la CHISPA DIVINA de la creación.

La Chispa Divina es la esencia pura de los valores positivos y eternos.

- INTELIGENCIA CREATIVA que compenetra, rige, inspira el todo con los pilares de Equilibrio y Armonía que a través de Justicia, Paz y Amor construyen el eterno devenir según las leyes:

1) LEY DEL FLUJO Y REFLUJO por la cual las Chispas Divinas están forzadas a precipitarse en la materia, gobernada por valores diametralmente opuestos a los del espíritu. Para precipitarse, la Chispa, necesita de un negativo que pueda indentificarse con los valores transitorios, propios de la materia. El (+) de la Chispa se desdobla en: (+) mente creativa divina, y (-) alma condicionada por el arcángel luz.

El resultado es la vida.

2) LEY DE CAUSA Y EFECTO, produce los contrastes que someten a la materia. La causa primigenia produce los efectos, la naturaleza astrofísica produce la naturaleza biofísica. La dimensión real de valores relativos negativos y de valores absolutos positivos, satura al espíritu.

El equilibrio constructivo y el sendero de la armonía conducen a la consciencia universal.

- NATURALEZA CÓSMICA astrofísica que se expresa a través de la creación con la emanación de la Chispa divina: esencia vitalizante que vive en la beatitud de la dimensión en donde se manifiestan los valores positivos eternos del Bien Absoluto.

JESUCRISTO ES

- Instrumento consciente de la Trinidad expresiva del Espíritu Universal.

- Conciencia Universal Crística vestida con la carne de los terrestres.

- Pleno de las sobrehumanas virtudes de Dios, aptas a manifestar la potencia creativa de la leyes cósmicas, el Amor incondicionado que está a la base del devenir sin fin de la creación, la Sapiencia divina, volumétrica, de las calidades conocibles de Dios.

Su función es la manifestación del amor incondicional que la Divina Sapiencia injertó en le alma de la humanidad en un bien determinado momento de su proceso histórico evolutivo-espiritual, para que los hombres, viniendo a conocer que Dios Creador es uno sólo y se manifiesta a través de cada hermano de humano camino, se nutriesen exclusivamente del Pan del Amor a través de la ley del amor, única y justa vía que conduce a Dios, eterna paz del Amor.

HOMBRE ES

- Efecto manifestativo de una causa sobrehumana.

- Entidad fugaz y perecedera en las leyes espacio-tiempo.

- Habitáculo psiquizado del alma.

- Se manifiesta en la Ley del Dualismo.

- Perfeccionada y sensible entidad que inicia el fatigoso camino en el reino de la materia gobernada por la ley de los contrastes: banco de prueba necesario e inevitable que propone a los sentidos y a los sentimientos del hombre todas las motrices contrarias a aquellas que regulan la dimensión del espíritu. El hombre vive en la materia para experimentar todos los valores relativos del negativo, que están en contraste con los positivos del Absoluto.

El hombre es el vehículo. El alma es el motor. El espíritu es el registrador de un ciclo de experiencias sufridas en el reino de la materia. La saturación de las experiencias alcanzadas en la dimensión relativa, lleva a la CONSCIENCIA de la Eternidad sobre el tiempo acabado, para el devenir del eterno motor inmóvil que la contiene; de la Solemne Inmensidad sobre espacios limitados por la majestuosa arquitectura macrocósmica que lo contiene; del Amor Absoluto sobre el amor relativo.

La evolución de los espíritus es una larga escalera, compleja, articulada sobre planos dimensionales que se oponen y se integran alternativamente. Llega el tiempo en que la potencia del Espíritu Creativo se viste de Amor para indicar a los hombres el camino del Gran Retorno.

El Gran Retorno se realiza a través de la materia del tiempo-espacio, en donde deberá manifestarse tantas veces como sean necesarias a la Chispa Divina para saturarse de todas las experiencias de los planos negativos que le darán la consciencia de su eterno existir en el seno de la Infinita Creación.

En virtud de las experiencias de cada reencarnación, la manifestación humana se sensibiliza, cada vez más, y progresivamente se vuelve, cada vez, más etérea.

Los senderos del humano se cubren con las delicadas flores de los Pastos Divinos, que emanan el perfume de la Vida Eterna y el “sentir” de las Almas capta la majestuosa nota armónica de una Felicidad de amor ardiente que no conoce llanto.

La Potencia se viste de Amor y habla de Justicia para indicar el camino de la Paz. El hombre está obligado a rectificar sus senderos para ponerse en las condiciones ideales para actuar a imagen y semejanza de Dios.

Aquel que usa el bisturí para seccionarse a sí mismo, sentirá expandirse, dentro de sí, la Piedad universal. El será liberado de las ensordecedoras pretensiones de su Yo. El Amor de Dios florece sobre este terreno.

ALMA

“Se sensible y haz que tu alma vibre, para que puedas contemplar, con radiante inteligencia,

al Arca suprema, la gran revelación”.

“El Alma debe resurgir de la muerte y el espíritu debe indentificarse en Dios”.

“Nuestro cuerpo físico es, verdaderamente, una perfecta imagen de las estructuras físicas y energéticas del Edificio Universal, mientras nuestra conciencia es, en verdad, la Inteligencia Divina que habita y vivifica tal edificio.

El alma es un relicario de naturaleza hiperfísica-energética, el verdadero cuerpo exterior del Espíritu Divino y Eterno.

El cuerpo exterior-físico es la síntesis evolutiva de las conciencias inferiores.

El Alma es la síntesis evolutiva de la conciencia humana.

El Espíritu es Dios, la Conciencia Solar, el Edificador de las voluntades del Gran Padre Creativo que reside en el Centro de todo Universo.

El Alma es la resultante evolutiva de la dinámica psíquica del mineral, del vegetal y del animal”.

Yo os digo a vosotros:

“Nosotros somos una misma cosa en el tiempo de los siglos y también de los milenios. Y esto que yo digo y diré, llega del profundo Conocimiento-Uno."

Ahora sabed: en el gran manto celeste corren ondas y también vibraciones y tales cosas quieren ser pensamientos y sentimientos que tienen mejor vida y mejor conocimiento de los que todos nosotros tenemos.

Por tal razón yo digo: el alma ve, el alma siente, el alma sabe más de lo que nosotros sabemos y pensamos. Ella sabe lo que era, lo que es y lo que será, y más sabe el alma porque ella está en nosotros y fuera de nosotros con ondas y vibraciones del Gran MANTO CELESTE, CON OBRAS DEL PASADO, DEL PRESENTE, DEL FUTURO. Muchas cosas de la Gran Sabiduría Antigua se han vuelto, en tales tiempos cosas adormecidas, pero acontecerá que tales conocimientos se despertarán en el triunfo del Conocimiento-Uno. Y acontecerá que el alma vibrará con ardor de fuego y se encaminará más allá de la verdad del tiempo y del espacio, para unirse en una misma cosa. Entonces yo digo, acontecerá la iluminación completa en la Divina Luz del Gran Espíritu.

Tales cosas acontecerán y yo digo que el tiempo está próximo, puesto que yo se lo que todavía os digo: el fuego soplará su potencia en todos vosotros, para que podáis volver a sentiros hermanos y hermanas, hijos e hijas del Gran Espíritu.

Ahora os relato una ántica enseñanza sobre los Cuatro Ángulos y sobre los Cuatro Caminos que están en este mundo y también os relato el sendero de las Tres Luces que están fuera del mundo.

Sabed que el tiempo del hombre y también del mundo está ligado a la gran ley del camino universal, y tal ley opera desde tiempos remotísimos, todavía antes que la aureola del hombre recibiese el soplo divino y tomase forma en este mundo.

Tal ley está representada en la Puerta de Oro de los Siete Maestros de la dulcísima mirada, del gran Jardín del Eterno Reino del Espíritu de Dios.

La imagen revela la ley de los Cuatro Ángulos y también de los Cuatro Caminos que opera en los mundos en donde el tiempo vigila y donde las cosas creadas mutan vida, pensamientos y también nuevo camino dan al alma.

Diferente es el sendero de las Tres Luces y también es diferente la ley que tal sendero gobierna, puesto que sólo el Espíritu mueve por este mejores obras y pensamientos en diversos mundos.

Esta es la gran vía en donde el hombre se encamina a los siete conocimientos.

Y sean tales conocimientos a hacer vacilar la muerte que alza el velo que cubre la aurora de vuestras almas.

Estad, pues, despiertos y también avisados para que la gran aureola de este mundo no se vuelva más tenebrosa y que toda alma no se vuelva pesada como el plomo u hostil como la ceguera.

La Gran Aureola del Planeta es el resultado de las aureolas de las cosas nuevas en continuo camino: es Esta la Inmensa Alma-Una, la luz en las tinieblas, la voz en el silencio, el amor en el odio, la alegría en el dolor, la vida en la muerte.

Nosotros éramos, somos y seremos una misma cosa que se mueve en el tiempo en diferentes obras y por diferentes caminos.

Quien vive en el cuerpo, en la urna de la materia, opera en el árbol. El árbol opera para todos, todos operan para el árbol. El alma y el cuerpo son una misma cosa, el uno para el otro.

Nosotros operamos, existimos y transformamos porque otros operan, existen, transforman.

Todo está ligado como interminable cadena y nadie, jamás, conseguirá escapar a la voluntad que discurre en el tiempo.

La Tierra vive en una dimensión material temporal, así como vive el hombre que alberga pero que, todavía hoy, no conoce su verdadero amor, su verdadero servicio de fecundar, por medio de la luz creadora del Padre Sol, y de parir miles y miles de formas, miles y miles de sustancias, para felicidad del Ser Macrocósmico.

¿Qué relación existe entre hombre, alma y espíritu Solar?

Conocerla significa poseer la veraz larga mirada del espíritu, iluminada por el universal amor cósmico.

ALMA: Circuito destinado a manifestar los valores de la “Energía Sustancial”.

Estanque destinado a contener los valores que el hombre adquiere de las experiencias de la vida.

Conciencia: instrumento de medida de vibraciones que se afinan, poco a poco, en el Alma.

Puente entre valores negativos- y absolutos +.

La Conciencia se desarrolla, cada vez más, en virtud de las leyes fundamentales de la creación: de Renacimiento y de Causa-Efecto.

Violando las leyes se sufren los efectos.

El hombre es un vehículo material del espíritu y transformador evolutivo de la conciencia.

“La escuela del Espíritu”

Plano físico sensorial.

Plano astral emocional.

Plano espiritual contemplativo.

La existencia sobre el plano emocional-astral-espiritual puede ser feliz o infeliz, en relación a las experimentaciones hechas sobre el plano sensorial. Aquel que ha odiado, sobre el plano astral sufrirá las emociones del odio, hasta el momento en que el espíritu tenga la posibilidad de reencarnarse sobre el plano sensorial, con la precisa elección de vivir y experimentar una intensa misión de amor.

Reencarnándose, el espíritu, abandona el viejo astral que se vuelve una existencia paralela que, a menudo visita, pero que no lo condiciona en el nuevo proceso experimentativo-evolutivo. Cuando os despertáis el espíritu vuelve a entrar en su templo material-sensitivo. Cuando dormís el espíritu es libre en su verdadera patria, en el Templo del Gran Espíritu, inmaterial, emocional, contemplativo, en donde no existe ni tiempo ni espacio. La vida material sensitiva instruye la vida inmaterial emotiva. Es una escuela, un método de enseñanza que empuja todas las cosas creadas a evolucionar y a informar al Gran Cosmos.

Es una genética cosmológica siempre tendiente a realizar el equilibrio del dualismo relativo-absoluto, materia-espíritu. Las exigencias de las cosas pequeñas no son diferentes de las exigencias de las cosas grandes. Lo Micro y el Macro se compenetran alternativamente para realizar el devenir continuo del Eterno Ser que os contiene. Las enseñanzas, la verdad, no son filosofías abstractas, así como el hombre relativo quisiera reducirlas. Tienen una lógica que se debe interpretar.

Poimandres explica (a través de Adoniesis el Hombre Dios)

Os ha sido dicho:

El hombre es la resultante de tres valores dimensionales, diferentes unos de otros, sin embargo operando juntos.

1) El Espíritu (Inteligencia) - el hombre real, eterno, inmutable.

2) Pneuma o Alma (dinamismo vital mutable), Astral.

3) Cuerpo material (instrumento mutable coordinado por el dinamismo vital o psique, vinculado a la dimensión espacio tiempo).

1) El Espíritu (Inteligencia individual) brota de la Inteligencia o Espíritu Creativo del Cosmos. Este es inmortal e inmutable. Coordina, instruye, determina y produce el proceso operativo del Astral, Pneuma o Alma con el que está siempre en contacto e inseparable durante el ciclo experimentativo y operativo en las dimensiones espacio-tiempo.

2) Pneuma o Alma (dinamismo astral vital) brota de la Luz creada por el Espíritu Creativo del cosmos y del macroser.

Esta es mutable e inmortal. Coordina e instruye las estructuras de los edificios físico-materiales y determina la vitalidad (Animismo) y los servicios necesarios a la inteligencia (espíritu), para el desarrollo de la actividad indispensable para el devenir continuo del cosmos, o macro-ser, y a su cosmoeconomía o evolución del macro-ser.

3) Cuerpo material (instrumento mutable), nacido de la luz astral a la que está estrechamente ligado y de la que depende su dinamismo y su vitalidad. Este muta sólo cuando la luz astral se separa definitivamente por alcanzar la experimentación del espíritu.

Esta es, en síntesis, la obra y la colaboración de los tres aspectos mutables e inmutables, pero, sin embargo, siempre eternos, de lo manifestado y de lo creado.

La imagen del hombre, en estos tres aspectos, es semejante al ser macro-cósmico, compuesto por los valores operantes de las siete dimensiones y estructurado por 150 billones de universos. Seres macrocósmicos hay muchos. ¡Os ha sido dicho!.

Vosotros, hijos de la Tierra, sois enzimas de una célula macro-cósmica suya.

Todo es mutable y eterno. El Espíritu es eterno e inmutable.

“El alma es la resultante evolutiva de la dinámica psíquica de los tres reinos inferiores:

mineral, vegetal, animal, es decir de los elementos y reinos planetarios.

Las almas planetarias vienen transformadas a través del hombre, cuya alma es la síntesis evolutiva de la propia conciencia, la genética que edifica en el cuerpo humano la actividad intelectiva, empujando nueva vida de los Cuatro caminos a los Tres caminos, resurgiendo a través de la muerte.

La Gran Aureola del Planeta es el resultado de las aureolas humanas. La Energía Cósmica es el Alma Eterna de lo Creado.

La Revelación, raíz de las religiones, es la armonía del alma humana en continua obra con el íntimo pensamiento de lo Creado. En el umbral de la Gnosis, el alma es sobria, buena, despertada de su delirio, con los ojos fijados en Dios.

En la Boca del Alma está el “Sentir”.

El Maestro del Espíritu, con la Luz de cordura y de sabiduría, hace vibrar el alma, que tiene los mismos dones del Espíritu.

Sería necesario abrir las puertas de las almas para establecer la unidad de la vida en todos los seres. Para esto es necesario poseer, con ánimo puro, amor por lo creado. Despertarse, educarse en la Intuición que es la facultad más profunda del Espíritu, la más alta evolución de la Conciencia Planetaria.

En verdad, yo digo, que cuatro son los sentidos que la materia da al hombre mientras uno es el sentido del Espíritu y por tal sentido este razona.

En verdad yo digo que, todavía, otros dos sentidos el sexto y el séptimo son del Espíritu.

El sexto, que el hombre acostumbra interpretar como fenómeno psíquico, es el Padre Divino de los ojos, y este ve las cosas que están en el más allá cuando por él se usan particulares miradas. Éste ve lo desconocido en el tiempo de los tiempos y vuelve a ser partícipe de las cosas remotas y futuras.

El séptimo, aún cuando más allá del sexto, limita con el Espíritu purísimo y el sexto sentido. Éste es desconocido a la masa, y su obra se manifiesta en aquellos que son patrones absolutos del sexto sentido.

Y, todavía, yo digo: Entonces no sea el tiempo, sino el sentido que dé al hombre parte de los grandes conocimientos Universales.

4+3 = 7: 4 sentidos comunes materiales + 5º sentido, razón-material-espiritual. El sexto sentido no es otra cosa que razón solamente espiritual, mientras que el séptimo no es otra cosa que razón Divina”.

“Sed simples y puros de corazón para ser gratos a las fuerzas invisibles que os empujan hacia un destino mejor”.

Desde la evolución anímica humana, la conclusión de las experiencias vividas se transfiere como memoria, en la personalidad astral que quedará eternamente una vida paralela pasada.

Naturalmente toda experiencia vivida, queda en la memoria de los elementos, en el ciclo creativo del retorno. En este flujo aumenta la evolución anímica, ligada con la Luz Creativa y con el Espíritu Creativo, por consiguiente colaboración entre fases experimentales y memoria cósmica.

“La ciencia terrestre está cometiendo delitos anímicos espirituales.

Mutilar un cuerpo antes del tercer día del acontecido redimensionamiento, quiere decir haber desligado coercitivamente las ligaduras psico-físicas que todavía subsisten sobre planos dimensionales, hasta hoy ignorados por la ciencia terrestre.

Quitar un órgano vital antes del tercer día, comporta un irreparable daño al muerto. Éste es privado de la indispensable necesidad de poder concebir la experiencia y transferirla sobre el plano anímico-espiritual, en donde residen todas las otras experiencias vividas.

Pero la ciencia de este planeta, que ignora esta inmutable ley, - mejor confirmada por el genio universal Cristo-Jesús - se deja tomar por la ilusoria convicción de que tal arte no provoque algún daño y que el practicarla produzca beneficio.

¡Yo afirmo que tal arte comporta una gravedad irreparable y permite el más terrible de los delitos que el hombre haya, jamás, cometido!.

El camino emprendido por la ciencia médica terrestre, para vencer las anomalías del músculo cardíaco y de los otros órganos vitales, tarados por actos negativos, es errada y está cargada de desagradables retorsiones.

Hasta que no evitéis minar la armonía de los elementos que instruyen las estructuras energéticas de la fuerza vital, no podréis, ni podemos nosotros, resolver la lastimosa cuestión de vuestras calamidades físicas y psíquicas.

Muchos terrestres se preguntan el por qué no intervenimos drásticamente para mutar radicalmente estas situaciones negativas, que afligen vuestra naturaleza humana.

Yo contesto que es vuestra obstinación lo que impide hacerlo, en cuanto no queréis crear las condiciones por nosotros requeridas.

Vuestra ciencia cree resolverlo todo manipulando la materia, descuidando los valores positivos eternos que están presentes e invisibles en la materia misma, que gobiernan la armonía estructural de todos sus componentes manifestativos sobre planos dimensionales físicos y sobre aquellos superiores anímico-espirituales.

Uno de estos valores positivos eternos es la ley del “rechazo” o mejor de la incompatibilidad del carácter innato en las estructuras energéticas de un órgano respecto al otro.

Es una ley que actúa y determina, aún si vuestra ciencia intuye, y a menudo quisiera, prácticamente, mutar la determinación que, aunque temporalmente impedida, queda latente y lista a reaccionar a la mínima descompensación traumática de la actividad psíquica.

Yo confirmo que los transplantes son delitos terribles y las consecuencias gravísimas.

Os he dicho cuanto tenía que deciros”.

(ADONIESIS)

Hace tiempo, un “Genio Cósmico” comunicó a través de un mensajero suyo, viviente sobre la Tierra, su sabio juicio sobre el transplante de órganos.

Yo, Hoara, científico extraterrestre en biología y genética, haciendo parte de la astronave Cristal-Bell en misión sobre vuestro planeta, añado: no antes de los tres días la entidad deja el cuerpo después de la muerte.

Quitar el órgano antes que haya transcurrido tal tiempo, quiere decir “¡Asesinato!”.

El encefalograma, aún siendo plano, para usar un término vuestro, puede no significar la muerte. Ha habido y habrá casos de muerte aparente con la insospechable reactivación de las funciones cerebrales con el retorno total de la vida y de la consciencia. Cierto es que el ser físico se puede considerar muerto después del tercer día y no antes.

También es verdad que inmediatamente después del trauma, y por ello el agazapamiento de las funciones cerebrales, queda intacta la sensibilidad estando todavía presente la entidad astral (espiritual) con todos los atributos concedidos a su dimensión.

El ser, inmediatamente después del tránsito, conserva plenamente una capacidad contemplativa excepcional y capaz de ver, de oír, aún si no se sirve del medio demostrativo físico. El tiempo para dejar el habitáculo inutilizable es de tres días. ¡Quitar uno o más órganos antes de este tiempo significa matar una segunda vez!.

(HOARA)

Sabed que la energía vital reside en la sangre y que las células de vuestro cuerpo son mantenidas en vibración y, por consiguiente, en vida por la carga de energía que efectivamente la sangre distribuye a través de los innumerables conductos o venas capilares, como vosotros las llamáis.

No olvidéis que vuestro cuerpo es un universo en miniatura y que sus funciones reproducen las Grandes Leyes que actúan en el desarrollo del Universo. La fuerza que os da la vida es la misma que da vida al Universo.

“No se debe minar al armónico operar de los elementos básicos que están en el Alfa de nuestra vida y son partes instrumentales de la armonía creativa.

El alma es la suma de las experiencias que proponen una lenta evolución de la vida a través de una ley innata en el orden evolutivo del ser exterior del hombre, imagen viviente y operante de Dios.

El mal suprime los nobles sentimientos del alma en ascensión evolutiva. De esto el alma debe corregirse.

El prevalecer de los estados emocionales sensitivos, personales, ambientales, causados por otras voluntades desviadas, de amodorramiento, no ofrece a las dimensiones superiores anímicas el desarrollarse y el vivir las propias características en un despertar psíquico”.

Para aquellos que nacen o se vuelven privados de mente, su alma se vuelve instrumento de justicia.

Caeréis dentro de una gran trampa de fuego si no encontráis el modo de frenar este gran deseo de deformar el alma de los cuerpos puros.

LA MUERTE, O BIEN, EL RETORNO A LA MATERIA

La vida física es la muerte temporal de la entidad astral, la pérdida del conocimiento cósmico, un condicionamiento superable a través de una serie de experiencias capaces de realizar, en la muerte, los valores eternos de la verdad en su doble aspecto del devenir continuo.

Normalmente la muerte, por misión o programada, está acompañada por la viva sensación de aquello que está realmente en el tiempo y en el espacio, fuera del tiempo y del espacio.

Conserva los valores de aquello que ha sido y de aquello que es, consciente de estar en el mundo y no ser del mundo.

No es así para la muerte Kármica o purgativa. La oscuridad es densa y privada de consolación, exenta de luz interior. La gracia está siempre viva y se puede atraer por medio de un acto de sincero y santo arrepentimiento idóneo para recibirla.

“Deja que los muertos entierren a sus muertos”. Una verdad que pocos comprenden.

PROFECIA SOBRE LA SEGUNDA MUERTE

Todo vendrá purificado y todo resurgirá a nueva vida. El mal será vencido y sus partidarios encerrados y ligados en un grumo de primitiva materia, en un denso mundo, donde recomenzarán las experiencias debidas para aspirar a alcanzar el punto ascensional, el despertar de la segunda muerte.

Así está escrito para el árbol de la vida de este planeta.

Es ley. Toda cosa debe ascender en las alas del dolor y de la prueba del conocimiento. Es ley, hijo, ley de evolución. Los mundos materiales-sensibles existen por esto, para edificar la conciencia y el despertar del espíritu, deseoso de vivir las experiencias del bien y del mal, del odio y del amor, de las tinieblas y de la luz, de la muerte y de la vida. A través de este sendero, el espíritu produce la fuerza consciente de una laboriosa obra, para que toda cosa creada retorne consciente a la Idea Creativa, al origen, al pensante-manifestante.

Cuando el espíritu se complace en dormir voluntariamente en los meandros tortuosos del mal, la materia lo encadena, y el dragón de los vicios lo tortura.

El camino de la ascensión es doloroso, pero si es verdad que la ascensión es sufrimiento, esto no es imputable al Creador, si no al mal uso de la sabiduría humana, al vicio de la desobediencia a las leyes que gobiernan el normal devenir de lo creado. Cuando el hombre prefiere la eleccion del odio, viene a faltarle el amor y entonces el sufrimiento se vuelve inevitable hasta que haya concebido el complementario positivo.

La Luz Crística ha llevado al mundo la Verdad para una ascensión feliz, a los hombres les ha sido dada la ley del real conocimiento.

Si el hombre prefiere el mal, es inevitable que la justicia se anteponga al amor para que sea reprendido y dolorosamente despertado al Bien.

ASTRAL

“Cuando el verbo se hace palabra, la palabra se vuelve

linfa que nutre la mente, el alma y el corazón

de verdades divinas”.

De los Arquetipos Superiores de las 12 Constelaciones o Coordinadores Universales, se han proyectado los 12 Arquetipos o Maestros de las 12 Tribus, portadores y elaboradores de las genéticas fecundadoras sobre la Tierra.

“El Supremo: ¡El Arquetipo del hombre!.

El Genio Solar, el Padre de toda cosa creada en la forma y en la sustancia.

El Señor del sistema que determina el crecimiento de la cósmica macro-molécula. ¡Dios, Señor, Dios, como lo llamó Abraham!

Toda forma y sustancia tiene su “Arquetipo”.

El hombre es a Su imagen y semejanza.

El Arquetipo es el padre de una multitud, el Ser-Luz que os ha generado.

El es el Padre de vuestro eterno ser. El Ser-Luz tiene una gran multitud de hijos hombres y mujeres. Todos son suyos, porque de Él han nacido y para Él viven, por su alegría de ser, de servir y amar la suprema luz de todo lo creado.

El Ser-Luz es el primero, la simiente, el árbol y vosotros sois sus frutos y semillas de su semilla.

Él es vuestro fin, Él os ha generado, a Él retornaréis, porque sois hijos e hijas del amor de Su esplendor creativo.

El Ser-Luz es la matriz de todos vuestros espíritus”.

LOS CUERPOS ESPIRITUALES Y LOS ARQUETIPOS

Los Genios Solares conciben y producen las formas arquetipo. “Aquello que nace del espíritu es espíritu y aquello que nace de la carne es carne”.

Los cuerpos sólidos, instrumentos físicos, están en función de los cuerpos espirituales-dinámicos-intelectivos.

Sobre la Tierra se conciben y producen cuerpos sólidos, instrumentos físicos. Sobre los Astros los Genios Solares conciben y producen cuerpos espirituales.

Sobre la Tierra y en las dimensiones similares, los cuerpos sólidos son indispensables a los cuerpos espirituales para poder existir y operar en la dimensión material. No todos los cuerpos físicos sirven a los cuerpos espirituales con identidades semejantes a Dios. Sólo el hombre es el habitáculo idóneo a servir un cuerpo espiritual concebido y producido por un Genio Solar que emite formas arquetipo de la especie humana.

Los Genios Solares, Querubines, Serafines, Tronos, están ligados a los valores de los innumerables Logos, de donde provienen, con diferentes características astrales.

En el átomo de hidrógeno está el código primario y causal de la Luz Creadora.

El dinamismo que instruye y estructura el átomo de hidrógeno es el espíritu del cosmos visible que determina el espacio-tiempo.

El átomo de hidrógeno es la fuerza omnipresente del devenir continuo de las cosas y la causa de la omnisciencia del Espíritu Creante, que en el reside con potencia y gloria. Coerciendo su equilibrio, el Espíritu Creante se vuelve Espíritu disgregante e increante. En Helios reside el Espíritu Creante.

[pic]

Adoniesis arquetipo solar de la nueva enzima terrestre

destinado a gobernar el nuevo Cielo y la nueva Tierra

Los “Nobles Creadores de los Arquetipos del Cosmos”. Entidades astrales, instrumentos conscientes de la Fuerza Omnicreadora, son nuestros guías, los infalibles ejecutores de la Ley que sostiene y gobierna el continuo devenir del universo y de todo lo manifestado.

Nosotros somos una sola cosa con esta voluntad Omnipotente que, además de ser dispensadora de amor y de luz vivificante, también es una dinamicidad equilibradora de todos los instintos que las diferentes dimensiones proponen sobre planos experimentativos existenciales.

Nuestra sabiduría y nuestra cordura son los ambicionados frutos de nuestro querer, a todo costo, poseer con devota, inflexible e incorruptible responsabilidad, los arcanos secretos de los altos conocimientos que dominan los primeros elementos que constituyen los actos creativos y las relativas fuerzas antidegenerativas, así como todos los otros dinamismos que estructuran las múltiples líneas agregadoras de las frecuencias atómicas y sub-atómicas, de las que se sirve la fuerza omnicreadora y sus “Querubines, Serafines y Tronos”, el triple aspecto de la máxima expresión creativa de la Inteligencia Cósmica.

(ALI)

La Luz del Sol es el plano Crístico o Emanación de Dios, que es Voluntad Suprema Creadora.

De las Energías Astrales nacen las causas primarias de la creación y de las Leyes Inviolables que instruyen la real naturaleza del Cosmos y de Su Eterno Devenir.

El plano astral-emocional puede compenetrar al físico-sensorial, no viceversa, y no sin el consentimiento del Ego Superior que reside sobre el plano Espiritual-Contemplativo.

La Inteligencia Astral, idea y construye el vehículo físico transitorio.

La Deidad brota del Astral.

Los Seres Hidrogenarios o Genios Solares, son los creadores de la Idea Divina. Cada factor existencial tiene el propio Espíritu Gobernante.

Este mundo energético es constructor de imágenes.

Su realidad es el sueño. Una proyección del Sí que ha sido soñada y actúa sobre el plano material hasta la atmósfera terrestre.

Los sueños están ligados a atracciones-repulsiones. Se va, preferiblemente, donde se han vivido experiencias positivas.

Se puede jugar con si mismo para descubrir las vidas pasadas.

El espíritu puede revivir, en sueño, los recuerdos a través de las emociones astrales.

Los reflejos más violentos llevan emotividad al cuerpo físico. No existe muerte, ni los valores espacio-tiempo, en el astral que viene alimentado por la energía que se sublimiza a través de la vía evolutiva binaria vida-muerte, muerte-vida.

“¡Ya deberíais saberlo!

La fuente de la luz, y no sólo de la luz, es el Sol como vosotros, terrestres, lo llamáis.

No existe otra fuente capaz de generar y regenerar la vida sobre vuestro sistema planetario.

Este globo, todavía desconocido por vuestra ciencia, emana las fuerzas que modelan toda cosa existente y viviente sobre vuestro planeta, según un preciso código genético cósmico.

La causa de todo efecto reside en el desconocido núcleo en donde existen todas las ideas manifestantes y manifestadas.

En este globo reina soberana la Fuerza Omnicreadora, gobernadora absoluta de todo el sistema planetario.

Es la luz, la verdad y la vida.

Es sede de la potencia astral, de los Arquetipos, de los Seres Dios, ejecutores de la Suprema Inteligencia Cósmica."

“¿Qué es, en realidad, la Astralidad?

Jesús ha nacido de la carne; Cristo ha nacido del Espíritu.

Vosotros habéis nacido de la carne y nosotros del Espíritu.

Con esto deseo haceros comprender que las dos naturalezas son substancialmente diferentes aún habiendo nacido de la misma fuente que es el “Omnicreante”.

Existe en el Cosmos fuerzas y habitáculos físicos y fuerzas y habitáculos astrales, serviciales en un recíproco dar y recibir, esto con relación a las exigencias inderrogables del continuo devenir del edificio creativo cósmico, tanto físico, como espiritual o astral.

Dos complementos que cumplen actividad en diferentes dimensiones y con poderes operacionales bien diferentes.

Si, para vosotros, el espacio y el tiempo condicionan vuestra existencia, esto no es válido para nosotros que podemos, queriendo, entrar y salir de vuestra dimensionalidad.

En que modo entramos y salimos de la dimensión espacio-tiempo ya lo hemos aludido al hablaros de frecuencia o, mejor, de modificaciones vibracionales capaces de densificar la naturaleza astral o de volverla semejante a la luz visible o invisible, con ilimitadas posibilidades de penetrar cualquier materia, tanto sólida como líquida o gaseosa.

Con esto, deseamos haceros comprender bien nuestras ilimitadas posibilidades de poder entrar en perfecta comunión con vosotros y ser una sola cosa con el cuerpo astral que vosotros poseéis.

Es la perfecta unión entre el ego inferior y el ego superior.

Esta comunión solo puede acaecer cuando el ego inferior ha realizado la frecuencia necesaria que permite al ego superior el contacto y por consiguiente la “Cristificación” o la comunión de lo Divino con lo humano.

Ha sido este proceso el que ha divinizado a Jesús, cristificándoLo y volviéndoLo Hombre-Dios o Dios viviente”.

(HOARA)

Hoara explica: “A menudo os encontramos en una dimensión todavía desconocida para vosotros.

Cuando os hablamos de la dimensión astral queremos significaros que en cada uno de vosotros existe potencialmente esta sutil naturaleza.

Decimos potencialmente, porque el desarrollo de esta trina personalidad no es fácil, aunque posible. En un importante número de terrestres de ambos sexos y en los recien nacidos la facultad de entrar en esta dimensión se ha vuelto posible, aunque discontinua y muchas veces traumatizante.

El plano físico-sensorial está siempre compenetrado por el plano astral-emocional, pero mientras el plano astral-emocional puede compenetrar al físico-sensorial este último no puede hacer lo mismo.

Esta ley cósmica no se puede traspasar sin el consentimiento del supremo Ego Superior que reside sobre el plano espiritual-contemplativo.

Aquel que está en posesión de la “Gnosis” es, potencialmente, un Dios viviente, un programador universal, una deidad solar”.

“El contacto con aquellos que son sondeados, por estar predispuestos a comprender nuestra lógica y nuestros valores evolutivos, acontece principalmente sobre planos dimensionales, todavía, desconocidos por la ciencia terrestre.

El coloquio deseado puede también acontecer a notable distancia, siendo la luz la fuerza de arrastre de imágenes pensamiento. Luego está “la onda cósmica” todavía cien veces más veloz que la luz, fuerza motriz de nuestros aparatos y de cuanto se quisiera transportar de un universo a otro, de un sistema solar a otro sistema solar.

Nuestra ciencia no se limita al gobierno de las dimensiones físicas, sino se extiende a las dimensiones, en donde se alcanzan las causas primarias de la creación y de las leyes inviolables que instruyen la real naturaleza del cosmos y de su eterno devenir. La deidad brota del astral y lo físico no es otra cosa que un vehículo transitorio, un medio ideado y construido por la inteligencia astral con fines bien precisos, que con el tiempo os será dado conocer”.

La morada de la “Fuerza” Omnicreadora del Padre de lo Creado y de lo no Creado, de lo visible y de lo invisible, está en el átomo de hidrógeno.

En el átomo de hidrógeno se alberga toda la genética del cosmos.

Desde su morada, la Fuerza Omnicreadora determina las diferentes dimensiones y los elementos que las constituyen.

Sin Su presencia nada puede manifestarse. El espacio es ocupable sólo si Su fuerza está presente y móvil.

Como ya ha sido explicado precedentemente por el hermano Hoara, el átomo de hidrógeno es el átomo primordial y primario. La variación de sus frecuencias comporta una determinación constante y precisa en las diversas estructuras dimensionales de la materia, tanto sólida como dinámica.

La ley de la Fuerza Omnicreadora está sostenida por el inmutable instinto del devenir y de los equilibrios de los diversos dinamismos creativos de formas y de sustancias. Desestabilizar los dinamismos comporta una anómala actividad creativa.

Cuando coaccionáis la estabilidad de los elementos, os coaccionáis a vosotros mismos, desestabilizáis vuestros equilibrios evolutivos y existenciales.

La degradación del átomo de hidrógeno conduce, inevitablemente, a la anulación de las vibraciones que instruyen la vida.

“No separéis cuanto Dios ha creado y unido”.

Vuestros achaques físicos y psíquicos y la lenta capacidad evolutiva de vuestra especie, son debidos a las frecuencias anormales que las estructuras micro-cósmicas sufren violentando, así, los equilibrios de la “Fuerza Omnicreadora”, siempre presente en toda cosa.

La desintegración del átomo de hidrógeno descompone radicalmente sus estructuras creativas, de aquí el lento e inacabable fin de la vida.

Debéis convenceros de que estas verdades son fundamentales para poder comprender la real naturaleza de lo que vosotros llamáis “Espíritu Santo” u otros que hacen parte de vuestros cultos.

“ Escucha: el Astral vive, principalmente, sobre el plano emocional.

Existe, inmediatamente después de la muerte sensorial física, una vida emocional-astral-espiritual, en donde los valores tiempo-espacio no existen.

La existencia sobre el plano emocional-astral-espiritual puede ser feliz y la violencia, cualquiera que esta sea, no podrá mutar jamás la existencia sobre el plano sensorial-físico.

Aquel que sobre el plano sensorial físico ha odiado, sobre el plano astral espiritual sufrirá las emociones del odio hasta el momento en que el espíritu haya tenido la oportunidad de reencarnarse sobre el plano físico sensorial, con la precisa elección de vivir y experimentar una intensa misión de amor.

En el momento en que el espíritu decide volverse a zambullir en el plano sensorial-físico, abandona el viejo astral, que se vuelve una existencia paralela, que a menudo visita, pero que no lo condiciona en su proceso experimentativo-evolutivo. El espíritu se sirve de sus vidas paralelas para alcanzar los valores experimentados y proseguir hacia el total conocimiento dimensional. "Lo que se siembra se recoge”.

Cuando se siembra mal con los valores sensoriales, es inevitable el intenso sufrimiento emocional sobre el plano astral-espiritual.

Cuando, en lugar de ello, se siembra bien, entonces la felicidad es igualmente inevitable y el estado emocional propone al espíritu elecciones, cada vez más felices y aptas a impulsar, cada vez más, hacia el plano contemplativo del absoluto o del supremo conocimiento.

Esta es la escuela del Espíritu que ha querido vivir en lo mutable para conocer lo inmutable, para luego ser Pastor de hombres y Maestro de Vida y de Verdad”.

‘95

...mientras hablamos en grupo de los múltiples problemas de la humanidad, Eugenio nos dice: “Déjenlos hacer, pero recuerden que cuando sean llamados a dirigir la verdadera justicia, en vuestra obra, serán los administradores del cielo...”.

Se iba a marchar y añade: “Terminada esta misión nos marcharemos...”.

(Era el Espíritu de Juan que hablaba a su tribu).

‘87

Y a otros que querían agredirme señalo en el cielo la figura de una cepa robusta con ramificaciones, como diciéndoles que yo no soy uno de ellos, era de otra dimensión. Marchándome tengo en la mano izquierda una cepa idéntica a aquella, como un símbolo, y en la mano derecha otra más sutil, ramificada y larga con la cual me apoyo en tierra.

EL VERBO SE VUELVE PALABRA

La imagen etérica astral se vuelve cuerpo sensitivo material.

Entonces es verdad, cierto y verdadero: aquello que nace del espíritu es espíritu y aquello que nace de la materia es materia.

¡Los poderes de las imágenes astrales no tienen límites!.

Son deidades solares, son los arquetipos de las manifestaciones materiales anímicas.

El Padre Creador, el inicio de toda cosa visible e invisible, es el cósmico Espíritu Omnicreante que reside en el Sol.

Las potencias celestes solares son los operadores del Espíritu Omnicreante (Espíritu Santo como vosotros, terrestres lo definís). Estos son los coordinadores, los constructores de la idea divina. Son ellos los reales jueces de la justicia universal, los intérpretes de la suprema voluntad de Aquel que impera en tierra y cielo y sobre el sistema genético de los diferentes planetas que componen la cósmica macromolécula.

Del Inmutable al mutable:

Poneros las alas y volad como una crisálida, volad hacia mi que os he creado para moveros en los cielos de mi reino y no para renacer gusanos.

Poneros las alas del espíritu y renaceréis. Seréis libres así como son Mis Ángeles.

¿ES DIFÍCIL COMPRENDER EL LENGUAJE DE LOS ÁNGELES?

Es difícil cuando su lenguaje es figurativo.

La capacidad intuitiva, despeja de todo vicio psicológico materialístico, facilita la comprensión del discurso de los Ángeles. Donde está el Verbo la imagen se vuelve palabra, expresión de un silencioso discurso.

A menudo, no siempre, el Verbo se hace palabra en la mente del hombre. En este caso se tiene la perfecta convicción de que el Ángel habla con voz propia.

La otra dificultad que impide comprender el discurso de los Ángeles es el completo abandono del medio, o particulares influencias de cuerpos negativos, particularmente en ambientes cerrados.

Las fluctuaciones de pensamientos en el ambiente pueden interferir, tanto positiva como negativamente, sobre el medio elegido al contacto con el Angel mensajero. Es oportuno, en estos casos particulares, evitar presencias condicionantes.

Así como en los procesos fisico quimicos se pueden realizar las Alquimias gobernadas por la energía psíquica despertada y vuelta dinámica consciente, sobre planos energéticos astrales se pueden realizar las Arquimias que no son sólo sintonía con dinámicas astrales superiores, sino verdadera y propia Creación de imágenes y de formas sobre planos potenciales de actuación desencadenante.

“ El hombre, hijo de Dios, tiene latente, en si, todo poder divino, pero debe saber usar el libre poder del pensamiento, a él dado por Dios ”.

La Arquimia es la Alquimia Arquetípica.

ESCRIBE HIJO, POIMANDRES HABLA:

“ Es cuando os despertais que comenzáis, realmente a dormir ”.

Cuando os despertáis, el espíritu entra en su templo material-sensitivo.

Cuando os dormís, entonces el espíritu es libre en su verdadera patria, en el templo del Gran Espíritu, templo inmaterial-emocional contemplativo, en donde no existe ni tiempo ni espacio.

Esta es la verdad que a muchos escapa, pero que queda verdad eterna e inmutable.

La vida material-sensitiva instruye y construye la vida inmaterial-emotiva. Es una escuela, un método de enseñanza que empuja todas las cosas creadas a evolucionar e informar al Gran Cosmos.

Es una Genética Cosmológica, siempre tendiende a realizar el equilibrio del dualismo relativo-absoluto, materia-espíritu.

Las exigencias de las cosas pequeñas no son diferentes de las exigencias de las cosas grandes.

Lo Micro y lo Macro se compenetran alternativamente para realizar el devenir continuo del Eterno Ser que os contiene.

Te he hablado y Mi Luz está en ti, hijo.

ESPIRITU

“ Cuando recuerdo el esplendor divino de las

praderas de los Cielos, la melancolía baja

y vela de tristeza los ojos y la luz

de mi alma ”.

Los seres Macro-Còsmicos poseen cuerpos y anticuerpos. Los astros son los machos y los planetas las hembras. Su vida media es de 49 billones de años. Cada astro tiene su particular genética informativa que transmite a los planetas que componen su sistema.

Todo es espíritu en cuanto Dios es omnipresente. Pero hay el espíritu colectivo de lo viviente en las dimensiones inferiores al hombre, en las cuales no existe el libre arbitrio.

En el hombre, portador del Ego Sum, hay el espíritu individual, operante en el libre arbitrio hasta el límite de su prevaricación de la ley que gobierna el equilibrio y la exigencia de la economía creativa, semejante a un flujo sin inicio ni fin.

¡El Sol fecunda!

La Tierra y los otros planetas a Él sometidos conciben y paren.

¡El cuerpo y el alma pertenecen a la Tierra, el espíritu no!.

Existen dos inteligencias: la del espíritu y la del alma.

El hombre es el uno y el otro en la misma cosa: es astral y material; es parte mortal mutable y parte inmortal eterna.

Cuando el Verbo se hace palabra, es el Genio Solar que se hace sangre y carne; es el hombre-Dios que se manifiesta en el tiempo y en el espacio: es el hombre cósmico.

Los seres astrales son los genios del glorioso Padre Creador. Son ellos quienes instruyen la forma y la sustancia, sirviéndose de la energía Omnicreadora contenida en el átomo primario de hidrógeno.

Han sido estos señores "Elohim" los que injertaron en el hombre el espíritu, la Inteligencia, soltándolo así, del vínculo del espíritu colectivo y haciéndolo a Su imagen y semejanza.

El Espíritu y la Inteligencia, dicen, son una única cosa.

La Inteligencia es un memorizador multidimensional; el Espíritu es depositario de todas las experiencias vividas, experimentadas en las diferentes dimensiones sensoriales o emocionales, materiales e inmateriales.

La sublimación del Espíritu-Inteligencia es lenta pero continua, hasta alcanzar la total realización consciente de su real Deidad.

Es Ley de evolución.

Los mundos materiales-sensibles existen por ésto, para edificar la conciencia y el despertar del espíritu deseoso de vivir las experiencias del bien y del mal, del odio y del amor, de las tinieblas y de la luz, de la muerte y de la vida.

A través de este sendero el espíritu produce la fuerza consciente de un laborioso trabajo para que toda cosa creada retorne consciente a la Idea Creativa, al Origen, al pensante-manifestante.

"Antes de que tú fueses te conocía." ¿Dónde? ¿En qué dimensión?.

"Vosotros sois Dioses y hareis cosas más grandes que yo". ¿Se refería al medio físico o al jinete eterno, espíritu-inteligencia, que se sirve del medio físico?.

"¿Qué buscas con esta linterna?" Diógenes contestó: "¡Busco al hombre!".

¿Qué hombre buscaba Diógenes?.

El hombre no es la figura física que veis, que tocáis. El medio físico sensorial es el instrumento, el habitáculo temporal, mortal; es la navecilla bio-psíquica de la que se sirve el invisible caballero eterno en la dimensión en la que cumple sus experiencias, sus misiones.

Si el espiritu-inteligencia es fuerte, difícilmente se deja condicionar por el medio de que se sirve: "Si la carne es débil, el espíritu es fuerte".

La inteligencia puede memorizar el bien y el mal, pero si el espíritu es fuerte se incauta lo positivo y rechaza lo negativo. Esto lo puede hacer cuando ha realizado los valores complementarios, experimentándolos o captándolos de las experiencias ajenas.

Si has conocido lo que produce el odio y lo que produce el Amor, no puedes no amar. Si has conocido lo que produce la guerra no puedes no desear la paz. Si el medio se vuelve un fin, entonces la Inteligencia, y en consecuencia el Espíritu, sufren pruebas durísimas.

¿Os habéis preguntado, al menos una vez en vuestra vida, quien es Dios y si realmente es posible conocerLo?.

Yo os digo, en verdad: es posible saber quien es Dios. Es posible conocerLo, poseerLo y ser poseído por Él. Dios en Su verdadera naturaleza, es simple y puro como un niño y amante de jugar y amar, así como un niño ama y juega con sus juguetes. No busqueis conocer a Dios como siempre Lo habéis creido, porque así no existe. Él es luz de amor, de justicia y de armonía que compenetra el todo, porque el todo es Él mismo, que en potencia posee tales virtudes.

Si en un ser Dios es consciente, este ser puede hablar de Dios en primera persona porque es Dios que se expresa en él. En tal caso el ser es conciente en Dios y Lo posee y Dios posee al ser.

Dios es la suprema inteligencia de lo creado y también es el mismo creado en toda manifestación suya. Dios tiene el derecho, no derogable, de poseer aquello que quiere, porque Le pertenece, porque es parte de Si mismo.

Ninguna cosa creada puede decir nunca, no ser luz de Su luz, carne de Su carne; ¡Nadie podrá jamás decir esto, jamás! Sois vosotros, si queréis conocerLo como Él es, y sois siempre vosotros si queréis ignorar Su verdadera naturaleza y conocerLo como Él, realmente, no es.

Sois vosotros a hacerLo bueno. Sois vosotros a no hacerLo bueno.

Su naturaleza es la de ser bueno, amoroso, justo, caritativo y dulce como un niño. Sois vosotros quienes educáis a Dios en vosotros. Sois vosotros quienes podéis, si sólo lo queréis, poseerLo como Él es por vuestra felicidad.

Comprender a Dios... ¿Cómo puede lo relativo comprender lo absoluto?. Muchos hombres creen haberLo encontrado, haberLo realizado, pero sólo pueden encontrarLo o realizarLo racionalmente, y así “a su imagen y semejanza”. Dios es perseguible, pero es necesario "buscar" sin paradas, continuamente, dentro y fuera de nosotros, sin creerLo nunca real como nuestra realidad. Nosotros no podemos partir de la realidad que creemos tal, para ir hacia lo metafísico; para reconstruir es necesario demoler antes la "vieja casa" es decir demoler los viejos conocimientos para poder edificar los nuevos.

Dios se autodetermina - Dios se autodefine - Dios se automanifiesta.

Dios cual inteligencia del todo, manifestado e inmanifestado, se expresa a Sí mismo según Sus necesidades. Él se diferencia creando para Sí mismo aquello que determina Su continuo devenir.

Él es aquel que es, porque es omnipresente, por lo tanto en cada átomo de cada cosa, Él es la causa primera de todos los efectos, siendo Él el origen de Su mismo principio.

Todo, comprendido el hombre, está programado y todo está en función de Su eterno devenir. La omnisciencia es el completo conocimiento de toda función particular Suya, sobre todos los planos dimensionales.

POIMANDRES TE HABLA

Es el espíritu que toma cuerpo y no el cuerpo al espíritu.

Uno es el espíritu, y muchos los cuerpos.

Cuando el espíritu deja el cuerpo, del que se ha servido, se identifica en la unidad de su naturaleza, sumando las experiencias vividas a las ya preexistentes.

Todo ligamen deja de existir con los valores físico-sensoriales de todas las formas creadas, y también cambia el concepto existencial, privado, como está, de valores emocionales brotantes del ego inferior o materialista.

El espíritu tiene sus leyes, que conoce e interpreta en el momento en que pasa a su real dimensión, en donde no existe lazo paterno, materno, filial, conyugal y otros.

Existe sólo un grande, ilimitado amor donde la posesión egoística no existe y donde la libertad no puede ser influenciable, limitada , coartada.

El espíritu es patrón absoluto de toda cosa.

En el no espacio y no tiempo no existen libres elecciones, sino programas que instruyen por sí por inmutables leyes del "Dar y tener", "Ojo por ojo", "Causa efecto".

La materia y el espíritu nacen de una misma matriz y la colaboración en el dar y el tener es intensa, continua, en todo acto que se realiza durante el transcurrir del tiempo.

Ahora me conviene hablar del Espíritu, porque Dios se complace en despertar en mi alma el conocimiento de la Sapiente Obra que con magnificencia desarrolla. Y también son muchos aquellos que en el aprender de tal Obra sienten poca dulzura en sus corazones, ni comprenden que tal bienestar nos llega, justamente, con gracia amorosa, de Dios.

Yo digo a aquéllos que, todavía, no ensalzan ni adoran la Obra del Espíritu, que no tienen fe y su vida es como una peña de dura piedra. Dios es Espíritu, Sabiduría, Amor, Bondad, Caridad, Inteligencia y Fuerza, y tales dones también los tiene el alma, porque vuestra alma, y también la mía es Suya y es obra del Espíritu. ¿Qué dictamen os hace conocer, a vosotros, que Su obra sea menor que la obra de vuestras manos?. ¿Qué dictamen os hace creer que vuestro Espíritu obra menos que vuestro cuerpo?. Sois mal aconsejados, puesto que no amáis ni glorificáis esto por fe, sentís y sin embargo negáis.

Pobres vosotros, ya que no hay riqueza en vuestra vida si vuestra obra excluye la obra del Espíritu.

¿Y qué felicidad queréis sentir vosotros si vuestro amor no está ligado al amor del Espíritu?.

¿Podemos ser felices sí, en nuestra alma, no vivificamos tal felicidad?.

Necios e infelices sois vosotros y es por vuestra culpa si de tal modo pasáis las horas, los días y los años de vuestra vida. Sin embargo algo habla silenciosamente en todos vosotros y no son los oídos los que escuchan la dulzura de su voz, ¿Quién que habla, sin abrir boca, sin cuerda que vibra, sin respirar aire?.

Tal pregunta vosotros no hacéis y si la hacéis la dejáis en la sombra de la duda por falta de fe. Y yo os digo a vosotros, criaturas cogidas por la duda y sin, o con poca fe:

el Espíritu es Dios y sin fe Él no concede ni alegría ni conocimiento de las cosas que, por Obra Suya, viven sobre esta tierra y en los Cielos.

EL RENACIDO

Para un ser de Luz en misión sobre la Tierra es triste y envilecedor quedar en una esfera donde la luz vivificante y restauradora llega a faltar.

La oscuridad, las tinieblas, descomponen su naturaleza forjada por la Luz, para existir en un mundo de Luz. Donde existe la noche él se siente extranjero, privado de aquello que lo nutre y lo vuelve feliz, distendido, alegre.

Este es mi drama y cuando la Luz se va y llega la noche, me agito y soporto mal la oscuridad hasta el despuntar del alba. Al surgir el Padre Sol, la tristeza se desvanece de golpe y mi corazón se llena de alegría.

La Luz vivificante es la Linfa de mi existir en la eternidad.

Eugenio

PSIQUIS

“ Onda viviente, manifestante

del Pensamiento Creante”.

LA PSIQUIS

La ciencia terrestre, todavía no está en condición de conocer, realmente, que es aquello que comúnmente llama "psiquis", ni conoce de donde ésta viene, para que sirve y que poderes posee.

La psiquis la segrega el Sol bajo forma de energía estructurante, organizativa material.

La psiquis, como vosotros terrestres la llamáis, es la energía vital que anima e instruye los valores portantes de la vida física en todas sus manifestaciones: mineral-vegetal-animal.

El animismo de toda cosa, aún si esta está aparentemente inmóvil, brota de una voluntad organizativa bien definida por reglas fijas en la calidad, pero no en la cantidad. Tal energía (psiquis), responde a un código programático estructurante de una determinada genética. Todas las manifestaciones físicas, tanto orgánicas como inorgánicas están coordinadas por esta energía por vosotros llamada “PSIQUIS”. (HOARA)

Desde los primeros años de mi coloquio con Ellos, supe que el Sol segrega energía psíquica creativa. El Sol es el Logos de la Divina Inteligencia y el contenedor de la Idea Creativa. Puede ser parangonado a una glándula segregadora del cuerpo Macrocósmico, con cometidos bien definidos y con leyes inmutables. Uno de los cometidos primarios es el de absorber la energía primordial pura y psiquizarla.

La materia psiquizada es la resultante de la colaboración entre la energía vital y los elementos psiquizados. El hombre físico es materia psiquizada, es una resultante de la Idea Divina, pero también contenedor de la Inteligencia Divina.

Esta es la maravilla de la creación del hombre.

Dicen los extraterrestres:

"Es esta energía la que nos permite realizar cuanto, para vosotros terrestres, es milagro y prodigio. El Sol de vuestro sistema planetario, además de ser Logos de la Divina Inteligencia, es contenedor y elaborador de las ideas manifestadas y manifestantes. En el se instruyen los elementos psiquizados aptos a instrumentalizar los cuerpos y a volverlos funcionales sobre diferentes planos dimensionales energéticos físicos.

Los ánticos habitantes de la Tierra tuvieron un perfecto conocimiento del arte sabio y eterno del Sol. Tuvieron pleno conocimiento de Su naturaleza viviente y sabían, también, que en Él residían todos los cuerpo pensamientos de Dios.

Nosotros conocemos, desde tiempo remoto, las inmutables y eternas leyes que gobiernan las actividades creativas de los soles esparcidos en los universos. Nuestra devoción a estas leyes es incondicional, porque somos plenamente conocedores de que estas leyes son la pura expresión de Aquel que es la Inteligencia Prima y la Eterna Fuerza del Devenir.

La energía psiquizante que los soles segregan, todavía es desconocida para vuestra ciencia. Algunos estudiosos han individualizado los corpúsculos vehículo, pero ignoran la particular estructura y la naturaleza contenida y transportada.

Es esta energía psiquizante la que posee la particular capacidad de informar a la materia cósmica de los valores estructurales genéticos. La laboriosa actividad de esta energía solar produce los "Quanta-sens", que son los valores materiales psiquizantes sobre diferentes planos dimensionales conocidos y desconocidos por vuestra ciencia.

Estos "Quanta-sens", además de producir los valores psiquizantes sobre diferentes planos dimensionales, instruyen y determinan los "Quanta-memor" que son los cuerpos pensamiento o, mejor, las imágenes de los valores experimentados y aptos a ser reabsorbidos por el acumulador-memoria (Sol).

"Energía-Materia ( Materia-Energía"

"Psiquis no experimentada ( Psiquis experimentada"

"Valor potencial psiquizado no manifestado ( Valor psiquizado manifestado e instruido."

Todavía os decimos:

Nosotros usamos, desde tiempo remoto, la energía del Sol. Usamos, no sólo, la energía que vuestra ciencia conoce, sino tambien aquella que vosotros terrestres, todavía, desconocéis: es decir la psíquica que también es producida por los soles.

A) Energía coordinadora (Inteligencia);

B) Energía constructora (Astral-Dinámica).

Luego están las energías secundarias, no menos importantes que las primarias.

Las energías secundarias son acumuladas en las estructuras modificadoras de los elementos. Estos están estrechamente ligados a la energía primaria coordinadora.

La energía psiquizante es artífice de la animación de la materia.

Tal prodigiosa energía, emitida por el Sol, organiza las estructuras de la materia orgánica, e inorgánica, proponiendo también una ley inmutable de causa y de efecto, así como el condicionamiento de los múltiples desarrollos sobre diferentes planos dimensionales.

La energía psiquizante también es una fuerza intelectiva instintiva, capaz de asumir un órden genético.

En la materia orgánica tal inteligencia instintiva carga la energía psiquizante de un orden de defensa en relación a las características asumidas en un determinado ambiente.

El habitáculo humano es la resultante evolucionada de la energía psiquizante.

El hombre en equilibrio consigo mismo, debería comer con las manos para impregnar los alimentos con su propia energía psíquica, y absorber totalmente las animosidades energéticas.

Aquellos hombres que poseen una conciencia interior tal, de estar en sintonía con el propio astral, por lo tanto evolucionado, pueden operar con la energía que sostiene la materia, que es justamente la energía psiquica. El hombre es, potencialmente, un pequeño sol gobernado por la propia energía psíquica, que no está ligada a los sentimientos tangibles, ni siquiera al cerebro, sino a una causa creativa que depende exclusivamente del Espíritu".

¿Y cómo podemos sentirla?

"Todo estado de ánimo es dependiente de la carga de energía psiquica. Basta un instante de sonidos, o de colores, o una mirada o cualquier vibración que interfiera, para hacernos mudar radicalmente el estado de animo, la voluntad, el deseo o, aquello que es más evidente, el estado de salud o de enfermedad, los dos potenciales en el cuerpo.

La causa de la enfermedad es siempre una disfunción energética que produce descompensaciones e incompatibilidades a nivel bioquímico. He aquí por qué los curanderos, como vosotros les llamáis, introduciendo la energía psíquica, reponen en orden la causa, produciendo así la salud sobre la enfermedad".

Las Leyes Universales, inmutables y eternas, son la Pura Expresión, la Inteligencia Prima de la Eterna Fuerza del Devenir. Gobiernan la actividad creativa del Cuerpo Macrocósmico a través de los SOLES.

La Energía Psiquizante, ligada al Espíritu Creativo es Fuerza Intelectiva Instintiva capaz de asumir un orden genético del que brota el animismo de toda cosa, en relación a las características asumidas en un determinado ambiente.

Las energías secundarias, acumuladas en las estructuras modificadoras de los elementos, están estrechamente ligadas a la energía primaria coordinadora, porque hay el programa, la fuerza, los estímulos de la Ley Cósmica.

Las energías secundarias son el estímulo para las energías primarias en cuanto expresan su deseo evolutivo en todo aquello que el hombre alcanza como animosidad pura.

Es la coordinación de los elementos secundarios que instruyen los primarios, que son las Fuerzas Espirituales Divinas de los Zigos primarios.

La fecundación de las infinitas formas vitales, produce los elementos psiquizados e instruidos para instrumentalizar los cuerpos y volverlos funcionales sobre diferentes planos dimensionales energéticos y físicos, en los que Energía Psíquica y Animismo, por voluntad organizativa astral, se vuelven vitalización, es decir animosidad planetaria, definida por reglas fijas en las calidades evolutivas hacia la sublimación.

La sublimación de la materia, anima un mayor dinamismo.

Aquello que se entiende por Mutación del Planeta, comprendida la humanidad, propone un mayor impulso dinámico debido al crecimiento evolutivo de la Galaxia en que está presente este sistema solar, con nuevo dinamismo espiritual-astral-físico.

Las vibraciones, en el tejido de la Galaxia, son varias y complementarias.

En el microcosmos sucede lo mismo que en el macrocosmos , porque los elementos que instruyen el cuerpo en la funcionalidad biofísica tienen estructura complementaria con cuerpos y anticuerpos, en los dinamismos físicos y en los dinamismos astrales, aún si son planos sustancialmente diferentes por las potencias dominantes, con flujos y reflujos ordenados por la rígida ley que brota de la Inteligencia creante que reside en el átomo primario sublimado espiritual: el Hidrógeno.

EL ARTE DINAMICO CREATIVO

El Verbo es dinámica creativa que se manifiesta en lo creado en múltiples aspectos. Es como una dimensión de energía pura que programa y manipula la dimensión más densa con el fin de volverla útil a la sublimación que requiere el destino evolutivo universal.

Como anillo de enlace entre la conciencia superior y los tres reinos de la psique material está el hombre, gobernante o sometido a la prisión de la leyes de vida y muerte, luz y tinieblas, espíritu y materia, para conducir la materia al espíritu, las tinieblas a la luz. Un servicio en el todo uno, Divino.

El hombre también es sometido por toda influencia si no es regido por su coordinación espiritual-astral.

Se puede ser perturbado tambien crónica o patológicamente por situaciones de salud, estados ambientales, por sensaciones con aportaciones exteriores e interiores, colores, sonidos, luces, temperatura, presencias visibles o invisibles, pensamientos, toda vibración. Consecuentemente entra en distonía la relación sensorial-emocional, los pensamientos, la intuición, todas las escalas de los valores que regulan la vida creada.

Vienen a constituirse seres negativos que con el delito psíquico, imponen sus intenciones de dominio y condicionamiento. Esto permite, al ignorante y al prepotente, satisfacer sus intereses con menoscabo de los débiles.

VAMPIRISMO PSIQUICO

Hoara explica: “En estos últimos siglos se ha desarrollado una morbosa y muy equivocada actividad tendiente a instruir dinamismos psíquicos, capaces de devenir medios coercitivos condicionantes.

Muchos individuos, psíquicamente débiles, actúan consciente o inconscientemente, un vampirismo psíquico, estimulando en ellos la impelente necesidad de cargarse en detrimento de aquellos que, a menudo, se vuelven instrumentos de sus necesidades.

La absorción de la psíque por parte de entidades vivientes o desencarnadas, comporta un progresivo debilitamiento psicofísico y por consiguiente inevitables distonías neurológicas en aquellos sujetos, particularmente predispuestos y fácilmente coercitibles.

En este caso es necesario que la parte condicionada se disocie de la fuerza mental del condicionador, aislándose psíquicamente y creando una barrera protectora, suficientemente activa y capaz de impedir el ejercicio del vampirismo psíquico por parte de quien, consciente o insconscientemente, lo ejercita con sistemas fácilmente intuibles.

Existe, luego, el vampirismo físico que no es peor que el primero”.

Histerismo astral, o bien insuficiencia de dinamismo psíquico, debido a excesiva absorción por parte de entidades deseosas de relaciones sensoriales sobre planos tridimensionales psicofísicos.

El egoismo puede inducir a tal tipo de entidad a un orgasmo progresivo, de querer relacionar con un sujeto de su agrado, o por vínculos existidos, o porque existen valores paralelos de carácter espiritual, moral, negativo o positivo.

Es necesario evitar que tal orgasmo se vuelva habitual e incontrolado, y esto para evitar un desordenado y, a menudo, letal consumo de energía psíquica.

Una falta de sagacidad, en este sentido, puede provocar insurgencias de distonías muy serias y colapsos neuro-cerebrales con debilitamiento parcial o total del laberinto nervioso.

Esta advertencia para todos aquellos que ejercitan, insconcientemente, prácticas sintónicas extrasensoriales, mediúmnicas, espirituales e hipnóticas.

Estad, por ello, atentos y prudentes.

(HOARA)

EL TERRIBLE MAL

Hoara explica: "En los dinamismos desordenados, la actividad psíquica puede, casi siempre, determinar una estabilización.

