Análisis didáctico de algunos cuentas de Ana María Matute

An?lisis did?ctico de algunos cuentos de Ana Mar?a Matute 1

Ingeborg Christ

Planteamiento del problema

?Qu? textos deberemos leer con alumnos que han llegado ya a cierto nivel ling??stico en el estudio del espa?ol? Los cuentos tienen la ventaja de la brevedad y, a diferencia de los extractos, est?n terminados. A d e m ? s el g?nero, que tiene una tradici?n en Espa?a desde la Edad Media, ha tenido, en los ?ltimos decenios, un auge importante no s?lo en Iberoam?rica, sino tambi?n en Espa?a. Erna Brandenberger ha analizado 1.500 cuentos aparecidos despu?s de la guerra civil. Estos cuentos nos demuestran la vida moderna espa?ola de los ?ltimos 50 a?os. As? pues, para hablar desde u n punto de vista did?ctico, se podr?an reunir varios cuentos de autores diversos bajo un mismo tema. Por ejemplo, la guerra, el ni?o, la marginaci?n, la mujer, la vida social, etc.

Sin embargo, vamos a seguir otro camino presentando una selecci?n de cuentos de una sola mano, la de Ana Mar?a Matute, y ello por varias razones: una de ellas es que las propuestas resultan de experiencias concretas con dos grupos de alumnos. Otra m?s importante es que los temas de Ana Mar?a Matute --problemas de la ni?ez, conflictos entre j ? v e n e s y adultos, marginaci?n, prejuicios, crueldad-- son tales que pueden emocionar por su inter?s humano. En sus cuentos tambi?n hay referencias a la guerra civil, sin que la lectura presuponga conocimientos profundos de esta ?poca. La autora habla de los problemas con menos inter?s hist?rico que humano, y por lo tanto presenta m?s los efectos de la guerra sobre los hombres que la cronolog?a de los hechos.

Adem?s de los aspectos tem?ticos hay causas formales que hacen que los cuentos d e A n a Mar?a Matute sean a d e c u a d o s para figurar e n el p r o g r a m a d e u n a clase de espa?ol: la forma es bastante r?gida y las acciones est?n terminadas aunque permiten discusiones y reflexiones, que van m?s all? de lo escrito. Sus cuentos llegan, emocionan; algunos hasta son chocantes y provocan una reacci?n 2.

Nuestras reflexiones empezar?n por una nota biogr?fica sobre la autora y una breve caracterizaci?n de su obra, de sus temas, preocupaciones, obsesiones. Seguir?n unas observaciones sobre el g?nero del cuento en general y el de Ana Mar?a Matute en particular. La obra de referencia para este punto ser? el libro de Erna Brandenberger sobre el cuento contempor?neo que public? en espa?ol (1973) y en alem?n (1974). En tercer lugar ser?n estudiados dos textos de Ana Mar?a Matute a

1 Este art?culo se basa en una conferencia tenida en el ?Cursillo internacional de espa?ol 1982? en Tr?veris.

Agradezco mucho a Roberto Els?sser por la amabilidad que ha tenido de revisar el espa?ol del texto. 2 Los programas para la ense?anza del espa?ol en el sector secundario H de Rhenania del Norte/ Westfalia (Kultusminister NW 1981) proponen, a iniciativa de Knut Nahamowitz, la lectura de cuatro cuentos de A. M. M. y dan una interpretaci?n y sugerencias para el trabajo en clase.

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la vista del estudio realizado, con un grupo de alumnos de nivel avanzado, ampliam e n t e sobre el cuento ?El salvamento?, sumariamente con ?Vida nueva? 3.

Ana Mar?a Matute. Nota biogr?fica y caracterizaci?n general de su obra

Nacida el 26 de julio de 1926, de padres castellanos, en Barcelona, donde sigue viviendo hoy. Ana Mar?a Matute escribe desde su primera ni?ez y se distingue entretanto ?por una obra narrativa llena de fantas?a y de brillantes trozos po?ticos? (Geysse/Bagu? 1970: 852). Estudi? historia de arte y m?sica, y como no estudi? literatura se consider? un p o c o c o m o autodidacta. Eso s?, frecuent? los c?rculos literarios e intelectuales de su ?poca.