El hombre posee la facultad de coordinar las líneas de fuerza que estructurizan la materia orgánica en sus diferentes componentes.

Los dinamismos de cohesión, gobernantes del magnetismo psíquico, son modificables. Una intervención de fuerza con valores superiores al desequilibrio 1+1+1 propone cambios capaces de descomponer la cohesión y por lo tanto la sublevación de la disgregación o actividad anómala en los tejidos biológicos.

El mal de vuestro siglo no es de naturaleza viral, si no psíquico o de magnetismo vital descompuesto por su normal desequilibrio 1+1+(1), movimiento o vibración positiva.

Cuando el desequilibrio sufre una fuerza superior a la norma, ejemplo 1+1+3, entonces adviene el desajuste derivado de los valores de cohesión, en sus componentes:

modificaciones anómalas en las estructuras celulares con la aparición inevitable del mal que más os aflíje: el tumor.

Ahora explicaré la parte más importante referente a la posibilidad estabilizadora”.

“VIBRILIFERO” (2ª PARTE)

“Vuestras células poseen un dinamismo vibratorio íntimamente ligado a la Pirámide genética (1+1+1), (1+1+1/2), (1+1+1/3), (1+1+1/4).

Cada vez que se verifica merma o exceso del potencial vibratorio, el grupo genético predispuesto a desordenarse, sufre un notable stress, llevando la norma del desequilibrio a una posición excitativa tal que suscita una corriente descompensatoria en los núcleos celulares en fase debilitante. Nace así “el anómalo dinamismo vital, llamado por nuestra ciencia "vibrilifero" que no es un virus, sino más bien una degeneración del poder "pránico" que lleva a las células a la descomposición de las estructuras y consiguientemente a la rápida emisión de vibrillifero en el fluído vital "sangre".

La estabilización del anómalo dinamismo puede llegar a través de la activación del timo, introduciendo en éste una carga psíquica tal que contenga la suficiente fuerza regeneradora y equilibrante. Si la fuerza es suficiente, el poder pránico rehabilitado anulará, rapidísimamente, la acción del vibrillifero, causa del mal surgido”.

1+1 = equilibrio

+1 = desequilibrio natural que da el dinamismo de la vida.

El 3° (+1) pertenece a genéticas diferentes con valores diferentes.

PIRAMIDE GENÉTICA

El hombre pasa de un punto sobre una recta a un punto sobre un volumen con genéticas evolutívas.

(1 + 1)

Diferenciaciones de energía psíquica= Tránsito de dimensión.

Los diferentes componentes de la materia orgánica están estructurados por lineas de fuerza, dinamismos de cohesión, gobernados por la actividad del magnetismo psíquico.

Si son descompuestos pueden ser modificados o estabilizados por la facultad psíquica del hombre.

El dinamismo vibratorio vital celular, está íntimamente ligado a la pirámide genética.

Se sabe, por la ciencia médica, que el Timo, produce linfocitos, plasma celular o células reticulares; está dotado de actividad endocrina y está en correlación hormónica con tiroide, hipófisis y glándulas suprarenales.

Thymos = alma

La atrofia del Timo aporta desarreglos psíquicos (idiotez).

“Existen dinámicas de cohesión que pueden ser modificadas por medio de energías especiales, conducidas mediante lineas de fuerza magnética o psíquica.

La materia orgánica obedece a una dinámica biológica, estrechamente ligada al átomo de hidrógeno psiquizado, mientras que la inorgánica está gobernada por flujos y reflujos de magnetismo de cohesión modificante y por la fuerza gravitacional.

Un artefacto de materia inorgánica puede ser modificado, en la forma, si el magnetismo de cohesión es, forzadamente, desordenado en sus equilibrios.

Para daros un ejemplo: un tanque, un avión, un navío, pueden perder su forma y ser reducidos a un montón de metales deformes.

Las micro-vibraciones descompensadoras, chocando contra el objeto, producen en este un progresivo descamado con la pérdida de la forma de origen y de la compactibilidad.

No es antimateria, más bien capacidad de modificar la forma”.

“Nuestros cosmoaéreos (platillos volantes como vosotros les llamáis) son medios capaces de navegar en el aire, en el agua y deslizarse a través de la materia sólida o densa, creando pasillos con el sistema de anulación de la cohesión magnética, por vosotros llamada "antimateria". Es posible, para nuestra ciencia, reordenar la fuerza de cohesión solidificante a través de la inmisión de un magnetismo reorganizativo y asociatívo que vosotros definís "psíque" o dinamismo primario gravitacional instructivo.

Vuestra ciencia estudia estos valores asociativos y disociativos con frecuentes errores, con miras negativas y destructivas.

Nuestras disociaciones son total y escrupulosamente controladas. Hemos dicho: "disociación" y no "desintegración" como ya indicábamos antes. Para nuestra ciencia es posible la reasociación de los elementos descompuestos y vueltos penetrables, maleables y estructurables en función de las necesidades y de las exigencias de nuestra tecnología, tanto física como astral.

Las estructuras genéticas sufren notables, deletéreas interferencias. La psíque es cargada contínuamente de stress y elabora negativamente, modificando el orden genético y, en consecuencia, la estabilidad de sus normales funciones evolutivas.

Los equilibrios de esta importante estructura son determinantes para la mejora de la especie. Las emotividades emanantes del stress psíquico, físico y nervioso actúan, aún cuando lentamente, sobre la red dinámica que liga los componentes, desestabilizando la memorización y provocando transmisiones anómalas y perniciosas a la entidad creada.

Es, por ello, cuerdo eliminar las irritaciones psíquicas en el acto de la concepción y en los primeros años de crecimiento de los niños.

ESTABILIDAD DEL EQUILIBRIO PSICO-FÌSICO-ASTRAL

Es indispensable evitar turbaciones psíquicas, aceleradoras de distonias neuro-vegetativas. Pensar y actuar sobriamente, con distensión reflexiva, a fin de auxiliar, al máximo, las estructuras sintónicas entre psíque, físico y astral.

Las emotividades deben ser controladas, para que las relaciones no vengan alteradas y puestas en condiciones de sufrir desequilibrios, ciertamente deletéreos para la estabilidad del complejo circuíto del edificio psíco-físico-astral.

Las excesivas acciones emocionales comportan un desgaste del laberinto nervioso y consecuentemente una progresiva decadencia de los valores portantes que regulan la actividad de todo el cuerpo.

Es indispensable controlar activamente los estados emocionales, porque fatigan seriamente dañando, a menudo irreversiblemente, órganos debilitados o predispuestos a serlo.

La humanidad es una fuente de energía psíquica de enorme potencia, capaz de coordinar negativamente o positivamente el proceso de los dinamismos naturales, o de los "Zigos" (Aire, Agua, Tierra y Fuego).

Si la fuente de la energía psíquica de la humanidad produce fuerzas distónicas, negativas desarmonizantes, es inevitable la influenciabilidad y, por tanto, la reacción de todos los otros valores dinámico- cósmicos que están, aún si no lo parece, ligados existencialmente al hombre.

Si la humanidad de este planeta no toma plena conciencia de esta verdad, mutando las actuales actitudes, los "zigos" se arrojarán contra ella.

(HOARA)

AMOR

“El Espiritu Creativo se nutre de Amor,

que es el supremo Cosmogónico Dinamismo”.

“El Amor es una actividad tal, que cuando

vibra en la verdad, se vuelve la única realidad

deseable por los hijos de Dios”.

SOY AQUEL QUE TU PIENSAS Y NO VES

“ Escucha, hijo, soy Poimandres, la Inteligencia suprema del Cosmos.

Aquel que conoce Mi Verdad es Mi Sacerdote.

Aquel que Me busca, como es justo buscarMe, Me encuentra y cuando Me ha encontrado, él y Yo nos volvemos una sola cosa. Hijo Mio, tú y Yo somos una sola cosa.

Escucha y escribe, para que quede memoria en Tierra y en Cielo: nada puede nacer de la nada, ninguna cosa puede ser si falta la causa del ser, la Mente que piensa, forma y crea.

Soy Poimandres, la Mente de todo, la Forma de todo, el Creador de todo y todo soy Yo, la unidad que crea la multiplicidad. También soy el Amor que liga la multiplicidad a la unidad. Soy la Justicia que armoniza y regula los valores complementarios que instruyen y equilibran Mis fuerzas cósmicas, Mi eterno devenir.

La Luz es el vehículo de Mi Voluntad, el medio de que Me sirvo para estar siempre presente y activo. Con ella y de ella salen los valores de Mi Ley causal y estructural de la vida y de cuanto hace parte de Mi naturaleza viviente.

Dios es el Monarca que reside y coordina la Luz del Universo, Ministro es el Hombre Dios y posee las prerrogativas de Mi naturaleza”.

“¿De qué amor quereis hablar?”, reprendía, a menudo, Eugenio cuando se utilizaba esta expresión. Y un buen dia, que había llegado el momento en que, en mi despertar, debía liberarme de las ataduras que me distraían con sentimientos humanos me dijo de sopetón:

“¡El amor no existe!”. Me miró fijo a los ojos, tendiéndome la llave para salir de una red muy enredada. Reencontré la paz de la conciencia, reaccioné, inmediatamente, en el alma iluminada por el espíritu, aún si en mi celo por inmergirme en el prójimo, me perdí demasiado y demasiadas veces.

“¡No pierdas tiempo dandote a tí mismo hacia quien no te tiende la mano, si realmente no quiere ser salvado!”. Pero empleé mucho más tiempo del necesario para realizarlo, a pesar de haber comprendido bien las revelaciones que siguen: “El amor es una metodología”. Y en este punto recuerdo la continuación de las preguntas y respuestas públicas, frecuentes: “El verdadero amor es con la "A" mayúscula”. Esto contiene, en síntesis, la complejidad de aquello que debemos entender por trinidad, o vida en si misma, o cohesión de todo átomo de toda cosa.

“¿Yo te pregunto a Ti, Génio Cósmico, qué es, en realidad, aquello que nosotros llamamos Amor?”

“ Hijo, el amor contiene el acto más importante y al mismo tiempo divino de la inmortalidad. Sin el amor todo habría cesado ya, desde hace muchísimo tiempo. En verdad, el amor es la sublimación de la voluntad creativa, el éxtasis inmaculado del devenir continuo.

El amor es la síntesis de la Trinidad, el soplo más cálido, y más fuerte, del celeste arte de Dios Creador.

¡Recuérdate, hijo:este grande, infinito, sentimiento que vosotros llamais amor, es en realidad una pizca de pura Luz, de aquella Grande e inmortal Luz que invade y vivifíca todas las cosas que van y vuelven siempre!”

¡Podrá parecer un contrasentido sentirse acariciar por la expresión del “Sentimiento infinito” y en su lugar pensar poder ser “Actores de Dios”!

¿Pero en nuestra dimensión humana, cómo se puede alcanzar la paz sin el binomio Justicia-Amor?.

“La Justicia se antepone al amor, cuando éste se vuelve débil y pierde su verdadera identidad”.

Ser pues “Actores de Dios” no tiene nada que ver con el teatro de intereses, cualesquiera, humanos, sino es laborar en sintonía con las metodologías divinas, rebosantes de aquel programa de Amor infinito dirigido a la redención de la humanidad. “¡ Yo te amo por ti misma, alma mía!”.

¡Y, así, el amor humano no existe porque no es verdad!.

He preguntado a Cristo, el Señor contestó:

"Gran cosa es el amor, un bien por encima de todo bien; el único que vuelve ligero todo aquello que es gravoso y hace que se lleve con igual ánimo todo aquello que es más desigual.

Sostiene su peso sin sentir peso, y hace dulce y apetitosa toda cosa amarga.

El amor de Jesús es noble, empuja a realizar grandes empresas e incita a desear una perfección, cada vez mayor.

El amor tiende a estar en lo alto, no quiere ser entretenido por las cosas vulgares de la tierra. El amor quiere ser libre, no vinculado a ninguna afección mundana, para que su ojo interior no tenga impedimentos, ni que las comodidades temporales lo enreden, o sucumba a causa de los sufrimientos.

Nada hay más dulce que el amor, nada más fuerte, nada más sublime, nada más extenso, nada más alegre, nada más pleno, nada más bueno en el cielo y la tierra, porque el amor ha nacido de Dios, no puede encontrar descanso en las cosas creadas, sino solamente en Dios.

El amor es diligente, sincero, piadoso, alégre, delicioso, fuerte, paciente, fiel, prudente, tolerante, viril: quien ama no se busca jamás a sí mismo.

Cuando uno se busca a sí mismo, renuncia al amor, el amor es cauto, humilde y derecho, no débil y ligero, no dirigido a las vanidades; es sobrio, casto, firme, quieto y controlado en todos sus sentidos.

El amor es sumiso y obediente a los superiores deseos, es vil y despreciable a los propios ojos, devoto a Dios y agradecido; está siempre pleno de esperanza y de fe en Dios, aún cuando no Lo siente, porque sin dolor no se vive en el amor.

Existe un alimento inmaterial, invisible, e impalpable que es alimento de tu espíritu.

Este gran bien es el Amor y su morada es la Luz.

La luz está dentro de ti si la descubres y la liberas de los tormentos materiales, si quitas los densos velos que la ocultan y la vuelven incapaz de irradiar, en tu corazón, el esplendor del Amor que posee.

En esta yace, suavísimamente, la sublime caricia del Creador, en ella está la totalidad de Su Divina Magnificencia.

Si esta Luz la haces brillar en tí, entonces ten la certeza de poseer a Dios y de gozar de Sus excelsas y celestes virtudes. La alegría de amar será la corona de tu vida eterna”.

Excitando el amor, se fuerza a la psique a la completa rehabilitación vibratoria o restablecimiento de la dinámica biofísica del cuerpo.

Así se expresa Wodok:

“Recordad bien, el amor no debe ser poseído. Es el amor que debe poseer.

Cuando ejercéis coerción sobre el amor, lo matáis.

El valor del amor es grande si es nutrido por el Espíritu, alimentado por Su delicada y sensible pasión. Sin estas indispensables predisposiciones, sólo se obtiene el amor efímero y transitorio de la materia y de sus orgasmos: la luz que corrobora la real felicidad está ausente y la desilusión desconsoladora.

Es, pues, necesario que el amante del amor sea el Espíritu, porque es verdad que en Su universal libertad se ofrece, no para ser poseído, sino para poseer y realizarse a través de la ley que en Su eterna inmutabilidad Lo vuelve libre y Lo transfigura en mil maneras y en mil modos.

La patria del verdadero amor es el cosmos. El verdadero amor no obedece a vuestras leyes, sino a las leyes del gran y eterno amor creativo.

Debéis aprender a amar dando al amor el único medio para que éste pueda sobrevivir: ¡La libertad! En Su Ley”.

ESCUCHAD, HIJOS DE MI CREACIÓN.

“ Escuchad e imprimid en vuestros corazones la “Palabra” de Aquel que es Padre Misericordioso y Amoroso, pero que es, sobre todo, Justo e Inflexible.

Mis Hijos, a vosotros más cercanos, han visitado vuestras moradas y han llamado a la puerta de vuestros corazones para haceros penetrar Mi Divina Luz y para haceros sentir, aunque por un sólo momento, quienes verdaderamente sois, y a que meta estáis destinados.

Muchos han percibido, en el silencio de sus memorias, la solemnidad de aquel momento y han agrandado las cuerdas de la propia conciencia hasta volverla unísona al concierto universal que se viste de Verdad, Armonía, Equilibrio y Belleza.

Muchísimos otros aturdidos y oprimidos por su egoística sed de cosas efímeras y falaces, han querido cerrar la puerta, del propio entendimiento, al Pan de los Cielos y han acrecentado la solitud y la dureza en sus corazones.

Hace un tiempo os dije que retornaría en las tinieblas de los últimos días para llevaros Mi Divina Luz de Salvación y de Justicia para que se cumplieran todos los designios que Mi Creativa Mente propuso para sostén y tutela del Mío y vuestro devenir eterno.

Ahora, el tiempo que Yo sólo conocía llama impetuosamente, en la realidad de cada día vuestro y Mi Santísimo Juicio revuelve y purifica toda cosa que muriendo en el ocaso de un momento renace en la aurora de Mi Eternidad.

Yo que soy el Primero y el Último, la fuerza regeneradora y edificadora de todo cuanto en Mí vive y se perpetúa, esto he decretado para que vosotros, hijos Míos, podáis ser salvados en el espíritu y a Mí semejantes por grandeza, amor y bien”.

El indisoluble trípode sobre el que se apoya, solemnemente, la felicidad existencial es:

“JUSTICIA, PAZ, AMOR”.

Si una de estas divinas virtudes falta, las otras dos potencias sufren, inevitablemente, efectos contrarios desarrollando valores opuestos.

La justicia quiere ser el pilar central y la paz y el amor quieren ser el complemento del árbol de la vida.

Sobre este trípode se desarrollan las supercivilizaciones y con estas virtudes se instruyen y se construyen los valores morales, sociales y científicos sobre nuestros planetas.

Es necesario cuidar atentamente y con diligencia la continua estabilidad de estas tres potencias, si se quiere alcanzar la ambicionada meta de la felicidad colectiva, la verdadera fraternidad universal, la real libertad.

Sobre vuestro planeta, estas tres potencias continúan siendo condicionadas por efectos extremadamente contrarios, opuestos a la verdadera, real ley que bien conocéis, pero que no practicáis.

Mientras falte la armónica función del trípode divino no tendréis ni justicia, ni paz, ni amor.

Examinemos los paralelismos recíprocos de las fases Descendente-Ascendente en la relación Justicia-Amor

Amor primario en las Vibraciones elementales

EL PADRE OS DICE ESTO:

“En Mi estuvo toda la beatitud de Mis criaturas, en Mi aún está toda la beatitud de toda criatura del mundo terreno y de los universos estelares.

¿Cómo acontece pues que todavía tantos y tantos hijos Míos no reencuentran el punto focal de su Todo?.

Acontece porque así ha acaecido al principio del alejamiento de Mi, cuando ellos desviaron su mirada y su voluntad de Mi Luz directa, y perdieron inmediatamente el punto central de la eterna visión de toda cosa.

Inmediatamente buscaron otras visiones, otras actividades diferentes de aquella, única, que Yo y el Padre pedimos y que se llama Amor.

Este extravío del centro, continúa aún para muchos elegidos, y Me es fatigoso volver a llamar y hacer comprender que soy Yo, Yo sólo, el punto que da Luz al Todo.

No os obstinéis, hermanos míos, en ser sordos y ciegos.

Reconoceros todos en este infinito y Santísimo Amor y en verdad os digo: seréis libres para siempre del dolor de la muerte”.

DUALIDAD, TRINIDAD, UNIDAD

MASCULINA Y FEMENINA

“ El principio es trino, invisible y eterno.

Él es Padre, Madre e Hijo.

El principio es pensamiento

y crea todas las cosas por poder infinito.

El Soplo es generador de movimiento,

el movimiento es forma,

la forma es vida”.

Una noche que quedé solo, en Valverde, mientras Eugenio y otros habían salido, tuve un desdoblamiento en el que veía, a poca distancia, a una mujer que me sonreía, melancólica y yo les dije a algunos amigos que estaban conmigo: “¡Mirad, ahora entro en ella!”. Y así hice, y nos volvimos uno. Y no estaba, de hecho, asombrado, más bien me sentía pleno en la máxima paz.

Muchas veces Eugenio me empujaba a meditar sobre conceptos de la dualidad que lleva a la complementariedad, a la Unidad. Dos aspectos efímeros de una única substancia, tanto por los dinamismos energéticos en los dos sentidos, como por la realidad dimensional humana, terrestre, de macho y hembra.

¿Pero la conjunción tiende sólo a alcanzar el equilibrio, según nuestra lógica, o algo mucho más profundo e infinito?

“Hijo, quien habla soy Yo, el Genio Cósmico, Aquel que tú sientes y no ves.

Escucha, hijo mío, escucha porque es verdad que el Espíritu del Creador está en ti para sembrar Sabiduría, Justicia, Verdad y Amor. Bendito sea siempre el día de tu renacimiento porque es verdad que tú eres el Renacido, el Uno y el Otro en una misma cosa y tu santa obra es bendecida por el Padre Creador.

Ahora escucha, hijo, y escribe tales enseñanzas para que tú puedas comprender mejor y mejor competir en la obra emprendida.

¿En verdad, qué sabe el hombre de la mujer, la mujer del hombre, el hijo del padre y de la madre y el padre y la madre del hijo?.

El hombre y la mujer se buscan, ambos, y ambos se desconocen.

Él busca y la ama, ella busca y lo ama y nunca se preguntan por qué están forzados a hacer esto y el por qué, como ellos, toda cosa creada actúa semejantemente.

En verdad, él la busca porque ella hace parte de él y viceversa.

Ellos están en dos, pero en realidad, son dos en uno y con el hijo, tres en uno.

Si para renovar la Unidad en la eternidad es necesario que el hombre y la mujer se vuelvan una sola persona, también es verdad que en la Unidad de esta dualidad existe el triunfo creativo de la Trinidad de Dios, manifestado. Así, todas las cosas creadas son semejantes al Padre Creador.

En verdad, la Trigeminidad está en todas las cosas, porque todas las cosas gozan del devenir continuo y eterno. Sobre este planeta, vuestro, la trinidad se expresa en dualidad y en potencia en el hijo, que es el devenir continuo de la Unidad Trigemina, es decir de Dios Manifestado.

Es verdad que en tal dimensión la Unidad Trigemina se manifiesta dividida en sus dos aspectos principales, pero también es verdad que la Trinidad es, indisolublemente, una realidad que encuentra glorificación y divino cumplimiento con el éxtasis del amor creativo.

En verdad, el Ser originario es eterno y se expresa en la dualidad de su naturaleza en la manifestación de una cantidad sin fin.

La Trigenimidad de Dios manifestado es una multitud, una gran multitud, una numerosísima familia, un numerosísimo pueblo. El principio de su Unidad es Dios Trino, la semilla de numerosísimas espigas.

Ahora es cierto que vosotros terrestres, en verdad, sois hijos de Aquel que todavía os es Padre y que fue el principio de todos vosotros. Vosotros, en realidad sois la suma de Su devenir, la totalidad de Su Unidad manifestada sobre planos y dimensiones diversas. Tu, hijo, eres parte de Mi, más bien, eres Mí mismo y tus hijos son parte de ti, de tu dualidad y de la Mía originaria Trigeminidad. Vosotros sois Mi mismo, ligados a Mi Unidad. Dios es Unidad y multitud al mismo tiempo.

Junto al principio de la Trinidad, hay otro: “La Ley de la Dualidad”. Esta mira no el reordenarse de la Unidad en superiores sistemas colectivos, sino su íntima composición. Más allá de la Unidad está el “3”, en su interior está el “2”.

Esto en el sentido de que la individualización no es nunca una Unidad, sino siempre un dualismo que, en su aspecto estático, divide a la Unidad en dos partes, del ser y no ser, en dos mitades inversas y complementarias, contrarias y también recíprocas, antagonistas y también necesarias; en su aspecto dinámico es un contraste entre dos lados opuestos que se mueven y se balancean en un equilibrio inestable, que continuamente se desplaza y se renueva, es un ciclo hecho de dos semi-ciclos que se persiguen y se completan, es un íntimo pulsar según el cual avanza la evolución.

Este dualismo es el binario que guía y frena el movimiento sobre el que progresa la gran marcha de la transformación evolutiva. Doble es la respiración de todo fenómeno: fase de aspiración y de expiración; doble su pulsación: centrífuga y centrípeta; doble su movimiento en el avanzar y el retroceder.

La evolución está hecha de esta íntima oscilación y por el empuje de esta oscilación progresa. El devenir es dado por este íntimo contraste, el movimiento ascensional es la resultante de este juego de empujón y contraempujón entre las dos barreras inviolables, por lo cual el movimiento vuelve siempre sobre sí mismo; el fenómeno avanza mediante el apuntalamiento alternativo de estas dos fuerzas-mitad por las que está determinado.

El movimiento genético de la evolución es dado por esta íntima vibración que muta al ser de forma en forma.

Toda unidad es duplicada y se mueve entre dos extremos que son sus dos polos. El signo (+) y (-) está por doquier, y el binomio reconstruye la unidad que así aparece siempre como una pareja: día y noche, izquierdo-derecho, blanco-negro, alto-bajo, trabajo-reposo, delante-detrás, derecho-torcido, externo-interno, activo-pasivo, bello-feo, bueno-malo, grande-pequeño, norte-sur, macho-hembra, acción-reacción, atracción-rechazo, condensación-evaporación, creación-destrucción, causa-efecto, libertad-exclavitud, riqueza-pobreza, salud-enfermedad, amor-odio, paz-guerra, ciencia-ignorancia, alegría-pena, paraíso-infierno, bien-mal, luz-tinieblas, verdad-falsedad, espíritu-materia, vida-muerte, absoluto-relativo, principio-fin.

Todo adjetivo, toda cosa tiene su contrario; todo modo de ser oscila entre dos cualidades opuestas. Toda unidad es una balanza entre estos dos extremos y se equilibra en este su íntimo principio de contradicción. Los extremos se tocan y se reúnen.

LA DUALIDAD EN EL SER CóSMICO

Ser “hijos conscientes en Dios” significa haberLo reconocido como Él, verdaderamente es y no como os ha sido impuesto de creerLo.

Está el ser cósmico existente pero no creado.

Está el ser cósmico creado, pero no manifestado.

Está, finalmente, el ser cósmico manifestado.

Vosotros, nosotros y todos los otros seres, operantes sobre planos dimensionales diversos, estamos por éste contenidos y a éste semejantes en el proceso manifestativo existencial y estructural, aún siendo extremadamente pequeños.

El principio es siempre el caos o mejor, la aparente caoticidad de los elementos dinámicos mutantes en elementos físicos. Esta verdad debería daros la exacta medida de los microscópicos procesos de flujos y reflujos en el programa de la economía creativa del cosmos.

También es verdad que su funcionalidad, considerada por vosotros negativa, en realidad no lo es, y esto porque todavía desconocéis las exigencias existenciales de su naturaleza macrocósmica.

(ADONIESIS)

“Escucha, hijo, escucha y escribe lo que, todavía, quiero decirte:

Aquel que vivifica los seres y las cosas manifestadas es el Espíritu Creativo, el Todo que comprende todos y todas las cosas creadas e increadas.

Dios es Su Conciencia, la vivaz célula de Su Inteligencia, la Luz de Su Luz, la Voluntad de Su Voluntad.

En el Cosmos, como tu bien sabes, son innumerables los Universos que contienen, a su vez, innumerables sistemas solares.

Conoces exactamente toda cosa sobre la evolución de la conciencia y no ignoras la ascendencia y la descendencia de ésta con relación a la dimensionalidad en la que se manifiesta.

Ahora, bien, yo te digo:

Hay constelaciones que cumplen el propio ciclo evolutivo en una dimensión completamente opuesta a la que gobierna vuestro sistema solar.

La palabra “opuesta” quiere decir “complementaria” para la Economía Cósmica, en la cual los diferentes movimientos evolutivos expresan Su Real Naturaleza.

Son niveles diferentes con cometidos diferentes.

Es lógico pensar cuan diferente es la materia sólida de la líquida y cuan diferente es la materia gaseosa de la líquida y de la sólida.

En verdad, esta variación comporta una actividad dimensional diferente la una de la otra.

Ahora, en algunos mundos, la conciencia del ser manifestado está íntimamente ligada al ciclo de la naturaleza dimensional de los elementos que componen la calidad exterior de su personalidad y, así, la actividad funcional de los órganos y de la vida.

Sobre vuestro plano existe una fuerza dualística que os consiente conseguir la unidad a través de la unificación de la dualidad y, así, el devenir continuo de la unidad misma.

Así no es en otros mundos donde el plano dimensional consiente a la vida de los seres conseguir la dualidad en la unidad misma y manifestar a la unidad el devenir continuo de sí mismos.

En verdad, la vida eterna existe y existe sólo en la dimensión en la que en la unidad se funde la dualidad.

El eterno femenino es parte integrante del eterno masculino, formando la unidad perfecta del ser trigémino.

La regeneración de su personalidad nace de la devoción en el amor creativo, creando, en la misma unidad de las dos naturalezas la tercera personalidad: el hijo, él y todos los otros destinados a devenir la imagen eterna de la vida eterna.

Los primerísimos habitantes de vuestro planeta, en principio, eran poseedores de estas cualidades y pertenecieron por tanto tiempo a la Jerarquía de los Seres eternos del Dios manifestado.

Todavía, en vuestros tiempos se simbolizan Adán y Eva pero, en verdad, no fueron los solos ni los únicos a tomar posesión del Edén de este planeta. En verdad hay pueblos que son la suma de otras unidades, es decir, de otros Adán y Eva.

En verdad, el pecado original ha existido realmente (habíamos hablado de la genética de Caín). Por tal pecado la naturaleza del ser trigémino se vuelve dualista, perdiendo así la inmortalidad y la bienaventuranza del Edén terrestre.

Él no pudo más edificarse a sí mismo, en sí mismo, sino que se desdobló a través del instinto del innato amor creativo y con la activa e indispensable colaboración de Aquel que, en realidad, fue y todavía es parte integrante e indisoluble de su originaria y eterna personalidad trigémina.

Fue así como, sobre la Tierra, nacieron las primeras cepas de la unidad desdoblada y multiplicada.

Sobre este vuestro mundo, existía y todavía existe la dualidad y, ellos al principio y vosotros hoy, lucháis desesperadamente para anular los efectos.

En verdad, la subida de la materia ya ha terminado desde hace tiempo y desde hace tiempo ha comenzado la del espíritu.

Los efectos de la causa, que originó una tan dura experiencia se apaciguan.

Ahora, la subida del principio ha tenido su verdadero inicio.

El hombre desea desvincularse de la rigidez que lo inmoviliza, todavía, en los efectos de un dualismo inconsciente, ignorado, que aún lo proscribe de conocerse, realmente, a sí mismo.

La consciencia ha crecido y la dimensionalidad, en la que ésta está obligada a manifestar la inteligencia, en radical mutamento, las reminiscencias, aún cuando, gravemente deformes en la actividad edificadora, son más claras y más rápidas.

El tiempo es mejor para el espíritu y peor para la materia.

La lucha no ha tenido fin”.

ENSEÑANZAS

Los efectos sobre el plano dimensional de la dualidad son numerosísimos.

El mal propone la concepción del bien, el sólido propone la concepción del líquido, la noche propone la concepción del día, etc..También es verdad que la materia propone la concepción del espíritu. ¿Pero, en verdad, el espíritu qué es?.

Sobre la tierra conocéis la materia porque sobre vuestro plano dimensional os aparece tal como vosotros la nombráis pero, en verdad, ¿Qué es la materia?

Y, he aquí, hijo, el drama de la existencia y de los Cielos que impulsan la una y la otra naturaleza a competir en el devenir continuo del cuerpo cósmico.

Si te dejase imaginar, aún mínimamente, el complejo edificio que caracteriza Su devenir, las miríadas de estrellas que se podrían contar en el cielo se volverían una nulidad.

Poimandres: yo no puedo odiar aquello que no conozco.

“Es verdad, hijo, por eso te digo: nadie podrá conocer la alegría sin haber conocido el dolor.

El dolor es un medio y no un fin.

Así es el mal, así son las tinieblas, así es Satanás, así es la muerte, así es el odio. El hombre será verdaderamente libre sólo cuando, a través de los medios de que dispongo, haya conocido aquello que debe odiar y aquello que debe amar.

Él no podrá ser justificado si ha tenido la gracia de conocer aquello que antes ignoraba. Quien ha conocido el odio no puede no amar”.

Poimandres, me equivoco si digo: el dolor es un amigo mío, porque es él el que me empuja a conocer el bien.

Las tinieblas son mis amigas, porque son ellas que me empujan a amar a Dios.

La muerte es una amiga mía, porque es ella que me empuja a desear y amar la vida.

El odio es mi amigo, porque es él el que me empuja a conocer el amor.

¿Es así, Poimandres?.

“Cierto, hijo, es así. Pero recuerda bien: el medio no debe ser el fin, si no se pierde la gracia y se cae en desgracia.

El medio, hijo querido, es Amor, Amor de Dios, es Ley de Evolución”.

El inexorable proceso evolutivo de toda cosa manifestada no tiene otro camino, no tiene otra elección. Si matas, serás matado.

El conocimiento se adquiere con la experiencia.

Repetir la experiencia, después de haber seriamente cribado, asimilado los valores dualísticos, es imposible. El conocimiento es verdad.

POIMANDRES TE ESCUCHA, HIJO, E ILUSTRA TU PREGUNTA PARA QUE LOS HOMBRES SEPAN.

“El bien y el mal conviven con el hombre a causa de su originaria desobediencia a las Leyes del Creador. Es libertad del hombre hacer fermentar, en el propio espíritu, el valor positivo o el negativo, Dios o Satanás, el bien o el mal.

El hombre posee en sí la luz y las tinieblas, la oración y la blasfemia, el amor y el odio. El hombre es Dios cuando ama, es Satanás cuando odia y dispensa dolores y todo cuanto hiere y oscurece la luz interior.

El bien no puede no ser Dios y el mal no puede no ser Satanás, cuando éste se vuelve fin a sí mismo. El hombre es potencialmente, desde su nacimiento, en agua y espíritu, mitad ángel y mitad demonio.

Si él, creciendo y aprendiendo, hace suya la ley evolutiva del Creador, consiguiendo ser a Su imagen y semejanza, no puede no devenir hijo de Dios y gozar de Su Excelsa visión; en caso contrario no puede no devenir hijo de las tinieblas, servidor del mal y privado del conocimiento de la Luz Creante.

Ignorando la Verdad no conseguirá ser libre, ni podrá evitar el crecimiento de Satanás en él. Si el hombre alimenta el mal y lo nutre de cuanto necesita para alimentarse y crecer produciendo odio, dolor, sufrimiento y sed de sangre, nunca podrá esperar, que en él, muera la fuerza dominante demoníaca.

El Anticristo está en el hombre y lo está hasta que éste esté contra la inmutable ley de justicia, paz, amor y fraternidad, sancionada en el pacto entre el hombre y Dios.

El hombre que no fortifica el propio espíritu y el propio corazón con cordura y sabiduría, obedeciendo a las Leyes Universales, no podrá aspirar a ser hijo de Dios.

Como tu bien sabes, el mal es el complemento del bien, las tinieblas el complemento de la luz, el odio el complemento del amor. A través de esta dualidad es posible sacar conocimiento, consciencia, evolución, y esto cuando el mal no se vuelve fin en sí mismo.

Sería imposible poseer el conocimiento del bien sin haber conocido antes la parte complementaria, o viceversa. El negativo y el positivo no son fuerzas opuestas, más bien complementarias. Se vuelven opuestas si se traspasa el desequilibrio superior a uno.

Las experiencias se edifican con tal desequilibrio y no existe otro sendero para conocer la verdad perdida con la caída, temporal, de la deidad.

Cuando el desequilibrio, superior a uno, excede, entonces es inevitable la rotura de la complementariedad y, consiguientemente, la imposibilidad de la convivencia de los dos polos opuestos, por exceso o por defecto. En la dimensión positivo-negativo, en realidad, el mal no existe, así como tampoco existe el bien.

Es el conocimiento de la verdad lo que cuenta y, sólo a través de los valores binarios, es posible conocerla y ser libres”.

LA LUZ, EL VERBO, LA VIDA

“La Vida es el principio de una voluntad que fue.

La Muerte es el principio de un camino diferente

de una cosa que será”.

“¿Vosotros creéis que aquí dentro esté la luz?”

Interrogó Eugenio al grupo de invitados, una tarde, en el saloncito de Valverde.

Alguno miraba hacia la bombilla encendida ¿Pero quién comprendió?.

Eugenio alejó el embarazo hablando de otra cosa. Aún si bromeaba, continuaba resonando en mí aquella pregunta e intentaba contestar a sus ojos que seguían mirándome a hurtadillas, de vez en cuando.

Y me recordé de algún escrito suyo:

“La luz es la fuerza de arrastre de las imágenes pensamiento. La Onda Cósmica es 100 veces más veloz”.

¿Pero entonces que relación hay entre la Luz Creativa y la luz de energía terrestre?.

“En verdad yo digo a quien me escucha:

Esa Luz nace del fuego. ¿Pero antes de que el fuego se vuelva tal, tus ojos la han, nunca, visto?

Cuando la luz nace del fuego, esta ilumina las cosas materiales, esta ha iluminado, pero tus ojos no la han visto, ni tus manos la han tocado”.

¿Es, pues, la Luz Astral de la que brota lo manifestado?.

“La Luz Creativa, el Principio que está en todas las cosas, es la esencia pura de Dios.

Ésta reside con el fuego y dentro de éste se aloja, siendo ella misma sutil fuego, la vivificación de los cuerpos visibles e invisibles, el alma del Universo, cuerpo viviente y eterno, manifestado y no manifestado”.

Hablemos, un poco sobre la causa de la Luz:

Vosotros, terrestres, conocéis en parte el efecto, mientras desconocéis completamente la causa.

Sabed que la causa es cósmicamente inteligente y actúa relacionando a tal inteligencia con aquella esencia, que es exactamente justo e indispensable para poner en movimiento una determinada fuerza, con relación al objeto hacia el que la fuerza está dirigida. Si para vuestro planeta la fuerza en movimiento es X, para el planeta Júpiter es Y.

En sustancia, la causa expone, a priori, los principios coordinadores que deben caracterizar los efectos que, a su vez, se desarrollan en los objetos hacia los que la fuerza está dirigida.

La Luz, a su vez, es obligada por la capa magnética que rodea vuestro planeta, a estabilizar una serie de efectos secundarios, pero no menos importantes.

De hecho los rayos cósmicos, como vosotros los llamáis, luz y energía magnética, provienen de una única causa, aún si los efectos pueden hacer pensar a causas diferentes.

Los cometidos de estos tres factores son determinantes en el campo físico, biológico, psíquico, etc.

La inteligencia de la causa prima actúa en todas aquellas estructuras que se han formado, poco a poco, a través de todos aquellos efectos secundarios que, en parte, conocéis y, en parte, ignoráis. Ignoráis la densidad rítmica de la Luz, que varía de objeto a objeto y que coordina la ley de la visibilidad, así como la de la dimensión entre el cuerpo y el no cuerpo. Todavía ignoráis el poder conductivo de la Luz, el cual tiene una parte importante en la formación de algunas características en las células de la materia orgánica e inorgánica.

Finalmente, por cuanto se refiere a la Luz, ignoráis una de las más importantes capacidades que ésta posee: se trata de la aportación que ésta da con relación a su reflejo de un cuerpo, o más cuerpos, de naturaleza energética, tanto positiva como negativa.

La Luz, finalmente, es un invisible carril por el que se deslizan en continuo cambio las cualidades fundamentales, nacidas de su principal efecto y que realizan operaciones de naturaleza constructiva.

Los rayos cósmicos, como vosotros les llamáis, son los efectos principales de la Gran Causa y su aportación, en la obra creativa, es de la máxima importancia.

Para vosotros, terrestres, es difícil la individualización de la verdadera, genuina, naturaleza de estos minúsculos, pero tan potentes, corpúsculos.

Para nosotros, que a menudo nos encontramos en el espacio sideral, en donde estos cuerpos viajan a increíble velocidad, individualizarlos y examinarlos, con instrumentos adecuados, en su estructura original, es cosa facilísima.

Vosotros, terrestres, conocéis al Sol como una enorme bola de fuego o, mejor de materia incandescente.

Nosotros os decíamos que el Sol es, aún si no lo parece, una masa oscura y fría de naturaleza puramente energética.

Con esta definición queremos referirnos a aquella energía cósmica que vosotros, terrestres, todavía no conocéis y que nunca conoceréis si no cambiáis radicalmente vuestros actuales, errados, conocimientos.

La Gran Causa que reside, justamente, en el Sol es una enorme Fragua de insuperable inteligencia que distribuye, con una ley infalible, a través de una serie de causas y efectos primarios y secundarios, como ya os hemos mencionado con relación a la Luz. Nosotros os mencionamos las más importantes y que se refieren a vuestro mundo.

El Sol puede ser, sin haber exagerado nada, el Macro-Cosmos de vuestro cerebro, mientras los efectos que este produce, estabilizándose en otros innumerables sub-efectos, se pueden alinear con los diferentes plexos que gobiernan vuestro cuerpo.

En verdad os decimos que los ánticos antepasados de vuestros padres, conocían perfectamente la obra de la Gran Causa y, podemos bien deciros, que no se limitaban solamente a adorarlo como es realmente, una Divinidad Cósmica, sino que sabían aprisionar la exuberante potencia a través de innumerables operaciones de reflexión en cooperación con la luz y con piedras o metales idóneos para tales operaciones.

En estos tiempos, vuestros, esto acontece sin la participación de vuestro conocimiento pero con idéntica condición y en diferentes circunstancias.

No os asombréis, pues, si todavía os decimos que vuestras funciones están íntimamente ligadas por estructura y por capacidad organizativa a la Gran Causa.

Vosotros, nosotros y todos los seres vivientes, comprendidas las cosas que no parecen tales, son un efecto que suma las vibraciones de otros innumerables efectos dependientes, todos, de aquella Inteligencia Cósmica organizativa que, reside en el Sol y que se podría llamar el modelo cósmico de nuestro sistema planetario.

Es, pues, lógico que todos los elementos primordiales que existen sobre vuestra tierra y sobre la tierra de los otros planetas, estén sujetos a sufrir aquel (quid) de potencia que es, justamente, la carga vital y cohesiva que tiene en constante equilibrio todas las estructuras atómicas y celulares de todos los cuerpos.

Es evidente el hecho por el cual la energía magnética es un sustancial aportador de equilibrio estructural en las células humanas y en todos los átomos que componen la materia.

Las vibraciones de un determinado mineral pueden ser nocivas para uno y benéficas para otro, pero esto no excluye que las diversas cualidades vibratorias de diferentes metales son proyectadas, en dirección fija, en todos los plexos de vuestro sistema orgánico, con el único fin de alimentar las estructuras celulares de determinadas cualidades vibratorias que son justamente los valores positivos del dinamismo vital.

Podremos tratar muchas cosas más complejas y tan útiles de conocer, pero, por el momento, nos limitamos a deciros, todavía, cuanto sigue.

Imagináros una gran habitación, y después de ésta, todavía otra, la primera con paredes enlucidas con mercurio, la otra con paredes enlucidas con hierro; éstas, finalmente, impactadas por la luz en tal modo que al ser reflejada, tal luz, se concentre en un cuerpo enfermo de anemia incurable.

¿Os preguntáis el resultado?

Experimentarlo y recibiréis el resultado.

Vuestro gran Hermes Trimegisto dejó inmensas obras maestras sobre la materia, destruidas en un cataclismo, pero todavía han quedado elementos de enorme importancia, a través de los cuales podríais levantar de nuevo las bases de su particular, pero eficaz conocimiento en el campo terapéutico.

Os equivocáis si pensáis que los ánticos no comprendían cuanto, hoy, sabéis vosotros.

Si habéis progresado en un campo, también debéis admitir que el retroceso ha sido mayor en otros campos.

En estos últimos tiempos habéis, en realidad, tocado algunas nuevas cuerdas de la ciencia pura, pero os faltan aquellas bases necesarias para poder, con prontitud, disfrutar de los beneficios.

SIN MI LUZ VUESTRA VIDA SE APAGARÍA

“Mi luz es el aliento de vuestra vida.

Mi amor es el latido de vuestros corazones.

Yo soy el Artífice de Mi mismo y vosotros sois parte de Mi, estando Yo en vosotros. Todo brota de Mi divina idea y todo es porque quiero ser, porque ninguna cosa podría ser si no manifiesto Mi idea.

Mi luz es manifestación de Mi idea y vosotros sois hijos de la luz. Vosotros sois porque Yo soy.

Si amáis, Me amáis en vosotros, si odiáis Me odiáis en vosotros.

En vuestra libertad podéis, si queréis, hacerMe bello o feo, bueno o malo, consolador o castigador, edificador o destructor, muerte o vida, amor y odio.

Si queréis todo aquello que edifica el bien, Mis ideas serán positivas, pero si hacéis cuanto edifica el mal, Mis ideas serán negativas.

Si de vuestras obras brota el odio, no puedo daros amor, pero si de vuestras actuaciones brota amor, podré amaros y daros el fruto de Mis ideas, que nacen del amor.

Está en vosotros atraerMe como queréis.

Está en vosotros autorrealizarMe positivamente, para seguir vivientes y conscientes de Mi luz.

Ser libres, pero libres de verdad, quiere decir conocer Mi real naturaleza en vosotros, vivir conscientemente por aquello que, en realidad, soy en vosotros y no por aquello que creéis que Yo sea en vosotros. Recordad: vosotros sois a Mi imagen y semejanza. ¿Aún no habéis comprendido?.

¿Si no seréis como Yo deseo ser en vosotros, cómo, decidMe, cómo podré nunca ser plenamente mi mismo en vosotros?.

Me obligáis a reprenderos y soy Yo quien sufre. ¡Recordadlo!.

La libertad que poseéis no debe haceros olvidar que cotidianamente Yo os ofrezco Mi cuerpo y Mi sangre y que haciendo así, nutro a Mí mismo, en vosotros, para el devenir de Mi eternidad y de Mis ideas creativas.

Vosotros sois una idea Mía, manifestada en la luz, una parte de Mi, proyectada en Mi mismo, en la naturaleza poliédrica de Mi personalidad cosmográfica.

¿Conseguís comprender?”.

A lo largo del ocaso...

Cuando, en el norte, las veladas veraniegas no tienen fin y te encuentras a las orillas de un lago, de forma que los reflejos de un cielo de luz misteriosa se reflejan, profundos, en tu alma y que el perfume de los bosques te lleva a recuerdos de vidas pasadas, tus ojos se elevan hasta los últimos bordes de cirros, todavía rosados, y un vuelco en el corazón te susurra la poesía de la vida de siempre. Una paz inmensa, vuelta éxtasis místico, tanto que el alma misma habla con la Madre, y en estos sentimientos te puedes dilatar hasta la locura.

Interviene, sin embargo, la consciencia de un más volumétrico estado de ser y esta sutil película de superficie terrestre rozada por los últimos reflejos solares te hace enlazar el ocaso al alba y tu pensamiento de lineal se vuelve esférico; tu presente ya no es relativo, sino espacial. Sí, Madre soberbia, sí, tu siempre estás en mí y yo en tí en el latido de triste reclamo. Pero, también, el adamítico hombre que un día se sumergió en la naturaleza húmeda, hoy resurge para loarTe a tí, más bella que nunca, vivo y triunfante en el Espíritu del que nace y ahora retorna.

“Cuando estoy invadido por la divina sabiduría me siento el Uno y el Otro de una misma cosa.

Cuando en tal estado está mi vida, me parece pasar el umbral del más allá y del más acá del tiempo y del espacio, de la vida y de la muerte.

Cuando la divina luz estrecha mi cuerpo en la inmovilidad de un sueño consciente, noto que el Uno queda como extasiado percibiendo al Otro alzándose hasta alcanzar el Reino de la Luz Creativa.

En tal estado me parece haber vivido en la inmortalidad”.

Mientras pensaba en estas cosas y mis ojos habrían podido cerrarse porque otra Luz me había dado un nuevo ambiente, Eugenio me llamó para ir a buscar un recogedor para enseñárselo a los invitados, aún si las palabras y los dinamismos se extendían en el que hacer momentáneo, seguía pegado a aquel nuevo estado transcendental de iluminación. Y esto se verificaba, más veces, durante mis jornadas de trabajo.

Una tarde, semidormido sobre el diván, fui arrebatado por los planos astrales en gran serenidad y vi mi cuerpo con vaporosa y transparente luz azul cielo, con rayos solares que partían del plexo solar, bajo el corazón y del núcleo espiritual en el centro de la frente.

Siempre he deseado volver a verlo, pero para devenir consciente y operar en astral, aún no estaba preparado.

“La Luz purísima de Poimandres ilumina tu espíritu.

Soy el Espíritu Santo, la Potencia de lo increado y lo creado, el Artífice de lo inimaginable.

No temas y confía en los Seres nacidos de Mi Luz y en Ella existentes, porque son mente, brazos, boca, fuerza y potencia de Mi naturaleza invisible. Esté serena tu alma, porque Yo quiero que así sea.

Vosotros no conocéis la autoridad de los Astrales, Su ciencia, Sus directivas y el poder que ejercitan por voluntad y virtud de la Inteligencia “Omnicreante”.

No os habéis, mínimamente dedicado a interpretar la “ley” que os ha sido dada, y, así todavía hoy, os dejáis arrastrar por la ignorancia con las consecuencias visiblemente deletéreas que os afligen y que atormentan vuestra existencia. Todavía no lográis dar su justo valor a la vida ni a su real significado, ni os empeñáis en descubrir la aportación que ésta debería dar a la economía creativa cósmica.

Creéis vivir así, por casualidad, fuera de todo querer establecido e intranspasable.

La ignorancia sobre la verdad revelada por el Genio Solar Cristo, a través de Jesús, os impide ser libres y conscientes de poder contemplar la belleza y la armonía de cuanto constituye el edificio inmortal de toda cosa nacida de la Idea Divina.

La materialización de la Idea, de la forma y finalmente de la substancia visible, palpable, animada e inteligente es el arte más avanzado de nuestra ciencia astral. La luz, como ya os hemos dicho, la manipulamos así como vosotros manipuláis la arcilla y siendo ésta el artífice primario del átomo creante, nos permite coordinar todo tipo de estructura física y dinámica.

La luz es materialización y puede servir de conductor.

Nuestros medios están compuestos, en la mayor parte, de cristales de luz materializada con componentes psiquizados.

Una vibración regulada nos permite salir de vuestro campo visual y, aún estando presente nuestra identidad, no puede ser identificada por los instrumentos que poseéis”.

COMPRENDED LA LUZ Y CONOCERLA.

Haced vuestro el conocimiento que os viene de la Luz y os volveréis Hijos de la Luz.

La Luz es Amor y las tinieblas son el odio. Sed hijos del Amor y no del odio.

Si comprendieseis y conocieseis la Luz, seríais instrumentos del Altísimo, Hijos de Dios.

Buscad en vosotros este Bien y custodiadLo celosamente, porque es la felicidad, la compañera indivisible de vuestro peregrinar en lo creado.

Seréis buenos si poseéis el conocimiento de la Luz; seréis buenos y gratos al Reinante del Cosmos, al Dios viviente.

Escucha hijo

Aquel que tú ves, es aquel que tú no ves.

Aquel que tú eres, es aquel que tú no eres.

Ninguna cosa es en el tiempo la misma cosa, aún si tal aparece a los ojos.

Ahora tú estás allí abajo, hecho de carne, ahora tú igualmente estás arriba en espíritu.

El celeste Padre es la misma cosa: ahora está arriba en purísimo Espíritu inmortal, ahora igualmente está en ti Su divino templo viviente y mortal.

Es, pues, verdad que Él está en ti y tú estás en Él, aún cuando a ti no te parece aceptable, cual suprema verdad, aquello que en verdad te digo.

Hijo mío, si me ha sido concedido instruirte, por voluntad suprema, es porque tú has encontrado en Él tu principio y al mismo tiempo, es porque has vuelto a encontrar aquella imagen tuya que está en DIOS y que, sin embargo, no ves.

Tal hecho, hijo, une aquello que está abajo con aquello que está en lo alto, o mejor, une aquello que es a aquello que no es.

Por consiguiente tú eres una misma cosa con aquello que reside en la Luz. Puesto que el Reino de la Luz es el Reino de DIOS, tú estás con DIOS y por tal motivo DIOS está contigo.

Te has conocido a ti mismo y habiéndote conocido, también has alzado el velo de la ignorancia.

No te queda otra cosa que escuchar a Aquel que reside en ti, siendo lo más fuerte, lo más puro y lo más noble de ti mismo.

Hijo, te habla Poimandres,

Aquel que tú oyes y no ves:

“El bien incondicional está solamente en el corazón de los justos, en el espíritu de aquellos que están iluminados por Mi ley de Amor. Muchos creen ser los artífices de la providencia y no saben que soy Yo quién da y quita, quién remunera y castiga.

El premio que concedo es para aquellos que saben no poseer nada, que están desnudos así como han nacido. Yo los visto y los nutro; Yo los encamino hacia el supremo conocimiento, a través del dolor y de la alegría, si han comprendido Mi viviente naturaleza.

Aquellos que Me asemejan hacen cuanto Yo hago sin pedir nada, sin condiciones. Mi Luz compenetra al cuerdo y al perverso, al justo y al injusto, hasta que el bien triunfe en ellos y Mi Luz se vuelva su eterna morada.

El ascenso hacia la suprema beatitud es prerrogativa de todos, porque todos hacen parte de Mí.

Es solo cuestión de tiempo, de sufrimientos, de pruebas, de realización, de vida, de muerte y de renacimiento”.

Tantas veces he percibido que su personalidad me leía en los pensamientos más profundos, me aconsejaba sobre las acciones futuras y no comprendía la lógica de expresiones fuera del tiempo y de lo racional. ¡Cuánto amor de conciencia universal y cuanta justicia de severo silencio que transmitía a esta alma que, sin embargo, era tan perceptiva como desatenta, distraída por los problemas, hechos y tentaciones actuales!.

¡Sin embargo no estábamos en otro lugar de ejercicio que este!. No ascético, no mágico, no escolástico, sino todo junto con dobleces más extrañas y fácilmente confundibles de actitudes humanas, no obstante debía, debía aprender, así como me dijo: “Debes ser el uno y el otro, juntos” ante mi drama de incompatibilidad. Y siempre, más a menudo, el temblor de esta conciencia me invade, sacándome de este vivir. De hecho vi en astral que cada familia venera y convive con los propios muertos.

POIMANDRES, ¿muchos se preguntan el por qué de la vida, para qué sirve?.

“Hijo mío, es un secreto que cada individuo debe descubrir por sí mismo.

Cuando lo haya descubierto, entonces estará en condición de apreciarla y de amarla.

Si se ignora el porque se nace, se vive y se muere, no se podrá nunca dar el valor que la vida se merece.

Lo alto sirve a lo bajo y lo bajo a lo alto.

Existir en un mundo material significa adquirir pleno conocimiento de los eternos valores binarios operantes en el cosmos.

La materia y el espíritu nacen de una única matriz y la colaboración en el dar y en el tener es intensa, continúa.

Él por qué, querido hijo, está en todo acto que se realiza durante el transcurrir del tiempo”.

¡EUGENIO, SOY POIMANDRES!

¿Qué quieres de mí, Señor?

“¿Quién es aquel que podría dirigir esta pregunta?. ¿Quién propone?. ¿Quién dispone?.

¿Quién puede decir no cuando debe decir sí, y quién puede decir sí cuando debe decir no?. ¿Quién es libre de vivir cuando debe morir y quién es libre de morir cuando debe vivir?.

El hombre cree ser libre en la elección y no sabe que cuando ha elegido, ya lo había hecho Dios antes de que el acto se revelase en su mente. El camino trazado antes, se revela en el acto que se recorre: “Antes de que tú fueses, ya te conocía”.

¿Dónde?. ¿Cuándo?.

¿Hay alguna cosa que es, que no haya sido antes de que fuese?. ¿Quién dispone que suceda mañana aquello que había debido realizarse hoy, o viceversa?. Todo acontecimiento que se manifiesta en Cielo y en Tierra ya existía en la Luz Creante, No Manifestado”.

Hágase Tu Santa Voluntad, mi Señor, mi Creador, y no la mía.

“Dices bien, hijo mío, porque será siempre así, para quién posee el don de la Gnosis, pero también para quién está privado del supremo conocimiento.

La omnipresencia, la omnisciencia, la omnipotencia, son prerrogativas de quien es todo y cada pequeña cosa al mismo tiempo. Aquello que a los ojos del mortal aparece desunido, separado de las otras cosas, para la Luz Creante es homogéneo, todo está ligado y todo vibra al unísono.

No hay espacio y no hay tiempo y no existen libres elecciones, sino programas que se instruyen por si mismos para la inmutable Ley del dar y del recibir, del “ojo por ojo, diente por diente”, que también quiere decir causa y efecto.

Consideráis la vida como un instrumento para satisfacer la perversa hegemonía del dolor, de la violencia y de la muerte.

Un don tan precioso deteriorado inútilmente, sin ningún provecho para el espíritu y para todos los valores que empujan al ser inmortal a elevarse, cada vez más, hacía las metas de su real destino”.

La Contemplación Divina

“La vida creada y creante es la imagen, la fuerza, la sublime belleza del infalible y afable espíritu primigenio del cosmos.

La vida es fruto del amor que genera amor, es la linfa indestructible que nutre la luz que regenera toda cosa que vive al unísono con el gran Arquitecto de lo edificado eterno.

Comprender esta eterna verdad quiere decir amar y respetar la vida y volverla fecunda y feliz”.

Poimandres, dime: ¿qué sentido tendría la vida si todo terminase con la muerte?.

“Sabed que la vida no es otra cosa que un medio que concede, a los mortales, la posibilidad de evolucionar anulando, con la visión de la obra del bien, cada mal residuo del oscuro pasado.

Esta es la vida y no es la única verdad que de esta brota, puesto que en ella muchos misterios se ocultan al ojo del profano.

El hombre quisiera conocer la verdad, pero es bueno que no la conozca, que no tenga plena consciencia del post-mortem.

La caída del velo de Maya, inmediatamente después del abandono del cuerpo físico, revelará a cada particular identidad una realidad desconcertante, impensable durante las vacuas ilusiones de la vida.

Solo entonces la verdad se revelará y con ella el real sentido del porqué de la vida y de la muerte.

¡Entonces, y sólo entonces, cada uno comprenderá!”.

“En verdad yo os digo: está en nosotros Aquel que toca y ve, sin embargo nosotros no tocamos ni vemos. Y, todavía, digo: nosotros sentimos a Aquel que toca y ve, sin embargo nosotros no sentimos con los oídos.

Y, finalmente, yo quiero demostraros aquello que está en nosotros y, sin embargo, no tocamos, no vemos ni sentimos y Él está en nosotros semejante al perfume de las flores.

Y yo, como demostración os digo: ¿no es, acaso, Dios Aquel que toca, ve y siente y sin embargo, no vemos ni tocamos?.

¿No está, quizás, en nosotros la misma cosa?. Para quien pone amor en el espíritu, comprender esto es cosa fácil, semejante al común trabajo de la vida.

Soy yo y también otros, que teniendo amor infinito al espíritu, comprendemos su hacer en la vida de aquí y en la otra más allá.

En verdad yo os digo: hay dos puertas que abrir en la vida y una que cerrar después. Ahora sucede que en vida el hombre sólo abre una y la otra, a menudo, la tiene siempre cerrada, sin embargo aquella que tiene abierta, finalmente debe cerrar.

Yo y otros que tenemos amor al Espíritu, tenemos las dos puertas abiertas, puesto que una conduce donde los ojos ven y las manos tocan y la otra donde el pensamiento ve y el pensamiento toca. Extraña puede parecer tal demostración mía, sin embargo no es extraña para mí, ni para otros que probamos tal dulzura de verdad.

Ahora yo os digo que para conversar con el Espíritu no se usa palabra tonante, porque tal palabra es la de una puerta, pero yo bien digo la Otra porque es justamente aquella que lleva allí donde la palabra es como silencioso viento.

Yo siento felicidad y amor y caridad y bondad y sabiduría e inteligencia y consejo y también temor de Dios cuando de la otra puerta salir deseo; ya que cuando tal umbral traspaso, mi conversar, aún silencioso, es talmente dulce que yo no siento de volver a entrar nuevamente aquí. Sin embargo hacia aquí vuelvo, puesto que del conversar aprendo diversas directivas a las cuales conviene obedecer por el temor que en Dios siento. Y vuelvo aconsejado y pleno de esperanza y de sapiencia y todavía siento, más que antes, Inteligencia, bondad y caridad.

Tales cosas, una puerta no da a mi alma, y, por esto cuando yo entro de la otra puerta feliz y lleno de tanta esperanza y amor, mis ojos se vuelven algo tristes por aquello que yo veo aquí, donde más allá yo no veo y sin embargo soy tan feliz.

Ahora muchos comprenden mal tal demostración mía, porque nunca han abierto la otra puerta que está en la vida y por esto nunca han sentido aquello que yo y también otros, sentimos con dulzura infinita en el alma.

Y por lo cual no tenemos sombra de duda en el conversar del Espíritu, puesto que la enseñanza nos viene por la otra puerta de la vida.

Ahora yo digo: que yo, cuando pasar el umbral de la otra puerta deseo, no pongo ningún peso ni ninguna fatiga, sino que solamente digo: “¡Quiero!” Con toda la pasión y fe del alma. Y entonces acaece que paso el umbral, sin embargo mi cuerpo queda en la puerta una esperando aquello que de la otra puerta ha salido.

Ahora esto yo hago y con los Ángeles de los Cielos encuentro conversación y consejo. ¿Y vosotros pensáis que yo quisiera retornar a aquel que espera en la puerta una? Esto no quisiera hacer nunca más si directivas del Alfa y del Omega no me dijesen de hacerlo.

Por lo cual yo os digo que aquel que está en vida y también después, y aquel que aquí está, está también más allá.

Dios y tal cosa vosotros sabéis, está más allá de todas las cosas creadas. Y sin embargo está en las cosas creadas.

Y Él, entrando en nosotros cierra la otra puerta ya que de allá Él entra. Y puesto que Él ha cerrado la puerta por donde ha entrado, Él no la abre hasta que nosotros no decimos:

“Abre, mi Dios, la otra puerta de la vida para que yo pueda venerar Tu potencia”.

Y no basta haber dicho cuanto yo he solicitado, escribiendo, sino también es necesario dar carácter al alma y al mismo tiempo dar, también, promesa de obrar como está en su voluntad y tener máxima fe en la potencia de Su Reino. Si así no está dispuesto, aquel que de la otra puerta quiere salir, esta nunca se abrirá, hasta que llegue la hora que sea abierta desde fuera ya que la puerta una se cierra para siempre.

Entonces, y sólo entonces, os percataréis que en la vida hay dos puertas.

Ahora yo os relato aquello que me sucedió cuando me apremió el deseo de salir por la otra puerta, por consentimiento recibido y por voluntad expresa. Aconteció así como yo relato:

Un día, yo me encontraba encerrado en una profunda y melancólica tristeza, sin motivo alguno. Sin embargo, mientras yo no comprendía lo que en mí se verificaba, sentía agitar en mi alma algo que parecía un consejo o, mejor, una fuerza que me imponía fijar los ojos en un punto azul del cielo. Allí donde yo me encontraba cuando esto sucedió, era un lugar silencioso en donde sólo el pensamiento hace compañía.

Y aconteció que mis ojos quedaron parados, inmóviles como la muerte, y mi cuerpo no hacía más labor a excepción del corazón, la sangre y los pulmones.

Y yo aún quedando en tal posición vi abrir la otra puerta, cerrar la puerta una y ésta no para siempre, ya que el corazón, la sangre y los pulmones todavía trabajaban como antes de que la otra se abriese.

Ahora sucedió que cerrada la puerta una yo me movía, y sin embargo no caminaba, y era tan veloz aquel movimiento mío que semejante a la luz yo corría.

Ahora advino, también, que yo alcanzase, sin sentir fatiga alguna, la otra puerta, y como un niño entretenido con un agradable juego, yo tal alegría sentía y el umbral pasé ya que consentimiento había tenido.

Y mientras el cuerpo estaba parado, yo era otro. Sin embargo mientras el cuerpo permanecía aquí, yo corría más allá de aquí, moviéndome como quería.

Ni me servían ojos para ver, sin embargo veía, ni boca para hablar, sin embargo hablaba, ni oídos para oír, sin embargo oía, ni manos para tocar, sin embargo tocaba, ni pico tenía, sin embargo yo penetraba en las más duras cosas.

Y tanta maravillosa belleza yo vi que a mi me parece pecado redactar con semejante desenvoltura. Sin embargo toqué y sentí tantas profanadas cosas que quedé más veces asombrado y acariciado de infinito amor.

Ahora yo os digo: que aquellos que no tienen fe en Dios, ni adoran al Espíritu jamás sentirán lo que yo siento, puesto que no podrán salir por la otra puerta, pero aquella puerta es la puerta que conduce a Dios.

Y vuestro juzgar sobre aquellos que están señalados en la frente, es como una pompa de jabón, ni podréis declarar cosas mejores porque una puerta es la materia, la otra puerta es el Espíritu. Y yo, en verdad, os digo: que aquel que alcance el tiempo por el que la puerta una deberá cerrarse para siempre, la otra vendrá abierta desde fuera.

Sé, pues, atento y aconsejado a no tener la mínima duda ni paciencia limitada, puesto que el espíritu arde en nosotros si el soplo de nuestro amor, y de nuestra fe, lo sacude ahora y siempre.

Nosotros y el árbol somos la misma cosa, allí donde las raíces profundizan está una puerta y allí donde las hojas y los frutos se manifiestan está la otra puerta. Si la una y la otra son la misma cosa, la una y la otra operan por diferente consejo.

Arrepentiros pues, y poned en vuestra alma la fuerza de la fe y del Amor al Espíritu de Dios, y acontecerá que la otra puerta, que es de esperanza y de amor, vendrá abierta desde dentro y en vida, por concesión de Dios.

Entonces vuestro juzgar sobre aquellos que están señalados en la frente, será como la luz del sol y sobre la puerta de vuestra vida no llamará el demonio ya que la otra puerta está abierta y él se mantendrá lejano.

Sé cauto y de esto te advierto gravemente de no hacer, nunca, palabra de todo aquello que percibes en lo secreto del invisible.

El Verbo

“Yo soy el Principio de la Luz. El Verbo de la Creación.

Soy Yo que hablo en silencio. Y en silencio Me escuchas.

Sabe, dilecto hijo, que:

El Verbo del Creador no es semejante a la palabra de los hombres.

El Verbo se expresa en el silencio porque es cosa espiritual y no material. El Verbo siendo aún más fuerte y más espiritual que la palabra tonante, no sigue, jamás, la orden racional de la palabra tonante.

El Verbo no modifica la expresión inmutable y eterna de las imágenes primordiales de las cosas creadas.

Especificar con el Verbo un objeto obligado a mutar continuamente la forma dimensional es imposible.

Es, en su lugar necesario que tal especificación advenga en todo tiempo en que el objeto existe en aquella determinada dimensionalidad.

Se dice: era aquello y ahora ya no es aquello que era.

Pero se dirá: “Es otra cosa de lo que era antes”.

Por consiguiente ya no podré especificarlo como lo especificaba antes.

El Verbo no podría expresarse, nunca, de tal modo porque, siendo la voz silenciosa de la eterna verdad, especificará siempre y en modo absoluto el principio eterno, aún cuando mutable, de la cosa que es y será siempre en eterno.

Si con la palabra especificáis las cosas así como vuestros ojos las ven, es porque aquellas cosas viven y existen en vuestra dimensión material.

Fuera de tal dimensión no es posible para la palabra, la misma especificación.

Para el Verbo no existe ni dimensión ni mutable especificación.

Para el Verbo sólo existe la imagen de cada principio destinado a manifestarse en diferentes aspectos y bajo diferentes planos dimensionales.

Para el Verbo la naturaleza de las cosas creadas está especificada en la causa de su principio que queda inmutable y eterno.

Es verdad, pues, que la palabra del hombre no especifica la realidad de las cosas que él ve, en tal dimensión, como cosa que existe porque tal es.

Es verdad que la imagen del hombre es aquella que los hombres han considerado llamar así. ¿Pero es, luego, verdadera y justa la definición?.

Diciendo: esto es un hombre, o esta es una nube. ¿Han, en verdad, significado la pura realidad de su verdadera naturaleza?

De esto que te hemos dicho comprenderás muchas cosas”.

La Inteligencia Cósmica es la Causa del Principio de las imágenes astrales.

El Verbo es la Imagen del Principio que crea a través de la luz solar.

La Luz Creativa Cósmica es el Instrumento Puro de Dios, el Alma del Universo, esencia del H universal, fuego del fuego.

La Luz creativa solar es el instrumento del Verbo vibración del Fuego Solar, H creativo de cada esencia material.

Se puede hablar de la Luz sólo mediante el Verbo.

La Trinidad Divina (Cuerpo, Alma, Espíritu), existe paralela en las tres dimesiones superiores: 5ª, 6ª, 7ª.

El hombre capitanea al Logos Solar de la 5ª.

El plasma solar, la Luz materializada crea al hombre.

“La vida va hacia la muerte, la muerte hacia la vida, todo cambia, excepto la ley que instruye la eternidad de lo creado, a través del cambio que determina la evolución de todo aquello que sirve a la inmortalidad del Espíritu Creativo. Todo es hoy, todo será mañana.

El mañana será diferente, pero será siempre el todo de ayer, con nuevas formas, nuevos colores, nueva linfa, nueva conciencia, nueva vida y nueva obra.

La muerte empuja la vida hacia nuevos senderos más luminosos. La verdadera vida emerge de la muerte. Despojándola de los hábitos materiales se vuelve real y existente, sabiendo de ser una sola cosa con la vida del cosmos.

La muerte es una amiga generosa. Es la generadora de la verdadera vida”.

“La faz de la historia no es siempre la misma.

Todas las cosas que caracterizan un determinado tiempo, a menudo quedan anónimas a la inteligencia de la generación que en ese tiempo se agita, vive, goza, sufre y muere.

Y la historia continúa, contrayendo y dilatando la faz que el tiempo muta como cosa común.

Los acontecimientos más extraños se detienen, siempre, sobre el borde de un tiempo que no acostumbra a hacerse conocer tan fácilmente, y mientras el hombre, con el ansia de un conocimiento interior, mide la distancia y el alcance en modo crepuscular, la increíble lucha de la manifestación dilata lentamente la envoltura del nuevo advenimiento, revelándolo en su pequeña estatura, todavía incomprensible.

El hombre atento, en su silencioso trabajo, percibe la nueva proyección del infinito devenir. Queda mudo, observa, piensa, deduce mientras el tiempo cubre inexorablemente la voluntad de gritar con la pesada duda de la no certeza. Y la historia continúa, llevando sobre su faz la nueva efigie, sin que el hombre haya tenido plena consciencia”.

GENÉTICA

“Somos una realidad, en medio de vosotros

desde cuando hemos injertado

los genes necesarios al desarrollo de la

identidad funcional, capaz de

existir y operar en la dimensión

en la cual temporalmente vivís”.

¿Cómo considerar la Genética Cósmica?. Hablemos de la ingeniería genética de la Suprema Inteligencia Omnicreante:

“Solamente a los Dioses les es dado conocer el prodigioso, infalible Arte Creativo y los secretos de la Divina Inteligencia”.

Las galaxias, los sistemas solares y todo cuanto existe en el infinito espacio cósmico, han brotado de la perfectísima ingeniería genética de la Inteligencia que preside el continuo devenir del todo, comprendido el hombre.

Sería tiempo de que también el hombre de este planeta se diese cuenta de que los injertos, las mutaciones frecuenciales que proponen los complejos mutamentos, en los diferentes planos dimensionales, han siempre existido desde el principio.

Los “Zooides cósmicos”, cometas, tienen una función específica en la economía creativa. Los cometas no están por casualidad, llevan consigo un programa causal bien preciso y determinante, dirigido a estructurar o a influenciar según la idea de la Inteligencia OmniCreadora.

COMETAS

Cada día se depositan sobre la tierra toneladas de partículas cósmicas, llevando informaciones genéticas de cada tipo, de las moléculas a las energías más sutiles.

La sucesión de los cometas produce variaciones de la energía ondulatoria solar. Quien no se predispone a las nuevas vibraciones, entra en distonía.

Algunos cometas pasan cíclicamente, regenerándose de nuevas informaciones, llevándolas internamente al sistema solar. Su paso produce variaciones de la energía ondulante solar.

Son Mensajeros Divinos, cuales enzimas de la Inteligencia universal llevan Sus programas allí donde la Inteligencia universal lo desea.

Así han hecho los tres recientes:

1994: Shoemaker-Levy 9, que ha impactado sobre Júpiter, fecundándolo con informaciones para el inicio de la mutación sobre nuestro sistema planetario.

“El injerto del Zooide sobre Júpiter, podría fecundar sobre este astro una nueva dinamicidad solar y por consiguiente la posible convivencia de dos sistemas solares paralelos”.

1996: Halley, aumento cíclico vibracional del sistema solar.

1997: Hale-Bop, acompañado de una astronave, portadora de los elementos de la vida, ha iniciado la vida biológica sobre Io y Europa. “La cola del cometa será el pijama que se pondrá la tierra a penas llegue la orden de los redimensionamientos”.

La ciencia terrestre, recientemente, ha descubierto que sobre Io y Europa hay agua y atmósfera.

Soles y Cometas. La dimensión astral, no siendo visible a nuestros ojos, puede ser interpretada como agujero negro, tal es el lugar donde los soles cambian de dimensión. Podríamos considerar que en Júpiter coexisten dos estados dimensionales:

uno es el agujero negro interno, por la presencia de la Energía central coordinadora del Padre del sistema solar, lugar de la Inteligencia Cósmica, y el otro externo como revestimiento temporal. Las formaciones cósmicas de los agujeros negros son cuerpos celestes que se han despojado de la dimensión material física para asumir su naturaleza astral. El nucleo central reducido a nebulosa es la parte gaseosa más cercana al estado de energía cósmica.

Los cometas tienen:

El Nucleo central hecho de hidrógeno espiritual.

La Cola hecha de hidrógeno astral, revestido de dinamismo gaseoso y polvo cósmico. Proyecta las fecundaciones instructivas.

Es un programador cósmico.

| |Núcleo |Corteza |Atmósfera |

|Júpiter |Padre |Plasma dinámico |Energía cinética |

| |H espiritual, 7a |de hidrógeno solar | |

|Sol |Adonai 7a |Ummo |Dinámica psíquica |

| |Logos Crístico 6a |H Astral 5a |Elios Creativo 4a |

|Planeta Tierra |Hidrógeno Astral 5a |Materia planetaria |Dinamismo creado |

| |Biosfera interna 4a |Biosfera externa 3a | |

Es el interno de los planetas que instruye al externo.

Esta estructura interna de los planetas de nuestro sistema solar vale para Venus, Marte, Tierra y Saturno. Más allá de Saturno no es concebible por nuestra mente.

Además de los cometas también los Tronos son Genios cósmicos que vienen a nosotros a través de seres que llamamos "Grises", o ejecutores de la Voluntad Divina.

Son las Enzimas del Padre y hacen prevalecer su justicia donde no hay.

La ingeniería genética astral-creativa, según la voluntad del H (Hidrógeno) espiritual, se manifiesta sobre el H astral que modifica las proyecciones psicocreativas, tanto sobre los dinamismos planetarios como sobre las manipulaciones humanas, que están ligadas, entre ellas. Es un orden de ejecución. El hombre que tiene la consciencia despierta, si es rebelde, está oprimido por la falta de sintonía vibracional. Quien se predispone es guiado por los seres Grises, personalidades espirituales, programadores y tutores de la justicia desde la Trinidad Cósmica.

Desde siempre han operado la mutación genética con la cirujía que implanta microsincronizadores, también sobre aquellos que solemos definir “raptados”.

Para salvar a la humanidad es necesario salvar la enzima genética humana, formando las enzimas necesarias a la Tierra para la próxima generación, en sintonía vibracional (vease Mutación del planeta).

Hoara explica:

Ya deberíais saberlo.

El Sol, todavía desconocido por vuestra ciencia, libera las fuerzas que modelan toda cosa existente y viviente sobre vuestro planeta, según un preciso código genético cósmico.

La causa de cada efecto reside en el núcleo escondido, en donde existen todas las ideas manifestantes y manifestadas.

En este globo reina soberana la "Fuerza OmniCreadora", gobernadora absoluta de todo el sistema planetario.

"Es la Luz, la Verdad y la Vida".

Es sede de la potencia astral, de los arquetipos, de los seres Dios, ejecutores de la Suprema Inteligencia Cósmica.

El hombre existe porque ha sido hecho así para poder iniciar los primeros ciclos ascensionales, para luego alcanzar la meta que le ha sido predestinada desde su nacimiento. "Ser realmente la Imagen del Creador" para continuar la gran obra del devenir eterno del cosmos.

La razón de vuestro ser y operar ha nacido de una precisa exigencia de naturaleza cósmica, difícilmente receptible por quién se obstina en pensar que todo es casual.

Quién ha perfeccionado el proceso inicial de la especie humana (manipulando las primitivas estructuras genéticas, injertando la entidad inmortal llamada individualidad, espíritu), tiene la capacidad evolutiva de experimentar cuanto existe en la conciencia del poder creante y de sus programas.

¿Han vuelto los Maestros de la Genética Cósmica?

¿Han vuelto los Hijos del Altísimo Señor del cielo y de la tierra?

¿Está en crisis el injerto originario que ha vuelto al hombre a imagen y semejanza de Dios?

Hablemos un poco.

Es cierto que algo, en la especie humana, ya no funciona bien.

¿Esto estaba previsto?

La nueva genética G.N.A. había sido prevista hace tanto tiempo. La predisposición ha quedado en el estado potencial, aún si ha sido experimentada en algunos terrestres con resultados excelentes.

La crítica situación actual vuelve a proponer este nuevo injerto genético que debería recalificar al hombre para volverlo idóneo a entrar en contacto con las superiores medias frecuencias, con el consiguiente abandono de las bajas. Tal nuevo injerto propondría a la especie humana un salto evolutivo y una mayor dinamicidad psico-física-espiritual, es decir una conciencia capaz de desvincularlo de las actuales frecuencias degenerativas emergentes de su original naturaleza animal.

Los hijos de Dios han vuelto, también, por este específico cometido, insertado en el vasto programa de renovación en curso de actuación.

Ha quedado latente la influencia de los 144.000 mutantes. Ahora ha llegado el tiempo de resucitar al hombre nuevo, al hombre del reino prometido. Algunos ya están resucitados y portando la nueva genética.

GENETICA G.N.A.

¿No os ha sido dicho que estáis en el mundo y no sois del mundo?

Vuestra estructura informativa genética no es D.N.A, sino G.N.A.: Genética Cósmica poseída por los Titanes, coordinadores de la Idea creativa.

Observad bien el siguiente gráfico y estudiadlo seria y profundamente.

7.465.006 es el número de aquellos destinados a poseer la genética G.N.A.; no os asombréis y no os amarguéis si sois rechazados por aquellos que poseen la genética D.N.A.

La dinámica evolutiva material en fase creciente es la resultante de la dinámica espiritual en fase creciente ascensional, proyectada más allá de los valores primordiales creativos - A.B.C.D. - con el desarrollo de la genética G.N.A. vuestra conciencia es empujada hacia fuera de la conciencia C.D. (Hombre-Animal), asumiendo carácterísticas sustancialmente diferentes, manifestando cualidades espirituales, materiales y morales en contraste con C.D.

Vuestra historia está tejida de flujos y reflujos, no ciertamente comprensibles por la ínfima capacidad de la inteligencia, vinculada a los valores creativos y organizativos primordiales y de todos los otros valores políticos, científicos, religiosos y morales derivados, que son el equipaje evolutivo inicial.

Para aquellos que han alcanzado el peldaño de esta nueva actividad genética, comprender esta exposición mía no es difícil, aún si no creo el momento justo para ampliarla ulteriormente.

(ADONIESIS)

“Sólo los portadores de la genética G.N.A. pueden enseñar la verdad porque éstos están en el mundo pero no son del mundo.

Son sólo estos simples, incomprendidos individuos, conocedores del injerto genético en las estructuras portantes del G.N.A.”

"La mutación de la pirámide comporta una variación sustancial de vuestra genética informativa y de los valores fundamentales que instruyen el orden existencial de los elementos que coordinan los seres vivientes y operantes, comprendido el hombre”.

MANIPULACIONES GENÉTICAS

Así se expresa Hoara, científico biólogo, médico astral de la 4ª dimensión: Nuestra alta ciencia cósmica se propone volver inmunes al Harbar a sujetos particularmente sensibles y con características bien precisas.

Están en curso, en varias zonas de vuestro planeta, manipulaciones genéticas para el desarrollo de altos valores físico-espirituales en aquellos sujetos predispuestos y activamente sondeados. Esta intervención nuestra tiende a edificar una nueva y estable estructura genética, capaz de hacer emerger una precisa cualidad de hombres y mujeres proyectados en dirección opuesta de los actuales, decadentes, dinamismos bio-psíquicos.

Algunos jóvenes, nacidos de este proceso, además de poseer una sobresaliente capacidad intuitiva, conservan inalterada una conciencia cuadrimensional. Demuestran ser ajenos al corriente concepto existencial y critican severamente al opulento y degradante sistema moral, político, religioso, científico.

Desean un mundo feliz, exento de hipocresía, iluminado de cuerda justicia, de fraterno amor y de no violencia. Son conscientes de haber recibido algo bello e importante y no pueden contener esta alegría.

Dicen: "No somos de este mundo". No debéis sorprenderos de esto, porque, en realidad, la resultante de sus valores y de las conciencias que expresan y practican, está elaborada y estructurada por una genética que no se asemeja a ninguna otra de este planeta. El proceso de implantación tiende, principalmente, a hacer salir una cualidad evolutiva capaz de desarrollar los valores indispensables para un decisivo mejoramiento de la especie humana que vive y opera sobre vuestro planeta, para el desarrollo de la conciencia universal y las capacidades ligadas a esta.

No tenemos necesidad, como muchos creen, de imponer tal metodología con el fin de usar vuestro planeta y coartar o esclavizar a la humanidad. Al contrario de cuanto algunos cerebros degradados imaginan, nuestra labor está saturada de amor altruístico, completamente desinteresado. Obedecemos a una voluntad y desarrollamos un designio viejo de milenios.

Deberíais conocer Quien nos guia y nos sostiene en esta obra purificadora.

¿No os ha sido dicho que la cizaña será separada del trigo?. ¿Lo habéis olvidado?. Nosotros os lo recordamos con las obras que estamos finalizando y que muchos espíritus despertados en la verdad intuyen en su interior. Recordad: el reino de Dios en la tierra lo heredará la calidad que estamos preparando. Las manipulaciones genéticas son, justamente, una exigencia indispensable para implantar esta cualidad idónea, para instruir e instaurar el nuevo árbol de la vida, iluminado y sostenido por la Suprema Ley del Creador.

La progresiva inserción sobre el plano de las nuevas vibraciones os procurará ligeras perturbaciones, que no os deben preocupar. Es normal, a causa de la aceleración de los valores portantes de las estructuras psico-físico-astrales, obligadas a soportar una forzada mutación, y, por este motivo, una notable absorción vibratoria.

Ya os ha sido comunicado que vuestro planeta ha sido embestido por una fuerte energía purificadora con el fin de debilitar la acumulación de ciertas fuerzas negativas que intentan producir desequilibrios y convulsiones bastante deletéreas para los valores existenciales. Además os ha sido recomendado de mantener la máxima calma, evitar el alcohol y todo aquello que reviste características excitantes para el sistema neurovegetativo.

No será fácil superar las pruebas que todavía deben manifestarse si falta la indispensable sintonía con las nuevas vibraciones de alto valor espiritual.

El injerto tiende al mejoramiento de la especie humanoide. No imponemos tal metodología. Nuestro cometido está saturado de altruístico amor.

¿Y esto, por qué?

La contaminación del habitat terrestre es ya desastrosa.

Los elementos están en fase de decadencia y su aportación deformante. Los valores biodinámicos están en desacuerdo con los dinámicos a causa de una progresiva incompetencia colaborativa y de continuo rechazo.

Las estructuras genéticas sufren deletéreas interferencias.

La psique se carga de stress y elabora negativamente, modificando el orden genético y la estabilidad de sus normales funciones evolutivas.

Los equilibrios de esta estructura son determinantes para el mejoramiento de la especie. Las emotividades brotadas del stress psíquico, físico y nervioso actúan sobre la red dinámica que liga los componentes, desestabilizando la memorización y provocando transmisiones anómalas, destructivas a la entidad viviente.

Por ello, algunas características somáticas y de comportamiento del primate del hombre están volviendo a emerger.

El tratamiento genético efectuado, hace varios millones de años, por Genios Cósmicos arquetipos solares de la especie humana, está sufriendo modificaciones bastante preocupantes.

Día tras día, año tras año, la especie humana de este planeta, sufre una lenta pero inexorable pérdida del injerto genético que la habría debido llevar hacia las fronteras de la cuarta dimensión.

Los seres humanos, por fortuna no todos, están retrocediendo, rechazando las características primarias de aquel injerto que, en función a cuanto ha sido dicho y escrito: "¡Vosotros sois Dioses y haréis cosas más grandes que yo!", habríais debido adquirir los superiores valores de la conciencia cósmica y, por consiguiente, de la deidad.

Desgraciadamente, y es evidente para todos, la mayor parte de esta humanidad, privada de la virtud del discernimiento, valor eterno e inmutable de la ley divina, se está precipitando en el tenebroso abismo de la recesión, con la probable pérdida del Ego-Sum y con el trágico y penoso retorno a un espíritu colectivo animal (muerte segunda).

Las potencias celestes han hecho y dicho cuanto debían hacer y decir, para despertar la conciencia de cuantos se han abandonado en el torbellino de las disoluciones materiales, morales y espirituales.

Los válidos consejos y las necesarias incitaciones al arrepentimiento han sido manifestados a todos los hombres del planeta, de diferentes modos, y todos válidos para parar los perniciosos males que trastornan la justicia, el amor y la paz.

Los ánticos Padres habían injertado el primer árbol de vida. Luego "algunos Hijos de Dios se enamoraron de las hijas de los hombres y las desposaron".

De allí inicia la historia de Abel y Cain con el error propuesto por la legión de Lucifer (Arcángel Genio) injertando un gene en un momento prematuro, con un acto de orgullo. Un árbol fecundado por una nueva fuerza genética, cuyos nuevos brotes han dado una linfa degenerada, vuelta incapaz de regenerar los valores primarios injertados.

Pero el programa ha quedado. El árbol nuevo está para ser trasplantado y los buenos brotes del viejo árbol serán injertados en el nuevo y de estos nacerán los frutos.

¿UN NUEVO TRATAMIENTO?

Sofisticadas manipulaciones en la especie humana están en curso.

Nadie, o pocos están en conocimiento de aquello que se prefijan alcanzar los "Creadores del hombre".

Cierto es que nuevos tratamientos están en curso para estirpar la calidad degenerada, que se ha desarrollado a causa de la desestabilización de los elementos que instruyen el dinamismo vital biofísico-psíquico.

El Harbar ha asumido valores negativos preocupantes. Lo que se busca hacer es modificar la carga genética portante del dinamismo distónico turbulento.

El problema de la herencia está en primer plano. Según recientes informaciones está en curso una intervención precisa y secretísima.

A su tiempo se dijo, se escribió y se transmitió que Dios se había arrepentido de haber creado al hombre.

Hoy se dice y se escribe que el hombre actual será destruido para hacer uno nuevo, cuerdo, obediente e incorruptible.

El tiempo de este nuevo injerto genético ya ha llegado y la obra para instruir al hombre nuevo, con la conciencia cósmica, está en curso aún si pocos lo saben.

Los Genios Cósmicos, los Arquetipos Solares, los Querubines, los Serafines y los Tronos ya están en el mundo para poner en acto los deseos del sumo Padre Creador.

"Los experimentos logrados son el fruto de una recíproca colaboración entre el ser elegido y el arquetipo.

La buena voluntad de todos aquellos que se han, voluntariamente, sometido a captar los reales, eternos conceptos de la ley cósmica, ha concedido a sus espíritus un despertar capaz de asimilar la real omnipresencia de la Inteligencia Omnicreante y de la veraz naturaleza del Creador.

Unos experimentos han sido conseguidos parcialmente y otros, todavía, han fallado, por haber antepuesto una resistencia de las fuerzas degenerantes de la materia a la oferta sublime de los Arquetipos interesados en remodelar la imagen del hombre decadente, casi vencido por el poder autodestructivo suscitado por la desarmonía y por sus letales consecuencias.

La incapacidad de sobremontar el mal con el bien ha descompuesto la pureza de los espíritus, multiplicando vertiginosamente el proceso de todos los valores negativos.

Ésto saben los hijos de las estrellas.

Ésto deben saber los hijos del mundo".

LA PÈRDIDA DEL PROGRESO GENÉTICO EVOLUTIVO

“El hombre sufre un anómalo proceso genético. Vuestra ciencia moderna, tendiente a manipular las dinámicas genéticas de los animales y de cuanto debería conservar la natural evolución tridimensional, pone en serio peligro los equilibrios enzimáticos del planeta tierra.

El hombre del planeta tierra podría perder su real identidad, recibida a su tiempo, por voluntad de Aquellos que lo han hecho a Su imagen y semejanza.

A causa de estas anómalas manipulaciones, que vuestra ciencia sin conciencia produce, se evidencian, cada vez más, en la joven generación instintos felinos animalescos y actitudes semejantes a la raza primitiva de la que provienen los primeros seres humanos genéticamente instruidos por los “Elohim”.

¡Estad atentos porque es verdad que el hombre podrá perder su Ego-Sum y volver a ser lo que era antes de ser hombre!”

LOS NIÑOS INFELICES DE VUESTRO PLANETA

Las diversas incapacidades de tantos niños se revelan a causa de cuanto no conseguís vencer, para volver sana y fecunda la vida y por la creación de presupuestos ideales, capaces de dar a cada nacido los elementos básicos equilibrados e idóneos para volverlo inatacable por las fuerzas genéticas degeneradas.

Sobre nuestros planetas, hemos realizado el medio capaz de eliminar las causas que suscitan formas anómalas, a través de una severa investigación preventiva de las estructuras genéticas de las parejas generatrices.

También hemos eliminado las carencias de los dinamismos externos, desviadores de las normales relaciones naturales que, más que cualquier otra cosa, influyen notablemente alterando gravemente el proceso biológico.

Nos referimos a toda especie de contaminación y a todos los elementos químicos introducidos en los ciclos vitales de las estructuras que gobiernan la estabilidad y el armónico desarrollo existencial.

La falta de dinamismos positivos de ayuda, pone en dificultad al genetismo.

Las anomalías, las malformaciones y las otras carencias bio-físico-psíquicas de los niños, vienen instruidas por metodologías existenciales equivocadas sobre los planos evolutivos tanto físicos como astrales.

Vuestros niños llevan, potencialmente, el resultado de vuestros errores, de vuestras malformaciones psíquicas así como genéticas.

En su tiempo, os habíamos aconsejado de tomar en seria consideración un estudio atento y profundo sobre la genética para evitar la perpetuación de un drama, cada vez más pesado, hacia absurdos sufrimientos.

La corrección de las distonías genéticas es posible si la aplicación es seria, responsable y consciente.

Sabéis, muy bien, que si no curáis las causas, los efectos quedan.

Sabéis, además, que no es posible obtener el bien si no se elimina el mal que a éste se opone.

La salud de vuestros niños depende de la medida de vuestro amor, si verdaderamente los amáis.

QUIÉN TENGA OÍDOS ENTIENDA!

La diligencia que me ha impulsado y me empuja a continuar el discurso iniciado en los años 50, es debida a una precisa, no derogable meta: sensibilizar el predestinado número de espíritus vivientes a asumir las nuevas frecuencias evolutivas, a su tiempo programadas.

Se trata de la calidad fermentadora de las nuevas frecuencias G.N.A.

La nueva generación de los 144.000 contiene un número bien preciso, variable en el acto de la elección. Esta nueva raza nace, crece y sigue un programa predeterminado y minuciosamente controlado por quien tiene el poder de hacerlo.

Es probada y cribada con el fin de conservar la incorruptibilidad en el cuerpo, en la mente, en el espíritu.

De ésta se formará el nuevo pueblo heredero del reino celeste en la tierra.

Sólo por este consciente motivo se puede justificar mi diligencia y la continuación de mi discurso.

¿Queréis repetir los mismos errores del pasado?

Buscáis, por todos los medios escarnecer, ridiculizar y burlar. ¿Por qué?. ¿Por qué? ¿Os preguntáis el por qué lo hacéis?. ¿Estáis contra el bien?. ¿Estáis contra el amor universal?. ¿Estáis contra la justicia?. ¿Sois odiosos hacia quien grita la verdad?.

Escarnecéis y perseguís a aquellos que desean un mundo mejor, una humanidad fraternal, feliz, menos egoísta, menos violenta, menos hipócrita, menos auto-lesionante, menos destructiva.

¿Teméis?. ¿Lo qué?. ¿La justicia?.

¿Teméis a aquellos, que, creciendo, no os asemejaran más, ni estarán dispuestos a cometer los errores y los horrores que habéis cometido y cometéis?. Tenéis el fango hasta los cabellos y quisiérais envolver a quien desea seguir limpio.

Entonces disuadís, denigráis, vituperáis con lengua bifurcada. Decís: ¡Están locos!.

Pues bien, amigos terrestres, nosotros os decimos haber injertado sobre 7.465.006 personas de ambos sexos, una genética que no es de vuestro mundo. Estos saben, muy bien, lo que deben hacer y no temen vuestros blasfemos juicios, no temen vuestro odio. Su conmiseración es grande y a vuestro odio anteponen su amor.

Pero, tened cuidado: pueden anteponer su justicia, si su amor no fuese suficiente para haceros arrepentir de no perseverar en el error.

La fuerza que reside en el pensamiento de estas personas está regulada por una programación bien precisa y ausente de cualquier ambición negativa o coercitiva. La genética que poseen no se lo permite, porque los vuelve plenamente conscientes del bien y del mal. Sus pensamientos son cuerpos obrantes y modificadores. Los efectos negativos, surgidos de causas negativas, vienen reprimidos por estos cuerpos-pensamiento modificadores y, casi siempre transformados en efectos positivos.

Nuestra asistencia sobre éstos es activa y constante porque los consideramos nuestros hermanos, a todos los efectos. Debemos, aún si la mayoría no lo agradece, crear los presupuestos ideales del reino de Dios en la tierra. Es un designio que debemos realizar por suprema voluntad del Altísimo y creemos deber advertiros que todo tipo de oposición resultaría vana.

Es el tiempo. ¡Lo sabíais!. No es posible replicar a Dios.

Muchas estructuras existenciales están destinadas a mutar.

Las actividades biodinámicas sufrirán una renovación radical e incluso la genética se verá obligada a elaborar condiciones totalmente diferentes. El crecimiento del planeta que habitáis, os propondrá nuevas energías cósmico evolutivas y no podréis evitar estar implicados en este proceso cíclico que impone el dinamismo del espíritu creativo.

Seréis útiles si os adaptáis a este nuevo desarrollo.

Seréis cuerdos si comprendéis, en tiempo útil, las apremiantes exigencias de la ley superior cosmofísica y las leyes inmutables que la gobiernan en los ciclos de crecimiento. Vuestro planeta muta y así, también vosotros, debéis crecer si solicitáis, realmente, servir conscientes los valores eternos que confirman, en cordura y discernimiento, los dinamismos existenciales y los vuelven armónicos y equilibrados.

No sabéis por qué existís, pero no podéis ignorar que sí existís, es un motivo válido para existir, operar, y ser, sea como fuere, hasta que seáis convertidos en un instrumento directivo y no ejecutivo.

El Gran espíritu y el pequeño espíritu no se separarán.

El uno sirve al otro, y el otro al uno.

VIBRACIONES

“El movimiento común es único;

los movimientos de los cuerpos individuales

son múltiples”.

La morada de la Fuerza Omnicreadora del Padre de lo Creado y de lo No Creado, de lo visible y de lo invisible, está en el átomo de hidrógeno.

En el átomo de hidrógeno se alberga toda la genética del cosmos.

Desde su morada, la Fuerza Omnicreadora determina las diferentes dimensiones y los elementos que las constituyen.

Es verdadera Su Omnipresencia, Su Omnisciencia, Su Omnipotencia.

Sin Su presencia nada puede manifestarse. El espacio es ocupable sólo si Su fuerza está presente y móvil.

Como ya ha sido explicado por el hermano Hoara, el átomo de hidrógeno es el átomo primordial y primario. La variación de sus frecuencias comporta una determinación constante y precisa en las diversas estructuras dimensionales de la materia, tanto sólida como dinámica.

La ley de la fuerza omnicreadora está sostenida por el inmutable instinto del devenir y por los equilibrios de los diferentes dinamismos creativos de forma y de sustancia. Desestabilizar los dinamismos comporta una anómala actividad creativa.

Cuando coercéís la estabilidad de los elementos os coercéís a vosotros mismos; desestabilizáis vuestros equilibrios evolutivos y existenciales.

La degradación del átomo de hidrógeno conduce, inevitablemente, a la anulación de las vibraciones que instruyen la vida.

“No separéis cuanto Dios ha creado y unido”.

Vuestras enfermedades físicas y psíquicas y la lenta capacidad evolutiva de vuestra especie, son debidas a las frecuencias anómalas que las estructuras micro-cósmicas sufren, violentando así los equilibrios de la Fuerza Omnicreadora, siempre presente en toda cosa.

La desintegración del átomo de hidrógeno descompone radicalmente sus estructuras creativas. De aquí el lento e inexorable fin de la vida.

Debéis convenceros de que estas verdades son fundamentales para poder comprender la real naturaleza de aquello que vosotros llamais "Espiritu Santo" u otro que hace parte de vuestros cultos.

Nuestros conocimientos físicos dan como velocidad de movimiento perpetuo de los electrones sobre el nucleo de 1016 vueltas al minuto.

¿Puéde ser controlado el movimiento de la energía que determina la manifestación física?

He aquí las revelaciónes de Adoniesis:

"A nuestra ciencia le es posible el control del movimiento de la energía que determina la manifestación tanto física como astral.

Poseemos el conocimiento de la causa que determina tales efectos y sabemos que tal conquista brota de un conocimiento aplicado a la ciencia o viceversa, evitando en el modo más absoluto la exaltación de nuestras inteligencias y obedeciendo a las leyes fundamentales de la causa primaria de la Inteligencia Creativa del cosmos".

¿Es posible determinar un cambio controlado de una densidad material en astral y viceversa?.

"Tambien tal cambio es posible en el modo más consciente, pero es necesario dedicarse con mucha seriedad y sentido de absoluta responsabilidad. Sería un verdadero acto criminal concederos, así como sois, un conocimiento tan delicado y de alto concepto moral y espiritual, ¡Sabemos ya que abuso haríais!".

¿Puede el hombre volver a ajustar la dinámica de su cuerpo físico, restableciendo la recuperación de la vida después de haber sufrido un coercitivo desequilibrio y, por consiguiente, la pérdida total o parcial de la energía psíquica (muerte)?.

"El hombre lo puede todo; sólo que todavía no es capaz de conocerse a sí mismo.

A menudo el miedo a la muerte lo limita, porque se obstina en creer que todo termina allí.

El cuerpo de Jesús, después de la intervención coercitiva, fue totalmente rehabilitado, en todas sus funciones. También el de Lázaro: ¿Os recordáis?.

Y bien, nuestra ciencia también puede hacer ésto, porque conoce la total disposición del espíritu creativo respeto al amor que se concede y del cual él se nutre”.

¿Existen seres capaces de controlar el dinamismo de la energía psíquica y poner ésta en condiciones de obedecer a un programa en vez de otro?.

"Cierto que existen y también en vuestro mundo. Pero vuestra ciencia conoce, sólo, una limitada parte de aquello que es el edificio viviente del hombre y se vuelve sólo garante de aquello que prefiere conocer, sobre el plano exclusivamente material. Los científicos terrestres sólo creen en la resultante de una combinación química:

el hombre es, para ellos, una resultante química y nada más. Es indudablemente verdadero que el hombre físico es un instrumento instruido por un dinamismo diferenciado de la energía psíquica y por lo tanto obligado a una organización psico-bio-física, pero también es verdad que éste posee, igualmente, la causa primaria que es la eterna e inmutable Inteligencia del cosmos (Dios, como vosotros lo llamáis).

La causa que determina la diferenciación de toda cosa visible e invisible es la prodigiosa Inteligencia que todo compenetra y todo instruye con leyes que no se pueden impunemente transgredir, sin sufrir los efectos. Su naturaleza no es físicamente sondeable, pero os aseguro que es Omnipresente, Omnisciente y Omnipotente. Esto ya deberíais saberlo hace tiempo. Y bien, queridos hermanos, es de este gran e insondable Amor del que se sirvió Jesús para curar a los lisiados y dar la vista a los ciegos.

En vuestro mundo existen seres capaces de excitar este supremo cosmogónico dinamismo hasta el punto de forzar la psique a la completa rehabilitación vibratoria y, por consiquiente, al restablecimiento de la dinámica bio-física del cuerpo.

Tambien es verdad que el hombre, por el momento, sólo puede intervenir en estos casos limitados pero vendrá el tiempo en que llegará a rehabilitar completamente los órganos en descomposición gracias al conocimiento superior de los movimientos diferenciados de la energía psíquica, propuestos por los valores espirituales que, todavía, no estáis en grado de desarrollar conscientemente, responsablemente y con la fuerza de amor más grande de todos los amores. Para nuestra ciencia espiritual estas prácticas ya son muy, muy viejas".

Si la energía es materia y la materia es energía, ¿cuál de los dos aspectos es primario y cual secundario, considerando el hecho que la materia posee un movimiento mucho más lento con respecto al de la energía en su real dimensión?.

La energía es la fuerza primaria y la materia la secundaria, pero es, también, siempre la misma cosa.

De hecho la materia no es otra cosa que energía en un movimiento diferenciado, pero también siempre energía solar. Igualmente se podría llamar: " HHelios ".

La psique, o mejor la dinámica de aquello que vosotros llamáis vida, organización material sobre el plano mineral, vegetal y animal, la secrega " HHelios ".

El hombre es la resultante de movimientos diferenciados de la psique de los tres estados citados, un movimiento vibratorio más alto con relación al inicial mineral. Con esto no he dicho que el hombre físico sea la máxima expresión del dinamismo psico-material de la energía primaria que secreta " HHelios ".

Existe, y creo haberlo ya dicho, la Inteligencia del cosmos que todo compenetra , que todo instruye, que todo determina. Este dinamismo lo desarrolla el átomo espiritual que es justamente la causa primaria, o mejor "el Alfa", el principio inminente de todo plano manifestativo dimensional, condicionado por varios movimientos diferenciados "Omega".

Acelerando o disminuyendo el movimiento de la energía psiquica, ¿cuáles podrían ser las resultantes de estas diferenciaciones en el hombre, considerando ésto una vibración de energía densificada en la dimensión en que está obligada a manifestarse?.

Estas posibilidades están, en potencia, en el hombre. Las altas vibraciones de la inteligencia pueden, decididamente, intervenir sobre la dinámica psíquica y, consiguientemente, también sobre la física. Pero todavía son pocos aquellos que, sobre vuestro planeta, están en condición de sacar provecho de estas maravillosas posibilidades que ofrece la dinámica espiritual superior. Pocos ya lo hacen, pero son burlados, escarnecidos y perseguidos porque molestan la especulación y el beneficio de las industrias farmaceuticas y de todos aquellos que se enriquecen propinando venenos.

Es verdad que vuestra ciencia, la más consciente, con esfuerzos sobrehumanos y personales, ha conseguido modificar algunos estados vibratorios de negativos a positivos; pero también es verdad que niega, decididamente, la curación de la causa, dedicándose con apasionamiento a la cura de los efectos.

EXPOSICIONES PERSONALES DE ADONIESIS

AÑADIDAS A LOS RELATOS EXPUESTOS

Todo es movimiento.

Para ser más claro, todo es vibración sobre planos diferenciados y con ritmo de movimiento mínimo, medio o máximo.

Los cuerpos materiales pesados están caracterizados por un ritmo de movimiento mínimo en una dimensión inicial Mineral.

El desequilibrio inicial de uno, más uno, más uno todavía corresponde a 5000 vibraciones al segundo (vida mineral). Tal desequilibrio está destinado a aumentar con el consecuente incremento del poder vibratorio hasta alcanzar la completa sublimación y el desarrollo de una energía psíquica, que es la máxima expresión de la dimensión mineral.

Alcanzada tal sublimación, el mineral sufre un cambio sustancial tanto sobre el plano dimensional como sobre el vibratorio. La mayor aceleración del movimiento, 10.000 vibraciones por segundo, orienta a la psique a organizarse sobre el plano de la dimensión vegetal. Tal programación se desarrolla hasta alcanzar la dimensión animal y, consiguientemente, humana, 20.000 vibraciones por segundo (vida inicial del hombre).

Los hombres de hoy estan a punto de desarrollar el ritmo medio vibratorio de 35.000 vibraciones por segundo.

Tal vibración propone a la energía viviente condensada, un mayor ritmo y, por lo tanto, una lenta pero continúa transformación del hombre físico.

Sólo cuando el hombre haya alcanzado el último ciclo, 49.000 vibraciones por segundo, entonces advendrá la sublimación de la materia bio-física y, por consiguiente, la completa transformación de ésta en dimensión astral, que será el alcance del punto máximo del valor medio de la energía psíquica diferenciada.

Sólo entonces habrá alcanzado la personalidad astral, por tener completo dominio sobre los otros valores vibratorios inferiores o, mejor, de la energía materializada en ritmos diferenciados en los ciclos menores o medios iniciales.

La diferencia entre la personalidad astral y la espiritual consiste en el logro de la sublimación de la personalidad astral con 65.000 vibraciones por segundo, para luego iniciar la ascensión final hacía la sublimación del espíritu 99.999 vibraciones por segundo para estar en la conciencia dimensional de la naturaleza de la Inteligencia creativa de la energía Alfa, o Dios, como vosotros Lo llamais.

La Inteligencia Divina causa las diferenciaciones en los dinamismos de la energía psíquica que instruyen las organizaciones psicobiológicas del hombre. La diferenciación puede ser controlada influenciando el dinamismo cósmico Divino con el Amor Espiritual rehabilitando la psique, también de cuerpos en descomposición.

El Espíritu Creativo se nutre de Amor.

El H, Átomo Espiritual produce Helios, energía astral que secreta la psique, dinámica de vida en todo plano dimensional manifestado, en los múltiples movimientos diferenciados.

Las altas vibraciones de la Inteligencia pueden intervenir sobre la dinámica psíquica o física.

El universo invisible no es menor que el visible. Vuestra frecuencia visual no está en condición de concederos la visión del vasto panorama de una multitud de cosas existentes en el espacio en el cual vivís. Las frecuencias dimensionales, aún siendo diferentes, no impiden entrar en contacto con vuestras entidades físicas y percibir, a través de los diferentes campos vibracionales que instruyen los cuerpos invisibles, las actividades psíquicamente introducidas en el ámbito de su capacidad receptiva. Todo número y toda letra emiten una determinada vibración. Más números y más letras emiten otras tantas vibraciones. Los discursos son una secuencia vibracional, y no sólo los discursos, sino también los pensamientos, los actos en general. Todo aquello que viene trasformado en dinamismos vibracionales entra automáticamente sobre un plano de frecuencias dimensionales inmateriales. Tal plano se debe definir “frontera que separa al universo visible del invisible”.

(ALI)

La Psique se organiza sobre planos dimensionales caracterizados por diferentes vibraciones: mínimo omega 5.000, medio 49.000, máximo alfa 99.999. El alfa es el átomo espiritual, la Inteligencia cósmica que compenetra, instruye, determina, es el principio inmanente condicionado por los diversos movimientos diferenciados omega.

Curando la causa, se curan los efectos. Las vibraciones de la Inteligencia pueden intervenir sobre la dinámica psíquica y, por consiguiente, sobre la física.

En 1972 Eugenio recibió el consentimiento de dar, a quien considerase oportuno, la posibilidad de mejorar el control psicofísico, llevando a la altura del plexo solar un rubí-corindón (sintético), tallado de una forma especial (foto n° 12).

Lo denominó “Macromolécula o Esencia dinámica del Espíritu Creativo”, y habría desarrollado funciones a través de la energía solar que puede transmutar las energías, psiquizándolas.

Naturalmente era simplemente un instrumento subordinado al verdadero estado psico-anímico-espiritual del portador.

Si no era usado positivamente, según el plano de las Leyes Universales en las cuales habría debido vibrar, no habría servido para nada.

No puede, por lo tanto, ser usado por cualquiera, a no ser, como banal collar.

Medio adormecido, veo mi parte etérica, noto principalmente los ojos brillantes, limpios, muy penetrantes que parecen maquillados, la miro profundamente casi confundiéndome, diciendo: ¡ya está, así estoy bien!.

La miro lo más detalladamente posible y noto al cuello un grueso rubí cuadrado achaflanado, en el pecho, como dos cuadrados el uno en el otro, pero estoy para despertarme y la imagen, el rostro, se vuelve cada vez más material, vuelvo a esta dimensión.

“Frecuencias psíquicas bajas, medias, altas”.

¿A cuál de estas tres frecuencias pertenece el hombre, hoy?.

¿Qué comporta un mutamento de frecuencias?.

¿Cómo es posible coordinarlas?.

¡Hablemos un poco!.

El hombre de este tiempo está a punto de sufrir notables influencias de las frecuencias psíquicas medio-altas. Una posición bastante delicada si se considera que el aumento vibracional psíquico es de 45.000 vibraciones de más con relación a la baja frecuencia.

La actividad cerebral y física del hombre y de todas las especies vivientes sobre el planeta tierra se aproxima a las “ondas Veilter” de la cuarta dimensión. Una menguada toma de consciencia sobre estas nuevas frecuencias y sobre su responsable coordinación, comporta serias distonías en el ámbito de los equilibrios psico-físicos de los seres vivientes. Las superiores vibraciones no empleadas positivamente acelerarían los instintos negativos existentes, potencialmente, en cada individuo viviente.

Los jóvenes de este fin de siglo, más que los otros, perciben la aceleración que produce este cambio de frecuencias, exteriorizándolo con movimientos rítmicos desordenados y con acciones confusas y a menudo violentas.

Evidentemente, la culpa no es de ellos sino de la ciencia, aún incapaz de poner en evidencia la causa que produce tales cambios y por lo cual es necesario instruir una nueva metodología existencial, capaz de llevar a buen fruto la notable influencia que comporta la nueva frecuencia psíquica.

Es posible que se evidencie sobre el plano humano una acentuada capacidad de percibir y visualizar los valores cuatridimensionales, de tener perfecto conocimiento de cuanto, con las bajas frecuencias, no sea posible percibir, visualizar, oír y tocar.

El hombre, potencialmente, es el uno y el otro en una misma cosa: el uno es lento y el otro veloz, el uno está relativamente ligado a las bajas frecuencias y el otro a las altas frecuencias: “ponderable e imponderable".

La aceleración de las frecuencias psíquicas aproxima el uno al otro y esto comporta notables modificaciones que, si no son coordinadas positivamente, manifiestan inevitablemente una incompatibilidad de servicio y, consiguientemente, la inadaptación progresiva a las nuevas vibraciones: “autoanulación” o “autocombustión” del uno.

Las vibraciones, en el tejido etérico de una galaxia, son diversas y complementarias.

Vuestras vibraciones revisten un carácter negativo y es inevitable el impacto con las vibraciones positivas.

Observad bien la funcionalidad biofísica de vuestro cuerpo y las estructuras complementarias de los elementos que lo instruyen: cuerpos y anticuerpos, dinamismos físicos, dinamismos astrales.

En una galaxia existen componentes idénticos sobre un plano completamente diferente del plano en el cual se realizan vuestros valores existenciales. Cuanto se realiza en vuestra dimensión biofísica astral, espiritual microcósmica, igual de semejante es la realización en la dimensión macrocósmica, astrofísica, astral, espiritual. Cambian sustancialmente las potencias dominantes, con flujos y reflujos ordenados por una rígida ley emanante de la Inteligencia creadora que reside en el átomo primario sublimado (átomo espiritual).

Los seres hidrogenales son regidores universales creadores de la idea divina. Vuestro sol es logos de la idea divina y su luz es crística, siendo emanación de la voluntad suprema creadora (Padre de todas las cosas).

(HOARA)

En el interior de la pirámide de Keops está encerrado el Zed, pero, todavía no os es concedida la posibilidad de interceptarlo.

El Zed es un radiador cósmico, un memorizador, un depósito de las ideas divinas, un sincronizador, programador de aquello que está abajo, en relación con la voluntad que está en lo alto.

Sobre vuestro planeta existen, desde tiempo remoto, más “Zed” y sobre cada uno de ellos viene irradiada “la Luz de la Suprema Inteligencia del Cosmos”, las intenciones de la Idea creativa.

De ellos han brotado los programas que se han desarrollado, que se desarrollan y que se desarrollarán sobre vuestro planeta.

EL GRAN SECRETO DE LA ESFINGE Y NUESTROS TIEMPOS

La esfinge es algo de lo más real y que mira, precisamente, más que a la fantasía a la inteligencia del cosmos. Millones y millones de hombres de todas las razas se han detenido ante esta enorme figura de piedra, dirigiéndose diversas preguntas. El silencio ha sido siempre su respuesta y jamás el hombre pudo dejar libre su atávica verdad, aprisionada en la majestuosa figura. Sus garras hundidas en la arena del desierto demuestran, todavía hoy, que está decidida a quedar así, hasta que el hombre descubra su secreto.

En verdad, el tiempo ha llegado y es, precisamente, el hombre quien tiene que dejar libre el enigma que la ha vuelto aureolada de gran misterio.

La esfinge es el puro testimonio de la presencia de Aquellos que el profeta Ezequiel vió sobre el río Chebar y que llamó Querubines, el testimonio de la presencia sobre la tierra de potentísimas Criaturas venidas de los abismos siderales para cumplir una misión divina. Su personalidad estaba llena de saber universal, de aquel saber que roza el completo conocimiento de todos los secretos del cosmos.

Todos los grandes profetas del pasado vieron, oyeron y operaron, a través de su continua e incesante intervención que, con medios de impensable ciencia y con dimensiones todavía desconocidas, imponían la formación de una progresiva conciencia que debía desarrollarse, lentamente, hasta alcanzar una base suficientemente idónea, para luego poder proceder al inicio de otro paso mejor. Toda la historia evolutiva de la humanidad está tejida de esta gran y universal intervención divina.

El universo en el cual nuestro sistema solar vive su cosmológica existencia está en continua evolución y el Espíritu Creador en continua obra creativa y es absurdo pensar que nuestro mundo, y el mismo hombre, no sufra la consecuencia de esta inmutable causa.

Los Querubines están, nuevamente, sobre la tierra para preparar un gran evento y, esta vez, han venido sin velos, sin tablas de esmeralda y sin el propósito de hacer construir una nueva Esfinge, pero decididos, porque ésta es la voluntad del Altísimo, a invitarnos a construir un mejor camino y prepararnos para mejores intenciones si queremos sobrevivir y volver a ver, todavía, otra vez la gran Gloria de Dios descender sobre este mundo para darnos el más grande perdón y la eterna felicidad tan anhelados en los tiempos de los tiempos.

La esfinge, finalmente, ha hablado.

PIEDAD, CARIDAD,

CONOCIMIENTO, FE

“Tengo fe

porque he comprendido”.

Es Poimandres que te habla:

“El infierno y el paraíso, el mal y el bien, el odio y el amor, habitan en cada uno de vosotros.

Sois siempre vosotros a querer el uno o el otro. Si no sois conscientes de los efectos que producen estas fuerzas complementarias, entonces debéis necesariamente experimentarlas.

Sólo entonces estaréis en grado de comprender él por qué de la infelicidad o de la felicidad, de la alegría o del dolor, del odiar o del amar.

Ha sido dicho que “si conoces lo que produce el amor, no puedes no amar”. Si maltratáis el bien, el mal se manifiesta y os domina.

“No sabía” no es justificable si, experimentando, has conocido los efectos que produce la verdad de lo uno y de lo otro.

La sabiduría nace del conocimiento de aquello que desarrollan estas aparentes fuerzas opuestas ”.

Antes de conocer a Eugenio, buscaba, buscaba, y una nueva apertura me había sido preparada por un sublime maestro: Paramahnsa Yogananda.

“¿Por cuánto tiempo os dejaréis cortar, inertes, por la guadaña de la muerte, porque nunca habéis tentado, durante vuestra vida, vencer a Maya, la ignorancia?”.

Y en esta dimensión humana, social, mi juventud se debatía para conquistar el discernimiento entre realidad de la Verdad y realidad de la ilusión.

No era fácil liberarme de la red de este diferenciador: ¡la ilusión cósmica!. ¡Este poder mágico de la creación, este juego divino que tiende a ofuscar las tensiones humanas desviándolas de la conquista de las leyes del Espíritu!.

Y, todavía, me era difícil concebir el sentido de la compasión oriental, que conduce a la apertura del corazón y a la iluminación.

P. Yogananda es el ejemplo de quien, olvidando la egoística beatitud, vuelve a la dimensión del dolor que es un sendero más largo y difícil por amor a la humanidad, a través de la Iluminación. Compasión o Piedad son el Conocimiento de amar al prójimo en Dios, son la fuerza y la sabiduría en Dios. Aquel que lo da todo sin recibir nada a cambio.

El hombre piadoso es iluminado para sublimar el sufrimiento y amar con conocido sacrificio.

“Mi sufrimiento no es casual, sino causal, porque es a través de éste que catalizo aquellas frecuencias espirituales que se pueden perder si no son corroboradas y alimentadas por cuanto el dolor produce.

Estas son características que revelan una verdad conformada por quién conocía una realidad que, a menudo escapa: “Bendecid a quien os hace sufrir”.

Si el cielo ama, prueba, y el cielo sabe porque prueba.

Hágase la voluntad del Altísimo.

Para mi no es un misterio el dolor de todos aquellos que están en el mundo pero no son del mundo”.

Si no se vive una realización, si no se llega a esta con pena de desesperación, no se puede concebir el renacimiento.

Las palabras y los pensamientos quedan tales, fríos.

La compenetración en la idea divina, en esta dimensión, puede ser asumida con el dinamismo, un dinamismo operativo de humildad, de voluntad de amor con todas las fuerzas de Dios.

Es cuando el Padre te deja solo y las fuerzas tentadoras y disuasoras buscan estrujarte, que puedes encontrarte a tí mismo para volverte como Aquél que es. Sólo la “fuerza primaria” del amor perseverante es tu amiga en el sacrificio.

Crecer significa ser conscientes de los valores eternos que corroboran de cordura los dinamismos existenciales y volverlos armónicos y equilibrados.

Vosotros no sabéis porque existís, pero no podéis ignorar que si sois, hay un válido motivo para ser, operar y ser todavía hasta volverse un instrumento directivo y no ejecutivo.

Nacer, mutar y renacer hasta que se alcance la realización de la propia real naturaleza divina. Entonces se es una gota de agua del océano, en el cual se vuelve una sola cosa, alcanzando la unión de la multiplicidad en la unidad.

El hombre se redime cuando renace conocedor de su dignidad humana y divina.

El hombre es un instrumento programador de la ecología universal.

El debe ser consciente de esta verdad fundamental. Debe ser plenamente conocedor de los valores operativos de la tercera dimensión.

La sintonía que liga el humano al divino es el Amor y la Armonía de las pequeñas cosas que edifican el Amor y la Armonía de las grandes cosas.

En la economía del cosmos, toda cosa creada y manifestada es siempre una sola cosa.

Pero si degeneráis y perseveráis, quedáis privados del real conocimiento que es la sola vía que conduce a la realización del Ego Superior, coordinador de evolución e instructor de las portantes existenciales.

El desprecio hacia las cosas materiales es una fuerza activa que evidencia la Piedad hacia Dios que es lo contrario de la ofensa, por consiguiente respeto hacia la voluntad de asemejarLe.

Y así es el sacrificio de la Madre, de los Mensajeros, de Dios que del Espiritu renace en la materia.

Así es la ley del sacrificio de los tres Reinos que se ofrecen con amor para ser transformados, evolucionados a través del hombre y sus expresiones dinámicas.

Este estado de consciencia superior tambien podría llamarse “Fe”:

"Esta Fuerza, omnipresente que jamás tiene reposo, que se libera con emisión de energía" decía Eugenio.

¿En verdad, quien de vosotros conoce la realidad de esta titánica fuerza que actúa constantemente en las sensibles estructuras hiperfísicas de vuestra alma?

La fe, en verdad, es una innata predisposición que pone, en cada instante, al habitáculo del Espíritu en una fase posible de autorrealización de las fuerzas edificadoras del Ser eterno y divino que se detiene en tal manifestación. La fe es un veraz bálsamo capaz de sacudir el sueño de Aquel que está inmerso en los sueños de la vida y de las obras limitadas del espacio y del tiempo.

En verdad, quien tiene fe y por su medio creerá y edificará en la vida, ciertamente realizará aquel invisible puente que une el Ser relativo al ser Absoluto y todas las cosas limitadas a las cosas ilimitadas.

Ante la fe pura, las barreras del espacio y del tiempo cesan de existir porque es verdad que entonces, el espíritu se habrá elevado en su verdadera gloria.¡Al decir ésto, con juicio y sabiduría, comprenderá!.

"La Fe es una sintonía de salvación".

La Fe, la Paciencia y la Humildad son las vias maestras que conducen hacia la fortaleza espiritual.

Sólo cuando habréis alcanzado esta luminosa meta, sentiréis en vuestros corazones el latido potente del corazón de Dios.

El coraje que el Padre glorioso os concede está en perfecta sintonía con la fe que poseéis para la superación de las debilidades que os vuelven incapaces y miedosos.

Hombres de poca fe, hombres a quienes falta la voluntad de atraer sobre si la Gracia del Señor.

Hombres tibios, privados de la fuerza que quema al Espíritu y al corazón de pasión, como la que tuvo el Maestro para poder recorrer la vía triunfal de la divinidad.

Si os dejaréis coger por el sueño, estaréis perdidos.

¿Por qué decís:"Queda con nosotros Señor porque se hace noche"? Vuestra tibieza nace del miedo de no estar tutelados y aliviados de las dificultades que vuestra pálida fe no consigue quitarse.

Aquello que siempre ha diferenciado la actividad de Eugenio, ha sido la diligencia. He conocido y vivido durante años al lado de Eugenio esta energía que no tiene reposo.

El período divulgativo de Valverde del 72 al 76 ha sido el más provechoso de encuentros y viajes.

He estado casi todas las tardes, hasta la noche, sin horario, a ver pasar ríos de curiosos, periodistas, estudiosos, amigos pasión pasajera, interesados en recibir quien sabe que cosa, como hacerse transportar en un autobús hasta las escarpadas pendientes del monte, del propio sendero a recorrer con toda la fatiga necesaria. Llegados allí, teniendo que apearse para poner en práctica, desaparecían o se rebelaban desilusionados.

He acompañado a Eugenio en numerosos viajes, en Italia, Norte de Europa, España, Sud América. He oido repetir las mismas enseñanzas infinitas veces con infinitos matices y estados de ánimo.

He visto infinitas bocas abrirse e infinitas mentes meditar. Y Eugenio siempre estaba dispuesto, contestando aún sin que las bocas hubieran vuelto sonora la pregunta, aconsejando, reprendiendo, leyendo en el alma, con lágrimas o con alegres carcajadas. Eran momentos en los cuales, yo mismo, ya no sentía mi cuerpo sino sólo la vibración.

De vez en cuando decía al grupo de los más intimos: “Ahora estáis viviendo envueltos en algodón. Vendrá el tiempo en el que las pruebas seran terribles y no se quién, de vosotros, será capaz de superarlas”.

Estos estímulos al discernimiento eran intercalados por los más largos momentos de enseñanza y apertura de conciencia.

Aún si muchos coloquios eran de aparente consolación acariciante, en verdad predisponían a comprender que es la Luz, la Fe, la Vida, las Leyes de la Naturaleza Divina:

“Luces de mi Luz viviente, no os asalte la duda si verdaderamente conocéis los poderes de Mi Ley y los Divinos Valores de Mi naturaleza viviente.

Vosotros sabéis que yo no soy la expresión de la humana ley, no soy hombre, soy Dios y, como tal, también soy Aquel que está viviente en cada cosa que es parte de Mi mismo.

Vuestra vida es Mi vida, vuestra sonrisa es Mi sonrisa y también vuestras alegrías y vuestros dolores son Míos.

Yo os he querido vivientes en el tiempo de Mi Obra en el mundo en el cual habéis renacido.

Yo os he acogido, uno por uno, y a cada uno he dado Mi voluntad y un cometido a desarrollar.

No os asalte la duda y no se debilite la Fe que he vuelto a encender en vuestros corazones.

No se debilite vuestro coraje y no se apague vuestra esperanza, si a menudo estáis forzados a hacer aquello que no quisiérais hacer, a oir aquello que no quisiérais oir, a ver aquello que no quisiérais ver, a tolerar aquello que quisiérais repeler.

Recordaros, siempre, que estáis en el mundo y no sois del mundo y Mi Divina Luz está en el mundo. A través de vosotros, Mis Angeles preparan a aquellos que yo he señalado para ser despertados y para que hablen de Mí, de Mi Verdad, de Mi Tiempo y de Mis profetizados designios que deben desarrollarse y cumplirse.

Los poderes de Mi Ley están en plena actividad y toda cosa es removida, agitada y destinada a la purificación. Los valores Divinos de Mi naturaleza viviente están manifestados en vosotros, en vosotros que sois Mi Palabra y la Fuerza que de esta emana.

A vosotros ha sido confiado el cometido de fermentar el Bien, la Justicia, la Paz y el Amor de Mi Celeste Reino y de exaltar entre los pacíficos y los mansos la Ley de la Fraternidad Universal y la inmensa felicidad que tal Ley edifica en las almas y en los corazones de los hombres.

Esto os ha sido confiado por Aquél que fue, es y será vuestro sostén, vuestro seguro guía, vuestro espiritual consuelo. Él es y será siempre la Pura Expresión de Mi y de Mi Eterna Verdad, Él es el Primero y el Último, el Alfa y el Omega.

Ahora os digo: nadie conoce aquello que edifica vuestra obra, pero Yo sí, Yo conozco los frutos que se maduran. También conozco aquellos que os procuran sufrimientos, que os calumnian, que os persiguen y se rien de vosotros. Estos no saben que haciendo ésto, me lo hacen a Mi.

Pero Yo los reprenderé y los llevaré allí, donde ninguno de ellos quisieran ir. No temáis, vosotros que estáis en Mis Gracias y que por Amor Mio no tenéis reposo. La Beatitud será vuestro premio y en Mi Reino estará vuestra casa, moraréis eternamente en Mi Luz de Amor y de Paz, de Belleza y de Felicidad.

Sedme fieles hasta el último instante y tened en vuestros espíritus la alegría que os he dado. Vosotros sois Mi Luz Viviente en el mundo, no os asalte la duda, porque es Verdad cuanto, por medio de mi siervo y hermano, os he dicho y os diré”.

INTUITIVO, PERCEPTIVO,

SENSITIVO

“Es necesario pasar

de un punto sobre una recta

a un punto sobre un volumen”.

No hay que temer, nunca, penetrar en el infinito porque somos parte de él.

Autorrealizarse quiere decir sublimar la sintonía con lo Divino.

La predisposición es un catalizador que favorece el devenir práctico de algunos estados de consciencia, o intuiciones, o voluntad, respecto a otros.

Es esta espiritualidad instintiva que, a menudo me salía de lo íntimo, me ha conducido siempre fuera del fondo de los océanos en los que estaba para morir, por amor al prójimo, encontrándome siempre y sinceramente al lado del Maestro, como cosa obvia.

Y no sé si es más absurdo que no lo hubiese comprendido bien enseguida o que debiese esperar larguísimos años para realizarlo.

A menudo estaba en crisis porque debía luchar con los impedimentos, en lugar de desarrollarme como quería: “Tus crisis las conozco bien, también las he pasado yo” me contestaba Eugenio, y luego “debes tener más confianza en ti mismo”. ¿En la Arquimia?. “Sí”.

Sin embargo el Consolador, a menudo ha estado cerca de mi en los límpidos desdoblamientos astrales.

1989: “Corría alegre junto al Consolador a lo largo de un sendero de montaña. Eugenio estaba sentado sobre el muro de su casa y nos miraba sonriendo”.

Mi temor era el de buscar algo que nunca había buscado y mi alegría era de encontrar cuanto nunca había buscado, y ahora comprendía que siempre lo había deseado.