Desde la edad de cinco a?os escribe cuentos que hoy se cuentan en m?s de ciento, de dos a 70 p?ginas, adem?s gran n?mero de novelas y unos cuantos libros para ni?os. Desde la edad de 19 a?os obtiene premios literarios, y sus libros son traducidos a los idiomas m?s importantes.

Temas, lo h e m o s dicho ya: el m u n d o de los ni?os en conflicto con el m u n d o de los adultos; el destino de los pobres, de los marginados; la miseria, la guerra. Le preocupa la soledad, la humillaci?n, la crueldad humana, pero tambi?n el contraste que puede haber entre ser y parecer; o la contradicci?n que puede existir entre una justicia subjetiva y una objetiva.

Ana Mar?a Matute sabe crear un mundo de ficci?n, un mundo po?tico, fant?stico que roza lo surrealista, en sus breves cuentos que tratan del universo infantil4, pero al mismo tiempo es una observadora del m u n d o que la rodea, del paisaje, de las estaciones. Ana Mar?a Matute es testigo de su tiempo y, al creer en la literatura c o m o ?fuente de la influencia social y humana? (Geysse/Bagu? 1970:852), toma partido por los que no tienen derechos. Por eso aparecen con frecuencia ?seres atormentados, abandonados a sus propias fuerzas, abatidos por el desamparo, arrastrados por una sensibilidad exacerbada? (Geysse/Bagu? 1970:852). Por lo tanto, los protagonistas predilectos de sus cuentos son los ni?os que se ven expuestos a un mundo duro que no pueden comprender y que los hace sufrir. Dice que escribe porque no est? contenta con este mundo: ?Escribo, pues, porque no estoy contenta. Porque no estoy conforme, ni dormida, ni ciega, ni muerta. En definitiva, porque el oficio de escribir es tambi?n una forma de protesta. Protesta contra todo lo que representa opresi?n, farise?smo e injusticia? (Matute 1966, cit. por Bradenberger 1973:73).

Muchos cuentos de Matute chocan por su crueldad. Es que, c o m o toda su generaci?n, creci? marcada por la guerra civil: ?Resulta obvio insistir en el hecho de que toda mi generaci?n creci? marcada por la guerra espa?ola del 36?, dice, y define su generaci?n como la de ?los ni?os asombrados?. Pero precisa que no menos la marc? el tiempo inmediatamente despu?s de la guerra que conoci? c o m o una ?sucesi?n de rencores, venganzas, apat?a y gritos farisaicos como hueros crueles o mezquinos? (Matute 1971:15s.).

As? se puede decir que algunos de sus cuentos se explican como concreciones del trauma de estas experiencias que hizo la ni?a Ana Mar?a, de la crueldad del

3 ?El salvamento? apareci? en la serie titulada El arrepentido y otras narraciones (Matute 1976, t. 5, p?g 54-57), ?Vida nueva? en la serie El tiempo (Matute 1975, t. 3, p?gs. 189 196). Los dos est?n reunidos en: A. M. Matute: El salvamento, Erz?hlunger Spanisch/Deutsch. Reclam, Stuttgart, 1977, No. 9868.

4 V?ase, por ejemplo, la ser?elos ni?os tontos (Matute 1975, t. 3, p?gs. 221-250).

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mundo de la guerra y de la posguerra. Se tendr?a que hablar de esto a los alumnos que, a veces, no quieren admitir que se presente la crueldad de los adultos para con los ni?os, de padres, incluso, para con sus propios hijos.