Mis ojos miraban hacia el último rosa de los cirros a lo largo de aquel cielo azul, pero inmediatamente volvían entre las ramas del bajo bosque para no perder el sendero, para habituarme a mirar en la oscuridad, cada vez más opaca. Tal vez habrían querido saltar sin tanta fatiga, mis piernas, a lo largo de la pendiente de aquella montaña escarpada, y mis manos acariciar los troncos para empujarme dulcemente, volar, pero solamente ahora descubro que mi pensamiento no estaba presente en aquellos momentos de angustia y, de vez en cuando, debía pararme para retomar aliento, con el fin de tranquilizar el impulso más violento que el pecho quería dar al caminar de mis ansiosos pasos. Era como si yo supiese, pero en realidad no lo sé explicar.

Debía ascender, debía llegar allá arriba... me esperaba.

Eran finales de abril de un año de esta mi vida, en el que todas mis vidas me han vibrado alrededor, casi acariciándome en la unidad de mi esencia para reconducirme más allá de las ilusiones. Como si años y siglos inútiles desaparecieran, ante la realidad, era yo mismo, en equilibrio entre el cuerpo viviente en esta dimensión biofísica y mi espíritu eterno y omnipresente. Un instante infinito estaba entre mis ojos y mi corazón, y mi alma suspendida de profunda tristeza, consciente del retorno al presente. Algún momento antes se había desgarrado, definitivamente, el velo de Maya y mis ojos veían más allá de todo horizonte de mis pensamientos.

Estaba apoyado en la base de una encina, en el interior de un ántico cráter del Etna, una brisa helada me cortaba las mejillas entre los bordes del chubasquero y hacía campanillear las últimas hojas secas. Más que por los cirros rosa, era atraído por las matas de florecillas de primavera y mis pensamientos se encaminaban a cuan inútil y estéril se había vuelto la vida sobre este planeta de humanidad asesina: ¿por qué continuar luchando?.

De repente, un extraño rumor, rítmico, cada vez más cercano, se transformó en un potente batido de alas que, desde mi parte izquierda me sopló ráfagas de aire que me sacaron del ensimismamiento, transportándome de golpe a la sensación del temor feliz.

Una gran águila de plumas doradas al ocaso, con algún que otro batido se posó sobre una rama más alta. No tuve el tiempo de mirarla mejor cuando un agudo grito de reclamo penetró como una cuchilla en mis sentimientos, como para romper la fuerza de los sentidos, liberar la luz de mi alma y hacerla ascender hacia ella, y mientras esto acontecía, como un eco melodioso repetía el grito, pero no venía del embudo del cráter, estoy seguro que venía del alto azul.

No tuve el tiempo de mirar, entre las ramas, aquellos ojos de fuego que no comprendía si me miraban o me hablaban, porque las enormes alas se abrieron majestuosas y seguí, como a cámara lenta, un largo volteo, primero alrededor de la encina, luego a lo largo de los bordes del cráter y luego más arriba, en lo alto y era neta mi impresión de la espiral de la serpiente que se eleva de lo manifestado... pero busqué, en vano, aquel puntito allá arriba, en el rosa violeta, había desaparecido. Fueron tantas las observaciones de mí conciencia y tan inmediatas que, mirándome alrededor, exploté en un sollozo incontenible.

Cada conciencia debe alcanzar el estado unitario para que la Luz de la Divina Sapiencia se vuelva aquella única cosa que siempre ha sido y nunca conseguida por la inmadurez del poder intuitivo.

El secreto de la Purísima Verdad desde siempre había sido concedido con manifestaciones diversas, pero siempre velado por lo incomprensible, como satisfaciendo nuestra morbosa curiosidad por sentirnos felices, pero las respuestas sólo contenían una parte sutil de verdad para una mente humana sin posibilidad de comprender.

Una revelación que continúa ocultándose, hasta que llegue el momento en el cual ya no será posible hacerlo. ¿Y entonces?.

Entonces acontecerá por haber alcanzado el tiempo y por el desarrollo conseguido, que la verdad no les será, más, negada.

La intuición solamente ve lo Invisible, en cuanto ella misma es misterio.

Si tú eres capaz de percibir el misterio, éste se manifestará a los ojos de tu mente.

La pródiga naturaleza del Señor no tiene limitaciones: ésta se manifiesta a través de todo el mundo.

Tú puedes conocerla, puedes, más bien, verla hasta en tus manos y contemplar la imagen de Dios.

Busca un guía que te acompañe al umbral de la Gnosis, donde clara la Luz resplandece clara, pura de sombra, donde ni siquiera un alma está ebria, sino todas sobrias, despiertas de su delirio y tienen los ojos fijos sobre Aquel que quiere ser visto. Dios no ignora al hombre, más bien, Él lo conoce enteramente y a fondo y Su voluntad consiste en ser, también Él, bien conocido por el hombre.

Y es éste, para el hombre, el único medio para salvarse: la Gnosis de Dios. Éste es el sendero que sube a lo largo de la montaña y sólo con tal ascensión el alma humana se vuelve buena.

Pero ser capaces de conocer el Bien y querer, esperar, esta es una vía estrecha, es el mismo Sendero del Bien.

Sólo que tú pongas el pie en aquel Sendero, el Bien te vendrá al encuentro, de todas partes, y será pues visible, también donde y cuando tú no creías encontrarlo; cuando tú velas, cuando duermes o viajas por tierra y por mar, de noche o de día, si hablas o si callas.

¡Puesto que nada existe que no sea imagen del Bien!.

Y aquel que no ignora estas cosas puede conocer a Dios en el sentido más completo de la palabra, más bien, si nos atrevemos a decirlo, puede verLo “volviéndose él mismo la Cosa que ve” y, viéndoLo se vuelve inmortal.

He ahí, oh hermanos, el ántico contenido que jamás el tiempo destruyó por la Verdad Suprema de la Sapiencia Divina de Dios.

Y yo quisiera respirar, todavía, como en aquel tiempo, el aire del Templo Supremo que movió de vitalidad el atávico cuerpo más veces derrotado.

¿Qué dirían aquellos que por el mismo Sendero se han vuelto Regentes de las potencias de la Divina Sapiencia de Dios, si todavía me mostrase ante Sus ojos con el cetro del Gran Querer?.

Oh, Grande y Divino Padre, ¿por qué, por qué nunca tal querer yo cumplo en este tiempo y en este lugar de dura penitencia?.

No me contestes, Padre dulcísimo, porque no es lícito que, todavía, yo dude del despertar que me ha sido concedido por el Divino Consejo de los Siete Jueces.

Perdóname, Esplendor de mi alma y concede a este humilde servidor tuyo la gracia de Tu Celeste Justicia.

Yo estoy aquí, en los mismos semblantes de aquel que tuve, en el gran pasado y Te sirvo, Dios mío, Te sirvo con extrema humildad operando con el Arte de la Sapiencia de Tus Jueces, mis dilectos Maestros, dispensadores de Tu Luz Eterna.

Oh, mis dilectos Maestros de la dulcísima mirada, que liberáis la Luz de todas las creaciones y difundís el Soplo vivificador en todo remoto punto de los Siete Cielos, concededme Vuestra Divina Sapiencia para que yo no tenga un camino diferente y para que cada cosa advenga según Vuestra Divina Necesidad, así como Dios ha predispuesto que sea.

Vuestras enseñanzas, oh Sapientes Ministros, se revelan ante mi consciencia y no hay cosa que me sea extraña, ni verdad que me pueda escapar.

Todo, aunque lentamente, se desliga en la viva Luz de la Verdad Una y de la Conciencia - Una y no hay paso que pueda permanecer oculto al ojo de mi espíritu.

Todo reside en Mi, todo contemplo en la libertad de la Luz Inmortal y de esto Os rindo reconocimiento, oh amables Maestros, puesto que sin Vuestro consuelo mi espíritu no se habría dilatado tan rápidamente.

Ahora Os ruego permanecer dentro de mi, para que me sea lícito realizar la obra preparatoria y para que se verifique el total cumplimiento del primer discurso del Sagrado Libro del Triángulo de Oro.

"Nosotros, hijo, tenemos el cometido de mutar los conocimientos según el tiempo que consideramos oportuno, para que el hombre de esta esfera, tenga que tomar, con maduro conocimiento, el aspecto progresivo de las leyes que, a través del tiempo, cambian de aspecto.

No es suficiente comprender el efecto de una ley: es necesario conocer la causa que produce el efecto.

Muchos hombres, todavía, están sordos y ciegos, pero en verdad, querido hijo, advendrá que ellos deberán, necesariamente, arrepentirse.

La receptividad del medio no es la receptividad del corto, ni la receptividad del medio y del corto es igual a la receptividad del largo o de los cortísimos.

Todo ser que vive sobre esta esfera recibe las leyes según la onda sobre la que escucha y actúa con los efectos que absorbe, según la dilatación o la gravitación de las mismas.

Ahora es tiempo que te digamos:

Los nuestros y tus amigos deben, absolutamente, comprender los actos que necesariamente estamos obligados a manifestar. Aquello que les sucederá a ellos y alrededor de ellos es debido, principalmente, a un método extremadamente secreto, apto a estimular una activa y consciente acción en confrontación con los instintos interiores atávicos, con el fin de impedir la intervención y, por consiguiente, el desarrollo de un impulso psicológicamente deletéreo y contraproducente al estado preparatorio del desarrollo de los órganos del P.E.S. bajo nuestro control. Es verdad que la maduración de acontecimientos simbólicamente demostrativos quiere, claramente, encaminar los órganos en desarrollo hacía un plano dimensional psico-intuitivo y orientativo al mismo tiempo.

Si una rosa roja se vuelve blanca, no debe expresar un hecho fenoménico, sino debe, más bien, concederos un motivo para comprender, intuitivamente, un hecho expresado simbólicamente.

Otros acontecimientos expresados simbólicamente, en tantos diferentes modos, quieren comunicaros datos de atracción ligados al tiempo y a los acontecimientos inmediatamente próximos a manifestarse.

Nuestra tutela puede pareceros bastante extraña por el modo en la cual es realizada pero todavía debéis esperar para daros cuenta de ello.

Podemos deciros que todas las circunstancias causales de cualquier acto vuestro, están subordinadas a un conjunto de previsiones referentes a los efectos que la fuerza del acto está obligada a determinar.

Cuando estos efectos resultan contraproducentes, las circunstancias cambian la dirección del impulso evitando, de tal forma, los efectos no deseados.

Son muchos los que creen estar en contacto con nosotros, que reciben mensajes y comunicaciones varias. Muchos de estos se engañan y son engañados.

Nuestros colaboradores terrestres poseen características bien precisas y son el fruto de una elaboración bio-dinámica, derivada de una manipulación genética, desde hace tiempo, programada".

VISUALIZACIÓN, AUDICIÓN Y MEMORIZACIÓN

DIRECTAS E INDIRECTAS: HOARA EXPLICA

Los ojos son los medios físicos que transmiten, a los centros nerviosos, las imágenes. Los oidos son los medios físicos que transmiten sonidos y vibraciones a otros tantos centros nerviosos. Estas imágenes y estos sonidos son, a su vez, memorizados.

Este sistema (normal para la naturaleza física del hombre) es definido por nosotros "visualización, audición y memorización directas". La visualización, la audición y la memorización indirectas acaecen a través de la penetración en los centros de percepción del cerebro de imágenes, sonidos y colores cuando el sujeto está en fase de desdoblamiento controlado. En este caso no ve y no oye a través de los medios físicos, sino por sintonia directa. Los valores de la realidad que son captados por el sensorial emotivo no son, de hecho, diferentes a los que se reciben a través de los ojos y de los oidos. En el desdoblamiento las capacidades de los centros nerviosos son aceleradas, llevando el cociente intelectivo y memorizativo al máximo y tal que no puede ser fácilmente borrado de la memoria. El éxtasis de los videntes es una práctica de desdoblamiento controlado que concede ver y oir cuanto otros, no sometidos a tal procedimiento, no ven y no oyen. Casi siempre los contactos con las frecuencias superiores advienen por vía indirecta. Solo en casos excepcionales advienen por la vía directa. Las visitas celestes tenidas por el profeta Lot y por otros contactados han advenido a través de la vía indirecta.

(HOARA)

Cada atención, cada vibración, cada tensión, te lleva, te transporta inexorablemente donde piensas querer ir. Es el momento de comprender si es un instinto de intuición interior o una simple satisfacción de irritación material.

EL SECRETO DEL YO

Ser conscientes de ser, de pensar y operar, de reflexionar y de actuar en bien y en mal no es suficiente prueba de la completa consciencia del ser.

El Yo superficial es el Yo presente y es el producto de una experiencia temporal, que se limita a manifestar las actividades de aquel Yo temporal operante con una consciencia limitadísima con relación al tiempo, también este limitado.

El Yo profundo, que encierra toda la consciencia del ser, es una secreta actividad que opera solamente en el vastísimo campo del ser incorpóreo.

Lo incorpóreo no es otra cosa que el conjunto de las experiencias, el equipaje que contiene las secretas cosas del Yo inmortal.

El Yo inmortal es el Yo eternamente unido a todas las manifestaciones de lo creado. Él no está sólo en el presente, sino tambien en el pasado y en el futuro.

El hecho de que algunos puedan conducir el camino de algunos otros hacía senderos, que estos últimos desconocen, no es cosa misteriosa ni es fenómeno como muchos quieren creer.

El fenómeno no existe si no existe la causa que produce aquello que muchos, desdichadamente ignorantes, llaman fenómeno.

Muchas causas son, todavía, potentes fuerzas misteriosas que actúan y se manifiestan y que, a menudo, dejan perplejos a quienes no quieren comprender su naturaleza y su procedencia. Pero, en verdad, no hay tanto misterio como, aún, se quiere obstinadamente creer; el misterio y el fenómeno son y existen solamente para aquella parte de la humanidad aún niña e inconsciente.

Tales acontecimientos, que todavía se discuten como cosas ocultas son, sin embargo, actividades de un mundo superior mucho más evolucionado que el nuestro y con criaturas vueltas más conscientes.

El Yo secreto es un faro de luz que ve, oye, opera y a menudo actúa, procurando a aquel que sabe sacudirlo, una sabiduría sin límites y potentes posibilidades de conocimiento.

Una vez en contacto con esta inmortal Luz, los ojos del espíritu sufren una tal dilatación que permite la visión inmensa y sublime del gran Templo, en donde la vida y la muerte operan en continua armonía para la realización de aquel Yo completo, idóneo a traspasar, y para siempre, el mundo de la materia con el perfecto conocimiento de todas las capacidades morales.

La íntima historia del alma de este mundo, desde su creación, corre sobre las alas inmortales del tiempo.

Su encanto divino es inagotable, queda indeleble en la Luz del eterno pensamiento de los hombres y nunca se ha mostrado en la mente del profano el místico poder que religiosamente se oculta en el alma ardiente de aquellos que, con entrañable amor, despiertan su fuerza y de ella cogen la verdad y la belleza.

No es cosa fácil tener éxito en tal empresa, ni es cosa simple abrir las alas de fuego del espíritu para poder saborear totalmente la dulzura de un viaje a través del Templo del tiempo, en donde cada cosa logra vivir en un breve espacio, en los Cielos.

Yo, que he amado, más alla de los límites, tal encanto con religioso conocimiento de los Divinos Poderes, he abierto las alas de fuego de mi espíritu con la plena consciencia de volverme a encontrar en aquel breve espacio de los Cielos y de haber comprendido, además de la infinita grandeza de Dios, el significado profundo del misterioso camino de los seres de este mundo y de todo aquello que en él vive y se transforma por virtud de aquella divina e inmutable Ley que tal obra rige.

La historia es breve en el pensamiento e inexpresable verbalmente, y es quizás por ésto que también es incomprensible para aquellos que, todavía privados de aquella inmortal Luz interior, a menudo confunden, con su natural fantasía, una obra espiritual nacida de la profundidad de la conciencia interior, con una obra común de experiencia puramente literaria y limitada por los conocimientos de una brevísima existencia.

Yo digo que no es suficiente comprender aquello que está limitado por la membrana del breve tiempo que es nuestra vida, ni es satisfactorio para el alma coger solamente aquello que se encuentra en la superficie de la conciencia.

Es necesario ir al fondo, rompiendo con la fuerza de la fe todas aquellas membranas que encierran los verdaderos valores de la conciencia atávica del Yo eterno.

Allí, el alma se siente unida al inconfundible y eterno Principio y solamente allí puede coger las apreciadas perlas de una Verdad que conforta y que promueve la resurreción de la eterna conciencia.

No es vano el camino, ni nunca lo será para aquellos que creen en Dios y Lo buscan en el secreto del Yo.

No es en vano el camino, creedme.

Quisiera poder comprender el secreto atávico de la fantasía humana para poder encontrar el conforto que busco y que todavía no consigo encontrar.

Quisiera poder confundirme con la verdad de todas las criaturas de Dios que me rodean, que pienso, que creo y que amo, como una sola y única cosa existente.

Quisiera poder hablar en el silencio de la Luz de los Cielos para calmar la encendida tempestad que se ha desarrollado en lo profundo de mi Alma.

Quisiera finalmente, poder preguntar al Eterno Padre de los padres si vale la pena desatar, de la atávica conciencia, el nudo de Luz que encierra las preciosas Gemas para imprimir Su eterno reflejo en estos folios y si, todavía, es útil que yo haga conocer a esta generación, enana de fe y gigante de orgullo, tantos secretos que, quizá, ridiculizará porque no comprenderá.

Si tanta gracia Él me concede y si tanta luz hay dentro de mi alma, no puedo no creer diferentemente que sí.

Y yo no vacilo un sólo instante a decir a quien cree y a quien no cree:

Hay una extraña fuerza que opera incansablemente y que crea las cosas, todavía, antes que el Ser las piense. Esta fuerza, que no es ciertamente material, es inmortal siendo parte operante del sistema creativo del Pensamiento Divino.

Por el momento nosotros la llamaremos “fantasia“ y nos limitaremos a ir de acuerdo con los hombres de la actual ciencia que mejor de todos saben y comprenden la verdad.

La verdad indiscutible es que muchas cosas antes se piensan y, luego, se realizan y, ciertamente, no podría ser diferentemente. Sin embargo, para poder quedar definitivamente convencidos, deberemos conocer o por lo menos pensar la verdad inicial que debería dar respuesta a esta pregunta:

“¿Dónde estaba el objeto, o la forma del objeto, todavía antes de ser pensado y, luego, realizado?“.

Mil respuestas, con palabras más o menos difíciles, se condensan ante esta pregunta.

Los doctores escrutan el horizonte físico y otros, todavía, buscan en el fenómeno sin causa la explicación natural, dando un sí o un pero, sin conseguir con esto una respuesta aproximada.

No son necesarias difíciles expresiones, ni cálculos numéricos para poder tomar el argumento principal que lleva a una concluyente respuesta a tal pregunta.

La enorme dificultad está solamente en poder comprender el valor intrínseco, aún cuando alegórico, del argumento que más se ha vuelto idóneo a abrir el vastísimo horizonte de un tan importante conocimiento.

Si el pensamiento es el producto de la energía radiante que desarrolla la actividad de nuestro cerebro, éste debe poseer, necesariamente, aquella extraordinaria elasticidad que posee la luz y, por consiguiente, aquellas determinadas características que un cuerpo luz posee.

Por tal motivo la primera verdad no está en el pensamiento, sino en la energía que contiene el atávico germen del pensamiento y que, en un cierto momento, encuentra en las vibraciones de un cerebro el campo idóneo de su desarrollo.

Por germen, quiero decir una parte o, mejor, el principio de una larga estela de gérmenes-pensamiento, ligados los unos a los otros y que hacen parte de una determinada actividad del cerebro atávico.

La verdad es que un mundo super-consciente y super-inteligente, si bien incorpóreo y microscópico, nos escapa a la observación, y aún cuando sufrimos con consciencia cualquier actividad suya, no buscamos nunca la verdadera causa, justamente porque no estamos en el campo de observación en aquel determinado momento.

De hecho, cuando una estela luminosa de gérmenes-pensamiento entra en contacto con un ser preparado e idóneo para desarrollar las características y por consiguiente el metódico movimiento vibratorio, los gérmenes-pensamiento producen en este ser la perfecta visión de los hechos, acontecimientos, formas, objetos, etc.

Y es difícil, extremadamente difícil poder comprender a aquel o aquella que se han vuelto sujetos del mundo del pensamiento.

Muchos ciertamente quisieran probar, por lo menos una vez, para creer de modo definido en el inmenso poder que sobrepasa nuestro insignificante orgullo y nuestro mísero conocimiento, pero mejor es la prueba para aquellos que más que probar quieren entrar, definitivamente, en este mundo anticipadamente y poder dar en vida aquello que quisieran dar después de la muerte.

Evidentemente, el camino a recorrer para poder comunicar con el mundo del pensamiento no es fácil y además de esto requiere enormes sacrificios, para poderos dar una pálida idea de los enormes esfuerzos que son necesarios afrontar y superar para alcanzar la meta.

El sistema nervioso debe vibrar, desarrollando al máximo la emisión de ondas ultrasensibles por todas las partes del cuerpo y, de modo especial, del cerebro.

Para desarrollar esta actividad es necesario, sin causar deterioro en el delicadísimo sistema nervioso, habituarse a:

1) Permanecer en un lugar excesivamente ruidoso y aislarse del ruido.

2) Mirar el disco solar sin pestañear.

3) Leer cualquier argumento y buscar la causa, la raíz, el sentido primitivo, trabajando con la sola actividad de la palabra silencio.

Y tantas, tantas otras actividades que queriendo enunciarlas no podría, siendo ésto prácticamente imposible.

El secreto del Conocimiento-Uno está encerrado en el Conocimiento-Interno manifestado sensible y también en el Conocimiento-Externo no manifestado hipersensible.

Uno y otro Conocimiento son dos arduas vías en un mismo sendero. La meta es el Conocimiento-Uno.

Quien por estas vías anda, con profunda serenidad de espíritu, encontrará la fuerza de concebir con consciencia el significado y las obras de los elementos creados y de los elementos creadores.

Sed prudentes y no caigáis en la red de la inconsciencia y de la ignorancia, puesto que tal paso ofusca el poder del movimiento evolutivo del Conocimiento externo.

Ser inteligentes no es suficiente para iniciar tal camino.

El sendero del Conocimiento-Uno requiere, más que inteligencia, una preparación profunda e incondicionada de nuestro ser externo hipersensible.

El éxtasis inmóvil contemplativo, para el desarrollo de las vibraciones externas, es la única prueba de idoneidad para poder iniciar el camino del Conocimiento-Uno y, por consiguiente, de las Felicidades Eternas.

Para poder promover El Éxtasis Inmóvil Contemplativo son indispensables las siguientes condiciones:

- Absoluto silencio

- Completa soledad

- Lugar posiblemente alto

- Luz solar

- Serenidad de espíritu

- Inmovilidad absoluta

- Contemplación profunda

Sin las cuales no es posible promoverLo.

De tal prueba nace la idoneidad de aquel o aquella que quiera emprender la vía del sendero del Conocimiento-Uno.

La energía psíquica de nuestra mente funciona siempre, positiva o negativamente.

Puede catalizar presupuestos por excitaciónes del ambiente. Cuerpos pensamiento latentes están alrededor de nosotros, provenientes de cualquier fuente.

Todo es energía y, por consiguiente, radiación emanada o recibida, percibida.

Espontáneamente, conduciendo la normal vida emotiva, estos quedan concentrados, puros, en equilibrio. Después de haber alcanzado la definitiva conquista de que la vida es solo un sueño, el perceptivo viene, no se le puede llamar, es necesario darle su importancia cuando viene, saberlo individualizar con nuestro “yo”, un yo que debe salir de la nivelación, movido por sentimientos excepcionales.

Las condiciones, direcciones de pensamiento, a menudo derivan de temporáneas concentraciones personales sobre el argumento.

No es un sueño la santidad, la inspiración, la continuidad eterna, la ascensión: son posibles, alcanzables también inmediatamente, al inicio de la firme voluntad. Más allá de la cultura, de toda larga preparación está el instinto, dejarse ir y se vuelve aquello sobre lo cual nos concentramos.

El Espíritu Santo habitará en nuestro corazón en un cierto momento de nuestra vida, como un viento sin ruido, dándonos la única Verdad Instructiva, la revelada.

Bharat y Hermes, al momento del alba y del ocaso, con su voluntad, desataron los nudos de mis pensamientos, que en tal movimiento de alas de fuego, se dilatan como nubes de la Eterna Sabiduría y de la Vida Una.

El secreto de la meditación está encerrado en el torbellino invisible de aquello que me rodea por el cual se desatan las ansias y tomo nueva vida vibrante de profundos conocimientos.

Siento en mí la llama del Sol, de cordura y conocimiento, que se manifiesta como cosa definida. Los secretos del tiempo remoto, el sendero ántico, las Leyes inmutables del principio y del fin de todo cosa mortal.

A través del sendero del Conocimiento Uno y de la Vida Una se llega a la meta de todo acontecimiento manifestado y no manifestado, tal es la vía de la Sabiduría y de la Cordura para los siete conocimientos de la Vida Eterna.

DISCERNIMIENTO

“Dios es Creador,

el Diablo es deformador”.

¿Creéis que los discursos, sin las obras, sirven para mover las rocas de una montaña?.

¿Nunca habéis pensado en daros vosotros mismos sin límites, reservas o condiciones?.

El fruto es la obra que hace trasudar sangre, que fustiga la debilidad de la carne, que os propone sacrificios y renuncias, que os desata de los afectos más queridos, que os impone doblegar la espalda y soportar las burlas, el escarnio, las vituperaciones y cuanto os crucifica moralmente.

¿Qué erais antes de que el espíritu de verdad moviese el viento del despertar?.

Aprended a ser humildes y puros de corazón. Dios ama a quien es capaz de consumar la propia carne, sirviéndoLo con coraje y sin miedo a perder cuanto posee en el mundo.

¿Por qué no os despertáis del sueño de las ilusiones que atrae vuestras existencias hacia un torbellino de delitos, de violencia y de muerte?.

La experimentación y la adquisición de la verdad de los valores binarios, el conocimiento de los valores complementarios, sirven para volver al hombre seguro de discernir los poderes positivos y negativos, la utilidad y la inutilidad.

Escucha hijo, es Poimandres que te habla:

Las fuerzas malignas ejercitan su siniestra fascinación para separar el bien del bien. Quien no es fuerte sucumbe, arrastrado por los lazos que ligan su alma a las cosas pútridas y a los sentimientos que vinculan la materia a las formas.

Cuando el corazón se deja herir por las apariencias, la caída hacia la vorágine de la insatisfacción se vuelve inevitable.

La fortaleza consiste en ser esquivo al ejercicio de ciertas aberraciones sutiles que aportan al espíritu angustia y todo aquello que lo vuelve ensombrecido de desconsuelo.

Cuando la Luz se atenúa en Su esplendor, entonces es necesaria la máxima atención, porque es señal de que el mal se opone al bien. El separador es astuto, además de malvado, y abre la brecha en el momento en que la muralla de la fe se vuelve débil.

Si no estáis atentos y astutos, la obra del divisor alcanzará su fin. Él tiene Sus designios y está resuelto a alcanzarlos, apoyado sólidamente por aquellos que instrumentaliza y vuelve esclavos con ocultos quereres.

¡La seguridad nunca debe vacilar!.

Ciertas influencias generan fluctuaciones de emotividad negativas, fermentando pensamientos de desamor.

La fermentación del odio genera sospecha, duda, falta de reconocimiento hacia los consejos celestes, en los corazones ya áridos de las almas débiles.

Prudencia y discernimiento: el conocimiento se recibe a través de las experiencias binarias. La acción negativa (mal) no es fin en sÍ misma, sino instrumento de conocimiento, el medio que os alivia de la ignorancia del bien, de la incapacidad de actuar a través de las acciones positivas.

Después de que habéis conocido los valores negativos del odio y perseveráis odiando, el mal se vuelve fin a sí mismo y no podréis ser, de ningún modo, justificados.

El desorden psicofísico es inevitable cuando están ausentes los valores de la corrección y de la fraterna comprensión. La autodisciplina es indispensable para no fermentar una dinámica mental negativa.

Debéis habituaros a percibir la vida con austeridad espiritual, moral y material. El desorden y la irresponsabilidad estimulan irritaciones astrales y, por consiguiente, falta de cohesión espiritual, disgregación y desorientación.

El arte sutil de las fuerzas contrarias mira a hacer emerger turbaciones psico-físicas, a la exaltación de las sensaciones emergentes del subconsciente y al ardiente deseo de entrar en contacto con lo oculto o lo desconocido.

El mal hace presa sobre la materia corrupta.

Estas fuerzas pueden ser controladas y vueltas incapaces de actuar si os predisponéis a una vibración espiritual suficientemente alta e idónea a impedir que hagan presa sobre vuestro astral.

Os repetimos que estéis muy atentos, porque es verdad que dicen ser aquellos que, en realidad, no son, para luego proponeros condicionamientos o, peor, el sometimiento a instintos y prácticas,de todo menos edificantes.

Estas fuerzas pueden ser eliminadas, por nosotros, si el arrepentimiento y la predisposición del astral condicionado, acontecen en un tiempo breve y con plena consciencia.

Os repetimos, todavía, cuanto os ha sido dicho: “Un árbol bueno no puede dar frutos malos”.

“Un árbol malo no puede dar frutos buenos”.

Estad atentos y tened cuidado en discernir bien si no queréis ser presa de estas oscuras y bajas fuerzas.

Hoara explica:

¡Atentos!. Hay hermanos y hermanos.

Hermanos ligados al ego inferior.

Hermanos ligados al ego superior.

Sus influencias son complementarias.

Los primeros influencian con valores positivos sobre planos superiores espirituales, sobre las estructuras astrales. Tienen el cometido de facilitar la sublimación de la materia y de los componentes dinámicos que la custodian.

Los segundos tienen el cometido de ayudar a la ascensión del espíritu que ha sometido la materia a las leyes del equilibrio, a la obediencia completa a la sapiencia astral.

La instrucción de los primeros es diferente de la de los segundos.

También el plano experimentativo es notablemente diferente.

Los primeros se dedican a la perfección científica de los dinamismos materiales.

Los segundos se dedican a la perfección de los dinamismos astrales.

Atentos a no caer en la red de los manipuladores psicológicos que miran a elaborar de forma diversa relaciones, hechos y acontecimientos, en función política, usando una metodología sutil con el fin de desorientar, confundir, suscitar apreciaciones unilaterales del poder, temporal comprendido.

El discernimiento sea vuestro medio de indagación con el fin de evidenciar el real impulso que empuja a una o a otra parte, de acuerdo, para poner en circulación a los “nuevos elaborados”.

Existe en lo alto la batalla de Armaghedon, que significa, también, guerra psicológica determinante para el triunfo del bien sobre el mal.

Algunos institutos, bien mimetizados, tienen el preciso cometido de poner en circulación revelaciones elaboradas, Fátima comprendida, para justificar ciertas involuciones degenerativas.

Atentos, pues, y sed como el maestro os ha recomendado de ser: “Astutos como las serpientes”, aún quedando “Puros como las palomas”.

Conocemos el mal pero practicamos el bien.

El conocimiento del mal nos proviene de la práctica del bien. Sobre vuestro planeta acaece un procedimiento completamente inverso: el conocimiento del bien os proviene de la práctica del mal.

La culpa es de este proceder, si todavía hoy andáis a tientas en el laberinto del dolor y de las disoluciones morales, materiales y espirituales.

Vuestra lenta ascensión evolutiva es debida a la indolencia de vuestra psique acomplejada por vicios que las experiencias negativas os han propuesto como método y, a menudo, como ley de vida.

Vuestros ídolos materiales han suprimido todo deseo de vuestro espíritu; han vuelto su Luz privada de Sus valores sublimes y eternos; sólo sois materia animada y pobre, porque no habéis sido capaces de volverla móvil, educada, consciente de ser un instrumento válido para conceder a vuestros espíritus la alegría de una estancia feliz en el mundo.

INSTITUCIONES HUMANAS. INSTITUCIONES DIVINAS. PREVARICACIONES

Prevaricar “ciertas leyes” innatas en vuestra naturaleza humana, significa chocar con la omnipotente fuerza del Espíritu Omnicreante.

Desconocer los equilibrios básicos que sostienen el ritmo normal de las cosas creadas, quiere decir no tener consciencia ni de vuestra identidad, ni de la real identidad de Dios.

¡No poner en práctica cuanto os ha sido concedido por el genio solar Cristo, quiere decir estar muertos!. La redención es una conquista personal. Ser redimidos significa la aceptación de la Ley, la práctica, el absoluto respeto de los capítulos que La componen.

Para esta Ley no existen compromisos o prevaricaciones. Existe, como humanamente se dice: el error para conocimiento, pero no la perseverancia en el error. “Errar es humano, perseverar es diabólico”. ¿Hasta cuando queréis ser diabólicos?.

¿Cuánto queréis esperar, todavía, para redimiros y ser finalmente a imagen y semejanza de los “Elohim”?.

LAS DISTRACCIONES INÚTILES hacen caer en un cansancio psicofísico infructuoso y deletéreo para el desarrollo armónico de las facultades interiores.

Distrae todo aquello que os marchita en la forma, dejando abandonada la sustancialidad, la funcionalidad de cuanto es útil aprender para liberarse de los preconceptos que no dan ningún sostén al imperioso anhelo de sentirse libres y capaces de quitarse aquellas escorias que limitan la actividad de vuestra real personalidad e influencian negativamente los valores universales que son innatos en la eterna ley de lo creado.

El tiempo es precioso y las formas rutinarias de ciertas distracciones infructuosas no lo utilizan positivamente, sino más bien, producen distonías y apatía por aquello que, más que cualquier otra cosa, debe estar vivo en vosotros: sustancialidad, experimentación consciente de cuanto os puede conceder evolución y conocimiento de la verdad.

EL DEMONIO vive, si vivos son los instintos que le dan vida y lo personifican.

El demonio muere, si a él le son opuestas la serenidad de la consciencia y la virtud del Espíritu Santo.

“El diablo existe, ¿pero en función de qué?”. El diablo existirá hasta que los hombres tengan más necesidad de él que de Dios; hasta que los hombres prefieran el odio al amor, el mal al bien, la guerra a la paz, el egoísmo al altruismo, la injusticia a la justicia. Al diablo lo nutren los hombres porque aman todo aquello que él ofrece. El diablo es el medio de la tentación, el medio de la prueba. El diablo no es, ni nunca podrá ser el fin de nuestra ascensión. Dios es el Fin.

Los hombres pueden quedar, pero no para siempre, sus súbditos. Cuando los hombres hayan aprendido a tomar al bien en lugar del mal, serán súbditos e hijos de Dios. Entonces, y sólo entonces, el diablo no tendrá más razón de existir, porque su función habrá terminado. La elección, si él debe, o no, existir es sólo nuestra.

¡Recordadlo!. Si el amor es más fuerte que el odio, el bien más fuerte que el mal, la paz más fuerte que la guerra, el altruismo más fuerte que el egoísmo, la justicia más fuerte que la injusticia, el diablo perderá y se disolverá porque ya no tendrá más razón de existir. Entonces dirá: “He ahí, Señor, son todos tuyos”. Entonces él se volverá el Arcángel del Bien.

TEXTOS DE ESTUDIO

El Arcángel Luz, Lucifer, se rebeló contra Dios por orgullo. Él es el indispensable polo negativo en la cósmica realidad del devenir sin fin. Es el colaborador indispensable de Dios sobre planos espirituales. Tiene la función de presidir a valores relativos y transitorios de la materia. Este colaborador de Dios hace la voluntad del Espíritu Primigenio para volver a llevar, a los humanos, a las Leyes de la creación.

Es la conciencia que opera en el nombre de la Justicia de Dios. Desde el inicio el Arcángel Luz había decretado los presupuestos ideales de los cuales habrían brotado las cuatro potencias elementales, organizadoras en el escenario de la manifestación material (fuego, tierra, aire, agua), tutores indispensables de las plateas de los mundos, en donde se alternan todos los contrastes decretados por la ley del dualismo en el cual nace el hombre.

¿De quién se ha servido Dios para probar la integridad del profeta Job?. ¿Dios puede, o no puede, todo?. En la oración del “Padre Nuestro” está escrito: “No me induzcas en tentación”; ¿De quien se serviría el “Padre Nuestro” para inducirnos en tentación?.

¿Cuál es el medio?. ¿Quizás el diablo?. ¿Con qué permiso el diablo ha tentado a Jesu-Cristo?. ¿Si Dios no hubiese querido, el diablo lo habría podido hacer?. ¿Si lo hubiera podido hacer sin Su permiso, en que consistiría la Omnipotencia de Dios?. El diablo da miedo si no se conoce a Dios. Dios no tiene rivales. Somos nosotros quienes atraemos el valor negativo o el valor positivo. Es nuestra libre elección.

El Diablo eres tú, hombre, que siempre quieres arriesgar contra Dios, con el máximo del límite que te parece consentido.

Después de algún apocalipsis, te encuentras sólo y desamparado y quisieras despertarte como de un sueño infernal que tú mismo te has construido.

Hombre fullero, aventurero de la contienda, que te alejas de la justa aventura del Bien, de la conciencia, libre y abierta, universal, de su verdadera y eterna patria. Y quedas prisionero por ser un impávido desobediente.

Al temor de Dios, antepones el capricho de la espera.

¡Mira!. Si los elementos de la naturaleza se comportasen como tú, ¿tú, dónde estarías?.

¿Y de qué perdón querrías aprovecharte?

¡Hombre de cera y de arcilla!

¡Hombre de orgullo de paja, que amas el fuego para volverte más inútil que antes!.

Sobre este planeta vuestro existe, desde hace tiempo, la conciencia adversa que, en verdad, personifica aquello que vosotros denomináis Satanás, o demonio. El demonio, o Satanás, existe y opera en donde la dualidad es capturada y vivificada por una conciencia adversa.

Aquellos que están evidentemente entregados al mal y operan para edificar el mal con el fin del mal, nutren esta monstruosa y adversa consciencia que en ellos encuentra habitáculo y personificación.

La adversa conciencia es de atávica formación y, aún no siendo intensamente operante como en un tiempo, todavía hoy la sólida raíz está entre vosotros terrestres (Caín).

La adversa conciencia edifica las obras en sentido contrario de como las edifica la justa conciencia. Si la adversa conciencia mira a predisponer los presupuestos idóneos para provocar la perdición del prójimo es porque, transmutando el bien en mal, extrae linfa y poder de personificación con el fin de gozar en el extremo vicio del mal. Es verdad, pues: aquel que edificando el mal, con el fin del mal, produce los presupuestos idóneos con el fin de provocar la perdición de su prójimo y en verdad, está cogido de satánica conciencia.

Aquel que actúa y operando edifica las propias obras con el fin de provocar destrucción, muerte y tribulación a su prójimo es en verdad cogido de satánica conciencia.

Aquel que persigue a su prójimo para sacar placer de su sufrimiento, para gozar de personales beneficios con tal malvada conciencia es en verdad, atrapado por demoníaca laboriosidad.

De estas conciencias adversas hay muchísimas sobre vuestro planeta y, no pareciéndolo, también es verdad que estos son los verdaderos culpables de todos los males que os afligen.

La adversa conciencia, privada de cuerpo pero no menos operante y más tentadora, es la suma resultante de una actividad cargada de arte maléfico, mientras la suma de todas las conciencias adversas, privadas de cuerpo o encarnadas, es la personificación de Aquel que vosotros llamáis Satanás o demonio. Cuando un ser se deja arrastrar a las debilidades que caracterizan Su poder, éste se vuelve una fácil presa y un posible habitáculo de las adversas conciencias, dando a éstas la posibilidad de manifestar su vitalidad y sus maléficos instintos.

Cuando un ser no se deja arrastrar por las debilidades que caracterizan su poder y se conserva integro en justicia, amor y verdad, éste se vuelve un puro habitáculo de la Conciencia Crística, negando así a las conciencias adversas la posibilidad de manifestar su vitalidad y sus maléficos instintos.

Aquellos nada pueden hacer contra la Crística Conciencia y, al contrario, son obligados a sufrir e implorar purificación y expiación, con el fin de rehabilitar la propia ennegrecida conciencia.

Mientras aquellos que viven con el temor de las Leyes de Dios, difícilmente, si están arrepentidos y aconsejados, caen en la red de los malvados corruptores de conciencias, edificadores de perdición.

¡Liberaos, almas de las tinieblas y del mal, y laborad con la Voluntad del Verbo de Dios si os es querida la salvación!.

Bienaventurado sea quien, por fe, abre la puerta secreta que conduce ante la Verdad Eterna.

Abrid de comprensión vuestro corazón y haced que este no sangre de odio y de venganza; no ayuda ser indignos consigo mismos, no ayuda hacer obra inversa de como impone la Voluntad de Dios.

Contra sí mismos y contra Dios están aquellos que se obstinan en practicar el arte del mal y no será,. ciertamente, feliz ni justo el tiempo que les espera. Y yo estoy aquí por esto, para rendiros manifiesto testimonio de la Voluntad de Dios. Y no serán, como aconteció en el pasado, las epístolas de exhortación a abriros los ojos y a desatascaros los oídos.

Más bien yo digo, habrá maravillosas obras del Espíritu en toda cosa viviente, sea esta piedra, sea esta carne.

Y así, como aconteció en el pasado, todavía sucederá en el próximo futuro el poder de la manifestación de la Divina Voluntad de los Cielos.

Y yo digo que ningún mortal podrá contar los latidos de su propio corazón por aquello que sus ojos verán.

Y nadie osará desmentir, ni con el solo pensamiento la Gloria de la Verdad Eterna de Dios.

Aquellos que intenten profanar la Luz visible del Pensamiento Creador quedarán eternamente desfigurados en el alma y en el cuerpo.

¡Ay, Ay!, yo digo a quien nutre el peor de los males para los días que vendrán.

“ÈS LEY”

Cada cosa debe ascender con las alas del dolor y las pruebas del conocimiento. Es Ley, hijo, Ley de evolución. Los mundos materiales sensibles existen por esto, para edificar la conciencia y el despertar del espíritu, deseoso de vivir las experiencias del bien y del mal, del odio y del amor, de las tinieblas y de la luz, de la muerte y de la vida. A través de este sendero el espíritu produce la fuerza consciente de una laboriosa actividad, para que cada cosa creada retorne consciente a la Idea Creativa, al Origen, al Pensamiento-Manifestante. Cuando el espíritu se complace en dormir, de buen grado, en los meandros tortuosos del mal, la materia lo encadena y el dragón de los vicios lo tortura. La vía de la ascensión es dolorosa, pero si es verdad que la ascensión es sufrimiento, esto no es imputable al Creador, sino al mal uso de la humana sapiencia, al vicio de la desobediencia a las Leyes que gobiernan el normal devenir de lo Creado. Cuando el hombre prefiere elegir el odio, viene a faltarle el amor y, entonces, el sufrimiento se vuelve inevitable hasta que no haya concebido el complemento positivo. La Luz Cristica ha llevado al mundo la Verdad para una ascensión feliz; a los hombres les ha sido dada la Ley del Real Conocimiento. Si el hombre prefiere el mal, es inevitable que la justicia se anteponga al amor, con el fin de que venga reprendido y dolorosamente despertado al Bien.

El Padre nos deja ir, dispersar, alejar, y calla.

Nos deja madurar la semilla del sufrimiento, nadar entre las insatisfacciones, seducidos por el enemigo invisible, envueltos en el fango como si fuese ungüento precioso, hasta que Su Gracia nos rocíe con las más repugnantes amarguras para inducirnos a buscarLo.

Tú que das por maestro el dolor y golpeas para curar, nos pruebas hasta la muerte para no dejarnos morir sin ti.

No creáis posible la anulación completa de la involución, sino proponeros creer y querer, con resolución y con fuerza operativa espiritual, en la inmediata y también posible metamorfosis del movimiento involutivo.

Si el movimiento involutivo es mal, no considerarlo tal antes, puesto que de tal movimiento se despierta en nosotros la sensibilidad de la conciencia y, por consiguiente, la concepción del movimiento evolutivo.

El movimiento involutivo es impulso-causa, la sensible vibración del hipersensible conocimiento. Sin éste la concepción quedaría en la inmovilidad inconsciente.

Por tal razón existen específicos movimientos involutivos que, si, aún, tales nos parecen a nosotros, son necesarios para determinar el progresivo conocimiento de la evolución.

Es, también, verdad que nosotros somos, pero todavía es más verdadero que el principio de nuestra existencia será siempre un movimiento involutivo de lo manifestado y de lo no-manifestado, del inconsciente y del consciente, pero el poder de una inmediata metamorfosis es innato en todos nosotros.

Puesto que el movimiento de lo no-manifestado consciente - hipersensible y el movimiento de lo manifestado inconsciente-sensible están en contínua obra, entre ellos, acontece que tal obra produce una racional y metódica evolución del conocimiento.

Por lo cual, aquello que nosotros llamamos mal, no es otra cosa que una manifestación temporal del efecto contrario de aquello que nosotros, inmediatamente, juzgamos justo, bueno y consciente.

Es pues verdadero que la involución y la evolución operan para un mismo fin y para un mismo plano: “Conciencia”.

Si queréis ser libres, convenceros de no poseer nada, no dejaros coger por la fascinación posesiva y egoística de aquello que muta y desilusiona.

En el viaje de retorno, el desapego de aquello que creíais poseer es duro y doloroso y os atará, por mucho tiempo, en la oscuridad del sensible material.

“HABÉIS PERMANECIDO ANIMALES”

No habéis asimilado y desarrollado la mejor parte del injerto genético: “¡El discernimiento!”.

Vuestros instintos materialistas no se han alineado al progresivo desarrollo de la inteligencia. Usáis vuestra inteligencia para fines más negativos que positivos. Más destructivos que constructivos. No habéis conseguido disociaros de los instintos de las actitudes de los espíritus colectivos de los que provenís.

Pero, ya que ignoráis el proceso de cuanto la Idea omnicreante manifiesta, os escapa por falta de “discernimiento”, la imitación con instintos, actitudes, movimientos y deseos de aquella especie animal, que, en cada ser humano se personifica y evoluciona.

¡Esta es la verdad!

Recordaros bien: el hombre está en el vértice de la pirámide de las especies animales realizadas sobre el plano evolutivo. Es fácil individualizar, en el hombre, las características del animal que personifica.

PROFECÍA SOBRE LA SEGUNDA MUERTE

Todo vendrá purificado y todo resurgirá a nueva vida. El mal será derrotado y sus partidarios encerrados y atados en un grumo de primitiva materia, en un denso mundo, en donde recomenzarán las debidas experiencias para aspirar a alcanzar el punto ascensional, el despertar de la segunda muerte. Así está escrito para el Árbol de la Vida de este planeta.

La comunión del espíritu con la carne, de la energía vivificante con la naturaleza corruptible y mutante, debe estar siempre activa, presente en constante y armónica convivencia.

El eterno y el mortal no deben, en ningún caso, separarse en los valores que los unen para experimentar, adquirir y realizar el supremo conocimiento del porqué del existir.

El espíritu es conocedor de la verdad, pero no lo es la carne hasta cuando no habrá vencido sus debilidades y no se haya sublimado como oro fino. La conciencia, colaborada por las virtudes eternas benéficas del espíritu y de la sublimación de la carne, se vuelve fuerza divina: se vuelve Amor Crístico.

MUTANTES

“Yo, Poimandres, quiero que los Angeles vivientes

vuelvan a adquirir la memoria que han perdido.

Yo quiero que vuelvan a ser conscientes de

sus verdaderos origenes”.

En la tensión de mi alma, tengo alegría de liberar algunas síntesis de las revelaciones vividas a tu lado, el Blanco y el Negro, el Consolador de las conciencias, el Cofrecito secreto e impenetrable del Sello Divino.

Tantos han creido poseerTe y ser poseídos por Quien estimula y consuela, y de sustituir al Designado del Cristo: “Yo quiero que él quede hasta que yo retorne”.

Escribo junto a Tu verbo, sublime Maestro, hablo de Tu Amor, que nunca, en otro lugar, podré volver a encontrar. Tú me has vuelto a llamar a los secretos del Espíritu que ya había vivido en los tiempos ánticos, en la consciente vibración de un inicio sin retorno.

Esta memoria pasada, está latente.

Puede ser estimulada y volver al recuerdo durante nuestras experiencias cotidianas, ayudada por músicas, olores, panoramas, estados psíquicos o vibracionales que la hacen volver a aflorar. Es a nosotros saber comprender y dar a aquel momento fugitivo la importancia que se merece.

Todavía mejor y con la máxima limpieza, podemos revivir escenas enteras , durante nuestros viajes astrales, en el sueño.

Es así como recordamos nuestras vidas paralelas, que en astral residen en la dimensión de los mundos paralelos. Para el Planeta Tierra es el cinturón Van Allen. Veamos lo que nos explica Ali referente a aquello que sucede después de la muerte del cuerpo físico:

"La entidad espiritual, inmediatamente después de la muerte del habitáculo físico, es atraída hacia lugares, o metas, en donde hay existencias emocionales opuestas a aquellas asimiladas durante la experiencia existencial bio-física-psíquica.

Estos lugares, o metas, proponen a la entidad las condiciones ideales para poder cribar el propio grado evolutivo y ejercitar una actividad autocrítica, de purgación, con el fin de conocer los errores y quererlos modificar para un mejor conocimiento evolutivo.

La atracción de la entidad espiritual hacia los mundos paralelos está en relación con la evolución que ésta ha realizado.

Las leyes son férreas e intransgredibles y, ésto, hasta el agotamiento de los efectos que la entidad espiritual ha acumulado durante la experimentación sobre el plano físico.

Esto, para todas aquellas entidades espirituales que tienen graves defectos que modificar:

Por cuanto se refiere a los espíritus evolucionados que han conducido, positivamente, la vida pasada o por aquellos que están en misión, las vidas paralelas tienen un bien diferente significado".

Adoniesis especifica:

"Servirse de una vida paralela significa alcanzar conocimiento de hechos y acontecimientos experimentados y que hacen parte del eterno presente. Cada acto, imagen, palabra, acción negativa o positiva, quedan dinámicamente indestructibles, siendo parte de la memoria y de la omniscencia de la suprema Inteligencia de la Luz Creatíva.

Es posible que dos espíritus en evolución paralela (espíritus gemelos) entren en perfecta sintonía sobre planos astrales para intercambiarse, recíprocamente, conocimientos experimentados.

Es posible, también, una compenetración astral y la simultanea identificación evolutiva paralela de dos identidades espirituales en una.

Específico: compenetración astral y no física, la diversidad de estos dos aspectos es sustancialmente diferente.

También es verdad que el acercamiento de los dos valores paralelos produce la sensación realista de ser el uno y el otro, en una misma cosa".

Mientras X es paralelo a X sobre el plano astral, Y es paralelo a Y sobre el plano astral.

B no puede entrar en sintonía astral con A y A no puede entrar en sintonía astral con B.

Esto por la diversidad de los valores negativos experimentados y puestos sobre el plano positivo (conocimiento). Es posible, y esto en casos excepcionales, que Y asuma el cometido de programar X, estando éste predispuesto a la aceptación del programa operativo. En este caso particular, será Y, o A, a atraer sobre su plano astral a X o B. No es posible el procedimiento inverso.

El mutante es un genio cósmico astral. Depende directamente de los "Elohim". El puede programar un ser humano y servirse de éste hasta cuando el programa responde a determinadas solicitaciones y especificos comportamientos.

El mutante puede, en casos excepcionales, programar e instruir un cuerpo físico suyo sirviéndose de una mujer con características físicas, psíquicas y espirituales particulares. Él escoge y establece los medios y el tiempo.

Además de gozar de esta mutabilidad y de orbitar sobre planos de la conciencia cósmica, los mutantes son conscientes de su inmortalidad.

Poseen el poder de la alquimia física y astral y lo ejercitan cuando lo consideran justo y oportuno.

Difícilmente tiene más de un hijo varón. Normalmente sólo uno hereda su genética, si tienen más de un hijo.

Conocen el poder de la “deidad” y la causa que lo determina. Pueden, si lo consideran necesario, transmitir a otras personas, sondeadas y consideradas idóneas, algunos privilegios suyos. Tienen a su disposición una potente milicia visible e invisible.

¡El mutante tiene plena conciencia de todas sus vidas paralelas!. Él no puede morir ni siquiera deseándolo, porque su patria es la eternidad. Él es el hombre dios, realizado a través de la unción del Espíritu Santo.

Mutante quiere decir estar en el mundo y no ser del mundo.

Mutante significa poseer la capacidad de mutar estado y dimensión física sin, por ésto, perder la conciencia de haber sido y de llevar en el ego inmortal las experiencias vividas y los programas a desarrollar después de acontecido el mutamento.

¡El mutante es el ángel custodio de muchísimos espíritus vivientes, el consolador de cuantos aspiran a volverse dioses!.

“Las entidades astrales mutantes están en dependencia directa de los Elohim” (Idea OmniCreadora). Los Elohim se pueden definir “Genios Cósmicos”, puro espíritu de la fuerza OmniCreadora (Espíritu Santo).

PERSONIFICACIÓN

Mutantes: personalidad que en cada encarnación manifiestan determinados programas y poderes que poseen de su identidad espiritual.

Un mutante puede, en virtud de la orden recibida, escoger un sujeto humano y después de haberlo escrupulosamente cribado, preparado e instruido proponerlo a su personificación, concediéndole particulares atributos que él posee.

También los Elohim, en casos particulares, pueden recurrir a la personificación, escogiendo el sujeto que Ellos mismos crean en el vientre de una mujer elegida, programada para concebirlo y parirlo para ser, cuando lo consideren oportuno, Su habitáculo sobre el plano tridimensional. En este solo caso es posible la “Cristificación” o total deificación.

En este único caso adviene la personificación del Genio Cósmico, de la Idea y del Espíritu Omnicreante.

Los mutantes, aún no poseyendo la totalidad de los atributos particulares de los Elohim, como el de crear forma y sustancia, recurren si es ordenado, a personificarse en un sujeto adulto o niño, de sexo masculino o femenino, que tenga la genética G.N.A. como valor portante.

El sujeto que personifica un mutante, a menudo y casi siempre, es llevado a reconocerse tal cual con el personificador, comportándose así como es en la naturaleza espiritual del mutante. Esto es debido al hecho de que el sujeto entra en perfecta simbiosis con las frecuencias del pensamiento y de la acción del mutante.

Todo espíritu evolucionado se rodea y cumple el propio programa, con espíritus fraternos que pueden asumir cometidos gratos y no gratos.

¿Pero cómo puede considerarlo nuestra lógica?. ¿A quién le es permitido aproximarse y tocar, abrazar o matar un mutante, si no a aquellos que le están cerca en el espíritu?.

Así ha sido para Jesús y Judas.

A lo largo del curso de la historia, casos de “personificación” de mutantes ha habido muchos y no todos con éxito.

En el gran pasado, todavía antes del evento crístico, se verificaron hechos de este tipo, como signo preparatorio de las revelaciones verificadas luego.

Son muchos a preguntarse si María, la madre del Maestro de los Maestros, Jesús, no fue otra cosa que un habitáculo elegido y programado por los Elohim, los Cuales quisieron la concepción de un cuerpo que Ellos mismos crearon en su vientre para, luego, ser el medio físico de uno de ellos: Cristo.

Si fue así, también, la metodología usada con Elisabet, Madre de Juan Bautista, y si no fue la metodología usada por los mutantes para hacerse personificar por todos los sujetos, vueltos luego los Apóstoles de Jesu-Cristo, o por los profetas de todos los tiempos.

Personificar quiere decir entrar en perfecta simbiosis con el ego superior o con una entidad mutante, no significa ser el personificado.

Está justificado que el personificador tenga la sensación de ser el personificado y esto a causa de la perfecta sintonía instaurada entre el programado y el programador, entre el Ego inferior y el Ego superior, entre el Astral y el humano.

Yo me siento ser aquel que él es y ha sido, porque asimilo plenamente su conciencia, su conocimiento, sus valores morales y espirituales, su omnisciencia, su ciencia cósmica y todo cuanto hace parte de su naturaleza multidimensional.

Yo soy libre cuando no es solicitada mi disponibilidad para devenir su palabra, su acción y el fiel intérprete de sus deseos. Soy libre en la elección de servir, o no, pero puesto que conozco, muy bien, a quien sirvo y el por qué, no llegaré nunca a no desear ardientemente servirlo, sentirme parte inseparable de su inmortal naturaleza, de su deidad y de sus divinos atributos.

Bharat, Hermes, Juan el evangelista, Bruno, Rasputin, Cagliostro, son siempre él, el mutante, en diferentes misiones, Yo sólo soy uno de tantos medios elegidos, idóneo a servirlo en este tiempo.

A menudo soy llevado a hablar en primera persona, porque es irresistible el conocimiento de estar en él y él en mi, como si fuésemos una sola cosa.

Los atributos que, a menudo, me concede son extraordinariamente increíbles, insondables para la inteligencia humana.

A menudo mi espíritu viaja con el suyo, tocando cimas de sublime conocimiento, de incomparable belleza. Veo y oigo cuanto el ser mortal no puede ver y oír. Por esto he dado, sin límites y sin condiciones, mi vida, aún sabiendo hacia lo que me encaminaba.

Hoy, más que ayer, comprendo los sufrimientos y el vía crucis de otro personificador de nombre Jesús.

Poder dar generosamente las celestes gracias sin hacérselo saber a nadie, ni siquiera a aquéllos destinados a gozar de tales gracias, se vuelve cada vez más difícil, también entre aquéllos que están iluminados por la verdad.

Es necesario dar cuenta de los deseos del Padre, aún cuando es el Padre quien decide que Sus divinos dones deben recibirse en silencioso secreto. Ignorar estas prerrogativas divinas del Dios viviente quiere decir no haber comprendido la naturaleza de este sumo y celeste benefactor.

Es verdad que si deberé retener, para hacer morir cuanto anhela mi espíritu, por amor del Señor, para satisfacer los humanos prejuicios o por secundar complejos de naturaleza involutiva de la mente humana, es también verdad que mi sufrimiento por la retención sería más fuerte que la alegría del dar.

SOLDADO DE DIOS

Si decís que no me veis a Mi, sino aquello sobre lo que manifiesto mi Inteligencia Cósmica, habréis dicho, sin más, la verdad, puesto que Yo estoy en el interior, despierto, complacido de tener a mi servicio todo lo necesario para la temporal estancia en esta dimensión.

He estado más veces, y en diferentes épocas, en esta morada del inefable y eterno Señor mío, y todas las veces he sido perseguido y matado por la fiera humana, privada del Divino Conocimiento.

Siempre he llevado un orden de paz, de amor y de justicia por la Santa Voluntad de la Luz deificante. Es, humanamente, triste recordar, pero para un “mutante” es cosa normal que esto haya sucedido y pueda, todavía, suceder.

Los hombres eternos, deificados, conocen los ocultos secretos de la vida y de la muerte y a estos les es concedido conocer los arcanos que a ninguno de los mortales es dado conocer.

El “mutante” tiene tantos rostros, tantas figuras, diferentes obras que cumplir, diferentes funciones, diferentes vidas, diferentes destinos, pero es siempre él, consciente de ser aquél que es: “soldado eterno de Dios”. Él es plenamente conocedor de aquello que representa en el espacio y fuera del espacio, en el tiempo y fuera del tiempo.

Su poder es el de reproducirse a sí mismo con otro cuerpo, con otro semblante, en otra vida y en otro mundo, en otro universo en donde sea necesaria su presencia, su obra para que siempre esté presente el arcano del Creador.

La torre de San Leo, el Neva, la hoguera y el hoyo cubierto de tierra: pero él está siempre y tal quedará porque es eterno, porque es “mutante”, porque es soldado de aquél que es.

Para él, la muerte es una fascinante realidad de la verdadera vida, un retorno a la real libertad y no la teme, no lo espanta, no lo aterra.

¡Él sabe!

Él sabe que la muerte no existe y que vive en el eterno presente.

Había propuesto, al inicio del capítulo, la meditación sobre la posible Realización, para cada uno de nosotros. Recordarse, volver a encontrarse a si mismo en el pasado. Un pasado que se refleja en el futuro y que sólo desea vivir en la aureola del eterno presente, disponible en el reconocimiento y el servicio de la propia personalidad hacia la economía creativa del Cosmos. Las reglas nos han sido ampliamente sugeridas por los Maestros Celestes y de ellas hemos hablado tanto.

Ahora deseo proponer un ejemplo elevado, una meditación sobre diferentes manifestaciones programadas por un mismo Espíritu Conductor, según los diferentes momentos históricos de la humanidad terrestre y los por qués. ¿Qué liga a los diferentes personajes coronados bajo el nombre de Bharat, Hermes, Juan, Bruno, Cagliostro, Rasputín, Eugenio?. Probemos a reconducirlos, uno a uno, hacia la proyección concluyente en este momento particular de la historia humana y del planeta tierra, en el tránsito a la 4ª dimensión.

Es justamente, en este período de fines del 1800 y comienzos del 1900 que la humanidad, con la revolución tecnológica, ha tenido el poder de destruir los equilibrios materiales del planeta, pero sobre todo el equilibrio psíquico y genético.

Antes de esta “elección de destino” las dos personalidades de Cagliostro y Rasputín, en occidente y en oriente, dos lugares en donde se podía decidir la suerte de la humanidad, han intentado la redención a través de los principios de Libertad, Igualdad, Fraternidad.

Cagliostro, en el ambiente cultural europeo, quería restablecer los ánticos principios Herméticos aboliendo las diferentes corrientes Masónicas.

Pero fue enfangado y desnaturalizado el consejo, transformándolo en revolución materialista.

De él nos queda el Memorial que explica, claramente, las características del “Mutante”.

DEL MEMORIAL DE CAGLIOSTRO

Yo no soy de ninguna época, y de ningún lugar; más allá del tiempo y del espacio, mi ser espiritual vive su eterna existencia y si me sumerjo en mi pensamiento rehaciendo el curso de los años, si proyecto mi espíritu hacia un modo de vivir lejano de aquél que vosotros percibís, yo me vuelvo aquél que deseo. Participando conscientemente en el ser absoluto, regulo mi acción según lo mejor que me circunda. Mi nombre es aquél de mi función y yo lo escojo, así como escojo mi función, porque soy libre; mi país es aquél en donde detengo, momentáneamente, mis pasos. Poned la fecha de ayer, si queréis o consiguiéndolo, la de mañana o del pasado, por el orgullo ilusorio de una grandeza que no será, quizás, nunca la vuestra. Yo soy aquél que es.

Libre y maestro de la vida sólo pensé en emplearla para la obra de Dios. Sabía que Él confirmaba mis actos y mis palabras, como yo confirmaba Su nombre y Su dominio sobre la tierra.

Yo no he nacido de la carne, ni de la voluntad del hombre, he nacido del espíritu.

Mi nombre, que es mío, aquel que escogí para aparecer en medio de vosotros, he aquí lo que reclamo. Aquellos que me han sido dados a mi nacimiento o durante mi juventud, aquéllos por los cuales he sido conocido, son de otros tiempos y lugares; los he dejado, como dejaré mañana los vestidos pasados de moda y ya inútiles.

Pero he aquí: soy noble y caminante, yo hablo y vuestras almas atentas reconocerán las ánticas palabras, una voz que está en vosotros y que callaba, desde hace mucho tiempo, responde a la llamada de la mía; yo actúo y la paz vuelve a vuestros corazones, la salud a vuestros cuerpos, la esperanza y el valor a vuestras almas. Todos los hombres son mis hermanos, todos los países me son queridos, yo los recorro por todas partes, para que el Espíritu pueda descender de un camino y venir hacia nosotros. Yo sólo pido a los Reyes, de quienes respeto el poder, la hospitalidad sobre sus tierras y, cuando ésta me es concedida, paso, haciendo, en torno a mí, todo el bien posible; pero no hago más que pasar. ¿Soy un noble caminante?.

“Como el viento del Sur, como la resplandeciente luz del mediodía que caracteriza el pleno conocimiento de las cosas y la comunión con Dios, así yo voy hacia el Norte, hacia la niebla y el frío, abandonando por doquier, a mi paso, alguna parte de mí mismo, gastándome, disminuyéndome en cada parada, pero dejandoos un poco de luz, un poco de calor, hasta cuando yo no haya por fin llegado y establecido al final de mi carrera: entonces la rosa florecerá sobre la cruz. Yo soy Cagliostro”.

En Rasputín, además de tener estos mismos estímulos con una simplicidad menos cultural y más apropiada al lugar, se añade una serie de profecías que poco difieren en grandeza del Apocalipsis de Juan. Como dijo Eugenio, son aquellos rótulos de conocimiento que Juan engulló, puesto que no era el momento para divulgarlos. Son clarísimos en la exposición de cuanto de más catastrófico está sucediendo en este fin del 2000. El mismo Grigori dijo: “Esto acontecerá antes de que nuestro siglo esté a su fin”. Esto es increíblemente semejante a cuanto profetizó la Virgen de Fátima un año después del asesinato de Grigori Rasputín.

A esto sigue el inicio de la elección de la humanidad hacia la autodestrucción.

Trataré en el 6º capítulo la obra de Eugenio sobre ésto, comprendida la más importante revelación para la humanidad sobre la realidad de la vida en todos los sistemas solares y de los múltiples hermanos planetarios, en misión sobre nuestro planeta con el rasgo de la fraternidad Universal en el macrocósmico cuerpo del Dios Viviente.

En estos últimos años, he realizado actividad de divulgación en S.Petersburgo y varias ciudades de las ex-repúblicas soviéticas y me ha hecho feliz constatar que la luminosa y santa vida de Grigori Rasputín (de quien he estado particularmente cercano hasta ser matado dos años después de él) ha sido resumida en aquello que ha quedado en varios archivos secretos. Incluso su asesino, el Principe Yussupof, deja testimonio de haber preguntado a Rasputin de quien había recibido estos poderes: “De los hombres verdes”, fue la respuesta del hombre que, varias veces, le había salvado la vida.

Y no puede pasar sin importancia la profecía del Papa Juan que dice:

“Hoy, del río finalmente ileso, sale el cuerpo del Monje Santo, y sus hijos secretos, orando, en el arca se contarán”.

El “Cuerpo” de su verdad ha salido a la luz; los hijos de la Verdad están a la obra; las arcas que no conocerán las aguas, surcan nuestros cielos. El retorno de los Atlantídeos espera a los Ánticos Padres.

Giordano Bruno había hablado de la pluralidad de los Mundos Habitados y fue quemado en la hoguera para el triunfo del Engaño, utilizado por el Humano Poder Temporal.

Bruno, Cagliostro, Rasputin, fueron matados, y la misma suerte estaba para suceder a Eugenio en 1978, pero la voluntad Divina tenía otro programa, aquel determinado por el Cristo cuando dijo a Pedro: “Yo quiero que él quede hasta que Yo retorne” (Juan. 21-22), para cumplir cuanto había dicho, todavía, antes (Juan 16-7/13) “Muchas cosas tendría aún que deciros, pero por ahora no sois capaces”.

Y aquí estamos en conexión con la Obra de Juan Apóstol, consecuencia luminosa de Hermes, el Mensajero del Padre, cuya síntesis referiré en el IV capítulo.

Me limito a considerar la semejanza de la “Creación”.

Dice Poimandres a Hermes:

“Yo soy, la inteligencia, tu Dios que precede a la naturaleza húmeda salida de las tinieblas y el Verbo Luminoso que emana de la Inteligencia es Hijo de Dios.

Aquel que en ti ve y entiende es el Verbo, la Palabra de Dios; la Inteligencia es el Dios Padre. Estos no están separados porque la unión es su vida”.

“Los Elementos de la naturaleza han venido de la voluntad de Dios que, habiendo tomado al Verbo y en él contemplando el mundo bello, los imitó y construyó el mundo con elementos tomados de sí misma y con gérmenes de almas.

La Inteligencia, el Dios varón y hembra juntos, que es Vida y Luz generó mediante el Verbo, otra Inteligencia creadora, el Dios del fuego y del espíritu que formó, a su vez, siete ministros que encierran en su círculo al mundo sensible y su gobierno llamado Destino.

El Verbo de Dios se alzó enseguida de los elementos inferiores en la pura creación de la naturaleza y se unió al pensamiento creador puesto que era de la misma esencia”.

Juan dice:

“En principio era el Verbo y el Verbo estaba cerca de Dios y el Verbo era Dios, Él estaba en principio cerca de Dios.

Todo ha sido hecho por medio de Él y, sin Él, ni siquiera una de las cosas creadas ha sido hecha.

En Él la vida era la luz de los hombres. Y la Luz resplandece entre de las tinieblas: pero las tinieblas no la han recibido”.

En el remoto tiempo de la Sabiduría, yo tuve otra personalidad y otro nombre y mi cuerpo que fue, todavía no es ceniza, puesto que éste yace en la Quinta Rosa del Gran Templo de la Ántica Sabiduría con tal escrito: Bharat.

Ahora han pasado doce mil años y en este tiempo que es el duodécimo de mi alma, se desata aquello que estaba atado por la Altísima Voluntad del Gran Colegio de Dios y bien yo digo en este tiempo, porque yo bien recuerdo: es este tiempo del Séptimo Crecimiento del Aura humana y, también, del Aura del mundo. El tiempo es número, y este está a las puertas de esta enfermiza generación humana.

Y yo digo en verdad: acontecerá aquello que aconteció, dado que el duodécimo Rayo del Soplo Divino tenga que vivificar la Luz tomada de las tinieblas, para que la humana gente tenga que sentirse hermanos y hermanas, hijos e hijas de la Luz Eterna de Dios. Y yo digo: ahora es el tiempo de la Obra del Espíritu y también es tiempo del nuevo camino de las cosas creadas y puesto que yo bien recuerdo tales enseñanzas, yo digo todavía:

Vigilad, ahora más que nunca, para que podáis poner las alas de fuego y podáis abrir la nueva y gran puerta que conduce más allá del tiempo y más allá del espacio de los terrenos conocimientos.

Tal es el querer y querer mío no es, ya que soy yo el Uno y soy también el Otro en una misma cosa, en el pasado, en el presente y en el futuro del tiempo de los tiempos.

Ahora yo, todavía, digo: conviene meter en nuestra aura buenas obras y también buenas ideas, para que ésta tenga que expandirse en el gran ciclo como sagrado aceite purificador y así operando no tenga que volverse, todavía, más pesada que el plomo y semejante a la cicuta.

“Esto yo digo y conviene que esto sea hecho”. Y puesto que yo bien recuerdo tal gran, verdadera enseñanza de la ántica tierra, que ahora ya no existe por desobediencia, os digo:

“Vigilad y haced que otros vigilen”.

CAPITULO IV

Síntesis

Hermética

Dice Hermes: “Aquéllos que leerán

mis libros encontrarán el contenido

clarísimo y simplísimo, mientras

en realidad éste es oscuro y oculta

el verdadero significado de las palabras”.

[pic]

“La Inteligencia, Dios ha querido ponerla en medio

de las almas como premio a conquistar”.

Dice Poimandres a Hermes: Concéntrate sobre aquello que quieres saber y yo te instruiré.

Yo soy la Inteligencia suprema.

Ya sé lo que tú quieres y doquiera que sea yo estoy contigo.

Dios Padre, de la Inteligencia, emana el Hijo, que es el Verbo Luminoso,

Palabra de Dios.

La unión del Padre e Hijo es su vida.

Comprende la Luz y conócela

La Luz Primaria, la Mente que precede la naturaleza deforme compuesta por los cuatro elementos, a través del soplo, produce el Todo.

El Arquetipo es la forma primordial anterior al principio indefinido.

La Mente Andrógina, Luz y Vida, Dios Padre, mediante el Verbo genera:

1) La 2ª Inteligencia Creadora, Dios del fuego y del espíritu (Soplo), forma:

|7 |Ministros |[pic] |Mundo Sensible |[pic] |Tierra |= |hembra |

| |principios | |sin razón, | |Agua |= |generador |

| | | |cuyo gobierno es el | | | | |

|36 |Décadas | |Destino con movimiento | |Fuego |= |madurez |

| |los ejes | |rotatorio, infinito | |Aire |= |soplo vital |

- De la rotación de los elementos nacieron los animales sin razón.

|2) El Hombre (semejante a Dios), que |[pic] |- |mortal en el cuerpo |

|se enamora de la naturaleza | |- |inmortal en la esencia |

|y viene concebida la forma | |- |sometido al Destino |

|(privada de razón). | |- |superior y esclavo de la |

|A través | | |armonía del mundo y del sueño |

|Deseo-Energía-Concepción, | |- |varón y hembra como el Padre |

|la Naturaleza envolvió al hombre. | | | |

- de la Vida se hizo > el alma

- de la Luz se hizo > la mente, inteligencia

Siendo el Hombre de la misma naturaleza de los siete Ministros, hechos de Fuego y de Soplo, reveló a la naturaleza inferior la imagen de Dios y las energías de los siete Ministros.

La Providencia, voluntad de Dios, divide la Androgeneidad, establece las Generaciones.

“El hombre, que tiene la inteligencia conózcase a sí mismo, para llegar al Bien Perfecto. Pero aquél que por error del amor, amó el cuerpo, va errando en las tinieblas, sometido, por los sentidos, a las condiciones de la muerte”.

Ascensión del Hombre

- Se disuelve la forma que se consigna a la Transformación.

- El Carácter pierde fuerza y es consignado al Demonio.

- Los Sentidos vuelven a sus energías y en ellas se confunden.

- Pasiones y Deseos vuelven en la naturaleza irracional.

Elevación hacia la Armonía de las esferas, abandonando:

en la 1ª zona: facultad de crecer y disminuir.

2ª zona: industria del mal y del engaño que se vuelven impotentes.

3ª zona: la ilusión del deseo.

4ª zona: la vanidad de mando que no puede ser satisfecha.

5ª zona: arrogancia despiadada y temeridad presuntuosa.

6ª zona: atadura a las riquezas.

7ª zona: mentira insidiosa.

en la 8ª zona: quedados con el poder divino, es el retorno a Dios para aquéllos que poseen la Gnosis, bien supremo.

El Agente del TODO tiene por:

Origen = Dios

Esencia = Eternidad

Sustancia = Mundo

EL MUNDO es obra de la Eternidad, que le confiere Orden, en continuo devenir indestructible.

La fuerza de DIOS es la eternidad que da al mundo Inmortalidad y Permanencia.

GENERACIÓN Y TIEMPO:

en el Espacio inmutables e incorruptibles, sobre la Tierra mutables y corruptibles.

DIOS está en la MENTE que está en el ALMA que está en la MATERIA.

DIOS es el alma de la ETERNIDAD que es el alma del MUNDO.

El ESPACIO es el alma de la TIERRA.

El Alma es inmutable en el espacio mientras, en la Tierra, se transforma con la Generación.

El Cuerpo Universal está colmado por el Alma, colmada por la Mente de Dios, que llena el interior, envuelve el exterior y da vida a todo.

La Eternidad sostiene el Mundo mediante Providencia, Necesidad y Destino.

Dios (el No - semejante, Sólo, Único) es continuo operar y ésto es el Continuo Devenir. DIOS no ceda a nadie parte de Su fuerza. Él es el agente de la vida, de la inmortalidad, de la transmutación.

| |[pi|- de las 7 esferas dispuestas en orden inmutable que siguen órbitas diferentes y colman la eternidad. |

| |c] | |

|Es el regidor | | |

| | |- de la Energía de la cual se expande la Luz que reina por doquier, nacida de la combinación de los |

| | |contrarios y de los no-semejantes. |

| | | |

El Sol, instrumento de la naturaleza, transforma la materia inferior, precediendo a los demás.

El Alma llena y mueve todo, con orden.

Los movimientos individuales de los cuerpos compuestos de alma y de materia son múltiples, pero el movimiento común es único, por lo cual sólo puede existir un único Dios, un solo orden.

La Obra de Dios es suscitar todo aquello que nace y nacerá, esta es la Vida, la unión de Mente y Alma. En la obra de DIOS es inmanente, siendo creador y creación.

La Muerte es la rotura de la Unidad.

| |[pi|de Dios es la Eternidad |

| |c] | |

|La imagen: | |de la eternidad es el mundo |

| | |del Mundo es el Sol |

| | |del Sol es el hombre |

| |[pi|cambio —> conversión |

| |c] | |

|El Mundo está afectado por | | |

| | |ocultación —> renovación |

La Forma de Dios es todas las formas de cuerpo y de pensamiento.

El hombre no puede vivir sin la vida, Dios no puede vivir sin producir el Bien.

Sólo el semejante comprende al semejante. Para comprender a Dios es necesario salir del cuerpo, devenir incomensurables y eternos, inmortales, conocedores de cada sabiduría, elevarse y descender más allá de cada límite, recoger en sí todas las sensaciones de lo creado, estar en todas partes y en todo tiempo, y abrazar todo esto en la propia mente.

La Mente se ve en el pensamiento. Dios en la creación.

Es virtud de Dios vislumbrarse por doquier.

Apariencia y verdad

El hombre que es imperfecto, no puede tener el atrevimiento de discutir sobre la Realidad. Sólo Fuego, Aire, Agua, Tierra, son puros y reales en la propia esencia. La ilusión es parte de la Verdad porque todo aquello que acontece aquí abajo, está en relación con la Realidad Superior. Se vuelven modelos de la Realidad sólo cuando reciben el influjo de lo alto. No hay ninguna verdad sobre la Tierra, salvo para los hombres a quienes es dado, por Dios, alcanzarla. Por consiguiente las cosas terrestres son mentira, error, ilusión, aparentes como un retrato.

Sólo lo eterno es real. Después el Unico y Primero, reconozco sólo al Sol cual Creador. El Sol plasma el mundo, rige y produce todas las cosas y es real. La Providencia ha sumergido al Creado en la corrupción y durante cada generación se encamina al renacimiento.

Para vivir convenientemente, hijo mío, cultiva la Sabiduría aplicándote a la meditación. Aquél que logre comprender la naturaleza de las cosas existentes, como fueron dispuestas, por quien y para qué fin, rendirá gracias al Creador, demostrará donde se encuentra la Verdad, que cosa es, y su comprensión estará en relación a su saber. El sendero que conduce el alma a la Verdad es la Sabiduría, aún si es penoso para el alma encerrada en el cuerpo, porque está en lucha entre más contendientes.

Percepción sensitiva y mental

En cada ser, la percepción sensitiva está fundida con el instinto natural, mientras en el hombre a ésta se añade la percepción mental. La sensitividad está en estrecha relación con la mente, así como Dios está con el Acto Divino. El Acto Divino emana de Dios, la percepción mental con la mente que es hermana del hablar. Percepción mental y hablar se completan recíprocamente. La percepción sensitiva opera en el cuerpo y en la mente y cuando las dos partes concuerdan, el objeto elaborado por la mente se vuelve palabra. Esta concepción podrá ser en maldad o en Piedad, que es conocimiento de Dios. Sobre la Tierra, el hombre que posee la Gnosis es escarnecido y matado, pero él sabrá soportar viendo todo en la Luz de la cordura y sabrá mutar los males en Bien. Cada cosa generada por el Bien se vuelve diferente según el uso que se hace.

También el Mundo posee sensibilidad e inteligencia mucho más potentes y puras con el cometido de crear todas las cosas y, luego, hacerlas entrar nuevamente en el Ente Creador. El Mundo es el Cosmos, el Ornamento de todos los seres con el acto constante, la variedad de las especies, la continuidad de la vida, el movimiento rápido de la necesidad, la combinación de los elementos, el perfecto orden de las generaciones. Este ha sido creado para recibir las semillas divinas, conservarlas, producir todas las cosas, disgregarlas y removerlas. Este sembrador, a través de su actividad, concede a los seres disolutos la renovación.

Los Cuerpos son diferentes puesto que son formulados en modo más o menos complejo por los cuatro elementos.

En todos los seres, percepción visiva y mental provienen de fuera y se insinúan en estos bajo el impulso de la envolvente que contiene al Universo, mientras el Mundo las posee desde la génesis.

Dios mismo es percepción sensitiva y mental, y todos los seres dependen de Él, tanto si son activos con el cuerpo, con la psiquis, a causa del soplo, o que sirvan de receptáculo a todo aquello que está privado de vida.

Dios contiene a todos los seres y los genera.

Sensitividad e Inteligencia de Dios son el movimiento de todos los seres eternamente.

Todo ésto, hijo mío, parece verdadero a aquél que posee el Conocimiento, a los otros parece increíble, porque conocer significa creer.

La enseñanza no puede llegar hasta la Verdad. La mente, sin embargo, es potente y consigue, guiada por la enseñanza, llegar a la Verdad, al menos hasta un cierto punto del camino. Entonces, habiendo abrazado en visión de conjunto, todos las cosas y encontrándolas en armonía con las interpretaciones de la enseñanza, la mente vuelve a creer y se reposa en aquella atrayente fe.

EL CONOCIMIENTO

Dios no ofrece imágenes sensibles, sino que da la imagen sensible de cada cosa.

Puede aparecer a los ojos de la mente, que ve lo oculto, porque no vemos y no tocamos el pensamiento.

Él ha creado el mundo del orden y el orden del mundo.

No existe estatua y cuadro sin escultor y pintor. Nada existe sin hacedor y Dios, permanentemente, existe creando todo.

Todo está en tí y todo viene de tí, tú eres todo aquello que Yo Soy, todo aquello que fué, que es, que será. Él es la causa de la vida y del Bien. El Sol es Padre de aquello que participa en el ser.

Dios es el Hecho Existencial y Él exige con insistencia que todo sea visto.

Nuestros antepasados conocieron este esplendor.

El Conocimiento Supremo es el sagrado silencio, la inhibición de todos nuestros sentidos.

Quien lo ha alcanzado, ya no puede pensar otra cosa, ni contemplar ni oir hablar de otra cosa y ni siquiera mover los miembros de su cuerpo. Desligado de todos los vinculos de los sentidos, el ahora está inerte, mientras la luz que inunda toda su mente y toda su alma, lo libera de las ataduras del cuerpo y lo transfigura en la esencia.

DIOS

Dios es la causa de la Mente, del Soplo, de la Luz. Dios es Padre y Bien.

Bueno es aquél que lo da todo sin recibir nada a cambio. El bien no puede estar en aquello que nace sino solamente en lo engendrado. En el hombre el Bien no aparece si no es en combinación con el Mal, de modo que el Bien se contamina y se vuelve Mal, con dolores, sufrimientos, concupiscencia, ira, errores, ilusiones. Si buscas a Dios, busca lo Bello, porque el camino que conduce a éste es la Piedad, unida al conocimiento.

El hombre, rodeado por todas partes del mal, se alimenta insaciablemente de él y temiendo perderlo, hace de todo para conservarlo y acrecentarlo. Así son hechas las cosas de los hombres que consideran buenas y bellas, que no podemos rehuir, ni odiar, y sin ellas no podríamos vivir. Este es el peor de los males.

Ser Conscientes=Conocer=Creer=Tener Fe.

La Mente, guiada por la enseñanza llega a la verdad, abraza el conjunto, lo encuentra en armonía con la enseñanza, muda de opinión (Redención), reposa en la Fe.

EL MUNDO

El Mundo es bello pero no Bueno.

No tuvo comienzo, fué siempre y es Continuo Devenir.

La inmovilidad es Esterilidad. Todo aquéllo que se mueve, vive.

El Mundo queda inmutable, pero todas sus partes se transforman.

La esencia de los cuerpos inteligibles es una, mientras que cada cuerpo es múltiplo. Los cuerpos compuestos, transformándose continuamente los unos en los otros, conservan intacta su identidad y en ellos rige el número correspondiente, sin el cual no puede haber ni constitución, ni combinación, ni disolución.

La Mónada, la Unidad, principio y raiz de todas las cosas, constituye todos los números, pero no está constituida por ninguno.

Lo Generado es imperfecto, divisible.

La Materia es el receptáculo del devenir que es el mundo en que se explica la actividad de lo Creado o Pre-existente, de Dios.

Acogiendo la semilla del devenir, la materia comenzó a ser, nació mutable y vistió diferentes apariencias.

Preside la materia aquél que modela las imágenes de que se reviste la materia, configurándose.

La materia, no siendo creada, no tiene forma; nace mientras se configura.

El Mundo, en su conjunto es la plenitud de la vida.

Nada muere: la disociación de una mezcla tiene como fín el renacimiento, el cambio.

El Mundo es el 2º Ser, conservado, nutrido, vuelto inmortal.

El Padre adornó su creación colmando a los cuerpos de inmortalidad para hacer de forma que la materia, en el caso de deber separarse de los cuerpos, no retornase al desorden primitivo.

La confusión sólo reina entre los seres vivientes terrestres.

Los cuerpos celestes siguen un orden único, que queda constante para permitir a cada cuerpo, el reintegrarse. La reintegración conserva los cuerpos terrestres. La disolución les restituye a los cuerpos indisolubles, inmortales.

Hay desaparición de sensaciones, no destrucción de los cuerpos.

EL HOMBRE

El Hombre es el 3er. ser, a imagen del Mundo, pero dotado de Mente.

Tiene relación de sensación con el 2º Dios (Sentidos) y de relación mental con el 1º (Mente), que es el Bien=Ser incorpóreo e inteligente.

La Sensación es el principio de la vida, con el nacimiento.

El Olvido es el principio de la muerte, no el mutamento.

El hombre, consustancial a Dios, es inmortal gracias a la Mente.

La Necesidad preside las manifestaciones de Dios.

La Providencia regula aquello que ha sido hecho y que se hace.

Naturaleza, Necesidad, Providencia= son los aspectos del Orden Universal.

El Bien hace permanecer el conjunto de:

Mundo con: espacio, tierra, agua, aire.

Dios con: Vida, Inmortalidad, Necesidad, Providencia, Naturaleza, Alma, Mente.

Adorar a Dios quiere decir no ser malos.

| |[pi|malo - porque inmortal |

| |c] | |

|El Mundo no es | | |

| | |bueno – porque mutable |

El Hombre no es ni bueno ni malo porque es mutable y mortal.

¡Que maravilla es el Hombre!. Pasa por el Mundo como si fuese un Dios. Ama a los seres a él inferiores y es amado por los superiores. Plasma la materia. Con la velocidad del pensamiento se mezcla a los Elementos. Con la agudeza de su saber explora los abismos del Universo.

| |[pi|el alma: el movimiento continúo universal |

| |c] | |

|Hay dos alimentos | | |

| | |del cuerpo: agua, tierra |

El Soplo que llena el universo, se expande en todos los seres animados y les da la vida.

El Hombre recibe el Soplo y la Mente, para intuir al divino y es la quinta parte que proviene del Todo y se añade a la naturaleza cuaternaria del Hombre.

Pero no todos alcanzan la Sabiduría: no consiguen ver en la naturaleza de las cosas, se dejan arrastrar por las ilusiones, que generan perversidad en el alma, privándoles de la Mente. Sólo al Hombre Dios concedió la Sabiduría.

Dios generó primero los Dioses Astrales, luego los Hombres. Los Arquetipos Astrales son inmortales, pero Dios les impuso la Mente para salvaguardar la unidad de su plano. Confirió al Hombre el privilegio de la Mente para escapar de los vicios provenientes de los elementos que tragamos y de los vicios del cuerpo que se insinúan en el corazón humano.

| |[pi|Esencia = unitaria, que lo hace participe de la inmortalidad |

| |c] | |

|El hombre es doble | | |

| | |Materia = cuaternaria, que lo vuelve mortal |

Corresponde a la doble función de contemplar las obras de Dios y, a través de estas, conocerLo y cultivar ciencias y artes. Conociéndose a sí mismo y al mundo, viene a conocer su función.

Reúne en sí los Elementos Superiores de: Alma, Mente, Soplo, Razón aún quedando ligado a la Tierra por su parte mortal de los cuatro elementos.

No se vuelve mérito la Piedad, consecuencia de la Bondad, sostenida por la virtud de rechazar el deseo de todo aquello que es ajeno al hombre, (cosas terrestres que satisfacen deseos del cuerpo) es decir ajeno a aquello que en la naturaleza ha emparentado con lo divino.

EL CRATER

Dios impartió la Razón a todos los humanos, pero la Mente ha querido ofrecerla a las almas como premio a ganar. Ha llenado un gran cráter que ha hecho diese la vuelta a la tierra por un heraldo. “Bautizaros, si podéis, en este cráter, vosotros que creéis ascender hacia Aquel que lo ha mandado, vosotros que conocéis el fin para el que fuisteis generados”.

El desprecio hacia las cosas materiales, pone en relieve la fuerza activa hacia las divinas y pone de muestra la piedad hacia Dios que es lo contrario de la ofensa hacia Dios.

Para llegar al Uno, Sólo, debemos pasar por muchos cuerpos, por muchos coros de Demonios, muchas sucesiones de órbitas astrales.

Es arduo abandonar las cosas usuales presentes, para volvernos a las ánticas y primordiales.

De la Sustancia de Dios, la Mente se expande como la Luz del Sol, Guía benéfica de las almas humanas, que conduce al Bien.

En los animales la Mente coopera con su propio instinto natural. En las almas humanas se opone a tal instinto. Conduce y aflige el alma voluptuosa liberándola del placer, origen de todas las enfermedades.

La mayor enfermedad del alma es la ignorancia de Dios.

Las almas humanas que no se hacen gobernar por la Mente sufren las condiciones de las almas de los animales desprovistas de razón, las abandona a la concupiscencia, las arrastra con la violencia de los deseos. A estas almas Dios les ha puesto el freno de la Ley, para castigarlas y volverlas a llevar sobre el camino recto. Todo está sujeto al Destino y nada de lo que concierne a las cosas corpóreas cae fuera de èste, ni de bien, ni de mal, desde la generación hasta la transformación (Causa – Efecto).

Todo es Uno, especialmente los cuerpos inteligibles constituyen un todo único.

El Conocimiento es muy diferente de la concepción sensitiva que se manifiesta cuando el mundo material ejercita patrocinio sobre nosotros.

El Conocimiento Supremo es el fin de la Sabiduría que es Don de Dios. La Sabiduría se sirve de la Mente como instrumento, así como la Mente se sirve del órgano corpóreo. Tanto el Conocimiento como la Sabiduría se sirven de un cuerpo tanto inteligible como material, porque toda cosa debe resultar por oposición y contrariedad.

Dios ha concedido al hombre dos dones (sobre los animales) Intelecto y palabra, de los que debe hacer uso conveniente. La palabra es común a los hombres. La voz es particular a cada género de animales.

Nosotros vivimos en Potencia, Acto, Eternidad.

Dios está en la Razón que está en la Mente, que está en el Alma, que está en el Cuerpo.

El Cuerpo es imagen del Alma, el Alma de la Mente, la Mente de la Razón, la Razón de Dios, y es la Pureza que se extiende hasta el cuerpo.

LA REGENERACION

Cuando la mente puede resistir a los engaños del mundo se está listo para la Regeneración.

La Sabiduría se manifiesta en el silencio y la semilla es el verdadero Bien.

El sembrador es el plano divino.

Estas cosas no se aprenden cuando plazca a Dios: solas afloran en la mente.

“Me vi compenetrado por una forma inmaterial plasmada por la bondad divina y emergiendo de mi despojo, me identifiqué en aquella forma. Y heme aquí diferente de aquèl que era antes, puesto que estaba regenerado en la Mente”.

No se puede percibir mediante los sentidos aquello que es sólo potencia y acto. Para comprender la palingenesia que está en Dios, es necesario poseer la capacidad de concebirLo.

Concéntrate y lo conseguirás. Procura el quererlo y tu voluntad será cumplida.

Suspende la actividad de los sentidos del cuerpo, purificados de los castigos irracionales de la materia y nacerás en Dios. Estas son: ignorancia, tristeza, intemperancia, concupiscencia, injusticia, codicia, error, envidia, engaño, cólera, temeridad, perversidad. Mediante la cárcel del cuerpo, éstas someten al hombre interior a los tormentos de los sentidos. Cuando, por clemencia divina, se entra en comunión con la Mente, entran en nosotros: supremo conocimiento, alegría, templanza, continencia, justicia, bondad, verdad, Bien, Vida y Luz. Se alcanza la Década y se cumple el nacimiento mental en nosotros. Así como en un sueño, se sale de los despojos corteza y nos volvemos compuestos de Luz y Vida.

Los doce castigos de las tinieblas vienen expulsados por las diez Fuerzas.

La tienda de la cual se sale, está formada por el arco del zodiaco compuesto por elementos:

los doce signos de una sola naturaleza, pero de diferentes formas, para descarriar al hombre.

Hay parejas; temeridad e ira y van fugadas juntas.

La Década es la generadora del alma.

Cuando Vida y Luz se unen, nace el número de la Unidad que es el manantial de la Década.

Década y unidad se contienen recíprocamente.

Regeneración es el desistimiento del pensamiento del cuerpo tridimensional.

El cuerpo sensible de la naturaleza es ajeno a aquel de la generación esencial. El uno es disoluble y mortal, el otro no. ¿Ignoras haberte vuelto Dios e Hijo del Uno, como yo soy?

-Y ahora, hijo mío, pasaré en reseña mis enseñanzas, resumiéndolas en breves máximas. No te será, de hecho, difícil comprenderlas, si quieres recordar aquello que has oído hasta ahora.

1) “Primero: Dios; segundo: el mundo; tercero: el hombre”.

2) “El mundo es para el hombre; el hombre para Dios”.

3) “¿Qué es Dios?. Un Ser inmutable y bueno.

¿Qué es el hombre?. Un Ser mutable y malvado”.

4) “La obra de Dios es perfecta; la obra del hombre es imperfecta”.

5) “La Mente está en Dios, el intelecto en el hombre; Aquella es impasible, éste es pasible”.

6) “El tiempo es la Ley divina, la perversidad es la ley humana”.

7) “Para Dios son buenas las cosas buenas, para los hombres son buenas las cosas malas”.

8) “En lo corpóreo nada hay de verdadero; en lo incorpóreo todo está exento de mentira”.

9) “Nada de inconocible en el universo; nada de conocible sobre la tierra”.

10) “La tierra está privada de la Mente; el universo tiene la Mente”.

11) “El universo es el elemento príncipe; la tierra el elemento ínfimo”.

12) “El espacio sideral es el receptáculo de los cuerpos eternos; la tierra es de los cuerpos que perecen”.

13) “Los cuerpos siderales rigen las cosas terrestres; los cuerpos terrestres sufren el influjo sideral”.

14) “No comunican los seres astrales con los de la tierra; los seres terrestres se informan de los astrales”.

15) “Los seres vivientes sobre la tierra no son de ninguna importancia para los astrales, mientras que los seres astrales son de gran importancia para los de la tierra”.

16) “Todo aquéllo que se encuentra en el espacio sideral es inalterable; aquello que se encuentra sobre la tierra es, en cambio, todo alterable”.

17) “En el espacio sideral nada es impedido, sobre la tierra nada es libre”.

18) “Nada bueno hay sobre la tierra, nada malo hay en el espacio sideral”.

19) “La justicia es la ley sideral, la injusticia es la ley terrestre”.

20) “Todo aquello que está en el espacio es irreprensible, todo aquello que está sobre la tierra es reprensible”.

21) “La sustancia, de por sí, es inmortal: la sustancia, en su apariencia, está sujeta a cambios”.

22) “Todo aquello que vive no es perecedero; todo aquello que no vive no es imperecedero”.

23) “El Ser en su conjunto es perennemente movido; ninguno de los seres está inmóvil”.

24) “Los seres no son movidos por el Alma; el Alma mantiene en movimiento a todo el Ser”.

25) “Todos los seres no están en movimiento; solamente el No Ser es inmóvil”.

26) “Todos los cuerpos están sujetos a cambio; no todos los cuerpos son disolubles”.

27) “Lo disoluble es corruptible, lo permanente e inmutable es sempiterno”.

28) “Aquello que está en continuo devenir está, también, en continua corrupción; aquello que una sola vez se hizo, no se corrompe nunca ni se cambia”.

29) “El nacimiento del hombre es el fin de una corrupción, mientras que la corrupción del hombre es el inicio de un nacimiento”.

30) “Aquello que perece, se asoma a la existencia; aquello que se asoma a la existencia, perecerá”.

31) “No todos los cuerpos son pasibles de contaminación; todo cuerpo pasible de contaminación es disoluble”.

32) “Todo aquello que existe está sujeto a mutamento; todo aquello que existe no es corruptible”.

33) “Un cuerpo disoluble tiene dos tiempos: uno que va de la concepción al nacimiento, otro del nacimiento hasta la muerte. Un cuerpo eterno sólo tiene un tiempo: aquel que procede de la génesis”.

34) “Los cuerpos disolubles crecen y disminuyen; los cuerpos eternos ni crecen ni disminuyen”.

35) “La materia disoluble se transforma, en la disgregación y en el nacimiento, en materia indisoluble. La materia eterna, sin embargo, se cambia o en sí misma o, bien, en un semejante suyo”.

36) “El inmortal no participa en lo mortal, mientras que el mortal participa en lo inmortal”.

37) “El inmortal no entra a hacer parte de un cuerpo inmortal; el inmortal se asocia a un cuerpo mortal”.

38) “Todo aquello que es inmortal no tuvo inicio; todo aquello que tuvo inicio no es inmortal”.

39) “La parte sensitiva del hombre es mortal, la parte que ha acogido la Mente es inmortal”.

40) “Todo aquello que es pasible no es, asímismo, sensible; todo aquello que es sensible también es pasible”.

41) “Todo ser que está sujeto al sufrimiento, lo está también al placer (y este es el caso de los mortales). No todo ser sujeto al placer, lo está, también, al sufrimiento (y este es el caso de los seres inmortales)”.

42) “La Providencia es el plano divino; la Necesidad es la sierva de la Providencia”.

43) “El bien es voluntario; el mal es involuntario”.

44) “El tiempo corroe al mundo; la perversidad corroe al hombre”.

- Si tuvieses presentes estas sentencias, oh hijo mío Tot, también te sería fácil recordar las explicaciones pormenorizadas que te he dado durante nuestros coloquios, puesto que éstas son un resumen.

- Recógete, hijo mío, y escucha el Himno de la Regeneración, que yo no te revelaría así, de prisa, si no estuviésemos llegando al término de mis enseñanzas. Tal loa no puede ser objeto de divulgación, sino que va protegida por el silencio. Por lo cual, hijo mío, busca un sitio apartado, a cielo descubierto, y póstrate dirigiendo la mirada hacia Poniente, a la hora de la puesta del sol, mientras que a la salida del sol, te postrarás por la parte de oriente. Escucha, pues, con recogimiento, oh hijo mío, el antiguo secreto:

“¡Toda la naturaleza del universo oiga esta loa!. ¡Ábrete, oh tierra, y se abran las vísceras del abismo!. ¡Árboles, no agitéis las ramas, haced silencio!. Yo voy a alabar al Dios creador, al Todo, al Único.

¡Oh cielos abriros de par en par; oh vientos aplacaros!. El círculo inmortal de Dios acoja esta oración mía, ya que estoy para cantar al Creador del universo: Aquel que vuelve firme la tierra, que suspende el cielo, que ordena al agua vaporosa salir del océano y derramarse por todo rincón de tierra habitada o desierta, para la alimentación y la vida del género humano; Aquel que ordenó al fuego de saltar fuera para ser empleado por los dioses y por los hombres.

Cantemos todos nosotros a Aquél que está más allá de los espacios, al Creador de toda la naturaleza.

Él es el ojo de la Mente. ¡No desdeñar recibir las loas de mis fuerzas!. ¡Oh fuerzas que estáis en mí, cantad al Uno y al Todo!. ¡Cantad como yo quiero, oh fuerzas que estáis en mí!.

¡Oh sublime Sabiduría, por ti, iluminado, canto, tu merced, la Luz ininteligible y exulto en la alegría de la Mente!. ¡Oh Fuerzas todas, conmigo cantad!. ¡Y tú también, oh mi contingencia, canta!. ¡Oh justicia, canta el justo!. ¡Canten todas las cosas: Verdad, canta por mí la verdad; Bien, canta por mi el Bien!. Vida y Luz, de nosotros sale la loa hacia vosotros.

Yo te doy las gracias, oh Padre, Virtud de las Fuerzas. Yo te doy las gracias, Dios, Fuerza de mi virtud.

Tu Mente canta tus loas hacia mí. Recibe, por mí, lo universal en la Mente, la oferta verbal.

He aquí lo que gritan las fuerzas que están en mi. Ellas cantan al Todo: ellas realizan tu plano. Tu plano de ti proviene, y a ti retorna el Todo. ¡Recibe de todos la oferta verbal!.

¡Oh vida, redime todo aquello que está en mí!. ¡Oh Luz de Dios ilumíname!. De tu plano la Mente es el guía, oh creador. Tú eres Dios. Y es esto lo que el Hombre que Te pertenece canta a través del Fuego, el Aire, la Tierra, el Agua, el Soplo a través de Tus obras.

Yo he encontrado la virtud de Tu eternidad y, con Tu consentimiento, el reposo que buscaba.

Merced a Tu Mente he pronunciado esta loa”.

Los buenos frutos de la Verdad, son brotes de Inmortalidad.

El animal humano es excesivamente proclive al vicio que nace y crece con él.

Si el animal viene a saber que la Tierra es obra de generación, todo sucede según Providencia y Necesidad y el Destino lo rige todo, se volvería mucho peor, endosaría al Destino la responsabilidad.

Quedando en la ignorancia, será menos criminal por miedo a lo desconocido.

SINGULARIDAD DEL COSMOS

El agente del Devenir Universal de todas las cosas generadas, es anterior a la creación.

Él genera donde volverse visible. Comprenderlo, quiere decir admirarlo.

El Primero es Dios Creador, el Segundo Dios es el Todo creado. El uno precede, el otro sigue.

Acto creativo y aquello que mediante éste, es producido, no pueden existir independientemente el uno del otro. Están íntimamente unidos.

El Cuerpo de Dios tiene como función la generación universal. La duración de las cosas creadas es el motivo que hace florecer el mal. Por lo cual Dios ha instituido el cambio de las cosas creadas para someterlas a una periódica purificación.

Dios, como en un jardín, siembra en el Universo la inmortalidad y el movimiento, sobre la tierra la vida y el cambio. Además de estas cuatro semillas, está la generación.

Cuatro son las Causas primarias:

1ª Dios, 2ª Mente, 3ª Soplo, 4ª Materia.

El Soplo procura y mantiene la vida en todos los seres del Mundo, órgano e instrumento del plano divino.

La Materia, naturaleza material, posee, en sí, el poder y la facultad natural de hacer nacer y procrear, teniendo la propiedad del principio de la generación, capaz de concebir de por sí.

Es por ésto que el Espacio, aquello que contiene todas las cosas, posee en sí el poder de generación universal.

Dios Supremo inteligible, rige y guía al Dios perceptible a los sentidos, abraza todo el espacio, toda la sustancia de las cosas, la naturaleza de los seres.

El Soplo mueve y dirige todas las especies sensibles contenidas en el todo.

La Materia es el receptáculo de todas las cosas, en donde todos los seres están en movimiento.

Dios llena de Soplo todas las cosas en armonía con sus capacidades naturales.

La Doctrina del sublime es semejante a un torrente impetuoso que supera en rapidez la atención de quien escucha y de quien habla.

Entre lo Preexistente y la Naturaleza, están los Dioses Inteligibles, los Dioses sensibles, los Demonios. Son simulacros de cuerpos siderales, como el Sol es simulacro de Dios.

Dios genera el Universo, así el Sol genera los seres vivientes sobre la tierra y preside a los Demonios.

El alma de los Dioses astrales mayores, es toda Mente.

Hay Dioses astrales inteligibles y Dioses astrales sensibles, visibles.

Esta doctrina es tan sublime que supera las facultades del intelecto humano.

Si no lograseis aferrarla en la palabra del Maestro, se irá, se desvanecerá a través de la mente y retornará a su círculo.

Hay Dioses rectores de todas las especies.

Hay Dioses sensibles, cuya esencia depende de un rector, tienen doble origen y producen, de un lado al otro del mundo, todos los seres en continua sucesión. Cada uno ilumina la propia creación.

El Usiarca del Universo, el rector de la Sustancia, dispensa la vida a todos los seres.

El Usiarca del Sol es la Luz, que a través del disco solar expande sobre nosotros el bien y la luz.

Los treinta y seis Decanos, “Horóscopos”, tienen por Usiarca a la divinidad llamada Omniforme, sujeta a perenne movimiento.

El Soplo es el órgano, el instrumento de todos mediante el cual todas las cosas llegan a producirse. Por eso todas las cosas resultan recíprocamente conectadas, ligadas por una cadena de relaciones reciprocas, de lo más ínfimo al más sublime. Las cosas mortales están ligadas a las inmortales, las sensibles a las inteligibles.

La creación, en su conjunto, obedece a la Suma Potestad en modo a constituir una singularidad, no una multiplicidad.

Vistos separadamente, los seres parecen una infinidad, pero considerados en su conjunto, aparecen como una unidad suspendida al Uno y de éste toman el origen.

Sin embargo, aparte la singularidad, los seres revelan duplicidad, de la cual todo procede y todo es producido:

de un lado la Materia que lo constituye todo, del otro lado el Plano Divino que decreta la diversidad de los seres.

Dios no tiene un nombre, los tiene todos. Un nombre es un sonido, una vibración que sirve para expresar un concepto o un pensamiento que el hombre concibe en el cerebro a continuación de impresiones de sentidos.

Doble naturaleza del universo:

El Creador Supremo generó los cuerpos eternos una vez por todas. Después de haberlos mezclado recíprocamente, los dejó en la encrucijada del devenir, como seres eternos, creando de la Sustancia primaria que es incorpórea. El Creador de nuestro mundo sensible es agente de una infinita generación de cuerpos disolubles y mortales sirviéndose de materia, un producto de la generación.

La Naturaleza del Cuerpo Universal es Doble.

| |[pi|- El flujo de alimentos que remueven el cuerpo. |

| |c] | |

|No hay vida sin | |- El sueño, reparador. |

| | |- La función del alma que produce el movimiento. |

Cada cosa en el espacio es movida por una fuerza motriz que debe superar la del cuerpo que sufre el movimiento. El ambiente en que se desarrolla el movimiento, debe ser de naturaleza contraria a la cosa movida.

El universo tiene una masa en continuo movimiento.

El Espacio, que contiene el movimiento universal, tiene naturaleza de género contrario.

Siendo inteligible, como Dios, cesa de ser Espacio, como tal, y resulta energía capaz de contener al universo. Dado que el móvil se mueve en lo estable, este no participa en el movimiento.

Las esferas de los planetas se mueven con movimiento diferenciado. Giran alrededor del mismo eje.

Una revolución alrededor de un eje es un movimiento contenido en la fijeza, por efecto de la fuerza centrípeta producida. Se obtiene, así, el fenómeno de estabilidad perpetua de resistencias recíprocas, como un nadador a contracorriente.

El movimiento del universo y de cada ser material, no es producido por causas externas, más bien por causas internas centrífugas inteligibles, como el Alma, el Soplo.

Aquello que pone en movimiento al objeto inanimado, no es un cuerpo sino el motor común del cuerpo portante y del objeto portado.

El Espacio es incorpóreo, es la Mente que todo abraza, intangible en su estabilidad.

La Mente contiene y conserva a todos los seres. Sus rayos son el Bien, la Verdad, el arquetipo de la Luz, el arquetipo del Alma.

El mundo inteligible es incorpóreo y nada de corpóreo puede ingerirse en su naturaleza.

El mundo sensible es receptáculo de todas las cualidades y formas sensibles.

Cuando habrás conocido el todo, comprenderás, también, que el mundo sensible, junto con todo aquello que contiene está envuelto, a modo de revestimiento, por el otro mundo, aquel superior, inteligible.

Entre el Universo y la Tierra se pueden percibir dos relaciones antitéticas: Ascendente, nutriente y Descendente, generador. Comprende todos los influjos que desde el espacio sideral descienden sobre la Tierra.

La Tierra, como receptáculo acoge en sí todos los tipos, que luego restituye.

El Todo contiene al Universo, pone en movimiento al Alma y al mundo material variando continuamente el aspecto de las cosas que vienen a formarse y hace, así, que resulte una infinidad de especies, unidas en un único conjunto. Así todo proviene del Uno a pesar de la diversidad de los elementos que forman el mundo material, Fuego, Aire, Agua, Tierra. Pero la materia es una sola, una es el Alma y uno es Dios.

El Espacio rige todos los cuerpos, cuyo crecimiento y cuyo declinar son debidos al Sol y a la Luz.

De todos los cuerpos astrales se expanden continuamente influjos a través del mundo y a través del alma de todas las especies y de todos los individuos, de un rincón al otro del Universo.

La materia prolonga, al infinito, la serie de los seres.

¿Cuál es la sustancia de las formas sensibles del Universo?

La Materia nutre los cuerpos.

El Soplo nutre las almas.

La Mente es la luz del alma humana, como el Sol lo es de la Tierra.

La Mente, junto al Alma, forman una sustancia única, íntimamente fundida, de forma que no puede, más, ser oscurecida por las tinieblas de la ignorancia.

Los 36 Decanos

El cuerpo que contiene al Universo es esférico.

En el interior de la circunferencia están dispuestos los 36 Decanos que, en el curso de la revolución del Universo, adquieren sucesivamente la Fuerza de los Siete.

Sostienen el cuerpo que contiene el todo y alimentan el movimiento de los otros Siete Círculos que giran más lentamente que la esfera universal, en relación ordenada.

Los Decanos presiden a la rotación, tanto de los Siete Círculos como la del Globo Universal.

Cual Custodios de aquello que existe en el Cosmos, presiden a todas las cosas en el vinculo de la unidad y cuidan el buen orden del Universo. Custodios y Vigilantes meticulosos, no tienen los problemas de los astros y no conocen obstáculos.

Dado que los Decanos rigen los cuerpos astrales y nosotros, hombres, estamos sujetos a los Siete, es evidente que alguno de sus influjos “Hijos de los Decanos” se extienden hasta nosotros, directa e indirectamente.

Esparcen la tierra de semillas, “refugio” o rayos, algunos saludables para el genero humano, otros máximamente funestos. Son “Demonios” o “fuerzas” emanantes de los 36.

Generan, recorriendo el espacio, los Ipaoliturgi, Mensajeros Secundarios que hacen de siervos y soldados, que vagan por todo el éter.

Otros cuerpos astrales son los Cometas. Aparecen a intervalos, como mensajeros de acontecimientos importantes o proféticos.

Los Astros navegan en el cielo.

Las Constelaciones están fijas en el cuerpo celeste.

Los treinta y seis Decanos están dispuestos en las Doce Constelaciones comenzando por Aries y a cada sucesivo Decano le son atribuidos 10º de los 360 del círculo zoóforo.

Cada Decano está regido por uno de los Siete con dominio llamado Jerarquía de los Dioses y domina sobre específicas regiones de la Tierra.

Las Constelaciones fijas son doce:

|Aries |- M - Fuego |= cabeza del Cosmos; |

|Tauro |- F - Tierra |= cuello del Cosmos; |

|Géminis |- M - Aire |= brazos del Cosmos; |

|Cáncer |- F - Agua |= tórax del Cosmos; |

|Leo |- M - Fuego |= diafragma del Cosmos; |

|Virgo |- F - Tierra |= abdomen del Cosmos; |

|Libra |- M - Aire |= nalgas del Cosmos; |

|Escorpio |- F - Agua |= genitales del Cosmos; |

|Sagitario |- M - Fuego |= muslos del Cosmos; |

|Capricornio |- F - Tierra |= rodillas del Cosmos; |

|Acuario |- M - Aire |= piernas del Cosmos; |

|Piscis |- F - Agua |= pies del Cosmos. |

Siete Dioses Planetarios

|Ares |- malévolo |= M; |

|Sol |- convertible |= M; |

|Afrodita |- benévolo |= F; |

|Hermes |- convertible |= Andrógino; |

|Luna |- convertible |= F; |

|Crono |- malévolo |= M; |

|Zeus |- benévolo |= M; |

Los Dioses astrales desarrollan sobre los seres efectos perceptibles llamados “fuerzas” o “energías”.

Estos influjos son innatos en los cuerpos y operan mediante éstos.

No están sujetos a Providencia y Necesidad porque el Ser Universal existirá siempre.

Los cuerpos celestes son disolubles y necesarios cual ámbito e instrumento de los influjos.

Hacen, también, de escolta al alma. Algunos, desde el nacimiento, adheridos a las partes irracionales.

Otros, más puros, aparecen con el progreso de la edad en cooperación con la parte razonable del alma.

El alma existe también fuera del cuerpo, mientras que los influjos, ceñidos al alma independientemente del cuerpo, no pueden existir independientemente del cuerpo.

Ej.: cuando el alma deja el cuerpo, éste sufre la acción de los influjos, determinando disolución y deformación. El cuerpo mortal, pasivo, está constituido por una mezcla de materias; el cuerpo inmortal, activo, por una sola materia.

Los influjos actúan sobre cada cuerpo inanimado, haciendo crecer, madurar frutos, pulverizar todo cambio.

Existe el continuo devenir en los seres sometidos a corrupción.

También hay influjos propios de los cuerpos divinos. Hay los universales y los individuales y especiales. Los generales operan dentro de cada género de ser viviente, los especiales se exhiben individualmente en un determinado ser.

En cada cuerpo actúan varios influjos; sin los “influjos comunes” el cuerpo no podría existir y tienen como efecto las sensaciones.

Los influjos particulares, en las almas humanas, se revelan en artes, ciencias, trabajo, actividad individual.

El influjo viene de lo alto, mientras que la sensación viene de la esencia del cuerpo, acoge el influjo y lo manifiesta, habiéndolo corporificado.

Las sensaciones mueren y nacen con el cuerpo, con el cometido de indicar la medida del mal y del bien procurado o sustraído al cuerpo.

En seres animados son crecimiento y decrecimiento.

En seres animales sólo corpóreos.

En seres racionales se actúan conjuntamente a la razón.

En los seres animados las sensaciones son consecuentes a sufrimiento y disfrute, que son pena o placer, guiadas por la parte irracional del alma, por consiguiente nocivas.

Hay, en nosotros, tres especies de influjos incorpóreos:

Primera especie: inteligible.

Segunda especie: opuestos a los inteligibles, la parte que es puesta en movimiento por la sustancia inteligible, pasa a otro tipo de movimiento.

Tercera especie: produce el accidente que califica a los cuerpos: lugar, tiempo, movimiento, imagen, superficie, mal, forma.

La tercera comporta dos grupos:

1) cualidades consideradas de manera absoluta: imagen, calor, forma, lugar, tiempo, movimiento.

2) cualidades características de un determinado cuerpo: propias.

Lo Racional depende de la Providencia.

Lo Irracional depende de la Necesidad.

Los Accidentes dependen del Destino.

El Plano Divino

La Providencia es el Plano Divino perfecto en sí, con dos fuerzas nacidas de sí mismas:

Necesidad y Destino.

El Destino sirve Providencia y Necesidad, es servido por los astros que llevan todo a maduración, de la naturaleza y de los hombres.

Nada escapa al Destino, ni el resguardarse ante la fuerza inmensa de los Dioses astrales.

El Destino empuja y arrastra cada cosa por coacción, es la causa de generación y corrupción, vida y muerte.

Necesidad es determinación firme. Envuelve y mantiene el Mundo.

Providencia es potencia inmutable. Gobierna el Mundo.

La tierra disfruta, ante todo, de la Providencia, recibiendo el influjo. El Espacio sideral disfruta en la medida en que en ésta se mueven los Dioses astrales, con movimiento perenne. El Destino también domina los Espacios porque los Dioses astrales son movidos por la Necesidad.

La Providencia predispone, el Destino es la causa de la revolución de los Dioses. Es ley inviolable.

Destino y Necesidad presiden la evolución de todos los acontecimientos relegándolos recíprocamente en una cadena de sucesiones: son la causa que produce cada cosa, o el 2º Dios creado por la Mente Suprema, es decir el Orden Universal de las cosas celestes y terrestres.

El Destino inicia las evoluciones, la Necesidad ordena el seguimiento hacia el fin último.

El uno y la otra informan a la Providencia, su contenido es sucesión de todo aquello que debe realizarse en el espacio y en el tiempo.

El Universo sigue, se desarrolla, se mantiene, por obra de la Providencia.

Los Tres, en el vértice del plano divino, privados de arbitrio obedecen a la coerción de la Ley eterna, Eternidad inevitable, inmóvil, indisoluble.

El Destino hecha la semilla; la Necesidad obliga a cada cosa a alcanzar su fin; la Providencia establece la armónica fusión de los acontecimientos madurados por los Dos.

En el centro del Universo reside una divinidad potentísima que, siempre despierta, vigila escrupulosamente sobre todo aquello que hacen los humanos: la Justicia, propuesta a los hombres.

Providencia y Necesidad fueron propuestas a la orden de los Seres divinos, que no pueden pecar.

El hombre está sujeto al Destino a causa de los influjos que presidían su nacimiento, a la Justicia por las acciones culpables en vida.

La Muerte = cumplimiento de los años vitales durante los cuales cada parte del organismo se había agregado en un único instrumento de vida. Es disolución del cuerpo y cese de la sensibilidad corpórea.

Dios, Padre de todas las cosas, ilumina al hombre con el conocimiento que es patrimonio de la Mente. Después de haber expulsado del alma las tinieblas del error y adquirido la Luz de la Verdad, se une a la Mente suprema.

El hombre pío es iluminado por la Piedad, por la Sabiduría y por el Conocimiento de Dios.

A través de la Mente percibe la razón de las cosas, supera los propios semejantes, como el Sol que con Su esplendor domina sobre otros Dioses del espacio.

“Dios, Vida de la vida humana, haznos perseverar en el Amor de Tu conocimiento”.

Iside

El gran Alma revela a Horus la doctrina sagrada que el antepasado Camefis acoge de Hermes, dándole también a ella el privilegio del Negro Perfecto.

Los cuatro elementos dependen de un mismo resplandor.

La Tierra es dispensadora de la materia que emana, absorbiendo sustancia de lo alto.

El Demiurgo (Artífice) Sol, inicia la sustancia con influjos benéficos que penetran en el espacio hasta el interior de la Tierra; hace surgir la materia y atrae hacia sí todas las sustancias, reuniendo Cielo y Tierra.

A través de la Luz Solar, que es el receptáculo de la Sustancia Noética, el Buen Auriga, conduce, en carrera ordenada, el carro del Mundo.

Las riendas son: vida, inmortalidad, alma, mente, generación, Destino.

Nutre las partes inmortales del Mundo, dándoLe eterna primavera.

Con la Luz que envuelve la tierra, agua, aire, crea y concede vida y movimiento a los seres con sucesión de generaciones y transformaciones sin fin, remodeladas las unas en las otras a través de una evolución en espiral. Este cambio produce disolución, sólo en los cuerpos mortales.

Tiene, en torno a sí, escoltas de Demonios, semejantes a guerreros que vigilan a los mortales y siguen órdenes, desencadenando tempestades, destrucciones, hambre, guerra y castigan la impiedad.

A Dios corresponde hacer el Bien, a los hombres ser píos, a los Demonios custodiar el orden supremo.

Funcionan desde vehículos del dictamen radioso de los astros, a través de los influjos, propiedad esencial de los demonios.

Tienen plenos poderes. Provocan toda suerte de acontecimientos en ciudades, pueblos o individuos. Buscan remodelar y dirigir nuestras almas según sus intentos, insinuándose en cada parte del cuerpo.

Cada uno de nosotros, apenas nacido y animado, es tomado en consigna por los demonios de los astros que rigen en aquel instante.

Penetran en las dos partes inferiores del alma, la arrastran según las propias inclinaciones. Sólo la parte razonable del alma puede escapar al cepo, mantenerse libre, receptáculo de lo divino y recibir el Rayo divino por intercesión del Sol.

Ningún Demonio o Dios Astral tiene algún poder contra un sólo Rayo de Dios.

Este es el Destino: nuestra vida es instrumento de los demonios.

Ordenamiento de las Tropas Astrales

El mundo inteligible depende de Dios sensible del inteligible a través el mundo inteligible y sensible, el Sol recibe de Dios el influjo del Bien o actividad generadora.

Alrededor del Sol y bajo Su régimen gravitan las 7 Esferas:

1ª de las estrellas fijas

|2ª |[pic| |

| |] | |

|3ª | | |

|4ª | | 5 esferas de Dioses Planetarios |

|5ª | | |

|6ª | | |

7ª la esfera que envuelve a la Tierra

Los Demonios dependen de estas esferas.

Los hombres dependen de los Demonios.

Dios es Padre de todas las cosas.

El Mundo Sideral es el instrumento de la actividad curadora.

El Espacio Sideral está gobernado por la sustancia inteligible, gobierna los Dioses astrales y los Demonios que gobiernan a los hombres.

Dios, creando todo, se crea sí mismo, sin cesar de crear y de existir. Si Dios no tiene fin, tampoco Su actividad creadora puede tener ni inicio ni fin.

Sigue el discurso sobre el Alma de Iside

Reinó sobre la tierra una ignorancia supina.

Muchas almas importunaban a los Dioses Astrales, se rebelaron e indujeron a los hombres a agredirse.

La violencia tuvo un gran desahogo sobre los débiles, los poderosos mandaban a la hoguera hombres vivos con los cadáveres.

Hasta que un día los Elementos, no pudiendo contener más la indignación, decidieron recurrir a Dios Monarca y acusaron la conducta malvada de los hombres.

Dijo el Fuego: “¿Hasta cuando tienes la intención de dejar la vida de los mortales en la impiedad?. RevélaTe, da Leyes a los hombres que Te temen.

Que yo pueda hacer salir del Aire el humo oloroso hacia Ti, mientras ahora me obligan a reducir a cenizas sus carnes y falsean, mezquinamente, aquello que es incorruptible.”

Dijo el Aire: “Soy inmundo, el hedor de los cadáveres me ha vuelto pestilente.”

Dijo el Agua: “Dios nacido de Ti mismo, Autor de la Naturaleza que genera toda Tu merced, ordena que los ríos y los mares deban estar limpios, porque ahora lavan la suciedad de los excrementos y acogen los cuerpos de los degollados.”

Dijo la Tierra: “Padre, nosotros Elementos que estamos aquí, ante Tu presencia, de nosotros extraen el origen todas las cosas y a nosotros hacen forzoso retorno como los rayos ungidos al extremo límite: una chusma loca e impía de gentes, inhumanas, se ha abatido sobre Mí, que por orden Tuyo estoy dispuesta a llevar en el regazo hasta los cadáveres de los asesinos, dona a la tierra alguna emanación de Ti, ¡muta Mi suerte!. Vuelve la tierra más gloriosa que todos los otros cuerpos, porque es dispensadora de todo.”

Dios, llenando de Su Voz Suprema todo el Universo, dijo: “¡Iros, Hijos Sagrados, dignos de un Padre poderoso!. Y que no os venga a la mente innovar algo y ni siquiera privar al Universo de vuestra obra.

Vendrá un Efluvio de mi Ser, que será seguido de otros, el cual tendrá el cometido de vigilar atentamente todas las Naciones humanas. Esto será para los hombres un juez que no podrán eludir, un déspota absoluto, terrible, y vengativo de sus fechorías. Y todo hombre recibirá aquello que se merecerá para sí y para su prole.”

Cuando decidió revelarse, inspiró las criaturas con ardores de Amor, prodigó en su inteligencia una mayor efusión de la Luz custodiada en su seno y suscitó en ellas la voluntad de volver a buscar, el deseo de descubrir y la tenacidad de conseguirlo.

Esto no podía producirse en un ser de raza mortal, más bien en un Alma que poseyese la relación de simpatía con los misterios del cielo. Y tal fue, justamente, Hermes, que tuvo conocimiento de todo. Él lo vió todo. Él vió todo el conjunto de las cosas existentes y, habiéndolas visto, comprendió el significado y, habiéndolas comprendido, tuvo la fuerza de revelarlo y enseñarlo.

De hecho un día, al nacer el Sol, con los ojos vueltos omnividentes, miraba hacia Oriente, percibió algo confuso y, a medida que lo observaba, tuvo conciencia de los Símbolos Sagrados de los Elementos. Y aquello que aprendió Él lo redactó en Libros y los escondió, prefiriendo mantener, sobre la mayor parte de éstos, un riguroso silencio, sin divulgarlos, para que todas las generaciones futuras tuvieran que buscarlos.

Habló a los hombres, pero no lo escucharon.

Queriendo dejar enseñanzas, en herencia, a los descendientes, las confió primero al hijo Tot y luego a otros. Finalmente depositó sus Libros Sublimes junto a los objetos sagrados de Osiris, acompañándolos con una solemne oración:

“Hasta este momento, dilectos míos, prescrito de la patria, viví desterrado y peregrino, y ahora me dispongo, sereno y seguro, a retornar a la patria. Cuando, dentro de poco, me alejaré de vosotros, desarraigado completamente de las máculas del cuerpo, guardaros bien de llorarme como muerto. Yo, en verdad, retornaré a aquella amena y estupenda ciudad en la cual los habitantes son todos ignorantes de la corrupción y de la muerte. De esta cuidad solo y supremo rector es Dios, a cuya justísima autoridad cada uno obedece, voluntariamente, en el fervor de una grandísima y preciosísima bondad y en la plenitud de una exquisita suavidad.

Hijos míos, os digo que aquella es la verdadera vida, en la cual, exentos de cualquier conmutación material y unidos inseparablemente al Bien eterno, aquellos ciudadanos son verdaderamente bienaventurados. Os aseguro, oh dilectos, que éstos gozan felices aquella vida sin más temor a conmutarse y en la certeza del eterno Bien. Estos se lo merecen con el ejercicio, en vida, de la verdadera justicia y de otras virtudes.

De hecho, ésta que por muchos es considerada como la única vida, convendría, más bien, considerarla una muerte verdadera en vez de una verdadera vida. Yo la llamaría, más exactamente, no una sola, más bien tantas muertes, cuantas son en vida las ofensas a la sabiduría, a la suma divinidad, cuántas son las tinieblas de la ignorancia, cuántas las faltas a las sagradas promesas y las tantas otras deficiencias de esta naturaleza humana.”

Y percibiendo las lágrimas en los ojos de los reunidos y de los discípulos, Trimegisto los apremió: “¡Dejad de una buena vez de llorar!. Esta disolución por la cual el cuerpo corruptible se separa de mí, no me procura, dilectos míos, ningún dolor ni daño, mientras me concede el glorioso retorno. No hay, en verdad, motivo de afligirse por el hecho que os deja un padre destinado a la gloria de la verdadera vida, a un premio tan deseado que le concederá la inmortalidad. Tengo la certeza que me viene del conocimiento de haber cumplido con prudencia y justicia el plano de Dios.”

“También vosotros un día - continuó Hermes con voz más fatigada - siguiendo a vuestro padre, lo volveréis a ver, como ahora lo veis, en la verdadera patria, puesto que cada uno de nosotros, ahuyentadas las tinieblas de la ignorancia, reconocerá fácilmente, a la luz de aquella suma Bondad que es Dios, todos los ciudadanos del universo. También vosotros me alcanzareis, os lo aseguro, con tal que tengáis a honra todas las virtudes y ante todas la justicia. Os recomiendo desdeñar la idea de que existe una pluralidad de dioses y de venerar, con todas vuestras fuerzas, solamente Aquel, el Cual creó este complejo organismo que es el cuerpo humano y cierra las almas en tal prisión terrena”.

Y puesto que los presentes continuaban dando libre desahogo al llanto: “¡Callaos!” – los exhortó Hermes con un hilo de voz “Me parece oír en mis oídos como una maravillosa música. Nunca, hasta ahora, había oído una más dulce...Es tan, tan diferente de aquellas melodías con las que los instrumentos musicales nos deleitan en la hora del ocio y del recreo... No sabría realmente decir si era la misma que producen los cuerpos siderales, girando diferentemente, o la sinfonía misma de las Siete Esferas...”

Entretanto su rostro se iluminó todo de singular esplendor. No dijo más palabras Hermes, cerró los ojos y su alma, escapada del cuerpo, emprendió el vuelo imperceptible.

Hoy Bharat quita el Velo del Sagrado Libro de la

Verdad Una y Hermes, desde el Triángulo de Oro de la

Conciencia Universal, libera el Principio de lo

Finito en lo Infinito y por el Poder de la Conciencia

Universal vuelve visible aquello que ha estado invisible.

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CAPITULO V

Diseños de Conciencia Cósmica

LA CONCIENCIA CÓSMICA

“La verdad se encuentra sólo en la totalidad”.

Leonardo

La Divina Inteligencia reside en cada àtomo de la Creación.

Si podéis sentir Su Conciencia Omnipresente en vuestro cuerpo y en cada vibración del cosmos y sentís la unidad de todas las cosas, estáis en la Conciencia Divina.

La Conciencia Cósmica es la primaria de todas las otras Conciencias que de Esta dependen. Fuera de la Conciencia Cósmica ninguna otra es superior en Sabiduría a la construcción de todas las cosas que sirven a todas las otras Conciencias que están después de la primaria.