?A mi juicio?, dice Ana Mar?a Matute, ?el cuento debe reunir tres indispensables condiciones: ser breve, redondo y jugoso c o m o una naranja? (Matute 1969, cit. por Brandenberger 1973:140). Los cuentos de Matute son redondos, est?n terminados en el sentido de que es raro que el destino de sus protagonistas sea inseguro. No son fragmentarios como muchos cuentos modernos, empero el lector debe preguntarse q u ? significan, q u ? quiere decir la autora. Sin e m b a r g o n o s o n enigm?ticos. Si hay enigma, se puede resolver por una lectura atenta del texto o por la reflexi?n del lector. Es que m?s que enigm?ticos son densos.

El cuento, e n su brevedad, permite emplear el idioma, de forma similar c o m o se emplea en la poes?a. Ana Mar?a Matute ha dicho que lo que hubiera querido escribir son poes?as, pero que nunca lo hizo. Tal vez sea porque los seres humanos le preocupan mucho. As? pues, nuestra autora se empe?a en crear una prosa semejante a la poes?a, que expresa ?el m?ximo posible con el m?nimo de elementos materiales? (cit. Brandenberger 1973:140), esto es, con el m ? n i m o de palabras. Seg?n A. M. Matute, en un cuento cabe la intensidad, la capacidad de misterio de la poes?a, al mismo tiempo que la claridad de un lenguaje com?n que llega a toda clase de lectores sin distinci?n de sexo, de clase social (Brandenberger 1973:140). As? pues, A. M. Matute crea un cuento lleno de poes?a, de s?mbolos y de misterio, y deja ver la realidad humana en su brutalidad e inicia al lector a pensar sobre los problemas de la vida, sobre el comportamiento de los hombres y las relaciones entre ellos. ?Realismo subjetivo? denominar? D?az-Plaja (1967:723) el matiz personal de su obra.

El g?nero del cuento y el cuento de Ana Mar?a Matute

Cuentos existen desde siempre en la literatura espa?ola, al lado y en la sombra de la novela y la poes?a 5. Sin embargo, como el t?rmino cuento se refiere tambi?n a textos como cuentos de hadas y de ni?os y como el t?rmino cuentista tiene, entre otras, la significaci?n de parlanch?n, la cr?tica espa?ola no ha tomado en serio este g?nero literario como lo hicieron, por el contrario, los historiadores de la literatura alemana con el g?nero de la ?Novelle?, a cuyo estudio se dedicaron muchos y muy grandes cr?ticos 6 (Brandenberger 1973:20s.). N o obstante el fen?meno del cuento como g?nero de abundante vida existe, y Brandenberger distingue varias ?pocas de su desarrollo, entre otras las que corresponden a tres generaciones de escritores, todas ellas de posguerra:

1. La g e n e r a c i ? n de la guerra civil: autores nacidos hasta 1915, q u e ten?an 20 a?os o m?s al estallar la guerra. Su obra fue marcada por este acontecimiento y escriben sobre la guerra y el exilio. Autores de esta generaci?n son Ram?n Sender (*1901), Max Aub (*1902) y Francisco Ayala (*1906).

2. La generaci?n de la posguerra: escritores nacidos antes de 1929, que vivieron la guerra civil como ni?os, cuya ni?ez fue impregnada por la guerra y que empezaron a escribir para orientarse en los tiempos desorientados despu?s de la guerra. U n a de estas autoras es A n a Mar?a Matute, al lado de Camilo J o s ? Cela (* 1916), Francisco G. P a v ? n (* 1919), Miguel Delibes (*1920), Ignacio A l d e c o a (*1925). Otras

5 Para m?s detalles cons?ltese a Sainz de Robles (1966). 6 Como ejemplo citemos Wiese (196S) y Pabst (1967).

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mujeres cuentistas de esta generaci?n son Carmen Laforet (*1921) y Carmen Mart?n Gaite (?1925).