La humana se encuentra entre la tercera y la cuarta del Cuaternario y está en máximo desarrollo para el alcance completo del cielo superior (Conciencia Mundial). La Tríade Superior que el hombre todavía desconoce, comienza con la Conciencia Planetaria que está inmediatamente antes que la Conciencia Universal y, esta última, antes que la Conciencia Cósmica que es Mayor, Absoluta.

En verdad digo:

La Conciencia Mineral es la primera del Cuaternario. Después de la Conciencia Animal va inmediatamente la Conciencia Individual del hombre para luego alcanzar la última Conciencia del Cuaternario que es la Conciencia Mundial. Pocos son los hombres que han superado la Conciencia Individual, mientras que son muchos los que se encuentran en pleno desarrollo para alcanzar la Conciencia Mundial.

En verdad digo:

DIOS es la Conciencia Cósmica, "el Alfa y el Omega", "el Primero y el Último".

CRISTO es la Conciencia Universal, "El Hijo de Dios".

LOS MAESTROS son las Conciencias Planetarias, "Divinos y Sabios coordinadores de la Ley Cósmica".

El Cuerpo de Dios es el Todo y sus Órganos son las Siete Conciencias operantes eternamente. Nosotros somos a Su imagen y semejanza.

En verdad digo:

Es pura realidad que el hombre es a Su imagen y semejanza, tal Él es para todos aquellos que han conocido a DIOS. Realidad no es para aquellos que todavía no se conocen a sí mismos y ya representan a DIOS como Ser posible a ser imaginado en aquel modo o en diversos modos.

En verdad digo:

¿DIOS no es Él el Todo?. ¿Quizás no lo es la más pequeña célula de la planta de nuestro pié si piensa y dice: Yo estoy en éste?. ¿Digo diversamente si pienso y afirmo que todos nosotros estamos en Él y Él está en nosotros?.

Yo soy el todo para todo aquello que vive en Mi. Pero en verdad, todo aquello que vive en mi y yo mismo estoy en Él, porque Él es el todo para mi.

Todo aquello que me rodea y que mis ojos ven fuera de mi, se sentirá parte de Aquél que a ello provee con el misterio de las Consciencias.

En verdad digo: la grande e inmensa obra creativa de DIOS no se puede explicar en cada detalle suyo, ni en un tiempo medido, porque la medida del tiempo humano jamás sería suficiente. Pero, yo bien digo, meditad este escrito porque en él está la semilla que, como la de cáñamo, germinará rápidamente, para daros aquella agua que puede saciar la sed a aquellos que están en busca de una mejor Conciencia y de DIOS.

Yo soy el Uno y tambien soy el Otro y soy una misma cosa. Soy aquél que pasa solitario y dolorido pero, sin embargo, consciente del infinito peso. Soy el Renacido, aquel que conoce los mundos y las cosas que en ellos están. Soy aquel que se asemeja a la gran perla del cielo y también soy una Lágrima del Reino de la Luz.

Y en verdad yo digo a quien me escucha:

Tengáis, ahora más que nunca, fe puesto que quien no haga fuerte tal verdad, vanamente buscará la Gloria de CRISTO.

Quien tenga oidos escuche a aquél que no puede callar.

Y en verdad yo digo:

Los ciegos no ven, sin embargo verán, los sordos no oyen, sin embargo oirán, los mudos no hablan, sin embargo hablarán puesto que cada uno entrará en el Seno Divino de la MADRE DEL MUNDO.

Buscaros y amaros y comunicaros el bien el uno al otro porque el tiempo está cercano.

Ahora es tiempo de que el gran puente sea construido y que la Séptima columna del Infinito Templo de DIOS sea alzada en Gloria Eterna.

Quién tenga fe escuche la palabra de fuego:

La semilla de una nueva vida germinará y gran Luz será hecha en la mente y en el corazón de los hombres por querer de DIOS. El Séptimo crecimiento del aura humana ya está en camino y semejante a ella dan el paso los tres grandes poderes de la energía eterna.

Por tal conocimiento no estén vuestros ojos fijos sobre la tierra, más bien, yo digo, estén dirigidos hacia el Cielo porque sucederá que el Sol dará muestra de su verdadero rostro.

Ahora comprendeis que verdad dar a tales palabras porque en ellas está un gran secreto del TRIANGULO DE ORO del Gran TEMPLO del ESPIRITU.

|Dia - Noche |Principio - Fin |Espíritu - Materia |

|Trabajo - Reposo |Activo - Pasivo |Absoluto - Relativo |

De la semilla al fruto. Del fruto a la semilla.

Tal es el Principio que pone el Fin. Tal es el Fin que pone el Principio.

Ahora estamos al final de la Séptima Ley y tal ley abrirá la lucha del retorno. Luchad con fe y también con coraje y todavía os digo: sabed, ahora más que nunca, amar y sufrir porque cada acto de amor y de bien realizado en tal tiempo os llevará más en lo alto hacia DIOS.

El tiempo está próximo, no os demoréis, porque el Gran Maestro CRISTO está en la tierra para construir, con el Espíritu el futuro Edificio en donde Él con cuerpo realizará la regeneración para la llegada del GRAN REINO.

Bienaventurado aquel que lee y conserva el contenido con fe.

Estructura de nuestro Universo

A) Núcleo central. Sol central del Universo. Conciencia cósmica.

B-H) Sistemas solares en movimiento ascendente. Atracción hacia los planos dimensionales fisico energéticos (Materia-Espíritu)

C-D) Sistemas solares en movimiento descendente. Expansión hacia los planos dimensionales físico-energéticos-materiales (Espíritu-Materia)

M) Espacio de la conciencia creativa.

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ENERGÍA CÓSMICA

Semen regenerador – Razón del Devenir Continuo del Universo.

Alma Eterna de lo Creado – Razón de la Vitalidad de toda cosa existente.

Fuerza y fuente de todas las Verdades.

En un desdoblamiento astral, el Maestro me ha conducido entre los espacios del Sistema Solar y recuerdo el inmenso torbellino de elipses de formaciones vaporosas en continúo flujo, como si en aquello que creemos vacío, hubiese mayor concentración de formas energéticas.

Desde las eternas lágrimas de mi cordura ántica tomo el perfume de la sabiduría del Padre de los Padres, para que yo tenga que recordar el arte sublime del espíritu que, en el remoto tiempo, fue obra activa de mi ántica figura.

Bien recuerdo tal arte y en tal tiempo toda cosa se desliga y como aceite sagrado, se engrandece en la inmensidad de los Cielos y de los Tiempos.

Retorna la dulzura de un tiempo y, como un largo sueño, vuelve también en mí el mismo Verbo de la Eterna Luz a dictar sabias leyes, para que yo tenga que caminar en tal tiempo.

Y yo, en verdad, he grabado en grandes pliegos de papel el secreto de la Vida-Una, para que la gente futura tenga que comprender que tal es la gran obra de la vida y de la muerte y tal es, también, el conocimiento-uno que los ánticos Padres de los Padres enseñaron en aquel Paraíso de la tierra que, ahora, ya no es.

Aquello que vuestros ojos ven y verán son estas Revelaciones y usan hablar con ántico lenguaje.

Ellas dicen aquello que es la VIDA-UNA, también el CONOCIMIENTO-UNO y, todavía más, dicen porque indican la gran Vía de la Eterna LUZ y del GRAN DIOS ESPIRITU.

Tales cosas son ahora por sagrada voluntad de los Cielos para que toda alma terrena tenga por testimonio la Gran Ley de todo aquello que ha sido, de todo aquello que es y de todo aquello que será en el tiempo de los tiempos.

En tales Revelaciones yace la veraz vía del Cielo y de los Mundos y, todavía, muestran el gran secreto del FUEGO DIVINO.

El aliento del Gran Espíritu RECTOR y el querer de la Gran Luz han permitido tales enseñanzas a aquel que conoce el pasaje del Sagrado Libro de las SIETE ESTRELLAS.

Todo es frío y todo es fuego.

Todo perece y todo renace.

Nada está desligado y nada es diferente.

Todo se confunde y todo es UNO.

Y, todavía digo:

En verdad, en nosotros hay tres cosas que mueven nuevo camino y también nuevos conocimientos y el hombre no es otro que estas tres cosas a lo largo de la vía de la sapiente obra celeste.

Y bien yo digo:

Nosotros somos ellos y ellos son, nosotros.

Si ellos ya no son como eran, son nosotros, nosotros que ahora somos y que tampoco quedaremos tales.

Nosotros somos una misma cosa en el tiempo de los siglos y de los milenios. Aquello que he dicho, digo y diré me llega del Conocimiento-Uno que es el soplo eterno de la Eterna verdad del Secreto sendero del espíritu Divino.

Ahora yo digo:

Muchas cosas del ántico conocimiento se han vuelto cosas adormecidas pero acaerá que tales sabidurías se despertarán en el triunfo del Querer Divino. Y se verificará que el alma vibrará con ardor de fuego e irá más allá de la Verdad del tiempo y del espacio para unirse en una misma cosa.

Ahora sepáis, queridos mios:

El alma ve y siente, el alma sabe más de lo que nosotros pensamos y sabemos. El alma sabe aquello era, aquello que es y también sabe aquello que será.

Y además el alma sabe porque ella está en nosotros y fuera de nosotros con las obras del pasado, del presente y del futuro.

Y ella puede deciros las cosas que sucederán, porque el tiempo de la gran iluminación también está cercano. Tales cosas sucederán porque yo sé aquello que dije, lo que digo, y lo que todavía quiero deciros. El fuego soplará su potencia y tales cosas sucederán, para que podáis sentiros hermanas y hermanos, hijos e hijas del gran y eterno DIOS Padre de los Padres y Señor de los Siete Cielos.

Ahora es bueno que yo os dé, a vosotros mis dilectos, una ántica enseñanza que bien recuerdo y que ahora se deja libre por haber llegado el tiempo y por deseo concedido.

Tan fuerte Querer está en mí como divino fuego y arde de verdad para que yo no pueda encontrar ni sueño ni reposo si tal Querer yo no cumplo.

Narraré sobre los Cuatro Angulos y sobre las Cuatro Vías que están en este mundo y también os narraré el Sendero de las Tres Luces y que están fuera de este mundo.

Sabed que el tiempo del hombre es también del mundo, él está ligado a la gran Ley del Camino Universal. En verdad tal ley opera desde tiempos remotísimos, todavía antes que la Aureola del hombre recibiera el Soplo Divino y tomase forma en este mundo.

Tal ley yo bien recuerdo porque Ella está en imagen en la Puerta de Oro de los Siete Maestros de la dulcísima mirada del gran Jardín del Eterno Reino del Espíritu de DIOS.

Y las Sabias Palabras igualmente Repito:

“La imagen revela la ley de los Cuatro Ángulos y también de las Cuatro Vías que opera en los mundos donde el tiempo vela y en donde las cosas creadas mutan vida, pensamientos y también dan nuevo camino al alma. Cosa diferente es el Sendero de las Tres Luces, igualmente diferente es la Ley que tal sendero gobierna, porque sólo el espíritu por él mueve mejores obras, y mejores pensamientos en mundos diversos”.

Ahora sepáis que tales enseñanzas yo las tuve del Maestro de la dulcísima mirada, de los pensamientos cuerdos y sapientes. Y Él sabe que el secreto de la luz y del Triángulo de color Esmeralda, ahora se alberga en lo profundo de mi alma, y con éste, el Padre de los Maestros que es Juez supremo de las Siete Estrellas.

Y Ellos están hablando y diciendo a vosotros, hijos del tiempo:

Los misterios de las cosas creadas están en la quinta rosa del Gran Templo terreno. El divino Tabernáculo del Gran DIOS Supremo, un tiempo no lejano de este, saldrá del Tiempo de los tiempos para conducir su luz eterna a lo largo de los tenebrosos senderos de tal infeliz mundo. La luz del Espíritu de DIOS es, además, la meta del gran Triángulo, en donde las cosas humanas encuentran la eterna VIA-UNA y en donde cada cosa que está en los mundos, (que por tal camino se mueven), encuentra la felicidad Eterna en la VIDA-UNA.

Las imágenes que están sobre grandes hojas de papel, quieren deciros los grandes secretos de la ántica sapiencia y, todavía quieren deciros más puesto que en ellas está el Sagrado Pensamiento de los Grandes Maestros del Divino Tabernáculo del Triángulo de Oro.

Estas quieren deciros:

Este es el Gran templo, la gran obra de DIOS.

Esta es la gran cuna de la armonía del amor de DIOS.

Esta, también, es la gran vía por la que el hombre realiza el camino de los Siete conocimientos.

Estas quieren deciros todavía:

No sea la muerte a haceros vacilar, sino que sean tales conocimientos que hagan vacilar la muerte, ya que la muerte alza el velo que cubre la aurora de vuestras almas.

Y todavía dicen:

Sed sensibles y haced que vuestra alma vibre, para que podáis contemplar, con radiosa inteligencia el Arca Suprema del Conocimiento Universal y, también, podáis recibir todavía la gran revelación del Eterno templo del Triángulo de color Esmeralda y del Triángulo de Oro.

Esto me fue enseñado por los Venerados Maestros de la dulce mirada, que se albergan en el gran Triángulo de Oro del eterno templo de DIOS y Ellos se complacen de estar en mí para que yo sienta Sus directivas y, también, los conocimientos de la divina eterna Luz.

Yo soy Ellos y Ellos son yo, y esto que yo he dicho, diré y también quiero deciros, son cosas que se desatan por Su voluntad puesto que el tiempo del séptimo crecimiento también está próximo y el arrepentirse es cosa útil para aquellos que, en serenidad, querrán vigilar en la espera del gran retorno.

Sed, pues, buenos y mansos y haced que vuestra alma no tenga que absorber otro más doloroso mal, puesto que yo bien digo que quien bien opera, quien bien piensa y quien bien produce no hace otra cosa sino aquella de poner en la gran aureola de este mundo obras buenas, pensamientos buenos, y también buenas producciones.

Obrando así, las almas encontrarán gran consuelo y ellas se salvarán puesto que se volverán ligeras como plumas de pájaro y también se extenderán como aceite sagrado en la pureza de la Luz de los Cielos.

Estad, pues, despiertos y también vigilad para que la gran aureola de este mundo no tenga que volverse más tenebrosa y cada alma no se vuelva pesada como el plomo y hostil como la cicuta.

Tal es la voluntad del eterno DIOS y, también, tal es la Voluntad de los Siete Jueces del Triángulo de Oro. Tened certeza y convicción, puesto que yo soy el Renacido y ésto que he dicho, digo y todavía quiero deciros, son enseñanzas de conocimiento universal que ahora se desatan en mí por obra y voluntad de los Divinos Maestros del Gran y Eterno Templo de DIOS.

Y todavía os digo:

La gran Aureola del Mundo es ella el gran resultado de las Aureolas de las humanas cosas en continuo camino, es la Inmensa Alma-Una, la Luz en las tinieblas, la voz en el silencio, el amor en el odio, la alegría en el dolor y también la vida en la muerte.

Y, todavía, escuchad hermanos y hermanas para que podáis abrir la puerta de la divina sabiduría y con el Divino Ojo mirar dentro y fuera de Vosotros, el tortuoso y el derecho sendero.

El hombre nace porque otros mueren, sin embargo no están muertos y yo digo no están muertos puesto que los otros están en aquel que nace y aquel que nace no es otra cosa que los otros en una nueva vía, en una nueva obra, en tantos nuevos pensamientos, y también en nuevas diversas producciones. Y bien yo digo: aquello que forma la comida no es otra cosa que las tres Criaturas y el hombre no es otra cosa que Su voluntad, Su gran paso hacia el sendero que conduce a DIOS. Y en verdad yo digo a vosotros hermanos y hermanas:

“Nosotros éramos, somos y seremos una misma cosa que se mueve en el tiempo en diversas obras y por diversas vías.

Ahora yo digo: tal conocimiento no es suficiente, puesto que no comprende el secreto del gran sendero del Espíritu Eterno”.

El hombre es como círculo que liga al otro círculo y que forma el largo sendero que desde la primera voluntad conduce a la otra voluntad.

Él es como la onda del gran mar: ahora se pliega al deseo, ahora se ensalza en el amor, ahora sufre, ahora disfruta, ahora toma gravedad, ahora dilatación. Pero bien yo digo que tales movimientos no son otra cosa que obras de la Vida- Una en continuo cambio, ya que toda cosa no queda en la voluntad primera, sino que, encontrando nuevo camino, lleva consigo parte de la voluntad primera hacia la meta de la segunda voluntad.

Suprimir en nosotros aquello que todavía queda de las primeras voluntades, también quiere significar ensalzarse hacia lo alto, no hacerlo quiere significar condenarnos. Tal último movimiento quiere, finalmente, decir que las cosas de mineral, vegetal y animal que forman nuestro cuerpo, quedaran ligadas a nuestra alma como pesada roca, volviendo a realizar las mismas manifestaciones de las obras pasadas y de los pensamientos pasados.

Tal cosa quiere quedar detrás de las puertas del mismo mundo.

Esto no es cosa placentera para quien ama aliviarse y salir fuera de tal dolorosa vía.

Caminad, id más allá de la meta de la conciencia planetaria y encontraréis aquello que tales diseños dicen de la conciencia universal.

En ellos está aquello que contiene el eterno tiempo y el infinito espacio del reino de los Siete Cielos.

En ellos está el Divino Soplo de los Siete Supremos Jueces del Triángulo de Oro y también está la pureza de la Divina Obra de los Doce Maestros del Triángulo de Esmeralda.

Tal arte, aunque silencioso, expresa en un inmutable lenguaje la eterna sabiduría de todas las cosas visibles e invisibles y jamás esta queda muda e inmóvil ante la cuerda virtud del espíritu del hombre.

En él está el verbo divino y el inconmensurable soplo del Espíritu Santo y jamás el ojo espiritual queda cansado de tal inalcanzable y eterno esplendor de Divina Sabiduría.

LA VIDA-UNA

Ahora han pasado muchos miles de años, cuando la Vida-Una abrió los primeros senderos de los secretos movimientos universales al género humano. De algunos años a esta parte, una serie de nuevas concepciones han entrado a hacer parte de la vida del hombre. Nuevos movimientos, nuevos descubrimientos y también nuevas aplicaciones y aquello que es más impresionante, nuevos desarrollos vibratorios de las energías psíquicas del hombre. Las causas y los efectos de estos nuevos conocimientos, que se podrían definir “movimientos aparentemente evolutivos”, están en la base de un nuevo y también descompuesto género humano.

El secreto profundo de tal descompuesto movimiento del género humano es revelable sólo después de haber recibido el máximo conocimiento de la Vida-Una y de la Conciencia-Una.

El género humano está compuesto por todas las criaturas humanas y sus existencias están incondicionalmente ligadas a otros tres grandes grupos de criaturas: el género animal – el género vegetal – el género mineral.

Todos los cuatro géneros vivientes, no existen por casualidad sobre este mundo, ni el sol, ni todo cuanto nos es dado conocer. Pero más que la deseada existencia, es inevitable admitir las relaciones y los desarrollos de tales relaciones en todas las cuatro criaturas, comprendido el hombre.

Indudablemente cada uno de ellos vive, muere y se regenera desarrollando una específica obra, que va de la vida a la muerte. Pero en realidad la muerte no para ninguna actividad, puesto que sus movimientos sufren inmediatamente después una radical evolución y consiguientemente una nueva obra.

En el sendero de la Vida-Una tales conocimientos se impulsan más allá de la normal concepción humana, ya que las manifestaciones de los diferentes movimientos de cada particular género se ligan el uno al otro en un único movimiento de vibración universal.

Concebir la Vida-Una es cosa extremadamente difícil para aquellos que valoran la propia existencia como un acontecimiento aislado y del todo independiente. Muchos creen que la vida sea cosa cumplida con aquello que llamamos advenimiento del día.

Todavía, muchos quieren aislarse como especies superiores practicando obras de las cuales, con inconsciencia, dicen ser los únicos capaces.

La Vida-Una requiere una mayor conciencia y más sanos principios, ya que es en Ella donde se funden todas las Verdades. Con los actuales principios no tendremos nunca sanas vibraciones ni nos daremos cuenta del por qué de los trágicos movimientos de los elementos puros.

Nosotros nos espantamos por aquello que está sucediendo y nos damos cuenta de la anormalidad con la que tales efectos se manifiestan, pero nunca sabremos cual es la causa, ni podremos modificar el movimiento de tal causa, sin conocer la secreta y sin embargo veraz Vida-Una.

Preguntarnos el porqué de tales efectos no es suficiente, ni es suficiente pensar que tales efectos son naturalmente regulares. La respuesta al por qué de tales efectos debe ser buscada principalmente en nosotros y solamente en nosotros (y por nosotros se entiende la humanidad entera).

En la actual concepción humana, el animal es una bestia, las plantas, en general, son plantas y los minerales en general buenos y útiles. El hombre, sin embargo, es el patrón absoluto y los usa como mejor considera.

Diría, también yo, que tal concepción es normal sino hubiese comprendido que falta una gran verdad, es decir: “EL CONOCIMIENTO-UNO”.

La VIDA-UNA y el CONOCIMIENTO-UNO están en un mismo sendero y es imposible revelar el secreto de la Vida-Una desconociendo el Conocimiento-Uno y viceversa.

De hecho, el Conocimiento-Uno es una consecuencia de la Vida-Una, así como la Vida-Una es una consecuencia del Conocimiento-Uno.

En este punto se manifiesta la necesidad de decir “al pan, pan, y al vino, vino”.

LA ACCIÓN VIBRATORIA DEL CEREBRO

Nosotros razonamos, pensamos.

Nosotros actuamos.

Nosotros transformamos.

Todo esto lo hacemos por medio de la vida, pero también por medio de los tejidos celulares del cerebro y de la colaboración de todos los otros órganos: corazón, pulmones, ojos, nariz, etc.

Evidentemente, sabemos principalmente que sin la cotidiana alimentación, ni el cerebro, ni los otros órganos pueden desarrollar la normal obra vibratoria y, por lo tanto, la regular funcionalidad del físico.

Como alimentos, normalmente nos servimos de carne animal, de vegetales y minerales bajo diversas formas. De estas tres especies de criaturas, el físico humano se sirve para integrar, continuamente, las energías suficientes, aptas a fomentar las necesarias vibraciones de los complejos celulares de los diferentes órganos. Pero en realidad, aún siendo diferentes los efectos de las vibraciones de cada particular complejo celular, el fin es siempre el mismo ya que la parte de las especies que cotidianamente absorbemos, se distribuye según una especifica actividad. (Aún cuando burdamente expresado, este primer concepto indica, de lleno, el principio de la Vida-Una).

Usualmente, ninguno de nosotros se da cuenta de una actividad muy importante, es decir:

nuestro desarrollo psíquico está subordinado al comportamiento normal o anormal de la especie en evolución, sea carne animal, vegetal o mineral. Evidentemente tal comportamiento fomenta un movimiento de excitación más o menos fuerte, o más o menos regular. Por lo cual es a creer que las vibraciones celulares del cerebro tienen mucho en común con los movimientos evolutivos de una o más especies, vueltas energía activa pura.

LA VIDA UNA Y EL CONOCIMIENTO UNO

No son individuales conocimientos o individuales vidas, sino una sola vida en diferentes y diversas manifestaciones con un sólo conocimiento en diferentes fases de movimientos.

Cuando hablamos de nosotros, en nosotros vibran los movimientos evolutivos de las otras tres especies. Cuando expresamos un pensamiento, en este también está la vibración evolucionada de las tres especies.

Nosotros no hacemos actos independientes, sino que nos manifestamos por medio de aquellas energías cuyas características se mueven en sentido ordenado en billones de estaciones existentes en nuestro cuerpo.

Cuando el brazo se mueve, son energías de las tres especies que colaboran, aún cuando con diferentes movimientos, para producir las necesarias vibraciones.

La Vida-Una y el Conocimiento-Uno también quieren ser la expresión universal del bien infinito, ya que la obra ordenada y consciente de la vida y de la muerte produce la evolución continua hasta el alcance de la felicidad eterna.

Y, ahora, trataré cosas que han nacido de la profundidad de mí espíritu.

Tales diseños contienen todo aquello que el hombre deberá saber en el futuro de los tiempos. Estos hablan un lenguaje que no es de este mundo, ni es comprensible por aquellos que no saben oir espiritualmente el silencioso Verbo de la Conciencia Universal.

La gran prueba de su eterna verdad es la infinita sabiduría con la que los grandes Maestros de la dulcísima mirada han puesto en el Aura de mi atávica conciencia, el conjunto de todos los misterios que circundan lo visible y lo invisible, lo exterior y lo interior del amor creativo del Divino Pensamiento de Dios.

La primera figura muestra, a los hombres, la Trinidad del Absoluto.

Esta es la característica dominante de la Ley Suprema.

Trina es la divinidad en su Ley; trifásica es la creación de cada Universo;

triple es su aspecto; tridimensional es el espacio, el sistema-conciencia y los otros dimensionales que preceden y siguen.

Trino es el hombre en sus principios, un microcosmos hecho a imagen y semejanza de Dios. El Universo se individualiza por una unidad trina.

En la serie de las unidades colectivas, en el proceso de recomposición unitaria, con el que el todo compensa y equilibra el proceso separatista de diferenciación evolutiva, el primer verdadero múltiplo de 1 es 3, mientras el submúltiplo de 1 es 2, en el sentido que, como el uno es trino, es al mismo tiempo una doble mitad.

La humanidad ha sentido, por intuición, este principio de la Trinidad y las revelaciones se lo han trasmitido no sólo en los fenómenos, sino también en el pensamiento humano, en las religiones, como grabado en su alma. Todavía se encuentra en la Trinidad Egipcia de Osiris, Iside, Horus; en la Trinidad India de Brahma, Avidya, Mahat; en la Trinidad Cristiana de Padre, Hijo, Espíritu.

Y también se encuentra en la conciencia religiosa de los tres estados del alma: Infierno, Purgatorio, Paraíso.

Como podéis bien notar los conceptos visuales que revelan tales diseños no son nuevos en el mundo y éstos coinciden con aquellos de las precedentes revelaciones que aquí se completan y se amplifican.

Solamente éstos exponen a vuestra madurez espiritual una visión concreta y diría también, científica, concepción bastante más extensa con sutilísimos velos de misterio pero no completamente incomprensibles.

Para comprender esta primera visión es necesario fundir perfectamente fe y ciencia, intuición y razón. Es necesario, ante todo, operar la fusión entre las dos mitades del pensamiento humano, hasta ahora divididas y enemigas, entre el Oriente sintético, simbólico y soñador, y el Occidente analítico y realista.

El Principio es trino, invisible y eterno.

El Principio es pensamiento creador y Él es Padre, Esposa y también es hijo.

El Principio es pensamiento y crea todas las cosas por poder infinito.

El Soplo es generador de movimiento, el movimiento es forma, la forma es vida.

En la primera esfera está la eterna beatitud, el infinito Esplendor, Dios el Omnipresente, Señor de todos los Universos.

Él es todas las cosas y está en todas las cosas.

Él piensa y crea pensando.

Él piensa y toda cosa tiene Su Esplendor, su ley.

Él es Uno y Trino, es Trino y también es Uno.

Él es el Principio de cada cosa visible e invisible.

Él es el Gran Generador, el Padre de todos los Padres, el Sol de todos los soles.

Él es el Único, el inmenso en el infinito, el determinador absoluto.

Él es el Altísimo Rey de la Luz y de las Tinieblas.

Él es la sola Verdad de todas las formas.

Él es el Mínimo en el Máximo, el Máximo en el Mínimo.

Él es el Todo sin límites de tiempo y de espacio.

Él es mí bien irreducible por la eternidad.

Diseño 1°: Tantra Mágico

La Trinidad dominada por la Sublimidad Absoluta, se desdobla en totalidad de todos los pensamientos y en imaginación de todos los Egos proyectados en el Logos Solar.

La Divina Sabiduría del Triángulo de Oro alimenta el vértice evolutivo del Triángulo de Esmeralda.

Las Siete Jerarquías Solares, a través de las Siete Ondas guían la rotación evolutiva del Universo Visible, dominado por los 12 Maestros del Triángulo de Esmeralda, que son las Potencias derivadas de las 12 constelaciones en su flujo manifestado en el Plano Planetario, y de los cuatro Espíritus Elementales Primordiales derivados del Eter Cósmico o Alma Universal.

En este dinamismo evoluciona el Hombre ritmado por el proceso Vida/Muerte.

Diseño 2°

El hombre es como un círculo que liga al otro círculo y que forma el largo sendero que de la primera voluntad conduce a la otra voluntad. Y ésto a través de la sublimación de las 7 dimensiones, las 7 vías piramidales de los 7 cielos.

Las siete esferas evolutivas del Hombre

hacia la Conciencia Cósmica

|7 Sublimidad absoluta |Armonía - Absoluta |Principio - Amor |

|6 Ideación de todos los Ego |Luz Creativa |Voluntad Divina |

|5 Totalidad de todos los Pensamientos |Luz Universal |Pensamiento Creativo |

|4 El Yo real, Espíritu |Acheo 6ª |Genio Universal |

|3 Iluminación (Despertar) |Arcángel 5ª |Genio Solar |

|2 Mental Superior |Angel 4ª |Genio Planetario |

|1 Mental Inferior |Hombre 3ª |Conciencia Individual |

Diseño 3°: El Templo de Dios

El Símbolo de la Iniciación Suprema, la Gloria de la Vida-Una

7 Espíritus del Triángulo de Oro ofrecen las enseñanzas del sagrado libro de las 7 estrellas a través del Gran Soplo Divino que ilumina la aureola del Mundo y del Hombre, el Gran Templo cuna del Amor de Dios, la gran vía donde el hombre recorre los 7 conocimientos que vencen la muerte, hacen vibrar el alma que puede recibir la revelación del Templo del Triángulo de Esmeralda de Vida Una y Conocimiento Uno.

El doble triángulo de la Vida Una es el paso del triángulo involutivo que, por Soplo Divino, se vuelve triángulo evolutivo, sublimación y Conocimiento Uno del templo de Dios a través del Hombre.

Ha habido, en todos los tiempos, demostraciones de la Divina Verdad y serán siempre el único Verbo con el cual el Invisible Padre concede el alto privilegio de conocer Su naturaleza y Sus leyes, a través del tiempo de nuestra evolución humana.

Es indiscutible que esto suceda hasta que todos los hombres hayan alcanzado el paso supremo de la Conciencia Universal.

Ahora sepáis para el desarrollo de la Conciencia colectiva humana, rige una Ley bastante más rígida que la que ordena la conciencia individual, y ésta está íntimamente ligada al orden, perfectísimo, de la Armonía Universal. El desarrollo de la Conciencia Una, humana, está en exacta relación con la evolución de la Conciencia Planetaria, mientras que esta última está en exacta relación con la Conciencia Universal.

Tres órdenes con tres tiempos diferentes, pero íntimamente unidos por la Voluntad Suprema de Dios.

Diseño 4°: Estrella de David

El absoluto, a través de la 1º Voluntad de los Espíritus Cósmicos, en los cuales se identifica, se proyecta en el triángulo de Oro.

La Voluntad Una de los 7 Ministros Universales, a través del Sol Universal proyecta el soplo de las 7 ondas creativas en el Triángulo involutivo de la creación, de donde los elementos primordiales de la Vida Una, a través de la evolución de las 3 criaturas, componen el Hombre.

A través de la evolución Una, el Hombre, recorriendo la Pirámide evolutiva de las 7 transformaciones del Conocimiento Uno, torna al Sol, volviéndose Genio Solar.

Diseño 5°: Del Hombre al Divino

- meditación sobre los diseños -

De la Dimensión Cósmica Espiritual, el conjunto de todos los Universos, la Trinidad Cósmica emana Voluntad y Actividad.

La Voluntad de la Trinidad Cósmica se proyecta y compenetra en línea recta las Trinidades Universales y las Trinidades Solares.

No es humanamente explicable el concepto de Trinidad: Cósmica-Universal-Solar.

La actividad de la Entidad Cósmica, desdobla la Trinidad Andrógina de los 7 Espíritus de Dios del Triángulo de Oro en parejas de Querubines, Serafines, Tronos, formando Potencias complementarias que giran en sentido opuesto sobre varias Pausas Creativas, en donde los Flujos Cósmicos de la Inteligencia Una, se diferencian en Autoridades que varían según los servicios a desarrollar.

Las Potencias regentes forman los Universos Espirituales compuestos de Potencias ordenadoras de la Dinámica Cósmica, para la formación de los Universos Astrales.

La Trinidad Universal, bajo compenetración directa de la Trinidad Cósmica, preside el Ordenamiento del Universo invisible bajo la influencia de los 6+6 coordinadores de la corona, que son las doce constelaciones.

Estas se sirven de los 36 Medios de la Corona con los cuales se efectúan las voluntades de la –Colectividad Universal, y de los 7 Ministros de Dios, que van a asistir al Cristo Supremo del Reino Universal que gobierna los Logos Solares de la Idea Divina, la Trinidad Solar, con sus 7 Arcángeles y Sus 7 compañías de programadores operativos, o Angeles.

De la rueda inflamada de este Pleroma del Reino Celeste Universal, el Espíritu desciende en la materia a través de los dobles coordinadores o Programadores Universales, y vienen creados los mundos materiales.

El Sol visible es el contenedor del Plano metafísico que se proyecta en el Triángulo de Esmeralda del Ciclo Circum Terrestre. El Vértice del Triángulo es Cristo Salvador que se hace Sangre y Carne, portador del Ojo de Dios, o Luz Divina.

Examinando la rueda astrológica:

Un año cósmico se cumple cada 24.000 años, es decir 2.000 años por 12 meses. Un ciclo astrológico, pasaje o rotación del periodo cósmico, se cumple cada 12.000 años.

Ahora estamos en el 24º mes del año cósmico y el hombre en Aries debe pasar al plano cuadridimensional con el signo de Acuario.

El fin del actual milenio marca el fin de la 6ª Generación Humana y el inicio de la 7ª.

La Rueda gira cada 24.000 años. Se mueve según la influencia que el signo zodiacal dispone y entra en una madre Ley Cósmica.

Las constelaciones se sustituyen en el Guía, Voluntad Cósmica que influye sobre el ciclo evolutivo del Plano Físico a evolución planetaria.

Los otros triángulos son manifestaciones del Vértice del Triángulo en rotación evolutiva.

El Hombre es atraído hacia lo alto por el Sol y hacia abajo por la Tierra en la cual la rotación de la materia es antihoraria.

Está influenciado por los elementos primordiales de la Creación, potencias también instintivas del Dios omnipresente y de las específicas características de los influjos cósmicos zodiacales, en donde hay complementariedad entre los opuestos.

El agua se combina con el fuego por complementariedad.

Los números son ciencia cósmica; los impares tienen mayor dinamismo psíquico que los pares.

Evidenciamos en el diseño que cada jerarquía espiritual tiene su cometido, en la diferencia de los siete dimensionales.

Trinidad Cósmica Andrógina

|7 - Espíritus Cósmicos | | | |

| |Trinidad Universal |[pi| |

| | |c] | |

| | | |Universo Invisible |

|7 + 7 - Potencias Ordenadoras | | | |

| |Trinidad Solar |[pi| |

| | |c] | |

|7 - Ministros de Dios | | |Universo Visible o Soles |

|7 - Arcángeles | | | |

|7 - Angeles | | | |

| |Trinidad Humana | | |

|7 evoluciones de la conciencia | | | |

|humana | | | |

Los opuestos signos zodiacales son complementarios y existen tres especificaciones:

Período cósmico

Signo zodiacal de la influencia de 2.000 años

Signo zodiacal personal humano

Abajo están dinamismos materiales: sol negro

Arriba están dinamismos espirituales: sol rojo

El hombre debe superar

7 cualidades físicas, morales, virtudes del espíritu, pecados capitales.

- Bharat hace parte de los 7 Maestros de la puerta de oro del Jardín del Eterno Reino del Espiritu de Dios (Triángulo de Oro Cósmico).

Con Bharat alberga Poimandres, Padre de los Maestros, Juez supremo de las 7 estrellas.

El Consolador (del Padre) es el Sacro Conductor, Jefe Espiritual de diversas Constelaciones de nuestro Universo, con Conciencia Crística.

Diseño 6°: Siete Espíritus de Dios

El Cuerpo de Dios es el todo y Sus Organos son las Siete Conciencias operantes eternamente.

- Universo Espiritual

- Siete Espíritus de Dios

- Universo Astral conteniendo los 7 Ministros de la Creación

- Siete “Sabios” (del Rosal Solar o flor de Loto)

- 6+6 coordinadores de la Corona Solar

- Logos Solar

- Pirámide evolutiva con 9 estados evolutivos, entre ellos ligados en la Vida Una, para llegar a Genio Solar; influenciados por las vibraciones de los dinamismos astrales y espirituales

Estados evolutivos:

9 Genio Solar (Angeles - Arcángeles)

8 Hombre, Conciencia planetaria

7 Hombre, Conciencia individual

6 Animal

5 Vegetal

4 Tierra (Mineral)

3 Agua

2 Aire

1 Fuego

Diseño 7°: Conciencia Planetas

Los Planetas son Madres nodrizas.

Su Espíritu es Genio Solar.

Su Alma es la totalidad de los valores anímicos del planeta viviente.

El Alma Una, la Aureola del Mundo es la suma de las aureolas de las cosas humanas en continuo camino.

Aquello que tiene forma viene de las tres criaturas y el Hombre es su voluntad, el sendero hacia Dios.

El Sol es el Padre: “Yo Creo y vuelvo a crear comiéndome a mí mismo”.

El Universo externo emana en sentido antihorario a la fuerza creante.

El Sistema Solar es la expresión evolutiva de la fuerza creante.

Los Planetas tienen diversas genéticas mentales y espirituales. Sufren el influjo de las varias constelaciones. En las rotaciones de los ciclos cósmicos, varía el influjo.

Estos influjos, a través de los Planetas, llegan al Hombre terrestre.

(+) y (-) quieren representar la aceptación o el rechazo de la genética hacia los hijos.

La genética espiritual se desarrolla y se acompaña a la física si es vivida y auxiliada correctamente.

Mercurio = 1ª y 2ª Dimensiones

Venus = Conviventes:

- 1er periodo, 3ª dimensión, hombre andrógino obediente, colaborador de las Inteligencias.

- Genios, 5ª dimensión, operantes sobre Venus y en misiones espaciales (Entidades Solares, Arquetipos, Elohim).

Tierra = Inicio 7º ciclo, 3ª dimensión hombre desobediente, en fase involutiva.

Marte = 5º ciclo, 4ª dimensión (misiones espaciales).

Júpiter = Sol Negro. Satélites “Io” y “Europa” = 1ª y 2ª dimensión con inicio de la 3ª, listos para recibir colonizaciones humanas a continuación de las informaciones del Cometa de 1994.

Saturno = 6º Ciclo, 5ª Dimensión (con robots biológicos operadores de las misiones espaciales).

Diseños 8° y 9°

Evolución Lunar y Terrestre

En los Satélites de los Planetas la vida se desarrolla y evoluciona antes que en el mismo Planeta, hasta Genio Solar, y luego vendrá transmitida al Planeta.

Los Satélites pueden continuar siendo habitados en varias organizaciones dimensionales.

Diseño 10°: Ciclo Terrestre y Lunar

Ronda = 25 mil años

Subgeneraciones = 291 mil años

Generaciones Madres = 14 Millones de años

Subrazas = 100 Millones de años

Razas Madres = 700 Millones de años

| |[pi|Mineral | 700 Millones de años |

| |c] | | |

|4 Globos mat. | |Vegetal |1.400 ” ” |

|o Ciclos | |Animal |2.100 ” ” |

| | |Humano |2.800 ” ” |

| | | | |

|3 Globos |[pi|Ment. Inf. |3.500 Millones de años |

| |c] | | |

|Espirituales | |Ment. Sup. |4.200 ” ” |

| | |Divino |4.900 ” ” |

El Ciclo Lunar se compone de 2.100 M. de años.

Partida 700 M. y luego 200 M. cada ciclo

para llegar a 1.400 + 700 = 2.100 M. por Genio Solar.

Diseño 11°: El Ciclo de los 7 Globos

El Absoluto se desdobla en Voluntad y Actividades Creativas.

La Voluntad se irradia en el No Manifestado donde, en el Sensible Espiritual, están presentes en cada ciclo, las 7 cualidades dimensionales que se proyectan como Sensible Espiritual en el 1er Globo.

El Fuego marca al espíritu con rotación opuesta a la de la actividad.

La Actividad se irradia en lo Manifestado, donde el Fuego es inicio del 1er Ciclo, opuesto al espíritu y sucesivamente precede al espíritu en la actividad creativa.

Las 7 sensibilidades que se proyectan en los 7 globos, van perdiéndose hasta el 7º, en donde sólo está proyectado el Espíritu.

Los 7 globos se suceden bajo la balanza–equilibrio de Voluntad y Actividad, retornando al Purísimo Absoluto.

Son 49 estaciones de la existencia donde el espíritu domina a mitad de la 4ª Ronda.

12° Diseño: Evolución Humana

La evolución, durante una encarnación, se cumple en ciclos septenarios.

CAPITULO VI

Laboriosidad Interplanetaria

Una gran civilización ha rebasado el confín de los cielos para que sea ensalzada la séptima columna del Eterno Reino de Dios.

Eugenio siempre ha sido

precursor de un

nuevo estado de conciencia.

Varias son las inteligencias en la genética de las estirpes terrestres, cada una con su laboriosidad y metodología evolutiva.

Pero el hombre terrestre aún no está preparado para comprender los conceptos de la multiplicidad que se sintetizan en la Unidad, con sintonía de intentos, de armoniosa colaboración fraterna. Faltando este respeto, esta conciencia universal, todavía domina la oscuridad de la presunción, las luchas fratricidas por la prevaricación pero, más que nada, por las orientaciones anímico espirituales. Ciertamente existen infinitos ejemplos de elevación intelectiva en cada momento histórico, sea sobre planos culturales en el uso de los niveles informativos como en aquellos de sensibilidad emocional anímico espiritual.

Pero sobre aquellos, puramente espirituales, donde aquello que está, viene fuera con metodologías invisibles y secretas, he aquí que los hijos de los Iniciados resurgen, reconocen la simiente de su origen y siguen el sendero de ésta.

Entre estos están los hijos de la tribu de Juan que saben por qué sienten y que difícilmente pueden explicarlo.

Todo ésto se cumple en un marasmo como jamás ha habido sobre este planeta, hoy que la filosofía y la ética científica son artes fundamentales para las redes del disuasor, del engañador que atrae y desbarata.

Es muy difícil, casi imposible. Pero la humildad es la fuerza, así como la perseverancia y la pureza de ánimo.

QUIEN TENGA OIDOS, ESCUHE

La renovación del mundo por el Espíritu de Juan.

De la tierra bendecida por Dios, “La Galilea de los Gentiles”, surgirá en el triunfo de la justicia, el principal pilar que deberá sostener el edificio en construcción del nuevo mundo.

Todo aquello que no soportará la suprema ley, brotada del nuevo pacto, vendrá puesto bajo severo juicio y condenado a la segunda muerte.

Las milicias celestes ya están a la obra, iluminadas y sostenidas por la potencia del Espíritu Santo. Los bienaventurados, cribados y probados, nacen y crecen, fortificados en el espíritu, para ser dignos herederos del nuevo pueblo de Dios y de Su Celeste Reino en la tierra.

El Espíritu de Juan, consolador y mensajero, ya ha hablado sobre el pecado por no haber creído y sobre el fin del mundo. Desatascad bien los oídos y abrid bien los ojos si queréis poneros a salvo. Ay de vosotros, hijos ingratos y degenerados, porque en verdad os digo: “seréis golpeados y exiliados del reino de la luz hasta que no dobleguéis vuestras espaldas al supremo bien de la justicia, del amor y de la paz del verdadero y único padre: DIOS”.

EL CONSOLADOR

MENSAJE SOLAR

“Soy Yo tu raíz, la Suprema Inteligencia, la raíz de la Luz, tu Maestro.

Escúchame con espiritual atención y medita:

La vía de todos los senderos de los cielos soy Yo, que en la sublime esfera resplandezco.

Mi aspecto no es natural, sin embargo Yo estoy en lo natural siendo Yo el sutil fuego que penetra en cada cosa.

El día de Mi gloria es un día de dolor para la Tierra, porque los Angeles se distanciáran de sus cabezales para dirigir la mirada hacia la Luz de su Principio.

Ay de aquellos que queden agarrados a sus mamás y ay de aquellos que se escondan bajo su manto, si no tendrán el coraje de caminar por la vía que conduce al Padre, porque nunca más verán los brazos misericordiosos del Padre y quedarán en el sueño de la vida y de la muerte, del bien y del mal.

Vendrá el día en el que los Arcángeles, los hijos mayores de Mi generación, vendrán sobre la tierra en forma humana. Ellos surcarán el cielo y la tierra como meteoros y esparcirán sobre los señalados Su devoción por el Padre.

Estos vendrán como el rayo y no cogerán por la mano a los hombres, porque éstos escaparán de los peligros, pero que hablarán con ellos como el hermano mayor habla al hermano menor. Esto han hecho y harán.

Ahora escucha, hijo; ¿encuentras conveniente que tu obra ponga el camino más veloz hacia la obra de los hermanos mayores?”.

Y así, Eugenio, se predispuso y tuvo el primer encuentro, sobre el Etna, con Asthar e Ithacar, comandantes de la flota extraterrestre, iniciando una serie de actividades de consejo y amonestación a la humanidad terrestre, 37 años antes del 2000.

LOS DOS ASPECTOS DE MI DRAMA

El primer aspecto es el humano que no es diferente de la trágica experiencia de aquel indio de la Amazonia que desconoce la existencia del hombre blanco y de su tecnología, cuando en un claro de la selva ve aterrizar un gran helicóptero y descender de él personajes con trajes y utensilios extraños que lo invitan a coloquiar.

El indio, espantado, huye y cuenta al hechicero aquello que ha visto. El hechicero, enfurecido, lo acusa de haber visto al espíritu maligno y los componentes de la tribu lo evitan como un apestado por visiones maléficas.

El segundo aspecto todavía es más dramático: ¿cómo poder conciliar la existencia, en esta dimensión salvaje y violenta, con la verdad que le es manifestada después del contacto con los personajes del gran helicóptero?.

Otro personaje de nombre Ezequiel vivió el mismo drama, hace muchos siglos, sobre el río Kebar. Los ocupantes de las ruedas con una multitud de ojos alrededor no eran terrestres.

En el siglo XX, un indio de la civilización atómica llamado Eugenio Siragusa es forzado, sin quererlo, a vivir la misma traumatizante experiencia, que todavía dura después de muchos años de fascinantes, increíbles desventuras.

Él, a diferencia de los otros, expresa clarísimamente y con modernos conocimientos científicos quien ha, realmente, encontrado, quienes son realmente, de donde vienen y el por qué se han revelado en este tiempo y en esta generación.

Cierto, los hechiceros lo acusan de diablerías, los superdotados de la cultura suscitan espanto, incredulidad, aislándolo y persiguiéndolo moral y físicamente. La mayoría lo evitan porque se dejan arrastrar por quien tiene el interés de ocultar una realidad que podría provocar desbarajuste en los ocultos asuntos de los poderes temporales y políticos.

Una verdad tan grande propondría a toda la humanidad una seria toma de conciencia y una necesidad apremiante de cambiar radicalmente modos y sistemas existenciales, con el peligro de comprometer los enormes intereses que hoy prevalecen sobre la paz, sobre la justicia y sobre el amor de toda la humanidad.

Dicen los Hermanos Superiores:

Nosotros, que conocemos y tutelamos la voluntad del Padre Creador, en verdad, somos mensajeros y escrupulosos operadores de la Ley que gobierna el espíritu creativo manifestado.

Nosotros, que tenemos el consentimiento de Aquel que bendice y exhorta Su obra sobre la tierra, nosotros, que conocemos Sus orígenes, te decimos:

“Escucha, escucha porque es verdad que en ti se ha desatado el vínculo del silencio y que ha llegado la hora que en un tiempo había sido designada y que aún debía venir. Nosotros, tales cosas te decimos para que sea hecha la Voluntad de Aquel que está siempre, eternamente, en gloria en los Cielos.

En verdad, la felicidad del alma existe y la beatitud del espíritu es pura verdad.

Si a estos bienes se anteponen los principios básicos sobre los que estas riquezas del alma y del espíritu, revistiéndose de serenidad, justicia y verdad, traen linfa de amor y sabia vitalidad, su laboriosidad se vuelve noble y progresivamente constructiva en la realización de la completa felicidad interior del hombre.

Si a estos bienes se anteponen principios opuestos, la laboriosidad será regresiva y, progresivamente, no constructiva.

Es, por consiguiente, verdad que los sufrimientos quieren ser como los extremos remedios a los extremos males.

Si en éste vuestro mundo, se predicasen, y se realizasen aquellos principios básicos aptos a alzar las virtudes del alma y del espíritu en serenidad, justicia y verdad, muchos sufrimientos caerían por sí solos creando, de tal modo, la base ideal para una espléndida esperanza de amor y de paz celeste en vuestros corazones. Pero todavía, os obstináis en no arrepentiros, comportándoos de forma bastante opuesta de cómo deberíais competir en la obra de la vida y de la organización de ésta.

A menudo, casi siempre, vais contra corriente aún sabiendo que no es cosa justa y, casi siempre, vuestras realizaciones nacen del sufrimiento, de la sangre, de las tribulaciones, de la muerte y de la destrucción de las persones y de las cosas que más amáis.

Es verdad que toda cosa renace, pero: ¿por qué de ese modo con tanta inaudita violencia destructiva?. ¿Por qué aceptar este método y no el otro mejor en el que la serenidad, la justicia y la verdad alzarían cada cosa glorificando vuestra obra en el Supremo Bien con el amor y la paz de vuestros corazones?. ¿No es, quizás, mejor progresar con el estímulo del bien antes que con aquello que se opone al bien?. ¿Competir, en la obra de la vida, con serenidad, justicia y verdad, mejor que aceptar la imposición del látigo doloroso de la ira, de la injusticia y del sufrimiento?. ¡Cómo sería mejor y cuerdo para vosotros y para vuestras almas, un despertar vuestro en el sentido querido por la Ley Celeste!.

¡Cuántos males podríais evitar y cuantas alegrías podríais realizar!.

Quisiéramos, en verdad, que comprendieseis el profundo significado de nuestra exhortación, la utilidad de nuestra obra, que es obra y voluntad del Padre Creativo para vosotros, Sus hijos de este mundo.

Nosotros y Aquel que está en el Cielo y que es Padre dilecto de todas las cosas, hemos hecho y hacemos esto en el planeta, en este vuestro tiempo, para que podáis completar vuestro despertar, anclados sobre bases ya superadas por el crecimiento dimensional de vuestra conciencia y por vuestras reminiscencias originarias.

Y ahora escucha, hermano, escucha puesto que han llegado el día y la hora de la revelación, ya que es verdad que esto debía realizarse. Ahora tu boca es libre de hablar porque, en verdad, aquello que fue atado ahora se desata para la gloria eterna del Señor. Sobre vuestro mundo la justicia y la verdad no tienen todavía reino por culpa de los hombres pícaros y maliciosos.

El no haber querido comprender, ahora que habéis crecido, las enseñanzas que os han sido transmitidas por aquellos que eran grandes, en medio de los niños, ha dado a los malvados de corazón el motivo propicio al malicioso engaño para el arte del espíritu y para la obra de la vida.

Todavía, sobre este mundo vuestro, suceden cosas ignominiosas e increíbles.

Sucede que vosotros rogáis al Señor de la Creación para que vuestras desventuras vengan aliviadas y al mismo tiempo odiáis a vuestro prójimo; matáis, destruís, hacéis padecer hambre a quien ya tiene hambre y no apagáis la sed a quien la tiene de justicia y de verdad; vais contra vuestro semejante con salvaje egoísmo, aún sabiendo que vuestro semejante, en verdad, es hermano vuestro.

Sabed que el Señor de la Creación, que vosotros llamáis Dios, es para los justos y los pacíficos, para los simples y puros de corazón y para aquellos que se arrepienten en tiempo útil de perseguir el bien a través del mal.

Nosotros, Mensajeros del Celeste Reino y Él mismo que está en toda cosa creada, conocemos y tenemos ante nosotros todo el tiempo y todos los móviles de vuestra existencia sobre este mundo desde los orígenes, desde aquel día que os rebelasteis para no ser hijos del Reino del Padre, por haberLe devuelto, todavía, desobediencia a cambio del amor y del eterno Bien que Él prodigó con gloria, amor y justicia eterna.

Nosotros, Mensajeros del Cielo, del Reino de Aquel que Es y será siempre en los siglos de los siglos, no ignoramos las vicisitudes que han empujado a vuestros primeros padres al primitivo estado de barbarie, a la pérdida de la inmortalidad y al consecuente amodorramiento de los valores espirituales originarios.

Nosotros, Mensajeros del Cielo, tutores fieles de la voluntad del Padre eterno, desde tiempos remotísimos siempre nos hemos prodigado para mitigar vuestros sufrimientos, provocando simbólicos acontecimientos que, aún velados y dogmáticos, han valido para provocar una reminiscencia de notable alcance espiritual, moral y psicológico.

No creemos oportuno numeraros aquellos que desde tiempo remoto servían vuestros primeros padres, pero consideramos tiempo justo y oportuno para revelaros el gran evento que dista poco de la actual generación. Tal revelación, destinada a asumir los aspectos reales de los acontecimientos del pasado, deberá servir a la nueva dimensionalidad de vuestro crecimiento de conciencia en el dualismo evidente.

Es verdad que parecería bastante contraproducente una inmediata redimensionalidad de los conceptos todavía radicados en el conjunto general de vuestra obra en la vida, pero también es verdad que aquello debía acontecer con el fin de desatar vuestros conceptos y ponerlos sobre un plano de nueva racionalidad.

En un tiempo fue dicho y escrito que hubo un hombre de nombre Juan que tuvo la orden de engullir un rollo de verdad que bien conoció por haber sido testigo ocular. Le fue dicho que tal verdad no debía ser revelada hasta el día del tiempo deseado.

Ahora bien, el día ha llegado y la hora sonará para que tal revelación fuese hecha. Él, en verdad, vió aquello que a ningún mortal jamás le fue concedido ver. Él vió y concibió la verdad de la obra más grande y más verdadera que vuestra historia contó:

“La Obra de Jesu-Cristo”.

Oíd y destapad bien los oídos porque es verdad que quien os revela tanta verdad es el mismo, aquel que por voluntad del Padre tuvo el privilegio de ver con sus propios ojos la Obra del Cielo para los Hijos de la Tierra.

Él vió y todavía conserva el pleno conocimiento de aquello que le había sido legado por Suprema Voluntad.

Oid, oid hijos de la tierra, porque es verdad que esto debía también acontecer y, en verdad, el tiempo es éste que me concede romper el sello del silencio.

En verdad yo os digo: ¿podía hablar entonces así como hoy os hablo?. ¿y los otros, como yo, podían decir aquello que no debían decir?.

El diseño de la obra celeste era aquel, y cada cosa debía realizarse según los principios, en éste, marcados.

En verdad nadie sabía quienes éramos nosotros, en realidad, y nadie supo nunca de donde llegaban la potencia y la gracia de nuestras virtudes operativas.

¿Supieron alguna vez quiénes eran, en realidad, Elías, Job, Jacob, Moisés, de dónde sacaban su poder?

En verdad, nadie supo nunca quien hablaba y quien obraba en ellos.

¿Quién podía decirle a ellos “parvulitos” como eran en el espíritu y en la mente?. ¿Cuál, en verdad, era la fuente, la Matriz de todas las obras destinadas a glorificar la obra del Padre?. ¿Quién supo jamás tal verdad?

Sólo a algunos les fue concedido imaginar, si bien veladamente, que los Dioses venían de lejanas Riveras del Cielo para explorar arte y obra divina.

Muchos terrestres de entonces nos imaginaban de modos bastante diferentes, formando en sus mentes diversísimas personalidades que, todavía hoy, viven como mitológicas leyendas.

Entonces sabíamos que no podíamos hacer de otro modo de como nos era concedido. Cada acto, cada acontecimiento estaba ligado aún, predispuesto, diseño operativo. Muchas veces las figuras imaginadas se animaban y muchas veces las imágenes atendían las gracias pedidas.

Los Angeles, los Dioses y todos los otros en quienes las comunidades creían, vivieron como ellos, con sus tribulaciones con la única esperanza de edificar los presupuestos ideales para un lento pero seguro despertar evolutivo.

A menudo la ira fue necesaria, tanto como fue necesaria la bondad y la misericordia.

Muchos fueron obligados a primar en bien a través de las experiencias de los valores opuestos del bien; algunos superaban en el bien relativo, pero progresivo, su evolución y facilmente alcanzaban el bien absoluto. Estos, en realidad, fueron pocos pero suficientes para irradiar, en las varias comunidades, los efectos mejores para una más sólida predisposición al bien operar en la vida.

Hubo criaturas terrestres que supieron animar en sentido ascendente a numerosísimas comunidades y, a éstos, no les fueron escatimados los poderes y las virtudes para que se volviesen, cada vez, más fuertes en la obra emprendida.

Moisés y tantos otros como él tuvieron grandes privilegios y plena consideración. Otros, aún desarrollando obras opuestas fueron privilegiados con bienes terrenos con el fin de dar a la multitud de las varias comunidades el motivo opuesto, pero igualmente útil para estimular, en las mismas comunidades, la devoción y la adhesión a aquella parte que se manifestaba cada más conveniente a sus innatos instintos originarios.

Y he aquí, en realidad, la lucha del bien contra el mal. Los Dioses buenos y los Dioses malos.

Los Ángeles y los demonios. Los Espíritus propiciadores y los espíritus maléficos y adversos.

En principio, el diseño de la obra celeste, se desarrolló con numerosísimas alternativas a través de nuestra obra ejecutiva y a la dirección (para referirnos a un arte de vuestro tiempo) de las escenas y de los acontecimientos destinados a completar el drama de vuestra existencia terrena.

Nosotros éramos los directores y vosotros los actores, propiciados desesperadamente a asumir la parte, a probar y volver a probar con el fin de alcanzar la idoneidad para luego competir en el gran teatro del Universo al lado de Aquel que es el Eterno Espectador y juez de las obras eternas.

Y he aquí, en verdad, la revelación de los últimos acontecimientos, en la cual se manifestó la potencia del Cielo sobre la tierra, para infundir en el corazón de los terrestres la Santa Ley de Aquel que os ama y que espera en vuestro juicio sabio y justo, con el fin de concederos el gran perdón y la gloria de los Cielos.

Por consiguiente, sonó la hora para que se realizase la edificación del gran diseño.

Algunos terrestres simples de corazón y pobres de saber fueron eruditos y fortificados en la mente, en el cuerpo y en el espíritu para que se realizase en ellos la personalidad idónea a desarrollar la obra para la cual habían sido elegidos.

Pedro, Pablo, Lucas, Mateo , Juan y todos los otros fueron puestos sobre un Plano de Conciencia tal de poder competir con extremo conocimiento. Mientras tanto, a través de nuestro magnífico y celestial saber, provocamos aquellos actos y aquellos acontecimientos que sirvieron para edificar y magnificar la concepción del Ser que, manifestándose, debía asumir el concepto-base de un acontecimiento renovador y la síntesis manifestada de los actos preparatorios que se desarrollaron al principio de la obra.

Él nació, así como era ya destinado a nacer porque, en verdad, cada cosa estaba, a priori, predispuesta en el sentido en el cual luego se debía verificar.

Una estrella (si todavía como tal debe ser creída) se movió en el cielo dejando detrás de sí una gran cola luminiscente.

Esta debía ser la señal y esto aconteció.

¿Quién era aquel Ser tan completo en el cuerpo, en la mente y en el Espíritu?

¿De dónde vino, en realidad Su Semen y cómo acaeció la edificación de Su Cuerpo en el vientre de la Madre María, sin la intervención de su legítimo Esposo?

¿Quién, en verdad, jamás ha pensado que todo esto aconteció por obra nuestra con la asistencia amorosa de Aquel que nos gobierna y nos guía?

¡Nadie, fuera de Aquel que ha sido predestinado a aceptar tal revelación, podía jamás saberlo!

Juan sabía como nosotros edificábamos el acontecimiento y también conocía la naturaleza de nuestros conocimientos profundos en los campos físico e hiperfísico, porque Él estuvo presente, vió, observó y dedujo cada cosa, que, en verdad, se verificó.

Los otros, que fueron operadores y apóstoles del complejo edificio de la obra, nunca supieron aquello que Él supo, por especial concesión. Él vió porque debía ver, sobre todo debía imprimir en la conciencia el conocimiento de aquello que, en realidad, vió para luego callar hasta el día marcado y deseado en el tiempo.

Los otros principales operadores, Pedro, Lucas, Pablo y otros más, venerados ejecutores de la superior voluntad, aún conociendo que en ellos actuaba una fuerza superior que les permitía una actividad super-normal, aún siendo conscientes de que sus hechos eran efectos que brotaban de una fuerza independiente de su voluntad, no supieron nunca ni la verdadera naturaleza, ni la verdadera procedencia de tal fuerza. Ellos, en verdad, conservaron siempre los conceptos dogmáticos de los acontecimientos hasta el día de su permanencia sobre este mundo.

Así no era Jesus, Él era plenamente consciente de Su verdadera personalidad originaria.

Él sabía todo de sí después de su trigésimo tercer cumpleaños. Él no supo antes quién realmente era, pero dentro de sí se encerraba, desde joven, esta absoluta certeza.

El cuerpo físico de Jesús no pertenecía a la tierra, ni estaba marcado por la ley dualista de la dimensión que rige los destinos de los seres terrestres.

Él nunca habló del Padre terreno porque no era el semen de su semen, ni era la figura desdoblada de Su Unidad. Él sabía que Su Padre no estaba sobre la tierra y de esto tenía la absoluta certeza.

Jesús, creciendo, conservó totalmente sus cualidades originarias en el cuerpo, en la mente y en el Espiritu.

Él no podía, de ningún modo mutar, ni podía existir sobre la tierra fuerzas predispuestas e idóneas a hacerlo.

Sus cualidades físicas, psíquicas, intelectivas, morales, sociales y todo cuando era innato y en potencia en Él, no pertenecían a la dimensionalidad terrestre, así como las de Elías, Moises y tantos otros, que aún, habían venido sobre la tierra del mismo modo en el cual vino Jesús.

En verdad, de estos acontecimientos vuestra historia está llena.

En todos los tiempos han habido Criaturas que, como Jesús, realizaron cometidos bastante penosos y plenos de notables efectos evolutivos.

Nosotros bien conservamos todo, desde el principio de vuestros dias, bastante cercanos a la obra nueva que ya está en este tiempo.

Cuando Jesús y todos los otros estaban ocupados de lleno en su laboriosidad, nosotros estábamos en multitud sobre la tierra, para instruir cada cosa según el diseño predispuesto.

El diseño tuvo cumplimiento con la Crucifixión de Jesús.

Pero, en verdad, Jesús no estaba muerto, a pesar de que parecía estarlo.

Él cayó en un letargo provocado y no era posible que sobreviniera la muerte, justamente porque Su cuerpo ya había sido puesto sobre un plano dimensional que Le consentía sobrevivir en cualquier circunstancia y bajo cualquier sufrimiento físico.

Él poseía ya la Conciencia y el conocimiento de Su personalidad, antes de ser crucificado y después de haber sido puesto en la tumba Su vitalidad estaba ausente y la funcionalidad de Sus órganos temporalmente parada.

Él estuvo siempre vivo, más vivo de cuanto se pudiera creer.

Cuando sobrevino Su despertar del letargo en el que había sido puesto, Él se volvió plenamente consciente de Su verdadera dimensionalidad y de Su real personalidad, sirviéndose del arte y de las experiencias ya en potencia en Él y, por consiguiente, manifestadas.

El diseño, desde hace tiempo predispuesto, se había cumplido en su parte principal. La Conciencia Superior "Cristo" había realizado Su obra plenamente.

Todos nosotros, en verdad, estábamos felices porque con tal acontecimiento habíamos edificado los presupuestos ideales sobre los que poner un sólido plano de desarrollo evolutivo para aquellas cualidades características que debían manifestarse, progresivamente, entre las comunidades de los hombres de la tierra.

Es verdad, pués, que Jesús animado por la Conciencia Crística y guiado y sostenido por nuestra continua obra, sufrió en vuestra dimensión y sobre vuestros planos para enseñaros aquello que todavía no habéis podido conocer, pero que debíais saber.

En verdad, los efectos de tal obra fueron edificantes y si la real causa nunca ha sido conocida en su verdadera realidad, fue porque la obra debía continuar en vosotros así concebida y hasta el día del tiempo considerado oportuno.

Aquel que tuvo el nombre de Juan y que, en verdad, fué el más próximo a Aquél que edificó y magnificó nuestra gran obra, tuvo más que los otros, pleno conocimiento.

Él, en una gran isla desierta, concibió, por haber visto y oído, la realidad de la más grande verdad de vuestra historia más cercana.

Es Él el mismo quién por haber llegado el tiempo desató en sí aquello que antes estaba atado. Él es el Renacido y es al mismo tiempo el Uno y el Otro en una misma cosa porque, en verdad, así había sido predispuesto, dicho y escrito en el tiempo en que se debía realizar.

Ahora que el día y la hora han llegado, Él ha dicho aquello que debía decir a los hombres de esta generación.

El nuevo diseño tuvo su inicio y, en verdad, Él está nuevamente sobre la tierra para acoger a Aquél que ya ha dicho retornaría en forma de hombre y con la Ley de la Justicia Celeste. En verdad os decimos:"El tiempo es este".

REVELACIONES

Considérate pleno de privilegios y alegra el corazón y el alma tuya porque es verdad que tu vida sobre este planeta no está ligada a expiación ni es presa de privilegios materiales.

Nosotros decimos:

Has renacido por superior voluntad y, aún poseyendo las características de la dimensión dualista, tu conciencia no pertenece a la tierra. Muchos hombres, a lo largo del tiempo, han renacido como tú y como tú han desarrollado grandiosas obras de fascinación divina.

Ahora, como en el tiempo pasado, los terrestres sienten espanto y perplejidad por las cosas que están obligados a ver y a oir. Comprender tu lenguaje es bastante difícil para ellos, todavía ligados a los planos de la conciencia terrena.

Es verdad que aquel que ha vivido siempre en un ambiente y en un cierto momento es obligado a entrar en otro, difícilmente se podrá dar, inmediatamente, cuenta de aquello que lo rodea. Pero aquel que ha vivido en diversos ambientes, más fácilmente podrá darse cuenta de aquello que se presenta diferentemente ante su inteligencia.

Ahora es bueno decir: aquellos que han vivido siempre sobre el mismo plano dimensional conocen lo verdadero que se manifiesta sobre este plano o a éste lígan los conceptos absorbidos y dimensionados con los efectos que esta dimensión manifiesta.

En verdad, cada plano dimensional brota de una causa que está en el origen. Los terrestres, conociendo sólo los efectos dimensionados e idóneos al plano manifestado, edifican sus conceptos poniéndolos sobre este plano.

En verdad, a ellos se les escapa la causa, el principio que dimensiona todas las manifestaciones destinadas a ser redimensionadas a su vez. Ellos quizás no saben y es oportuno que sepan, que la redimensionalidad de las cosas manifestadas está indisolublemente ligada a los diferentes planos evolutivos de la conciencia.

El ser de ayer no es el ser de hoy, ni su conciencia es siempre la misma.

Cada cosa que hace parte de su reino está destinada a asumir, también ella, un plano mejor respeto al plano que está obligada a dejar. Todo tiende hacia el origen y todo, comprendido el hombre, está destinado a edificar los presupuestos necesarios para redimensionar los conceptos que no pueden coexistir, más, con la conciencia crecida.

He aquí, porque, querido hermano, el cometido a ti confiado es bastante arduo y pleno de luchas.

Pero bien sabemos lo que tú posees y por esto estamos alegres de decirte todavía:

Muchos acontecimientos surgirán en este tiempo y muchos se arrepentirán porque meditarán sobre aquello que sus ojos verán y sus oídos oirán. En tal obra serás aliviado por la potencia del cielo.

METODOLOGÍA DE LOS HERMANOS SUPERIORES

¿Por qué ha sido destruida la civilización atlantídea?

¿Por qué ha sido sometida a dura prueba la civilización egipcia?

¿Por qué han sido destruidas Sodoma y Gomorra?

¿Y por qué podría desaparecer esta generación?

Tienen respuestas precisas todos los acontecimientos, todos los hechos que en estos últimos siglos se han verificado pero que los hombres no han querido comprender.

Tienen respuestas precisas las presencias, sobre el planeta tierra, de seres provenientes del exterior con cometidos ejecutivos bien precisos.

He dicho “ejecutivos” y no “directivos”. También entre los hombres de este planeta hay “los ejecutivos” del Genio Creador Cósmico.

Los Directivos, aquellos que presiden la eterna e inmutable Ley del espíritu omnicreante son otra cosa y no tienen una dimensión física: son multidimensionales y patrones incontrastables de la Idea omnicreante.

Han sido Estos los que ordenaron que la bestia se volviese hombre y son Estos quienes podrían ordenar que el hombre degenerado, débil y cobarde, sanguinario y violento, retorne a sus orígenes de “Bestia”.

La revelación extraterrestre en el discurso actual está corroborada por simbólicos acontecimientos capaces de ligar el pasado al presente y el presente al futuro.

Ahora es tiempo de que te digamos:

Aquellos que están más cercanos a los conocimientos que hemos concedido y que continuaremos a conceder con tanto fraterno amor, deben absolutamente comprender los actos que, necesariamente, estamos obligados a manifestar. Aquello que les sucederá y alrededor de ellos es debido, principalmente, a un método extremadamente secreto apto a estimular una activa y consciente acción en la confrontación de los instintos interiores atávicos, con el fin de impedir la intervención y, por consiguiente, el desarrollo de un impulso psicológicamente deletéreo y contraproducente al estado preparatorio de desarrollo de los órganos de P.E.S. bajo nuestro control.

Es verdad que la maduración de los acontecimientos simbólicamente demostrativos quiere, claramente, dirigir los órganos en desarrollo hacia un plano dimensional psico-intuitivo y orientativo al mismo tiempo.

Si una rosa roja se vuelve blanca, no debe expresar un hecho fenoménico, sino debe, más bien, concederos un motivo para comprender, intuitivamente, un hecho expresado simbólicamente.

Otros acontecimientos expresados simbólicamente, de tantos diversos modos, quieren significaros datos de atracción ligados al tiempo y a los acontecimientos inmediatamente próximos a manifestarse.

Nuestra tutela puede pareceros bastante extraña por la forma en que es realizada, pero todavía debéis esperar para daros cuenta de ésto.

Podemos deciros que todas las circunstancias causantes de un acto genérico vuestro están subordinadas a un espejo de previsiones que miran a los efectos que la forma del acto está obligada a determinar.

Cuando estos efectos resultan contraproducentes, las circunstancias cambian la dirección del movimiento evitando, de tal modo, los efectos no deseados.

Los “Genios Cósmicos” se desplazan de Sus divinas moradas para visitaros.

No estáis en condiciones de captar Sus atenciones, especialmente en este tiempo de cambios radicales del planeta que habitáis, de cambios consistentes de vuestra naturaleza psico-física-espiritual, de perturbaciones genéticas y de animaciones locas y destructivas.

HOARA EXPLICA

Nuestra metodología selectiva está compuesta por complejos sondeos y escrupulosas verificaciones.

Nuestros operadores, los primeros y los otros que se predisponen a seguir el discurso que llevan, son constantemente vigilados.

Los sujetos predispuestos a captar los valores de las medias frecuencias deben demostrar, prácticamente, querer asimilar, concienzudamente, los altos conceptos morales, sociales y espirituales que las medias frecuencias comportan para poderse desvincular de las bajas frecuencias tridimensionales.

Nuestra ciencia astral nos permite tener, constantemente, la imagen dinámica, psíquica y física de los sujetos elegidos o predispuestos al contacto con las superiores frecuencias cuadrimensionales, a las que nosotros pertenecemos, ya que también los cuerpos-pensamiento son captables por nosotros. Esto nos permite poder evidenciar en cualquier momento potenciales comportamientos, todavía antes de que estos vengan expresados.

Con esta escrupulosa, continua y atenta verificación, podemos prevenir cuanto puede perjudicar a los sujetos que retienen nuestro específico, particular interés y que concierne a la genética G.N.A. Está claro que si el sujeto se predispone voluntariamente a dejarse arrastrar por los valores degenerativos que proponen las bajas frecuencias, quedando pasivo a nuestras solicitaciones para restablecer el indispensable equilibrio psico-físico-espiritual que las medias frecuencias exigen, automáticamente, por los inevitables efectos, se auto-aisla volviendo a entrar en su común destino.

A nosotros, como muchas veces hemos dicho, nos interesa la calidad más que la cantidad, he ahí el porque estamos, escrupulosamente vigilantes y atentos.

Nuestras verificaciones no son indoloras ni privadas de pruebas capaces de darnos la certeza de la idoneidad del sujeto y de su completa toma de conciencia sobre la verdad que llevamos.

Vuestro planeta está proyectado hacia una superior dimensión y nuestro específico cometido es el preparar al hombre nuevo, con todos los atributos evolutivos que éste debe, necesariamente, realizar:

“Justicia, Paz, Amor y Fraternidad Universal”.

INSTRUMENTOS DE CONTROL

Los “Frisbee o Sincronizadores” como vosotros los llamáis, son instrumentos portadores de un micro-cerebro con facultades geniales y poderes, para vosotros, inconcebibles.

Este pequeño, prodigioso medio, sustituye globalmente todas las actividades de un cerebro con frecuencias superiores a las poseídas por una evolucionada masa cerebral. Este tiene amplias facultades de cribar, escrupulosamente, todas las estructuras interiores y exteriores de seres vivientes y de todo tipo de objetos constituidos de materia orgánica e inorgánica y de sondar, con absoluta precisión, todos los dinamismos que el sujeto, o el objeto, desarrolla y expresa en determinadas circunstancias.

Tenemos dos tipos: del primero os hemos dado breves datos sobre su operatividad.

El segundo, reviste específicas funciones de conexión y de programación con nuestros operadores-ayudantes que viven en medio de vosotros. Este segundo medio se podría definir: “programador”.

Los dos poseen la capacidad de penetrar espesor y dureza de cualquier tipo de materia, sin, por eso, descomponerla en su original estructura y forma.

¿QUIÉNES SON LOS DIRECTIVOS O SERES DE LUZ?

“Somos Astrales”. Provenimos de una dimensión completamente diferente de aquella en la que vosotros, terrestres, desarrolláis las experiencias existenciales y evolutivas de vuestra real identidad eterna.

Nuestras facultades intelectivas son para vosotros inconcebibles y nuestros habitáculos no están estructurados por valores materiales, aún si está en nuestras facultades materializar cuanto está en la idea.

Podemos volvernos visibles a vuestras facultades visuales sólo cuando lo consideramos necesario. También podemos estar disponibles al contacto extrasensorial o físico cuando lo consideramos oportuno y con personas que están en posesión de determinadas facultades psico-físico-espirituales que podemos fácilmente sondear en cada circunstancia. La materialización de la idea, de la forma y, finalmente, de la sustancia visible, palpable, animado e inteligente es el arte más avanzado de nuestra ciencia astral. La luz, como ya os hemos dicho, la manipulamos así como vosotros manipulais la arcilla y siendo ésta el artífice primario del átomo creante nos permite coordinar todo tipo de estructura física y dinámica.

Vuestro grave error es el de continuar creyendo que la inteligencia deba, necesariamente, servirse de un habitáculo único: ¡el vuestro!. Es un vacío de conocimiento que debéis colmar y nosotros estamos propensos a ayudaros para que este vacío venga colmado.

En vuestra galaxia existen miles de millones de globos habitados y no necesariamente con estructuras físicas como la que vosotros poseéis. También es verdad que antes de que la galaxia se expandiese y ocupase espacio, seres inteligentes existían ya, miles de millones de años antes del nacimiento de vuestro sistema solar: “Antes de que vosotros fueseis, nosotros ya éramos”. Alrededor de vuestro sistema solar, todavía antes de que vuestro Sol (Júpiter) se volviese agujero negro, un mundo artificial había sido puesto en órbita y todavía hoy está activo y en servicio.

Tenemos cometidos bien específicos en el ordenamiento universal y en la evolución de las especies que colaboran en el devenir continuo de todo lo creado y en las varias dimensiones con frecuencias y formas diversas.

Estamos donde nuestra presencia y nuestra obra son necesarias.

OS RECORDAMOS:

Nuestras actividades manifestativas y sensibilizadoras no tienen el fin de volveros cerebralmente emotivos de entusiasmos y de racionales convicciones sobre nuestra real presencia en vuestra dimensión, sino principalmente para desarrollar y ampliar los conceptos que alimentan los valores eternos de la fraternidad universal y las virtudes espirituales, morales, sociales y científicas que sostienen el continuo proceso evolutivo de lo edificado divino creante y de todos los componentes que, en las diversas dimensiones materiales, astrales y espirituales, colaboran armónicamente en el infinito edificio macro-cósmico.

Os recordamos: nuestra misión sobre vuestro planeta apunta, principalmente, a estimular superiores capacidades psico-físico-espirituales superiores y predisponer a todos aquellos que demuestran buena voluntad para asimilar y practicar algunas válidas coordinaciones, aptas a instruir y desarrollar un lazo sintónico con las dimensiones superiores y con las leyes superiores que gobiernan la fuerza Creadora en todas sus manifestaciones.

No estamos sobre la tierra para edificar espectáculos teatrales ni para exhibir las capacidades de nuestra alta ciencia física, astral y espiritual. Creáis o no, esto no nos impedirá llevar a termino nuestra misión y provocar el cambio necesario de los actuales valores cosmodinámicos que afectan negativamente vuestro planeta y, en consecuencia, vuestro sistema solar.

El potencial negativo que se ha acumulado a través de vuestras nefastas y delictuosas obras, ha provocado distonías seriamente peligrosas en la estabilidad del proceso evolutivo de los dinamismos equilibrantes de los Zigos. Es inútil repetir que esta insensiblidad vuestra os procurará las inevitables desgracias que están en vía de desarrollo sobre un plano extremadamente hipercaótico.

También es verdad que es nuestro preciso deber preservar y tutelar a todos aquellos que, despertados y conscientes de los valores superiores de la universal fraternidad y de las leyes que la gobiernan, no desean ser contagiados por el pernicioso morbo de la involución que las vibraciones negativas proponen.

DILECTO HIJO, SOY YO, EL GENIO CÓSMICO,

AQUEL QUE TÚ OYES Y NO VES.

Escucha, escucha con plena serenidad de espíritu, porque tal serenidad es fuerza propiciadora para la escucha del Verbo, de Aquel que tú piensas y no ves.

No entristezcas el corazón tuyo, no pene el alma tuya, no vuelvas melancólico el espíritu tuyo, puesto que es verdad si Yo digo que estoy en tí, en espíritu, verdad y amor.

Hijo de Mi eterna Luz:"Si llamas al cordero y éste está sordo a tu llamada, vuélvelo a llamar todavía tres veces y luego calla".

En Verdad te digo: "Si él es adulto y espiritualmente sano entrará en el recinto en donde abunda el pasto sano; si él no es adulto, ni espiritualmente sano, él no escuchará tu llamada, ni entrará en el recinto, ni se podrá alimentar de pasto sano".

Sé sagaz y arrepentido, ya que ésto que quiero decirte es comprensible para tí y para aquellos que de ti aprenderán verdad y sabiduría celestes.

No te apenes, hijo del cielo y de la tierra, porque es verdad aquello que todavía querré decirte; escucha y comprendeMe en serenamente.

Aquel que tiene sed de Verdad, no se aleja de la verdadera fuente más bien queda saciando su sed hasta que su espíritu no sea saciado y elevado en Justicia y Verdad.

En Verdad Yo digo:"Las inmensas alegrías del Cielo son como alhajas recostadas en un fondo de limpidísimas aguas".

Las limpísimas aguas quieren ser semejantes a la clara quietud del espíritu humano purificado de los turbios instintos y esclarecido por el amor más puro. El fondo es el alma, en donde yace suavemente el esplendor de la eterna Luz manifestada, la vida de la vida, la preciosidad de las Celestes Virtudes.

Estate seguro, hijo, no todas las aguas son límpidas, ni todos los espíritus purificados.

El tesoro de Mi reino está en todos Mis Hijos y está en todos ellos el amor de conocer el gran Bien que les he donado.

No dar voz al cordero que tiene miedo de tal Verdad, porque es cierto que él será golpeado el día oportuno y aquél día, en Verdad, está cerca.

A BORDO DE UNA ASTRONAVE

VIAJE A LA LUNA NEGRA.

Eugenio en uno de sus encuentros con Ellos, después de una llamada telepática, se encamina al Valle de las Águilas del Etna, en donde lo espera una enorme astronave de 600 metros de longitud.

Lateralmente se abre, como un arco, una entrada y desciende una escalerilla hasta el suelo, sale un Extraterrestre con el cual Eugenio se había encontrado anteriormente y le hace señal de subir. Observa que la astronave, vista de cerca, tiene diferentes coloraciones. Entra en una sala con luces que varían del amarillo azulado al verde esmeralda y percibe una sutil vibración.

En el interior le da la bienvenida el comandante Woodok. Al partir Eugenio sólo advierte una ligera presión. Lo hacen sentar en un sillón anatómico, aparentemente de cuero o material plástico, hecho de forma que permita el reposo de la columna vertebral, dejando libre el torax, con un apoya nuca en la parte superior. El interior de la nave está dispuesto con espaciosos pasillos, desde los cuales se accede a las habitaciones. Algunas son enormes laboratorios espaciales, otras son cómodos dormitorios con camas anatómicas. Sólo puede visitar el compartimento de análisis y el otro en donde se unifican los controles de vuelo. En el primero hay enormes cuadros cartográficos, paneles luminosos que muestran las lineas magnéticas de la tierra y del espacio, las imágenes de la zona que se está sobrevolando. Muchos de estos paneles tienen enormes zooms que permiten acercar y alejar las imágenes a voluntad.

En el compartimento de los controles, un aparato llama, con gran interés, su atención: un televisor cuadridimensional globular que recibe y proyecta imágenes, incluyendo la propia astronave y su interior. Eugenio se ve proyectado en la pantalla de la televisión como si fuese filmado desde otra astronave.

Desde su asiento anatómico puede seguir el vuelo, las imágenes y los movimientos en TV. En pocos segundos ve la Tierra como una pelota de fútbol.

El viaje se había iniciado a las 20,30. Siete minutos después la astronave aterriza sobre la Luna Negra. Es un satélite artificial que sigue una trayectoria continua entre la Luna y Venus, con el objetivo de mantener a la Luna en su órbita evitando su precipitación sobre la Tierra.

La Luna Negra, en su interior, es una autentica ciudad suspendida.

Eugenio es conducido a un gran salón en forma de herradura, brillante como recubierto de placas de plata. A lo largo de las paredes hay una serie de nichos de cristal luminoso, en donde sentados y en estado de desdoblamiento controlado, están los cuerpos de numerosos seres.

Telepáticamente pregunta que signifíca y quiénes son:

"Se trata de hermanos en misión sobre el planeta tierra: para nosotros el desdoblamiento controlado es como para vosotros el sueño. Pueden ir la sobre tierra y volver.

Sobre la tierra realizan este trabajo astral casi 6 millones de seres. Les es permitido quedar hasta los 80 años, luego deben volver. La vida media de uno de nosotros es de 1.200 años terrestres”.

Eugenio pide información sobre la Luna: "No es aconsejable habitar sobre la superficie lunar porque el nucleo central igneo cósmico está en continua contracción con pérdida de masa. Los cráteres lunares no son debidos a la caída de meteoritos o impactos, sino al vacio que la perdida de masa causa con hundimientos imprevistos.

Además la superficie de la Luna está sometida a temblores derivados de la influencia de los océanos terrestres. Los científicos rusos intentaron develar estos secretos y algunos astronautas perdieron su vida en esto.

A 400 metros bajo la superficie lunar, el hombre terrestre puede encontrar los elementos necesarios para la sobrevivencia, hay oxigeno, agua y presión.

Actualmente la ciencia terrestre no está capacitada para conocer las particulares condiciones en que se encuentran los cuerpos celestes y ni siquiera, el cambio radical que se produce en el anillo magneto-esférico cuando se inicia la progresiva absorción hasta el centro de toda la masa del cuerpo celeste, debida a la pérdida progresiva de la masa del nucleo igneo cósmico.

Esta absorción, además de provocar la compenetración de los elementos atmosféricos sobre el plano físico, también produce una modificación sustancial de la fuerza de cohexión de la materia y una consecuente contracción de toda la masa hacia el centro.

Nuestras bases espaciales instaladas, desde hace milenios, sobre vuestro satélite se encuentran en la cara opuesta. Las zonas que ofrecen mayor seguridad para un alunizage son aquellas que vosotros llamais Mares".

Después de 2 horas y 20 minutos Eugenio retorna a la Tierra, habiendo recorrido 470.000 kilometros.

Un sistema de propulsión de los medios desplazamiento es la

ENERGIA VERTIGINOSA FLUCTUANTE

La energía vertiginosa fluctuante, para expresarla en términos científicamente terrestres y admisibles por vuestro sentido interpretativo, es una masa de energía magnética globular, generada en el interior del medio y proyectada en la dirección deseada.

Tal energía, que es justamente el resultado de una modificación parcial de los glóbulos solares aprisionados por el círculo vertiginoso, vuelve al medio, por ésta sostenido, en una completa posición antigravitacional y, por consiguiente, con ausencia de peso y de volumen.

En verdad, cuando el medio se mueve no es, de hecho, empujado, más bien arrastado por la energía proyectada.

Para especificar mejor, decimos:

En el acto en que se proyecta la energía, el disco, que está adherido al círculo, se proyecta automáticamente en la dirección y a la distancia deseada.

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CONTACTISMO

Es una empresa difícil sensibilizar, instruir, comunicarse con la especie humana del planeta tierra, habituada como está a poner al revés los valores existenciales y las leyes universales.

No es una empresa fácil el contacto, la comunicación, privados de desconsideradas reacciones y también de violencias físicas y psíquicas.

Los pueblos de la tierra han sido contaminados seriamente, por conceptos ilógicos anteponiendo, con fines especulativos por poder o por dominio, el valor negativo al positivo, el mal al bien, la guerra a la paz y la injusticia a la justicia.

Los mismos gobernantes terrestres, animados de buena voluntad para desarrollar bien su cometido, a menudo son obstaculizados por la furia de lo irracional y de las determinaciones ilógicas.

Los hombres de la tierra están talmente viciados de anomalías y de absurdas satisfacciones, de las cuales muchas letales, que se sienten violentados cuando alguien les aconseja quitarse de encima el manto de la muerte y de la miseria moral.

No es aceptable la verdad, aún si esta induce a una existencia prospera, sana y feliz.

Son muchos aquellos que creen que la percepción extra-sensorial sea un hecho que sólo interesa a esta generación vuestra. En verdad, este poder perceptivo existe en el hombre de la tierra desde su venida sobre este planeta.

En el gran pasado los pueblos de la tierra comunicaban, por medio de este poder, con extrema facilidad. Luego, a través de los milenios, este ejercicio fue lentamente abandonado.

Ahora vosotros os maravilláis porque todavía, no habéis comprendido vuestra verdadera naturaleza primitiva. Sobre la tierra se dicen un mundo de falsedades y, a menudo, es necesario mucho tiempo para que os deis, efectivamente cuenta de una determinada verdad.

En vuestra vida actual hay curiosos contrastes. Comprendemos que el índice de el desarrollo espiritual de los hombres de la tierra no es reconfortante y, por este motivo, nuestras operaciones encuentran enormes dificultades de diversa naturaleza. Pero estando obligados a deber provocar aquellas causas necesarias para obtener los efectos útiles a la completa solución de determinados desarrollos vibratorios y de vuestra psique, estamos obligados, a pesar nuestro, por vuestro bienestar futuro, a forzaros, sin vuestro personal querer, a sufrir la intervención de algunos poderes para vosotros desconocidos, no letales a vuestra salud, pero suficientemente idóneos al fin de provocar aquellas determinadas características, extremadamente indispensables para alcanzar una meta, mantenida celosamente secreta.

No creáis ser los únicos a deber sufrir tal método.

En otras circunstancias semejantes, en otros planetas, hemos debido adoptar el mismo método. Lamentamos, solamente, el exiguo número de terrestres idóneos a tal sondeo.

Es útil que conozcáis, también, que hay hombres, nacidos y crecidos sobre la tierra que poseen la rarísima capacidad de entrar en contacto mental con Criaturas de Inteligencia Cristica.

En diferentes mundos del nuestro y de otros sistemas solares existen los llamados Conductores, Criaturas de Divina Inteligencia y de Cósmica Conciencia. Estos poseen capacidades excepcionales.

Conocen a la perfección aquella fuerza por la que cada cosa, comprendidas las criaturas vivientes, asume una determinada posición respeto a la línea evolutiva y energética de tal fuerza, cuya Inteligencia es de naturaleza Cósmica y que, también, nosotros llamamos: PADRE CREADOR.

Sus mundos están mucho más cercanos a los núcleos centrales de los Universos y su naturaleza está subordinada a las Leyes que gobiernan la Conciencia y la Inteligencia Cósmica. Además poseen otra enorme capacidad, no transmisible a otros que no hayan alcanzado aquella evolución indispensable para poderla poseer. Se trata de la capacidad de deshacer o de recomponer sus cuerpos a su gusto. Finalmente, pueden, en una dimensión que también nosotros desconocemos, volverse inmunes al calor (metal en estado de vapor) transformando sus cuerpos físicos en cuerpos extremadamente energéticos y por lo tanto, proyectarse rápidamente a incalculable distancia.

Estos son los Conductores o, mejor, aquellas Criaturas Angélicas como vosotros Les llamáis, que más que vosotros, que nosotros y que de otros mundos mucho más avanzados, operan al unísono con aquella Grande, Incomensurable Fuerza que vosotros llamáis:

DIOS.

Ellos son impenetrables y se complacen en imponer, con Su potente voluntad, aquellas Leyes que son de naturaleza puramente espiritual, mientras la principal obra consiste en coordinar la compleja estructura de las diferentes fuerzas creativas.

Poseen una escala jerárquica imposible de explicarse, y también sobre la tierra, como en tantos otros planetas del nuestro y de otros sistemas solares, Su actividad viene expresada en el modo más evidente para nosotros, pero no para vosotros. Pero, en el gran pasado han realizado grandes cosas. Entre tantos bastará citaros el Divino acontecimiento del Cristo sobre la tierra.

También sobre el nuestro y sobre otros mundos hay criaturas como vosotros y como nosotros que actúan al unísono con la Inteligencia Cristica.

Sus percepciones son de naturaleza muy diferente y, a menudo, actúan positivamente sobre el devenir de algunos acontecimientos evolutivos de la especie.

Ellos pueden parangonarse, por daros un ejemplo, a aquellos que, sobre la tierra, prepararon uno de los últimos acontecimientos de vuestra historia: Jesu-Cristo, Job, Jacob, Elías, Moisés, Ezequiel, Pedro, Pablo, Juan, Lucas y tantos otros, que como ellos operaron, al unísono con esta Inteligencia Cristica, en campos vastísimos, modificando estructuras morales y espirituales de enorme importancia para la humanidad de la tierra.

También nosotros hemos tenido estas criaturas a lo largo del ciclo evolutivo de nuestro planeta y de nuestra raza; les debemos a ellos, y sobre todo a nuestra buena y sabia fe, el haber conseguido superar los estados evolutivos sin sufrir los efectos de aquellas causas que la Ley Cósmica impone para el superamiento forzado del ciclo evolutivo del planeta y de las criaturas que en este viven.

Vuestra arrogante ignorancia, todavía hoy, os pone en esta trágica alternativa y, a pesar de las enseñanzas escogéis siempre la peor, es decir la de la imposición.

Nosotros quisiéramos poder ayudaros y, en verdad, en los límites de lo posible lo hacemos.

Pero también nosotros debemos obedecer y actuar sin invadir los campos que no nos pertenecen. Sois vosotros, y solamente vosotros, a deber comprender y a modificar los motivos principales que ponen en seria carencia vuestra Conciencia. Sois vosotros, que os obstináis en crear la difícil situación en que os encontráis y en atraer los efectos de la Gran Ley Universal.

Nosotros, sobre este campo, no podemos hacer nada. Tenemos grandes preocupaciones por vosotros, por vuestro modo de conducir tan trágicamente la vida, pero debemos limitar nuestro cometido a aquello que nos viene, perentoriamente, sugerido por aquellos que son más sabios que nosotros.

Estáis obstinados en seguir ligados a prejuicios absurdos, volviendo vuestra vida un teatro de inaudita violencia animalesca.

Sabemos que no son los pueblos los que quieren tanta absurdidad y también conocemos quienes son los responsables, las fuerzas opuestas que impiden la realización de ideales más sanos y más constructivos.

Nos mantenemos constantemente en la observación más atenta y escrupulosa, con el fin de impedir el paso hacia la degeneración completa. Los responsables deben, absolutamente, convencerse que no puede depender más de ellos, y mucho menos de un conflicto atómico, la solución de los problemas que se han presentado ante el hombre de este planeta. Hay una perfecta relación con la conquista del espacio y con la posibilidad de entrar en una más grande y concientizada familia.

He aquí el principal motivo que nos anima y, a menudo, nos fuerza a duros y persistentes sacrificios.

Nosotros sabemos que vosotros os preguntáis: ¿Por qué no bajan?. ¿Por qué se muestran tan pesimistas con respecto a nosotros?. ¿Por qué solamente se hacen ver en zonas despobladas?. ¿Por qué no actúan por la fuerza para darnos el bienestar y sus conocimientos?. Y tantas otras preguntas a las que quisiéramos dar respuesta.

Bastaría tener una gran imaginación para poder comprender. Nosotros os decimos imaginar solamente esto: ¿Qué sucedería si una de las dos potencias en confrontación llegase a conocer nuestras nociones científicas?.

Sabemos lo que debemos hacer y lo hacemos perseverando sobre directivas que no admiten discusión. Mientras tanto, sería más oportuno (y nos maravillamos de que esto suceda tan lentamente y aureolado de tanto pesimismo), observar que en el aire hay algo nuevo y extraño que os observa, dandoos la certeza de una potencia sabia y superior a cualquier otra nación de la tierra. ¿Creéis, quizás, que no habríamos tenido la posibilidad de poner en acción medios más persuasivos para haceros comprender rápidamente nuestras intenciones y nuestros planes?.

Nosotros conocemos el camino del Supremo Bien y no sabemos tomar otros caminos fuera de este. Pero os aconsejamos de no meceros plácidamente en esta afirmación nuestra, que quiere ser la especificación de nuestra Conciencia y de nuestra Justicia.

Nuestro estado evolutivo está, como ya os habíamos dicho, ligado a la educación de un estado evolutivo superior, índice de una Conciencia determinativa que tiene la posibilidad de adoptar, cuando lo cree oportuno, el medio de los efectos ya indicados.

En este tiempo, empleamos el sistema del sacudimiento sensorial y también nos preocupamos de evitar la inmensa catástrofe atómica que habría acaecido, sin lugar a dudas, si no hubiésemos intervenido a tiempo.

Habríamos podido provocar la completa destrucción de la potencia bélica y científica al servicio de la autodestrucción, pero no lo hemos hecho y todavía evitamos hacerlo para no provocar en vosotros la sensación de una fuerza hostil invasora.

Por el momento, nuestro más agobiante cometido es el de volver, al máximo, eficiente el aparato sensitivo de nuestros colaboradores terrestres, hoy numerosísimos, en modo de crear los elementos indispensables para una mejor y provechosa colaboración en el inmediato futuro.

Sentimos tanto asombro de que los hombres de la ciencia terrestre no se preocupen de estas indispensables cualidades antes de emprender un verdadero viaje sobre los otros planetas.

No preocupándose, podrán sufrir verdaderas lesiones en el aparato sensorial, con serias consecuencias para el equilibrio psíquico.

Nuestros colaboradores terrestres han sido elegidos después de un cuidadoso sondeo mental particularmente escrupuloso.

Alguno no ha resistido, algún otro ha quedado negativo, otros más han superado los primeros contactos y finalmente otros muchos, que son el verdadero premio a nuestra fatiga, en plena superación de las últimas y definitivas pruebas. Luego hay algunos, como ya os habíamos indicado, que son por particulares predisposiciones nacidas con ellos, colaboradores directos de los conductores. Estos son mucho más de vosotros y de nosotros y están, no siempre pero a menudo, al unísono con la Inteligencia Cristica.

Estos pertenecen, como ya os habíamos indicado, a especial categoría de operadores que actúan por orden de una conciencia que también sobrepasa la nuestra. Estos son terrestres, pero su existencia sobre este mundo vuestro ha germinado de una raíz muy diferente de la común raza humana.

Esta historia es antiquísima y si lo queréis podéis conocerla mejor, leyendo un libro que os es tan querido. Nosotros somos respetuosos con estos y nuestros coloquios son de profundo Conocimiento Universal.

El universo es un Gran Organismo que hace parte del Cosmos.

El Cosmos está formado, a su vez, por un innumerable grupo de Organismos, o sea, de otros Universos.

Estar en conocimiento de esto no es suficiente para volverse conscientes; es necesario conocer la estructura interna de cada órgano para poder comprender la externa.

Si para el ser viviente la fisionomía exterior es la suma de todos los valores interiores, también para el Universo en el que nosotros, vosotros, y otros viven, se manifiestan las mismas acciones. Los órganos no son otra cosa que los desarrollos subjetivos aparentes en el exterior.

El motor propulsor, es decir el objeto, está en el interior y de éste dependen todas las específicas manifestaciones aptas e idóneas para desarrollar en aquella determinada dimensión la propia particular obra. Vosotros, terrestres, sabéis muy bien que sois hechos a Su Imagen y Semejanza, pero siempre habéis interpretado, errando, el concepto base de esta verdad.

El fenómeno, así lo llamáis vosotros, es un efecto que va escrupulosamente ligado a una causa que también se puede definir una ley.

Por ejemplo: la ley gravitacional es la causa de múltiples efectos que, todavía, vosotros ignoráis completamente. Estáis sometidos a tales efectos, sin daros mínimamente cuenta de los verdaderos valores positivos, que estos proponen en vastísimos campos de vuestra existencia.

Estáis en el error si pensáis que la ley gravitacional es una dura barrera para las realizaciones astronáuticas que, desde hace tiempo, os proponéis realizar. Nosotros os decimos que justamente en aquellos efectos están los elementos básicos que os podrán permitir anular tales dificultades. Vosotros, terrestres, siempre estáis animados por el instinto de andar contra corriente y, por este motivo, demostráis mucha lentitud en la realización de las cosas más simples. Tenéis conocimientos completamente equivocados y opuestos de cómo deberían ser.

La culpa es siempre vuestra porque dedicáis más tiempo a admirar las deformidades de una mente tarada o de un hecho inmoral que a proponer a vuestro interés cosas y hechos que expresan una imperiosa necesidad de satisfacer las exigencias de vuestro Espíritu.

Vosotros, terrestres, trabajáis mucho para el exterior sin percataros que quien siente y ve, quien juzga y aprecia es el interior, o mejor aquella fuerza que es vuestra verdadera personificación y que está íntimamente ligada a aquellas Eternas Leyes que gobiernan el inconmensurable Cosmos.

Os parecerá dura nuestra forma de expresarnos, pero también debéis comprender que para nosotros los medios términos y los enredos, como habituáis a hacer, vosotros terrestres, no existen.

La demostración de una verdad es una extrema necesidad que hace parte de los principios básicos sobre los que se apoyan sólidamente nuestra Conciencia y nuestro modo de vivir.

Expresar el concepto de los propios defectos es difícil, especialmente cuando estos defectos aparecen manifestados. Para nosotros esta dificultad nunca podrá existir, siendo todos conscientes de decir sólo y únicamente la verdad.

Cuántos males podríais evitar, vosotros terrestres, a vuestro prójimo y a vosotros mismos, si pusiéseis en práctica este precioso instinto de ser veraces en lo verdadero, de demostrar con serenidad de conciencia y de justicia la verdad.

Cuántos delitos habéis cometido y cuantas injusticias cometéis y cometeréis por no decir la verdad en todas las circunstancias de vuestra cotidiana vida.

Nosotros no comprendemos como podéis vivir con tanto peso en el alma y en la conciencia.

Innumerables son las lagunas que os vuelven la vida más desesperada y más errante que la de un multiasesino en consciente remordimiento.

Comprendemos que es vuestro estado evolutivo que os quiere tan insensibles, pero no podemos no deciroslo con el fin de espolearos, de sacudiros de este dañino aturdimiento psicológico en el que os habéis rabiosamente encerrado.

Nosotros deseamos comprenderos y amaros, daros la vida que conduce a los más lejanos lugares del espacio, indicaros el camino del bienestar colectivo, de la verdadera felicidad, de la prosperidad más sentida, del amor más puro hacia el Padre Creador y hacia vuestros semejantes de cualquier color y raza.

Quisiéramos, con toda la fuerza de nuestras almas, sentiros más cercanos e indicaros, finalmente, el sendero de una Conciencia más pura y una Justicia más sana.

Estos son los verdaderos instintos que nos animan y nos empujan al sacrificio y a la tolerancia. Depende de vosotros, y solamente de vosotros, encontrar estos altos sentimientos nuestros y provocar la gran alegría para nuestras nutridas esperanzas. No podemos abandonaros a vuestro destino. Nuestros Padres son vuestros Padres y no podemos no sentir este imperioso deber, este inextinguible amor hacia vosotros, que sólo el espacio y el tiempo nos ha separado. Nosotros conocemos toda vuestra historia desde el principio hasta hoy. Nuestros Antepasados han estado con vuestros Antepasados en el tiempo remoto y nos han transmitido el horror de vuestras vicisitudes y de vuestras amarguras. Ya no sois como fueron los otros en el gran pasado.

Ahora podéis, si queréis, salir todos juntos al vértice del inmenso Bien. Esforzaros, combatid aquello que en cada uno de vosotros es el otro, el contrario, el malo, el incomprensible, el odioso, el asesino, el injusto, el inconsciente.

Los primeros Padres de esta raza vuestra, eran verdaderamente Dioses venidos a éste y a otros mundos del sistema solar, de lejanas Constelaciones de nuestro Universo.

Suavizar vuestro escepticismo es algo tan difícil y no nos ilusionamos, para nada, de que podáis acercaros a esta verdad.

Tenéis poca fe y vuestras atenciones están excesivamente dedicadas a cosas demasiado inútiles para poder coger, con vuestro pensamiento, el largo tiempo que os separa de vuestro verdadero principio.

Muchas son las narraciones que seducen de alegría a pequeños y mayores.

Nosotros no queremos referirnos a aquellas fábulas salidas de la fantasía de los hombres, más bien a aquellos relatos mitológicos que han llegado a vuestro conocimiento a través del tiempo y en modos algo significativos. Habéis hecho interesantísimos descubrimientos arqueológicos y todavía los haréis, pero ¿para qué sirven si no sabéis extraer el verdadero significado histórico?.

¿Catalogarlos, exponerlos en los museos con brevísimas relaciones especificas e históricas, a menudo falseadas por conceptos erróneos?.

No bastan estos conocimientos para poder asumir el pleno conocimiento de aquello que viene a la luz después de tantos milenios de oscuridad.

Vosotros, terrestres, estáis habituados a valorar solamente lo externo de las cosas sin preocuparos del interior, es decir, del íntimo significado expresado y que indica el sentido evolutivo o involutivo del camino del hombre sobre la tierra.

Hay algunos estudiosos sobre la tierra que quisieran analizarlos con el justo sentido de relación que existe entre la figura y el grado evolutivo de la raza humana o del período histórico íntimo, que a ésta se refiere. Estos son, verdaderamente, los únicos que van en busca de valores útiles para adquirir conocimientos para entrever vuestros orígenes.

Nosotros, a menudo, realizamos visitas a Perú, Bolivia, México y en toda América central y meridional. Notamos, con gran satisfacción nuestra, los elementos que sirven para testificar la autenticidad de nuestro saber sobre vuestros orígenes y también sobre el nuestro, por reflejo. La raiz es única aún si el espacio y la enorme distancia nos separan.

Vosotros, esto, no lo pensáis, pero vendrá un día en que a estos coloquios nuestros, en el modo como acaecen, les daréis el justo valor que merecen.

Nuestro fin no es el de haceros conocer estas cosas, más bien el de acelerar y multiplicar los elementos positivos, para un futuro contacto.

Es verdaderamente por este motivo que ejercitamos a nuestros colaboradores sobre la tierra.

Nosotros tenemos necesidad de aquellos que pueden, en un cierto momento, captar nuestros pensamientos para poder operar sin temor.

Las mentes no adiestradas y, por consiguiente, no idóneas a la percepción sensorial no pueden entrar en contacto con nosotros.

Los peligros son múltiples y de seria gravedad para aquellos que nos están iniciados a tal cometido.

Bastaría una serie de ondas-imágenes de corta duración para causar laceraciones en el interior del cerebro o, como mínimo, desequilibrios de naturaleza psíquica. Nosotros evitamos, al máximo, el contacto mental con los sujetos indispuestos, porque conocemos los efectos que pueden surgir. Conocemos perfectamente las cualidades que son necesarias para que un sujeto pueda percibir sin recibir daño alguno.

Es, verdaderamente, difícil encaminar a tal iniciación al sujeto, siendo varias las reacciones a las que éste viene propuesto.

Entretanto estamos en perfecto conocimiento de los desarrollos que, poco a poco, se van verificando, no pasando por alto los efectos, que caso por caso examinamos con escrupulosidad. Los terrestres que desean, efectivamente, conocer muchas cosas, son pocos, pero a nosotros nos interesa que ésto advenga aún si es lenta y progresivamente.

DISCOS VOLADORES

UNA REVELACION PURAMENTE MESIANICA

Como Tomás, discípulo de bíblica memoria, la gran parte de los hombres de este mundo quiere ver y tocar sólo la parte física, instrumental y científica de estos prodigiosos medios que hoy llamamos Discos Voladores, rechazando del modo más categórico el otro aspecto, mucho más importante y que se refiere a la parte reveladora de su presencia y de sus simbólicas amonestaciones, el MESIANICO.

Los encuentros entre estos Seres Superiores que viajan con tales medios (discos voladores), con algunos particulares hombres del planeta Tierra, revisten las mismas características de los contactos acaecidos en un tiempo pasado.

Por citar uno de los más importantes, acaecido entre estos Seres y los hombres de este mundo, hombres particularmente seleccionados y con predisposiciones psico-fisico-espirituales por estos Seres deseadas, es aquel verificado entre el profeta bíblico Abraham y tres de estos personajes, volumétricamente evolucionados, provenientes de los espacios externos de la Tierra.

Estos maravillosos personajes, con indumentarias vistosas e insólitas para la generación de aquel tiempo, fueron llamados por el mismo Abraham: “DIOS, SEÑOR, DIOS”. (Génesis 18).

ENSEÑANZAS Y AMONESTACIONES QUE DISCURREN

EN LA OBRA DEL MENSAJERO

Hermano querido, escucha y escribe:

Sobre la tierra, en verdad, la justicia todavía no tiene reino y, sin ésta, la paz no puede existir. Justicia es Renovación.

Vuestra sociedad es animalesca e incivil, brutal y contraproducente para los verdaderos valores de la vida.

Sois tontos y malvados con vosotros mismos y de ésto no queréis, absolutamente, arrepentiros. Depauperáis en edificaciones inútiles los grandes recursos de vuestro planeta, minando, cada vez más el equilibrio de la necesidad colectiva y creando situaciones paradójicas y reaccionarias.

Exaltáis vuestra avidez como cosa evolucionada, humana, justa.

Vosotros sólo tenéis una lejana idea de la verdadera civilización y nosotros creemos oportuno daros una de las peores que existe en vuestro Universo: la nuestra que, en comparación con la vuestra, es divina y paradisíaca.

Nuestra civilización, aún cuan increíble os pueda parecer, está llena de armonía y de serena paz. Nuestros conceptos se apoyan firmemente sobre las sólidas bases de la Justicia Universal, del Amor Universal y de la Verdad Universal. Nadie puede ser privado de tal bien y nadie es mejor que el otro en la obra organizativa.

El misterio de nuestra existencia no existe y no existen actos de naturaleza contraria a nuestras exigencias naturales. Gozamos de la más absoluta tranquilidad porque nuestra ciencia está dedicada a la perfección de las cosas que nos son útiles y necesarias. Sólo nos preocupamos de competir con amor para obras edificatorias a favor de aquellos que, como vosotros, viven en un estado deplorable y penoso.

Somos patrones de los espacios y cumplimos con devoción el arte más precioso y más bello que un ser, consciente de sí y de su prójimo, puede realizar.

Conocemos la Entidad Creativa y practicamos, con celo y fe absoluta, los principios eternos de Sus justas Leyes. Nosotros amamos profundamente la armonía de lo manifestado y también estamos enamorados de lo no manifestado, porque sabemos que en él está encerrado el devenir continuo y eterno de cada cosa, que nos permite alegrar nuestra existencia.

Nuestra dimensión, aún siendo dualista, nos permite practicar, sólo, la mejor parte de la dualidad sin competir a través de la parte peor, como vosotros haceis sobre la tierra.

Nosotros conocemos el bien y otra cosa no hacemos sino el bien como fin supremo.

El mal es un medio que hemos superado desde hace muchísimos milenios, por obra de aquellos que tuvieron cuidado de nosotros y piedad de nuestra pobre conciencia. Nosotros, que no hemos perseguido ni matado, ni hemos cometido graves insubordinaciones al Padre Creativo, nos hemos elevado, en corto tiempo, de la mísera conciencia por haber dado, a la justa palabra y a las justas enseñanzas, la máxima atención y la máxima práctica. Ahora, como Él quiere, nosotros hacemos y al mismo tiempo devolvemos aquello que en un tiempo nos ha sido hecho a nosotros. Estos, en verdad, son los ciclos operativos de la conciencia sobre los diversos planos evolutivos que permiten competir según los principios que brotan de la voluntad del Padre Creativo.

En el universo hay siete planos de conciencia y la nuestra, como ya hemos dicho, es la menor de las mayores. Nuestra obra satisface plenamente nuestras exigencias espirituales y nos vuelve conocedores de las obras futuras que con gracia y humildad aceptaremos, siendo obras de eterna gloria.

Las conciencias son inmensas y todas puestas en la obra del bien, para edificar bien. Nosotros no tenemos armas, ni es necesario tenerlas.

Los conocimientos sobre las dimensionalidades nos permiten, suficientemente, maniobrar del modo conveniente a nuestros deseos, potentes fuerzas para vosotros inimaginables.

Nuestros medios espaciales, que vosotros ya conocéis por haberlos visto repetidas veces sobre vuestra tierra, están privados de armas. A nosotros nos basta aquello que conocemos y poseemos para defendernos.

Nosotros estamos en contra, por absoluto principio, también de herir. Cuando estamos obligados a hacerlo usamos un medio, para vosotros desconocido, que nos permite absorber en parte, sin provocar mal, la energía que vivifica vuestro cuerpo. Esto nos permite, como en verdad nos ha permitido, evitar muchas veces vuestras inconscientes reacciones. No es el único medio que usamos, hay otros de diversa naturaleza.

Conocemos, desde hace milenios, la energía nuclear, pero nunca hemos hecho mal uso de ella, como vosotros hacéis y continuáis haciendo, en vuestro exclusivo perjuicio.

Nosotros también conocemos la verdadera energía magnética que, en verdad, nos permite efectuar larguísimos vuelos en brevísimo tiempo.

Finalmente conocemos la energía que edifica la vida y que nos permite vivir en diferentes dimensiones de tiempo y de espacio.

LAS RELIGIONES: LA GRAN BABILONIA

Un grupo de Genios Cósmicos llega sobre el planeta tierra para injertar el “Ego-Sum”, para hacer al hombre a Su imagen y semejanza.

A medida que el injerto se expresa en la forma y en la sustancia, los arquetipos controlan periódicamente evoluciones e involuciones de la especie, ayudando la parte que más responde a los instintos de la genética injertada.

Los dioses de los tiempos remotos, de quienes brotaron las religiones y sus leyes, fueron frutos de actividad misionaría de los Seres Luz provenientes del Padre Creador ¡“Sol”!

Fueron estos dioses quienes escogieron la forma y la sustancia por ellos instruida para poderlos personificar.

Por ejemplo: Cristo no era Jesús. Se volvió Jesu-Cristo cuando Su Divina Luz compenetró a Jesús para hacerse personificar, tanto en la forma como en la sustancia. Esto acaeció durante el bautismo realizado por Juan Bautista, también él guiado para cumplir cuanto cumplió sin dilación.

Así es para todos los otros dioses solares que se han sucedido en el tiempo, para enseñar los valores portantes de la vida y de su significado.

LA IGLESIA ES LA HUMANIDAD

La verdadera iglesia es una e indivisible.

La humanidad es la multiplicidad de Su unidad y es en ella que Dios se vuelve viviente en el espacio y en el tiempo.

NI PAZ NI PROGRESO SIN JUSTICIA

Vuestra conciencia no edifica con justicia, ni con equidad y con amor al prójimo, las cosas necesarias, útiles a la vida.

Los bienes que el cielo os concede son bienes de paz y medios de progreso evolutivo físico y espiritual. Si de tales bienes no hacéis buen uso, estos ciertamente se vuelven elementos de discordia y medios de retroceso físico y espiritual.

Vosotros, terrestres, deseáis tanto la paz, la invocáis cotidianamente y en cada ocasión la pedís a Dios, pero al mismo tiempo ponéis vuestro egoísmo, ciego y malvado, por encima de tal deseo pisoteando la justicia, pilar indispensable y sostén seguro de la paz y del progreso humano.

Este planeta os ofrece muchisímo y mucho más os concede la Divina Providencia, pero vosotros estragáis, gastáis en cosas bastante inútiles tales ricos dones, actuáis de forma bastante contraria a la misma paz y al bien colectivo de los seres.

Es necesario que los hombres propuestos a administrar las riquezas celestes estén animados de justa conciencia, de mansedumbre y llenos de amor hacia las justas necesidades del prójimo.

Es necesario distribuir con equidad y justicia las cosas de Dios.

Sólo haciendo así podrá reinar la paz y el bien entre los hombres de la tierra.

¡De otro modo, no esperéis nunca ni paz, ni bien!.

SOBRE LO NUCLEAR

Lo que los extraterrestres han dicho al Sr. Eugenio Siragusa.

¡Los mortíferos efectos de los experimentos nucleares subterráneos cambiarán, dentro de poco, la faz de vuestro planeta tierra, si los hombres responsables no los proscriben inmediatamente!. Vosotros, científicos terrestres, no imagináis, ni siquiera lejanamente, lo que ya habéis edificado y aquello que todavía os proponéis edificar con vuestra insensata manía de la ciencia atómica.

La gravedad de vuestros actos supera todo límite de irresponsabilidad y de abyecto sentido de egoísmo. Si la tierra ha temblado y continuará temblando con tanta violencia destructora, la culpa es principalmente vuestra, de vuestro cínico orgullo, de vuestra inconsciente ciencia, privada de control, que ignora totalmente los desastrosos efectos producidos por las explosiones nucleares en el subsuelo sobre la masa igneo-cósmica de vuestro planeta del que constituye el núcleo.

Los actuales desastres que ya han segado un considerable numero de víctimas inocentes, son bien poca cosa en comparación con los que, inevitablemente, debeis esperaros en un tiempo muy próximo a llegar.

Enteros continentes podrían ser quebrados por la terrible fuerza titánica de los elementos igneo-cósmicos que, con tanta infantil desenvoltura, habeis turbado y puesto en tan peligrosa agitación.

Ya, desde hace tiempo, a través de nuestro diligente operador Eugenio Siragusa, os hemos advertido de cuanto ahora se ha verificado.

Lo único que podéis hacer para remediarlo es detener inmediatamente todo tipo de experimento nuclear y en particular, los subterráneos si queréis evitar, en el ulterior futuro, peores e irreparables destrucciones.

En el pasado, como desgraciadamente en el presente, hemos hecho y continuamos haciendo lo posible para contener los otros efectos igualmente letales de la "Redecilla Atómica" itinerante en el espacio de vuestra atmósfera.

Todavía, sin embargo, los residuos son abandonados y el hecho de encontrarlos es muy frecuente. Todos los hechos con relación a estos se revelarán catastróficos.

No obstante, estos residuos radiactivos estan destinados a ser neutralizados si los hombres de ciencia y, sobre todo, de gobierno mantienen los compromisos asumidos en el reciente tratado que prohibe ulteriores experimentos atómicos, tanto en superficie como en la atmósfera.

¡No es así para los experimentos subterráneos!

¡Nosotros no podemos intervenir, no podemos hacer nada!

Los efectos que se han desarrollado deben agotarse por sí mismos. La regresión de las ondas que agitan la masa igneo-cósmica necesita un tiempo bastante largo hasta que vuelvan a encontrar el natural asentamiento. El orden fundamental está trastornado por vuestra ciencia criminal. ¡Está en vosotros, científicos y hombres de gobierno, impedir un posterior agravamiento de la ya precaria situación, las monstruosas causas de tantas tribulaciones, de tanto dolor, de tanto terror!

Está en vosotros, finalmente, decir: "¡basta!". Es un "¡basta!" por amor hacia quien sufre y hacia quien espera en vuestra cuerda conducta después del arrepentimiento.

¡Nosotros os hemos, una vez más, advertido!.

Catania, 30 de julio de 1963.

“EL HOMBRE NO DESATE LO QUE DIOS HA ATADO”

Al hombre le es concedido desatar aquello que él une, pero no cuanto Dios ha unido todavía antes de que el hombre fuese, que el universo se manifestase.

La ciencia terrestre intente poseer la verdad que instruye armónicamente, en obediencia consciente a las fuerzas creativas, la vida de cada cosa creada y subordinada a la inmutable ley del flujo y del reflujo cosmológico.

El costoso precio de vuestra insensata abusiva libertad

LA CONTAMINACIÓN

En verdad vosotros, hombres de la tierra, con vuestra irresponsable ciencia, habéis producido una monstruosa cadena de catastróficos efectos. Desde hace años os advertimos de este gran peligro, pero vuestro egoístico orgullo, vuestra oscura fe, vuestra insensibilidad, os han vuelto sordos y ciegos a esta realidad.

Es verdad que la libertad es el vehículo principal de vuestro libre arbitrio, vehículo que, a menudo, os lleva a la gran encrucijada del bien y del mal, pero también es verdad que vosotros tenéis una conciencia, vehículo que une el hombre a Dios, que os da la posibilidad de entrever, en tiempo útil y oportuno, cual es la vía del bien y cual la del mal. Es verdad, pues, que no os servís de este divino medio, sino que preferís sufrir las consecuencias de vuestras inconscientes obras y pagar a tan caro precio los frutos de vuestra soberbia y de vuestro encendido orgullo.

Sabed, hombres de la tierra:

La naturaleza es cuerpo de Aquel que es todo y no es prerrogativa de vuestro libre arbitrio trastornarla así como absurdamente hacéis, turbando su armonía.

¡La armonía de lo creado es la armonía de aquél que vosotros llamais Dios!. Es grave delito tentar de modificar el principio con el que tal fuerza edifica.

Los efectos de esta Divina Causa son vitales para el devenir de todas las cosas, comprendido el hombre. Vosotros no podéis, por consiguiente no debéis, asumir dominio sobre aquello que es sólo y absolutamente prerrogativa divina. Al obstinaros en tal arbitrio, asumís inconscientemente una gravísima responsabilidad, provocando la inmediata intervención de las leyes vigilantes de lo creado.

Ahora, vosotros habéis sobrepasado los límites que son permitidos a vuestro libre arbitrio; habéis superado las barreras que no habríais debido, ni siquiera aproximar.

Si la libertad que os concede escrutar en el profundo misterio de la naturaleza, para descubrir todo aquello que puede ser útil a vuestra evolución y a vuestra sobrevivencia, os ha dado poder para perturbarla y volverla hostil, deletérea y agresiva, ¡pararos, no ir más lejos!

Habéis sobrepasado los límites que os son permitidos, habéis abusado de vuestra libertad y, con cínico egoismo, habéis producido el desequilibrio de la armonía. Habéis extraído el mal del bien, la muerte de la vida, el sufrimiento de la alegría. Habéis construido una monstruosa cadena de terribles sufrimientos, de titánicos efectos deletéreos que no podéis, de ningún modo, sacudiros de las espaldas hasta después del completo agotamiento de las desordenadas fuerzas en continuo movimiento.

¡Esto habéis edificado vosotros con vuestro orgullo malvado, con vuestra ciega presunción y con vuestro gigante egoismo!.

¿De que os lamentáis ahora?

¡La culpa es vuestra, solamente vuestra!.

Catania, 14 de octubre de 1963.

Los árboles, los animales, el agua y la tierra son los elementos vivificantes de vuestra existencia, son parte de vosotros mismos. Su gran amor es darse, integrarse en el proceso evolutivo a través del poder transformador de vuestra obra. Vuestro astral viene alimentado por la energía que se sublimiza a través del binario camino evolutivo vida-amor, muerte-vida. Vuestro cuerpo físico es la resultante de aquello que, aparentemente, está muerto.

El mineral, el vegetal, el agua, el aire y la tierra se vuelven una sola cosa en cada uno de vosotros y a través de vosotros ascienden hacia mejor destino.

Si de vuestras bocas salen blasfemias y de vuestras obras delitos, su destino se vuelve infeliz, tanto como el vuestro, por no haber edificado su santificación, cometido que os corresponde a vosotros, del que sois responsables.

Ha sido dicho: “No es aquello que entra en la boca lo que hace daño, sino aquello que sale de la boca”.

Espero que habréis comprendido y podréis, así amar, respetar y custodiar con amoroso cuidado cuanto es para todos vosotros un preciso deber y un respetuoso agradecimiento a la potencia creadora del Padre de todas las cosas.

Los Elementos primordiales reaccionan contra el hombre, discerniendo entre las enzimas humanas.

ZIGOS: Fuerzas primordiales de la creación, fuego, agua, tierra, aire, instrumentos de la superior Inteligencia creativa.

Los hombres que son sensibles a la responsabilidad y cordura operativa, entran sobre un plano de vibraciones que desarrolla una sintonía de amor con los Zigos y sus leyes.

En 1976 suscitó asombro un comunicado de Eugenio en el cual amonestaba a los responsables de las violencias a la naturaleza terrestre. Hizo presente que los posibles, anómalos, desarreglos geológicos habrían abierto, también en Europa, nuevas y enormes fallas: “Italia se quebrará en dos, habrá otros muros de Jericó”.

LOS MONSTRUOSOS INTERESES DE LA SANGUINARIA MÁQUINA BÉLICA

¡Son los enemigos de la paz en vuestro mundo!

¡Los verdaderos fomentadores de los terribles delitos y de la mortal destrucción que devastan la tierra y que os procuran dolores y sufrimientos, son aquellos hijos degenerados del alma humana que maniobran la sanguinaria ciencia de la máquina bélica de vuestro mundo!.

¡Quién, en verdad, quiere la paz, la justicia y el bien entre los pueblos de la tierra y se vuelve válido defensor de los valores físicos y espirituales conformes a alcanzar la abolición de la acción mortal, destructora y fratricida de la diabólica fuerza, choca inexorablemente con los malvados y tétricos intereses que, para vuestra gran desgracia, tienen en sus venenosas espiras la hegemonía del poder económico, político, científico y militar de vuestro mundo!

¡Para estos hijos del mal, vampiros de la sangre fraterna, la paz es una acérrima enemiga porque contrasta con su baja y ávida sed de dominio, de venganza y de muerte!

¡La guerra y el odio, la persecución y la venganza son su vitalidad, su único fin de vivir!

¡John Kennedy aún estaría vivo si no se hubiese lanzado contra la adversa conciencia, con toda la cordura y valor de su alma. Otros muchos generosos hijos del alma humana han caído, y otros caerán, bajo los golpes demoníacos de esta fuerza maléfica!

Jesu-Cristo, Hijo de Dios, fue flagelado y crucificado por haber enseñado a Su prójimo el ideal Celeste Sendero de Amor, de Justicia y de Paz. Allí donde la verdad lleva en su seno la Luz del Bien, predicado y deseado por miles de millones de almas, allí están los hombres sin alma, brutales espíritus degenerados, sicarios sin corazón y sin conciencia, preparados a ocultarla, a sembrar negación, discordia y todo cuanto es útil y eficiente a velarla a los ojos de los justos y de los mansos, deseosos de amar y de vivir en paz con Dios.

A menudo sucede que los hombres de buena voluntad pierdan la fe, dejándose arrastrar en la fangosa vorágine de este arte diabólico.

¡Son muchos, en verdad, los terrestres que se vuelven, ciegamente, cómplices de sus delictuosos designios, tendientes a dividir las almas, a volverlas áridas de fraterno amor, de verdadera justicia!

¡Comprendedlo de una vez.! ¡Comprendedlo!

¡El alma adversa agita seductores y falsos estandartes para engañaros!. ¡La discordia, el egoísmo, el odio, la venganza, las orgías desenfrenadas y el deseo de guerrear son las armas más potentes con las que hieren, debilitan y dominan vuestras almas!

¡No dejaros sorprender!

Recordad, recordad ahora y siempre:

Dios es paz y amor. Es felicidad del espíritu y del cuerpo. Es unidad sublime de almas iluminadas, amantes la una de la otra.

Por este gran conocimiento, los mejores hijos de Dios se han inmolado con la dulce y serena sonrisa sobre los labios y, en verdad, esto hizo el Papa Juan XXIII, esto hizo John Kennedy, esto harán otros, sostenedores irreductibles de los valores universales del Espíritu eterno.

Nosotros miramos aterrados, doloridos esta inmadurez vuestra, pero no mudos ni insensibles porque, una vez más, os decimos:

¡Hijos de la tierra, uniros en paz con Dios, amaros los unos a los otros como hermanos, con justicia, paz y amor y echad en el fondo de los océanos la materia que os oprime y os niega el derecho de entrar en la gran y bienaventurada familia universal!

¡Luchad!. ¡Luchad contra el mal, contra las injusticias, contra los odios, contra quien te quita el derecho de vivir y evolucionar en serena armonía con las Leyes Celestes. Este es vuestro cometido, vuestra voluntad, vuestro derecho de hijos de Dios!

¡Nadie, nadie a excepción de vosotros puede hacerlo porque, en verdad, vosotros sois los únicos árbitros de vuestro destino sobre la tierra!. ¡Vosotros sois libres de escoger: o con Dios, o contra Dios!.

El Cielo os mira y os asiste. Catania 28 de noviembre de 1963.

ÈS LA REALIDAD

Muchos corruptores, muchos corruptos y muchos corruptibles

Hasta cuando vuestra sociedad política, económica, científica y religiosa será coordinada y condicionada por estos individuos, vuestro progreso espiritual, material y social será, siempre, negativo e involutivo en todos los sentidos.

Repetidas veces os hemos aconsejado de no perseverar en este proceso existencial absurdo, deletéreo y contraproducente con cuanto aspiráis alcanzar, pero la verdad es que, voluntariamente, os hacéis arrastrar por las cualidades peculiares del tentador, dejándoos caer en el caos del más férreo egoísmo, del más cínico sentido de la impiedad cruel y antihumana.

Queremos ayudaros a instaurar, sobre vuestro planeta, la ley del derecho y del deber universales corroborados por el verdadero amor y por la real justicia divina.

Pero todavía resistís, aún sabiendo hacia que graves consecuencias os encamináis.

Es necesario, absolutamente, educar al hombre y volverlo capaz de comprender la indispensable necesidad de no dañarse a sí mismo ni a los otros, sentirse una sola cosa con el prójimo que debe amar más que a sí mismo.

MUTACIÓN DEL PLANETA

Nueva verdad se hace luz, ya que nuevas Leyes el Altísimo impone.

La renovación del género humano deberá sufrir la purificación sustancial sobre los planos físico-psíquico-espirituales si se verifica el arrepentimiento.

El planeta sufrirá flujos y reflujos purificadores hasta que las estructuras portantes de su naturaleza cósmica se estabilicen sobre las frecuencias positivas de la Luz Créante. Quién no se predispone y no acepta no podrá sobrevivir por su incapacidad de asimilar la nueva dinámica vital.