3. La generaci?n joven: autores nacidos despu?s de 1929, para quienes la guerra no result? ser el trauma como lo fue para la generaci?n anterior, sino historia. Escriben sobre la vida en general, buscan modelos en la literarura extranjera y se distinguen por el experimento literario y por el anhelo de encontrar nuevas formas literarias. Citemos como ejemplos los nombres de Luis Goytisolo, Jes?s Torbado, F?lix Grande.

Del an?lisis de la estructura del cuento que ha hecho Brandenberger (1973) se puede deducir que ?ste n o tiene forma ?cl?sica? c o m o la ?Novelle?, sino que lo caracter?stico es justamente la variedad de las formas literarias y que, seg?n el caso individual, se emparenta con g?neros ?picos, descriptivos, dram?ticos, l?ricos y tambi?n con el ensayo. Sin embargo, se siente m?s o menos intuitivamente que deben existir algunos elementos constantes. Brandenberger trata de palpar lo que constituye el g?nero del cuento al estudiar los elementos siguientes:

--La estructura: Brandenberger r e s u m e q u e la estructura dram?tica se desarrolla frecuentemente seg?n las fases introducci?n, conflicto y soluci?n, que constituyen la forma tradicional de la narraci?n, pero en el cuento el acento est? puesto sobre el final, ya q u e t o d o mira hacia ?l. ?ste n o soluciona u n p r o b l e m a c o m o e n la ?Novelle?, sino un cambio m?s bien inesperado o solamente la soluci?n de un enigma. De esta c o m p o s i c i ? n resulta q u e la historia d e s d e el final recibe u n a n u e v a dimensi?n; los elementos anteriores toman su significaci?n plena s?lo si se consideran desde el fin. Por e s o el c u e n t o d e b e reconsiderarse d e n u e v o , el lector d e b e volver a pensar lo le?do d e s p u ? s de c o n o c e r el fin. Algunas v e c e s la sorpresa final resulta del h e c h o de que justamente n o hay el cambio esperado: todo sigue, aunque un cambio se hab?a anunciado. El t?tulo algunas veces sugiere lo q u e va a pasar, orienta al lector, p e r o s ? l o es el final lo q u e trae la soluci?n; el t?tulo deja espacio para el e q u ? v o c o , como ocurre en los dos cuentos que estudiaremos m?s adelante.

--El tema: S e g ? n la observaci?n d e Brandenberger, es el e l e m e n t o m ? s importante del cuento. Es un solo acontecimiento lo que se relata en un cuento, y debe ser un acontecimiento humano que tenga importancia y un valor general. Tema no es lo ins?lito, lo inaudito c o m o en la ?Novelle? ?die unerh?rte Begebenheit?, sino lo ejemplar, lo que es representativo de muchos acontecimientos equivalentes (Brandenberger 1973:256).

Lo representativo por su parte puede residir en cualquier lugar, no necesita lo extraordinario. En los cuentos modernos se encuentra en lo cotidiano. A veces se representa en la imposibilidad del personaje de salir de su vida diaria, de dar otro rumbo a su existencia, al ser las circunstancias exteriores m?s fuertes que las posibilidades que tiene el individuo (Brandenberger 1973:258).

Los temas de los cuentos de A. M. Matute son las experiencias de sus protagonistas: seres golpeados, indefensos, desvalidos, de un mundo hostil, ajeno, brutal (D?az-Plaja 1967:721). Pero no s?lo el mundo exterior se revela c o m o brutal, sino tambi?n el mundo que late en el mismo individuo: Ca?n y Abel son personajes que aparecen constantemente en la obra de A. M. Matute desde sus primeros escritos 7: personas que destruyen a seres inocentes o que se destruyen a s? mismos. Una ex-

7 Al referirse a su novela Los Abel A. M. M. escribi?: ?La obsesi?n de Ca?n/Abel que (al parecer) me

rodea de cerca o de lejos a lo largo de todos mis escritos, aparece aqu? por vez primera? (Matute 1971, t.l, p?g. 19).

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presi?n de esta pasi?n destructora es la guerra, que es tema de varios textos de la escritora (D?az-Plaja 1967:722)?.

--El narrador: En m u c h o s c u e n t o s el narrador aparece c o m o implicado e n la acci?n, c o m o personaje, observador o int?rprete. El c u e n t o tradicional conoc?a un autor omnisciente que contaba c o m o quien conoce absolutamente todo lo que se refiere a sus figuras y dirigiendo la acci?n d e s d e fuera. En el c u e n t o m o d e r n o se da a conocer lo que pasa desde una perspectiva m?s reducida, y muchas veces el lector debe sacar las conclusiones ?l mismo (Brandenberger 1973:259).

En los cuentos de A. M. Matute la narradora es, en general, discreta, no hace comentarios 9, deja descubrir al lector la significaci?n, y s?lo gu?a al lector, cambiando de perspectiva durante la narraci?n, sugiriendo un punto de vista por una met?fora, una palabra clave, un s?mbolo, c o m o lo veremos al analizar m?s detalladamente los cuentos propuestos.

--El lector: D e b e ser e m o c i o n a d o y d e b e tomar posici?n, s e g ? n la i n t e n c i ? n del cuentista: ?El autor quiere llegar al lector a trav?s del c u e n t o , y (...) ?ste es el m e d i o para acercarse al lector y herir su sensibilidad? (Brandenberger 1973:265). Se cuenta d e m o d o q u e el lector reaccione; se dirige a su esp?ritu o a sus sentimientos. El cuentista desea un lector activo. Por e s o el autor c o n c e d e gran importancia al clima, a la atm?sfera, para que el lector penetre de ellos (Brandenberger 1973:266).

La brevedad del g?nero es lo que atrae a los autores de cuentos. Representa una tarea dif?cil, un desaf?o, el de decir lo m?s con pocas palabras; pero la realizaci?n s?lo es posible, si hay un lector capaz y q u e est? de acuerdo en completar lo aparentemente incompleto, de descifrar lo s?lo sugerido, las alusiones, los s?mbolos.

En ?Vida nueva? el lector acompa?a sucesivamente a dos personajes y as? puede descubrir las mentiras e ilusiones de los dos, y, aunque la narradora n o e x p o n e las causas, puede explic?rselas ?l mismo. En ?El salvamento? quedan dudas sobre la significaci?n del final, p e r o l e y e n d o el t e x t o a t e n t a m e n t e el lector llega a c o m p r e n derlo, aunque la narradora evite hacer un comentario expl?cito.

Este aspecto del cuento puede resultar primordial bajo un punto de vista did?ctico: el an?lisis de un cuento en clase puede contribuir a hacer del alumno un lector activo, un lector que se transforme en el transcurso de la lectura, que se identifique y juzgue al mismo tiempo, que se humanice.

En resumen, podr?amos decir que el elemento constitutivo del cuento, que subsume a todos los otros, es la densidad, c o m o consecuencia de la brevedad del g?nero. El autor quiere decir lo m ? s c o n el m e n o r n ? m e r o posible de palabras; lograr sobre el lector un efecto m?ximo utilizando un m?nimo de elementos. Por eso trata de escribir un texto de mayor intensidad, siguiendo un tema ?nico, esforz?ndose por una estructura r?gida q u e tire al final, aspirando a u n a m ? x i m a riqueza d e sentido por aparentes ambig?edades, s?mbolos, elementos sugestivos, reduciendo el dibujo de los personajece a unos rasgos t?picos, predominantes. Necesita en este procedimiento, como colaborador, un lector activo, que acepte su papel que es completar lo que no se dice, descifrar lo ambiguo, lo s?lo sugerido.

8 Los dos cuentos ?El hermoso amanecer? y ?El maestro?, como las dos novelas En esta tierra y Los hijos muertos, tienen como tema esencial el de la guerra.

9 Una excepci?n, sin embargo, la constituye la serie El r?o, en la que la autora explica m?s, tal vez demasiado.

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