Adoniesis a los terrestres (1976)

¿Por qué os obstináis en no querer comprender?. ¿Por qué a pesar de las señales manifestadas no proveéis a realizar los equilibrios necesarios para superar, sin excesivo orgasmo y sin excesivo sufrimiento, el cambio que está en el orden de la superior ley creativa que todavía queréis, cobardemente, ignorar?

El renovamiento debe, necesariamente, verificarse y no hay ninguna posibilidad de frenarlo, de evitarlo. Vuestro planeta está sufriendo una seria y rigurosa intervención de naturaleza cosmofísica y, por consecuencia, también vosotros sufrís y sufriréis los efectos de esta intervención, si no os predispondréis positivamente y si no armonizaréis los equilibrios naturales que vuestra obra ha, seriamente, comprometido; las convulsiones serán extremadamente negativas y los efectos seriamente deletéreos en todo sentido.

Vuestro planeta sufre un ciclo de crecimiento, de avance en sus estructuras astrofísicas y de purificación. ¡Es ley de lo Creado!.

¡Vuestro mundo vive!. ¡Sabedlo!. Vuestra presencia sobre el planeta que habitáis no ha acontecido por casualidad, así como no acontecen por casualidad las presencias de las enzimas en vuestras células. Vuestra obra es necesaria tanto como es necesaria la de las enzimas y de todos los otros elementos que constituyen la estructura y la vitalidad de una célula. Vuestra positividad o vuestra negatividad son determinantes para un pacífico o convulso crecimiento evolutivo de vuestro mundo.

Así como están las cosas, la convulsión es inevitable y el renovamiento cargado de efectos de todo, menos buenos. Vuestro planeta vive y una férrea ley lo tutela.

Nosotros somos el espíritu operante de esta ley y debemos enseñarla y hacerla respetar a toda costa. Si las “enzimas” están enfermas, debemos hacer de todo para estimularlas a curar y a ponerlas en condiciones de superar positivamente el renovamiento del mundo.

La mutación es inevitable y ella comporta, también, una variación sustancial de vuestra genética informativa y, por consiguiente, también de los valores fundamentales que instruyen el orden existencial de los elementos que coordinan los seres vivientes y operantes: “hombre incluido”.

La mutación normal está ligada a vuestras obras positivas. La mutación anormal, caótica, estresada, está ligada a vuestras obras negativas. Es inútil que vuestra ciencia se fatigue tanto buscando, en otra parte, la causa de estos desastres.

También os hemos dicho que los experimentos nucleares practicados por la ciencia destructiva y desarmonizante han producido desequilibrios notables en el anillo magnético esférico, en el eje de vuestro planeta y en el núcleo solar central que está en el centro de esta célula macrocósmica “viviente”.

¿Qué queréis esperar?. Vuestro mundo se defiende y, si es necesario, os destruirá.

Vuestras obras os repetimos, atentan contra el equilibrio universal de lo creado. Si no lo comprendéis, habrá quien tiene el deber de hacéroslo comprender, de poneros en arrepentimiento, de suscitar la indispensable conciencia para ser conscientes de una verdad que debéis, absolutamente, conocer.

Todavía la crisis que atormenta vuestro planeta no ha alcanzado el punto hipercaótico, ésta está en fase hipercrítica. Cuando alcanzará el punto hipercaótico será demasiado tarde para poder poner remedio. Falta amor, falta justicia, rectitud espiritual y moral; falta enormemente el amor hacia la naturaleza, hacia los instrumentos que son el aliento, la linfa de vuestra existencia.

Os lo hemos querido repetir, una vez más. Paz.

Dice Hoara a la ciencia terrestre

Os hemos dicho que una profunda crisis atormenta vuestro sistema solar y, por consecuencia, también a vuestro planeta.

Si para vuestra ciencia es difícil calcular los ciclos cósmicos que afectan a la Galaxia sobre la cual está estabilizado vuestro sistema planetario, no lo es para nosotros que ya conocemos, desde tiempo remoto, los flujos y reflujos que se verifican en las estructuras cósmicas y en sus dinamismos.

Nuestra presencia tiene el fin de volver notorios los probables eventos que pueden surgir de una crisis de tan vasta portada y de la cual depende la estabilidad de los equilibrios y de las fuerzas portantes de los planetas y de los satélites del sistema.

No queremos ser alarmistas, pero es nuestro deber daros conocimiento y prepararos a posibles, radicales, cambios sobre los elementos básicos que gobiernan vuestro edificio existencial.

Variación de frecuencia significa un vuelco parcial, si no total, de los valores que gobiernan los actuales equilibrios bio-físicos-psíquicos.

Los elementos están en fase de decadencia y su aportación prácticamente deletérea, ineficaz, distónica, deformante. Los valores bio-físicos van de acuerdo con los dinámicos a causa de una progresiva incompetencia colaborativa y de continuo rechazo.

El equilibrio viene así debilitado, suscitando reacciones a menudo incomprensibles pero no menos trágicas y violentas. El inmediato futuro, si quedáis pasivos e inertes, estará cargado de acontecimientos aún peores y devastadores.

Si no queréis caer en el abismo de la irreversibilidad, debéis reestructurar bien y pronto todo aquello que intenta matar, lenta e inexorablemente, la vida sobre vuestro planeta.

¡LO NECESARIO A TODOS, LO SUPERFLUO A NADIE!

¡Es esta nuestra ley!. Sabemos muy bien cuán difícil es para vosotros, terrestres, la aceptación de este ordenamiento, pero seréis obligados a meditarlo y a deducir mucho y por consiguiente, a determinar la ley que permita, a todos los seres vivientes sobre vuestro planeta, tener lo necesario, aboliendo lo superfluo, que es despilfarro de los recursos naturales y depauperación de la riqueza de todo el género humano.

Este sentido de responsabilidad consciente deberá prevalecer, por justicia y por amor, superando los obstáculos que se interpongan a causa del hipertrófico egoísmo de pocos en perjuicio del derecho de muchos. La miseria y el hambre son estimulados por prácticas delictivas y por vicios deletéreos. El relativo bien para todos, nadie excluido, es el método más eficaz y más lógico para impedir la degeneración y el odio y para avalar un proceso de verdadera paz entre todos los hombres de la Tierra. No es difícil instituir y poner en práctica esta Ley universal, no es difícil si la buena voluntad prevalece con consciente conocimiento y con aristocracia espiritual.

Si continuáis corriendo hacia lo superfluo pronto os faltará lo necesario.

Hacéis discursos inútiles y quedan ausentes los valores de la conciencia, debeis eliminar los desequilibrios que provocan locos consumismos, las explotaciones indiscriminadas de los recursos naturales, las alteraciones de los dinamismos ecológicos, deteriorando el sistema orgánico del ya decadente ciclo vital del planeta.

El peor mal reside en aquellos que anteponen el cínico egoísmo de poseer, al bien de toda la humanidad.

Lo sabéis y no hacéis nada para evitar lo irreparable. Dentro de no mucho tiempo comenzará la carestía del más precioso elemento, útil a vuestra sobrevivencia: ¡“el agua”!.

También está en vuestro conocimiento la hipercrítica situación de todos los otros indispensables elementos que instruyen la armonía de la vida sobre vuestro, ya inestable, planeta.

¡Lo sabéis!

¡Sí!. Lo sabéis, y a pesar de la gravedad quedáis insensibles, cínicamente pasivos, mientras todo agoniza ante vuestros ojos, nublados por una diabólica locura.

La muerte afila la hoz y los caballos del Apocalipsis pisotean veloces con sus jinetes, satisfechos de ver una humanidad ciega y sorda, dispuesta a perecer miserablemente, a renunciar a las sanas y armoniosas alegrías de la vida y de las evolucionadas experiencias de esta dimensión.

Lo sabéis, que vuestro planeta está en agonía y vuestra sobrevivencia seriamente amenazada. ¡Salvaros!. ¡Salvaros!.

Espíritus vivientes animados de amor universal están en medio de vosotros para invitaros al arrepentimiento y para deciros en este recodo trágico de vuestra existencia terrena, que es indispensable volver a poner las cosas en su justo sitio y coordinar positivamente cuanto es útil para una renovación armónica y constructiva de los elementos (mineral, vegetal y animal) que instruyen y determinan vuestra existencia.

Nuestra luz de bien universal conforta estos espíritus vivientes animados de buena voluntad e iluminados por el amor más grande de todos los amores.

ADONIESIS (1974)

EL AMOR CREATIVO

Tal delicado cometido divino -dicen los extraterretres- es el pilar básico sobre el que se apoya la evolución psico-física y espiritual de los seres humanos.

Vuestra ciencia debería instituir un tal orden de vida en el caso que quisiera hacer desaparecer, finalmente, de la raza terrestre seres infelices, disminuidos por una inconsciente y delictiva concepción.

YA DEBERIAIS SABERLO

Escogemos, cuidadosamente, aquellos que demuestran poseer cualidades idóneas para ser guiados y educados a un programa evolutivo capaz de captar los superiores conceptos existenciales del nuevo mundo.

Por fin del mundo se debe entender: “Fin de un modo de vivir los valores de la vida, así como se han vivido y se están viviendo”.

Una nueva salud espiritual, material y moral corroborada por una prudente sabiduría impregnada de verdadero amor, fraterno, universal despojado de egoísmo y privado de odio.

Vuestro planeta sufrirá notables flujos y reflujos de energías purificadoras, para que también las estructuras portantes de su naturaleza cósmica lleguen a estabilizarse sobre las frecuencias positivas de la luz creante. Todos aquellos que no se predispongan a la aceptación de los superiores conceptos que deberán programar el “nuevo mundo” serán, inevitablemente, puestos en condiciones de no poder sobrevivir por incapacidad de asimilar la nueva dinámica vital.

Os hemos concedido, ampliamente, las instrucciones básicas e indispensables. El potencial dinámico astral ha sufrido, también él, un notable flujo modificante en las estructuras genéticas y en los códigos de la materia orgánica e inorgánica.

El átomo creante impone la nueva ley en relación a la voluntad del espíritu creativo del cosmos en el contenido.

ULTERIOR AMONESTACIÓN EN PREVISIÓN DE LOS

TRÁGICOS, FUTUROS ACONTECIMIENTOS.

La indolencia en la puesta en práctica de los presupuestos ideales para una sana y próspera convivencia fraterna entre los pueblos de vuestro planeta os empujará hacia un conflicto de espantosas proporciones.

Tenéis elementos suficientes para constatar la creciente, caótica situación en que hoy os encontráis. Mañana será más grave, hasta el punto de ya no poder frenar el loco descenso hacia lo irreparable.

Os hemos advertido que existe, operante, una rígida ley de causa y de efecto que no puede ser, de ningún modo, transgredida por vuestro libre arbitrio, ni puede ser detenida si no se provee, en tiempo útil, a modificar el desequilibrio que solicita la intervención de las formas de las que tal ley dispone.

No os hemos escatimado nuestra ayuda, ni hemos estado insuficientes en daros, siempre, más claras demostraciones de invitación al arrepentimiento y al sentido de responsabilidad.

A través de la voz de vuestros semejantes, hemos hecho llegar a vuestros oídos cuanto hemos considerado justo para sensibilizar vuestras turbulentas conciencias y para haceros meditar seriamente, para que pudiéseis, concienzudamente, deducir y sacar motivo para poderos arrepentir. Pero con nuestra viva amargura, hemos constatado que han sido pocos a percibir la realidad del mañana que, rápidamente, os viene al encuentro.

Una vez más, os exhortamos a comprendernos y a aceptar, en el modo que creemos justo, nuestra fraterna universal ayuda, antes de que se desencadene lo irreparable. Tened sentido de la honestidad y rectitud espiritual. Un funesto destino gravita sobre todo el género humano y sólo la unión de todos los pueblos de vuestro planeta podrá mitigarlo si estimularéis justicia, paz y amor en cada corazón.

(ADONIESIS)

WOODOK SOBRE EL CINTURÓN VAN ALLEN

Distonías geo-dinámicas en fase creciente. El cinturón “Van-Allen”, como vosotros lo llamáis, es el cielo de vuestro planeta y cada vez que es turbado, las repercusiones sobre vuestro planeta son notablemente fuertes a causa de flujos y reflujos magnéticos que ponen en seria dificultad, el dinamismo centrípeto y el centrífugo.

Los terremotos y todo cuanto está destinado a producir desastres sobre vuestro planeta, son producidos por estos desequilibrios, que podrían ser evitados si vuestra ciencia se diese, finalmente, cuenta cuan importantes son las funciones de vuestro cielo y cuan indispensable evitar la continua perturbación de este.

El cinturón “Van-Allen” instruye el equilibrio de vuestro planeta y no sólo el equilibrio, sino también la proliferación de los elementos necesarios al desarrollo de los valores existenciales y organizativos de la vida en sus múltiples formas.

Existen dos entradas y dos salidas que vuestra ciencia podría utilizar evitando desgarrar el cielo. Estas entradas y estas salidas se encuentran en el Polo Sur y en el Polo Norte. Estas vías son las idóneas para la entrada y la salida de cuerpos extraños a aquellos que no revisten una característica dinámica cósmica.

Hasta cuando utilizaréis otras vías, con las consecuencias que ya os habíamos dicho, las distonías geo-dinámicas crecerán en fase caótica.

WOODOK A LA ASTRONÁUTICA TERRESTRE

Impedid, por cualquier medio, transformar la conquista del espacio en una conquista de muerte y destrucción.

Del espacio externo podréis obtener enormes beneficios para un proceso sano y saludable.

Si vuestra ciencia aspirara a alcanzar los valores positivos de la evolución tecnológica espacial, impidiendo la intromisión degenerativa del beneficio bélico y de las fermentaciones que éste produce, tutelaremos y facilitaremos vuestra laboriosidad. Si, por desventura vuestra, se debiese verificar la intromisión de las fuerzas desestabilizadoras de las potencias bélicas, las desgracias no os faltarán, ni nos predispondremos a ayudaros.

La conquista del espacio debe estar animada por los más altos valores morales, sociales, científicos, del espíritu humano.

Si faltasen estos indispensables presupuestos, no tendréis campo disponible para la ascensión hacia los bienes absolutos que el cielo conserva.

Pensad bien en cuanto os comunicamos.

Nicolosi, 16 de abril de 1981.

Ha sido dicho: "El engaño es peor que la traición"

Sobre el planeta Tierra, el engaño se insinúa con diabólico y cínico arte en la sociedad humana para instrumentalizarla según los deseos nefastos y delictuosos del príncipe de este mundo, corruptor de almas y prevaricador de la divina voluntad de la Luz Omnicreante.

¡La gran batalla de Armaghedon está en curso y el epílogo próximo!.

La Milicia Celeste está en fuerza sobre la tierra, guiada por el Arcángel de la Justicia del Padre Glorioso.

Jesús está presente y el día de Su manifestación próximo a venir.

Ha sido escrito: “Vendré como un ladrón en la noche”. Las señales que preanuncian Su próximo retorno ya son visibles a todos los pueblos de la tierra.

El juicio de los vivos y de los muertos será presidido por Él.

La violencia: un dinamismo psíquico alimentado por las fuerzas del poder político, militar, económico de las dos superpotencias terrestres. Ya os hemos comunicado que existen dos institutos que coordinan la marcha estratégica de la política mundial.

También os hemos dicho que están en su posesión cerebros electrónicos, capaces de calcular con exactitud la resultante de cualquier operación, todavía antes de que se cumpla. No están excluidas la operaciones actuadas en los cerebros humanos a través de la hipnosis y fármacos sofisticados, condicionantes.

Cuando una de las dos superpotencias quiere alcanzar una meta política, económica y militar, todos los medios son útiles, también el de matar o de provocar guerras, revoluciones y todo cuanto se considere necesario. Todo viene, minuciosamente, calculado como un preciso cuadro clínico, con la relativa eficaz cura. No se repara en gastos para hacer fermentar la corruptibilidad moral y espiritual, para hacer fermentar la violencia instigadora, el engaño y todo cuanto puede descomponer los equilibrios estables y pacíficos.

El fin debe ser alcanzado haciendo creer una cosa en el lugar de otra.

Todo debe desarrollarse en el modo ya establecido y estar prestísimo a cubrir, con cualquier medio, el eventual error del condicionado. Esta es la realidad y quien la quiera creer, la crea.

Peligrosos recodos de la política mundial

Contrariamente a cuanto se dice, las dos superpotencias de vuestro planeta acumulan, cada vez más, un potencial destructivo enorme.

Vosotros, hermanos de la tierra, desconocéis la realidad que os sobrepasa, porque nada, o poco, sabéis.

Vuestro planeta está saturado de potencial destructivo, cada vez más sofisticado y con variantes extremadamente apocalípticas.

Las dificultades económicas cada vez más crecientes, en fase caótica, estimulan a muchos jefes de estado a coordinar una política peligrosísima.

Las carencias energéticas y alimenticias se revelan graves , y no menos graves son las distonías neuróticas de numerosos cerebros, próximas a ser plenamente investidas por una letal peste (Harbar), es decir, distonía progresiva de los circuitos neurónicos y, consiguientemente, total locura destructiva, furia animalesca, impelente instinto de matar y matarse.

Mientras la demencia es el trauma de una parte del cerebro y puede ser curable, la locura es un desorden del equilibrio neurónico con decadencia progresiva.

Si pondréis en práctica una política menos edificante que las otras que os han llevado a estos oscuros senderos, el género humano desaparecerá de la tierra.

(ADONIESIS)

La transmisibilidad de los elementos propuestos a cultivar vuestra existencia es una verdad incontestable, tanto como verdad la asimilación de cuanto, degeneradamente, deforma no sólo las estructuras genéticas, sino también el normal desarrollo evolutivo de la especie, proyectado en otros valores dimensionales.

Las estructuras portantes del proceso biodinámico están obligadas a sufrir anomalías que inducen a desestabilizar los flujos y reflujos de los insuprimibles valores existenciales, íntimamente ligados a la naturaleza viviente de las cosas creadas, comprendido el hombre.

Es bueno que sepáis que los olores del plexo anímico infectado revisten una notable importancia para poder clasificar el porcentaje de contaminación de la sangre.

¿Sobrevivirá esta generación?

La situación del planeta Tierra no es menos grave que la del planeta Mallona que explotó hace 100.000 años provocando la muerte de siete billones de seres de vuestra especie y de cuanto éste contenía.

Si continuáis, todavía, desarmonizando e infectando de residuos radioactivos y de todo cuanto descompone sus cósmicos equilibrios, el próximo destino de vuestro planeta no será diferente de aquel del planeta Mallona. Ya las señales son evidentes y lo peor podría manifestarse de aquí a no mucho tiempo.

Os recordamos una vez más: “Yo me he arrepentido de haber creado al hombre sobre la tierra, Yo lo destruiré”. (Génesis 5-7)

Nuestro deseo es el de exhortaros a hacer que la purificación de vuestro planeta prevalezca sobre su destrucción. Su purificación podría acontecer con un providencial medio que inicia con la letra “A”.

Si, finalmente, prevalecieran la cordura de vuestros espíritus y, el purísimo amor por esta criatura cósmica que llamáis “tierra”, ¡el paraíso prometido podría volverse realidad!

¡Oh!, ¡Si tú pudieses!

Si tú pudieses mirar los ojos de un justo,

removerías la injusticia de tu corazón.

Si tú pudieses escuchar el corazón de un pacífico,

volverías a encontrar, para siempre, tu paz.

Si tú pudieses oír el gemido de un niño,

amarías con devoción la vida.

Si tú pudieses hacer tuyo el sufrimiento de los otros,

te volverías amigo de Dios.

Si tú pudieses socorrer a tu prójimo,

jamás tendrías necesidad de nada.

Si tú pudieses amar sin poseer,

serías el ser más feliz.

¡Oh!. ¡Si tú pudieses!

EUGENIO SIRAGUSA

CAPITULO VII

Sublimación y Proyección

He viajado, he dormido, he vivido una vida, hecha de tantas vidas de experiencia y laboriosidad al lado de Eugenio.

He participado en las vibraciones que desde su personalidad emanan de todas formas, cuando habla, cuando aconseja amorosamente o reprende con severidad y cura el alma exorcizando en silencio; cuando tocaba el órgano las notas de Shangrilá, el primer paraíso perdido o cuando lee a Poimandres y nuestras almas vienen acunadas por la luz dorada creativa, sin estar nunca cansado, desde la mañana hasta avanzada la noche, para dar cuanto ningún otro habría podido dar, con el ejemplo de una vida de infarto.

Precisamente este celo lo ha llevado verdaderamente a tener el infarto, hecho físico permitido por la Voluntad divina, pero sólo para mutar su disponibilidad, siempre dispuesta a encuentros ocasionales, al teléfono, pasando de un argumento a otro con o sin ayudas o traductores, humano y transcendental, leyendo en el pensamiento y en las vidas pasadas de todos nosotros; de decisiones inmediatas pero atentas, ordenado, elegante, de un hombre que nunca fué humano, porque Eugenio murió el 25 de marzo de 1952, compenetrado por la Personalidad de que hablamos.

Percibía en lo íntimo de mi interior que anticipaba los pensamientos, las acciones, los hechos futuros, muchas veces incomprendido tanto antes como después, y a menudo estaba presente en astral, al mismo tiempo, a más personas, porque en aquella dimensión era diferente, como un rayo de Sol deslumbrante.

Y algunos fenómenos extraordinarios también los habían vivido los familiares como uno, irrepetible, por el hijo Franco cuando, sobre el Etna vió que el padre se había “encendido” y se puso a gritar: “¡Socorro, socorro mi padre arde!”. Era una transfiguración, un visible desplazamiento sobre el plano astral.

Dice Poimandres a Eugenio:

“Hijo, dirige la mirada hacia donde está el vacio, allí hay otro gran misterio de lo Creado, allí también está aquello que ninguno de los vivientes en carne y sangre puede, jamás, ver y conocer. Sé prudente y de ésto te doy grave advertencia de no hablar, jamás, de todo aquello que percibes en lo secreto de lo invisible”.

Cuando el Señor se complace en poner en mi espíritu la Luz de la Conciencia Universal, mi vida se vuelve una multitud de vidas.

Es semejante a una cepa que, despojada de cada cosa, readquiere la fuerza de realizar todos sus racimos y sus racimos todos sus granos de uva.

De tal modo me siento, el Uno en el Todo como las cosas del Cielo. Cuando, en tal modo, siento vivir la vida, no estoy ni vivo ni muerto, pero soy como todas las cosas que están en el regazo a la Luz Eterna.

Tal incomensurable bienaventuranza tomo por divina concesión, y en ella mi espíritu se inunda con profundo deleite. En tal modo, mi espíritu pone las alas de Luz y, recorriendo las vías de los cielos, comprende aquello que la conciencia terrena pone en lo incomprensible. El cuerpo y el alma, quedando solos y estremecidos por la espera, fijan las fuerzas en la profundidad de las cosas creadas, desatando la atadura atávica de las conciencias y capacidades.

Eugenio, solía, a menudo, recordar la frase del Evangelio Cuando quieras orar, entra en tu habitación, cierra la puerta, ora al Padre tuyo que está en lo secreto...” (Mateo 6-6).

Y nos decía: "Esforzaros en descubrir aquello que está en vuestro secreto. Aquello que os ha sido dado, debeis descubrirlo; debeis hacerlo vuestro a toda costa.

Cada uno debe esperar que el propio rosal de la Eternidad florezca en la Luz del Padre Omnicreante.

¡Evitad morir por segunda vez, porque produce sufrimientos inimaginables!".

El Evangelio no es una enseñanza para la resignación, sino para la lucha, para la acción. Es la ley del Espíritu, la ley del Dios viviente, que debe ser realizada en la conciencia de cada hombre.

Realizando la verdad que este contiene y poseyendo la sublime luz, donde quiera que os encontréis, aún en el infierno, podreís gustar la armonía de lo creado y del Creador, y sentiros en el Paraíso.

Es la verdad que os hará libres de todas las blasfemas ilusiones que ofuscan vuestras mentes y vuestros corazones.

En este mundo estáis todos en la escuela para aprender, estudiando los valores complementarios que instruyen y determinan la realización consciente del devenir eterno del cosmos.

No os resignéis a sufrir el mal, sino luchad para superarlo, para que el bien triunfe en vuestras conciencias y se realice en vuestros espíritus el conocimiento de la verdad eterna.

Dios ama ser servido con coraje, los tibios serán vomitados de Su boca. Dios no ama a los perros mudos, sino aquellos que ladran.

Si quisiéramos considerar su obra desde el punto de vista humano, sería imposible. Siempre disponible, incansable, listo.

Y repetía siempre: "Te doy gracias Padre, que me haces sufrir, porque tú bien has dicho - es sufriendo como Me sirves mejor- Hágase pues Tu voluntad." "¿Y cuál es el límite del sufrimiento?". "Cuando habrás dado todo ti mismo, habrás hecho, simplemente, tu deber. La felicidad se conquista con el dar, se pierde con el poseer. Cuando comenzaréis a comprender que, en verdad, no poseéis nada, ni siquiera a vosotros mismos, entonces comenzaréis a salir de la espesa jungla de la primitividad".

Alguno ha pensado que serían las enseñanzas que deben hacer avanzar, madurar, mientras siguen tales, desde el inicio.

Ha pensado que aquellas bases adquiridas superficialmente, aún si vividas íntima y astralmente probadas y profundizadas, debiesen luego ampliarse, aclararse por sí solas por el estudio de la conciencia cósmica. Y, sin embargo, no podían progresar, así como no lo pueden las verdades eternas, si no profundizamos por nosotros mismos en la experiencia enriquecedora.

Se ha sido, pues, superficial, incapaz de concebir.

Y entonces la cubierta del Secreto Cósmico, del Espíritu del Verbo invisible, los ha vuelto a envolver entre Sus alas.

Este es el sollozo del Águila, los estigmas espirituales del Padre amoroso.

La angustia de mi espíritu y la pena de mi corazón

¡La angustia de mi espíritu por el vano sacrificio de Jesú-Cristo, por Su rechazada oferta redentora, por Su inapreciable misericordia!.

La Pena de mi corazón por cuanto veo y siento en esta loca, sanguinaria, inconsciente generación, muda y sorda a las llamadas de las potencias celestes, perseverante en los errores y en el obedecer, sin ningún discernimiento, al maligno, al tentador Satanás, Lucifer y su legión anticrística. La gran batalla se aproxima a su epílogo y el Padre Glorioso emitirá Su definitiva sentencia.

Después, el Paraíso prometido en la Tierra lo heredarán los Bienaventurados, aquellos que Lo han servido porque "verdaderamente" Lo han reconocido.

Soy testigo del anhelo, del celo, de la voluntad que siempre prodigaba su amoroso ser, de sus manos al tomar a todos, en el acariciar a los mansos, en el dar energía vital a los sufrientes, curando, en el exorcizar a los poseídos.

¡Cuantas veces, en Valverde, ha explicado a los íntimos el juego de las almas, las burlas y los asesinos, en el cuerpo, en la mente y en el Espíritu que éstas producen!.

¡Cuantas personas ha liberado de estas redes, oscuras, de engaño y perdición!.

¡Y con este ejemplo y con tantas acciones, no fácilmente perceptibles por nosotros, ha bendecido, vivificado con la caricia del espíritu!.

Y, todavía, ha enseñado sobre el Amor.

EL AMOR VIVIFICANTE.

El amor que renueva y llena el vacio de aquello que nunca se ha tenido y siempre deseado tener.

El amor que se da con la esperanza de recoger un rosal para la propia alma, un rayo de consolación para el propio corazón.

Por eso te das, para vivificar cuanto tu espíritu anhela, desea que nazca y crezca alrededor de la solitud de tu vida.

El amor paterno, filial, fraterno se funden en un solo radioso bien que adorna el aliento, el respiro de tu espíritu tendiente y animado a dar felicidad y a recibirla con la misma fuerza con la que la da.

Esto es amor vivificante, la necesidad insuprimible de sembrar y hacer crecer el bien que se posee, para luego hacerlo suyo para siempre.

Es este amor el que trasciende y colma el vacío de felicidad y de alegría.

Es este amor que nutre y conforta a los caminantes solitarios que dan sin pedir nada, pero que en sus espíritus poseen todo el amor de lo Creado.

Junto a la Vía de Juan, de la revelación y del Servicio Divino, está la explicación de que a cada tribu corresponde una cierta obra específica, diferentes caminos, diferentes aspectos que conducen a una única meta, que sean paralelos convergentes, porque de una única Verdad han sido emitidos y al Uno se retorna.

Más se es consciente y más se explica con las parábolas de la simplicidad porque no hay otro modo de comunicar los conceptos de lo invisible, de lo intangible, de la dimensión en la que si no se es semejante, no hay sintonía silenciosa.

En mi insignificancia, aquel profundísimo ardor de obrar, partir, dar todo de mí mismo aunque no me comprendieran, aunque me criticaran, cada vez más solo, era porque debía realizarme sólo, para superarme a mí mismo y entrar de lleno allí donde hay otro punto de vista, aquello que une la más angustiosa tristeza a la sonrisa de la luz interior, no más atacable por disuasiones.

El ansia de hacer, todavía, lo que fuera, pero hacerlo... antes de irse.

Hijos queridos a mi Luz, aquello que quiero deciros es de comprender vuestra temporánea naturaleza.

La causa soy Yo y cada acto vuestro brota de Mi querer y por fines que Yo mismo determino en el tiempo querido.

Vosotros, dilectísimos, sabéis de ser Mi voluntad de vivir la vida viviendo en Mi, de cumplir, en el sufrimiento humano, parte de Mis designios predispuestos por Mi eterna sabiduría creativa.

Para vosotros, Mis queridos hijos vivientes por Mi voluntad, la casualidad no es vuestro destino, sino el Mío que vivo en vosotros con todas las facultades divinas y humanas.

Vuestra realidad es Mi eterna verdad que se manifiesta en este tiempo.

Aquello que vosotros, queridos mios, sentís inflamar dentro de vuestra naturaleza, que aflora con dulce potencia en vuestras almas, que se consolida activamente en vuestras mentes, son Mis valores operativos que se proyectan allí donde Yo estoy, el Uno y el Otro en una misma cosa.

No dejaros engañar por las leyes que el hombre ha decretado con su tonta naturaleza involutiva. Vosotros, hijos Míos, debéis tener siempre presente Mi ley. La ley de la verdad eterna vivificada y sostenida por un amor que ofrece Mi felicidad y Mi paz sin condiciones y exenta de humanos y descarnados prejuicios temporales.

Esto quería deciros, hijitos Míos; comprender vuestra temporánea naturaleza para ser mejores conocedores de aquello que os tenía destinado, aún antes de que vuestra carne se volviese por Mí animada y viviente.

Si vosotros, hijitos, estáis en Mí con divino conocimiento, Yo en verdad os digo: Me manifestaré cada vez más en vosotros.

Mi Luz esté en vuestros corazones.

El poder de los Arquetipos de crear en astral

las formas a través de la Arquimia

Hermano querido,

El Sagrado Conductor que sostiene y guía tu espíritu es Aquel que guía y sostiene nuestra obra. Él es el Jefe Espiritual de diversas constelaciones de nuestro Universo y Su conciencia es Crística.

En este tiempo hemos estado cerca de ti y hemos podido notar la acción de tus sondeos sobre algunas personas muy cercanas a ti.

En verdad nos alegramos, pero debemos decirte cuanto sigue:

No es, de hecho, necesaria la continua activación del poder telepático. Después de la activación de los primeros sondeos, por reflejo, pasan bajo el nuestro, completo, control. Nosotros, a nuestra vez, provocamos sobre ellos los efectos necesarios, con el fin de conocer su estado psicológico. Cuando notamos que tal estado es, progresivamente, propicio a ser más seriamente cribado, hacemos brotar algunas vibraciones de diferente naturaleza.

Esto te decimos con el fin de aliviarte del esfuerzo al cual estás forzado a recurrir creando una forma.

No hay reposo para el espíritu del Arquetipo.

Este es la proyección continua de los designios eternos del Espíritu Creativo.

La verdad no es energía sino aquello que es, aquel que es del cual proviene la creación y la evolución (aquello que no es porque es cambiante).

La Verdad, la gran Verdad

Son muchos a buscar la verdad, tantos son aquellos que la quieren servida sobre una bandeja de oro o plata, tantos otros la quisieran ver brotar de la masa cerebral o de un viciado razonamiento.

Sería demasiado bello subir en litera, al monte que lleva a la verdad; sería empresa fácil, pero no encontrarían nunca la verdad.

La verdad ama secar el sudor del amor que busca al amor.

La verdad no se revela a aquellos que dan sólo una parte de sí mismos, más bien a aquellos que dan todo de sí mismos, porque saben que sólo con la total abnegación, la Divina-Luz que está en ellos, se revela.

No es haciendo “bla, bla, bla, bla” que la verdad se revela; es necesario autorrealizarla en sí, porque este inmenso bien está en cada uno de nosotros y calla si no la agitamos con el amor y con la renuncia de los excesos y de los defectos, que desarmonizan y producen sufrimientos.

La verdad se conquista con sacrificio. Este es el precio que se debe pagar para poseerla: sentimiento de justicia, sentimiento de paz, sentimiento de amor y de fraternidad. Sólo con estos altos valores la verdad puede ser poseída.

No podéis emprender el vuelo hacia los supremos conocimientos sin antes macerar vuestra ignorancia.

Sólo después de los necesarios efectos de una causa que aún desconocéis, entonces la verdad alzará sus brazos y gritará solemnemente: “Ego Sum”.

Entonces, la Luz que vivifica, deifica y vuelve al hombre un dios viviente semejante al “Generador de la vía, de la verdad y de la vida”, os compenetrará para ensalzar vuestro espíritu hacia las supremas alturas del Divino Conocimiento.

La verdad, inmutable y eterna, será vuestra y vuestra será la deidad.

Repetidas veces nos ha recordado que la metodología Divina nos da las espaldas, recordando que se puede hacer propia la verdad sólo cuando el maestro nos deja solos. ¿Pero quién jamás ha quedado solo, de la omnipresencia Divina?.

¿Qué enseñanza o realización nos ha abandonado nunca, si no hemos sido nosotros a abandonar y dar las espaldas?.

Os he llevado a la cima de la montaña en donde anidan las águilas. Podéis descender al valle, si lo queréis: no os detendré.

Os he enseñado los valores del bien y aquellos del mal.

Sois libres de poner en práctica los unos o los otros: no os disuadiré ni os aconsejaré ulteriormente.

Mi vida ya no está ligada a la vuestra, ni mi espíritu podrá iluminar vuestros espíritus si caéreis en las tinieblas. No podré hacer nada más que pueda daros respiro de alivio y de esperanza.

Las puertas del bien quedarán cerradas para quién prefiere pastar en el valle del mal.

“La vida es sólo un sueño” decía a menudo, sonriendo.

Yo estoy listo para salir sobre mi blanca astronave, porque sé a donde me llevará y donde se posará. Yo sé, también, de quedar libre y de andar hacia los confines del cosmos o de volver para acariciar los corazones de aquellos, que conmigo, han amado y sufrido por amor de Dios. Por ellos me haré ver con mi blanca astronave y en el sueño los llevaré conmigo para gozar con sus espíritus y para conversar, todavía, sobre la verdad eterna.

Si yo dijese quien he sido, hoy, ciertamente no me creeríais; yo no os lo diré, pero es verdad que los acontecimientos os lo dirán, porque así lo quiere el Padre de todos los Cielos.

Para vosotros soy un loco, un caminante chiflado, un pobre digno de compasión, pero para el Rey, para Aquel que reina soberano por los siglos de los siglos, fui, soy y permaneceré, en eterno, Su palabra de Amor, de Paz y de Justicia Celeste.

¿Qué os importa a vosotros lo que yo sea?. Es mejor para vosotros que no lo sepáis antes de que mi obra sea cumplida.

Aquel día en que mi obra será sellada por la Gloria de Dios, entonces aún si supieseis quien yo he sido, ya que no podréis tener aquello que he intentado, por todos los modos, daros, para volveros buenos y obedientes, mansos y justos a las leyes del amor fraternal y universal de Dios.

PIENSO EN EL RETORNO

Cuando mi mirada se posa sobre Tu Luz, percibo el tiempo y la morada de mi amor y de la eternidad de mi ser de luz.

Entonces pienso, pienso y la memoria abre el sendero del silencio. Veo mi patria envuelta por una miríada de colores, acariciada por una música penetrante y suave como una aterciopelada caricia; veo las alas doradas de los espíritus solares vibrar y una voz que me llama:

“Hermano, hermano, el ansia de tu retorno es grande”. Pero cuando el silencio cesa, la memoria se cierra, la imagen de mi patria queda en mi corazón con los colores de todos mis sueños y de todas mis esperanzas.

Entonces pienso, pienso en el retorno.

Mi corazón está justificadamente cansado, pero satisfecho de haberse dado todo sí mismo sin límites y sin condiciones.

Sus débiles latidos me cuentan su historia, sus sueños y sus esperanzas: me dicen que es feliz, aún si sufre y mira hacia su ocaso.

Mi espíritu lo acaricia y lo conforta, lo ilumina y le agradece por haberle servido tan amorosamente, entre una ansia y otra, entre una esperanza y otra.

Él sabe, pero calla, calla con una lágrima y una sonrisa que la luz rapta en su eternidad.

Escritos que uno a éste de 1952:

Mi camino en la vida arrastra consigo todas las cosas que no pueden pararse.

Así son todas las cosas que en mi no pueden morir.

Nada he dejado en el tiempo; nada ha quedado detrás de mí; ahora todo está en mí y ante mí; nada ha quedado desatado de mí espíritu. Ahora que soy como, en un tiempo fui, veo el pasado en el presente y el presente en el futuro, con la misma aureola y con la misma linfa de la continuidad eterna.

Son, para mí, queridos recuerdos aún si para otros son fábulas. La tierra de los montes dorados y de los valles plateados fue tierra nativa de mi cuerpo, que fue la Atlántida, resplandeciente linfa del luminoso astro, cuna de sabiduría espiritual, de riqueza y de fuerza.

Tu luz nunca será débil, ni el aire dispersará la eterna e inmutable melodía de tus cantos. Ricas son las sirenas y rico tambien es el abismo donde suavemente yace, con el Anciano de indómito querer.

Otras bellezas tuyas se inmortalizan bajo el adorado manto ardiente como el fuego y móvil como el viento. Despierto es mi deseo en los recuerdos que vuelven como la aurora de los cielos o como indeleble color de llama. Tú fuiste patrona y madre del espíritu y jamás cosa tan bella dará otra tierra, ni el sol acunará aún más dulcemente de cómo tú fuiste acunada. Él, Sabio Padre de los antepasados, fue Sol y también Dios de los hombres fuertes. Él nunca tuvo culpa de tu destino. Él no fue reo, sino los hombres, los hombres fueron culpables de tu desventura y de tu silencio. Ahora tu rostro está oculto pero mis ojos y también los del espíritu, conservan en el tiempo el esplendor de tu exuberante belleza.

Un día, podré volver a verte en el espacio profundo y místico de los cielos y allí volveré a ver tus montañas doradas y los plateados valles que, con delicia y con amor, yo fijaré con el sentido más fuerte de mi espíritu enamorado.

Entonces, sólo entonces, harás el retorno y el dios de tus tiempos desgarrará las más densas nubes porque allí la hora de la gloria será sonada.

Doy gracias al Gran Conductor, por haberme llevado consigo en el “sueño” de los desdoblamientos astrales, donde la instrucción es pura y perfecta, libre de condicionamientos, indicándome el sendero, los consejos, la laboriosidad para las elecciones más importantes. (Cuando no me dejaba distraer).

Y en la laboriosidad siempre he sido instintivo y severo, tanto como para ser considerado autoritario.

Eugenio me daba espacio libre y confianza, aún si no intervenía percibía la presencia.

Por segunda vez en el sueño y luego en duermevela, Eugenio, como un viejo sabio viene a mi encuentro, después de saludar a todos, me acompaña del brazo mientras me voy, hablándome como un padre, en todos los sentidos, amorosamente, me acaricia la frente, como si nada, señalándome con el índice el centro del 3er ojo.

Saludándome me pregunta si tenía necesidad de algo y le contesto, inmediatamente, que esperaba, en cambio, haberlo podido ayudar yo, servir al menos un poco.

Realizarse en Dios quiere decir volverse contenedores conscientes, conocedores de deberLo servir sin límites ni condiciones, predispuestos a hacer emerger la parte positiva de la propia personalidad, que es la parte evolutiva de todos los valores experimentados.

Para un ser mortal, no hay nada más grande, más sublime y más bello que interpretar el pensamiento divino, sentirse así como el hombre-dios es, amar como él ama, juzgar como él juzga, guiar como él guía, ser justo como él es.

Interpretando el pensamiento divino, he descubierto el misterio de los misterios que concede el triunfo sobre la muerte y la gloria en la vida.

Todo es magnificencia si se consigue pensar como el divino piensa.

Las cosas más pequeñas se vuelven grandes y las grandes pequeñas, lo finito infinito, lo mortal inmortal, lo breve largo y lo largo breve.

¡Todo se pone al revés!. El mal se vuelve bien, la oscuridad luz, el llanto sonrisa, la muerte vida.

Interpretando el pensamiento divino, te inmerges en la profundidad de lo inconocible, de lo ignoto y de lo inexistente.

¡Entonces estás en todo!

Había pintado la imagen del Consolador, reflejada en la portada, en 1975, despues de la intuición de que hubiese una estrecha relación con la Gioconda. Viví al lado de Leonardo. Ahora me llegó fuerte el pensamiento de que él había pintado la parte femenina de la personalidad espiritual que lo inspiraba. He tenido confirmación de su profundísima, conciencia espiritual cuando he descubierto un dibujo suyo. Está representado el apóstol Juan (águila) coronado por el Sol, que tiene sólidamente entre las garras el planeta Tierra que se desliza de la playa hacía el mar. Desde su pecho un rayo ayuda a guiar el timón, junto al evangelista Lucas (Toro), de una barca (¿el Arca?), sobre la que está el árbol vivo. Dejo el resto al lector.

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Carta de despedida a los estudiosos.

Es cierto que por amor a la Verdad es necesario saber soportar y sufrir silenciosamente, con extremo coraje y con tanto infinito amor.

En estos años, por amor a una de las más grandes verdades de nuestro tiempo, he soportado y sufrido silenciosamente con un coraje, con un amor y con una fe que no han conocido ni obstáculos ni condiciones.

Esto he hecho, porque la verdad que benignamente el tiempo y los cielos me han concedido y materialmente revelado, merecía y todavía merece más el más grande de todos los sacrificios.

En verdad, la lucha ha sido impar, titánica con durísimos vapuleos morales y materiales, pero mi alma siempre ha sido, en cada situación difícil, aconsejada, sostenida, vivificada y consolada por un Amor del cual pocos hombres sobre la tierra han tenido el privilegio de sentir y apreciar el valor y el alcance.

He hecho aquello que humanamente era posible hacer, con pureza de ánimo y sinceridad de corazón, sin pedir nada y sin ninguna formalidad. Las almas pías, justas y generosas me son testigos ante el Juicio de Dios.

He tenido cerca, tambien, aquellos que son más queridos a mi corazón, sin contar los sútiles enemigos y tentadores; pero en compensación de tanta adversidad, he tenido constantemente a mí lado la inconmensurable, prodigiosa consolación del Amor de Dios, de Sus Angeles y de queridas almas que han creido en mí y juntos luchado y sufrido por esta Verdad.

Los Hermanos de la Cristica Conciencia han querido dignarse conceder a mi humilde corazón la inmensa alegría de Su presencia, concediéndome con confianza, los conocimientos de Su volumétrica sabiduría y de Su personal deidad, alzando, siempre más alto, mi alma, mi corazón y mi moral en una inflamada llama de fe inquebrantable.

Ahora, nada más me podrá sorprender; nada podrá causarme amargura; nada podrá turbar la eterna armonía y la viva alegría que la Verdad ha edificado en mi espíritu, en mi alma y en mi corazón.

Ahora, serán los futuros acontecimientos, aquellos acontecimientos que ninguna razón humana podrá nunca desmentir, a afirmaros cuanto yo tuve, sinceramente, que deciros por amor de la Verdad y por santa obediencia.

Si hubiese ignorado la realidad que he vivido; si no hubiese sentido la potencia penetrante del Crístico Amor; si no hubiese visto aquello que a mis ojos les fue concedido ver y si no hubiese escuchado aquello que a mis oidos les fue dado oir, no habría expuesto mi vida al escarnio de los escépticos, a las burlas de los hostiles; no habría doblado la rodilla ante los duros de mollera, ni habría sentido tanta fraternal premura por la suerte de esta dolorida humanidad, por los afligidos, por los débiles y por los sedientos de justicia.

No me habría privado del reposo; no habría pasado noches sin dormir, ni habría suprimido el deleite que la vida ofrece a los mortales de este mundo; no le habría quitado nada al limitado bienestar del sudado trabajo, ni me habría quitado el pan de la boca para transformar su valor en papel, sellos y todo cuanto es necesario para una obra tan grande.

¡No habría hecho nada de cuanto he hecho, verdaderamente nada!.

Habría hecho el perro mudo; habría callado como muchos han hecho y hacen con frialdad de mente y de corazón.

Si fuese como ellos también habría callado yo.

¡Sin embargo no! ¡No tengo dudas! ¡No podía hacerlo!

La Llama de la Verdad ha ardido dentro de mi pecho y he obedecido sin pensar, minimamente, hacía lo que me encaminaba.

He revelado cuanto he vivido y ahora, más que nunca, conozco, el por qué.

Esto he hecho por una innata veneración a la Verdad, al Padre Creativo, a Cristo, al pulsante y gran corazón de todas las almas anhelantes de paz, de justicia y de amor.

Ha sido y es la realidad de la Llama Cristica y del amor a la Verdad del tiempo de todos los tiempos que me ha concedido tanto coraje y al mismo tiempo tanta humildad de sacrificio y tanta fe.

Ahora es veraz y tal será para siempre en la Tierra y en el Cielo mi incondicional veneración por Aquel que vive en Purísimo Espíritu y que también está en la semilla de toda cosa, en el corazón de toda criatura, en la luz de todo planeta, en el esplendor edificativo de todos los Soles, en la inmensa armonía de los universos, en todo, en todo aquello que vive en Él y para Él siempre, eternamente.

En verdad afirmo y amo, amo infinitamente en mí, en mi prójimo y en todas las almas que fueron, son y serán, esta Realidad Suya que no podrá jamás, jamás morir.

Relato dos desdoblamientos muy vivos que preanuncian los terribles momentos hacia los cuales nos encaminaremos:

“Todos se asesinan, es la guerra general; como divididos en dos bandos; hay quien se esconde en las cavernas, también yo tenía una pistola material, pero no la uso. Miro en los ojos a uno que me queria matar y se va.

Me recordaba poseer otra pistola de energía blanca.

Encuentro algunos amigos en una habitación oscura y una mujer que me acoge abrazándome, pero salgo, tristísimo, voy a buscar a mi Maestro.

Camino erecto, silencioso entre la gente reagrupada, aterrorizada, la miro con serena indiferencia y, cada vez más ligero, me encamino levitando hacía el cielo, subo hacía uno de los agujeros circulares de una cubierta oscura de nubes, para asomarme al cosmos”.

Y para concluir relato imágenes proféticas.

En la 1ª veo un avión-caza, último modelo, que caracolea con estruendo en el cielo y veo nitidamente, debajo, un sistema de cuatro tubos de los cuales tres enormes radares de apuntamiento y el cuarto un último descubrimiento de la ciencia:

un enorme laser antimateria.

De repente aparece otro y los dos, están a la caza de otra nave que surca el cielo encima de mí. No hace ruido y procede ondeando, no es terrestre.

Los dos cazas lo apuntan y emiten, de sus cañones, dos faros de luz que van sobre el blanco. Nace un explosión de luz que revela, inmediatamente después, un fenómeno diferente a cuanto podía esperarme; los dos cazas habían desaparecido y del objeto parado, pulsante, desciende un cilindro de luz que gira lentamente, con una especie de contenedor colocándose sobre el terreno. Mientras tanto, miles de astronaves luminosas invaden la esfera celeste.

Quizás, cuando el hombre crea ser patrón de la energía y pensará hacer la guerra contra los hermanos superiores tutores del Orden Universal, al cual se rebela, intervendrá la Orden Suprema de abandonar la humanidad a su destino autodestructivo y salvar lo salvable con estos conos luminosos de recogida.

De hecho, Eugenio, me confirmó luego que los controladores espaciales tienen bajo observación los esfuerzos terrestres por renovar los armamentos con la super arma de la antimateria.

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Es la repetición del error, del pecado original. El mismo estado en que se encontró el planeta Mallona antes de explotar.

Deseo que las páginas de este libro puedan hacer meditar a los responsables hacia el arrepentimiento como dijo en Fátima el Genio Solar, Espíritu Madre del Planeta Tierra, que llamamos Virgen y algunos años antes también Grigorij Rasputín, referido en mi 2º libro.

¿Cuántas veces nos ha ayudado la Mano Divina?.¿Cuántos profetas y Sabios espirituales han dado la propia vida como enviados de la Conciencia Superior para quitarnos del fango?.

¿Por qué en el mundo Cristiano se leen tanto los Evangelios sin ponerLos en práctica y no se da la misma importancia a las premoniciones del Apocalipsis de Juan?.

Escribió Eugenio:

Hombres-Dioses venidos de las estrellas visitaron al Apóstol Juan, repetidas veces, en la gruta de Patmos.

El “Quinto Evangelio” del Profeta, todavía escondido a los ojos del profano, Juan comenzó a escribirLo inmediatamente después de que “una extraña nube” Lo transportó desde Macedonia a Palestina, dejándoLo ante la puerta de la Virgen María, Madre de Jesús, a punto de morir.

Los Hombres-Dioses por medio de instrumentos, entonces y hoy de ciencia ficción, dieron a Juan, a través de simbólicas representaciones cuatridrimensionales, las diferentes secuencias referentes al “Apocalipsis”, o bien “los signos” de los últimos tiempos que anunciaban la renovación, o el fin, de una especie humana implicada en una hipercaótica fase degenerativa y autodestructiva.

Relacionaron así el fin de un mundo y el nacimiento de otro en donde una nueva sociedad debía establecerse, (Reino de Dios en la tierra) coordinada por frecuencias psico-fisico.espirituales mucho más evolucionadas que las frecuencias precedentes.

El Apocalipsis quiere expresar una severa y meticulosa selección de la especie humana vivente sobre la tierra y un renacimiento, particularmente elaborado, de seres capaces de instruir nuevas estructuras para la instauración de una super-civilización corroborada por incorruptibles ideales de “fraternidad” en una luz de rígida justicia universal.

Y es extraordinaria la similitud con este ícono (foto nº 32) encontrado éste año, 1997, pintada en el 1914, año de gran laboriosidad de Grigorij Rasputín. Representa al apóstol Juan en la isla de Patmos, mientras escribe el Apocalipsis, asistido por la presencia de alguien a bordo de una astronave. Comparada con algunas fotografías recientes, sabemos que es un medio viajero hecho de materia psiquizada, pilotado por los Seres de Luz o Coordinadores. Uno de los motivos fundamentales de la obra desarrollada por G. Rasputín en Rusia y todavía antes por Cagliostro en Francia, era el intento de volver a llevar, en aquellos particulares momentos históricos, las elecciones de las potencias dominantes terrestres hacía el trinomio: Libertad, Igualdad, Fraternidad. ¿Cuál ha sido la respuesta?. “¡A Muerte!”.

Puedo salvar aquello que muta y nunca muere.

Sólo puedo coloquiar y establecer un contacto con el Jinete Eterno, con Aquel que es hoy, mañana, siempre.

No puedo estar disponible hacia el ser temporal que no ha alcanzado la sublimación, la incorruptibilidad, la unión perfecta y armoniosa entre medio y Jinete.

No tengo ningún interés en salvar la vida del sueño para perder, luego, aquella real. Mi mayor interés está dirigido al espíritu más que a la carne.

¡La materia muta, el espíritu no!.

Cuando se dice: “Vosotros sois del mundo y yo no”, significa: “Vosotros estáis muertos y yo vivo”.

Es este conocimiento que me ha empujado a querer morir para enseñaros como poder vencer la muerte, para estar siempre, eternamente vivos, inmortales.

He aquí la verdadera libertad que se adquiere si se es capaz de conocer la verdad y hacerla propia.

Yo sé quien soy, de donde vengo y a donde voy.

Quisiera que cada ser que sueña, pudiese despertarse y no continuar soñando para luego morir.

He vivido en este mundo trabajando y esperando ver surgir, del humano estercolero, al hombre nuevo, al justo, al pacifico, al incorruptible, al amante del amor aureolado de pasión por lo Creado y por el Creador.

La esperanza no está muerta y aún si mis ojos se oscurecen y mi corazón se encamina hacía el confin de la vida, el semen que ha sido puesto en el útero de la Madre Tierra se nutre y crece en el desierto poblado de muertos.

La genética de los titanes, de los inmortales, de los seres dioses, patrones de la vida y de la muerte, revive en el silencioso misterio que envuelve a todo el cosmos y a su escondida, eterna belleza.

No he vivido en vano, ni me duelen las heridas que el débil y cobarde hijo del polvo me ha procurado.

Yo soy y seré siempre así como son y serán los verdaderos hijos de mi patria, nacidos del semen de Arat, sol viviente.

DEL CIELO A LA TIERRA

Es prerrogativa del Altísimo Rector de lo Creado discernir y separar el grano de la cizaña. Los Mensajeros de la Suprema Voluntad hacen lo que deben hacer y dicen lo que deben decir, y no replican.

“Ningún justo está sobre la tierra”

La Luz de la verdad ha sido esparcida sobre la tierra por los grandes conductores del Espíritu Crístico y su obra ha despertado a los dormidos y ha vigorizado los espíritus débiles y cogidos por la granza del mal.

Nuestro incansable mensajero no era otro que “El Consolador prometido” y no debía decir más de cuanto ha dicho, ni hacer más de cuanto ha hecho en el tiempo querido por quien lo ha colmado de celestes gracias. Su paso seguro por los caminos del mundo ha dejado señales manifiestas y fecundas de justicia, de paz y de amor. Nosotros estamos orgullosos por cuanto ha hecho y dado, sin límites y sin condiciones. De esto somos testigos. Aquellos que son del mundo no podrán nunca comprender ni jamás testimoniarán, más bien, gritarán como en un tiempo: “¡Crucifixión! ¡Crucifixión!”.

El príncipe de este mundo ya ha sido juzgado y con él todos aquellos que están en el pecado del juicio. ¡Esperad y vereis!.

Era verdad entonces, es verdad hoy.

Para ser gratos al oro y a la plata, evitaban sumergirse en la alegría de su Señor.

Para conservar la benevolencia de los tiranos y de los malhechores, preferían no recorrer el sendero que conducía hacia la morada del justo, del amable dispensador de bienes celestes.

Por temor a perder la riqueza de los muertos y el deleite de los placeres desenfrenados de la carne, se arrastraban como víboras para salir de los lugares santos.

Son estos los tibios que se creen fervientes.

Han sido y son éstos los personajes del doble juego que, más que cualquier otro, perverso, hirieron el amor del justo, del amable Maestro de los Maestros.

¡Como entonces, así es hoy!.

Los mismos espíritus en una carne todavía débil y vestida de sordidez.

La historia se repite.

"Exterminaré de la faz de la tierra al hombre por mí formado: hombres y animales, reptiles y pájaros del aire, todo exterminaré, puesto que me arrepiento de haberlos hecho".

(Génesis 6/6).

Quizás alquien, un día, podrá redactar un informe final referente a la lenta, atroz agonía de una civilización instruída por seres vueltos esclavos y vencidos por la muerte.

El tiempo del "después de mí" se aproxima rapidísimamente.

Prepararos, queridos terrestres, porque es verdad, cierto y verdadero que el Otro, Aquél que ya ha venido, no será tan misericordioso como muchísimos creen, ni está dispuesto a tolerar, más allá, la ya crecida locura destructiva de los hijos de la muerte.

Prepararos a ver cuanto os habéis obstinado a rechazar , a no querer creer.

Las calamidades, a su tiempo anunciadas, no os darán tregua ni reposo. Tendréis cuanto os habéis merecido, rechazando la oferta del Amor más grande de todos los amores.

Bienaventurados aquellos que se han adherido a la Verdad del tiempo de todos los tiempos, ¡bienaventurados!.

Para éstos es el Reino Prometido, el Paraíso en la Tierra.

No habéis querido creer en el reclamo de Amor del Uno, ahora seréis obligados a aceptar, por Divina Justicia, que el Otro os quebrante los riñones y los corazones.

Poimandres, Luz Vivificante, Sol del Amor Santo

¿ha sido redimida la humanidad?

¡No, hijo Mío, no!.

El hombre de la Tierra ha rechazado este Divino ofrecimiento, cayendo en el abismo de la total disolución material.

Recuérdate, hijo: ha escogido a Barrabás y no a Cristo, ha escogido las tinieblas y no la Luz.

¿Si el hombre de la Tierra hubiese aceptado la Redención, crees tú, hijo, que habría caído tan bajo?.

¿Crees tú, Luz de Mi Luz, que se habría hecho envolver por el mal, por la violencia, por las locuras homicidas y suicidas, y por tantas otras peculiaridades satánicas?.

No, hijo Mío. El hombre ha rechazado el Amor de Dios, prefiriendo el odio y cuanto lo ha vuelto vil, bestial, egoísta, sanguinario, anticristo.

No ha aceptado la Ley que instruye al hombre a ser a imagen y semejanza de Su Creador, ni se ha predispuesto a asimilar el verdadero significado de la vida y de la resurrección.

Pero el tiempo ha llegado y el hombre será obligado a redimirse por Justicia más que por Amor.

Tú, hijo Mío, y los otros Ungidos, para esto estáis vivientes entre los muertos, para ser los abanderados de la Suprema Justicia, los Anunciadores, los Mensajeros de las Voluntades del Altísimo.

La Paz esté en tú corazón y Mi Luz tu consolación, el consuelo de tu Espíritu, hijo Mío.

Poimandres te ha hablado.

Padre Sol,

Con Tu majestuosa belleza Te alzas en el horizonte por la mañana y hasta la noche calientas el cuerpo y el alma de todos, concediendo el don de la vida a los buenos y a los malos.

¿Por qué, Poimandres, Padre nuestro, nadie Te da las gracias?

¿Por qué nadie Te adora?

Hijo de Mi Luz;

Soy Aquel que amas en cada latido de tu corazón, en cada respiro del alma, en cada suave vibración de tu espíritu.

Soy Yo, hijo, Poimandres.

¡Escucha y goza!. Tu rosal ha florecido en la estancia de la eterna beatitud. Tu retorno al seno de la Luz que te ha creado se aproxima.

Alegra tu espíritu, hijo Mío, para que goce todo cuanto te rodea y amas.

Tu servicio ha sido grato a las Potencias del Cielo y de la Tierra que se dedican a conservar intacto aquello que Yo creo y nutro.

El fuego, el aire, el agua y la tierra conservarán eterna memoria de tu amor y de tu justicia.

Cuando tu espíritu se alzará hacia lo alto de los Cielos, la Tierra será sacudida y la Luz del Nuevo Reino tomará morada sobre ella. Nadie podrá, jamás, mutar tu destino, ya escrito en el libro de la Eterna Ley. Hoy eres, mañana serás y tu obra inmortal dejará las señales de la inmutable Verdad del Espíritu Creante.

Me visto para ir allí, donde el rosal florece en la Luz dorada del amado Padre Mío.

Gusto ya la radiosa felicidad que abrazará mi espiritu. Desde allí podré, sin límite alguno, trabajar para el nacimiento y el crecimiento de la generación solar de este planeta.

Mi espíritu nunca estará ausente en el espíritu de aquellos que hacen parte de mi Trinidad Divina y Eterna.

No estará ausente mi consolación hacia todas las criaturas llamadas para ser elegidas.

Está por retornar el Ser Patronímico de este Mundo, ha querido que yo quedase hasta el día de Su retorno.

Por consiguiente deberé prepararme para dejar esta forma y esta sustancia. Deberé, finalmente, alcanzar mi real y eterna morada.

En verdad, ya siento la atracción de la Luz del Padre Mío y todo cuando me rodea se transforma en la no-forma y en la no-sustancia.

Sólo en la Luz Purísima del padre Mío veo y siento la realidad de todas las cosas, de todas las criaturas que me han acompañado en esta última experiencia física, en esta dimensión de lo ponderable.

Así, dentro de no mucho tiempo, podré revivir al unísono con el Amor más grande de todos los amores, podré ser una sola cosa con Su Divina Luz, podré gozar eternamente de todos los frutos de mis multiples experiencias, brotadas de los Siete Ciclos Temporales Humanos.

Todavía, por última vez "La Rosa florecerá sobre la Cruz" para luego ser libre. ¡Libre de verdad!. Disculpadme si ya no puedo estar en sintonía con vuestra naturaleza.

Mi cambio ha iniciado y ya me siento extraño a cuanto esta dimensión propone.

“Jesús, pues, viendo a su Madre y allí presente el discípulo que Él amaba, dijo a su Madre: “Mujer, he aquí Tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “He aquí tu madre”. (Giovanni 19-26)

“Yo rogaré al Padre mío que os dará un nuevo Consolador, para que quede con vosotros para siempre el Espíritu de Verdad, que procede del Padre. Convencerá al mundo respecto al pecado, a la justicia y al juicio. Él os enseñará toda cosa y os hará recordar todo aquello que os he dicho. Él os guiará hacía toda la verdad porque no os hablará de sí mismo, sino que dirá todo aquello que escucha (Mensajero) y os hará conocer el porvenir” (Anunciador).

Así, Juan en Eugenio es portador de la Voluntad y de la Naturaleza del Ser Cósmico, en cuanto procede del Padre. Ha heredado la responsabilidad espiritual de la humanidad con la Justicia del Padre.

Hijo predilecto de la Madre Miriam, Espíritu Solar del Planeta Tierra.

INDICE

Introducción .............…………………............................…............. Pag. 5

Cap. I - Discursos de la Divina Sabiduría .........……..………..… “ 11

Cap. II - Historias de la Humanidad terrestre ......…..…………... “ 35

Cap. III - Lecciones de Conciencia Cósmica ...........................…. “ 81

- 1 - Preguntas de estudio .................………………….... “ 83

- 2 - Alma ....................................….......……………….. “ 95

- 3 - Astral .….............................………………………….. “ 102

- 4 - Espíritu …........................…………………………..... “ 110

- 5 - Psique ..................…………………………………....... “ 114

- 6 - Amor. .............………………………………………...... “ 122

- 7 - Dualidad, Trinidad, Unidad, masculina y femenina “ 126

- 8 - La Luz, el Verbo, la Vida ........….……………………. “ 132

- 9 - Genética ...............................…….………………….. “ 143

- 10 - Vibraciones ...........................…..………………….... “ 153

- 11 - Piedad, Caridad, Conocimiento, Fe …………………. “ 160

- 12 - Intuitivo, perceptivo, sensitivo .…………….…..……. “ 164

- 13 - Discernimiento ...................…………………….…….. “ 174

- 14 - Mutantes .........................………………………..…... “ 181

Cap. IV - Hermes Trismegistro. Síntesis .........………………………. “ 189

Cap. V - Diseños de Conciencia Cósmica …………………............. “ 213

Cap. VI - Laboriosidad interplanetaria ...........................………... “ 231

Cap VII - Sublimación y proyección .........................…......…..….. “ 267

N.B.: Los 12 diseños del capitulo: “Diseños de Conciencia Cósmica pueden ser obtenidos en la siguiente página web:

nonsoloufo/aquidise.zip

Las imágenes fuera de texto pueden ser obtenidas en la dirección de internet:

nonsoloufo/aquifoto.zip

El Espíritu dorado guiará en eterno a Sus hijos espirituales.

No puede jamás tener sustitutos.

Cada uno realice en sí mismo la propia obra.

A pesar que de este libro han sido distribuidas algunas copias

y alguien tenga algunos escritos que reportar desde hace años,

la voluntad actual de Eugenio Siragusa

y el respeto que le debemos,

se reflejan en

La prohibicion absoluta de una utilización indebida.

Para publicar gratuitamente pasajes del libro es obligatorio citar la fuente

y solicitar formalmente el permiso del autor.

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